2. Capítulo 45 Trastornos del pensamiento y del lenguaje
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pensamientoquesetraduceporunaalteracióndel
lenguaje,
o es un trastorno primario del lenguaje? Todo ello hace
que no haya un claro consenso en la definición de qué es
un trastorno del pensamiento y qué es un trastorno del
lenguaje, y de cuándo hablaremos de pensamiento y cuán-
do de discurso (Gómez Fontanil y Cobo, 2008).
Este capítulo intenta estudiar las principales alteracio-
nes del pensamiento y del lenguaje, con todas las limita-
ciones antes descritas.
Trastornos Del Pensamiento
Definir qué es el pensamiento es más difícil que lo que a
primera impresión parecería. De hecho, bajo el mismo
concepto pueden aparecer distintos significados, tanto en
el lenguaje común como en psicopatología propiamente
dicha. El pensamiento se podría definir (Moor) como
«un proceso mental propio del hombre, que le permite
reflexionar, juzgar, realizar abstracciones y proceder al
análisis y la síntesis».
Clásicamente, los trastornos del pensamiento se han
dividido en trastornos del curso y trastornos del conteni-
do del pensamiento, si bien algunos autores (Pérez Re-
tuerto y cols., 2007) añaden un tercer grupo: los trastor-
nos de la vivencia del pensamiento.
Algunos trastornos del pensamiento se asocian típica-
mente con algunos trastornos psiquiátricos determina-
dos, si bien nunca son patognomónicos, por lo que es
necesario analizar la totalidad de la clínica del paciente,
así como su historia clínica, antes de dar un diagnóstico
determinado (p. ej., la fuga de ideas es muy típica de las
fases maníacas, si bien se puede dar también en otros
trastornos, como en algunas esquizofrenias y en algunos
pacientes con abuso de sustancias).
Trastornos del curso del pensamiento
El curso del pensamiento se podría definir como la mane-
ra en que la persona une ideas o asociaciones, o la manera
en que uno piensa. Lo que se evalúa es, pues, el curso con
el que fluye el pensamiento, es decir, cómo el paciente
formula, organiza y expresa sus pensamientos. El pensa-
miento normal se manifiesta con un lenguaje coherente,
que es claro, fácil de seguir, lógico, con capacidad de sín-
tesis y de dirigirse hacia un objetivo determinado. En
cambio, en los trastornos del curso del pensamiento apa-
rece una dificultad o imposibilidad de seguir el discurso
del paciente.
Los trastornos del curso del pensamiento se pueden
subdividir en trastornos de la velocidad y trastornos de la
forma propiamente dicha.
Trastornos de la velocidad. Se registra la cantidad y la
velocidad de los pensamientos. Sus principales trastornos
son los siguientes:
Taquipsiquia o pensamiento acelerado. El desa
rrollo del pensamiento es más rápido de lo normal. Se
aprecia una mayor tensión del pensamiento y más es
pontaneidad. Los pacientes verbalizan un alto número
de vocablos por unidad de tiempo. Aparece también
una disminución del período de latencia de respuesta. El
paciente tarda menos tiempo de lo normal en responder
a las preguntas, pudiendo incluso comenzar la respuesta
antes de haber acabado la pregunta. Existe un aumento
en la cantidad de habla espontánea, y puede haber un
cambiorápidodeuntemaaotro.Sepuedeobservarprinci
palmenteenlosepisodiosmaníacos,yenalgunostrastornos
por abuso de sustancias.
Fugadeideasopensamientoideofugitivo. Sucesión
de asociaciones múltiples por la que el pensamiento
parece saltar bruscamente de una tema a otro. El flujo
de palabras es casi continuo. Existe distraibilidad y se
cambia de tema ante cualquier estímulo externo, aunque
pueda ser irrelevante, de manera que prácticamente no
se concluye ninguna idea. El paciente habla sin cesar,
estableciendo escasas pausas, sin parecer cansarse.
Aparece una exagerada capacidad asociativa (facilidad
asociativa), saltando de una idea a otra con excesiva
facilidad (pensamiento saltígrado) o incluso pueden
aparecer asociaciones de ideas por asonancia de palabras
(el solo sonido de una palabra provoca una asociación
con otra palabra fonéticamente parecida) o por cambio
en el sentido de una palabra, o también por estímulos
externos (mobiliario de la habitación, etc.).
