1. Acerca de LA
HISTORIA COMO PAISAJE EN RUINAS
DeMartín Ríos López
El filósofo como Flâneur
Walter Benjamin, pensador magistral de la primera mitad del siglo XX, jamás escribió como lo
haría un filósofo tradicional, digamos como Kant o Hegel por ejemplo. Pese a ello no hemos de
considerarlo sólo como un hombre de letras, debemos comprender que su filosofía histórica, crítica literaria y teoría siempre indagan los detalles más olvidados; pero no por ello pierde sutotalidad. Busca hasta en los desechos más inhóspitos, como si usara un trapero (lumpen), como si
fuera un arqueólogo de escombros (filo-lumpen diríamos) o un caminante (wanderers) de barrios bajos, que siempre busca en los desechos de los ilustrados (del poder) el objeto de su material de reflexión.Señalamos entonces que no necesariamente sólo por el hecho de que Benjamin
no se rija por el estilo tradicionalista de hacer filosofía, no exista. Posee incluso un elemento
común en todas sus obras, un hilo de Ariadna que nos lleva por el laberinto de su historia: éste
es el problema de la historia.
La ciudad: material de desecho, material para la reflexión
En una de sus obras (Infancia en Berlín hacia 1900) Benjamin señala la impresión que le causó
una experiencia cuando era niño. Allí se ve él frente al gran Siegessäule, la columna del triunfo
donde yace Nike, la diosa de la victoria. Pero el filósofo sabe que donde hay triunfo de unos hay
sepulcro para otros: para los derrotados.Benjamin expresa en dicha obra que el suelo de celebración de los triunfantes son escombros y destrucción, cadáveres, silencio y olvido. Por ello
afirma que “no hay un solo documento de cultura que no sea documento de barbarie”. Para el
Flâneursin duda que Berlín ofrece un montón de residuos de desecho para la reflexión: nos
presenta la explícita sintomatología histórica de la propia ciudad.
Dos modelos para hacer historia: Historicismo y Materialismo Histórico
Ya en el año 1940 Benjamin envía, poco antes de darse muerte, una carta a una amiga: un manuscrito que hoy conocemos como Tesis sobre el concepto de Historia. Allí advierte que “se
abrirán de par en par las puertas de la incomprensión entusiasta” ya que, en plena medianoche
en la historia, es cuando el filósofo titula como uno de sus capítulos de las Tesis la Calle de
Dirección Única (einbanhstrasse), donde se refiere directamente a aquello que conocemos como
el “avisador de incendio”: y no hablamos de un aviso fútil o estéril, esto es, un aviso que jamás
hubiera causado ningún efecto, ya que la complejidad es tan profunda y sus temáticas tan sorprendentemente transversales que hasta el día de hoy da que pensar; nos ha mostrado una lógica
histórica que aún sigue viva y activa. Y ésta lógica queda expresada como el matrimonio inseparable entre los documentos victoriosos de una cultura y los horrores sobre los cuales se fundaron.En pocas palabras, Benjamin asegura que el “éxito”, sea militar, político o económico, no es
posible sin el olvido. Son estos trabajadores anónimos, quienes nacen en la desigualdad y sir-ven
sólo como instrumento de masacre, quienes componen el “documento de barbarie” con el cual
se ha escrito hasta el momento la historia. A quienes promocionan ésta lógica, éste sentido, las
diversas masacres, los llamará los historicistas.
2. El historicista es quien genera empatía con el vencedor, quien permite que se mantengan
las clases dominantes en el poder, quien ayuda a que se imponga la voluntad del vencedor sobre
el vencido y se generen los oprimidos (lumpen)(los parias para Hannah Arendt). Sólo muestran
el lado bueno de la sustancia idealista que ellos profesan.Benjamin se ocupa de este sujeto, de
este residuo último que ha dejado el sistema de producción capitalista, que por encontrarse
ahora en el suelo, ya nadie ve (§ 36).
La relación entre el historicismo, progreso y fascismo
La alianza historicismo y progreso
El historicista escribe la historia sobre el supuesto de que todo movimiento que se encuentra en
ella misma corresponde a una dinámica teleológica mediante la cual el progreso nos lleva hacia
un fin determinado. Y estos son independientes de nosotros. Se acuña la idea tanto desde la óptica técnica como de la cientificista, y desde allí se construye una idea que la historia sólo puede
mejorar a cada momento, sólo crece a cada instante; donde no se toma en cuenta una gran parte
de los hechos que involucran la situación.
Pero por otro lado tenemos al cronista, quien no sirve a la historia de los vencedores sino
al materialismo histórico. Éste personaje no hace distinción entre pequeños y grandes a la hora
de dar cuenta sobre la verdad, por lo tanto vemos una unión entre la voces que no han sido escuchadas y los relatos que han reinado hasta el momento: genera una integración e inclusión histórica a partir de todos los hechos.
La diferencia tan marcada entre cada perspectiva se da, inicialmente, por su concepción
del tiempo presente.El historicista ve el presente como algo que no tiene valor en sí mismo, algo que sólo existe como instrumento para la subordinación en pos de un futuro “mejor”. Llamaremos a esto el “tiempo homogéneo y vacío”: fundamento de la legitimación política e ideológica. En cambio el cronista irrumpe en éste supuesto continuum histórico, donde el presente es relevo del pasado en pos del futuro, y se preocupa de todos aquellos que han sido olvidados, quienes nunca fueron escuchados.Recupera las ruinas y desechos que han quedado al paso de los
victoriosos, y busca la forma de tomar en consideración a quienes, producto de la manipulación
historicista, sólo formaban parte de aquello que llamaremos el “estado de excepción”.
