Introducción:Los objetivos de Desarrollo Sostenible
La posada de elias
1. Autor
Cuento de Juan Antonio de la Iglesia adaptado por Puri
Cruz
Título La posada de Elías
REPRESENTACIÓN NAVIDEÑA
EDUCACIÓN INFANTIL- INFANTES- LA POSADA DE
ELÍAS
Hace muchos, muchísimos años y siglos también, en una aldea de Palestina,
un hombre llamado Elías tenía una posada para los caminantes y viajeros.
Aquella helada noche de diciembre, Elías andaba ocupadísimo mientras su
esposa Judit trabajaba en la cocina preparando la cena, ayudada por sus
sirvientes.
La pequeña Esther, su hija, era la encargada de abrir la puerta y recibir a los
viajeros. POSADERO-: ¡ Vamos a trabajar! ¡ Hay muchas cosas que hacer!
-CRIADO 1- : YO traeré leña
-CRIADO 2-: Yo prepararé el fuego
-CRIADO 3-: Yo pondré manteles
-CRIADO 4-: Yo llenaré las jarras
-CRIADO 5 -: Yo barreré el suelo
-POSADERA -: ¡Alguien que me ayude en la cocina¡
-CRIADO 6 -: Yo te ayudaré mi señora
-ESTHER -: Yo calentaré el pan, mamá
- POSADERO -: ¡Eso, a trabajar todo el mundo¡
Así estaban todos de afanados y trabajadores, cuando unos golpes sonaron en
la puerta
-MERCADER-: ¿Se puede entrar?
-POSADERO-: Adelante, adelante
Era un rico mercader que venía de la ciudad de vender sus preciosas telas y
joyas.
>Elías le ayudó a descargar el resto de la mercancía y fue enseñando sus
maravillosas te
>las traídas de Oriente.
>Después Elías mandó a sus criados que le sirvieran buen vino y suculenta
cena. Lo que más le importaba era conseguir que gente rica e importante
pasara y se alojara en su posada, pues así conseguiría buenos dinerillos.
Como ya había entrado la noche, el mercader decidió retirarse a su habitación
a descansar.
Fue entonces cuando...............
(Suenan golpes en la puerta)
- REY BALTASAR: ¡Abrid la puerta al rey Baltasar¡
- POSADERO: ¡Un rey en mi posada¡
- TODOS: ¡Un rey¡
- POSADERA: Abre la puerta Esther
Era el rey Baltasar que con sus pajes había llegado a la posada para pasar la
noche. El rey se dirigió a ellos diciendo:
- REY BALTASAR: La paz sea con vosotros. Queremos habitación para
descansar
2. - PAJES: Y agua para los camellos
El posadero les hizo pasar. Mando a los criados que llevaran agua a los
camellos y a los demás les mandó preparar todo para que el rey se sintiera
cómodo y contento.
>Elías estaba entusiasmado pues nunca había tenido en su posada alguien tan
importante, ¡seguro que le pagaría muy bien.
Prepararon platos, jarras de vino y calentaron las mejores habitaciones de la
posada para que el rey y su séquito estuvieran confortables.
Estaban aún disfrutando de la suculenta cena, cuando de nuevo, fuertes golpes
volvieron a sonar en la puerta.
- REY MELCHOR: ¡Abrid la puerta al rey Melchor¡
- ELIAS: ¡Otro rey¡
- TODOS: ¡Otro rey¡
- POSADERA: corre Esther abre la puerta
Eran el rey Melchor que con sus pajes también habían decidido pasar la noche
en la posada.
Elías estaba atónito, vio como los dos reyes se saludaban amigablemente. Se
acercó a ellos y les preguntó que porqué había tanto rey viajando esa noche.
Melchor y Baltasar contaron que una estrella que habían descubierto en el
cielo, les estaba guiando hasta donde nacería el rey del cielo y la tierra. Ellos la
seguían para adorar a ese rey esperado.
Todos dejaron de trabajar para escuchar embobados esas palabras.
Entonces Elías, pensando que eso era puro cuento, mandó a todos que se
pusieran de nuevo a trabajar.
- ELÍAS: ¡Vamos a trabajar hay mucho que hacer¡
Y era verdad, pues nunca había habido tanto huésped en la posada. Todos se
pusieron manos a la obra para que el rey Melchor y su séquito pudieran cenar y
descansar.
Elías se dirigió a su mujer y a su hija y les dijo:
- ELIAS: No abráis la puerta a nadie pues ya no tenemos habitación.
Pero no había terminado de decir la frase, cuando por tercera vez, unos golpes
sonaron tras la puerta.
-REY GASPAR: ¡Abrid la puerta al rey Gaspar¡
-ELÍAS: ¡¡¡¡¡Otro rey¡¡¡¡¡¡
-TODOS: ¡¡¡¡¡Otro rey¡¡¡¡¡
No daban crédito a sus ojos cuando al abrir vieron aparecer a un tercer rey,
llamado Gaspar, acompañado de su séquito.
- REY GASPAR: Estamos cansados, queremos descansar.
- PAJES: Y agua para los camellos.
