SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 44
Descargar para leer sin conexión
MUJERES DE HOY
(1928-1929)
Clara Campoamor
Edición:
Julio Tamayo
cinelacion@yaho.es
2
3
ÍNDICE
1- Agathe Dyvrande Thévenin………………………………………...5
2- Helene Lange………………………………………………….…..11
3- Ellen Gleditsch..…………………………………………………...15
4- Luisa Weiss……………………………………………...………...19
5- Adela Schreiber………………………………………………..…..23
6- Rosa Castellanos……………………………………………….….27
7- Dominica Dunois……………………………………………..…...31
8- María B. Bawlesco………………………………………………...35
9- Margaret Corbet Ashby……………………………………….…...37
10- María Pop…………………………………………………….…..41
4
5
AGATHE DYVRANDE THÉVENIN
Los horizontes de la actividad, herméticos a la mujer pocos lustros
ha, rasgan a cada hora en su envoltura un jirón, por donde pasa una
mujer, luego otras, hacia la plenitud de la vida, del deber, de la
personalidad.
Mañana —la fecha no importa—, para uno y otro sexo se habrá
establecido el fiel en la balanza de los derechos, de todos los derechos;
de los deberes, de todos los deberes, y en la mujer pesará análoga
responsabilidad que en el hombre en la cuenta que han de rendirse
unas a otras las generaciones.
Las mujeres de hoy ya en muchos pueblos tejen paciente, gloriosa,
modesta o dolorosamente, a la par que el varón, en el público telar, y
las manos de hombres y mujeres, conduciendo los hilos que parten de
inteligencias y corazones, se unen y entrecruzan en campos más
amplios que el hogar común, con gestos nuevos y fecundos.
6
A la civilización presente, hija legítima del hombre y sólo espúrea
de la mujer, va a suceder una futura criatura que llevará también
apellido materno.
De todas estas mujeres de hoy, que son la realidad firme, o la
promesa brillante, de todas las mujeres de mañana, queremos ofrecer
desde las columnas de LA LIBERTAD —ningunas tan propias—
un apunte sintético, instantánea fugaz de caracteres, sensibilidades y
cerebros, recogida al pasar en la placa ávida de nuestra curiosidad,
anhelante ante el fenómeno más transcendental de la edad moderna: la
incorporación del espíritu de la mujer a las zonas de luz, extraída por
el personal esfuerzo del reino de las sombras dulces y discretas en que
se resignaba a ser eterna traducida, nunca creador directo.
Desearíamos con estas figuras de hoy levantar un pico del velo que,
tras la conocida escena en que a la manera griega, actores hombres
traducían ante el público sentimientos e ideales de hombre y de mujer,
se oculta la escena de mañana, en la cual sentimientos e ideales van a
tener intérpretes propios que con matices emotivos y sonoridades
adecuadas a cada sexo convertirán la vieja suplantación, insuficiente y
falsa, en la expresión cierta y sublime de la verdad del mundo a través
de la verdad sentida por el hombre y por la mujer.
*
El ejercicio constante de la profesión de abogado durante veintiún
años ha agudizado y hecho más exquisitas las cualidades esenciales del
carácter de la abogada francesa Mme. Agathe Dyvrande: delicadeza,
timidez, sensibilidad.
Mujer nacida en el siglo XIX, no ha falseado la estética de su época
ni sacrificado el aire propio y el concepto de la vida a la línea; es
físicamente de su época, de aquella época que ocultaba púdicamente la
muy visible anatomía de las mujeres de hoy.
Hija de magistrado francés, vive y se educa paternalmente
impulsada en la inclinación a la cultura jurídica, y muy joven, apenas
terminada la carrera, puede utilizar el derecho a ejercer en el Foro, que
despejó en Francia la primera abogada, recientemente fallecida, Mme.
Jeanne Chauvin, prestando en 1907 el juramento obligado en los
abogados franceses. Fue discípula y pasante del antiguo Batonnier
Barhoux, orientándose en los estudios civiles. Su espíritu, fino y sutil,
7
venció las asperezas del Derecho; su timidez sangra, jadea y lucha
cada vez que ha de verse vencida en la actuación ante los Tribunales;
es una lucha personalísima y sorda, que nadie ve, y que hay que vencer
a diario, cuando, como ella, se estima la profesión como un sacerdocio
en beneficio de la mujer y el niño; el azar, o la predilección, que la
inician profesionalmente con un asunto de abandono de mujer por el
marido, que huye con el hijo, fijan su actividad futura: pleitos de
investigación de paternidad, divorcio, lucha por las víctimas excluidas
en una u otra forma del hogar, constituyen hoy su clientela.
La guerra creó también en torno de esta mujer nuevos deberes y
nuevos dolores. Los procesos numerosos del tercer Consejo de guerra
de París, ante el que los abogados mujeres y los pocos varones exentos
de engrosar los frentes informaban sin descanso en procesos
sumarísimos, anonadados por la amenaza de penas terribles pedida
para los acusados, que rara vez escapaban a ellas en aquella época en
que la dura necesidad, la amenaza pavorosa y el terror a todo lo
desconocido se infiltraba en el ánimo de los juzgadores, llevándoles a
veces a errores judiciales que elocuentemente proclaman hoy,
aquietada la atmósfera, los juicios de revisión que se vienen
sucediendo en Francia y en los que se declara inocentes a hombres que
cayeron ante el cuadro en los fosos de Vincennes...
Esos juicios que hiperestesian la sensibilidad, siempre fina, del
togado, ¡cómo debieron sacudir el alma de una mujer!
Y con la emoción de la responsabilidad, la del peligro ante otros
Tribunales, los del frente, en los que, como en Custine, durante
continuados juicios, al «dossier» del abogado hay que unir al alcance
de la mano la careta de gases asfixiantes con que magistrados y
actuantes han de laborar a pocos pasos del frente, de donde parten con
frecuencia los temidos y homicidas gases; y en París, uno y otro día, en
que ha de defenderse a los acusados entre el estrépito y el pánico que
siembran en la ciudad las bombas alemanas cayendo sobre Saint-
Gervais.
¡Qué escuela de energía si la suavidad característica de esta mujer
no fuera el eterno elemento de su personalidad, que nada destruye!
8
Como los nacionales de todos los países que sufrieron la horrenda
estupidez de la guerra, cumple ella sus deberes entre el fragor de fuera
y el interno. Su padre, procurador de la República en ciudad cercana al
frente, es hecho prisionero del enemigo en los primeros avances, y
libertado sólo con el armisticio para morir.
Casada con un ingeniero civil, ha continuado su actividad forense
con igual placidez serena, bajo la que se oculta la fuerza
inconmensurable de la paciente y tenaz dulzura. Ella, que no tiene
hijos, se ha convertido en la orientadora maternal de toda la juventud
femenina francesa, que, en verdaderas oleadas, se lanza al ejercicio de
la abogacía. Hoy existen en el Palacio de Justicia de París 160 mujeres
letradas, que invaden en igual cantidad que los hombres «Pasos
perdidos».
Madame Dyvrande, que ha substituido al frente de la Asociación
Nacional de Abogadas Francesas a Mme. Chauvin, su creadora, orienta
y ayuda y anima a la juventud femenina del Foro con tacto cariñoso y
siembra en ella el que es su principio: «Con tino y delicadeza, todo se
logra»...
Cualidades acaso más singulares que en otras latitudes son
necesarias al abogado francés, que actúa ante los Tribunales con una
libertad e independencia insospechadas en países de formulismo
quintaesenciado, y ante los que brillan por igual, con la lógica y la
solidez jurídicas, la viveza en la réplica y la rapidez y tino en la
intervención de la prueba, donde el abogado se lanza a verdaderas
oraciones forenses, como la que cerrará el juicio con motivo de
cualquier deposición testifical.
En alto grado las posee todas esta mujer, que ha llevado ante los
Tribunales la gracia atractiva que tiene la «causerie» [charla] en la dama
francesa, agilidad que encubre una fuerza espiritual bien templada y de
línea inquebrantable, matiz propio que no hace sino presentar con
tonalidades diferentes la eterna manifestación del alma humana.
—La mujer —nos dice sonriente— no ha inventado nada, como es
natural, en el Foro; hace lo mismo que el varón, con sensibilidad
propia; he aquí todo.
La Cour d'Appel [Corte de Apelación] ha reconocido la justicia de sus
méritos, designándola para formar parte de la oficina de Asistencia
Jurídica.
9
Y esta mujer, que tiene toda la firmeza de la profesión y toda la
suavidad de su sexo, que tiene también todo el valor moral del
sacrificio, latente más allá de los músculos y gallardías varoniles, con
la misma tranquilidad y alegría con que consagra los días libres del
tráfago de Tribunales y del servicio del bufete a confeccionar en su
hogar las confituras y repostería, se colocó un día a la cabecera de
Mme. Chauvin, su predecesora en el Foro, que, atacada por la viruela
negra que la llevó al sepulcro, como al sacerdote que la asistía, a quien
contagió, se vio en los momentos postreros abandonada por amigos y
allegados, aterrorizados por el mal repugnante.
Como en Custine, pero esta vez sin careta, frente a la amenaza de
un mal cuyo desenlace peor no es la muerte para una mujer joven y
bella, Agathe Dyvrande, valerosa y humanitaria, serenó con su
asistencia, cuidado y compañía, una vida bella que se acababa
desfigurada y horrible por el mal y el abandono. Y así cumplió una
vez más, como es lema de su vida, el deber de asistencia al
desgraciado, sea cual fuere el momento, sea cual fuere el peligro, sea
cual fuere el horror…
8 de agosto de 1928
10
11
HELENE LANGE
Cuando miss Pankhurst, la sufragista inglesa, decidióse bravamente
a alimentar la indignación de unos, la curiosidad de otros, el
comentario malévolo o la burla irónica de cerebros menos amueblados,
a la vez que la actividad policíaca inglesa y las celdas de la cárcel de
Londres con los cuerpos maltrechos y atormentados de mujeres,
asentaba al menos su ideal sobre una realidad: la personalidad de la
mujer inglesa, que social y jurídicamente tenía ventajas ignoradas por
otras civilizaciones.
En la administración pública y privada, en la ciencia y la industria,
la inglesa dominaba; la emigración masculina a las vastas colonias
británicas había realizado el fenómeno que extendió luego la gran
guerra: la llamada a las mujeres a puestos desiertos. La mujer casada
tenía, por su ley de 1882, la iniciación de su personalidad económica.
A gritos y a golpes, porque demandas más suaves decaían, pedía
simplemente la sufragista la coronación de la obra: el derecho político.
Una mueca histérica social de su tiempo fingió asustarse de aquella
definitiva pretensión, y quien tanto había reconocido a las mujeres
calificó de grotesca la petición de lo continente en que encerrar y
defender el contenido.
12
Fue como esas crisis hiperestésicas de la potestad paternal en
revuelta airada contra el hijo, hecho día tras día hombre o mujer,
cuando pretenden actuar como tales, saliendo del círculo trazado a la
débil figura infantil, lejana, pero siempre grabada en la retina paterna.
Crisis infecunda para el poder, como todas las de la tiranía prolongada,
porque Inglaterra recogió más tarde el eco dolorido de la Pankhurst.
Cuando Helene Lange comenzó en Berlín activa campaña
femenina, su única base era el ideal.
Limitadísima la instrucción de la mujer, sin horizontes, sin
posibilidades; negándole el acceso a la segunda enseñanza, prohibido
el ejercicio del Magisterio..., la primera vez que Helene Lange
pretende obtener del ministerio de Cultura el acceso de fémina a las
aulas de segunda enseñanza o superiores, el director de Enseñanza, con
una sencillez angelical de hombre de las cavernas, se sujeta los
flancos, agitados por la risa sonora y jocunda que le invade… y la
pone suavemente a la puerta, consciente de haber escuchado la más
extravagante pretensión de su vida política.
Hay que empezar, y empezar casi por el alfabeto; la mujer no puede
enseñar oficialmente en Alemania a últimos del siglo.
Países como el nuestro, que por unas u otras causas tienen de
antaño más de dos tercios de la enseñanza oficial confiada a la mujer,
podía enarbolar con orgullo una situación entonces de privilegio frente
a Europa.
Paul Heyse, novelista de la época, hace decir a una de sus jóvenes
heroínas: «Las mujeres en Alemania sabemos escribir, pero no leer,
porque este ejercicio requiere pensar...»
Helene Lange comienza su ruda pelea por el Magisterio. ¡Y qué
encono! Porque al tesón en negar el paso a la mujer únense los
intereses masculinos amenazados; todo el Magisterio es masculino, y
la defensa es rabiosa. Lange inicia la creación y preparación de un
núcleo de maestras, capaces de asaltar un día las Bastillas de la
enseñanza gubernamental. El grupo se eleva ya a tres mil. Frente a él
toda Alemania es Moebius; se discute públicamente, no sólo la
capacidad, sino aun la moralidad de la mujer para actuar sobre
cerebros infantiles; se la cree inadecuada para iniciar en las
13
dulzuras de la gramática; impotente a orientar en esa frondosidad de
los métodos aritméticos, diabólica creación masculina, que se gozan en
el planteamiento de fantasías para averiguar él rendimiento a la hora de
un obrero que clava tres millones de clavos de dos centímetros, a
distancia de un metro, dando dos golpes de martillo, y otro millón de
un centímetro, a metro y medio, dando uno, si en trece horas de trabajo
se suena nueve veces, y come dos, con intervalos, y emplea dos
reposos ineludibles, y se le estropean 17 clavos; inútil para atornillar
en los párvulos esas populares máximas higiénicosociales:
«Has de lavarte los pies
cada dos meses o tres...»
En medio de invectivas furiosas y argumentos disparatados,
advienen dos hechos que Helene Lange anota cuidadosamente en su
lucha: en 1894 se accede a que en las escuelas oficiales de niñas se dé
al director un auxiliar femenino. «Se le ha dado a Adán una compañera
—dice Lange—; estamos, por tanto, en la época del Paraíso.»
El segundo hecho vigoriza también un recuerdo de aquella época
primitiva; en una escuela oficial, el director se permite graves licencias
con una alumna espigada. La «leader» de la enseñanza femenina y sus
secuaces esgrimen el argumento: devuelven sobre realidades, no
fantasías, el peligro moral de la enseñanza exclusivamente masculina.
Acaso va a ganarse la batalla...
Pero las luchadoras no conocen a Adán, que aquí, como en el
Paraíso, culpa a Eva, no a la Eva seducida, sino a la compañera de
enseñanza. «La entrada de las mujeres como auxiliares en el
Magisterio ha rebajado el nivel moral y espiritual de los hombres
—afirman tranquilamente loa varones—; he aquí la explicación de este
lamentable caso...»
Viejo argumento, que hizo siempre fortuna: si Naturaleza carga a la
mujer el rescate del amor, su compañero agrega a la carga la culpa; no
le seduce el orgullo y la satisfacción de la responsabilidad; en esto
gusta de ser débil.
La estrategia del maestro consiste en presentar a la auxiliar como
serpiente, espontánea y desprendida; Eva está peor en la escuela que
en el Paraíso.
14
Baste este episodio para considerar la tenacidad sin ejemplo
desplegada por Helene Lange hasta transformar la situación espiritual
de la mujer alemana.
Las que bajo su influjo iniciaban la orientación cultural viéronse
obligadas, por mucho tiempo, a convalidar sus estudios en Suiza. Las
primeras diplomadas universitarias germanas se consagraron fuera de
las fronteras.
Poco a poco van cayendo obstáculos: la enseñanza femenina se
entrega a las mujeres; éstas tienen acceso a los Gimnasios e Institutos,
donde la coeducación no es ya espantajo de terror; pasan a las
Universidades. Hoy, una sola Asociación alemana suma ya 4.000
mujeres universitarias.
Ninguna de ellas puede olvidar que debe su libertad cultural a esta
mujer, carácter firme, que no conoce vacilaciones ni debilidades.
La exuberante escritora francesa Myriam Harry, nacida en Oriente y
educada en Alemania, a la que detesta, apasionadamente, en su libro
Siona en Berlín, nos da, aún con más fidelidad desde la atalaya del
odio que de la del amor, un pastiche fiel del carácter y personalidad de
Helene Lange.
Porque su obra no se limitó a conquistar posibilidades para la mujer,
sino a educar a ésta cumplidamente para merecerlas; por las escuelas
particulares da su creación ha pasado la mayor parte de la feminidad
alemana, y su desvelo inagotable dio la tensión mental necesaria para
el triunfo.
Lange es la única mujer superviviente de las que en Alemania
trabajaron por la dignificación de su sexo.
La veneración por su nombre tiene manifestaciones filiales
conmovedoras, y desde la cátedra, la clínica, el despacho o el escaño
del Reischtag, ni una olvida que su plenitud mental de hoy tiene las
raíces en aquellos momentos decisivos en que Helene Lange entabló la
lucha, sorda e insensible a la negativa, al apostrofe y a la misma risa
burlona, destructora de tantas medianas voluntades.
30 de agosto de 1928
15
ELLEN GLEDITSCH
Científica noruega, entregada apasionadamente a los estudios de
radioactividad. Es actualmente catedrático de esa especialidad en la
Universidad de Oslo, su residencia.
Enviada por su país a estudiar en París, bajo la dirección de
madame Curie, laboró en el laboratorio de la conocida radióloga
durante cinco años, doctorándose en 1912 en la Sorbona, y
adquiriendo a continuación el rango universitario que hoy ostenta.
Amplió después sus investigaciones en los Estados Unidos, laborando
en la Universidad de Yale, donde obtuvo el título de doctor «honoris
causa», por el Colegio Smith, de Norteamérica.
Las investigaciones de importancia realizadas y los diversos
trabajos publicados sobre radiactividad la hicieron merecedra,
en 1920, del Premio Nansen, de Noruega, en una meritísima
publicación sobre radiactividad de los metales.
Quien se haya asomado al alma de la mujer noruega, tan sólo a
través del «Jérôme 60º latitude Nord», con que Mauricio Bedel ha
estado a pique, según inquietos cronistas, de crear un verdadero
conflicto diplomático franconoruego, por su interpretación libérrima
de la mujer del Norte y su concepto del amor, se sentiría inclinado a
considerarla como producto apócrifo de su lejano y atrayente país
16
Menuda, rubia, de hablar reposado y caricioso, su pálida sonrisa aspira
a ganar la voluntad, no a captarla, nada hay en ella exteriormente de la
intrépida «Uni», que mucho nos tememos va a consagrar la literatura
como estampa inmortal de la mujer noruega, acaso con igual fidelidad
y machaconería que el libro de Merimée ha hecho de todas las
españolas Cármenes bravías, pendencieras y tormentosas.
Tan sólo, para que la fidelidad histórica no padezca en exceso,
acusa un rasgo fiel: el amor a la práctica del deporte sobre la nieve.
Los esquís son a todo noruego, hombre o mujer, tan familiares,
mejor, tan consubstanciales con su vida, como la Biblia al inglés o la
música a alemán. Ellen Gleditsch, que tiene como aspiración suprema
«la investigación en su cuarto silencioso», abandona éste, rindiendo
culto fervoroso al depone nacional.
Si en el orden científico hemos de remitir el interés de su labor
investigadora al juicio merecido a las autoridades en la materia de su
país, y de otros países, que han premiado sus trabajos, hay otro aspecto
de la actividad de la señora Gleditsch que cae bajo nuestra curiosa
retina: su vivo espíritu internacionalista, que la ha convertido en
numen concentrador del trabajo y esfuerzos de todas las mujeres del
Orbe, y en viajera infatigable del Mundo, como propagandista y
presidenta actual de la Federación Internacional de Mujeres
Universitarias, que celebrará en España, durante el presente mes, su
XII Consejo Internacional. En apostolado de los fines de esta
Asociación, que reúne ya a treinta y un países y 46.538 miembros, ha
recorrido casi todos aquéllos, estableciendo Asociaciones nacionales y
vigorizando las existentes, para unirlas a la Federación, en la que
consagra sus esfuerzos a la creación de bolsas de estudio para
intercambiar entre unas y otras naciones estudiantes o diplomadas que
verifiquen investigaciones científicas. La ciencia, que no tiene
fronteras ni nacionalismos, no carece de peculiaridades que
contribuyen tanto más a la formación del docto con sus orientaciones
típicas o sus instituciones y laboratorios adecuados a la riqueza e
importancia del país y a las características naturales de los mismos,
tanto como con los métodos practicados por las diversas
instituciones.
17
Este mismo espíritu universalista hace carecer de patria al núcleo