Se observa preferentemente asociado a taquipsiquias
severas y aparece sobre todo en los episodios maníacos,
secundario a algunos tóxicos, y también en los síndromes
maniformes de etiología médica, si bien en este último
caso no se suele observar la pureza ni la riqueza asociati-
va propia del episodio maníaco primario.
Debe distinguirse de la seudofuga de ideas, en la que el
discurso es incomprensible, monótono, con repetición de
una idea o de un grupo reducido de ideas, sobre las que
se reitera, sin que exista una clara aceleración del pensa-
miento. La seudofuga de ideas es más frecuente en la es-
quizofrenia.
Bradipsiquia o pensamiento inhibido. El
desarrollo
del pensamiento es escaso y está retrasado. El discurso
es más lento de lo normal. El paciente habla poco y da
la impresión de que le cuesta pensar. Existe un aumento
en el período de latencia de respuesta y un retraso y/o
dificultad en la asociación de ideas. Sin embargo, no
tiene por qué existir simplismo argumental. Es posible
observarlo principalmente en los episodios depresivos,
en algunos trastornos por abuso de sustancias (o en su
abstinencia), en algunas enfermedades no psiquiátricas y
también como efecto secundario de algunos fármacos.
Bloqueo del pensamiento. El bloqueo es la inte-
rrupción súbita del curso del pensamiento, antes de com-
pletar una idea, sin que exista razón alguna aparente que
lo explique, al menos para el observador externo.Aparece
una parada en el discurso, perdiéndose la idea directriz. El
paciente puede referir incapacidad para recordar lo que
estaba diciendo o lo que quería decir. Se da especialmente
en la esquizofrenia (muchas veces de manera secundaria
4. Capítulo 45 Trastornos del pensamiento y del lenguaje
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Existe una dificultad en generar temas y en dotarlos de
una información adecuada, de manera que el discurso del
paciente aparece empobrecido y vacío de contenido. Se
manifiesta de dos maneras:
Pobreza del lenguaje o del habla (lenguaje vacío y no
fluido). Existe una disminución de la cantidad del habla
espontánea, siendo las respuestas breves, poco fluidas,
fragmentarias, vagas y no elaboradas. Es raro que se
proporcione información adicional que no haya sido
específicamente preguntada. El paciente puede incluso
no hablar si no se le pregunta y responder sólo con
monosílabos (sí, no, etc.), e incluso algunas preguntas
se pueden quedar sin respuesta. No se ha de confundir
la alogia con la parquedad (baja fluidez verbal con una
información adecuada) y la reticencia (evitación activa
a dar información en general o sobre temas específicos,
aunque se conteste a todas las preguntas).
Pobreza en el contenido del pensamiento (lenguaje
vacío fluido). Existe una disminución en la calidad del
pensamiento.Ellenguajeesadecuadoencantidad(lafluidez
verbal se halla preservada) y las respuestas suficientemente
largas, pero proporcionan escasa información. El lenguaje
tiende a ser vago, repetitivo, impreciso, abstracto y
estereotipado. El paciente puede hablar de forma fluida
durante un rato, pero sin dar la información adecuada
para contestar a la pregunta que se le formula.
Trastornos del contenido. El contenido se podría defi
nir como aquello que la persona verdaderamente piensa
sobre algo, como ideas, creencias, preocupaciones, ob
sesiones, delirios, etc. No todas estas ideas son patoló
gicas:
Preocupaciones. Son temas predominantes en el
pensamiento del paciente, que habitualmente se reflejan
en el lenguaje espontáneo. Son normales en situaciones
de estrés.
Ideas fijas. Se trata de ideas que pueden ser falsas,
pero que son corregibles y reversibles, de manera que
pueden ser cambiadas bajo un razonamiento adecuado,
a diferencia de la ideación delirante. El sujeto no las
siente como extrañas o patológicas. No tienen una gran
carga afectiva sobreañadida. Con frecuencia aparecen
en la vida diaria, generalmente por falta de información
adecuada sobre el tema al que responde la idea.