- ELÍAS: Pasad, pasad
Toda la posada se convirtió en una gran algarabía. Nadie paraba, todos
trabajaban
- POSADERA: Haré más comida
- CRIADO 1: Traeré más leña
- CRIADO 2 : Daré agua a los camellos
- CRIADO 3 : Pondré más manteles
- CRIADO 4 ; Yo llenaré más jarras
- ESTHER: Traeré más pan
- CRIADO 5 : Yo ayudaré a mi señora
- CRIADO 6 : Yo también
3. - ELÍAS : Yo me llenaré los bolsillos de mucho dinerito, ¡A trabajar!
De pronto, Elías se dio cuenta de un gran problema; ¡No tenía habitación para
el rey Gaspar! ¿Dónde dormirían?
¡Ah, ya está! Se acercó a su mujer y le dijo que el rey dormiría en su dormitorio,
ella dormiría en la cocina y él se quedaría toda la noche en el salón para vigilar
que nadie le robara.
Se lo comunicó al rey que junto con los demás, charlaban alegremente de
aquella estrella que les había llevado hasta allí de tan distinto lugar.
Todos se saludaban y disfrutaban de tan agradable noche.
Pero poco a poco, fue llegando el sueño y todos decidieron retirarse a
descansar: el rey Baltasar, el rey Melchor, el rey Gaspar , los
criados..................
Sólo quedaba Esther terminando de limpiar algunas mesas y su padre que no
se cansaba de contar el dinero que le iban a pagar. Elías le dijo a su hija:
-ELIAS : Voy a ver como están los camellos. No dejes entrar a nadie.
Cuando se hubo marchado, unos suaves golpes sonaron en la puerta. Esther,
pensando que era algún sirviente de algún rey, abrió sin pensar en la
advertencia de su padre.
- JOSE: Soy José y ella es María, venimos cansados
- ESTHER: No hay habitación
- MARIA : hemos hecho un largo camino y voy a ser madre
- ESTHER : No hay habitación
- JOSE : Por favor, no encontramos posada
- ESTHER : No hay habitación
Esther miró a la mujer que era joven y delicada como una flor. Eran pobres,
pues llevaban ropas viejas y se les veía el rostro cansado. No se lo pensó más
y les dejó pasar.
En esto apareció Elías, vio que su hija habían dejado pasar a unos forasteros y
se enojo con ella. Le recordó que le había advertido que no dejara pasar a
nadie pues no había más habitaciones.
Después, mirando a los forasteros, les preguntó si tenían dinero. José y María
negaron con la cabeza. Elías con tono severo les dijo:
- ELÍAS : ¡¡¡¡¡¡Fuera!!!!!!!!
Y se marchó a la cocina.
Esther estaba avergonzada por su padre, y antes de que José y María
empezaran a retirarse, se acercó a ellos, les llamó y les dijo que podían dormir
en el establo. Sería mejor que dormir a la intemperie. Era lo único que podía
ofrecerles.
- MARIA : Allí el niño estará bien
- JOSE : Gracias.
Los esposos marcharon y Esther, muy triste por lo vivido, se retiró a la cocina
para descansar junto a su madre.
Elías volvió al salón, comprobó que ya no estaban los forasteros.
Se sentó en una mesa
Y feliz, se fue quedando dormido.
Pero.............algo mágico empezó a suceder................
(Aparece una fila de ángeles que rodean a Elías y se dirigen al
establo)
Ante tal sonido angelical y pensando que aún soñaba, Elías fue abriendo los
4. ojos. No daba crédito a lo que veía ¿Qué estaba pasando?
>Siguió con la mirada como aquella fila de angelitos se dirigía a su cuadra ¿Por
qué?
>Vio una gran estrella en el cielo ¿Por qué?
>Entonces recordó a aquellos viajeros y recordó lo que los Reyes habían dicho
sobre la venida del Mesías.
>¡Pero no podía ser! ¡En su establo!
>¡Oh no, el los había arrojado a la calle!
>¡Esos forasteros eran........!¡ Oh no!
Su esposa Judit y Esther también se habían despertado con tanto jaleo. Fueron
a ver que pasaba y vieron al niño. Pero también vieron a Elías llorando
amargamente su egoísmo. Intentaron consolarle, intentaron llevarle para que
viera al niño.
>Pero Elías se sentía tan avergonzado que sólo quería esconderse en el último
rincón de la posada.
Fue entonces cuando pensó que lo mejor que podía hacer, para pedir perdón,
era ofrecer a José y a María su preciada bolsa de dinero. Se lo entregaría todo
y quizás así encontraría perdón a su culpa.
¡Pero él se quedaría sin nada ¡
¡ No importa así sea!
Decidido a marcharse a la cuadra vio como dos ángeles se le acercaban y le
decían:
- ANGEL1 : Guarda tu dinero
- ANGEL 2 : El niño quiere tu perdón y un poquito de leche calentita
Así lo hizo, cogió un cuenquito, de leche que calentó con sus propias manos y
aderezó con algunas de sus lágrimas y se dirigió al portal donde todos le
esperaban sabiendo que había recibido una maravillosa lección.
Después fueron llegando todos los huéspedes de la posada.
El mercader
El rey Baltasar
El rey Melchor
El rey Gaspar
Los criados
Todos muy felices entregaron sus mejores presentes
Y TU, ELÍAS DE HOY, ¿NO QUIERES HACERLE ALGÚN REGALO?
> ASÍ SEA, ¡GRACIAS!
>
Juan Antonio de la Iglesia, Puri Cruz