total de sus numerosas obras científicas, editadas en noruego, inglés o
francés.
La realidad nos ha acostumbrado a considerar al científico como
fuerza centrípeta, recoleto en su investigación o modalidad, y al
letrado como energía centrífuga, irradiando al exterior en todas y cada
una de sus manifestaciones. Por ello suscita nuestra atención y
comentario la avidez espiritual de esta mujer, que aspira en todos los
órdenes a completar su íntima personalidad y se halla, a la vez, al
corriente de todo el movimiento literario moderno; descansa de sus
actividades investigadoras o docentes también en el Arte, como
organizadora de un coro de mujeres estudiantes, y sigue con interés la
vida política de su país, laborando en el sector liberal, matiz en el que,
por fortuna para el Mundo, se acusa, con más o menos intensidad, el
mayor número de las mujeres que destacan en las diversas actividades
con figura propia y personalidad formada.
Como presidenta de la Agrupación Femenina Internacional, Ellen
Gleditsch traerá a nuestro suelo, dentro de pocos días, la ráfaga de
inquietudes y receptividades que alimentan hoy la mente de muchas
mujeres del Mundo, que dejaron de ser hace tiempo bellas dormidas en
el bosque, y que, insatisfechas de recibir y reflejar la luz ajena, aspiran
a transmitir la propia, encendida en la paz esforzada del estudio,
buscando el «yo» para donar también el espíritu a la humanidad
futura.
7 de septiembre de 1928
18
19
LUISA WEISS
Lector, el eres, como muchos españoles, por asiduo conocedor de
«L'Europe Nouvelle» [La Nueva Europa], la mejor revista política
contemporánea, admirador de su factura y fondo, y además, por azar,
devoto del mito de la mujer incapaz de remontarse a las abstracciones
o realizar una seria labor en el dominio de las ideas, no sigas leyendo,
o prepárate a recibir una nueva desagradable; porque el alma y el
cerebro de tu revista preferida es una mujer, Luisa Weiss, francesa de
origen, mundial de inquietudes, que ejerce su dominio en terreno en
que hasta ahora la mujer ha hallado poco placer en actuar.
Y no sólo la mujer. ¿No está a la orden día el desdeñar la política,
negándole su característica esencial de ciencia de las ciencias en el
orden especulativo, si bien pudiera ser factible en cualquier tiempo
pasado, presente y futuro, aplicada por mercenarios o arribistas, de esa
como de todas las ciencias, a especulaciones menos puras?
Uno de los primeros rasgos de su vida activa nos muestra la
personalidad, el juicio claro y el desdén espiritual de Luisa Weiss por
la vida vegetativa de la burocracia. En 1914 fue nombrada profesor
auxiliar de Letras en la Universidad de París, y a los pocos días
presentaba la dimisión de su cargo, renunciando a aquel único ingreso
que le ofrecía el paso de muchos años por las aulas universitarias.
20
¿Razones? No el desdén por la enseñanza, libremente elegida; protesta
contra la mediocridad ridícula de los sueldos del profesorado. Su vasta
y noble ambición no puede encadenarse a la servidumbre de cobre del
Estado. Años después emprendió en un gran diario francés una
campaña intensa, con el título «La crisis de los cuadros de la nación»,
en que luchó contra esa mediocridad económica del intelectual al
servicio del Estado.
La guerra, también como a otras, detiene su marcha profesional y la
reintegra de lleno a su misión femenina, que, como toda actividad
suya, es organizadora. Funda en Bretaña un hospital de sangre, que
dirige mucho tiempo, y al cual sigue el de una casa acogimiento para
los refugiados de las regiones invadidas.
En Suiza, adonde pasa después para atender a los prisioneros
franceses enfermos y evacuados de Alemania, se inician sus
inquietudes por el problema pacifista. Al llegar el armisticio, su ruta
está trazada y sus aficiones definidas. Conoce ampliamente el
problema político mundial, y en las «enquêtes» [encuestas] realizadas
por cuenta de su Gobierno, en la actuación en diversos países y en la
diaria labor de periodista, su espíritu penetrante se ha completado y
saturado. Entonces entra a formar parte del grupo de escritores que
fundó después «Europe Nouvelle», como secretaria de Redacción.
A la revista pretende llevar toda la orientación pacifista adquirida
durante la lucha, un programa de reeducación política internacional...
que sin duda es difícil imponer en principio.
Luisa Weiss deja la revista, viaja, completa sus experiencias sobre
países y Gobiernos, recorre la Europa Central, escribe un libro sobre la
República checoeslovaca, hace un viaje agitado y perseguido en Rusia,
visita América. A poco menos de un año regresa a Francia y adquiere
la propiedad de «L'Europe Nouvelle». Dueña de la revista, vértice de
sus inquietudes, podrá hacer de ella un órgano de inteligencia y
cooperación internacionales.
El crédito político, el valor técnico y el contenido profundo de la
incomparable revista francesa, son por todos proclamados. ¿Cederá
para algunos en consideración al conocer que la rúbrica L. Weiss de su
dirección encubre, discreta y elegantemente, a una rubia cabeza
femenina, de ojos claros, sonrisa delicada, gesto aniñado?
21
Porque también en esto quiebra la tradición Luisa Weiss. De la
«rata de biblioteca», contra la que tan donosamente se previene Luis
de Tapia, no tiene ella, que ha recorrido tantas, ni aun la movilidad
alocada; la costumbre se va, sin duda, dulcificando con fémina
universitaria, pues que no la obliga —como antaño, según sesudos
varones— a ser una birria para ganar mediana ilustración. Acaso está
en lo cierto Osear Wilde al pretender que el arte mejora y corrige a la
Naturaleza, y la mujer ha llevado del arte a la vida la afirmación de
Sthendal: «La gracia de la mujer no proviene de su ignorancia». Ha
introducido el aforismo en la Naturaleza, y a su conjuro se dan hoy,
con cierta consoladora frecuencia, mujeres no menos agradables que
ilustradas.
Esta es, al menos, la opinión —y el ejemplo— de las «amazonas»
de la Federación Internacional de Universitarias, que acaba de dejar
España, todas las cuales, al leer o hacerse traducir los pícaros versos en
LA LIBERTAD de nuestro mejor poeta popular, me han donado un
saludo de afecto y admiración para Luis de Tapia, que yo le transmito
en esta su zona propia.
Continuadora de esta moderna ruta, Luisa Weiss, dedicada a una
tarea profunda, que pone frío y miedo en todo espíritu no educado
políticamente, hace en su charla amable la estabilización, la
racionalización, la política económica… acaso; como mujer, lleva a
todas esas aparentes arideces el amor, que todo lo sublima.
Prueba de este amor a su esfera de trabajo es el premio de 10.000
francos que acaba de crear con el fin de «alentar el pensamiento
político», y que será otorgado al mejor libro de política contemporánea
recientemente publicado o que se publique en francés, o traducido a
ese idioma, y con el que pretende premiar aquel aspecto más noble del
hombre… y la mujer; la inteligencia y la idea.
No olvidemos tampoco otro rasgo singular de esta mujer de
excepción: confía en su sexo..., y, según nos declara, son tres mujeres
las que asumen en «L'Europe Nouvelle» las tres funciones más
importantes, después de la directorial: la secretaria de Redacción, la
dirección de los servicios comerciales y la publicidad.
Política de nota, desligada de los menudos intereses económicos
que cercenan el paso a tanto resignado, creyente en el trabajo
femenino, animadora fuerte de una orientación novísima que dibuja
horizontes futuros a los pueblos, y, con ello, ayuna de pedantería, de
gafas y de severidad... ¿Podrá desdeñarla, para su tranquilidad poética
y su numen inagotable, Luis de Tapia?
10 de octubre de 1928
22
23
ADELA SCHREIBER
Diputada socialista en el Reich alemán. Es austriaca por su
nacimiento y alemana por matrimonio.
He aquí un ejemplo latente de la íntima unidad racial de los
fenecidos imperios del Este y del Oeste germano, y que, al menos por
una vez, da valor substancial a esa declaración de los Códigos, más
cierta jurídica que espiritualmente: «la mujer sigue la nacionalidad del
marido», porque creemos que seguir una nacionalidad, en ánima, es
sumarse a la adquirida, unificar con ella el espíritu, el idioma, las ideas
y las pasiones, realizando por el milagro del amor humano ese milagro
más difícil del amor interracial, que las leyes han soñado y no siempre
podido realizar.
Verdad es que en este caso la compenetración y la penetración
tenían un sedimento más profundo y real que el que pueda ofrecernos
un precepto de tal naturaleza, ensayado ya tantas veces con rotundo
fracaso; este sedimento es la comunidad racial, que alemanes y
austriacos proclaman en toda ocasión.
Algunos matices diferenciales, y muy notorios, existen, no obstante,
entre uno y otro tipo, entre los germanos por antonomasia y los que los
alemanes que conocen España denominan, con «anschluss» o sin él,
«los andaluces de Alemania», recogiendo en este epíteto cuanto hay de
suavidad y delicadeza, especialmente en el vienés.
24
Adela Schreiber se ha asimilado a su nuevo pueblo y a las nuevas
ideas de este pueblo —nuevas en cuanto a la difusión alcanzada—,
y, tomando parte activa en la política de su patria marital, afiliada al
partido socialista, pertenece al Reichstag desde la anterior legislatura.
Cierto es que esta asimilación no es tal, sino un encuentro. La
señora Schreiber ha consagrado muchos años y muchas energías al
desenvolvimiento de su tendencia política y social, y tiene una larga
historia de lucha y de actividad, que comienza a sus veintiún años, y en
la que le ha mimado y cortejado el éxito, que a tantos luchadores
abandona con terco y estúpido desdén, brindándoles un abrojo o una
espina para cada generoso esfuerzo. Ella, contemplando hoy su obra de
años, ha de decirnos con serena alegría que «ha podido ver realizadas
muchas cosas por las que luchó». ¡Destino amable, que pueden
considerar con bien ganada amargura los bravos y generosos
luchadores eternamente vencidos por haber llegado demasiado pronto
al mundo de las realidades políticas!
Discípula espiritual de Bebel, a cuyo libro, «La mujer», confiesa
deber su formación política y social, todo canta en su vida el éxito en
la lucha, Vicepresidenta de la Alianza Internacional para el sufragio
femenino, ha visto su acción nimbada por el éxito en el logro del voto
para la mujer en sus dos patrias; socialista-republicana, ha
contemplado el triunfo de la idea en los dos imperios de ayer;
cooperadora en la obra de abnegación en favor de los heridos de las
líneas del frente, ha sorteado, tras de numerosos calvarios, la muerte y
la guerra. Sólo le queda por ver ganada la realización de uno de los
ideales que confiesa perseguir: el pacifismo vehemente. ¿Llegará
también a verle realizado Adela Schreiber, mascota hasta hoy de todos
sus afanes?
Este es, sin embargo, el papel capital que ella asigna a la mujer de
las nuevas generaciones, como razón principal de su existencia: la
misión de laborar por la justicia y la paz; el descubrimiento y la
supresión de la miseria social, en toda su extensión, y para ello, la
elevación de fémina sobre los errores, los prejuicios y los atavismos de
las viejas y de las nuevas sociedades. Para la función importante de la
maternidad, sólo teme la señora Schreiber en la mujer las sombras, y
para ella la mujer más libre, la más instruida, la más justamente
tratada, será la mejor de las madres, la única posible de las madres.
25
Animada de este deseo, persigue con ardor la consecución de una
educación integral de la mujer; lo que haya de mejor desde el punto de
vista científico, profesional, artístico, práctico y físico. He aquí el
programa anhelado para la mujer moderna, en quien, así preparada, ve
la realización positiva e ideal del nuevo tipo femenino, a quien los
descontentos por exceso acusan de caminar de prisa, y los
descontentos por defecto, de caminar despacio.
—La superioridad no es, ni ha sido nunca, una cuestión de sexo
—nos dice, en tono cuya música encierra seis o siete admiraciones.
Y, realmente, considerando la propia vida, tiene derecho al
optimismo y a considerarse típico ejemplo de las maravillas de
esperanza del esfuerzo obstinado y tenso, que si a todos se muestra,
por principio, extraño, esquivo, debió serlo, el consideramos cuanto
precede al triunfo, tanto más para quien pretendió y logró ser profeta
fuera de su patria.
25 de octubre de 1928
26
27
ROSA CASTELLANOS
Esta joven abogada italiana, de sonoro nombre español, es mujer de
su tiempo, que ha atendido con análoga dilección a la cultura de la
mens y a la del corpore, y defiende o ataca con decisión igual, armada
de la dialéctica, en el foro, la toga sobre los hombros, que la espada en
la mano de esgrimidora hábil, en la sala de armas.
A ella hubiera dedicado predilectamente Mariano de Cavia aquella
su interpretación libre de las siglas B. L. P., final ritual de toda carta a
una dama, que para alguna, resuelta e intrépida, traducía libremente
por «beso a usted los puños», si no fuera porque la prestancia y el
porte, gracioso y suave, de Rosa Castellanos, hacen sugerir la
existencia de un puño delicado, siquiera sea hábil y presto para la
estrecha gimnasia de la espada.
Rubia, esbelta y fina, su fuerza ágil acaso sea por ello más temible,
como toda la que se oculta bajo apariencias de fragilidad.
Esa decisión rápida y serena de la destreza en la sala de armas, que
tanto educa y templa atención y voluntad, ha debido alimentar su
arrojo y decisión para las luchas de la vida, o, en su defecto, la
petulancia alegre y resuelta con que nos afirma que no ha atravesado
jamás momento difícil o crítico en la ejecución de sus proyectos.
28
Y que éstos son de alguna dificultad y temple, lo prueban las
campañas y trabajos que en su vida activa realiza en el estudio y
propaganda de una perfecta educación eugénica y sexual en la mujer.
En la lucha feminista sostiene el principio de mejorar la condición
de la mujer dentro del matrimonio, conforme a aquellos principios de
que el problema de la población no está en la cifra de nacimientos,
sino en la de la mortalidad, y que el considerar a la mujer tan sólo
como una productora racional y legal de seres nada dice en afirmación
de otra finalidad más importante: la de conservar vidas y garantizar,
sanitaria, económica y moralmente, las logradas, problemas que no
han resuelto aún países de alto coeficiente natal.
Este problema, que pone espanto en el ánimo de nuestras mujeres,
que sólo se enteran, tarde y mal, de las profundas inquietudes que
agitan a sus hermanas de otras zonas del Mundo, es, sin embargo, el
guía de las actuaciones femeninas exteriores.
Se teme tratar de él, aun para combatirlo; lo que demuestra, en
suma, la poca confianza en el propio criterio. Las mujeres laboristas
inglesas le han puesto en cabeza de sus estudios sociales; los núcleos
femeninos de los más diversos pueblos lo tratan, y en Congresos
sociales y científicos se han presentado por mujeres de sólido prestigio
temas cuyo solo enunciado alarmaría a lectoras y lectores de España.
Todo problema bello, científico o profundo, ha corrido eternamente el
riesgo de ser desdeñado en la sombra, más que atacado de frente, por
él vulgo mental, y siempre hay ocasión para revivir aquella dolorosa
sorpresa de France, cuando recordaba que muchas gentes, ante el
cuadro de Miguel Ángel, en el Vaticano, no hayan logrado ver más que
el episodio de los prelados libertinos.
Rosa Castellanos ha sentido, sin duda, por medio del Derecho, las
dos inquietudes más profundas que prenden en el alma de una mujer
inclinada hacia las leyes: la suerte, la desgracia legal de su sexo, y el
Derecho penal. Persigue, por ello, el ideal de liberarla de toda
esclavitud legal, ficción de la ley, hija del hombre, que la ha
engendrado, concebido y alumbrado en un monstruoso aislamiento, sin
buscar ni aceptar colaboración femenina, conservando el excesivo
poder de juzgar a la otra media Humanidad por normas que le son
completamente ajenas, y que, en conjunto, garantizan la sumisión y la
unanimidad legales de las ausentes a su entramado.
29
No creyendo en la superioridad de un sexo frente a otro, sino en la
de algunas individualidades sobre la masa, llama a la mujer a la lucha
política y social, sonríe ante la sinuosa afirmación de que su papel
activo nuble sus aptitudes de perfecta madre; se permite esperar que
pueda, a su vez, contribuir al progreso humano; niégase a ver la
inconciliabilidad del amor —esa única fuerza que los líricos le han
dejado a la mujer, cortándole y recortándole también las alas— con el
más vivo interés por la acción, la vida plena y honda, y la defiende de
soltera, exigiendo para ella una educación profunda, despojada de todo
prejuicio, en la que, desde la adolescencia, se la instruya noblemente
de todos los peligros de la vida, y singularmente de los sexuales; de
casada, reclamando para ella la equidad legal y la equidad sanitaria,
que se llama el certificado médico prematrimonial, defendido
briosamente en sucesivas publicaciones de temas eugénicos.
Este moderno ideal del matrimonio se aparta bastante del clásico,
cuyo resultado no dista, en la realidad, mucho del colofón que a la
unión pone el cancionero anónimo:
«El marqués y su mujer,
contentos quedan los dos:
elle se fue a ver a Dios
y a él le vino Dios a ver.»
Se comprende que este problema de la sanidad infantil suscite la
combatividad ardorosa de la mujer, a quien la Naturaleza hace regalo
de un ensueño prolongado, en que esperanza y fantasía bordan, una
tras otra ilusión, sobre el cañamazo de la espera cierta del hijo. La
madre que mece su ensueño, como en la vieja canción francesa,
preguntándose por la figura, la belleza, la armonía y el destino del
futuro ser, no se ofrece sino imágenes bellas, esperanzas sublimes; ni
en la canción ni en la vida se preparan sus brazos a recibir el dolor o la
enfermedad, la tara fisiológica ceñida al cuerpo del esperado. Ese
derrumbamiento moral, que es a veces premio trágico de la espera
anhelante, ha encendido el espíritu de muchos para buscar la verdad
más asequible, la verdad de la vida, que, de darse, ha de ser pura,
limpia, sin estigmas fisiológicos ni servidumbres de degeneración.
30
¿Qué mujer, por impregnado que su espíritu se halle de ternura o
piedad, puede aceptar voluntariamente el destino cruel de la madre del
Oswaldo de los «Espectros», de Ibsen? ¿Y cuántas no hace a la imagen
y semejanza de aquella torturada la hipócrita barrera de las
convenciones y de la ignorancia?
Esa misma comprensión por la evitable degeneración del hombre
conduce a la abogada Castellanos a su predilección por el Derecho
penal, en que se especializa, a fin de llevar a esta rama sus
conocimientos prácticos en Medicina, primera base de sus estudios.
De tono liberal y, por tanto, silenciada y silenciosa en la moderna
Italia, tiene una cultura española, homenaje no común en mujeres del
exterior; su criterio se ha formado, en gran parte, en el estudio de los
oraciones políticas de Castelar, a quien admira; y, entregada a la lucha
por su ideal, no cree en la mujer de un solo sentimiento, tan terrible,
quizá, como el hombre de un solo libro, porque, como Blasco Ibáñez,
afirma que el amor no es el único, ni acaso el principal, objeto de la
vida; existe la libertad, y la acción, que exigen también esfuerzos y
dolores.
21 de noviembre de 1928
31
DOMINICA DUNOIS
El fondo tan profundamente literario del espíritu francés ha
creado una serie de varitas mágicas, dotadas de la virtud de animar o
hacer surgir a la popularidad y gloria públicas, en un solo día, nombres
ignorados, valores ocultos.
Son sus premios literarios concedidos por Academias, cenáculos o
entidades privadas u oficiales, abundando más las primeras. El
escritor tiene dos caminos para alcanzar la fama: la lenta penetración
en el público, volumen tras volumen, en paciente labor, y la aureola
estallante del premio literario, que en un solo día entrega a la
voracidad pública, desde las librerías de los bulevares, el nombre
y la obra, no por meritorios menos desconocidos del autor novel, o
exprimido, pero silenciado, hasta entonces, cuyo libro se ciñe con la
banda roja que pregona la ambiciada distinción: «Premio Goncourt»,
«Premio Fémina», «Premio Renandot»...
Y aunque Edouard Bourdet, en uno de sus últimos «vaudevilles».
lleno de amargo humor, nos revela la entraña secreta, que mueve el
