1. LA MADRE QUE TE PECÓ
- Monólogo -
Autora: Pilar Alberdi
PERSONAJE
ELLA, LA MADRE
Yo hasta que cumplí los cuarenta no supe que había pecado. Porque en aquella época,
ser madre no me parecía un pecado.
Cuando era joven, los niños decían: "¡Mamá, mamá!" y me recordaban constantemente
mi pecado. Tanto pecaba dando biberones y cambiando pañales que no me quedaba ni
tiempo para mirar un crepúsculo sobre el Mediterráneo que desde donde yo vivo me cae
a 600 kilómetros. Pero conste, que lo intentaba.
Luego, para cuando cumplí los treinta, nuestros niños convertidos en adolescentes me
recordaban en qué vicio gastaba el dinero de la familia: ropa de marca para ellos, clases
de inglés en Gran Bretaña, de karate, de piano, de guitarra, entradas al cine,
campamentos de verano, semanas blancas en la nieve, hamburguesas. Ser madre me
estaba costando -no los dos ojos de la cara, que eso no sería nada- sino los dos bolsillos
de los pantalones como antes me había costado las dos tetas que se me quedaron
flácidas y aburridas, y la cuenta bancaria, la de aquí, porque en Suiza sólo las tienen
esos pobres ricos, que al final hasta pecan como nosotros y a veces lloran, no al
contado, porque eso sería mucho pedirle a un rico, pero si en tarjeta de plástico que es
más fría. Y es que, para caer en el pecado de la maternidad hay que dejarse arrastrar por
los pecados cosmopolitas más conocidos... La soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula,
envidia, pereza. Que son siete. ¿De verdad son siete? Prueben ustedes a contar. Bueno,
mejor lo dejamos para otro día, porque estamos hablando del más grave, el más digno
de una Unidad de Cuidados Intensivos: la madre. Para caer en él, no se cae así por las
buenas. No. Una empieza por la pereza... Se dice: no, para qué voy a casarme. ¡Qué lío
de papeles! Y luego si te va mal. Entonces descubres que todas las amigas que decían lo
mismo que tú, comienzan a emparejarse. Y te dejas llevar por la ira. La ira te hace decir:
mejor con papeles... Lo que inevitablemente te arrastra a la envidia, ese pecado tan sutil,
que hace que le arrojes granos de arroz a los ojos de las amigas que se casan vestidas de
blanco -¡y bien que tú les conoces las historias de sus amoríos, que para algo eras tú su
íntima, y ellas tan panchas... "Blanca y radiante va la novia... -canta la gente como en un
musical-, le sigue atrás su novio amante"... y el fotógrafo y la modista que acomoda el
velo, y los niños que portaron las alianzas, y la suegra y el suegro, y las amigas solteras
que esperan recoger la liga, entre las que vas tú. Ahí, precisamente ahí, en ese momento,
en ese día y ante ese sagrado altar, es donde comienzan a hacerte creer que les va bien...
que el matrimonio es una maravilla, ¡y te entra un deseo de probar...!: la gula. Te
relames los dedos, te relames... el dedo... (buscando el adecuado) índice como si fuera...,
como si fuera...; como si fuera, ¡exactamente como si fuera! Te da vueltas la cabeza,
piensas en aspirinas, dolalgial, gelocatil, nolotil, prozac... Buscas un sucedáneo y... vas a
una de esas tiendas viciosas en las que por lo general entran pocas mujeres y... te
compras un vibrador, discreto, (indicación de tamaño y forma) así... No, así. Bueno,
¡así! Pero no te conforma, no parece natural, le falta textura, esas venitas... azules, ese
2. gusto y ese tacto en la lengua a crêpe, en fin, un pelillo..., algo que lo haga familiar, que
te deje a gustito.... La gula. Sales corriendo y vuelves a la tienda, esta vez con gafas
oscuras. Te compras dos vibradores, pero tampoco te conforman. Te pones una peluca
rubia. Tres vibradores... Nada. Y ya estamos en la lujuría. Cien vibradores y tampoco.
Una locura. Ya no te alcanzan los disfraces. Mil, de todos los modelos y de cualquier
país, y... ¿Y qué consigues aparte de quedarte pelirroja?... ¿Cómo se llama éso?
¿Perversión? ¡No! Lujuria. Entonces piensas que no encontrarás vibrador a tu tamaño,
que no lo hay en el mundo, que no hallarás nada ni nadie que te satisfaga... y conoces la
soberbia. Con lo que cierras el círculo. Has cometido todos los pecados vulgarmente
conocidos por la gente como "capitalistas" -¡porque a ver qué pobre va a sentir lujuria,
soberbia, gula...!- para caer en el más primitivo, el más cosmopolita, también el más
religioso, y te conviertes en madre.
Conscientes de tu caída, desde los partidos políticos de izquierda y las Concejalías de la
mujer, quieren salvarte y te invitan repetidamente para que no peques más. Y
promueven cursos para que accedas a un puesto de trabajo al que abandonaste para caer
en el vicio de la maternidad. Por otra parte, desde los partidos de derecha hasta el
"infalibilus papá vaticanum est", te incitan a que pinches los condones, olvides la
píldora anticonceptiva y la del día después en un cajón oscuro, y no abortes.
