2. • Los niños inseguros buscarán el contacto con el educador/a, preferirán su compañía a cualquier otra actividad
interesante que se le proponga.
• Estas necesidades deben satisfacerse y en la medida de lo posible debemos responder a ellas.
• Hasta el niño con más falta de afecto poco a poco se irá despegando de esta necesidad y conseguirá ser un niño/a
independiente.
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3. • La agresividad es una de las manifestaciones
de los niños inseguros.
• Las muestras de cariño, acariciarles la cara, la
espalda, o mantenerles en el regazo el tiempo
que necesiten puede resultar milagroso para
estos niños.
• Anticiparte a los descubrimientos de los
niños, interrumpir su visión para mostrarles la
tuya continuamente, genera en los niños una
dependencia que se convierte en inseguridad.
• Podemos interactuar con los más pequeños
realizando preguntas abiertas para que sean
ellos quienes nos muestren lo que ven y de
qué manera, así evitamos condicionar su
mirada.
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4. • Normalmente estos niños sufren inseguridades diferentes, no se atreven a
tocar nada, no se atreven a elegir una actividad que realmente les
interese, ya que están acostumbrados a que les digan que no toquen nada,
que hagan caso, que no armen ruido, etc.
• Lo que debemos hacer para no interferir en su decisión final es describirle
aquello que están mirando, observar si disfrutan observando; si aun así el
niño/a no se decide por ninguna actividad podemos proponerle que elija
entre dos opciones, fijándonos previamente en su edad e intereses, así
poco a poco les ayudamos a desprenderse de los prejuicios adquiridos en
el hogar.
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5. • Estos niños, que tienen muchas cosas materiales pero que no se les han respetado sus necesidades
reales, tardan en decidirse por una actividad o material que realmente les interese, tocan un juguete
y enseguida pasan a otro; ahora puede conocerse como hiperactividad.
• A estos niños debemos recordarles especialmente el uso y cuidado del material: “hay que recoger lo
que hemos utilizado antes de comenzar con otra cosa”, “si quieres un juguete que está siendo
utilizado por otro niño debes pedir permiso”.
• Con el tiempo, suelen ir encontrando, poco a poco, actividades que les interesan, primero se
concentran poco tiempo pero van aumentando progresivamente.
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6. • La televisión es muy perjudicial para la salud mental de los niños.
• Produce sobre-estimulación, además de convertirse en realidad para los más
pequeños.
• Los niños terminan imitando lo que han visto en la televisión más que las vivencias
reales que han podido tener.
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7. • A estos niños les cuesta más adaptarse al movimiento y a la decisión de una tarea
puesto que lo sustituyen por el habla. El problema es que no hablan de su
presente, sino que están demasiado anclados en lo que les sucedió ayer o hace
unos días.
• A estos niños les cuesta empatizar y son muy dependientes de los adultos.
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