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LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y EL RÉGIMEN POLÍTICO
Manuel Alejandro Guerrero1
Por décadas, la relación entre medios y régimen político se caracterizó por una serie de intercambios
mutuamente benéficos que contribuyeron a legitimar al segundo, a costa del desarrollo de un sistema
mediático independiente y profesional. Si bien esta relación no fue una de entera subordinación de los
medios ante el régimen, este último sí contaba con una serie de mecanismos —la ley, impuestos y otros
de tipo corporativo— para alinear a los medios con sus intereses. En lo político —lo prioritario para el
régimen— la regla era la colaboración; en lo económico —lo prioritario para la clase mediática—, su
relativa autonomía en un régimen de pluralismo limitado y el esquema de intercambio corporativo que le
permitió gran capacidad de maniobra para negociar sus intereses.
El proceso de liberalización política iniciado a partir de los años setenta, las crisis económicas de los
ochenta y el surgimiento de una oposición en mejores condiciones de acceder al poder se combinó con
un contexto mediático particular de mayor competencia por recursos escasos para dar como resultado
una apertura con diferentes ritmos en la prensa, la radio y la televisión.
Sin embargo, la incapacidad del primer gobierno de la alternancia para definir con claridad el interés
público en materia de radiodifusión dejó el campo libre para que los medios pudieran imponer su agenda
sin contrapesos. Si, en el pasado, los medios habían sido los que reaccionaban ante las iniciativas de
acción del Estado, esta vez los concesionarios tomaron la iniciativa frente a un gobierno que no sólo
aceptaba sus términos, sino que los defendía públicamente como suyos. El decreto presidencial y el
nuevo reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión (lfrt) de 2002, así como la forma de cabildear la
reforma de dicha Ley en 2005-2006 son ejemplos elocuentes. Parecía que se había transitado de un
modelo de relación colaborativa, en el que el Estado contaba con mecanismos últimos de control, a otro
de imposición mediática.
El proceso electoral de 2006, percibido como resultado directo de lo transmitido en los medios, unificó a
una clase política partidista en torno a un asunto: se debía limitar el papel central de los medios en el
juego electoral para reducir la posibilidad de que éstos pudieran determinar el poder de los partidos. El
fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la reforma electoral de 2007 responden a este espíritu
de reconstruir variables que le restituyan el control sobre los medios. Esta vez la clase política reunida en
los partidos y en el Congreso es la que intenta redefinir la relación con los medios de comunicación, la
cual ha parecido más orientada a recrear mecanismos de control que a generar un sistema de reglas que
garanticen la certeza jurídica en el sector.
1 * Profesor-investigador del Posgrado en Comunicación en el Departamento de Comunicación dela
Universidad Iberoamericana:
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Difícilmente podría colocarse a los medios en un papel de víctimas de un sistema sin reglas claras. La
libertad de expresión y la independencia de la que han gozado los medios nacionales desde hace más de
una década en no pocas ocasiones han sido empleadas a favor de sus agendas económicas, sacrificando
criterios periodísticos.
En 2006 se presentó la Propuesta de indicadores para un periodismo de calidad, la cual trata el estado de
la práctica periodística en México y ofrece una serie de indicadores para evaluarla. De acuerdo con éstos
la situación del periodismo profesional es la siguiente:
• Transparencia en los procesos de construcción y procesamiento de la información. El periodismo refleja
problemas varios, desde sintaxis y narrativas inadecuadas, hasta la imposibilidad de las audiencias y
lectores para conocer la jerarquización temática y de procesamiento de datos.
• Verificación y contextualización de datos e información. En la mayoría de los casos, los reportajes y
notas no ofrecen al público datos verificados ni tampoco un contraste de fuentes. Asimismo, pocas veces
se explica el contexto en el que tienen lugar los datos que se presentan.
• Investigación periodística. Existen limitaciones en cuanto al uso adecuado y responsable de
información, así como de la actitud, experiencia, formación y compromiso del periodista para desarrollar
una adecuada metodología de trabajo.
• Reconocimiento de derechos y obligaciones en la relación entre los periodistas y sus directivos. En la
mayoría de los casos, hay una alta concentración de la toma de decisiones en manos directamente de
empresarios y por tanto ajenas a los periodistas.
• Códigos de ética. A pesar de que ya hay medios que han hecho públicos sus códigos de ética, no hay
todavía un debate crítico desde éstos sobre los posibles abusos y excesos en la cobertura, ni sobre las
estructuras y reglas del ejercicio periodístico dentro de las organizaciones mediáticas.
• Mecanismos de contrapeso a medios, como derecho de réplica, observatorio de medios, defensorías
delectores y audiencias, etc. En México, el artículo 6 constitucional establece que “el derecho de réplica
será ejercido en los términos dispuestos por la ley”. Sin embargo, en el Reglamento de la lfrt de octubre
de 2002 se señala en su artículo 38 que si bien cualquier persona puede ejercer tal derecho, para hacerlo
valer “el interesado presentará por escrito y dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a la
transmisión, la solicitud de aclaración pertinente ante la estación de radio o televisión correspondiente,
la cual evaluará su procedencia a efecto de hacer la aclaración […] En caso que la estación estime que la
aclaración solicitada es improcedente, el interesado tendrá a salvo sus derechos para recurrir a las vías
jurisdiccionales correspondientes”. Por lo que respecta a los observatorios de medios y a las defensorías
existen ejemplos de los primeros en algunas universidades, como en el Tecnológico de Monterrey y en la
Universidad Iberoamericana, y en relación con las segundas, los canales públicos Once y 22 ya tienen este
tipo de espacios.
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• Compromiso con la diferenciación entre anuncios publicitarios e información. Se ha mantenido la práctica
de las gacetillas en los que se presenta un anuncio con formato de nota acerca del cumplimiento de
programas públicos o se destacan acciones de alguna figura pública.
• Derecho y acceso a la información. El total de preguntas que se formulan a la autoridad pública a nivel
federal, los medios y los periodistas sólo cubren 10 por ciento.
El sistema mediático ha sido incapaz de jugar un papel en la construcción y el debate de una agenda de
transición. Los medios en México parecen seguir más interesados en agendas orientadas por sus
intereses inmediatos y de tipo económico.
En este contexto mediático han aparecido dos nuevos riesgos para la consolidación de un periodismo
profesional. Por un lado, en algunos estados los gobiernos locales han pretendido reproducir esquemas
de relación con los medios basados en clientelismo y en la adecuación de algunas de las prácticas del
viejo régimen. Por el otro, ciertos temas suponen riesgos incluso físicos para quienes los abordan en los
medios. En el “Mapa de la libertad de la prensa, 2007”, de la organización Freedom House, México
aparece como un país en el que la prensa es “parcialmente libre”. La principal razón es la continua
violencia contra periodistas y la impunidad para investigar los crímenes cometidos en su contra.
Puede concluirse que a principios del siglo xxi los medios en México han logrado una serie de
condiciones que, en general, son favorables a la libertad de expresión. Sin embargo, aún se encuentran
lejos de alcanzar el papel de medios más responsables, más profesionales y más confiables que requiere
una sociedad que no ha concluido sus procesos de transición desde un régimen con trazos de
autoritarismo y de pluralismo limitado.