mecanismo de muchas votaciones, según el capricho o el interés de
poderosos editores, que tanta habilidad despliegan y tanta fuerza
mueven dentro de los imparciales cónclaves de discernidores de la
gloria, como la crítica tarda mucho en demoler las creencias ingenuas
y profundas de los pueblos, el francés sigue ciñendo el lauro a la frente
del electo, comprando el libro del premiado y elevando a cinco o diez
ediciones la modesta, de pocos ejemplares, en que nació la obra
trompeteada por la fama.
32
Uno de los nombres que han rasgado este año los aires del bulevard
es el de Dominica Dunois. El clarín que lo pregona es el «Premio
Fémina»; la obra, «Georgette Garou», libro amargo, extraído de la
entraña de la tierra de labor francesa, cuyo dulce vergel conoce toda la
áspera dureza y las fieras y tristes pasiones que los hombres ponen en
la defensa y posesión del suelo.
Dominica Dunois no era desconocida sino para el éxito. Ha
producido ya más de seis novelas, espigadas en el campo cuya
observación y conocimiento le es familiar: la mujer de la burguesía
provinciana. El libro con que las trompas de la fama pregonan a los
vientos su nombre de obrera silenciosa, oculta en un lejano
departamento francés, es también una tragedia campesina, Georgette
Garon es, con su abuela, los únicos seres fieles al terruño de una
familia mordida por el abrazo de la ciudad; no han desertado de la
tierra que aman y cultivan con la pasión de su naturaleza fuerte y
sencilla. Condicionando a éste todos sus amores, casa con el criado de
la granja, campesino laborioso, y cómo ella sencillo, con quien aspira a
realizar un ayuntamiento directriz tan fecundo y sólido como el de las
mudas bestias que pacientemente laboran la tierra.
Otros autores nos han ofrecido ya la tragedia del campesino
francés, que antes de ver fraccionada entre varios hijos la hacienda
laborada con amor, prefiere cercenar su fecundidad, y lo multiplica
todo, menos los hijos.
En la obra de Dominica, la tragedia se inicia por la prolongada
espera del heredero; la esterilidad del matrimonio, cada día más
desoladora y cierta, va ensombreciendo el hogar y sembrando en todos
los ánimos el sentimiento de la inutilidad del esfuerzo por conservar y
acrecentar el patrimonio; el marido, la abuela, todos culpan, abierta o
calladamente, a la heroína de esta deserción de su sexo, de esta
incapacidad afrentosa de su feminidad, que, más desgraciada o maldita
que la tierra que regó con su sudor, no se fecunda como ella.
Sólo Georgette, segura de sí misma, con fe en sus entrañas, con la
confianza en sí de la mujer, decide cortar el nudo de las dificultades,
y como en un cuento picaresco de Boccaccio, pero sin picardía, y con
el sacrificio de su pudor, compra en la feria de la vida lo que no allega
en casa: el heredero y el continuador, que deberá su existencia a una
entrega pasajera y efímera en que la fe de la mujer en su capacidad
maternal queda a salvo.
33
Es un sacrificio singular de amor al marido, con el que pretende
salvar la vanidad viril y la situación delicada de advenedizo en la
granja del que ella eligiera por amor.
Pero dura muy poco la paz del hogar, salvada por la traición. La
aventura es pronto conocida en el pueblo, y cuanto con ella se
quiso proteger se hunde definitivamente. Ni el prejuicio honesto de la
abuela ni la herida vanidad masculina pueden perdonar el engaño,
pleno de generosidad y sacrificio.
Y de las ruinas de su vida deshecha, a pesar de su humillación y de
su brava dignidad inmolada a la defensa de cuanto ama, surge la futura
criatura, mujer de una nueva generación, en que aquélla ya no acierta a
sacrificarse totalmente a los conceptos ajenos ni a resignarse a la
inanidad del dolor; de ésta, que la transforma en mujer con voluntad,
vida y deseos propios, nace la transformación que inició Nora hace
muchos años. Si Georgette no ha podido realizarse ni en el amor estéril
ni en el sacrificio fecundo, se realizará en el amor que no tiene más fin
que la realización de sí propio.
Este es el libro profundo y austero de Dominica Dunois, que ha
coronado su obra, poco conocida hasta el día, con el lauro del premio.
Su estilo sobrio y seguro y la pintura admirable de sus criaturas nos
hace conocer la capacidad animadora de su pluma y el poder creador
de una imaginación ausente en sus soledades de todo estímulo de
ambientes literarios. Su obra, como todas las anteriores, no tiene la
mácula de endeblez y nonada de que se acusa al sexo, ni las osadías o
violencias de frase o pintura con que otras escritoras, queriendo huir
cándidamente de sí mismas y del juicio desdeñoso que la crítica
masculina vierte sobre sus obras, se mixtifican, cayendo en la torpeza
de sujeto o ambiente.
Triunfo bien ganado, en que no hay ni la sombra de esa coacción
femenina tan galana y acremente glosada por el maestro Gómez de
Baquero al comentar recientemente el libro de una mujer que,
sabiéndose bonita, elige por primer capítulo de su libro su fotografía,
autorizando aquel juicio sobre obras de esta clase:
«Al frente, mi retrato;
y dentro, desatinos.»
8 de enero de 1929
34
35
MARÍA B. BAWLESCO
Natural de Transilvania, ciudad situada al pie de los Cárpatos, en la
frontera de la antigua Austria-Hungría, provincia reintegrada hoy a
Rumanía, como todas sus compañeras de actividad y lucha tiene una
larga vida, fundida a todas las contiendas ideales por el fortalecimiento
de las pequeñas nacionalidades del centro de Europa.
Publicista, conferenciante, organizadora, ha laborado hasta 1914 por
la incorporación de Transilvania a la actual Rumanía, desde los
tiempos de la llamada opresión húngara.
Acaso la razón fundamental de toda la floreciente personalidad civil
y social de las mujeres centroeuropeas reside en la parte activa que
todas y cada una tuvieron en las apasionadas luchas nacionales.
Manifestaciones parciales, pequeños fenómenos que ha recogido en
sus visibles resultados ese gran fenómeno de la guerra universal: la
liberación a marchas forzadas de la mujer. ¿Ha de deducirse por ello
que, dolorosamente, aquélla ha de deber su personalidad y pujanza
social a la locura de la lucha desatada por el hombre? Así parece, en
efecto; pero esta triste consecuencia no es su culpa, en todo caso; sólo
vendría a probar que el administrador de todo poder, el hombre, no se
rinde en sus juicios a la razón pura y al examen sereno, sino a la dura
necesidad y a la capacidad por ella resaltada; para la mujer siempre
será un dolor deber su derecho a la hecatombe y no a la justicia.
En realidad, siempre que hubo un pueblo oprimido, avasallado o
vejado, surgieron, sin distinción de sexo, las protestas del individuo,
la exaltación de la raza, el sacrificio por el ideal. Las mujeres de las
pequeñas nacionalidades de Centroeuropa no hicieron nunca nada más
ni nada menos que nuestras exaltadas figuras en la epopeya de la
independencia. Estas se reintegraron a sus calladas vidas después del
sacrificio o la lucha; aquéllas lograron enlazarle con el porvenir; es la
única diferencia.
36
María Bawlesco es la presidenta de la primera organización
femenina rumana, creada en 1850 en Brachov después de la guerra
civil de 1848-49, con fines educativos y de orientación para la mujer,
incorporada en 1913 a la Unión de Mujeres Rumanas, que reúne a
todas las Sociedades femeninas en número de doscientas dos. Todas
ellas substituyeron las tareas y fines sociales por los de beneficencia y
caridad del 14 al 18, encargándose de organizar las ambulancias y
servicios de guerra para atender a los heridos.
Cuando las tropas alemanas obligaron a una retirada catastrófica al
Ejército rumano, fue emocionante el éxodo que hubo de sufrir esta
mujer para escapar a la sentencia del Tribunal de guerra germano como
irredentista. Disfrazada pudo huir, llevando consigo a su madre,
octogenaria, y a su hija. El Tribunal de cuyas manos escapó condenó a
la ardiente propagandista a muerte en rebeldía y secuestró sus bienes,
vendiéndolos en pública subasta. La fugitiva se refugió en Jassg,
capital de la Moldavia, donde continuó su propaganda nacional.
Su actividad feminista data de 1896. Bajo la dominación húngara
era imposible la organización de Asociaciones femeninas. Realizado el
ideal nacional con la guerra, cambiados los tiempos, las organizaciones
caminan y avanzan. Logrado el ideal de la liberación del pueblo
rumano, María Bawlesco ha logrado que la mujer sea la asociada del
hombre en toda la vida del pueblo.
La mujer, a su juicio, no debe pronunciarse por política alguna en
tanto no haya logrado el triunfo en la propia: su derecho integral a la
educación, a la acción, a la realización. Sin olvidar la enseñanza
«menagère», la mujer debe ser preparada para la vida, no sólo para el
caso en que no llegue al matrimonio, sino para dar en éste su
contribución material a la familia.
La Unión de Mujeres Rumanas, que celebra regularmente
certámenes nacionales desde 1921, es el mejor organismo colaborador
a la obra de protección al niño, a la familia campesina y a la lucha
contra el alcoholismo y contra la desmoralización.
A la mujer moderna, cultivada, educada, asigna María Bawlesco el
papel más importante para el mejoramiento de la raza humana:
espiritualizar e idealizar la familia, de que es el alma, y ser la madre de
su pueblo, secundando al hombre en la vida social.
31 de enero de 1929
37
MARGARET CORBET ASHBY
Es actualmente la mujer más representativa del movimiento político
femenino inglés. Presidenta y animadora de la Alianza Internacional
del Sufragio Femenino, pocas hay conocedoras e interesadas en las
cuestiones del desenvolvimiento social y político de fémina a quienes
sean desconocidos su nombre y su obra.
Hija de C. H. Corbet Ashby, miembro del Parlamento Inglés, el
medio y el ambiente político le son familiares desde su infancia.
Presidenta de la Federación liberal de mujeres inglesas y candidata
liberal en cuatro elecciones a diputados a Cortes, ha sufrido
gallardamente el ataque de los intereses y pasiones antifeministas de
todos los Moebius, que en Inglaterra, como en el mundo, forman
legión; de todos esos que arrancan, dentro o fuera del campo de la
Medicina, con más o menos lógica, con mayor o menor espíritu
tradicional (olvidando el devenir constante de la tradición), las
afirmaciones unilaterales que la pasión o el afán de notoriedad les
sugiere, para residenciar a la mujer contra la realidad, la lógica y la
libertad, que también tienen su pequeña raíz en la biología, al rango
único y mecánico de fábricas de hijos, cerradas dictatorialmente, por
quiebra espiritual, al día siguiente de finalizada la función escueta y
material, que esos definidores, nuevos hoy, viejos mañana, le asignan
en el concierto de una sociedad, que es, sin embargo, tan de unos como
de otros.
38
Pasarán, como otros, esos residenciadores, como pasaron los que
les precedieron, y sobre ellos quedará el espíritu inconmovible de ésta,
como de otras mujeres, cuya inquebrantable fe va logrando la más
trascendental de las revoluciones sociales, y que bien pueden poner
sobre la amarga resistencia detractora de sus críticos la pirueta de
Rívarol ante 1a fugaz aureola del abate Delille:
«Ta gloire pasera
les navets resteront.»
[Tu gloria pasará
los nabos quedarán.]
Mistress Margaret Corbet Asbhy, casada y madre, ha entregado las
energías con igual pasión y constancia a los deberes íntimos que a los
externos, y puede gozar hoy la rara satisfacción de haber logrado ser
profeta en su patria, sin que ello cierre el cielo de sus contiendas, pues
que, como presidenta de la Alianza Internacional del Sufragio
Femenino, aspira a serlo en todas las patrias, aun las de aquellas en que
hasta hoy tienen más fuerza los que agrupan en un solo sexo los
derechos de los dos.
Tiene una larga preparación legislativa, adquirida en la Unión
Internacional de Sociedades para la Igualdad Cívica, que se ocupa
intensamente de la preparación de proyectos de ley parlamentarios.
Esposa de un abogado, madre de un estudiante, mujer de cultura
superior y fina sensibilidad, ha hecho un arte de su hogar y de su
conversación, fuerzas imanes de un trato encantador y deleitable.
Desde 1923 preside la Alianza para el Sufragio Femenino, que
agrupa ya a cuarenta naciones, y que, con el sufragio y la acción
cívica y política de la mujer, persigue con fervor la igualdad de
derechos y la igualdad de moral para los dos sexos.
Ha sido durante nueve años miembro del Consejo de Asistencia
Pública de Wanswortt (Londres), singularizándose notoriamente en las
cuestiones de moral y beneficencia.
Conferenciante profunda y amena, ha propagado el ideal que
defiende en todos los tonos y en los más diversos ambientes: ante el
presidente Wilson, en la Conferencia de la Paz de la Comisión de la
Sociedad de Naciones, llevando la expresión del sentimiento profundo
y decidido de muchas mujeres; en la polémica con Gompers ante la
Comisión Internacional del Trabajo.
39
Al presente organiza el Congreso de la Alianza para el XI Sufragio
Femenino, que se celebrará en Berlín en Junio del corriente año;
Congreso de representantes de un parlamentarismo futuro, el de los
dos brazos de la Humanidad, tendrá por templo de sus sesiones el
Reischtag alemán, para el que el parlamentarismo no es feminófobo;
sus bóvedas guardan el eco de la voz de Bebel y otros defensores de
los derechos públicos de la mujer. Sombras que vivieron un pasado de
exclusión femenina, al contemplar desde ultratumba la invasión total
de sus escaños por las delegadas del orbe acaso piensen que se ha
remediado la injusticia con la injusticia, substituyendo un exclusivismo
parlamentario al otro, o que acaso se ha cumplido en la generación ida,
representante del egoísmo y la ingenuidad viril, el anatema de
Confucio: «En castigo de su terquedad, su egoísmo y sus pecados,
estos hombres renacerán con figura de mujer.»
Lo que sería, por una parte, la forma mejor y más rápida de
allegar el triunfo de la igualdad equitativa por el sufrimiento directo y
exacto de la desigualdad ayer impuesta y hoy sufrida.
14 de marzo de 1929
40
41
MARÍA POP
Rumana, casada, madre de tres hijos, fue favorecida generosamente
por las hadas simbólicas que en los cuentos rodean las cunas al recibir
su estuche de blancos lienzos la fresca joya del nuevo nacido; y lo fue
con tres dones: perseverancia, alegría y optimismo, que no la han
abandonado nunca en su camino; aún parece que al cruzar el umbral,
otra donante, celosa de la generosidad ajena, le hizo una nueva
concesión: «Gozarás siempre de la serena confianza en tus propias
fuerzas.» Animosa, convencida y convincente, segura de la finalidad
perseguida, ni agresiva ni arrogante, pero sin abandonar jamás la
partida, activa, inquieta, justifica esa explicación masculina dada para
restañar la herida vanidad de alguna pequeña derrota casera: «Lo que
la mujer quiere...»
Su profesión de fe es concreta y sincera: «Feminista militante,
pacifista activa, miembro laborioso de la previsión social.»
Después de leer lo de feminista militante, te aconsejo, lector, o
lectora, que mires de nuevo la fotografía que acompaña estas líneas.
En Rumanía, o en otro país, sería ocioso este consejo, pero es prudente
aquí, entre nosotros, donde se ha descubierto algo original: que
feminidad y feminismo son términos opuestos y enemigos entre sí.
Descubrimiento que es el más sensacional que recordamos, después
del de América. Su actual retrato —el original al menos— nos muestra
un rostro joven, colmado y gracioso, de ojos lindos y atisbo de una
sonrisa que vacila entre la dulzura y la ironía.
42
Sirviendo su ideario, preside una Asociación rumana para el
sufragio femenino y la sección pacifista del Consejo Nacional de
Rumanos; integra el Consejo de Asociaciones Nacionales de su país
para la Sociedad de Naciones; dirige varios Comités de asistencia
a huérfanos e inválidos de guerra, y no olvidemos, para tranquilidad y
sosiego de feministófobos-femininófolos (¡qué complicación!) un
detalle que ella pone en cabeza de su exposición do actividades: que ha
de ocuparse de organizar y dirigir su hogar y hacer la vida grata a su
marido e hijos, propósito, al parecer, realizado con alentador éxito, no
obstante tener que organizar de continuo, animar y sostener por la
pluma o la palabra, diversas Asociaciones pacifistas o femeninas del
país.
Actualmente, las mujeres rumanas, con María Pop por guía,
sostienen una campaña en el país para obtener el voto en los Consejos
comunales urbanos y rurales; el Gobierno ha acordado modificar las
leyes administrativas, especialmente la municipal, y la mujer considera
propicio el momento para subir el primer peldaño del derecho
electoral.
Un incidente gracioso nos recuerda las dotes de propagandista
eficaz del pacifismo que distinguen a María Pop. Fue en París, durante
el Congreso Internacional de la Alianza para el Sufragio femenino, en
1926. El público asaltaba el local del gran salón de la Société des
Savants, donde se celebraban las sesiones de la femenina Asamblea; la
afluencia hacía imposible el acceso, y una muchedumbre quedó a la
puerta, vociferando en demanda de entrada. María Pop sacó la sesión a
la calle, y dirigió la palabra al público sin puesto, realizando uno de los
actos de propaganda más eficaces del Congreso, porque en él no
faltaron ninguna de los tres matices que, según La Bruyère, surgen
espontáneos cuando se expresa la verdad sentida: «Naturalidad, fuerza,
delicadeza.»
Persigue para la mujer el derecho integral; ella sola se cuidará de
elegir y no adoptar lo que sea incompatible con sus posibilidades. El
proceso de adoptación femenina, en el orden económico, está iniciado
y en marcha hace largo tiempo; en el orden político, la realidad que
ofrecen los países de respeto a la mujer, no es, según afirma sonriente
María Pop, para asustarnos; no es tampoco, agrega, la concesión de los
derechos políticos lo que iniciará el conflicto do la conciliación entre
la maternidad y el papel social activo de la mujer; este conflicto se
encuentra ya planteado, y con acritud, por la evolución económica y
los cambios introducidos por ésta en la familia; la mujer en el hogar,
43
por intenso que sea su trabajo, no produce nada remunerador, y la
madre tiene a menudo necesidad de numerario para atender a las
necesidades de los hijos; numerario que ha de obtener fuera del hogar,
no tan sólo cuando es jefe de él, sino de acuerdo con el padre en la
mayoría de los casos, y esta es una realidad dura y fuerte, querámoslo
o no. Y es precisamente el advenimiento de las mujeres a la vida
política de los pueblos el único medio posible de mejorar las aristas de
esa realidad, por una legislación indicada a las necesidades
manifiestas, que las mujeres están únicamente en condiciones de
conocer y remediar.
Confiesa María Pop que nada ha tenido influencia mayor en su vida
que la guerra, con todas sus consecuencias; en los Hospitales de la
Cruz Roja de Craiova, después de la trágica huida a Moldavia, única
zona del país libre de la invasión guerrera, es donde «aprende a odiar
la guerra, conociendo cuanto tiene de atroz».
Sus recuerdos do Jassy, ciudad de 80.000 habitantes, que por el
cerco albergaba forzosamente 400.000, toda una población
amontonada, mal alimentada, insuficientemente abrigada, invadidos
los hospitales, en los que enfermos y heridos tenían un mismo lecho
para tres, o permanecían en el suelo, o morían durante la noche en las
calles, sin socorro, en un invierno a 18 grados bajo cero… Y, por
último, como corona de horrores, la epidemia de tifus exantemático
aportada por el ejército ruso, que dio una mortalidad del noventa por
ciento entre los atacados. ¿No recuerda todo esto las trágicas
descripciones de Sadowa por la baronesa de Suttner?
Estos recuerdos inolvidables han robustecido en su alma el ideal
pacifista, en ella ardiente y resuelto. Por esto, cuando se la pregunta si
es pacifista, ella, mujer abundante en palabras, rica de expresión, sólo
contesta, lacónica y concreta: «Enteramente.» Y hace a sus hermanas
de sexo el honor de esperar de todas ellas que, por su vigoroso instinto
de conservación, detengan la locura que, después de la horrible prueba
de 1914, empuja todavía a los hombres a correr al suicidio y a la lucha
carnicera, que siguen preparando inconscientes y ciegos en Europa,
dígase lo que se quiera, y a pesar de los esfuerzos pacifistas de la
Sociedad de Naciones.
23 de mayo de 1929
44

