La educación inicial debe centrarse en brindar atención integral a la infancia a través de procesos reflexivos, activos y participativos que reconozcan la diversidad de experiencias. Las primeras escuelas de educación inicial a finales del siglo XIX se basaron en los trabajos de Comenius, Decroly, Froebel y Montessori, enfocándose primero en satisfacer las necesidades básicas de los niños como la alimentación, protección y salud.