El documento describe los orígenes del acto de filosofar como el asombro, la duda y las situaciones límite. Explica que mientras los animales tienen instintos para vivir, los humanos carecen de ellos y debemos pensar para responder a lo desconocido. La duda puede ser breve para problemas cotidianos, pero más duradera para decisiones importantes o situaciones límite como una enfermedad terminal. La filosofía no resuelve estas situaciones difíciles pero puede ayudarnos a encontrarles sentido.