Más contenido relacionado

Similar a MUJERES DE HOY (1928-1929) Clara Campoamor

Sor juana inés de la cruz
Sor juana inés de la cruzSor juana inés de la cruz
Sor juana inés de la cruzorozcopimentel
 
SABIDURÍA DE BOLSILLO (1885) Daniel Darc (Marie Régnier)
SABIDURÍA DE BOLSILLO (1885) Daniel Darc (Marie Régnier)SABIDURÍA DE BOLSILLO (1885) Daniel Darc (Marie Régnier)
SABIDURÍA DE BOLSILLO (1885) Daniel Darc (Marie Régnier)JulioPollinoTamayo
 
Revolución de julio
Revolución de julioRevolución de julio
Revolución de juliodamesdejuliol
 
Maneras de Bien Soñar : Francia
Maneras de Bien Soñar : FranciaManeras de Bien Soñar : Francia
Maneras de Bien Soñar : FranciaCintia Vanesa Días
 
El caso del gaga
El caso del gagaEl caso del gaga
El caso del gagaJose Ramos
 
Verdad dice quien_sombra_dice
Verdad dice quien_sombra_diceVerdad dice quien_sombra_dice
Verdad dice quien_sombra_diceluciasn
 
El arte en la nueva era
El arte en la nueva eraEl arte en la nueva era
El arte en la nueva erapmolinan
 
El perfume patrick Süskind.pdf
El perfume patrick Süskind.pdfEl perfume patrick Süskind.pdf
El perfume patrick Süskind.pdfYuriHuaroto
 
EL CAPITÁN VENENO (1882) Pedro Antonio de Alarcón
EL CAPITÁN VENENO (1882) Pedro Antonio de Alarcón  EL CAPITÁN VENENO (1882) Pedro Antonio de Alarcón
EL CAPITÁN VENENO (1882) Pedro Antonio de Alarcón JulioPollinoTamayo
 
Friedrich nietzsche nietzche contra wagner
Friedrich nietzsche   nietzche contra wagnerFriedrich nietzsche   nietzche contra wagner
Friedrich nietzsche nietzche contra wagnerNadezda Hadrik
 
Lapuntualidad
LapuntualidadLapuntualidad
Lapuntualidadcarl2004
 
LA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle Tinayre
LA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle TinayreLA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle Tinayre
LA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle TinayreJulioPollinoTamayo
 
Periodico digital Camara de Caracas N°12
Periodico digital Camara de Caracas N°12Periodico digital Camara de Caracas N°12
Periodico digital Camara de Caracas N°12laurymart4475
 
Henry dunant
Henry dunantHenry dunant
Henry dunantFdediaz
 
Echegaray, Jose - O Locura O Santidad.pdf
Echegaray, Jose - O Locura O Santidad.pdfEchegaray, Jose - O Locura O Santidad.pdf
Echegaray, Jose - O Locura O Santidad.pdfVictorAlcantara32
 

Similar a MUJERES DE HOY (1928-1929) Clara Campoamor (20)

Sor juana inés de la cruz
Sor juana inés de la cruzSor juana inés de la cruz
Sor juana inés de la cruz
 
Proceso y justicia
Proceso y justiciaProceso y justicia
Proceso y justicia
 
SABIDURÍA DE BOLSILLO (1885) Daniel Darc (Marie Régnier)
SABIDURÍA DE BOLSILLO (1885) Daniel Darc (Marie Régnier)SABIDURÍA DE BOLSILLO (1885) Daniel Darc (Marie Régnier)
SABIDURÍA DE BOLSILLO (1885) Daniel Darc (Marie Régnier)
 
Revolución de julio
Revolución de julioRevolución de julio
Revolución de julio
 
Maneras de Bien Soñar : Francia
Maneras de Bien Soñar : FranciaManeras de Bien Soñar : Francia
Maneras de Bien Soñar : Francia
 
Revista gente 1977
Revista gente 1977Revista gente 1977
Revista gente 1977
 
Tiempo de silencio
Tiempo de silencioTiempo de silencio
Tiempo de silencio
 
El caso del gaga
El caso del gagaEl caso del gaga
El caso del gaga
 
La lucha por la libertad
La lucha por la libertadLa lucha por la libertad
La lucha por la libertad
 
Verdad dice quien_sombra_dice
Verdad dice quien_sombra_diceVerdad dice quien_sombra_dice
Verdad dice quien_sombra_dice
 
juana_de_arco.pdf
juana_de_arco.pdfjuana_de_arco.pdf
juana_de_arco.pdf
 
El arte en la nueva era
El arte en la nueva eraEl arte en la nueva era
El arte en la nueva era
 
El perfume patrick Süskind.pdf
El perfume patrick Süskind.pdfEl perfume patrick Süskind.pdf
El perfume patrick Süskind.pdf
 
EL CAPITÁN VENENO (1882) Pedro Antonio de Alarcón
EL CAPITÁN VENENO (1882) Pedro Antonio de Alarcón  EL CAPITÁN VENENO (1882) Pedro Antonio de Alarcón
EL CAPITÁN VENENO (1882) Pedro Antonio de Alarcón
 
Friedrich nietzsche nietzche contra wagner
Friedrich nietzsche   nietzche contra wagnerFriedrich nietzsche   nietzche contra wagner
Friedrich nietzsche nietzche contra wagner
 
Lapuntualidad
LapuntualidadLapuntualidad
Lapuntualidad
 
LA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle Tinayre
LA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle TinayreLA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle Tinayre
LA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle Tinayre
 
Periodico digital Camara de Caracas N°12
Periodico digital Camara de Caracas N°12Periodico digital Camara de Caracas N°12
Periodico digital Camara de Caracas N°12
 
Henry dunant
Henry dunantHenry dunant
Henry dunant
 
Echegaray, Jose - O Locura O Santidad.pdf
Echegaray, Jose - O Locura O Santidad.pdfEchegaray, Jose - O Locura O Santidad.pdf
Echegaray, Jose - O Locura O Santidad.pdf
 

Más de JulioPollinoTamayo

LA DORADA PONZOÑA (1924) Mary Webb
LA DORADA PONZOÑA (1924) Mary WebbLA DORADA PONZOÑA (1924) Mary Webb
LA DORADA PONZOÑA (1924) Mary WebbJulioPollinoTamayo
 
LA CULPA (1963) Margarita Aguirre
LA CULPA (1963) Margarita AguirreLA CULPA (1963) Margarita Aguirre
LA CULPA (1963) Margarita AguirreJulioPollinoTamayo
 
ANTOCOLLOGÍA (1956-2001) José Luis Coll
ANTOCOLLOGÍA (1956-2001) José Luis Coll ANTOCOLLOGÍA (1956-2001) José Luis Coll
ANTOCOLLOGÍA (1956-2001) José Luis Coll JulioPollinoTamayo
 
CORAZÓN LOCO (1980-1987) Isa Feu
CORAZÓN LOCO (1980-1987) Isa FeuCORAZÓN LOCO (1980-1987) Isa Feu
CORAZÓN LOCO (1980-1987) Isa FeuJulioPollinoTamayo
 
HELADA EN MAYO (1933) Antonia White
HELADA EN MAYO (1933) Antonia WhiteHELADA EN MAYO (1933) Antonia White
HELADA EN MAYO (1933) Antonia WhiteJulioPollinoTamayo
 
GRANDES DIBUJANTAS DE LA TRANSICIÓN (Antología)
GRANDES DIBUJANTAS DE LA TRANSICIÓN (Antología)GRANDES DIBUJANTAS DE LA TRANSICIÓN (Antología)
GRANDES DIBUJANTAS DE LA TRANSICIÓN (Antología)JulioPollinoTamayo
 
POESÍA COMPLETA (1960-1990) Francisca Perujo
POESÍA COMPLETA (1960-1990) Francisca PerujoPOESÍA COMPLETA (1960-1990) Francisca Perujo
POESÍA COMPLETA (1960-1990) Francisca PerujoJulioPollinoTamayo
 
FLAMENCO PARA SUBNORMALES (100 discos 100)
FLAMENCO PARA SUBNORMALES (100 discos 100)FLAMENCO PARA SUBNORMALES (100 discos 100)
FLAMENCO PARA SUBNORMALES (100 discos 100)JulioPollinoTamayo
 
FILMS SELECTOS (1930-1937) María Luz Morales
FILMS SELECTOS (1930-1937) María Luz MoralesFILMS SELECTOS (1930-1937) María Luz Morales
FILMS SELECTOS (1930-1937) María Luz MoralesJulioPollinoTamayo
 
ES LA VIDA (1954) Ramón Cajade
ES LA VIDA (1954) Ramón CajadeES LA VIDA (1954) Ramón Cajade
ES LA VIDA (1954) Ramón CajadeJulioPollinoTamayo
 
EL TRIUNFO DE LOS DERROTADOS (1957) Ramón Cajade
EL TRIUNFO DE LOS DERROTADOS (1957) Ramón CajadeEL TRIUNFO DE LOS DERROTADOS (1957) Ramón Cajade
EL TRIUNFO DE LOS DERROTADOS (1957) Ramón CajadeJulioPollinoTamayo
 
EL RAPTO DEL SANTO GRIAL (1978-1982) Paloma Diaz-Mas
EL RAPTO DEL SANTO GRIAL (1978-1982) Paloma Diaz-MasEL RAPTO DEL SANTO GRIAL (1978-1982) Paloma Diaz-Mas
EL RAPTO DEL SANTO GRIAL (1978-1982) Paloma Diaz-MasJulioPollinoTamayo
 
EL DIARIO SECRETO DE ADRIAN MOLE (1982) Sue Townsend
EL DIARIO SECRETO DE ADRIAN MOLE (1982) Sue TownsendEL DIARIO SECRETO DE ADRIAN MOLE (1982) Sue Townsend
EL DIARIO SECRETO DE ADRIAN MOLE (1982) Sue TownsendJulioPollinoTamayo
 
EL BORRADOR (1960) Manuel San Martín
EL BORRADOR (1960) Manuel San MartínEL BORRADOR (1960) Manuel San Martín
EL BORRADOR (1960) Manuel San MartínJulioPollinoTamayo
 
DIARIO (1971-1972) Carmen Laforet
DIARIO (1971-1972) Carmen LaforetDIARIO (1971-1972) Carmen Laforet
DIARIO (1971-1972) Carmen LaforetJulioPollinoTamayo
 
DAISY, LA MECANOGRAFA FATAL (1930-1932) Salvador Bartolozzi
DAISY, LA MECANOGRAFA FATAL (1930-1932) Salvador BartolozziDAISY, LA MECANOGRAFA FATAL (1930-1932) Salvador Bartolozzi
DAISY, LA MECANOGRAFA FATAL (1930-1932) Salvador BartolozziJulioPollinoTamayo
 
LA ENTRETENIDA INDISCRETA (1918) Ana Díaz (Pedro González-Blanco)
LA ENTRETENIDA INDISCRETA (1918) Ana Díaz (Pedro González-Blanco)LA ENTRETENIDA INDISCRETA (1918) Ana Díaz (Pedro González-Blanco)
LA ENTRETENIDA INDISCRETA (1918) Ana Díaz (Pedro González-Blanco)JulioPollinoTamayo
 
LA LUZ PESA (1951) Manuel San Martín
LA LUZ PESA (1951) Manuel San MartínLA LUZ PESA (1951) Manuel San Martín
LA LUZ PESA (1951) Manuel San MartínJulioPollinoTamayo
 

Más de JulioPollinoTamayo (20)

LA DORADA PONZOÑA (1924) Mary Webb
LA DORADA PONZOÑA (1924) Mary WebbLA DORADA PONZOÑA (1924) Mary Webb
LA DORADA PONZOÑA (1924) Mary Webb
 
LA CULPA (1963) Margarita Aguirre
LA CULPA (1963) Margarita AguirreLA CULPA (1963) Margarita Aguirre
LA CULPA (1963) Margarita Aguirre
 
LA ABUELITA (1950-1957) Palop
LA ABUELITA (1950-1957) PalopLA ABUELITA (1950-1957) Palop
LA ABUELITA (1950-1957) Palop
 
ANTOCOLLOGÍA (1956-2001) José Luis Coll
ANTOCOLLOGÍA (1956-2001) José Luis Coll ANTOCOLLOGÍA (1956-2001) José Luis Coll
ANTOCOLLOGÍA (1956-2001) José Luis Coll
 
JAIME DE ARMIÑÁN (Dossier)
JAIME DE ARMIÑÁN (Dossier)JAIME DE ARMIÑÁN (Dossier)
JAIME DE ARMIÑÁN (Dossier)
 
