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Pruebas clínicas para patología
ósea, articular y muscular
Exploraciones, signos y síntomas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Pruebas clínicas para patología
ósea, articular y muscular
Exploraciones, signos y síntomas
Klaus Buckup
Johannes Buckup
Con la colaboración de Hans H. Pässler
5.ª edición revisada y ampliada
600 imágenes
ERRNVPHGLFRVRUJ
Edición en español de la 5.ª edición de la obra original en alemán
Klinische Tests an Knochen, Gelenken und Muskeln
Copyright © 2012 Georg Thieme Verlag KG
Revisión científica:
Dr. Mariano Núñez-Samper Pizarroso
Doctor en Medicina y Cirugía
Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología
© 2014 Elsevier España, S.L.
Travessera de Gràcia, 17-21. 08021 Barcelona, España
Fotocopiar es un delito. (Art. 270 C.P.)
Para que existan libros es necesario el trabajo de un importante colectivo (autores,
traductores, dibujantes, correctores, impresores, editores…). El principal beneficiario de ese
esfuerzo es el lector que aprovecha su contenido.
Quien fotocopia un libro, en las circunstancias previstas por la ley, delinque y contribuye
a la «no» existencia de nuevas ediciones. Además, a corto plazo, encarece el precio de las ya
existentes.
Este libro está legalmente protegido por los derechos de propiedad intelectual. Cualquier
uso, fuera de los límites establecidos por la legislación vigente, sin el consentimiento del editor,
es ilegal. Esto se aplica en particular a la reproducción, fotocopia, traducción, grabación o
cualquier otro sistema de recuperación de almacenaje de información.
ISBN edición original: 978-3-13-100995-1
ISBN edición española impresa: 978-84-458-2521-1
ISBN edición española electrónica: 978-84-458-2592-1
Depósito legal edición impresa: B. 23877-2013
Depósito legal edición electrónica: B. 23876-2013
Servicios editoriales: DRK Edición
Advertencia
La medicina es un área en constante evolución. Aunque deben seguirse unas precauciones
de seguridad estándar, a medida que aumenten nuestros conocimientos gracias a la
investigación básica y clínica habrá que introducir cambios en los tratamientos y en los
fármacos. En consecuencia, se recomienda a los lectores que analicen los últimos datos
aportados por los fabricantes sobre cada fármaco para comprobar la dosis recomendada, la
vía y duración de la administración y las contraindicaciones. Es responsabilidad ineludible
del médico determinar la dosis y el tratamiento más indicado para cada paciente en
función de su experiencia y del conocimiento de cada caso concreto. Ni los editores ni los
directores asumen responsabilidad alguna por los daños que pudieran generarse a personas
o propiedades como consecuencia del contenido de esta obra.
El editor
v
Prefacio a la quinta edición
La cirugía ortopédica y traumatológica ha experimentado un rápido desarrollo
en estos últimos años. El gran número de técnicas útiles disponibles, sobre todo
de tipo radiológico (radiografías digitales, ecografía, tomografía computarizada y
resonancia magnética), hace que con frecuencia se olvide la importancia de una
buena exploración física, la mayoría de las veces en perjuicio del paciente.
Sin embargo, tampoco resulta posible una adecuada valoración de la exploración
funcional sin disponer de los resultados de las pruebas correspondientes. A pesar
de ello, los hallazgos de la exploración clínica son fundamentales para un diagnós-
tico rápido y seguro. Prueba de la realidad de esta afirmación es la popularidad
que han tenido las ediciones previas de esta obra y el gran número de lenguas a
las que ha sido traducida.
La cuarta edición en alemán de esta obra recibió el premio Carl Rabl en 2010.
Los principales criterios que se exigen a una prueba diagnóstica son la precisión,
la fiabilidad y la reproducibilidad. La probabilidad de que los hallazgos de una prue-
ba diagnóstica concreta sean exactos y correctos viene condicionada por factores
inherentes a esta (p. ej., sensibilidad y especificidad) y también por la situación
clínica en la que se usa. Dado que múltiples artículos de investigación han valorado
la utilidad de prácticamente todas las pruebas, en esta obra se ha renunciado a
describir de forma detallada la fiabilidad y validez de cada una de ellas.
En esta obra se incluyen capítulos sobre las distintas pruebas empleadas para
la valoración de las alteraciones funcionales del aparato locomotor, la trombosis
venosa, la hemorragia de origen arterial y los trastornos del sistema nervioso
central. Se describen los pasos de cada una de estas pruebas de forma detallada,
partiendo de la colocación del paciente. Además, se recogen los posibles diagnós-
ticos que pueden plantearse a partir de los resultados. En cada una de las pruebas
se describen los distintos pasos más relevantes.