Así, entre los deseos de unos y de los otros, llegas a los cuarenta y cinco, la menopausia,
"la edad mística" como llamó Pérez de Ayala a la menopausia y también a la
adolescencia. ¡Qué dos edades! Y llega el momento de la recriminación, de ver el
mundo tal cual era, de ver en qué has despilfarrado tu vida menopáusica. Miras a tu
alrededor y qué has conseguido con tu pecado, el cual como he dicho antes, no era
"peccata minuta", ¿qué has conseguido?...: el síndrome del nido vacío. Éso es lo que has
conseguido. ¿Dónde están los que te llamaban, "mamá, mamá"! Una es médica, el otro
ingeniero, la siguiente mecánica de automotores porque a ella le iban las tareas de
"machos", y el pequeño estéticien porque a éste le gustaban las de niñas. Eh ahí a dónde
te condujo tu pecado. Y te sientes perdida: y ¿qué hago yo ahora con mi vida? No vales
ni para un seguro de vida. Y mientras tú estás en estas profundas meditaciones de
convento de menopáusicas llega tu hija y te dice: "Mamá -te nombra otra vez tu pecado
y te duele-, he conocido un chico". Y tú piensas, uno más... Sexo, simplemente, sexo. Y
ella: "Quiere casarse conmigo". Ja, ja, ja, sonríes... "Quiere tener hijos". Ja, ya no te ríes
tanto. Todavía explica: "Quiero ser madre". Y comprendes que no hay remedio, tu hija
ha salido a ti, y será una viciosa, una pecadora incorregible, a la que sus niños llamarán
"¡Mamá, mamá!" y a ti "¡Abuela, abuela!" Entonces, ¡horror!, descubrirás un nuevo
pecado. Otro, que no conocías. El de la abuela que lleva a los nietos al colegio, y les da
de comer, y los cuida mientras sus jóvenes y laboriosos padres trabajan para ganar
sueldos con los que no podrán llegar a fin de mes. Pero ese pecado lo comentarás otro
día, porque éste, el de ser madre te tiene menopáusicamente "mística" y levitas como
una endiablada santa. Y ya se sabe: "hay que tener dos vicios, porque uno es
demasiado". Pero hasta que te hagan abuela, tú sólo tienes éste, el de madre. Lo que no
es poco.
(Da dos pasos como para retirarse pero vuelve). Una cosa más... Pensé... seriamente,
muy seriamente, más... seriamente, en crear una asociación como la de Alcohólicos
Anónimos o la de Gordos Anónimos, de la cual, lógicamente, yo iba a ser la presidenta,
pero a poco que recapacité me convencí de la inutilidad; porque resulta que Madres
Anónimas, hay a montones. Están las que sus hijos les escapan, y luego las otras, la que
3. los hijos se olvidan -con un poco de premeditación y algo de alevosía- de su
cumpleaños, del aniversario de boda...Tan ocupados como están con sus vidas,
criaturitas.
Ser madre... ¡qué pecado! Pero los hay peores, y más caros como el pecado de querer
ser joven, con lo que cuestan las zapatillas importadas y los cursos de parapente,
puenting, surfing, submarinismo, y los liftings, las liposucciones, y esas mil actividades
que uno tiene que hacer para que los demás se crean que uno es, cuanto menos, todo lo
joven que aparenta ser.
Y luego está el pecado gravísimo y que también nos afecta a las madres de: "la maté
porque era mía". ¡Hala, bruto! Como si no hubiera por ahí mil mujeres esperando que
un bruto se les declare. Porque nosotras, a la hora de matar... ¡qué finas somos! De un
empujoncito, los echamos de la cama. Y cuando ellos se quejan del golpe en el culo, les
decimos: "La culpa es tuya, cariño". Así, con delicadeza que es como mejor se dicen las
cosas entre los que bien se quieren.
Y también está ese pecado terrible, llamado "tú ahí, no entras solo" que sufren los niños
pequeños cuando les dicen a sus madres que quieren ir a hacer pipí al baño de los
hombres. Y ellas: "que te tengo dicho, que tú ahí no entras solo". Y el niño... "que no,
que yo al de mujeres no voy". "Pero bueno, piensa el niño, ¿papá no es un hombre y le
veo todos los días?, qué tienen los hombres del baño, qué tienen, sí, qué tienen que no
tenga el niño, si el tiene ese chorrito de nada... Pero ya se sabe, las madres y sus miedos,
y esos gigantísmos, que al final... imaginan -falsamente, ¿eh?, falsamente- en otros, lo
que les falta en casa.
(Mirando hacia un lado y a otro).¡Oh, pero si ahí viene mi pequeño! Escuchais cómo
grita: "¡Mamá, mamá!" ¿No, no escucháis? Tengo que contaros un secreto. No es hijo
mío, ni de mi marido; es hijo de la menopausia. Ya sé que antes se tenían los hijos... del
lechero y del panadero, pero ahora no, una gran mayoría son de la menopausia. Y yo
cuando lo miro con esa carita tan dulce y veo que me recuerda mi pasado de pecado, no
le digo como otras: "¡La madre que te parió!" Sino, ¡"La madre que te pecó!" Y me
quedo tan tranquila. Porque... pecados capitales muchos, pero como el de ser madre,
ninguno.
ADOLESCE. . . ME PARECE
Una obra de la realidad pensada y vivida por sus protagonistas
Idea, Compaginación y Dirección: Silvia Rivero
PERSONAJES
GABI – la chica madura en busca en comprensión y amistad
SOL – la chica tranquila que encontró el amor
CARO – la chica vivaz y transparente
4. INES – la soñadora eternamente enamorada
CLARITA – la chica insegura que no quiere ser ignorada
MATIAS – el chico que encontró la amistad y el amor
FACU – el chico que se animó a sentir.
AMBIENTACION
Un escenario vacío en el que luego se colocarán una cama y un perchero
(centro/arriba izquierda), y un banco tipo de plaza (centro derecha).
Escena 1
VOZ EN OFF (Voz de mujer, romántica. Puede haber un fondo musical
melódico y una bailarina adolescente interpretando): “La flor, en el
esplendor de su vitalidad y su belleza, comenzó a presentir, con alegría y
con temor, algo nuevo y diferente en su existencia.