CORAZÓN LOCO (1980-1987) Isa Feu
CORAZÓN LOCO (1980-1987) Isa FeuCORAZÓN LOCO (1980-1987) Isa Feu
CORAZÓN LOCO (1980-1987) Isa Feu
 
HELADA EN MAYO (1933) Antonia White
HELADA EN MAYO (1933) Antonia WhiteHELADA EN MAYO (1933) Antonia White
HELADA EN MAYO (1933) Antonia White
 
GRANDES DIBUJANTAS DE LA TRANSICIÓN (Antología)
GRANDES DIBUJANTAS DE LA TRANSICIÓN (Antología)GRANDES DIBUJANTAS DE LA TRANSICIÓN (Antología)
GRANDES DIBUJANTAS DE LA TRANSICIÓN (Antología)
 
POESÍA COMPLETA (1960-1990) Francisca Perujo
POESÍA COMPLETA (1960-1990) Francisca PerujoPOESÍA COMPLETA (1960-1990) Francisca Perujo
POESÍA COMPLETA (1960-1990) Francisca Perujo
 
FLAMENCO PARA SUBNORMALES (100 discos 100)
FLAMENCO PARA SUBNORMALES (100 discos 100)FLAMENCO PARA SUBNORMALES (100 discos 100)
FLAMENCO PARA SUBNORMALES (100 discos 100)
 
FILMS SELECTOS (1930-1937) María Luz Morales
FILMS SELECTOS (1930-1937) María Luz MoralesFILMS SELECTOS (1930-1937) María Luz Morales
FILMS SELECTOS (1930-1937) María Luz Morales
 
ES LA VIDA (1954) Ramón Cajade
ES LA VIDA (1954) Ramón CajadeES LA VIDA (1954) Ramón Cajade
ES LA VIDA (1954) Ramón Cajade
 
EL TRIUNFO DE LOS DERROTADOS (1957) Ramón Cajade
EL TRIUNFO DE LOS DERROTADOS (1957) Ramón CajadeEL TRIUNFO DE LOS DERROTADOS (1957) Ramón Cajade
EL TRIUNFO DE LOS DERROTADOS (1957) Ramón Cajade
 
EL RAPTO DEL SANTO GRIAL (1978-1982) Paloma Diaz-Mas
EL RAPTO DEL SANTO GRIAL (1978-1982) Paloma Diaz-MasEL RAPTO DEL SANTO GRIAL (1978-1982) Paloma Diaz-Mas
EL RAPTO DEL SANTO GRIAL (1978-1982) Paloma Diaz-Mas
 
EL DIARIO SECRETO DE ADRIAN MOLE (1982) Sue Townsend
EL DIARIO SECRETO DE ADRIAN MOLE (1982) Sue TownsendEL DIARIO SECRETO DE ADRIAN MOLE (1982) Sue Townsend
EL DIARIO SECRETO DE ADRIAN MOLE (1982) Sue Townsend
 
EL BORRADOR (1960) Manuel San Martín
EL BORRADOR (1960) Manuel San MartínEL BORRADOR (1960) Manuel San Martín
EL BORRADOR (1960) Manuel San Martín
 
DIARIO (1971-1972) Carmen Laforet
DIARIO (1971-1972) Carmen LaforetDIARIO (1971-1972) Carmen Laforet
DIARIO (1971-1972) Carmen Laforet
 
DAISY, LA MECANOGRAFA FATAL (1930-1932) Salvador Bartolozzi
DAISY, LA MECANOGRAFA FATAL (1930-1932) Salvador BartolozziDAISY, LA MECANOGRAFA FATAL (1930-1932) Salvador Bartolozzi
DAISY, LA MECANOGRAFA FATAL (1930-1932) Salvador Bartolozzi
 
LA ENTRETENIDA INDISCRETA (1918) Ana Díaz (Pedro González-Blanco)
LA ENTRETENIDA INDISCRETA (1918) Ana Díaz (Pedro González-Blanco)LA ENTRETENIDA INDISCRETA (1918) Ana Díaz (Pedro González-Blanco)
LA ENTRETENIDA INDISCRETA (1918) Ana Díaz (Pedro González-Blanco)
 
LA LUZ PESA (1951) Manuel San Martín
LA LUZ PESA (1951) Manuel San MartínLA LUZ PESA (1951) Manuel San Martín
LA LUZ PESA (1951) Manuel San Martín
 

Último

Arquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptx
Arquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptxArquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptx
Arquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptxAdriannDiaz
 
Cartilla de bienvenida a la comunidad educativa para el reinicio de clases.pdf
Cartilla de bienvenida a la comunidad educativa para el reinicio de clases.pdfCartilla de bienvenida a la comunidad educativa para el reinicio de clases.pdf
Cartilla de bienvenida a la comunidad educativa para el reinicio de clases.pdfsheylayaninaagurtofa1
 
CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptx
CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptxCERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptx
CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptxMaikelPereira1
 
La Importancia de la Universidad como Institución Social.pdf
La Importancia de la Universidad como Institución Social.pdfLa Importancia de la Universidad como Institución Social.pdf
La Importancia de la Universidad como Institución Social.pdfloquendo1901
 
Relato Bélico sobre la Guerra entre los paises sudamericanos Bolivia y Paragu...
Relato Bélico sobre la Guerra entre los paises sudamericanos Bolivia y Paragu...Relato Bélico sobre la Guerra entre los paises sudamericanos Bolivia y Paragu...
Relato Bélico sobre la Guerra entre los paises sudamericanos Bolivia y Paragu...CarlosMelgarejo25
 
Artes/ObrasMaestras del siglo XVI - tiempos BY: CLAUDIA GINGLIONA RAMÍREZ DIF...
Artes/ObrasMaestras del siglo XVI - tiempos BY: CLAUDIA GINGLIONA RAMÍREZ DIF...Artes/ObrasMaestras del siglo XVI - tiempos BY: CLAUDIA GINGLIONA RAMÍREZ DIF...
Artes/ObrasMaestras del siglo XVI - tiempos BY: CLAUDIA GINGLIONA RAMÍREZ DIF...CLAUDIA GINGLIONA RAMÍREZ DIFILIPPI
 
CATALOGO PILOT que contiene muchas cosas
CATALOGO PILOT que contiene muchas cosasCATALOGO PILOT que contiene muchas cosas
CATALOGO PILOT que contiene muchas cosasMichelACruzSolano
 
Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitectura
Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitecturaTrabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitectura
Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitecturaccastilloojeda12
 
Mapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptx
Mapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptxMapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptx
Mapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptxMaraMilagrosBarrosMa
 
Informe-RQ-2021-A4_compressed.pdf.sjjjas.e
Informe-RQ-2021-A4_compressed.pdf.sjjjas.eInforme-RQ-2021-A4_compressed.pdf.sjjjas.e
Informe-RQ-2021-A4_compressed.pdf.sjjjas.eyonayker10
 
METODO CIENTIFICO 2024..................
METODO CIENTIFICO 2024..................METODO CIENTIFICO 2024..................
METODO CIENTIFICO 2024..................CelinChauca
 
Semana 3 - Bases de Datos Avanzadas - Big Data - Sesion 3.pdf
Semana 3 - Bases de Datos Avanzadas - Big Data - Sesion 3.pdfSemana 3 - Bases de Datos Avanzadas - Big Data - Sesion 3.pdf
Semana 3 - Bases de Datos Avanzadas - Big Data - Sesion 3.pdfromaldonolascorojas1
 
Trbajo de Sociales, ecosistemas terrestres.pptx
Trbajo de Sociales, ecosistemas terrestres.pptxTrbajo de Sociales, ecosistemas terrestres.pptx
Trbajo de Sociales, ecosistemas terrestres.pptxlorenita0682
 
PORTA SUCULENTAS POR EL DÍA DEL MAESTROS # 1.pdf
PORTA SUCULENTAS POR EL DÍA DEL MAESTROS # 1.pdfPORTA SUCULENTAS POR EL DÍA DEL MAESTROS # 1.pdf
PORTA SUCULENTAS POR EL DÍA DEL MAESTROS # 1.pdfYeniferGarcia36
 
LA DANZA PROCESO DE LA VIDA Y EL CUERPO.pptx
LA DANZA PROCESO DE LA VIDA Y EL CUERPO.pptxLA DANZA PROCESO DE LA VIDA Y EL CUERPO.pptx
LA DANZA PROCESO DE LA VIDA Y EL CUERPO.pptxJuankLerma
 
Antigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdf
Antigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdfAntigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdf
Antigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdfVictoria867681
 
Nuestro Libro de aventuras película up.pdf
Nuestro Libro de aventuras película up.pdfNuestro Libro de aventuras película up.pdf
Nuestro Libro de aventuras película up.pdfmalvarado8
 
GUARDIANES VIRTUALES guia metodologica---
GUARDIANES VIRTUALES guia metodologica---GUARDIANES VIRTUALES guia metodologica---
GUARDIANES VIRTUALES guia metodologica---YurleyFlorez5
 
andrea arriojas afiche didactico, historia 4
andrea arriojas afiche didactico, historia 4andrea arriojas afiche didactico, historia 4
andrea arriojas afiche didactico, historia 4Andrea11166
 
"Armonía, proporción y matemáticas en la arquitectura griega: una tradición g...
"Armonía, proporción y matemáticas en la arquitectura griega: una tradición g..."Armonía, proporción y matemáticas en la arquitectura griega: una tradición g...
"Armonía, proporción y matemáticas en la arquitectura griega: una tradición g...dnmxd1213
 

Último (20)

Arquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptx
Arquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptxArquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptx
Arquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptx
 
Cartilla de bienvenida a la comunidad educativa para el reinicio de clases.pdf
Cartilla de bienvenida a la comunidad educativa para el reinicio de clases.pdfCartilla de bienvenida a la comunidad educativa para el reinicio de clases.pdf
Cartilla de bienvenida a la comunidad educativa para el reinicio de clases.pdf
 
CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptx
CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptxCERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptx
CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptx
 
La Importancia de la Universidad como Institución Social.pdf
La Importancia de la Universidad como Institución Social.pdfLa Importancia de la Universidad como Institución Social.pdf
La Importancia de la Universidad como Institución Social.pdf
 
Relato Bélico sobre la Guerra entre los paises sudamericanos Bolivia y Paragu...
Relato Bélico sobre la Guerra entre los paises sudamericanos Bolivia y Paragu...Relato Bélico sobre la Guerra entre los paises sudamericanos Bolivia y Paragu...
Relato Bélico sobre la Guerra entre los paises sudamericanos Bolivia y Paragu...
 
Artes/ObrasMaestras del siglo XVI - tiempos BY: CLAUDIA GINGLIONA RAMÍREZ DIF...
Artes/ObrasMaestras del siglo XVI - tiempos BY: CLAUDIA GINGLIONA RAMÍREZ DIF...Artes/ObrasMaestras del siglo XVI - tiempos BY: CLAUDIA GINGLIONA RAMÍREZ DIF...
Artes/ObrasMaestras del siglo XVI - tiempos BY: CLAUDIA GINGLIONA RAMÍREZ DIF...
 
CATALOGO PILOT que contiene muchas cosas
CATALOGO PILOT que contiene muchas cosasCATALOGO PILOT que contiene muchas cosas
CATALOGO PILOT que contiene muchas cosas
 
Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitectura
Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitecturaTrabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitectura
Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitectura
 
Mapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptx
Mapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptxMapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptx
Mapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptx
 
Informe-RQ-2021-A4_compressed.pdf.sjjjas.e
Informe-RQ-2021-A4_compressed.pdf.sjjjas.eInforme-RQ-2021-A4_compressed.pdf.sjjjas.e
Informe-RQ-2021-A4_compressed.pdf.sjjjas.e
 
METODO CIENTIFICO 2024..................
METODO CIENTIFICO 2024..................METODO CIENTIFICO 2024..................
METODO CIENTIFICO 2024..................
 
Semana 3 - Bases de Datos Avanzadas - Big Data - Sesion 3.pdf
Semana 3 - Bases de Datos Avanzadas - Big Data - Sesion 3.pdfSemana 3 - Bases de Datos Avanzadas - Big Data - Sesion 3.pdf
Semana 3 - Bases de Datos Avanzadas - Big Data - Sesion 3.pdf
 
Trbajo de Sociales, ecosistemas terrestres.pptx
Trbajo de Sociales, ecosistemas terrestres.pptxTrbajo de Sociales, ecosistemas terrestres.pptx
Trbajo de Sociales, ecosistemas terrestres.pptx
 
PORTA SUCULENTAS POR EL DÍA DEL MAESTROS # 1.pdf
PORTA SUCULENTAS POR EL DÍA DEL MAESTROS # 1.pdfPORTA SUCULENTAS POR EL DÍA DEL MAESTROS # 1.pdf
PORTA SUCULENTAS POR EL DÍA DEL MAESTROS # 1.pdf
 
LA DANZA PROCESO DE LA VIDA Y EL CUERPO.pptx
LA DANZA PROCESO DE LA VIDA Y EL CUERPO.pptxLA DANZA PROCESO DE LA VIDA Y EL CUERPO.pptx
LA DANZA PROCESO DE LA VIDA Y EL CUERPO.pptx
 
Antigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdf
Antigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdfAntigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdf
Antigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdf
 
Nuestro Libro de aventuras película up.pdf
Nuestro Libro de aventuras película up.pdfNuestro Libro de aventuras película up.pdf
Nuestro Libro de aventuras película up.pdf
 
GUARDIANES VIRTUALES guia metodologica---
GUARDIANES VIRTUALES guia metodologica---GUARDIANES VIRTUALES guia metodologica---
GUARDIANES VIRTUALES guia metodologica---
 
andrea arriojas afiche didactico, historia 4
andrea arriojas afiche didactico, historia 4andrea arriojas afiche didactico, historia 4
andrea arriojas afiche didactico, historia 4
 
"Armonía, proporción y matemáticas en la arquitectura griega: una tradición g...
"Armonía, proporción y matemáticas en la arquitectura griega: una tradición g..."Armonía, proporción y matemáticas en la arquitectura griega: una tradición g...
"Armonía, proporción y matemáticas en la arquitectura griega: una tradición g...
 