Ideas sobrevaloradas. Son ideas que ocupan un lu
gar central en la vida de la persona, con marcado tono
afectivo y con un significado propio, en torno a las cuales
gira la conducta del paciente. No son extrañas al Yo y se
entienden en función de la situación biográfica de la per
sona. Existe una importante implicación emocional en
las ideas. Sin embargo, se trata de creencias y no de con
vicciones. Se podría afirmar que se trata de afirmaciones
exageradas por parte del paciente, mantenidas con una
persistencia más allá de lo razonable. El sujeto mantiene
estas ideas más a partir de sus sentimientos que por la
razón objetiva, y orienta su conducta a partir de estas
ideas. Éstas suelen ser psicológicamente comprensibles,
de temas relativos al honor, a la afirmación social, etc. El
paciente no las reconoce como absurdas (a diferencia de
la mayoría de las ideas obsesivas) y sí pueden ser rebati
bles con una argumentación adecuada (a diferencia de
lo que ocurre con las ideas delirantes). No son tampoco
necesariamente patológicas.
Ideas obsesivas. Son ideas, pensamientos, imágenes
o impulsos repetitivos, no deseados e irracionales, que
el paciente reconoce (aunque a veces no completamente)
comoabsurdos eirracionales,que seimponen alpacientey
que crean una gran ansiedad. Por tanto, son pensamientos
intrusos, parásitos, repetitivos y egodistónicos. Escapan
al control del Yo y el paciente intenta luchar contra ellos
(para lo cual pueden aparecer rituales), si bien la mayoría
de las veces sin éxito. Según la forma, las obsesiones se
pueden dividir en impulsos, representaciones, temores,
ideas o dudas obsesivas. Los contenidos más frecuentes
son de contaminación, dudas, somáticos, necesidad de
simetría, agresivos, sexuales, religiosos y del paso del
tiempo. Son propias del trastorno obsesivo-compulsivo
(TOC), y se estudian de forma más amplia en el capítulo
correspondiente a este trastorno.
Ideas fóbicas. Existe un temor angustioso y un
miedo excesivo, anormal y persistente provocado por
un objeto o situación en teoría no peligrosos. Existe una
reacción desproporcionada con la causa que las provoca,
y la relación objeto-situación con la respuesta de miedo
resultante es irracional. El sujeto también critica lo
absurdo de su reacción. Son ideas incontrolables por
la voluntad, que provocan la huida o la evitación del
objeto o situación temida. Aparecen ante la presencia
del objeto fóbico (a diferencia de la obsesión, que puede
aparecer también en ausencia de objeto). Son propias de
las fobias; se estudian más ampliamente en el capítulo
correspondiente a este trastorno.
Pensamiento mágico. Creencia que las palabras,
ideas o acciones pueden determinar o impedir un suceso
por medios mágicos, sin tener en cuenta las leyes de
la causalidad lógicas. Se dan en el TOC, en el juego
patológico, en algunas esquizofrenias y también en
algunos sujetos normales.
Ideas delirantes. Delirar significa etimológicamente
«salirse del surco». La ideación delirante es uno de los
pilares de la psicopatología clásica, por eso se tratará en
un apartado específico dentro de este capítulo.
Trastornos de la experiencia (vivencia del Yo) del
pensamiento. También denominados trastornos de la
propiedad del pensamiento (Higueras y cols., 2005), son
experiencias de difícil exploración y objetivación. En
ellos el mundo interno del paciente se escapa de su con-
trol, de manera que éste pierde su propiedad privada, ya
que el paciente tiene la sensación que puede ser percibido
o manipulado por terceras personas. Su examen adecua-
do requiere no sólo la respuesta afirmativa del paciente a
la pregunta, sino también una descripción de la experien-
cia por parte del entrevistado. Todos ellos son fenómenos
característicos (pero no exclusivos) de la esquizofrenia.
Las alteraciones más importantes son las siguientes:
6. Capítulo 45 Trastornos del pensamiento y del lenguaje
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3. Convicción, o grado de creencia del paciente en la
realidad del delirio.
4. Desorganización, o grado de falta de consistencia in-
terna, lógica y sistematización.
5. Presión, o grado de preocupación y aproximación del
paciente al contenido del delirio.
Además, debido a la complejidad y significación de
algunos sistemas delirantes, es preferible registrar el con-
tenido de todo el sistema delirante del paciente y no sólo
sus trastornos formales y el tipo general de delirio que
presenta.
