2. Comunicación con el alumno
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Comunicación con el alumno.
La comunicación se puede definir como el conjunto de los procesos físicos y psicológicos mediante los que se efectúa la
operación de relacionar a una o varias personas (emisor, emisores) con una o varias personas (receptor, receptores), con
el objeto de alcanzar determinados objetivos (Ongallo, 2007).
“Comunicación es el acto mediante el cual se intercambian mensajes con la finalidad de transmitir una
información”
El acto de la comunicación
En toda comunicación intervienen varios elementos. Veamos la importancia de cada uno de ellos:
- Emisor . Es la persona que transmite el mensaje al receptor. Esta persona determina el contenido del mensaje
y los objetivos del mismo. En el emisor influye el estado en el que se encuentra la persona, por ejemplo una
persona con problemas psíquicos puede llegar a tener problemas para comunicarse.
- Receptor. Persona que recibe el mensaje transmitido. Es necesario conocer el tipo de código empleado por el
emisor para descodificar, interpretar y comprender de forma correcta el mensaje emitido.
- Mensaje. Se refiere a las ideas, conocimientos, valores etc. que conforman el conjunto de estímulos que se
quieren transmitir al receptor. El mensaje estaría codificado en base a unas normas, signos y símbolos, conocidos
por él mismo para su comprensión.
- Canal. Se trata del medio por el que se transmite el mensaje, también hace referencia al código utilizado.
- Contexto. Entorno, situación en la que se establece la comunicación. De él depende la interpretación que la
persona da al mensaje. También va a condicionar la comprensión del mismo.
- Código. Sistema de signos y normas usados para exponer y comprender los mensajes.
- Feedback. Respuestas que el receptor del mensaje transmite al emisor. Puede incluir tanto la comunicación
verbal como la no verbal. En el caso de relaciones el feedback debe ser positivo: comprensión, ánimo etc.
3. Comunicación con el alumno
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PARA QUE LA COMUNICACIÓN SEA EFICAZ, LA TRANSMISIÓN DE AQUELLO QUE VAMOS A ENSEÑAR Y EL
NIVEL DE COMPRENSIÓN DE LO COMUNICADO TAMBIÉN HA DE SER EFICAZ.
El éxito en un programa de prácticas depende en gran medida de la capacidad de “enganchar” con las necesidades y
expectativas del alumno/a. Los tutores/as logran resultados positivos cuando sintonizan y aproximan su saber al nivel de
partida de los participantes. Es necesario adaptarse al nivel de partida de los participantes para progresivamente ir elevando
su vocabulario, su expresión y la capacidad de comprender y expresarse.
Barreras y facilitadotes
Existen una serie de barreras y facilitadores de la comunicación que se deben tener en cuenta en un proceso de
transmisión de información:
BARRERAS DE LA COMUNICACIÓN:
Objetivos contradictorios.
Mala elección del lugar y momento.
Acusaciones, amenazas y/o exigencias (mensajes “tú”).
Declaraciones del tipo “deberías...”
Inconsistencia de los mensajes (decir algo con el cuerpo y otra cosa con las palabras).
Cortes de conversación.
Uso de etiquetas (“eres un...”) o Generalizaciones (“siempre...”).
Dar un consejo no pedido o de forma prematura.
Utilización de términos vagos, o hablar en otro idioma.
FACILITADORES DE LA COMUNICACIÓN:
Uso de mensajes consistentes.
Elegir el lugar y momento adecuados.
Declaración de deseos, opiniones y sentimientos con mensajes “yo” (me gustaría, deseo...)
Petición de parecer (¿qué se te ocurre que podríamos hacer?).
Consistencia de mensajes (decir lo mismo con el lenguaje que con los gestos).
Escuchar atentamente, reforzar al otro.
Dar información positiva y útil para el otro.
Empatizar.
Utilizar el mismo código (hablar en el mismo idioma).
4. Comunicación con el alumno
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Técnicas de comunicación eficaz
Aunque por lo general todos conocemos cuáles son los principios básicos para lograr una correcta comunicación, es fácil
que a la hora de la verdad, nos olvidemos de ellos.