Muchas de las pruebas que se realizan para un cuadro patológico se diferencian
de forma poco llamativa, pero se llevan a cabo porque orientan la elección de
otras pruebas diagnósticas más típicas del proceso. Cada una de ellas debería ser
contemplada como una parte integral de la exploración global.
Todos los capítulos de este libro se han revisado y actualizado. Se han introduci-
do nuevas pruebas y se han tenido en consideración los comentarios de los lectores.
Prefacio a la quinta edición
vi
Los capítulos están organizados por regiones corporales. Cada capítulo co-
mienza con una introducción sobre la utilidad y realización de la prueba y luego
sigue con un diagrama de flujo que la resume y permite una primera orientación.
Este libro plantea una exploración dirigida de los pacientes, lo que permite un
diagnóstico más rápido.
Deseo agradecer la colaboración de la editorial Thieme, especialmente de las
señoras Antje-Karen Richter, Silvia Haller y Elke Plach y del profesor Hans Pässler,
que han participado en todas las fases de elaboración de esta nueva edición.
Mi padre, Klaus Buckup, creador original de este trabajo, falleció durante la ela-
boración de esta edición. Siempre estaré agradecido a su confianza, amor y apoyo.
Johannes Buckup
xvii
Fundamentos
Principios de la exploración
1.	 La exploración se debe realizar de forma sistemática.
2.	 Cuando el paciente entre en la sala de exploración, fíjese en su marcha, pos­
tura, etc.
3.	 Empiece preguntando: ¿cuál es el motivo de su consulta?
4.	 Las cuatro preguntas clave:
j	 ¿Cuándo comenzó el dolor y cómo lo describiría? (de forma espontánea, tras
un traumatismo, gradual, urente, punzante, etc.)
j	 ¿Dónde se localiza el dolor? (local, irradiado → prolapso del disco interverte­
bral, en relación con una articulación o músculo, etc.)
j	 ¿Cuándo percibe el dolor? (por la mañana, por la noche → depósitos de calcio
en el hombro, por la tarde)
j	 ¿En qué situación aparece el dolor? (tras el esfuerzo, en reposo, en determi­
nadas posturas, etc.)
5.	 Consiga la confianza del paciente explicándole qué va a buscar, por qué y de
qué modo.
	 Evite provocar de forma innecesaria y prolongada el dolor. El paciente se lo
agradecerá.
6.	Inspección:
	 No toque al paciente; anote antes lo que ve. William Osler.
j	 Postura:
–	 Posición de los hombros.
–	 Posición de las caderas.
–	 Diferencias en la longitud de las piernas.
–	 Marcha (normal, individual, patológica).
–	 Cojera (dolor, acortamiento, parálisis, hacia el interior o el exterior).
j	 Deformidades (axiales, contracturas de las extremidades o de la columna
vertebral).
j	 Perfil (edema, depresiones, atrofia).
j	 Piel (pigmentación, queratosis).
j	 Anomalías.
Fundamentos
xviii
7.	Palpación:
j	 Puntos dolorosos.
j	 Piel (temperatura, sudoración).
j	 Tumefacciones.
j	 Derrame (intraarticular/extraarticular).
j	 Protrusión (dura, tensa-elástica).
j	 Crepitación (retropatelar → signo de artrosis).
8.	 Exploración articular:
j	 Explore en primer lugar el lado sano (no afectado). De este modo se podrá
valorar la movilidad articular del individuo. El paciente además experimenta
cómo es la exploración y adquiere confianza.
j	 Explore inicialmente el movimiento activo, luego el pasivo y por último la
movilidad contra resistencia (documentación según el método neutro 0).
j	 Explore la movilidad contra resistencia en una posición neutra de la articu­
lación o en una posición corporal relajada.
j	 Explore la movilidad varias veces para poder distinguir mejor el dolor.
j	 Explore los movimientos activos (individuales) y observe cuándo y en rela­
ción a qué movimientos se produce el dolor. Por ejemplo, si el dolor durante
la abducción del hombro aparece entre 60° y 120° de movilidad, se deberá
sospechar un pinzamiento subacromial.
j	 Explore los movimientos pasivos (anatómicos). En general, éstos son algo
mayores que los movimientos activos. Compare las diferencias entre ambos
lados: hipomovilidad, hipermovilidad (laxitud), estable/inestable.