Clasificación
Los delirios se pueden clasificar según distintas dimensio-
nes. Distinguiremos tres: según su origen, según su conte-
nido y según su organización.
Según su origen. Se puede clasificar en idea delirante
primaria y secundaria.
Idea delirante primaria. Se trata del delirio
propiamente dicho, que cumple todas las características
previamente descritas.Aparece en ausencia de un estímulo
externo y no puede explicarse por la presencia de otros
procesos patológicos. Estos juicios aparecen para el
observador como algo nuevo, irreductible y primario. La
personalidad del individuo está totalmente invadida por
el delirio, que se constituye en el eje de su vida. Existe
una ruptura biográfica en el paciente, existiendo un antes
y un después desde la aparición de la idea delirante. Por
otro lado, las vivencias que relata son extrañas para
nosotros, aunque primarias para él.
Dentro del delirio se han descrito las siguientes for-
mas:
Temple o humor delirante. Constituye el límite entre la
vivencia normal y la vivencia delirante. El paciente nota, o
más bien tiene la intuición, la sospecha o el presentimiento
de que «algo está pasando», pero realmente no sabe qué.
El ambiente es distinto. Aparecen nuevas significaciones
ante hechos comunes y emocionalmente neutros para
un observador externo. Esta sensación suele ser vivida
con angustia. Corresponde a un estado afectivo difuso,
durante el cual el paciente presenta un cambio profundo
y se nota desazonado, inquieto y alarmado. El ambiente
es distinto, existiendo una alteración sutil que lo envuelve
todo con una luz incierta, amenazante y de mal aspecto.
A partir de este estado de ánimo especial surgen las
percepciones e intuiciones delirantes. Esta fase podría ser
equivalente al trema psicótico descrito por otros autores
como Klaus Conrad. El delirio se puede estructurar a
partir de esta fase en forma de percepción delirante o en
forma de intuición delirante.
Percepciónointerpretacióndelirante. Elpacientedauna
significación anormal a hechos y percepciones normales,
casi siempre en el sentido de la autorreferencia. Las cosas
significan repentinamente algo muy distinto. El enfermo se
da cuenta de que sabe algo y comienza a estructurar aquello
que antes (temple delirante) sólo intuía, pero que no sabía, y
queahora,derepente,comienzaacobrarsignificado.Muchas
veces éste es un significado especial, en forma de mensaje o
aviso, siguiendo alguna «extraña clave», que el sujeto se ve
obligado a descubrir. No se trata de una alteración de lo
percibido, sino de su significado (por lo tanto no es una
alteración de la percepción, sino del pensamiento).
Intuición, ocurrencia o inspiración delirante. El
paciente, de forma relativamente brusca en muchas
ocasiones, de repente descubre, a modo de corazonada
u ocurrencia, el significado de todas aquellas intuiciones
o significaciones mal definidas. En este momento todo
«empieza a cuadrar», estructurándose el delirio. El
paciente sabe de pronto, sin apoyo alguno en una realidad
sensible (a diferencia de la percepción delirante, en la que
se apoya en una percepción o hecho concreto) que ha
cambiado radicalmente el significado de algo. A partir de
este momento el delirio se polariza, predominando un tema
delirante sobre los demás, que disminuyen en número o
bien se vertebran en torno a una idea delirante central.
Representación o recuerdo delirante. En ella, hechos
sucedidos años atrás son interpretados actualmente de
forma errónea o delirante; una imagen o un recuerdo
toman un significado totalmente nuevo. Se da, pues,
una significación nueva a un recuerdo, de manera que el
paciente interpreta el pasado mediante una configuración
delirante.
Idea delirante secundaria o idea deliroide. Se tra
ta de delirios que surgen en relación con, o secundaria
mente a, otros trastornos, tanto psiquiátricos como no
psiquiátricos. Su contenido es parcialmente compren
sible en el conjunto de las vivencias del paciente. Así,
cumpliría la mayoría pero no todas las características de
una idea delirante primaria (creencia falsa, irreductible,
fija), pero en cambio sería secundaria a algunos acon
tecimientos de la vida del paciente o a algún otro de
sus síntomas (a diferencia de la idea delirante primaria,
que aparece sin estímulo externo y se establece por vía
patológica).
