El imperio romano se originó cuando Octavio (Augusto) concentró el poder y estableció la Pax Romana, un periodo de paz y prosperidad. Después de Augusto, el imperio experimentó periodos de inestabilidad bajo emperadores como Tiberio y Nerón. Diocleciano y Constantino trataron de estabilizar el imperio dividiéndolo en dos y estableciendo una nueva capital. Finalmente, el imperio cayó cuando los reinos bárbaros derrocaron al último emperador romano.