Los pétalos, habituados a su forma y color, alarmados por un extraño
cansancio y sacudimientos de nuevas energías, consultaron con el interior
de la rozagante flor y la respuesta del androceo y del gineceo fue la
misma.
Toda ella sentía en sus carnes llenar de vida, que algo comenzaba a
suceder. Y aunque había visto muchas otras flores convertirse en frutos,
y aunque ese llamado estaba inscrito en la madera misma del duraznero,
la extraña sensación no fue menos sorprendente.
Era inédita. ¡Era la suya!
La de esa flor maravillosa y única que pronto sería un fruto madura. Un
nuevo fruto cargado de una nueva vida.
Y que ya no estaría al abrigo del árbol que le dio su savia, sino que
comenzaría a recorrer su camino propio por el mundo . . . “
Escena 2
(Los personajes van entrando de a uno, dos desde arriba, dos por izquierda
y dos por derecha. Se ubican en distintas partes del escenario, y a medida
que hablan, se van cruzando, ocupando nuevas posiciones. El intercambio
debe ser rápido)
5. GABI: Mi mamá no me entiende.
FACU: Mi papá tampoco.
INES: No tengo ganas de hacer nada.
MATIAS: Estoy harto de ir al colegio.
SOL: Mi hermano me tiene re-podrida.
CARO: Me siento mal y no sé por qué.
FACU: ¿Por qué tengo que volver tan temprano?
INES: ¿Por qué me cuestionan todo?
GABI: El jean me queda flojo.
MATIAS: Me peleé con mis amigos.
CARO: Qué me pongo.
SOL: Estoy enamorada.
INES: Me salió un grano.
MATIAS: ¿Por qué tengo que estudiar inglés?
GABI: No tengo internet.
FACU: No entiendo nada.
SOL: ¿Por qué tengo que arreglar mi pieza?
CARO: Mi vida es una mierda.
APAGÓN
CLARITA (en off): Che, ¿dónde están todos?
Escena 3
INES sola en el escenario, en el proscenio, sentada de piernas cruzadas en
un almohadón, escribe su diario.
INES (escribe, lee, etc): Viernes 17 de agosto. Querido diario: hoy me
pegué un susto tremendo. Casi se corta la tele a la hora de la novela. En
el capítulo de hoy Federico que estaba más potro que nunca! – Tiene una
mirada . . . que no te imaginás. Bueno, sí, ya te lo conté un millón de
veces. La cosa es que tuvo un accidente y perdió la memoria. Ahora está
6. en la casa de la tipa que lo atropelló. Ella tiene “la plata”, y es medio
vieja, pero parece que le quiere caer igual. ¡La desgraciada! Y la pobre
María, con su vestido de novia listo, buscándolo desesperada, sin saber
que Federico ya ni se acuerda de ella. ¡Yo me muero si algo así me llega a
pasar! ( Ya sin escribir, para ella misma) Ay, Fede, Fede, ¿no te das
cuenta de que esta otra es un bruja? (dice lo que sigue mientras se
dirige a la cama – centro derecha) Si pudieras escucharme. . . (se tira en
la cama, y cierra el diario, soñadora).
Canción de Inés
Sólo sé que este sueño
Ya me pertenece.
Sólo sé que te quiero
Y este amor florece.
Los otros dirán que lo soñé
Pero yo sé que es verdad.
Porque por vos late mi corazón.
No sos una ilusión
Quiero que pronto conmigo estés
Y termine esta prisión
En la que está encerrado mi amor.
Sos mi gran obsesión.
Creo en vos, y te espero
Cumplí mi deseo.
Sueño porque sí creo
Que es amor verdadero.
Donde estés escucha esta canción
Sos mi gran obsesión.
Lo otros dirán que te soñé
Pero sé que aquí estás
Porque por vos late mi corazón.
Sos mi gran obsesión.
Baja la luz de a poco. Inés sale por puerta de atrás.
7. Escena 4
Se ilumina el banco – centro derecha. Gabi, Caro y Sol están sentadas,
haciendo un test de una revista. Sol tiene la revista en la mano y completa
los casilleros.
SOL: Para su cumpleaños usted espera que él le regale: a-una joya, b-unas
vacaciones con toda la familia, c-una poesía.
GABI: ¿Con toda la familia? ¡Qué desubicado! Yo lo mato si hace eso.
SOL: Yo lo reviento. Para mí, la poesía, pero escrita por él.
GABI: Y si escribe un horror, ¿qué le decís?
SOL: Ay, nena, vos siempre le encontrás la quinta pata al gato.
GABI: No. Soy realista. ¿Sabés las pavadas que Diego me escribió cuando
me quería caer? Y vos Caro, ¿qué querrías que te regale?
CARO: La verdad que a mí me preocupa poco eso. Creo que hay cosas más
importantes que los regalos. Que sea siempre sincero, por ejemplo.
Que me valore, que me comprenda.
SOL: Ya se está poniendo filosófica. Así nunca vas a encontrar novio, che.
Entra Clarita, por derecha.
CLARITA: Al fin las encuentro. ¿Por qué nunca me avisan dónde va a estar?
GABI: Porque vos nunca estás ahí para enterarte.
SOL: Vení Clari, que estamos hablando sobre los hombres.
CLARITA: Mi mamá dice que todos los hombres son iguales.
CARO: Los hombres serán iguales, pero los chicos no.
GABI: Es cierto. Está el fanta, por ejemplo.
Se ilumina DI. Música apropiada. Entra Matías, con anteojos de sol y
comiendo chicle. Mira al público. Sale. Las chicas continuaron sus
movimientos en forma natural, pero sin llamar la atención. Ellas son ajena a
las entradas de los chicos. A partir de este momento los chicos se irán
poniendo elementos para caracterizar las distintas personalidades.