Los más importantes dentro de este grupo son los de-
lirios relacionados con trastornos afectivos, entre los que
destacan los delirios de culpa, ruina e hipocondría en los
episodios depresivos, y los delirios de grandeza o mega-
lomaníacos en los episodios maníacos. Estas ideas pue-
den mejorar al hacerlo las circunstancias o el fenómeno
psicopatológico del que derivan.
Por otra parte, una idea delirante secundaria puede ser
comprensible psicológicamente, y tener una cierta lógica
interna. Las ideas serán patológicas al partir de premisas
falsas, pero si en cambio éstas fueran ciertas, las ideas
podrían estar justificadas. Este hecho se da especialmente
en algunos pacientes con trastorno delirante.
Sin embargo, esta clásica distinción desde tiempos de
Jaspers (1913) entre idea delirante primaria e idea deli-
rante secundaria es objeto de controversia; hay autores
(Cutting, 2001) que critican esta división, y se plantean
la necesidad de reconsiderar la homogeneidad del delirio
como síntoma.
8. Capítulo 45 Trastornos del pensamiento y del lenguaje
e-706
propio de los episodios maníacos, pero también se puede
encontrar en algunos pacientes con esquizofrenia.
Delirios religiosos o místicos. El contenido del
delirio es de temática religiosa. Se ha de diferenciar de
lo que son experiencias religiosas normales, en las que
no se cumplen las características propias de la ideación
delirante. El delirio mesiánico, donde el paciente cree
cumplir misiones redentoras designadas por divinidades,
cree ser un líder universal o se cree él mismo una divinidad,
entraría dentro de este grupo.
Delirio de Capgras o ilusión de Sosias. El paciente
desarrolla la creencia de que ciertas personas significativas
para su vida, como sus propios familiares, han sido
sustituidos por dobles exactos, que asumen sus roles y se
comportan como si fueran las personas originales. Al ver
a la persona conocida, piensa que no es realmente quien
parece ser, sino un impostor que ha ocupado su lugar. Se
trata, pues, de una falsa identificación.Aparece en algunos
pacientesconesquizofrenia,sibientambiénsepuededaren
pacientes con trastornos mentales orgánicos. No hay que
confundirlo con el síndrome de Fregoli, en el que sucede
lo contrario, es decir, el paciente identifica falsamente a
desconocidos, pensando que sí que los conoce.
Delirios fantásticos. Son delirios físicamente
imposibles, más propios de cuentos de hadas que de la
vida real (extraterrestres, viajes astrales, etc.). Los clásicos
delirios parafrénicos entrarían en este grupo.
Según su organización. En función de la organización
del delirio, éste se puede clasificar en sistematizado y no
sistematizado:
Delirio sistematizado. Se trata de delirios
organizados armónicamente. El paciente puede intentar
demostrar la realidad de su creencia, pudiéndolo
explicar con una incluso muy compleja organización y
complejidad, a modo de argumento o guión.
Delirio no sistematizado. Se trata de delirios en los
que las ideas no tienen relación las unas con las otras, o la
relación que da el paciente es absurda. En general, el pa-
ciente no suele intentar explicar sus ideas, sino que cree que
las cosas «son así» porque él «lo sabe», o «porque sí».
Según su estructura formal. Otros autores (Sánchez Gó
mez y cols., 2005) dividen de manera muy interesante los
delirios según su estructura formal, diferenciando las ca
racterísticas psicopatológicas de los delirios en función del
trastorno que los desencadenan (esquizofrenia, paranoia,
parafrenia, trastornos afectivos y trastornos orgánico-cere
brales). Se remite a los capítulos propios de estos trastornos
para estudiar estas características más específicas.
Formas especiales
Delirio compartido, delirio inducido o folie
à deux. Delirio compartido por terceras personas,
generalmente familiares o allegados al paciente. Puede
aparecer en delirios bien sistematizados con cierta lógica
y coherencia (sobre todo delirios secundarios paranoides
en pacientes con trastorno delirante paranoide).
Reacciones deliroides. Se trata de cuadros
delirantes de duración breve y recortada, que aparecen
ante situaciones de estrés en pacientes predispuestos.
El contenido del delirio suele ser comprensible (sería
por lo tanto un delirio secundario). El tratamiento es
sintomático durante la fase aguda, y el pronóstico es
bueno, sobre todo si desaparecen los factores estresantes
precipitantes del cuadro.