La crítica a los socialdemócratas y marxistas ortodoxos
Pero Benjamin no sólo critica al fascismo historicista sino además a los comunistas y socialdemócratas: ya que se pensaría que ellos poseen mayor “sensibilidad” con los oprimidos, pero
esto no es así. Ambos viven en la misma perspectiva temporal del historicismo; para ambos la
cuestión del presente queda subordinada por un supuesto e ideal “futuro mejor”. En la versión
comunista todo acontecimiento suma progresivamente para la inminente autodestrucción del
sistema capitalista, y para los socialdemócratas es lo mismo pero esperando la re-construcción
de la leyes que rigen el país. En ambos casos se disuelve el hoy por el mañana.
Para Reyes Mate, por ejemplo, lo que interesa al marxismo es el “aquí y ahora” en tanto
intensión y acuerdo general de la sociedad: y el punto común inevitable es el deseo de prohibición de la injusticia. Preguntarse por la verdad aquí es preguntarse por la justicia. Por lo tano, si
3. no queremos alejarnos de lo concreto, actitud que, a saber, corresponde a lo esencial en la dinámica del progreso, debemos alejarnos de los “objetivos finales” y acercarnos al problema de la
justicia ya que, de no ser así, el mismo velo que nos cubre y nos promete que todo irá bien es el
que, paradójicamente, nos estará limitando y coartando en la posibilidad de solucionar un problema que sí existe.No debemos caer en el engaño de esperar que llegue la libertad mediante un
quitárnosla. No debemos permitir que el progreso genere parálisis y conformismo en la actitud
de la sociedad.
En síntesis, el materialismo histórico, en oposición al historicismo, se construye no sobre
un tiempo cuantitativo y continuo, sino encima de aspectos cualitativos y discontinuos: como
irrupción. Busca abolir la dominación de las clases en la historia y crear y re-crear el verdadero
“estado de excepción” mediante un recuperar aquellas energías explosivas (jetzteit) que se encuentran contenidas desde nuestro pasado.
Un aviso de incendio(feuermelder)
Como un avisador de incendios, esto es, quien lleva un mensaje de advertencia sobre incendios,
el filósofo debe ver a la distancia y distinguir aquello que se aproxima consumma rapidez y que
nos puede destruir en cualquier momento. Y el aviso es clave, y consiste en “cómo” vemos aquellos sucesos característicos del fascismo que se han presentado.
Tenemos frente a esto dos posturas: una, aquella tomada por el historicismo, e incluso
por los SD y por comunistas, es que son un paréntesis, una excepción, algo que no corresponde
a la perfecta y continua rueda del progreso; el otro punto de vista afirma que, producto de las
propias dinámica internas de la historia como clase dominante que oprime, el fascismo es algo
que siempre está dentro, y que en cualquier momento puede irrumpir pero no como algo externo
u ajeno, sino como lo más propio de su naturaleza. Combatir el fascismo con progreso, desde
ésta perspectiva, diría Reyes Mate, es como tratar de apagar un incendio echando gasolina en él.
La historia como paisaje en ruinas
Entre uno y otro ángel
En el pensamiento alegórico de Walter Benjamin existen dos ángeles que debemos describir a
modo de comprensión de su pensamiento filosófico. El primero es el ángel del Siegessäule en
donde, por sobre 60 metros del suelo, yace la diosa Nike, esculpida en bronce y bañada en oro,
de 8.3 metros de altura. Éste ángel es, claramente, símbolo de poder y pertenencia a una clase
hegemónica (§ 53). El segundo ángel es el de Paul Klee: una pintura sobre tela mucho más modesta que la figura anterior.
El primer ángel parece avanzar sin retroceso, a paso seguro, bajo continuo cambio, como
buscando algo o esperando aquello “mejor” que “siempre está por venir”. Parece estar buscando
sin fin el fin. En cambio el segundo ángel está estático. No avanza, ni siquiera con la mirada, ya
que paree tenerla vuelta hacia atrás, como observando algo. Probablemente, en alegoría a Benjamin, está contemplando las ruinas, los lamentos de las víctimas: la masacre en general. Loirónico es que el segundo ángel observa, hacia tras, aquello que el primer ángel dejo luego de su paso
4. en busca de progreso y victoria.El segundo ángel pide justicia y le gustaría re-construir aquello
que fue destruido en la historia de los vencedores.
Reflexiones en torno a lo que ve y escucha el ángel de la historia
El primer ángel, con cuerpo de riquezas y signo de victoria, corresponde al ángel del historicismo. El segundo ángel, dotado de aspectos humanos y empatía hacia el oprimido, se presenta
como el ángel del MH. Éste ángel materialista se identifica como aquel persona que, impotente
frente a la vorágine del progreso, decide volver la cabeza y contemplar las víctimas encubiertas
de toda “columna triunfal”. Éste ángel es quien observa la historia como un paisaje en ruinas,
como una catástrofe en la que siempre se sigue adelante sin importar lo que se destruya en el
camino; la búsqueda del “mejor mañana”.
Tiempo y redención/ tiempo de redención
Como ya vimos, el tiempo del historicismo, esto es, la historia de los vencedores, se escribe
como algo continuo y vacío: el presente carece de sentido a menos que re-presente un peldaño
que permita escalar hacia un futuro “mejor”; todo movimiento es estrictamente teleológico. Ésta
dinámica del progreso requiere, para pode continuar, del olvido de aquellas injusticias que han
pasado; del estado de excepción que se ha creado.Pero para Benjamin el tiempo es como aquel
que se desprende de la tradición judía: jamás lineal y vacío, sino inseparable de su contenido. Y
éste contenido (conocimiento) incluye, necesariamente, la historia menor; la de las injusticias
sufridas como proyectos frustrados de historia.