MUJERES DE HOY (1928-1929) Clara Campoamor

  • 1. MUJERES DE HOY (1928-1929) Clara Campoamor Edición: Julio Tamayo cinelacion@yaho.es
  • 2. 2
  • 3. 3 ÍNDICE 1- Agathe Dyvrande Thévenin………………………………………...5 2- Helene Lange………………………………………………….…..11 3- Ellen Gleditsch..…………………………………………………...15 4- Luisa Weiss……………………………………………...………...19 5- Adela Schreiber………………………………………………..…..23 6- Rosa Castellanos……………………………………………….….27 7- Dominica Dunois……………………………………………..…...31 8- María B. Bawlesco………………………………………………...35 9- Margaret Corbet Ashby……………………………………….…...37 10- María Pop…………………………………………………….…..41
  • 4. 4
  • 5. 5 AGATHE DYVRANDE THÉVENIN Los horizontes de la actividad, herméticos a la mujer pocos lustros ha, rasgan a cada hora en su envoltura un jirón, por donde pasa una mujer, luego otras, hacia la plenitud de la vida, del deber, de la personalidad. Mañana —la fecha no importa—, para uno y otro sexo se habrá establecido el fiel en la balanza de los derechos, de todos los derechos; de los deberes, de todos los deberes, y en la mujer pesará análoga responsabilidad que en el hombre en la cuenta que han de rendirse unas a otras las generaciones. Las mujeres de hoy ya en muchos pueblos tejen paciente, gloriosa, modesta o dolorosamente, a la par que el varón, en el público telar, y las manos de hombres y mujeres, conduciendo los hilos que parten de inteligencias y corazones, se unen y entrecruzan en campos más amplios que el hogar común, con gestos nuevos y fecundos.
  • 6. 6 A la civilización presente, hija legítima del hombre y sólo espúrea de la mujer, va a suceder una futura criatura que llevará también apellido materno. De todas estas mujeres de hoy, que son la realidad firme, o la promesa brillante, de todas las mujeres de mañana, queremos ofrecer desde las columnas de LA LIBERTAD —ningunas tan propias— un apunte sintético, instantánea fugaz de caracteres, sensibilidades y cerebros, recogida al pasar en la placa ávida de nuestra curiosidad, anhelante ante el fenómeno más transcendental de la edad moderna: la incorporación del espíritu de la mujer a las zonas de luz, extraída por el personal esfuerzo del reino de las sombras dulces y discretas en que se resignaba a ser eterna traducida, nunca creador directo. Desearíamos con estas figuras de hoy levantar un pico del velo que, tras la conocida escena en que a la manera griega, actores hombres traducían ante el público sentimientos e ideales de hombre y de mujer, se oculta la escena de mañana, en la cual sentimientos e ideales van a tener intérpretes propios que con matices emotivos y sonoridades adecuadas a cada sexo convertirán la vieja suplantación, insuficiente y falsa, en la expresión cierta y sublime de la verdad del mundo a través de la verdad sentida por el hombre y por la mujer. * El ejercicio constante de la profesión de abogado durante veintiún años ha agudizado y hecho más exquisitas las cualidades esenciales del carácter de la abogada francesa Mme. Agathe Dyvrande: delicadeza, timidez, sensibilidad. Mujer nacida en el siglo XIX, no ha falseado la estética de su época ni sacrificado el aire propio y el concepto de la vida a la línea; es físicamente de su época, de aquella época que ocultaba púdicamente la muy visible anatomía de las mujeres de hoy. Hija de magistrado francés, vive y se educa paternalmente impulsada en la inclinación a la cultura jurídica, y muy joven, apenas terminada la carrera, puede utilizar el derecho a ejercer en el Foro, que despejó en Francia la primera abogada, recientemente fallecida, Mme. Jeanne Chauvin, prestando en 1907 el juramento obligado en los abogados franceses. Fue discípula y pasante del antiguo Batonnier Barhoux, orientándose en los estudios civiles. Su espíritu, fino y sutil,
  • 7. 7 venció las asperezas del Derecho; su timidez sangra, jadea y lucha cada vez que ha de verse vencida en la actuación ante los Tribunales; es una lucha personalísima y sorda, que nadie ve, y que hay que vencer a diario, cuando, como ella, se estima la profesión como un sacerdocio en beneficio de la mujer y el niño; el azar, o la predilección, que la inician profesionalmente con un asunto de abandono de mujer por el marido, que huye con el hijo, fijan su actividad futura: pleitos de investigación de paternidad, divorcio, lucha por las víctimas excluidas en una u otra forma del hogar, constituyen hoy su clientela. La guerra creó también en torno de esta mujer nuevos deberes y nuevos dolores. Los procesos numerosos del tercer Consejo de guerra de París, ante el que los abogados mujeres y los pocos varones exentos de engrosar los frentes informaban sin descanso en procesos sumarísimos, anonadados por la amenaza de penas terribles pedida para los acusados, que rara vez escapaban a ellas en aquella época en que la dura necesidad, la amenaza pavorosa y el terror a todo lo desconocido se infiltraba en el ánimo de los juzgadores, llevándoles a veces a errores judiciales que elocuentemente proclaman hoy, aquietada la atmósfera, los juicios de revisión que se vienen sucediendo en Francia y en los que se declara inocentes a hombres que cayeron ante el cuadro en los fosos de Vincennes... Esos juicios que hiperestesian la sensibilidad, siempre fina, del togado, ¡cómo debieron sacudir el alma de una mujer! Y con la emoción de la responsabilidad, la del peligro ante otros Tribunales, los del frente, en los que, como en Custine, durante continuados juicios, al «dossier» del abogado hay que unir al alcance de la mano la careta de gases asfixiantes con que magistrados y actuantes han de laborar a pocos pasos del frente, de donde parten con frecuencia los temidos y homicidas gases; y en París, uno y otro día, en que ha de defenderse a los acusados entre el estrépito y el pánico que siembran en la ciudad las bombas alemanas cayendo sobre Saint- Gervais. ¡Qué escuela de energía si la suavidad característica de esta mujer no fuera el eterno elemento de su personalidad, que nada destruye!
  • 8. 8 Como los nacionales de todos los países que sufrieron la horrenda estupidez de la guerra, cumple ella sus deberes entre el fragor de fuera y el interno. Su padre, procurador de la República en ciudad cercana al frente, es hecho prisionero del enemigo en los primeros avances, y libertado sólo con el armisticio para morir. Casada con un ingeniero civil, ha continuado su actividad forense con igual placidez serena, bajo la que se oculta la fuerza inconmensurable de la paciente y tenaz dulzura. Ella, que no tiene hijos, se ha convertido en la orientadora maternal de toda la juventud femenina francesa, que, en verdaderas oleadas, se lanza al ejercicio de la abogacía. Hoy existen en el Palacio de Justicia de París 160 mujeres letradas, que invaden en igual cantidad que los hombres «Pasos perdidos». Madame Dyvrande, que ha substituido al frente de la Asociación Nacional de Abogadas Francesas a Mme. Chauvin, su creadora, orienta y ayuda y anima a la juventud femenina del Foro con tacto cariñoso y siembra en ella el que es su principio: «Con tino y delicadeza, todo se logra»... Cualidades acaso más singulares que en otras latitudes son necesarias al abogado francés, que actúa ante los Tribunales con una libertad e independencia insospechadas en países de formulismo quintaesenciado, y ante los que brillan por igual, con la lógica y la solidez jurídicas, la viveza en la réplica y la rapidez y tino en la intervención de la prueba, donde el abogado se lanza a verdaderas oraciones forenses, como la que cerrará el juicio con motivo de cualquier deposición testifical. En alto grado las posee todas esta mujer, que ha llevado ante los Tribunales la gracia atractiva que tiene la «causerie» [charla] en la dama francesa, agilidad que encubre una fuerza espiritual bien templada y de línea inquebrantable, matiz propio que no hace sino presentar con tonalidades diferentes la eterna manifestación del alma humana. —La mujer —nos dice sonriente— no ha inventado nada, como es natural, en el Foro; hace lo mismo que el varón, con sensibilidad propia; he aquí todo. La Cour d'Appel [Corte de Apelación] ha reconocido la justicia de sus méritos, designándola para formar parte de la oficina de Asistencia Jurídica.
  • 9. 9 Y esta mujer, que tiene toda la firmeza de la profesión y toda la suavidad de su sexo, que tiene también todo el valor moral del sacrificio, latente más allá de los músculos y gallardías varoniles, con la misma tranquilidad y alegría con que consagra los días libres del tráfago de Tribunales y del servicio del bufete a confeccionar en su hogar las confituras y repostería, se colocó un día a la cabecera de Mme. Chauvin, su predecesora en el Foro, que, atacada por la viruela negra que la llevó al sepulcro, como al sacerdote que la asistía, a quien contagió, se vio en los momentos postreros abandonada por amigos y allegados, aterrorizados por el mal repugnante. Como en Custine, pero esta vez sin careta, frente a la amenaza de un mal cuyo desenlace peor no es la muerte para una mujer joven y bella, Agathe Dyvrande, valerosa y humanitaria, serenó con su asistencia, cuidado y compañía, una vida bella que se acababa desfigurada y horrible por el mal y el abandono. Y así cumplió una vez más, como es lema de su vida, el deber de asistencia al desgraciado, sea cual fuere el momento, sea cual fuere el peligro, sea cual fuere el horror… 8 de agosto de 1928
  • 10. 10
  • 11. 11 HELENE LANGE Cuando miss Pankhurst, la sufragista inglesa, decidióse bravamente a alimentar la indignación de unos, la curiosidad de otros, el comentario malévolo o la burla irónica de cerebros menos amueblados, a la vez que la actividad policíaca inglesa y las celdas de la cárcel de Londres con los cuerpos maltrechos y atormentados de mujeres, asentaba al menos su ideal sobre una realidad: la personalidad de la mujer inglesa, que social y jurídicamente tenía ventajas ignoradas por otras civilizaciones. En la administración pública y privada, en la ciencia y la industria, la inglesa dominaba; la emigración masculina a las vastas colonias británicas había realizado el fenómeno que extendió luego la gran guerra: la llamada a las mujeres a puestos desiertos. La mujer casada tenía, por su ley de 1882, la iniciación de su personalidad económica. A gritos y a golpes, porque demandas más suaves decaían, pedía simplemente la sufragista la coronación de la obra: el derecho político. Una mueca histérica social de su tiempo fingió asustarse de aquella definitiva pretensión, y quien tanto había reconocido a las mujeres calificó de grotesca la petición de lo continente en que encerrar y defender el contenido.
  • 12. 12 Fue como esas crisis hiperestésicas de la potestad paternal en revuelta airada contra el hijo, hecho día tras día hombre o mujer, cuando pretenden actuar como tales, saliendo del círculo trazado a la débil figura infantil, lejana, pero siempre grabada en la retina paterna. Crisis infecunda para el poder, como todas las de la tiranía prolongada, porque Inglaterra recogió más tarde el eco dolorido de la Pankhurst. Cuando Helene Lange comenzó en Berlín activa campaña femenina, su única base era el ideal. Limitadísima la instrucción de la mujer, sin horizontes, sin posibilidades; negándole el acceso a la segunda enseñanza, prohibido el ejercicio del Magisterio..., la primera vez que Helene Lange pretende obtener del ministerio de Cultura el acceso de fémina a las aulas de segunda enseñanza o superiores, el director de Enseñanza, con una sencillez angelical de hombre de las cavernas, se sujeta los flancos, agitados por la risa sonora y jocunda que le invade… y la pone suavemente a la puerta, consciente de haber escuchado la más extravagante pretensión de su vida política. Hay que empezar, y empezar casi por el alfabeto; la mujer no puede enseñar oficialmente en Alemania a últimos del siglo. Países como el nuestro, que por unas u otras causas tienen de antaño más de dos tercios de la enseñanza oficial confiada a la mujer, podía enarbolar con orgullo una situación entonces de privilegio frente a Europa. Paul Heyse, novelista de la época, hace decir a una de sus jóvenes heroínas: «Las mujeres en Alemania sabemos escribir, pero no leer, porque este ejercicio requiere pensar...» Helene Lange comienza su ruda pelea por el Magisterio. ¡Y qué encono! Porque al tesón en negar el paso a la mujer únense los intereses masculinos amenazados; todo el Magisterio es masculino, y la defensa es rabiosa. Lange inicia la creación y preparación de un núcleo de maestras, capaces de asaltar un día las Bastillas de la enseñanza gubernamental. El grupo se eleva ya a tres mil. Frente a él toda Alemania es Moebius; se discute públicamente, no sólo la capacidad, sino aun la moralidad de la mujer para actuar sobre cerebros infantiles; se la cree inadecuada para iniciar en las
  • 13. 13 dulzuras de la gramática; impotente a orientar en esa frondosidad de los métodos aritméticos, diabólica creación masculina, que se gozan en el planteamiento de fantasías para averiguar él rendimiento a la hora de un obrero que clava tres millones de clavos de dos centímetros, a distancia de un metro, dando dos golpes de martillo, y otro millón de un centímetro, a metro y medio, dando uno, si en trece horas de trabajo se suena nueve veces, y come dos, con intervalos, y emplea dos reposos ineludibles, y se le estropean 17 clavos; inútil para atornillar en los párvulos esas populares máximas higiénicosociales: «Has de lavarte los pies cada dos meses o tres...» En medio de invectivas furiosas y argumentos disparatados, advienen dos hechos que Helene Lange anota cuidadosamente en su lucha: en 1894 se accede a que en las escuelas oficiales de niñas se dé al director un auxiliar femenino. «Se le ha dado a Adán una compañera —dice Lange—; estamos, por tanto, en la época del Paraíso.» El segundo hecho vigoriza también un recuerdo de aquella época primitiva; en una escuela oficial, el director se permite graves licencias con una alumna espigada. La «leader» de la enseñanza femenina y sus secuaces esgrimen el argumento: devuelven sobre realidades, no fantasías, el peligro moral de la enseñanza exclusivamente masculina. Acaso va a ganarse la batalla... Pero las luchadoras no conocen a Adán, que aquí, como en el Paraíso, culpa a Eva, no a la Eva seducida, sino a la compañera de enseñanza. «La entrada de las mujeres como auxiliares en el Magisterio ha rebajado el nivel moral y espiritual de los hombres —afirman tranquilamente loa varones—; he aquí la explicación de este lamentable caso...» Viejo argumento, que hizo siempre fortuna: si Naturaleza carga a la mujer el rescate del amor, su compañero agrega a la carga la culpa; no le seduce el orgullo y la satisfacción de la responsabilidad; en esto gusta de ser débil. La estrategia del maestro consiste en presentar a la auxiliar como serpiente, espontánea y desprendida; Eva está peor en la escuela que en el Paraíso.
  • 14. 14 Baste este episodio para considerar la tenacidad sin ejemplo desplegada por Helene Lange hasta transformar la situación espiritual de la mujer alemana. Las que bajo su influjo iniciaban la orientación cultural viéronse obligadas, por mucho tiempo, a convalidar sus estudios en Suiza. Las primeras diplomadas universitarias germanas se consagraron fuera de las fronteras. Poco a poco van cayendo obstáculos: la enseñanza femenina se entrega a las mujeres; éstas tienen acceso a los Gimnasios e Institutos, donde la coeducación no es ya espantajo de terror; pasan a las Universidades. Hoy, una sola Asociación alemana suma ya 4.000 mujeres universitarias. Ninguna de ellas puede olvidar que debe su libertad cultural a esta mujer, carácter firme, que no conoce vacilaciones ni debilidades. La exuberante escritora francesa Myriam Harry, nacida en Oriente y educada en Alemania, a la que detesta, apasionadamente, en su libro Siona en Berlín, nos da, aún con más fidelidad desde la atalaya del odio que de la del amor, un pastiche fiel del carácter y personalidad de Helene Lange. Porque su obra no se limitó a conquistar posibilidades para la mujer, sino a educar a ésta cumplidamente para merecerlas; por las escuelas particulares da su creación ha pasado la mayor parte de la feminidad alemana, y su desvelo inagotable dio la tensión mental necesaria para el triunfo. Lange es la única mujer superviviente de las que en Alemania trabajaron por la dignificación de su sexo. La veneración por su nombre tiene manifestaciones filiales conmovedoras, y desde la cátedra, la clínica, el despacho o el escaño del Reischtag, ni una olvida que su plenitud mental de hoy tiene las raíces en aquellos momentos decisivos en que Helene Lange entabló la lucha, sorda e insensible a la negativa, al apostrofe y a la misma risa burlona, destructora de tantas medianas voluntades. 30 de agosto de 1928
  • 15. 15 ELLEN GLEDITSCH Científica noruega, entregada apasionadamente a los estudios de radioactividad. Es actualmente catedrático de esa especialidad en la Universidad de Oslo, su residencia. Enviada por su país a estudiar en París, bajo la dirección de madame Curie, laboró en el laboratorio de la conocida radióloga durante cinco años, doctorándose en 1912 en la Sorbona, y adquiriendo a continuación el rango universitario que hoy ostenta. Amplió después sus investigaciones en los Estados Unidos, laborando en la Universidad de Yale, donde obtuvo el título de doctor «honoris causa», por el Colegio Smith, de Norteamérica. Las investigaciones de importancia realizadas y los diversos trabajos publicados sobre radiactividad la hicieron merecedra, en 1920, del Premio Nansen, de Noruega, en una meritísima publicación sobre radiactividad de los metales. Quien se haya asomado al alma de la mujer noruega, tan sólo a través del «Jérôme 60º latitude Nord», con que Mauricio Bedel ha estado a pique, según inquietos cronistas, de crear un verdadero conflicto diplomático franconoruego, por su interpretación libérrima de la mujer del Norte y su concepto del amor, se sentiría inclinado a considerarla como producto apócrifo de su lejano y atrayente país
  • 16. 16 Menuda, rubia, de hablar reposado y caricioso, su pálida sonrisa aspira a ganar la voluntad, no a captarla, nada hay en ella exteriormente de la intrépida «Uni», que mucho nos tememos va a consagrar la literatura como estampa inmortal de la mujer noruega, acaso con igual fidelidad y machaconería que el libro de Merimée ha hecho de todas las españolas Cármenes bravías, pendencieras y tormentosas. Tan sólo, para que la fidelidad histórica no padezca en exceso, acusa un rasgo fiel: el amor a la práctica del deporte sobre la nieve. Los esquís son a todo noruego, hombre o mujer, tan familiares, mejor, tan consubstanciales con su vida, como la Biblia al inglés o la música a alemán. Ellen Gleditsch, que tiene como aspiración suprema «la investigación en su cuarto silencioso», abandona éste, rindiendo culto fervoroso al depone nacional. Si en el orden científico hemos de remitir el interés de su labor investigadora al juicio merecido a las autoridades en la materia de su país, y de otros países, que han premiado sus trabajos, hay otro aspecto de la actividad de la señora Gleditsch que cae bajo nuestra curiosa retina: su vivo espíritu internacionalista, que la ha convertido en numen concentrador del trabajo y esfuerzos de todas las mujeres del Orbe, y en viajera infatigable del Mundo, como propagandista y presidenta actual de la Federación Internacional de Mujeres Universitarias, que celebrará en España, durante el presente mes, su XII Consejo Internacional. En apostolado de los fines de esta Asociación, que reúne ya a treinta y un países y 46.538 miembros, ha recorrido casi todos aquéllos, estableciendo Asociaciones nacionales y vigorizando las existentes, para unirlas a la Federación, en la que consagra sus esfuerzos a la creación de bolsas de estudio para intercambiar entre unas y otras naciones estudiantes o diplomadas que verifiquen investigaciones científicas. La ciencia, que no tiene fronteras ni nacionalismos, no carece de peculiaridades que contribuyen tanto más a la formación del docto con sus orientaciones típicas o sus instituciones y laboratorios adecuados a la riqueza e importancia del país y a las características naturales de los mismos, tanto como con los métodos practicados por las diversas instituciones.