Deliriosensitivoderelaciónodereferencia. Descrito
por Kretschmer. No se trata exactamente de un delirio
propiamente dicho. Suele aparecer en personas muy
sensibles y fácilmente impresionables, quienes, a partir
de una situación vital estresante, desarrollan un cuadro
clínico caracterizado por la vivencia de un conflicto
entre ellas y el resto del grupo, sintiéndose desplazadas,
menospreciadas y con muy baja autoestima. El paciente
sufre esta situación de auto y heteromarginación con
crítica de la misma, hasta tal punto que sus síntomas más
evidentes son de ansiedad y de estado de ánimo depresivo
de características reactivas a la situación y a su manera
de interpretarla.
Delirium o delirio exógeno. Se trata de algo muy
diferente al delirio propiamente dicho. En realidad el
delirium no es una forma de delirio. El delirium es un
síndrome confusional, que cursa con alteraciones del nivel
de conciencia, las cuales, de manera secundaria, pueden
producir alteraciones del pensamiento. Estas últimas,
cuando aparecen, adoptan características peculiares, en
las que el paciente participa totalmente de la experiencia
delirante, de modo parecido a como se impone el sueño
al soñador (Serrallonga, 2002). La vivencia general es
muy alta y va acompañada de alteraciones de otras
esferas psicopatológicas: nivel de conciencia, orientación,
percepción o cualquier otra área psicopatológica. Ante
la presencia de un delirium hay que descartar siempre
una causa orgánica o tóxico-farmacológica, ya que son
alteraciones de origen no psiquiátrico potencialmente muy
graves si no se diagnostica la causa y se trata a tiempo. El
tratamientodeestoscuadrosesuncampoqueperteneceala
medicina interna, aunque el síntoma guía sea psiquiátrico.
Consideraciones finales en relación
con los delirios
La conceptualización del delirio como creencia falsa ha sido
últimamente objeto de controversia (Berrios, 1996; Castilla
del Pino, 1998; Baños y Belloch, 2008).Aplicar el criterio de
veracidad o falsedad a una creencia es bastante complicado,
ya que, de hecho, muchos delirios parten de hechos reales
dentro de la psicobiografía del sujeto. Un paciente, por
ejemplo, puede tener problemas reales con sus vecinos, y a
partir de ahí estructurar una ideación delirante. Casos
similares podemos encontrar con frecuencia en muchos
otros delirios paranoides y algunos celotípicos, entre otros.
Lo mismo sucede con la noción de incomprensibilidad
psicológica, puesto que muchos delirios pueden ser, sobre
todo en su inicio, comprensibles. Y, en el lado opuesto, a
10. Capítulo 45 Trastornos del pensamiento y del lenguaje
e-708
normal o socialmente adecuado. Se podría considerar
como el extremo contrario del aumento de latencia
de respuesta. El paciente habla con rapidez y es difícil
interrumpirle. Algunas oraciones pueden quedar
incompletas debido al ansia por decir una nueva idea.
Se suele encontrar en los cuadros maníacos, casi siempre
acompañado de un aumento del tono de voz, así como de
trastornos del pensamiento (taquipsiquia o aceleración
del pensamiento, y también en la fuga de ideas).
Tartamudez o disfemia o espasmofemia. Se da una
alteración del ritmo y de la fluidez del habla, caracterizada
por la interrupción del flujo del habla, por la tendencia a
repetir las sílabas iniciales de las palabras.Pueden aparecer
también bloqueos y aspiraciones.Aumenta en situación de
ansiedad.Clásicamente se definen tres tipos de tartamudez
(Serrallonga, 2002): a) tónica, que fundamentalmente se
presenta al inicio de un discurso comunicativo y que, una
vez superado, fluye normalmente; b) clónica, en la que el
trastorno se manifiesta en el principio del fonema, y c)
mixta, que agrupa a las dos anteriores.
Aprosodia. Falta de entonación, apareciendo un dis
curso monótono, sin inflexiones y con pérdida de la musi
calidad.Sueleasociarseaalteracionessimilaresenellenguaje
no verbal.Es una alteración inespecífica.Se puede observar
en las depresiones, esquizofrenia con síntomas negativos,
autismo y diversos trastornos neurológicos como la
enfermedad de Parkinson y algunas afasias, entre otros.
