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DE: JAIME DIAZ PAGE (MÉXICO)
ABRIL 2005
ESCRITO 33
LA COMUNIÓN DIVINA
LA ADORACIÓN A DIOS
Amados hermanos, amigos, estudiantes del Libro de Urantia, reciban un saludo
cordial de éste su servidor. En este escrito presento referencias a La adoración divina,
la adoración a Dios nuestro Padre, que se encuentran en las páginas de la Revelación
que hoy está en nuestras manos. Estas referencias serán comentadas con mis palabras
indicando la página y el párrafo del texto original, evitando en lo posible copiar el libro.
Tambien incluyo unos pensamientos espirituales que pueden motivarnos a elevar
nuestra inspiración en la realización de nuestra adoración a Dios Padre
(contemplación de lo espiritual) que vive en nuestra mente como el Ajustador del
Pensamiento (Fragmento personal de Dios).
REFERENCIAS DIDÁCTICAS
Los Reveladores y Jesús de Nazaret nos enseñan lo siguiente:
1. La adoración es la religión y el ámbito de la experiencia religiosa personal,
de la experiencia espiritual con Dios. Esta experiencia religiosa personal,
consta de dos fases de manifestación: a) descubrimos al Ajustador del
Pensamiento en nuestra mente y, b) el Ajustador del Pensamiento se nos
revela, dejando una huella imborrable en nuestra alma. 192: 5,7 y 2095:1.
2. La verdadera religión surge cuando nosotros permitimos que nuestra alma
establezca una relación consciente, íntima, voluntaria y personal con Dios,
nuestro Padre Creador. Es decir, nuestra vinculación voluntaria y de fe con
nuestro Padre celestial que mora en nuestra mente y alma. Esta es una
experiencia personal consciente que va más allá de lo puramente intelectual.
1616:4
3. Esta religión de experiencia personal, nos conducirá a descubrir en nuestra
intimidad con Dios, nuevos ideales superiores, que van más allá de las
normas éticas y morales que conocemos, obteniendo en el tiempo sabiduría y
un verdadero logro espiritual. Mediante nuestra búsqueda interna de Dios, Él
nos proveerá de las realidades divinas que contienen valores superiores e
infinitos. De esta manera llegamos a conocer en la intimidad con nuestro
Señor, las demandas reales de la verdadera religión. El descubrimiento en la
intimidad de nuevos valores y significados divinos, quedarán como riqueza
viviente en nuestra alma y mente. 1781: 1.
4. La religión en nuestra experiencia personal nos revelará un Padre que es
AMOR, un Dios para ser adorado y amado. Nuestra relación por la fe con
nuestro Padre Creador será una experiencia viviente y dinámica, que no estará
sujeta a una definición precisa. Nuestro Dios de adoración exige fidelidad
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total o nada. Nuestra fe verdadera en Dios Padre, transformará nuestra idea de
Dios en un Dios real e ideal en nuestra experiencia espiritual personal y
religiosa. Nos volveremos realmente conscientes de Dios únicamente por
medio de la fe, a través de nuestra experiencia personal con Dios. Debemos
tener fe en nosotros mismos de que podemos lograr esta experiencia con
nuestro Padre. 1124: 2,3, 5, 6,7.
5. Con el uso exclusivo de nuestra mente podemos pensar en Dios, hablar de Dios
y de su existencia, pero cuando nuestra mente y alma se unen mediante la
fe viviente en Dios y adoramos a Dios a través de la realidad de la
experiencia personal, entonces llegamos a conocer a Dios, porque Dios se
revela invariablemente a todo sus hijos de fe, aquellos sinceros que creen en
Él y le buscan de todo corazón, adorándole. 1856:2 La realidad de la
experiencia significa el contacto real con nuestra divinidad interior en un
superior estado de conciencia que va más allá del mero estado de conciencia
de vigilia, el estado en que vivimos la mayor parte del día. 1856:2.
6. La experiencia exquisita y trascendente de amar a Dios y ser amado por Él,
es subjetiva. Esto no quiere decir que sea una ilusión psíquica. Nuestro
contacto con la realidad más elevada que es -Dios- lo efectuamos a través de la
experiencia subjetiva de conocerlo y adorarlo, comprendiendo que somos sus
hijos. La verdadera adoración religiosa a Dios no debe considerarse como
un monólogo inútil en el que uno se engaña a sí mismo; porque la
adoración es una comunión real y personal con lo que es divinamente real,
con lo que es el origen mismo de la realidad. Mediante la adoración, el
hombre aspira a ser mejor, y por medio de ella, alcanza finalmente lo mejor.