CARO: (riendo) A esos no los banco. Me llevo mejor con los nabos, son como
más dulces.
Música. Entra Facu, con expresión tonta y risueña, despeinado y jugando
con un yo-yo. Sale.
GABI: Aunque cuando les das pie, no te los podés sacar de encima.
8. SOL: Después está el traga, que conviene como amigo para las trimestrales.
Música. Entra Matías, con anteojos de gran aumento y una pila de libros.
Sale.
CARO: Yo no veo nada de malo en que alguien sea estudioso. Matías siempre
sabe todo y me ayuda cuando no entiendo algo.
CLARITA: Ah bueno, pero Matías no es un chico, es tu amigo.
SOL: Sigamos. ¿Y cómo definirían a los del noveno “C”?
TODAS: ¡Esos son unos zarpados!
Música. Entra Facu, caracterizado.
SOL: Menos Facu.
Facu, sale de su rol, y la mira con sorpresa y agrado. Encara al público con
mirada cómplice. Se apaga su luz. Sale.
CLARITA: Justo los ví a Matías y a Facu cuando venía para acá.
SOL: ¿En serio? ¡Me muero!
GABI: Shhh . . . que ahí vienen. . .
Matías y Facu pasan con aire displicente delante de ellas (de izquierda a
derecha). Todas se ponen en pose, menos Caro, que saluda con la mano y una
sonrisa abierta a Matías. Matías también la saluda, y mira de reojo a Gabi.
Se paran abajo derecha. ACU le da una carta a Matías. Matías llama a Caro.
MATÍAS: ( a Caro) Tomá. Es para Sol, de parte de Facu.
Mientras Sol empieza a leer la carta, con todas las chicas encima, se va
apagando lentamente la luz del banco. Las chicas salen por derecha. Música.
Sólo queda iluminado el proscenio, con los chicos, que asumieron una actitud
de complicidad “maleva”. Miran de un lado al otro, como “campaneando”.
MATÍAS: ¿Trajiste?
FACU: Sí.
Saca un paquete de cigarrillos y un encendedor del bolsillo. Se van a
sentarse en el banco.
FACU: ¿Querés? (le ofrece un cigarrillo a Matías)
9. MATÍAS: Y . . . sí.
Ninguno de los dos parece muy convencido ahora, pero de todas maneras
encienden sus cigarrillos. Matías empieza a toser y le molesta el humo.
MATÍAS: Mejor lo dejo para después. Estoy un poco mal de la garganta,
¿sabés?
FACU: Bueno, entonces yo también apago el mío.
Apagan los cigarrillos, con cierto alivio.
FACU: ¿Marean, no?
MATÍAS: Eh.
Facu mira el reloj.
FACU: Che, es hora del partido.
Los dos asumen ahora una actitud entusiasta y más infantil. Matías saca una
radio de la mochila y la prende.
VOZ DEL COMENTARISTA: Ahí viene el burrito López, la toma por la
izquierda, patea . . .
Escuchan un ratito el partido, haciendo gestos y comentarios.
VOZ DEL COMENTARISTA: ¡ Gooooooool ¡!!!!!! ¡ Gooooooool ¡!!!!!!
Los chicos vitorean y salen cantando el himno de su equipo.
Escena 6
Todas las chicas están en la cama. Sol tiene la carta en la mano.
SOL: Al fin, me invitó a salir!
CLARITA: ¡Qué nervios! ¿Y si te pide arreglo?
SOL: ¿Y si no me lo pide?
GABI: Pero sí, che. Si no para qué te va a invitar. Además, se re-nota que
está con vos.
CARO: Facu es un buen chico. Reconozcamos que no es como los demás del
noveno C. Además es muy amigo de Matías. Matías siempre habla bien de él.
10. INES: (leyendo la carta) ¡Qué romántico! Ojalá Federico me hubiera
escrito una carta así.
GABI: No veo la forma, Inés. A menos que vayas a un casting para la novela,
y que decidan que FEDE se enamora de la hijita de la vieja – lo que sería un
degeneración total, y terminaría yendo a la carcel.
INES: Ufa, che. Pero hagamos como que tengo veinte.
GABI: Inés. No tenés veinte, y tenés que aprender a disfrutar de tus trece.
Hay muchos chicos de nuestra edad, y hasta de quince si querés, para
enamorarte. Pero no podés pasarte el día soñando con un actor de la tele.
CLARITA: Dejala a la chica, si ella es feliz así . . .
GABI: Es que yo creo que no es feliz. ¿Cierto Inés?
INES: Amar es un dulce sufrimiento.
GABI: (resignada) Esta no tiene más remedio.
CARO: Entonces, ocupémonos de Sol, que sí está por concretar.
SOL: ¿Y qué me pongo?
CARO: Tenés que ir normal, como siempre te vestís.
CLARITA: Yo me pondría una super mini.
INES: Yo te presto el brillo de labios que me regaló mi prima. Está re
bueno.
GABI: No tenés que ir hecha una diosa. Si él ya está con vos. Lo importante
es la actitud con que vayas. Segura de lo que querés.
SOL: Y yo estoy segura de lo que quiero.
CARO: Así se habla
Canción. (mientras cantan, las chicas van sacando distintas cosas del
perchero – pañoletas, sombreros, etc. Mientras juegan a ser “Mujeres
fatales”)
No tengo qué ponerme pero hoy segura estoy
Estaré irresistible y a mi pies se rendirá
Su mirada seductora mi cuerpo recorrerá
Y cuando me dé cuenta sólo pensaré en zafar.