Trastornos iterativos del lenguaje
o esterotipias verbales
Alteraciones en la repetición de una misma sílaba, pala-
bra o frase. Se pueden distinguir los siguientes tipos:
Palilalia. Repetición involuntaria de una palabra varias
vecesseguidasydeformaespasmódica.Frecuenteenpacientes
con afasia, en otros trastornos neurológicos (enfermedad de
Parkinson, etc.). También se puede encontrar en pacientes
con esquizofrenia. La repetición espasmódica de una sílaba
en lugar de toda la palabra se llama logoclonía.
Ecolalia. Repetición irrelevante y persistente de las
últimaspalabrasofrasesquehansidodirigidasalenfermo,
a modo de eco. Puede también copiar su entonación.
Verbigeración. Repetición incesante, carente de
sentido, de manera automatizada y estereotipada de las
mismas palabras o frases. Suelen ir encadenadas a modo
de discurso. Es un síntoma muy inespecífico.
Coprolalia. Empleo de manera estereotipada de
palabras vulgares, obscenas y sucias. Es un síntoma
característico del síndrome de Gilles de la Tourette, si
bien se puede encontrar también en otros trastornos.
Trastornos de la significación del lenguaje
Se trata de trastornos que afectan más directamente al
significado del lenguaje. La mayoría de ellos son caracte-
rísticos de la esquizofrenia, si bien también pueden apa-
recer en algunas demencias y en afasias sensoriales:
Neologismos. Creación y uso de palabras o expre
siones sin un significado generalmente aceptado, a las
que el paciente da una significación concreta. El paciente
crea nuevas palabras a partir de la combinación o
condensación de otras, siendo estas nuevas palabras
incomprensibles para el entrevistador. Se puede observar
en las afasias sensoriales y también es característico de
algunos pacientes con esquizofrenia. En estos pacientes,
puede corresponder a tres orígenes (Vallejo Nágera,
1981;
Higueras Aranda y López Sánchez, 1996):
1. La necesidad de expresión de sentimientos y sensacio-
nes nuevas y extrañas que no pueden designarse con
los vocablos corrientes.
2. Las seudoalucinaciones auditivas, que aportan pala-
bras o frases que no tienen ninguna relación con la
idea que quieren expresar.
3. Las ideas delirantes, que inducen a cierto lenguaje
misterioso y simbólico.
Paralogismos. Confusión del concepto que expresa
una palabra, de manera que a una palabra existente se
le da un significado diferente al que en realidad tiene. Se
suele asociar a la presencia de neologismos.
Glosomanía. Conjunto de manifestaciones verbales
neoformadas acumuladas sin preocupación sintáctica
alguna y desprovistas de fijeza y significación propias.
Glosolalia. Lenguaje «personal» del enfermo,
que utiliza un vocabulario y una sintaxis de su propia
invención, pero con un sentido propio.Así, a diferencia de
la glosomanía,este lenguaje sí podría ser traducido en caso
de que conociéramos este lenguaje especial.También se ha
llamado criptolalia, y su escritura derivada, criptografía.
Ensalada de palabras. Aparición de conexiones
incoherentes o incomprensibles de palabras, que no
responden a ninguna regla gramatical, y sin significado
aparente. Las palabras de una oración apenas
guardan relación unas con otras. Es propia también
de algunos pacientes con esquizofrenia. A pesar de su
espectacularidad, puede aparecer en pacientes con pocas
alteraciones en el resto de funciones psíquicas. También
se ha llamado por algunos autores esquizoafasia.
Descarrilamiento o asociaciones laxas de
ideas. Interrupción de la conexión lógica entre las ideas
y el sentido general de la dirección del pensamiento.
Existe un deslizamiento constante de un tema a otro, pero
las frases individuales pueden ser claras y con sentido. Sin
embargo, las ideas se escabullen unas de otras. Se dicen
cosas yuxtaponiéndolas y falta una adecuada conexión
entre frases o ideas. El lenguaje resultante puede presentar
falta de cohesión,y el contenido final del discurso puede no
estar relacionado con la pregunta formulada al principio.
Alteraciones de origen preferentemente
neurológico
Distinguiremos dos grupos: las afasias y los trastornos de
la articulación del lenguaje. Debido a su poca repercu-
sión en los trastornos psiquiátricos, se comentarán sólo