Este documento discute cómo aumentar la fe. Argumenta que con solo una pequeña cantidad de fe, como un grano de mostaza, los cristianos podrían lograr grandes cosas como arrancar las raíces del mal. Insta a los creyentes a servir humildemente sin esperar reconocimiento, y a celebrar la fe para fortalecerla y transformar sus vidas.

1. Aumenta nuestra fe

2. En aquel tiempo, los
apóstoles pidieron al Señor:
Auméntanos la fe. El Señor
les contestó: Si tuvierais fe
como un grano de
mostaza, diríais a esta
morera: Arráncate de raíz y
plántate en el mar, y os
obedecería…
Cuando hayáis hecho lo
mandado, decid: Somos unos
pobres siervos, hemos hecho
lo que teníamos que hacer.
Lc 17, 5-10.

3. Si Dios existe, ¿por qué hay tanto mal en el
mundo? A menudo escuchamos esto y no tenemos
respuesta.
El problema está en la misma pregunta: ¿qué
concepto tenemos de Dios? ¿Y del hombre?

4. Ante el dolor y las atrocidades, dejamos de creer en ese Dios
que, según nuestro criterio, debería resolverlo todo. Nos
enfadamos con él. ¿Para qué vino Jesús?
Olvidamos que él no vino para solucionar todos los males…
Vino para traernos a Dios.

5. Solucionar los problemas de este mundo
está en nuestras manos. Dios nos ha
dado los medios suficientes.
Pero convertir nuestro corazón y
despertar en nosotros un amor sin
límites es un don que sólo él nos puede
dar.

6. Creer significa adherirse
a Jesús.
Dejar que Dios penetre
nuestra vida.
Configurar nuestra
existencia con su
voluntad.
El gran milagro es
abrirse a Dios y confiar
en él.

7. La fe no son solo palabras o sentimientos. La fe
se traduce en obras.
Nuestra vida cristiana no puede ser solo ritual o
moral, sino una experiencia de caridad y servicio.

8. Si tuviéramos tan solo un gramo de fe, como una
semillita, podríamos mover montañas.
Los cristianos, con fe, podríamos arrancar las
raíces del mal del corazón del mundo.

9. Un bautizado seguidor de Cristo se distingue por
el servicio.
«Somos pobres siervos, hemos hecho lo que
debíamos hacer». Nada más. Sin esperar
reconocimientos ni palmadas en el hombro.

10. Un fiel sirviente encuentra su alegría
cumpliendo con su deber.
Buscar aplausos a cambio de servir y
entregarse revela una gran inmadurez.

11. No solo
creemos, celebramos
la fe. Celebrar algo
que se comparte nos
hace crecer. La
eucaristía nos
modela según Cristo
y cambia nuestra
forma de vivir, pensar
y estar en el mundo.
Los sacramentos alimentan nuestra fe

12. Toda nuestra existencia queda transformada
por una fe viva.
No dejemos, nunca, de poner en nuestros
labios esta plegaria:
Señor, ¡aumenta nuestra fe!

13. 27º Domingo Tiempo Ordinario – Ciclo C
Textos: Joaquín Iglesias Aranda.