A los chicos hay que verlos lisa y llanamente como son
Son unos inmaduros, jamás tienen ellos la razón
A pesar de todo eso a mí me gustan igual
Y me estoy preguntando ¿a mí quién me va a invitar?
¿Y si nadie me invita y solterona quedo yo?
No digas esas pavadas, ¡qué mala onda que sos!
SOL
GABI
CARO
CLARITA
INES
11. Si estamos así de ansiosas dejaremos de vivir
El amor es cosa seria lo tienen que admitir
A mí no me lo digas yo comparto tu opinión
Cuando pienso en Federico se me para el corazón.
Facundo es un divino, tal vez me voy a arreglar
Cuando lo vea mañana no sé si me haré rogar
Los chicos del colegio se hacen los indiferentes, sí
No nos toman en serio, no seremos más pacientes, no
En las fiestas ni nos miran, con sus amigos están
Son unos re-maderas, no se animan a bailar.
Los chicos nos importan, eso es toda una maldición
Nos siguen, nos ignoran, y nos harán perder la razón
Si están solos sonríen y conversan muy normal
Pero si están en grupo quién los puede aguantar.
APAGÓN.
ESCENA 7
MÚSICA. Se encienden las luces de sala. Facu entra por atrás de la
sala, con una flor en la mano. Está vestido más elegante, con
comisa y zapatos, y bien peinado. Se lo ve un poco inseguro y
nervioso. Sube al escenario y se sienta en el banco. Mira el
reloj. Mira hacia los lados. Sostiene la flor como si fuera un
globo de gas. La mira. Se arrepiente y la esconde debajo del
banco. Se cruza de brazos, se revienta los nudillos, se frota las
manos. Se despeina un poco. Entra Sol por derecha.
SOL: Hola.
FACU: (se para) Hola.
Sol se sienta en el otro extremo del banco.
FACU. Calor, eh?
SOL: Sí, un poco.
GABI
TODAS
INES
SOL
12. Silencio.
SOL: ¿Tuviste pruebas esta semana?
FACU: Sí, de Lengua, Geografía y Física.
SOL: Yo odio Física. La profesora no explica nada y es re injusta después
con la nota.
FACU: Vos la tenés a la “Corchito”
SOL: Sí.
FACU: Esa es la que me reventó a mí el año pasado. Casi la llevo previa.
SOL: ¿No la tenés este año?
FACU: No, pero igual me va como la mona.
Silencio
FACU: ¿Qué música te gusta?
SOL: De todo un poco. ¿Y a vos?
FACU: Mas bien heavy. A veces escucho también los cuartetos.
SOL: (desilusionada) Ah . . .
Silencio
Los dos al mismo tiempo:
SOL: ¿Te gusta . . .?
FACU: ¿Qué te parece si . . .?
Se callan, y sonríen.
Nuevamente los dos al mismo tiempo:
SOL: ¿Te gusta . . .?
FACU: ¿Qué te parece si . . .?
Se ríen, más relajados.
FACU: Dale, hablá vos.
SOL: Te preguntaba si te gusta leer.
FACU: No mucho. Es un poco aburrido.
13. SOL: Porque a mí me encanta.
FACU: A veces escribo . . .
SOL: ¿Sí? ¿Y qué escribís?
FACU: (con vergüenza) Poesía.
SOL: (emocionada) ¿Me recitás una?
FACU: (adoptando una actitud más segura, y mirándola a los
ojos)
Me gustas cuando callas porque estás como
ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
(Se acerca a ella)
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía;
(Le toma de la mano)
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
SOL: Facu, sos increíble.
FACU: (levantando la flor que escondió debajo del banco) Tomá, es para
vos.
SOL: ¿Para mí?
FACU: ¿Vamos a tomar un helado? Yo te invito.
SOL: Bueno.
(Salen, tomados de la mano)
14. Escena 8
Dormitorio. Inés está tirada en la cama leyendo su diario. Entra Caro, muy
enojada.
CARO: Nunca te voy a perdonar esto.
INES: ¿Qué te pasa?
CARO: Se lo contaste todo. Yo creí que eras mi amiga.
INES: Que le conté qué, a quién.
CARO: No te hagas la sonsa. Le contaste a Gabi que a mí me gusta Matías.
Eso era un secreto a muerte. Si Matías se entera, va a creer que
nuestra amistad fue todo un invento para acercarme a él. Pero vos
sabés que no es así. Yo soy su amiga . . . a pesar de quererlo.
INES: Te juro que no fue a propósito. Le estaba mostrando algo que escribí
en mi diario, y ¡zas! se abrió en esa página. Ella leyó así, sin querer.
CARO: ¡Me traicionaste! ¡No quiero volverte a ver en mi vida!
INES: Pero Caro . . .
Caro se va, dando un portazo. Suena el teléfono.
INES: Hola.
CLARITA: Hola, Inés.
INES: Ah, Clarita.
CLARITA: A que no adivinás que día es hoy.
INES: Qué se yo. Martes.
CLARITA: Sí, pero martes cuánto.
INES: Clarita, no estoy de humor para adivinanzas. Después hablamos.
(corta)
CLARITA: Pero . . .
Quedan en el escenario donde están, para la escena siguiente.
15. Escena 10
Entran todos, con teléfonos en las manos y hablando. Se ubican en distintos
lugares del escenario. Todas las conversaciones ya están comenzadas.
MATÍAS: ¿Que le recitaste qué?
FACU: Y bueno, che. . . Me puse re-nervioso. No sabía que decir. Y lo único
que me salió fue la poesía esa que aprendimos el año pasado en Lengua.
MATIAS: ¿Y ella qué te dijo?
FACU: Y ella se creyó que yo la escribí . . .
