1. En mi opinión personal, viendo los hallazgos arqueológicos y las ruinas, uno puede hacerse una idea de como se vivía antaño, me frustra
un poco leer opiniones como “Europa le llevaba a América x cantidad de años de evolución”, cuando aquí se poseía ya conocimiento eco-
nómico, matemático, medico, astronómico, religioso y como olvidar el arquitectónico, los acueductos de la antigua capital de lo que hoy
es el estado de México fácilmente podrían competir con los mesopotámicos, y aunque la construcción megalítica, sea algo ostentoso que
requiere mas trabajo que el habitual (y mas aun sabiendo que en aquella época no habían las herramientas pertinentes para la realiza-
ción de trabajos y acabados de mejor precisión), esas construcciones son capaces de resistir mejor lo incendios, incursiones enemigas y el
cruel paso del tiempo. Pero la historia sigue avanzando y ya sabemos que la ciudad sobrevivió las incursiones violentas del pasado hasta
el día de hoy, pero su sociedad no. Solo nos queda aprender y analizar por eso estoy orgulloso de este trabajo de investigación, la arqui-
tectura mesoamericana tuvo mejor aprecio por las estructuras religiosas o de personas con mayor estatus, que hoy se puede apreciar.
A lo largo de su historia, los pueblos mesoa-
mericanos construyeron una cultura que
cuyas expresiones hablan de elementos
compartidos por varios pueblos y rasgos que
los distingan entre sí. En la medida que
avanzó el proceso civilizatorio, algunos ras-
gos se homogeneizaron
por el contacto interétnico
y otros adquirieron especi-
ficidad en ciertos contex-
tos. Este proceso fue conti-
nuo y perduró hasta
la colonización española.
Un tema interesante y exhaustivamente investigado en los estu-
dios mesoamericanos es la relación en-
tre cosmovisión, religión, geografía y arquitectura. Ciertos datos
sugieren que muchas particularidades de la arquitectura mesoa-
mericana respondían a ideas religiosas y mitológicas (por esto
nombres, como la pirámide del sol, quien era una deidad adorada
en su cultura)
Por ejemplo la disposición de la mayor parte de las ciudades pa-
recen estar influenciadas por los puntos cardina-
les y los significados simbólicos y mitológicos que
tienen en Mesoamérica.
El estilo usado en su mayoría en las construcciones era
el megalítico. La técnica arquitectónica de construcción
que emplea grandes bloques de piedra caliza (ca. 100 x
50 x 30 cm) cubiertos por una pequeña capa de estuco.
Este estilo predominó en la región norte del territorio
maya durante el Preclásico y los inicios del la época
Clásica.
Un aspecto sorprendente de las grandes estructuras me-
soamericanas es la carencia de tecnología avanzada que
hubiera hecho posible su construcción. Sin herramientas
de metal, sin poleas y hasta quizás sin la rueda, esta ar-
quitectura requería mano de obra en abundancia. Sin
embargo, fuera de este enorme requerimiento, los mate-
riales parecen haber estado al alcance. Ellos utilizaron
principalmente la caliza, la cual era lo suficientemente
blanda para ser extraída con herramientas de piedra,
para ser endurecida después de su colocación.
Además del uso estructural que le
daban a la caliza, la mayoría de la
mezcla que utilizaban estaba he-
cha de caliza triturada, quemada y
mezclada con otros elementos,
imitando así las propiedades del
cemento, era muy utilizada para
acabados de estuco y como arga-
masa. Sin embargo, mejoras pos-
teriores en la técnica de extrac-
ción redujeron la demanda del
estuco a base de caliza, pero per-
maneció como elemento crucial
de pilares y dinteles. En el caso de
las habitaciones comunes eran
el adobe, la madera y el bálago los
elementos principales, no obstan-
te se han descubierto indicios de
lo que pudieron ser casas-
habitación construidas con caliza.
Algunos de los elementos arquitectónicos que carac-
terizaron a las construcciones precolombinas co-
mo cabezas de serpientes en columnas, máscaras de
piedra, pirámides, decoración geométrica en espiral,
aperturas trapezoidales, muros de piedras cortadas
entre otros.
Las más grandes y conocidas fueron los mayas, azte-
cas e incas, pero también existieron los olmecas, za-
potecas, teotihuacanos, toltecas, moches y nazca.
Estas culturas establecieron sus propias
normas y estilos de
construcción.
Los palacios eran amplios y usualmente muy decorados, se en-
contraban cerca del centro de la ciudad y hospedaba a la pobla-
ción élite. Un palacio mayor, con muchos aposentos y niveles
distintos, es a veces conocido como Acrópolis. Los arqueólogos
están de acuerdo en que muchos palacios albergaban tumbas.
Los más grandes constructores fueron los teotihuacanos. Su
capital, Teotihuacán, la calle principal, tenía 2 km. de largo y
estaba rodeada por casas construidas en terrazas de piedra y
dos grandes pirámides dedicadas al sol y a la luna. La ciudad
fue abandonada durante la invasión tolteca en el siglo 900 a.C.
La cultura mesoamericana (América de en medio)
tiene un origen que divide opiniones, algunos
historiadores dicen que fue gracias al hito de la
alfarería que dio a inicio a la asentamiento de una
sociedad, otros que el primero asentamiento se esta-
blecido en los siglos XV y XII a. C., y subsistieron gra-
cias a una economía desarrollada luego de la domesti-
cación de cacao, maíz, frijoles, aguacate, vainilla,
calabaza y chile, así como el pavo y el perro.
Existen Campos de Pelota con distintos estilos de los cuales el más común es el
campo en forma de «I», pero algunos de estos tienen aceras ligeramente inclina-
das como en Copán y otros tienen paredes verticales como en Chichén Itzá.
En el corazón de las ciudades mesoamericanas se ubicaban grandes plazas rodea-
das por los edificios de mayor importancia como la Acrópolis Real, enormes tem-
plos-pirámide y ocasionalmente campos para el Juego de Pelota.
Alumno/Autor:
Jose Andrés López
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