Algunas de las estrategias que podemos emplear son tan sencillas como las siguientes:
La escucha activa:
Uno de los principios más importantes y difíciles de todo el proceso comunicativo es el saber escuchar . La falta de
comunicación que se sufre hoy en día se debe en gran parte a que no se sabe escuchar a los demás. Existe la creencia
errónea de que se escucha de forma automática, pero no es así. Escuchar requiere un esfuerzo superior al que se hace al
hablar y también del que se ejerce al escuchar sin interpretar lo que se oye.
¿Qué es la escucha activa?
La escucha activa significa escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla.
¿Cuál es la diferencia entre oír y escuchar?
Existen grandes diferencias. Oír es simplemente percibir vibraciones de sonido. Mientras que escuchar es entender,
comprender o dar sentido a lo que se oye. La escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona
está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo.
Por tanto, un buen tutor/a , será aquel que no sólo sea un buen emisor de información, sino aquel que además sea un buen
receptor (sea capaz de escuchar y entender las dudas e interrogantes que surgen dentro de los programas de prácticas).
Elementos que facilitan la escucha activa:
- Disposición psicológica: prepararse interiormente para escuchar. Observar al otro, identificar el contenido de lo que
dice, los objetivos y los sentimientos.
- Expresar al otro que le escuchas con comunicación verbal (ya veo, umm, etc) y no verbal (contacto visual, gestos,
inclinación del cuerpo, etc).
Elementos a tener en cuenta en la escucha activa:
- NO interrumpir al que habla.
- NO juzgar .
- NO ofrecer ayuda o soluciones prematuras.
- NO rechazar lo que el otro esté sintiendo, por ejemplo: “no te preocupes, eso no es nada”.
- NO contraargumentar . Por ejemplo: si el participante dice “estoy cansado”, el monitor/a no puede responder “y yo
también”.
- EVITAR el “Síndrome del experto”: ya tienes las respuestas al problema de la otra persona, antes incluso de que te
haya contado la mitad.
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Habilidad para la escucha activa:
- Mostrar empatía: escuchar activamente las emociones de los demás es tratar de “meternos en su pellejo” y entender sus
motivos. No significa aceptar ni estar de acuerdo con la posición del otro, pero sí mostrar un actitud de comprensión
(“entiendo lo que sientes”).
- Parafrasear : este concepto significa verificar o decir con las propias palabras lo que parece que el emisor acaba de decir:
es muy importante en el proceso de escucha, ya que ayuda a comprender lo que el otro está diciendo y permite verificar si
realmente se está entendiendo y no malinterpretando lo que se dice (“entonces, según veo lo que pasa es que...”).
- Emitir palabras de refuerzo o cumplidos: verbalizaciones que suponen un halago para la otra persona o refuerzan su
discurso al transmitir que uno aprueba, está de acuerdo o comprende lo que se acaba de decir.
- Resumir: mediante esta habilidad informamos a la otra persona de nuestro grado de comprensión o de la necesidad de
mayor aclaración (“si no te he entendido mal...”, “o sea, que lo que me estás diciendo es que...”).
Aspectos que mejoran la comunicación en procesos de formación:
Recordar que es importante adaptar nuestro vocabulario al del alumno/a, con un lenguaje sencillo pero variado y preciso
en todo momento, con frases bien construidas.
Al inicio de una exposición tendemos a hablar demasiado deprisa debido a la tensión, lo cual hay que procurar controlar .
Cuando damos una explicación sobre cualquier tema, más eficaz que la potencia de voz, es una vocalización y
pronunciación clara .
Al hablar , conviene colocar silencios que nos permitan ordenar nuestras ideas y al participante asimilar lo que se le va
diciendo, aparte de atraer su atención hacia lo que se le va a decir.
Es importante mantener el contacto visual .
Debemos hablar para el alumno/a y no para nosotros mismos, evitando los monólogos preparados y de más de cinco
minutos seguidos. Trataremos de explicar buscando respuesta para comprobar que el participante nos sigue y comprende.
Es fundamental en el tutor/a saber escuchar y saber callarse : el protagonista no es él, sino precisamente los alumnos/as.
Se debe fomentar la participación, tanto para asegurarnos de que nos van comprendiendo como para mantener su atención
e interés.