  • 17. 17 Este mismo espíritu universalista hace carecer de patria al núcleo total de sus numerosas obras científicas, editadas en noruego, inglés o francés. La realidad nos ha acostumbrado a considerar al científico como fuerza centrípeta, recoleto en su investigación o modalidad, y al letrado como energía centrífuga, irradiando al exterior en todas y cada una de sus manifestaciones. Por ello suscita nuestra atención y comentario la avidez espiritual de esta mujer, que aspira en todos los órdenes a completar su íntima personalidad y se halla, a la vez, al corriente de todo el movimiento literario moderno; descansa de sus actividades investigadoras o docentes también en el Arte, como organizadora de un coro de mujeres estudiantes, y sigue con interés la vida política de su país, laborando en el sector liberal, matiz en el que, por fortuna para el Mundo, se acusa, con más o menos intensidad, el mayor número de las mujeres que destacan en las diversas actividades con figura propia y personalidad formada. Como presidenta de la Agrupación Femenina Internacional, Ellen Gleditsch traerá a nuestro suelo, dentro de pocos días, la ráfaga de inquietudes y receptividades que alimentan hoy la mente de muchas mujeres del Mundo, que dejaron de ser hace tiempo bellas dormidas en el bosque, y que, insatisfechas de recibir y reflejar la luz ajena, aspiran a transmitir la propia, encendida en la paz esforzada del estudio, buscando el «yo» para donar también el espíritu a la humanidad futura. 7 de septiembre de 1928
  • 18. 18
  • 19. 19 LUISA WEISS Lector, el eres, como muchos españoles, por asiduo conocedor de «L'Europe Nouvelle» [La Nueva Europa], la mejor revista política contemporánea, admirador de su factura y fondo, y además, por azar, devoto del mito de la mujer incapaz de remontarse a las abstracciones o realizar una seria labor en el dominio de las ideas, no sigas leyendo, o prepárate a recibir una nueva desagradable; porque el alma y el cerebro de tu revista preferida es una mujer, Luisa Weiss, francesa de origen, mundial de inquietudes, que ejerce su dominio en terreno en que hasta ahora la mujer ha hallado poco placer en actuar. Y no sólo la mujer. ¿No está a la orden día el desdeñar la política, negándole su característica esencial de ciencia de las ciencias en el orden especulativo, si bien pudiera ser factible en cualquier tiempo pasado, presente y futuro, aplicada por mercenarios o arribistas, de esa como de todas las ciencias, a especulaciones menos puras? Uno de los primeros rasgos de su vida activa nos muestra la personalidad, el juicio claro y el desdén espiritual de Luisa Weiss por la vida vegetativa de la burocracia. En 1914 fue nombrada profesor auxiliar de Letras en la Universidad de París, y a los pocos días presentaba la dimisión de su cargo, renunciando a aquel único ingreso que le ofrecía el paso de muchos años por las aulas universitarias.
  • 20. 20 ¿Razones? No el desdén por la enseñanza, libremente elegida; protesta contra la mediocridad ridícula de los sueldos del profesorado. Su vasta y noble ambición no puede encadenarse a la servidumbre de cobre del Estado. Años después emprendió en un gran diario francés una campaña intensa, con el título «La crisis de los cuadros de la nación», en que luchó contra esa mediocridad económica del intelectual al servicio del Estado. La guerra, también como a otras, detiene su marcha profesional y la reintegra de lleno a su misión femenina, que, como toda actividad suya, es organizadora. Funda en Bretaña un hospital de sangre, que dirige mucho tiempo, y al cual sigue el de una casa acogimiento para los refugiados de las regiones invadidas. En Suiza, adonde pasa después para atender a los prisioneros franceses enfermos y evacuados de Alemania, se inician sus inquietudes por el problema pacifista. Al llegar el armisticio, su ruta está trazada y sus aficiones definidas. Conoce ampliamente el problema político mundial, y en las «enquêtes» [encuestas] realizadas por cuenta de su Gobierno, en la actuación en diversos países y en la diaria labor de periodista, su espíritu penetrante se ha completado y saturado. Entonces entra a formar parte del grupo de escritores que fundó después «Europe Nouvelle», como secretaria de Redacción. A la revista pretende llevar toda la orientación pacifista adquirida durante la lucha, un programa de reeducación política internacional... que sin duda es difícil imponer en principio. Luisa Weiss deja la revista, viaja, completa sus experiencias sobre países y Gobiernos, recorre la Europa Central, escribe un libro sobre la República checoeslovaca, hace un viaje agitado y perseguido en Rusia, visita América. A poco menos de un año regresa a Francia y adquiere la propiedad de «L'Europe Nouvelle». Dueña de la revista, vértice de sus inquietudes, podrá hacer de ella un órgano de inteligencia y cooperación internacionales. El crédito político, el valor técnico y el contenido profundo de la incomparable revista francesa, son por todos proclamados. ¿Cederá para algunos en consideración al conocer que la rúbrica L. Weiss de su dirección encubre, discreta y elegantemente, a una rubia cabeza femenina, de ojos claros, sonrisa delicada, gesto aniñado?
  • 21. 21 Porque también en esto quiebra la tradición Luisa Weiss. De la «rata de biblioteca», contra la que tan donosamente se previene Luis de Tapia, no tiene ella, que ha recorrido tantas, ni aun la movilidad alocada; la costumbre se va, sin duda, dulcificando con fémina universitaria, pues que no la obliga —como antaño, según sesudos varones— a ser una birria para ganar mediana ilustración. Acaso está en lo cierto Osear Wilde al pretender que el arte mejora y corrige a la Naturaleza, y la mujer ha llevado del arte a la vida la afirmación de Sthendal: «La gracia de la mujer no proviene de su ignorancia». Ha introducido el aforismo en la Naturaleza, y a su conjuro se dan hoy, con cierta consoladora frecuencia, mujeres no menos agradables que ilustradas. Esta es, al menos, la opinión —y el ejemplo— de las «amazonas» de la Federación Internacional de Universitarias, que acaba de dejar España, todas las cuales, al leer o hacerse traducir los pícaros versos en LA LIBERTAD de nuestro mejor poeta popular, me han donado un saludo de afecto y admiración para Luis de Tapia, que yo le transmito en esta su zona propia. Continuadora de esta moderna ruta, Luisa Weiss, dedicada a una tarea profunda, que pone frío y miedo en todo espíritu no educado políticamente, hace en su charla amable la estabilización, la racionalización, la política económica… acaso; como mujer, lleva a todas esas aparentes arideces el amor, que todo lo sublima. Prueba de este amor a su esfera de trabajo es el premio de 10.000 francos que acaba de crear con el fin de «alentar el pensamiento político», y que será otorgado al mejor libro de política contemporánea recientemente publicado o que se publique en francés, o traducido a ese idioma, y con el que pretende premiar aquel aspecto más noble del hombre… y la mujer; la inteligencia y la idea. No olvidemos tampoco otro rasgo singular de esta mujer de excepción: confía en su sexo..., y, según nos declara, son tres mujeres las que asumen en «L'Europe Nouvelle» las tres funciones más importantes, después de la directorial: la secretaria de Redacción, la dirección de los servicios comerciales y la publicidad. Política de nota, desligada de los menudos intereses económicos que cercenan el paso a tanto resignado, creyente en el trabajo femenino, animadora fuerte de una orientación novísima que dibuja horizontes futuros a los pueblos, y, con ello, ayuna de pedantería, de gafas y de severidad... ¿Podrá desdeñarla, para su tranquilidad poética y su numen inagotable, Luis de Tapia? 10 de octubre de 1928
  • 22. 22
  • 23. 23 ADELA SCHREIBER Diputada socialista en el Reich alemán. Es austriaca por su nacimiento y alemana por matrimonio. He aquí un ejemplo latente de la íntima unidad racial de los fenecidos imperios del Este y del Oeste germano, y que, al menos por una vez, da valor substancial a esa declaración de los Códigos, más cierta jurídica que espiritualmente: «la mujer sigue la nacionalidad del marido», porque creemos que seguir una nacionalidad, en ánima, es sumarse a la adquirida, unificar con ella el espíritu, el idioma, las ideas y las pasiones, realizando por el milagro del amor humano ese milagro más difícil del amor interracial, que las leyes han soñado y no siempre podido realizar. Verdad es que en este caso la compenetración y la penetración tenían un sedimento más profundo y real que el que pueda ofrecernos un precepto de tal naturaleza, ensayado ya tantas veces con rotundo fracaso; este sedimento es la comunidad racial, que alemanes y austriacos proclaman en toda ocasión. Algunos matices diferenciales, y muy notorios, existen, no obstante, entre uno y otro tipo, entre los germanos por antonomasia y los que los alemanes que conocen España denominan, con «anschluss» o sin él, «los andaluces de Alemania», recogiendo en este epíteto cuanto hay de suavidad y delicadeza, especialmente en el vienés.
  • 24. 24 Adela Schreiber se ha asimilado a su nuevo pueblo y a las nuevas ideas de este pueblo —nuevas en cuanto a la difusión alcanzada—, y, tomando parte activa en la política de su patria marital, afiliada al partido socialista, pertenece al Reichstag desde la anterior legislatura. Cierto es que esta asimilación no es tal, sino un encuentro. La señora Schreiber ha consagrado muchos años y muchas energías al desenvolvimiento de su tendencia política y social, y tiene una larga historia de lucha y de actividad, que comienza a sus veintiún años, y en la que le ha mimado y cortejado el éxito, que a tantos luchadores abandona con terco y estúpido desdén, brindándoles un abrojo o una espina para cada generoso esfuerzo. Ella, contemplando hoy su obra de años, ha de decirnos con serena alegría que «ha podido ver realizadas muchas cosas por las que luchó». ¡Destino amable, que pueden considerar con bien ganada amargura los bravos y generosos luchadores eternamente vencidos por haber llegado demasiado pronto al mundo de las realidades políticas! Discípula espiritual de Bebel, a cuyo libro, «La mujer», confiesa deber su formación política y social, todo canta en su vida el éxito en la lucha, Vicepresidenta de la Alianza Internacional para el sufragio femenino, ha visto su acción nimbada por el éxito en el logro del voto para la mujer en sus dos patrias; socialista-republicana, ha contemplado el triunfo de la idea en los dos imperios de ayer; cooperadora en la obra de abnegación en favor de los heridos de las líneas del frente, ha sorteado, tras de numerosos calvarios, la muerte y la guerra. Sólo le queda por ver ganada la realización de uno de los ideales que confiesa perseguir: el pacifismo vehemente. ¿Llegará también a verle realizado Adela Schreiber, mascota hasta hoy de todos sus afanes? Este es, sin embargo, el papel capital que ella asigna a la mujer de las nuevas generaciones, como razón principal de su existencia: la misión de laborar por la justicia y la paz; el descubrimiento y la supresión de la miseria social, en toda su extensión, y para ello, la elevación de fémina sobre los errores, los prejuicios y los atavismos de las viejas y de las nuevas sociedades. Para la función importante de la maternidad, sólo teme la señora Schreiber en la mujer las sombras, y para ella la mujer más libre, la más instruida, la más justamente tratada, será la mejor de las madres, la única posible de las madres.
  • 25. 25 Animada de este deseo, persigue con ardor la consecución de una educación integral de la mujer; lo que haya de mejor desde el punto de vista científico, profesional, artístico, práctico y físico. He aquí el programa anhelado para la mujer moderna, en quien, así preparada, ve la realización positiva e ideal del nuevo tipo femenino, a quien los descontentos por exceso acusan de caminar de prisa, y los descontentos por defecto, de caminar despacio. —La superioridad no es, ni ha sido nunca, una cuestión de sexo —nos dice, en tono cuya música encierra seis o siete admiraciones. Y, realmente, considerando la propia vida, tiene derecho al optimismo y a considerarse típico ejemplo de las maravillas de esperanza del esfuerzo obstinado y tenso, que si a todos se muestra, por principio, extraño, esquivo, debió serlo, el consideramos cuanto precede al triunfo, tanto más para quien pretendió y logró ser profeta fuera de su patria. 25 de octubre de 1928
  • 26. 26
  • 27. 27 ROSA CASTELLANOS Esta joven abogada italiana, de sonoro nombre español, es mujer de su tiempo, que ha atendido con análoga dilección a la cultura de la mens y a la del corpore, y defiende o ataca con decisión igual, armada de la dialéctica, en el foro, la toga sobre los hombros, que la espada en la mano de esgrimidora hábil, en la sala de armas. A ella hubiera dedicado predilectamente Mariano de Cavia aquella su interpretación libre de las siglas B. L. P., final ritual de toda carta a una dama, que para alguna, resuelta e intrépida, traducía libremente por «beso a usted los puños», si no fuera porque la prestancia y el porte, gracioso y suave, de Rosa Castellanos, hacen sugerir la existencia de un puño delicado, siquiera sea hábil y presto para la estrecha gimnasia de la espada. Rubia, esbelta y fina, su fuerza ágil acaso sea por ello más temible, como toda la que se oculta bajo apariencias de fragilidad. Esa decisión rápida y serena de la destreza en la sala de armas, que tanto educa y templa atención y voluntad, ha debido alimentar su arrojo y decisión para las luchas de la vida, o, en su defecto, la petulancia alegre y resuelta con que nos afirma que no ha atravesado jamás momento difícil o crítico en la ejecución de sus proyectos.
  • 28. 28 Y que éstos son de alguna dificultad y temple, lo prueban las campañas y trabajos que en su vida activa realiza en el estudio y propaganda de una perfecta educación eugénica y sexual en la mujer. En la lucha feminista sostiene el principio de mejorar la condición de la mujer dentro del matrimonio, conforme a aquellos principios de que el problema de la población no está en la cifra de nacimientos, sino en la de la mortalidad, y que el considerar a la mujer tan sólo como una productora racional y legal de seres nada dice en afirmación de otra finalidad más importante: la de conservar vidas y garantizar, sanitaria, económica y moralmente, las logradas, problemas que no han resuelto aún países de alto coeficiente natal. Este problema, que pone espanto en el ánimo de nuestras mujeres, que sólo se enteran, tarde y mal, de las profundas inquietudes que agitan a sus hermanas de otras zonas del Mundo, es, sin embargo, el guía de las actuaciones femeninas exteriores. Se teme tratar de él, aun para combatirlo; lo que demuestra, en suma, la poca confianza en el propio criterio. Las mujeres laboristas inglesas le han puesto en cabeza de sus estudios sociales; los núcleos femeninos de los más diversos pueblos lo tratan, y en Congresos sociales y científicos se han presentado por mujeres de sólido prestigio temas cuyo solo enunciado alarmaría a lectoras y lectores de España. Todo problema bello, científico o profundo, ha corrido eternamente el riesgo de ser desdeñado en la sombra, más que atacado de frente, por él vulgo mental, y siempre hay ocasión para revivir aquella dolorosa sorpresa de France, cuando recordaba que muchas gentes, ante el cuadro de Miguel Ángel, en el Vaticano, no hayan logrado ver más que el episodio de los prelados libertinos. Rosa Castellanos ha sentido, sin duda, por medio del Derecho, las dos inquietudes más profundas que prenden en el alma de una mujer inclinada hacia las leyes: la suerte, la desgracia legal de su sexo, y el Derecho penal. Persigue, por ello, el ideal de liberarla de toda esclavitud legal, ficción de la ley, hija del hombre, que la ha engendrado, concebido y alumbrado en un monstruoso aislamiento, sin buscar ni aceptar colaboración femenina, conservando el excesivo poder de juzgar a la otra media Humanidad por normas que le son completamente ajenas, y que, en conjunto, garantizan la sumisión y la unanimidad legales de las ausentes a su entramado.
  • 29. 29 No creyendo en la superioridad de un sexo frente a otro, sino en la de algunas individualidades sobre la masa, llama a la mujer a la lucha política y social, sonríe ante la sinuosa afirmación de que su papel activo nuble sus aptitudes de perfecta madre; se permite esperar que pueda, a su vez, contribuir al progreso humano; niégase a ver la inconciliabilidad del amor —esa única fuerza que los líricos le han dejado a la mujer, cortándole y recortándole también las alas— con el más vivo interés por la acción, la vida plena y honda, y la defiende de soltera, exigiendo para ella una educación profunda, despojada de todo prejuicio, en la que, desde la adolescencia, se la instruya noblemente de todos los peligros de la vida, y singularmente de los sexuales; de casada, reclamando para ella la equidad legal y la equidad sanitaria, que se llama el certificado médico prematrimonial, defendido briosamente en sucesivas publicaciones de temas eugénicos. Este moderno ideal del matrimonio se aparta bastante del clásico, cuyo resultado no dista, en la realidad, mucho del colofón que a la unión pone el cancionero anónimo: «El marqués y su mujer, contentos quedan los dos: elle se fue a ver a Dios y a él le vino Dios a ver.» Se comprende que este problema de la sanidad infantil suscite la combatividad ardorosa de la mujer, a quien la Naturaleza hace regalo de un ensueño prolongado, en que esperanza y fantasía bordan, una tras otra ilusión, sobre el cañamazo de la espera cierta del hijo. La madre que mece su ensueño, como en la vieja canción francesa, preguntándose por la figura, la belleza, la armonía y el destino del futuro ser, no se ofrece sino imágenes bellas, esperanzas sublimes; ni en la canción ni en la vida se preparan sus brazos a recibir el dolor o la enfermedad, la tara fisiológica ceñida al cuerpo del esperado. Ese derrumbamiento moral, que es a veces premio trágico de la espera anhelante, ha encendido el espíritu de muchos para buscar la verdad más asequible, la verdad de la vida, que, de darse, ha de ser pura, limpia, sin estigmas fisiológicos ni servidumbres de degeneración.
  • 30. 30 ¿Qué mujer, por impregnado que su espíritu se halle de ternura o piedad, puede aceptar voluntariamente el destino cruel de la madre del Oswaldo de los «Espectros», de Ibsen? ¿Y cuántas no hace a la imagen y semejanza de aquella torturada la hipócrita barrera de las convenciones y de la ignorancia? Esa misma comprensión por la evitable degeneración del hombre conduce a la abogada Castellanos a su predilección por el Derecho penal, en que se especializa, a fin de llevar a esta rama sus conocimientos prácticos en Medicina, primera base de sus estudios. De tono liberal y, por tanto, silenciada y silenciosa en la moderna Italia, tiene una cultura española, homenaje no común en mujeres del exterior; su criterio se ha formado, en gran parte, en el estudio de los oraciones políticas de Castelar, a quien admira; y, entregada a la lucha por su ideal, no cree en la mujer de un solo sentimiento, tan terrible, quizá, como el hombre de un solo libro, porque, como Blasco Ibáñez, afirma que el amor no es el único, ni acaso el principal, objeto de la vida; existe la libertad, y la acción, que exigen también esfuerzos y dolores. 21 de noviembre de 1928
  • 31. 31 DOMINICA DUNOIS El fondo tan profundamente literario del espíritu francés ha creado una serie de varitas mágicas, dotadas de la virtud de animar o hacer surgir a la popularidad y gloria públicas, en un solo día, nombres ignorados, valores ocultos. Son sus premios literarios concedidos por Academias, cenáculos o entidades privadas u oficiales, abundando más las primeras. El escritor tiene dos caminos para alcanzar la fama: la lenta penetración en el público, volumen tras volumen, en paciente labor, y la aureola estallante del premio literario, que en un solo día entrega a la voracidad pública, desde las librerías de los bulevares, el nombre y la obra, no por meritorios menos desconocidos del autor novel, o exprimido, pero silenciado, hasta entonces, cuyo libro se ciñe con la banda roja que pregona la ambiciada distinción: «Premio Goncourt», «Premio Fémina», «Premio Renandot»... Y aunque Edouard Bourdet, en uno de sus últimos «vaudevilles». lleno de amargo humor, nos revela la entraña secreta, que mueve el mecanismo de muchas votaciones, según el capricho o el interés de poderosos editores, que tanta habilidad despliegan y tanta fuerza mueven dentro de los imparciales cónclaves de discernidores de la gloria, como la crítica tarda mucho en demoler las creencias ingenuas y profundas de los pueblos, el francés sigue ciñendo el lauro a la frente del electo, comprando el libro del premiado y elevando a cinco o diez ediciones la modesta, de pocos ejemplares, en que nació la obra trompeteada por la fama.