SOL: Que le gustaba que no hablara . . . ¡qué se yo lo que decía! . . . pero me
re-encantó. Es un dulce . . . tan sensible . . . tal inteligente . . .
CARO: ¿Se besaron?
SOL: Mas vale, nena. Pero en eso me parece que no tiene mucha experiencia.
. .
CARO: Mejor. Eso habla bien de él.
SOL: . . . pero a mí me gustó igual.
CLARITA: ( disca y disca y no se puede comunicar con nadie) Ufa! Ocupado.
INES: Caro se puso furiosa.
GABI: Y por qué le contaste la verdad. No le hubieras reconocido nada.
INES: Y bueno, me agarró de golpe . . . además, yo no soy mentirosa, che.
Ella es mi amiga y . . .
GABI: Ahora sí que se va armar. . .
INES: ¿Por qué?
MATÍAS: La invité a salir.
FACU: Bueno, al fin te animaste.
MATIAS: Yo no estoy seguro de que esté conmigo. Si jamás me dio ni cinco
de bola.
FACU: Así son las mujeres, che. Y vos sabés que Gabi siempre la juega de
interesante.
16. CLARITA: Esta también está hablando. ¿Pero qué es esto? ¿un complot?
SOL: Esa fue la única pálida. Cuando apareció mi papá.
CARO: ¿Se enojó?
SOL: No sé. Todavía ni hablamos. Estoy encerrada en mi pieza desde que
llegué.
GABI: Bueno, Cortala ya. Después de todo entre ellos no pasa nada.
INES: Pero esto la va a hacer bolsa a Caro.
GABI: ¿Y vos qué sabés? A lo mejor . . . esto es lo que Matías está
necesitando para . .
INES: ¿Para qué?
GABI: Confiá en mí. Bueno, ahora vamos que se hace tarde. Nos
encontramos en la puerta en cinco minutos.
CARO: La verdad es que yo no estoy de humor para nada de estas cosas hoy.
SOL: Eh . . . ¿qué te pasa?
CARO: Nada. Cosas mías.
SOL: No seas mala onda. Tenemos que estar en la puerta en 5 minutos. No
te olvides de la torta.
ESCENA 11
Se apagan luces y sólo queda iluminada Clarita.
CLARITA: ( con tristeza y rabia) ¿Pero dónde se metieron todos? Nunca
entiendo si me lo hacen a propósito o no. Me parece que la verdad es
que no quieren estar conmigo. Y sí. Yo no soy como ellas. Soy tonta y
parece que nunca me pasa nada interesante . . .
CANCIÓN DE CLARITA
17. Me siento insignificante
Nadie sabe bien como soy
En mi interior, hay ilusión
Tengo sueños y siento dolor
Por tener que ocultar mi soledad.
Yo estoy aquí, mírenme al fin
Les quiero mostrar quién soy de verdad
Soy una chica más, como ustedes, igual.
Mis amigas no comprenden
Lo que siento de corazón
En mi interior hay ilusión
Tengo sueños y siento dolor
No quiero ya ocultar mi soledad.
La música se interrumpe repentinamente, con el sonido de un timbre. Clarita
va abrir (CD). Son las chicas con una torta de cumpleaños.
TODAS: Que lo cumplas feliz, que lo cumplas feliz. . .
CLARITA: ¡Se acordaron!
GABI: Of course, Clari. Si hace un mes que no hablás de otra cosa. Además,
sabemos lo importante que es para vos.
CARO: Yo misma te hice la torta. No sé como estará. Sabés que no soy muy
experta en la cocina.
CLARITA: ¡Para mí va a ser la torta más rica de mi vida!
INES: Y ahora, a tirarle la oreja. (todas rodean a Clarita. Inés y Caro se
miran con resentimiento)
18. CLARITA: No, no por favor.
TODAS: Uno, dos, tres . . . (hasta trece)
(Prenden la velitas. Disminuye la luz. Cuando las apaga, apagón total)
ESCENA 12
Entran Gabi y Matías conversando, tomando una latita de Coca-Cola.
GABI: Y sí, no es fácil en mi casa. Desde que mi mamá comenzó a trabajar
soy yo la que se tiene que quedar casi siempre a cuidar a mis hermanos.
Ella dice que está orgullosa de mí, que soy su gran ayuda, y eso me pone
contenta, pero hay días en que quisiera desaparecer.
MATIAS: Por eso es que muchas veces no salís.
GABI: No me queda otra. Pero además, salir con chicos me resulta bastante
aburrido. Eso de estar esquivando los lances me re-pudre. ¿Por qué no
se puede conversar tranquilos, en vez de estar todo el tiempo
diciéndose pavadas? Yo no creo que las digan de verdad. Es todo un
juego de tontos.
MATIAS: No sé. Vos sos tan especial que . . .
GABI: Caro es especial. Es idealista, sincera . . . Y la amistad de ustedes es
especial. Ella no hace más que hablar de vos.
MATIAS: ¿En serio?
GABI: Si. “Matías dice esto. A Matías le gusta esto otro”.
MATIAS: Es que nosotros conversamos mucho. La verdad es que creo que
no tenemos secretos.
GABI: Eso es lo que yo espero de un chico. Que me escuche. Que disfrute
de mi compañía. Que crea en mí como persona.
MATIAS: A mí me gusta escucharte. Y también me importa lo que pensás.
GABI: Matías, no sé si me entendés. Yo quiero un amigo, no un novio.
19. MATIAS: Soy experto como amigo, y un novato como novio. Creo que por
eso no me daba cuenta . . .
GABI: ¿De que te gusta Caro?
MATIAS: Ya que ahora somos amigos, te voy a decir la verdad. Ella es . . .
única.
GABI: ¿Viste que yo tenía razón? Estoy segura de que a ella le va a encantar
que se lo digas.
