2. En aquel tiempo, las
autoridades hacían muecas a
Jesús, diciendo: «A otros ha
salvado, que se salve a sí
mismo, si es el Mesías de
Dios, el elegido». Se burlaban
también de él los soldados,
ofreciéndole vinagre y
diciendo: «Si eres tú el rey
de los judíos, sálvate a ti
mismo». Había encima un
letrero en escritura griega,
latina y hebrea: “Este es el
rey de los judíos”.
Lucas 23, 35-43.
3. En la cruz se manifiesta el amor de Jesús al
Padre en su máxima intensidad
Su reino vive un momento culminante en el
Gólgota. Pero… ¿qué significa reinado de
Dios?
4. ¿Qué rey termina en una cruz, condenado
por su amor a los demás?
La suya es una realeza que nada tiene que
ver con las monarquías humanas.
5. El reino de Dios no es un espacio físico ni geográfico.
Dios quiere reinar en nuestro corazón, en nuestra
vida. Jesús, clavado en la cruz, ha puesto su vida al
servicio de los demás, hasta la muerte. La cruz es la
meta de su misión.
6. Al dolor físico se suma la crueldad de la burla.
Condenado, escarnecido, Jesús vive un doble
dolor, físico y moral. Abandonado, palpa el mal en
su propia carne…
¿Era necesario que pasara por todo esto?
7. Jesús no ha venido a
salvarse a sí mismo,
sino a salvar a toda la
humanidad.
Su vida entregada es el
precio del rescate.
En su tormento, Jesús
continúa confiando en
Dios.
Está abandonado en
sus manos…
8. Los dos ladrones
reflejan dos
posturas humanas
ante Dios.
Hay una reacción
de rechazo ante el
dolor y la muerte.
Es la del ladrón
airado, que se une
a las burlas y los
reproches a Jesús.
9. El otro ladrón refleja
la postura humilde,
que acepta a Dios en
medio de las mayores
dificultades. Es el
único que reconoce
en Jesús al hombre
bueno y al Hijo de
Dios. Es el único que
descubre su realeza.
Jesús le abre las
puertas del paraíso.
10. El rey que hoy
celebramos tiene
como trono el
patíbulo,
como corona, un
manojo de espinas.
No recibe vítores ni
aclamaciones,
sino rechazo y
desprecio.
11. Es un rey que se apea
del poder, se hace
pobre y se deja
humillar, aceptando
las limitaciones
humanas y la
mordedura del mal a
los inocentes.
¿Qué rey pasaría todo
esto por su pueblo?
12. En la cruz, nada tiene. Solo le queda una última
certeza: Dios lo ama. Y él, por amor, cumplirá su
misión hasta el fin, dando su vida.
Aquí termina el reinado humano. Pero el reinado
de Cristo culmina con la resurrección, el triunfo del
Amor sobre el mal.