2095: 5,6.
7. Dios no hace contacto con nosotros mediante nuestros sentimientos o
emociones, sino en el dominio del pensamiento más elevado y más
espiritualizado. Son nuestros pensamientos los que nos conducen hacia Dios.
La religión progresa en nosotros por la fe y el discernimiento interior. 1104:6.
1105: 1.
8. Experimentamos o vivenciamos realmente la presencia divina en nuestra
propia conciencia en esta vida, si decidimos hacer el esfuerzo consciente para
ello; si dedicamos unos momentos para estar con nuestro Señor, amándole
y adorándole. 1104:4.
9. La oración inteligente, la acción de gracias y la adoración sincera, nos
acercarán de mejor manera a las zonas de contacto interior con nuestro
Ajustador del Pensamiento mediante una vida de fe viviente. La zona de
contacto (nivel de la superconciencia) con el Ajustador del Pensamiento,
representa el nivel más cercano a nuestra mente y alma con el fragmento divino
(Dios). 1099:5.
10. La oración es una parte de la experiencia religiosa. Las religiones modernas
han olvidado con mucho la otra parte, la comunión de adoración que es la
más esencial. Se nos enseña que el poder reflectivo de nuestra mente se amplía
y se profundiza por medio de la adoración a Dios. Es por medio de esta
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comunión con Dios que nuestra mente y alma reflejarán sin duda las bondades
divinas, los valores divinos e infinitos que acrecentarán en nosotros la Verdad,
la Belleza y la Bondad de Dios, que reflejaremos hacia la humanidad en
servicio, comprensión, tolerancia y amor divino.1123: 5.
11. Por medio de la oración recargamos las baterías espirituales de nuestra
alma; y por medio de la adoración sintonizamos nuestra alma para que
capte las emisiones universales del espíritu infinito del Padre Universal.
Cuando nuestra oración es sincera y verdadera, obtenemos crecimiento
espiritual y de esta manera cambiamos nuestra actitud hacia la vida y hacia los
demás. La oración produce una gran satisfacción en nuestra mente y alma, que
proviene de la comunión real con nuestra divinidad interior; es la explosión
espontánea de la conciencia de Dios en nosotros. El Señor invade nuestra
mente y alma con sus bondades divinas por nuestro amor sincero a Él, que
sabe que deseamos vivir la vida en rectitud. 1621:7; 1002: 2.
12. Debemos saber que las palabras no tienen importancia en la oración; las palabras
tienen un valor autosugestivo nada más. En verdad Dios responde a la actitud
de nuestra alma, no a nuestras palabras. Vale más para Dios nuestro anhelo
e intención sincera de acercarnos a Él, confiando en Él y amándole de todo
corazón, que mil palabras. 1002: 4.
13. La adoración se efectúa mediante nuestra atención hacia Dios sin realizar
esfuerzo alguno, es decir, la contemplación tranquila a Dios que produce un
verdadero descanso para nuestra alma y mente, es una forma de ejercicio
espiritual sosegado. 1616: 5, 9.
14. Nuestra adoración a Dios –la contemplación de lo espiritual– debe alternar
con nuestro servicio a la sociedad, que representa nuestro contacto con la
realidad material en la que vivimos. Los reveladores nos aconsejan que las
tensiones que obtenemos en nuestro diario vivir deben ser mitigadas o
atenuadas por medio del reposo de la adoración. Que las sensaciones de
inseguridad que provienen del miedo al aislamiento de nuestra personalidad
en el universo, deberían ser contrarrestadas con la contemplación del Padre
(adoración) a través de la fe viva, con la fe de un niño pequeño, que cree en su
Padre.1616: 5.
Jesús nos aconseja que no oremos y adoremos al Padre solo cuando estemos
atribulados o enfermos para obtener la salud de nuestro cuerpo, sino que oremos y
adoremos al Padre cuando todo va bien para nuestra alma. Oramos para conocer
cuál es la voluntad del Padre que está en los cielos, no para recibir mensajes de terceros.
Por último, un Perfeccionador de la Sabiduría de Uversa nos enseña que la
adoración es el mayor privilegio que tenemos como hijos del Padre Universal; y
que como hijos de este Gran Padre, adorarlo es nuestro primer deber. 1640:1;
303:5.
Amados hermanos, incluyo los siguientes pensamientos espirituales (imaginarios)
relacionados con la oración y adoración a nuestro Padre que está en los cielos con el
propósito de que nos inspiren, reflexionando sobre esta técnica de adoración maravillosa
y amorosa que el Señor nos ha revelado a través de los reveladores y de su Hijo Jesús