MATIAS: ¿Vos creés?
GABI: Entre ustedes no hay secretos ¿no?
Matías sonríe y asiente con la cabeza.
GABI: Bueno, ahora me voy, tengo que hacer de niñera.
MATIAS: Gabi, gracias por esta conversación.
GABI: (lo besa en la mejilla) Chau, amigo.
MATIAS: Chau.
CANCIÓN DE MATIAS, GABI Y CARO.
Viví este encuentro con mucha ilusión,
Pero hoy todo cambió.
Ella no es como yo creí
Es cierto y al fin lo entendí.
Me paso el tiempo mirando el reloj
Pensando “ya la vio”
Siento aquí un inmenso dolor
Seguro que se enamoró.
Qué bien me sentí
Quiero su amistad
Él me ayudará a hablar más de mí
A ser más feliz, un amigo al fin.
Pienso en Caro y me siento bien
Creo que ella también
Sé que pronto se lo diré
Hoy la veo como mujer.
Su compañía no quiero perder
Ya sé que aceptaré
Ser tan sólo amiga y tal vez
Matía
s
Car
o
Gab
Matí
as
Car
o
20. Él me quiera un poco después.
Qué bien me sentí
Quiero su amistad
Él me ayudará a hablar más de mí
A ser más feliz, un amigo al fin.
Me hará sonreir
Sabré compartir
Él me entenderá, Él me escuchará
Él valorará esta amistad.
Pienso en Caro y me siento bien Matías
Ya sé que aceptaré Caro
Sé que pronto se lo diré Matías
Tal vez me quiera un poco después. Caro
Solo una amistad Caro
Caro dónde estás Matías
Un amigo al fin Gabi
Será más feliz Caro
Seré más feliz Gabi
Seré más feliz Matías
Solo una amistad Caro
Caro dónde estás Matías
Un amigo al fin Gabi
Será más feliz Caro
Sé que pronto se lo diré
Hoy la veo como mujer.
ESCENA 13
INES: (en off) ¡¿Varisela?! ¡Estoy horrible! ¡Me pica todo!
Aparece Inés en camisón, con ronchas en la cara. La sigue Clarita.
INES: Esto es injusto. La semana que viene son las trimestrales, y el baile
del colegio, y . . . y yo no puedo andar por ahí con esta cara de
monstruo.
CLARITA: Por ahora tenés que tratar de quedarte en la cama y esperar a
que se te pase. Son dos o tres días de sufrimiento, después se te
empiezan a caer las cascaritas y . . .
INES: ¿Vos no tenés miedo de contagiarte, Clarita?
Gab
Matías
21. CLARITA: Yo ya tuve varisela. Eso sí, no vayas a rascarte, porque te queda
la marca. Mirá esta que tengo acá.
INES: No sé si voy a aguantar las ganas de rascarme. Parece que tuviera
hormigas por todo el cuerpo.
Entra Caro
CARO: Hola.
CLARITA: Bueno, yo mejor me voy. Tengo que terminar el trabajo de
Lengua. Mañana vengo de nuevo. Chau. ( sale)
CARO: ¿Cómo estás?
INES: Y, mirame. Hecha un desastre.
CARO: Inés . . . desde el otro día no puedo dejar de sentirme mal por lo que
pasó.
INES: Yo tampoco.
CARO: Vos sos mi mejor amiga. Y sé que no harías nada para traicionarme.
Es que me puse furiosa. . . y sentí tanto miedo de perder a Matías . . .
pero él también es mi amigo, y sabrá comprender. La verdad es que
armé un gran alboroto que no sirve para nada. ¿Vos me perdonás?
INES: Pero claro. Chocá esos cinco.
INES: Che, no te imaginás lo bueno que está el médico. Creo que me
enamoré.
CARO: ¿Y Federico?
INES: El viernes fue el último capítulo. Además, reconozco que era un amor
imposible.
Escena 14
Sol y Facu en el banco de plaza.
22. SOL: Y me dijo: “Hija, sé que ahora no me vas a dar la razón, pero más
adelante me lo vas a agradecer. Sos muy chica para andar abrazada por
la calle. La gente mira, y habla”
FACU: ¿Abrazada? Si apenas veníamos de la mano.
SOL: Yo le dije: “Papá, yo no te voy a mentir. Si vos no querés que estemos
de la mano delante de los demás, no lo voy a hacer. Pero también te
digo que el día que yo me sienta lo suficientemente fuerte porque ya es
el momento, ni vos ni nadie me lo van a impedir”
FACU: ¿Y él qué te dijo?
SOL: Nada. Sabe que se lo dije muy en serio. Mi mamá después vino a mi
cuarto a hacerse la comprensiva y a pedirme que le tenga paciencia.
Que yo soy su nenita y bla, bla, bla. No sé para qué se la pasan
diciéndote que te tienen confianza si después en la precisa te tratan
como a una delincuente. Como si todo esto que sentimos nosotros fuera
algo malo. Desde hace tres años que mi mamá se la pasa preguntándome
“¿Quién te gusta?” “¿Con quién bailaste en la fiesta?””¿Conociste algún
chico nuevo?”. ¿Me estaba preguntando porque de verdad quería
compartir eso conmigo, o me estaba interrogando, para asegurarse de
que no fuera por el “mal camino”?
FACU: Bueno. No te pongas así.
SOL: Es que me da mucha rabia. Se la pasa diciendo que quiere ser mi amiga,
y después se porta como una madre.
FACU: Es que ella es tu mamá.
SOL: Entonces, que entienda que no puede ser mi amiga.
FACU: Ya se les va a pasar el susto, y se van a dejar de molestarte.
