2. •Dios envía a su hijo por amor para salvarnos y
reconciliarnos con el padre.
•"Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único,
para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga
vida eterna" (Jn 3, 16).
3. • “Partícipes de la naturaleza divina" (2 P 1, 4)
• (463) La fe en la verdadera encarnación del Hijo de Dios es
el signo distintivo de la fe cristiana: "Podréis conocer en esto
el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo,
venido en carne, es de Dios" (1 Jn 4, 2).
4. Jesucristo no es parte Dios y
parte hombre, ni es una
mezcla confusa entre lo
divino y lo humano.
El se hizo verdaderamente
hombre sin dejar de ser
verdaderamente Dios.
Jesucristo es verdadero Dios
y verdadero hombre.
En la unión misteriosa de la
Encarnación "la naturaleza
humana ha sido asumida, no
absorbida"
5. Pablo de Samosata : Cristo sería puro hombre, nacido por obra
del Espíritu Santo de María Virgen. Pero en él habitó el Logos o
Sabiduría de Dios, concebido, no a manera de una persona
distinta, sino de un modo impersonal, que obra como en los
profetas, pero de un modo más eficaz que en ellos.
Arrio : Dios (el Padre) había creado de la nada al Logos (su Hijo);
que «hubo un tiempo en que el Hijo no existía», y que por tanto
el Hijo era una creación de Dios y no era Dios mismo. Éste era
divino (un dios) pero que esta divinidad no era de la magnitud
que la del Padre, por lo tanto no se podía llamarlo Dios
Verdadero.
HEREJIAS SOBRE LA ENCARNACION
6. Nestorio : considera a Cristo radicalmente separado en dos
personas, una humana y una divina, completas ambas de modo
tal que conforman dos entes independientes, dos personas unidas
en Cristo, que es Dios y hombre al mismo tiempo, pero formado
de dos personas distintas. Principalmente sostenía que Cristo era
un hombre en el que había ido a habitar Dios.
Monofisismo : Mantiene que en Cristo existen las dos naturalezas
(humana,divina) sin separación pero confundidas, de forma que la
naturaleza humana se pierde, absorbida, en la divina.
Apolinar de Laodicea : Esta doctrina afirmaba que en Cristo, el
espíritu o intelecto no era humano sino divino al encarnarse en
un cuerpo sin alma que era sustituida por el mismo Verbo. Con
este presupuesto la naturaleza humana del Redentor quedaba
mutilada ya que, al negarle un alma humana, su figura quedaba
reducida a una especie de marioneta manipulada por Dios.
7.
8. La encarnación es, pues,
el misterio de la admirable
unión de la naturaleza
divina y de la naturaleza
humana en la única
Persona del Verbo. 483 CIC