2. TÉCNICAS DE MARKETING DE UNA CIUDAD AMERICANA
En 1935, en plena Gran Depresión, los periodistas soviéticos Ilf y Petrov
recorrieron Estados Unidos de costa a costa. Las tribulaciones de este curioso
road trip quedaron inventariadas en La América de una planta, (editorial
Acantilado), un recomendable libro de viajes para quien desee abordar Estados
Unidos por carretera.
En él, Ilf y Petrov relatan fascinados este desconcertante fenómeno, el de las
ciudades anodinas, tan parecidas entre sí “como esos quintillizos canadienses a
los que a veces confunde hasta su propia madre”.
Todas estas poblaciones tienen un Manhattan Café donde tomar tarta de
manzana, señalan los incrédulos periodistas rusos. Todas cuentan con una Main
Street, con su correspondiente concesionario Ford, apuntan no sin cierta
consternación. “Si los norteamericanos alguna vez llegan a la luna, es indudable
que construirán allí una ciudad idéntica a éstas en todos sus detalles”, aventuran.
Como le sucede a algunas personas, el drama de estas poblaciones comienza
desde temprano: con su nombre. Son víctimas de una despiadada y endémica
especie americana, la de los topógrafos perezosos. En los 50 estados americanos,
hay un total de 46 Riversides, 45 Centerville, 43 Fairview, 42 Franklin, 40 Midway,
39 Pleasant Valley y 38 Liberty. Springfield, aunque tiene la fama de ser el
topónimo más extendido por gracia de la serie Los Simpsons, solo está presente
en 35 estados.
Ilf y Petrov también llaman la atención sobre este fenómeno: “Varias ciudades
llevan el nombre de París y de Londres. Hay un Shangai, un Jarbin y una decena
de San Petersburgos. Aparte del Moscú de Ohio, hay un par más en otros dos
estados. Hay un Odessa, aunque no se encuentra a la orilla del mar Negro ni de
ningún otro mar, sino en el estado de Texas”.
A pesar de sus nombres, las pequeñas y medianas ciudades americanas son
fieles representantes del famoso espíritu de superación americano y tienden a
reivindicarse con orgullo: “Han tomado medidas heroicas para distinguirse de sus
hermanas”, coinciden los soviéticos. “Por ejemplo, han colgado un cartel a la
entrada, como hacen los comerciantes a la puerta de sus tiendas, para indicar a
los posibles clientes la naturaleza de sus productos. Redwood city, se lee en uno
de ellos, y a continuación vienen estos versos: el mejor clima según los
pronósticos del gobierno”.
La principal característica de esta delirante rebelión contra lo insulso es su
carácter pacífico; su mayor ventaja, que hará las delicias de cualquier viajero
3. coleccionista de chascarrillos. De un periplo de tres meses que realicé en 2009,
todavía conservo apuntadas en una libreta algunas de estas curiosidades
inocentes. Por ejemplo: Muskegon (Michigan), que presumía de ser la sede de la
convención anual de la Sociedad de Buster Keaton o Wapakoneta (Ohio),
población natal del primer astronauta que pisó la luna, Neil Amstrong.
A falta de Empire State, se valora la imaginación. La anécdota se eleva a
categoría de virtud y comienza el despliegue de hipérboles, una carrera cuyo
culmen llegó para los rusos el día que se toparon con una población que presumía
de ser “la ciudad pequeña más grande de Estados Unidos”.
Los escritores soviéticos, sumidos durante su viaje en un estado constante de
sorpresa y admiración, dan carpetazo al asunto de las ciudades aburridas de
forma tajante: “En esa monotonía sistemática reside la fuerza colosal y la riqueza
inagotable de Estados Unidos”. A mí, durante el mío, no me resultaba difícil
imaginar un cuerpo especial de funcionarios municipales entrenado para husmear
hemerotecas o peinar cada centímetro de la ciudad en busca de algún récord tan
loco como inofensivo: la iglesia episcopaliana más alta del condado de Warren o la
estatua de un bate de béisbol más grande del país (que, por cierto, está en
Louisville, Kentucky).
Estos intentos de las de las ciudades anodinas por labrarse una identidad única no
son desesperados, pero rozan el tono de un manual de autoayuda y producen
cierta ternura. Conociendo otras técnicas americanas de marketing exterior, me
quedo con la ternura.
FUENTES:
http://www.traveler.es/viajes/mundo-traveler/articulos/tecnicas-de-marketing-de-una-ciudad-
americana/4318