SOL: Si, pero mientras tanto, nosotros tenemos que andar como dos
muñequitos de torta,
23. FACU: Ya vamos a tener tiempo para andar todo lo abrazados que se nos dé
la gana.
Entra Matías por derecha.
Escena 15
MATIAS: ¿Qué cuentan, che?
FACU: Nada, ¿y vos?
MATIAS: Estoy esperando a Caro. Hace como cinco días que la llamo por
teléfono y me dice que está muy ocupada con las trimestrales, que no
puede salir. Anda rara, no sé qué le pasa.
SOL: ¿No sabías? Es que Inés le contagió la vari . . .
Entra Caro e interrumpe. Tiene algunas marcas rojas en la cara..
CARO: Hola chicos.
Matías la ve y larga una carcajada. Caro se tapa la cara y se aleja, molesta
(abajo-izquierda). Matías la sigue. Durante esta escena, Inés, Gabi y
Clarita entran en silencio y se unen a Facu y Sol en el banco.
MATIAS: Caro, no te enojes. Es que me sorprendí, y me dio gracia.
CARO. Si, ya sé que parezco el fantasma de la ópera.
MATIAS: No seas exagerada. A ver, mirame.
CARO: ¿Para qué? ¿Para que te rías otra vez?
MATIAS: Y . . . en una de esas me río otra vez, pero sigo pensando que sos
la chica más linda que conozco.
CARO: ¿Me estás tomando el pelo?
MATIAS: Caro, ¿yo alguna vez te mentí?
CARO: Creo que no.
MATIAS: Hace poco me dí cuenta de algo muy importante, y quería que lo
supieras.
CARO: Te escucho.
24. MATIAS: Yo . . . no quiero ser solamente tu amigo. Quiero que seas . . . mi
chica.
CARO: Pero . . . ¿y Gabi?
MATIAS: Todo bien con ella. Pero yo estaba confundido con lo que sentía.
¿Qué me decís?
CARO: No me apures, todo es muy nuevo para mí. Tengo que acostumbrarme
a la idea. Pero estoy segura que no me va a llevar mucho tiempo.
INES: Che, dejen de pelear y vengan para acá.
Escena 16
GABI: ¿Y? ¿Alguna novedad en el frente?
CARO: Parece que sí.
GABI: Me alegro mucho, por los dos.
CLARITA: ¿No les parece grandioso que seamos todos amigos?
GABI: Creo que eso es lo más lindo que descubrí últimamente. El valor de la
amistad.
CLARITA: Yo también.
GABI: Saber que siempre hay alguien dispuesto a escucharnos, y a darnos
una mano.
INES: Alguien que nos diga la verdad, aunque no nos guste.
CARO: Alguien que nos perdona cuando nos equivocamos
SOL: Juremos ya mismo que siempre vamos a seguir siendo amigos.
CLARITA: Hagamos un pacto de sangre.
FACU: No creo que eso sea necesario. A mí me descompone ver sangre.
MATIAS: Hagamos como en el club. Escúpanse en la mano.
CLARITA: ¿Qué?
MATIAS: ¿Quieren hacer un pacto de verdad o no?
25. Todos se escupen en la palma de la mano. Matías hace señas para que junten
las manos.
MATIAS: Ahora el juramento.
SOL: Yo juro solemnemente lealtad
INES: Sinceridad.
MATIAS: Confianza.
GABI: Comprensión.
CLARITA: Generosidad.
CARO: Respeto.
FACU: Y diversión
TODOS: ¡Y diversión!
GABI: Tengo una gran idea. ¿Qué les parece si hacemos una obra de teatro
para la escuela?
CARO: Sí. Puede ser sobre un grupo de amigos como nosotros.
CLARITA: Contar sus problemas y sus sentimientos.
INES: Me encanta. Comencemos ya mismo.
SOL: Puede comenzar con algo muy lindo que leí hoy en un libro que me
regaló mamá.
Saca un libro de su mochila. Se sienta en el banco, rodeada por los otros y
empieza a leer – la misma poesía del principio de la obra. A medida que lee,
se va perdiendo su voz en la música que hizo de fondo en el baile inicial. Luz
dirigida al grupo, se va apagando a medida que disminuye la voz. La luz se
prende y se apaga tres o cuatro veces, mostrando cuadros de los chicos en
distintas posiciones de juego y alegría.
MÚSICA Y SALUDO FINAL
26. COMENTARIOS:
La Troupe de Adolescentes de Bambalinas presenta esta historia cuyo argumento
nace de improvisaciones de sus integrantes. Adolesce . . . me parece intenta hablar
de la realidad de chicas y chicos que están entrando a la adolescencia. Sus miedos e
ilusiones se ven plasmados en las situaciones vividas por un grupo de amigos que
descubren el amor y renuevan el compromiso de la amistad.
Romanticismo, picardía y realidad se conjugan en esta historia dedicada al público
adolescente.
Esta obra obtuvo una mención especial en la Fiesta Provincial del Teatro, que se
realizó en la ciudad de Goya (Corrientes- Argentina), del 23 al 26 de agosto de
2001.
Lo que el jurado dijo: ". . . otorgar, fuera de selección, las siguientes menciones por
su trabajo a: "Adolesce . . . me parece", del grupo Bambalinas de Corrientes, dirigido
por Silvia Rivero, por la solidez interpretativa y la disciplina escénica a pesar de la
juventud del elenco. Cabe señalar el efecto de ternura y espontaneidad logrado por la
dirección, mediante una precisión vocal, gestual y de acciones que otorga
verosimilitud al espectáculo."
27. El elenco original de la obra: Luciana Arjol, Romina Berardi, Montse Zanini,
Laura Balbuena, Iara Solís Neffa, Romina Ceratti, Benjamín Gebhard y Alejandro
Abelenda.