  • 32. 32 Uno de los nombres que han rasgado este año los aires del bulevard es el de Dominica Dunois. El clarín que lo pregona es el «Premio Fémina»; la obra, «Georgette Garou», libro amargo, extraído de la entraña de la tierra de labor francesa, cuyo dulce vergel conoce toda la áspera dureza y las fieras y tristes pasiones que los hombres ponen en la defensa y posesión del suelo. Dominica Dunois no era desconocida sino para el éxito. Ha producido ya más de seis novelas, espigadas en el campo cuya observación y conocimiento le es familiar: la mujer de la burguesía provinciana. El libro con que las trompas de la fama pregonan a los vientos su nombre de obrera silenciosa, oculta en un lejano departamento francés, es también una tragedia campesina, Georgette Garon es, con su abuela, los únicos seres fieles al terruño de una familia mordida por el abrazo de la ciudad; no han desertado de la tierra que aman y cultivan con la pasión de su naturaleza fuerte y sencilla. Condicionando a éste todos sus amores, casa con el criado de la granja, campesino laborioso, y cómo ella sencillo, con quien aspira a realizar un ayuntamiento directriz tan fecundo y sólido como el de las mudas bestias que pacientemente laboran la tierra. Otros autores nos han ofrecido ya la tragedia del campesino francés, que antes de ver fraccionada entre varios hijos la hacienda laborada con amor, prefiere cercenar su fecundidad, y lo multiplica todo, menos los hijos. En la obra de Dominica, la tragedia se inicia por la prolongada espera del heredero; la esterilidad del matrimonio, cada día más desoladora y cierta, va ensombreciendo el hogar y sembrando en todos los ánimos el sentimiento de la inutilidad del esfuerzo por conservar y acrecentar el patrimonio; el marido, la abuela, todos culpan, abierta o calladamente, a la heroína de esta deserción de su sexo, de esta incapacidad afrentosa de su feminidad, que, más desgraciada o maldita que la tierra que regó con su sudor, no se fecunda como ella. Sólo Georgette, segura de sí misma, con fe en sus entrañas, con la confianza en sí de la mujer, decide cortar el nudo de las dificultades, y como en un cuento picaresco de Boccaccio, pero sin picardía, y con el sacrificio de su pudor, compra en la feria de la vida lo que no allega en casa: el heredero y el continuador, que deberá su existencia a una entrega pasajera y efímera en que la fe de la mujer en su capacidad maternal queda a salvo.
  • 33. 33 Es un sacrificio singular de amor al marido, con el que pretende salvar la vanidad viril y la situación delicada de advenedizo en la granja del que ella eligiera por amor. Pero dura muy poco la paz del hogar, salvada por la traición. La aventura es pronto conocida en el pueblo, y cuanto con ella se quiso proteger se hunde definitivamente. Ni el prejuicio honesto de la abuela ni la herida vanidad masculina pueden perdonar el engaño, pleno de generosidad y sacrificio. Y de las ruinas de su vida deshecha, a pesar de su humillación y de su brava dignidad inmolada a la defensa de cuanto ama, surge la futura criatura, mujer de una nueva generación, en que aquélla ya no acierta a sacrificarse totalmente a los conceptos ajenos ni a resignarse a la inanidad del dolor; de ésta, que la transforma en mujer con voluntad, vida y deseos propios, nace la transformación que inició Nora hace muchos años. Si Georgette no ha podido realizarse ni en el amor estéril ni en el sacrificio fecundo, se realizará en el amor que no tiene más fin que la realización de sí propio. Este es el libro profundo y austero de Dominica Dunois, que ha coronado su obra, poco conocida hasta el día, con el lauro del premio. Su estilo sobrio y seguro y la pintura admirable de sus criaturas nos hace conocer la capacidad animadora de su pluma y el poder creador de una imaginación ausente en sus soledades de todo estímulo de ambientes literarios. Su obra, como todas las anteriores, no tiene la mácula de endeblez y nonada de que se acusa al sexo, ni las osadías o violencias de frase o pintura con que otras escritoras, queriendo huir cándidamente de sí mismas y del juicio desdeñoso que la crítica masculina vierte sobre sus obras, se mixtifican, cayendo en la torpeza de sujeto o ambiente. Triunfo bien ganado, en que no hay ni la sombra de esa coacción femenina tan galana y acremente glosada por el maestro Gómez de Baquero al comentar recientemente el libro de una mujer que, sabiéndose bonita, elige por primer capítulo de su libro su fotografía, autorizando aquel juicio sobre obras de esta clase: «Al frente, mi retrato; y dentro, desatinos.» 8 de enero de 1929
  • 34. 34
  • 35. 35 MARÍA B. BAWLESCO Natural de Transilvania, ciudad situada al pie de los Cárpatos, en la frontera de la antigua Austria-Hungría, provincia reintegrada hoy a Rumanía, como todas sus compañeras de actividad y lucha tiene una larga vida, fundida a todas las contiendas ideales por el fortalecimiento de las pequeñas nacionalidades del centro de Europa. Publicista, conferenciante, organizadora, ha laborado hasta 1914 por la incorporación de Transilvania a la actual Rumanía, desde los tiempos de la llamada opresión húngara. Acaso la razón fundamental de toda la floreciente personalidad civil y social de las mujeres centroeuropeas reside en la parte activa que todas y cada una tuvieron en las apasionadas luchas nacionales. Manifestaciones parciales, pequeños fenómenos que ha recogido en sus visibles resultados ese gran fenómeno de la guerra universal: la liberación a marchas forzadas de la mujer. ¿Ha de deducirse por ello que, dolorosamente, aquélla ha de deber su personalidad y pujanza social a la locura de la lucha desatada por el hombre? Así parece, en efecto; pero esta triste consecuencia no es su culpa, en todo caso; sólo vendría a probar que el administrador de todo poder, el hombre, no se rinde en sus juicios a la razón pura y al examen sereno, sino a la dura necesidad y a la capacidad por ella resaltada; para la mujer siempre será un dolor deber su derecho a la hecatombe y no a la justicia. En realidad, siempre que hubo un pueblo oprimido, avasallado o vejado, surgieron, sin distinción de sexo, las protestas del individuo, la exaltación de la raza, el sacrificio por el ideal. Las mujeres de las pequeñas nacionalidades de Centroeuropa no hicieron nunca nada más ni nada menos que nuestras exaltadas figuras en la epopeya de la independencia. Estas se reintegraron a sus calladas vidas después del sacrificio o la lucha; aquéllas lograron enlazarle con el porvenir; es la única diferencia.
  • 36. 36 María Bawlesco es la presidenta de la primera organización femenina rumana, creada en 1850 en Brachov después de la guerra civil de 1848-49, con fines educativos y de orientación para la mujer, incorporada en 1913 a la Unión de Mujeres Rumanas, que reúne a todas las Sociedades femeninas en número de doscientas dos. Todas ellas substituyeron las tareas y fines sociales por los de beneficencia y caridad del 14 al 18, encargándose de organizar las ambulancias y servicios de guerra para atender a los heridos. Cuando las tropas alemanas obligaron a una retirada catastrófica al Ejército rumano, fue emocionante el éxodo que hubo de sufrir esta mujer para escapar a la sentencia del Tribunal de guerra germano como irredentista. Disfrazada pudo huir, llevando consigo a su madre, octogenaria, y a su hija. El Tribunal de cuyas manos escapó condenó a la ardiente propagandista a muerte en rebeldía y secuestró sus bienes, vendiéndolos en pública subasta. La fugitiva se refugió en Jassg, capital de la Moldavia, donde continuó su propaganda nacional. Su actividad feminista data de 1896. Bajo la dominación húngara era imposible la organización de Asociaciones femeninas. Realizado el ideal nacional con la guerra, cambiados los tiempos, las organizaciones caminan y avanzan. Logrado el ideal de la liberación del pueblo rumano, María Bawlesco ha logrado que la mujer sea la asociada del hombre en toda la vida del pueblo. La mujer, a su juicio, no debe pronunciarse por política alguna en tanto no haya logrado el triunfo en la propia: su derecho integral a la educación, a la acción, a la realización. Sin olvidar la enseñanza «menagère», la mujer debe ser preparada para la vida, no sólo para el caso en que no llegue al matrimonio, sino para dar en éste su contribución material a la familia. La Unión de Mujeres Rumanas, que celebra regularmente certámenes nacionales desde 1921, es el mejor organismo colaborador a la obra de protección al niño, a la familia campesina y a la lucha contra el alcoholismo y contra la desmoralización. A la mujer moderna, cultivada, educada, asigna María Bawlesco el papel más importante para el mejoramiento de la raza humana: espiritualizar e idealizar la familia, de que es el alma, y ser la madre de su pueblo, secundando al hombre en la vida social. 31 de enero de 1929
  • 37. 37 MARGARET CORBET ASHBY Es actualmente la mujer más representativa del movimiento político femenino inglés. Presidenta y animadora de la Alianza Internacional del Sufragio Femenino, pocas hay conocedoras e interesadas en las cuestiones del desenvolvimiento social y político de fémina a quienes sean desconocidos su nombre y su obra. Hija de C. H. Corbet Ashby, miembro del Parlamento Inglés, el medio y el ambiente político le son familiares desde su infancia. Presidenta de la Federación liberal de mujeres inglesas y candidata liberal en cuatro elecciones a diputados a Cortes, ha sufrido gallardamente el ataque de los intereses y pasiones antifeministas de todos los Moebius, que en Inglaterra, como en el mundo, forman legión; de todos esos que arrancan, dentro o fuera del campo de la Medicina, con más o menos lógica, con mayor o menor espíritu tradicional (olvidando el devenir constante de la tradición), las afirmaciones unilaterales que la pasión o el afán de notoriedad les sugiere, para residenciar a la mujer contra la realidad, la lógica y la libertad, que también tienen su pequeña raíz en la biología, al rango único y mecánico de fábricas de hijos, cerradas dictatorialmente, por quiebra espiritual, al día siguiente de finalizada la función escueta y material, que esos definidores, nuevos hoy, viejos mañana, le asignan en el concierto de una sociedad, que es, sin embargo, tan de unos como de otros.
  • 38. 38 Pasarán, como otros, esos residenciadores, como pasaron los que les precedieron, y sobre ellos quedará el espíritu inconmovible de ésta, como de otras mujeres, cuya inquebrantable fe va logrando la más trascendental de las revoluciones sociales, y que bien pueden poner sobre la amarga resistencia detractora de sus críticos la pirueta de Rívarol ante 1a fugaz aureola del abate Delille: «Ta gloire pasera les navets resteront.» [Tu gloria pasará los nabos quedarán.] Mistress Margaret Corbet Asbhy, casada y madre, ha entregado las energías con igual pasión y constancia a los deberes íntimos que a los externos, y puede gozar hoy la rara satisfacción de haber logrado ser profeta en su patria, sin que ello cierre el cielo de sus contiendas, pues que, como presidenta de la Alianza Internacional del Sufragio Femenino, aspira a serlo en todas las patrias, aun las de aquellas en que hasta hoy tienen más fuerza los que agrupan en un solo sexo los derechos de los dos. Tiene una larga preparación legislativa, adquirida en la Unión Internacional de Sociedades para la Igualdad Cívica, que se ocupa intensamente de la preparación de proyectos de ley parlamentarios. Esposa de un abogado, madre de un estudiante, mujer de cultura superior y fina sensibilidad, ha hecho un arte de su hogar y de su conversación, fuerzas imanes de un trato encantador y deleitable. Desde 1923 preside la Alianza para el Sufragio Femenino, que agrupa ya a cuarenta naciones, y que, con el sufragio y la acción cívica y política de la mujer, persigue con fervor la igualdad de derechos y la igualdad de moral para los dos sexos. Ha sido durante nueve años miembro del Consejo de Asistencia Pública de Wanswortt (Londres), singularizándose notoriamente en las cuestiones de moral y beneficencia. Conferenciante profunda y amena, ha propagado el ideal que defiende en todos los tonos y en los más diversos ambientes: ante el presidente Wilson, en la Conferencia de la Paz de la Comisión de la Sociedad de Naciones, llevando la expresión del sentimiento profundo y decidido de muchas mujeres; en la polémica con Gompers ante la Comisión Internacional del Trabajo.
  • 39. 39 Al presente organiza el Congreso de la Alianza para el XI Sufragio Femenino, que se celebrará en Berlín en Junio del corriente año; Congreso de representantes de un parlamentarismo futuro, el de los dos brazos de la Humanidad, tendrá por templo de sus sesiones el Reischtag alemán, para el que el parlamentarismo no es feminófobo; sus bóvedas guardan el eco de la voz de Bebel y otros defensores de los derechos públicos de la mujer. Sombras que vivieron un pasado de exclusión femenina, al contemplar desde ultratumba la invasión total de sus escaños por las delegadas del orbe acaso piensen que se ha remediado la injusticia con la injusticia, substituyendo un exclusivismo parlamentario al otro, o que acaso se ha cumplido en la generación ida, representante del egoísmo y la ingenuidad viril, el anatema de Confucio: «En castigo de su terquedad, su egoísmo y sus pecados, estos hombres renacerán con figura de mujer.» Lo que sería, por una parte, la forma mejor y más rápida de allegar el triunfo de la igualdad equitativa por el sufrimiento directo y exacto de la desigualdad ayer impuesta y hoy sufrida. 14 de marzo de 1929
  • 40. 40
  • 41. 41 MARÍA POP Rumana, casada, madre de tres hijos, fue favorecida generosamente por las hadas simbólicas que en los cuentos rodean las cunas al recibir su estuche de blancos lienzos la fresca joya del nuevo nacido; y lo fue con tres dones: perseverancia, alegría y optimismo, que no la han abandonado nunca en su camino; aún parece que al cruzar el umbral, otra donante, celosa de la generosidad ajena, le hizo una nueva concesión: «Gozarás siempre de la serena confianza en tus propias fuerzas.» Animosa, convencida y convincente, segura de la finalidad perseguida, ni agresiva ni arrogante, pero sin abandonar jamás la partida, activa, inquieta, justifica esa explicación masculina dada para restañar la herida vanidad de alguna pequeña derrota casera: «Lo que la mujer quiere...» Su profesión de fe es concreta y sincera: «Feminista militante, pacifista activa, miembro laborioso de la previsión social.» Después de leer lo de feminista militante, te aconsejo, lector, o lectora, que mires de nuevo la fotografía que acompaña estas líneas. En Rumanía, o en otro país, sería ocioso este consejo, pero es prudente aquí, entre nosotros, donde se ha descubierto algo original: que feminidad y feminismo son términos opuestos y enemigos entre sí. Descubrimiento que es el más sensacional que recordamos, después del de América. Su actual retrato —el original al menos— nos muestra un rostro joven, colmado y gracioso, de ojos lindos y atisbo de una sonrisa que vacila entre la dulzura y la ironía.
  • 42. 42 Sirviendo su ideario, preside una Asociación rumana para el sufragio femenino y la sección pacifista del Consejo Nacional de Rumanos; integra el Consejo de Asociaciones Nacionales de su país para la Sociedad de Naciones; dirige varios Comités de asistencia a huérfanos e inválidos de guerra, y no olvidemos, para tranquilidad y sosiego de feministófobos-femininófolos (¡qué complicación!) un detalle que ella pone en cabeza de su exposición do actividades: que ha de ocuparse de organizar y dirigir su hogar y hacer la vida grata a su marido e hijos, propósito, al parecer, realizado con alentador éxito, no obstante tener que organizar de continuo, animar y sostener por la pluma o la palabra, diversas Asociaciones pacifistas o femeninas del país. Actualmente, las mujeres rumanas, con María Pop por guía, sostienen una campaña en el país para obtener el voto en los Consejos comunales urbanos y rurales; el Gobierno ha acordado modificar las leyes administrativas, especialmente la municipal, y la mujer considera propicio el momento para subir el primer peldaño del derecho electoral. Un incidente gracioso nos recuerda las dotes de propagandista eficaz del pacifismo que distinguen a María Pop. Fue en París, durante el Congreso Internacional de la Alianza para el Sufragio femenino, en 1926. El público asaltaba el local del gran salón de la Société des Savants, donde se celebraban las sesiones de la femenina Asamblea; la afluencia hacía imposible el acceso, y una muchedumbre quedó a la puerta, vociferando en demanda de entrada. María Pop sacó la sesión a la calle, y dirigió la palabra al público sin puesto, realizando uno de los actos de propaganda más eficaces del Congreso, porque en él no faltaron ninguna de los tres matices que, según La Bruyère, surgen espontáneos cuando se expresa la verdad sentida: «Naturalidad, fuerza, delicadeza.» Persigue para la mujer el derecho integral; ella sola se cuidará de elegir y no adoptar lo que sea incompatible con sus posibilidades. El proceso de adoptación femenina, en el orden económico, está iniciado y en marcha hace largo tiempo; en el orden político, la realidad que ofrecen los países de respeto a la mujer, no es, según afirma sonriente María Pop, para asustarnos; no es tampoco, agrega, la concesión de los derechos políticos lo que iniciará el conflicto do la conciliación entre la maternidad y el papel social activo de la mujer; este conflicto se encuentra ya planteado, y con acritud, por la evolución económica y los cambios introducidos por ésta en la familia; la mujer en el hogar,
  • 43. 43 por intenso que sea su trabajo, no produce nada remunerador, y la madre tiene a menudo necesidad de numerario para atender a las necesidades de los hijos; numerario que ha de obtener fuera del hogar, no tan sólo cuando es jefe de él, sino de acuerdo con el padre en la mayoría de los casos, y esta es una realidad dura y fuerte, querámoslo o no. Y es precisamente el advenimiento de las mujeres a la vida política de los pueblos el único medio posible de mejorar las aristas de esa realidad, por una legislación indicada a las necesidades manifiestas, que las mujeres están únicamente en condiciones de conocer y remediar. Confiesa María Pop que nada ha tenido influencia mayor en su vida que la guerra, con todas sus consecuencias; en los Hospitales de la Cruz Roja de Craiova, después de la trágica huida a Moldavia, única zona del país libre de la invasión guerrera, es donde «aprende a odiar la guerra, conociendo cuanto tiene de atroz». Sus recuerdos do Jassy, ciudad de 80.000 habitantes, que por el cerco albergaba forzosamente 400.000, toda una población amontonada, mal alimentada, insuficientemente abrigada, invadidos los hospitales, en los que enfermos y heridos tenían un mismo lecho para tres, o permanecían en el suelo, o morían durante la noche en las calles, sin socorro, en un invierno a 18 grados bajo cero… Y, por último, como corona de horrores, la epidemia de tifus exantemático aportada por el ejército ruso, que dio una mortalidad del noventa por ciento entre los atacados. ¿No recuerda todo esto las trágicas descripciones de Sadowa por la baronesa de Suttner? Estos recuerdos inolvidables han robustecido en su alma el ideal pacifista, en ella ardiente y resuelto. Por esto, cuando se la pregunta si es pacifista, ella, mujer abundante en palabras, rica de expresión, sólo contesta, lacónica y concreta: «Enteramente.» Y hace a sus hermanas de sexo el honor de esperar de todas ellas que, por su vigoroso instinto de conservación, detengan la locura que, después de la horrible prueba de 1914, empuja todavía a los hombres a correr al suicidio y a la lucha carnicera, que siguen preparando inconscientes y ciegos en Europa, dígase lo que se quiera, y a pesar de los esfuerzos pacifistas de la Sociedad de Naciones. 23 de mayo de 1929
  • 44. 44