Registre la sensación al final de los movimientos:
–	 Ósea: limitaciones vinculadas con la presencia de osteofitos (p. ej., mo­
vilidad del codo o rotación de la columna cervical).
–	 Elástica: sinovial, edematosa, atrapamiento del menisco.
–	 Capsular (p. ej., hombro congelado).
–	 Espástica (espasticidad refleja tras una lesión).
j	 Explore la sensibilidad, la función motora, los reflejos propioceptivos y
nociceptivos y los pulsos arteriales periféricos.
j	 La exploración de los movimientos activos y pasivos debería permitirle va­
lorar la potencia muscular para descartar posibles deficiencias neurológicas.
Esta exploración muscular permite valorar la potencia motora de todos los
músculos sometidos a inervación voluntaria de una extremidad de forma
gradual.
Fundamentos
xix
Escala del rendimiento muscular activo
Grado Valoración Porcentaje de
potencia muscular (%)
Hallazgos clínico-neurológicos
5 Normal 100 Amplitud de movimiento completa
frente a resistencia intensa
4 Buena 75 Amplitud de movimiento completa
frente a resistencia débil
3 Débil 50 Amplitud de movimiento completa
frente a la gravedad
2 Bastante débil 25 Amplitud de movimiento completa
sin el efecto de la gravedad
1 Insuficiente 10 Amplitud de movimiento incompleta
durante la actividad visual o palpable
0 Nula 0 Parálisis completa, ausencia completa
de contracción
Fundamentos
xx
Del dolor al diagnóstico.
© 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 1
1  Columna vertebral
Los síndromes dolorosos de la columna vertebral resultan difíciles de clasificar
dada la gran variabilidad de diagnósticos diferenciales posibles.
La descripción como síndrome de la columna cervical o lumbar es imprecisa y
no aporta información sobre el lugar ni el tipo de alteración.
Una vez obtenida la anamnesis, y antes de proceder a la exploración de la
columna vertebral, hay que realizar una exploración corporal general para valorar
la presencia de alteraciones externas que pueden influir sobre la propia columna.
Dicha exploración se inicia con la inspección. Además de observar la posición
global del cuerpo, se debe valorar la posición de los hombros y la pelvis (altura de
los hombros, comparación de las dos escápulas, altura de las crestas ilíacas, in-
clinación de las mismas en ambos lados) y también la silueta de la espalda (plana,
encorvada, hundida).
A la palpación se pueden definir las alteraciones del tono muscular, como las
contracturas y las zonas de tensión muscular, y también se pueden identificar los
puntos cuya presión provoca dolor. También se tiene que valorar la movilidad de
la columna de forma global y segmentaria, tanto de un modo activo como pasivo.
Cuando se aborda un síndrome vertebral, en primer lugar se debe determinar
la localización y el tipo de alteración. Los procesos destructivos, inflamatorios
o degenerativos extensos se asocian a un cuadro clínico evidente con las con-
siguientes alteraciones radiológicas o de laboratorio. Los estudios radiológicos,
junto con otras pruebas complementarias, permitirán establecer un diagnóstico
de sospecha. La selección de las distintas pruebas complementarias dependerá de
la duda diagnóstica. Por ejemplo, si se sospecha una alteración ósea será mejor
elegir una tomografía computarizada que una resonancia magnética, dado que la
primera tiene una buena capacidad de resolución por contraste entre el hueso y
los tejidos blandos y la segunda define mejor los tejidos blandos. La clasificación
clínica de los síndromes de la columna provocados por alteraciones musculares o
ligamentosas resulta muy difícil.
Dado que resulta complicado que los estudios radiológicos y de laboratorio
sean capaces de diagnosticar el proceso patológico en este tipo de alteraciones de
la columna, el diagnóstico manual terapéutico de orientación funcional adquiere
una tremenda importancia.
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Columna vertebral
2
Se deben valorar las alteraciones cutáneas (hiperalgesia, pliegue cutáneo de
Kibler), la tensión muscular, las alteraciones en la movilidad con fallo en la am-
plitud articular, las alteraciones funcionales con movilidad reducida por dolor y
el dolor radicular.
La exploración se realiza siguiendo las distintas zonas y segmentos de la columna.
Las dos vértebras vecinas se encuentran unidas por numerosos ligamentos,
de forma que la amplitud de movimiento de las articulaciones intervertebrales
es muy escasa.
La suma total de estos movimientos en todas las articulaciones de la columna
se traduce en una notable movilidad de la columna, aunque muy cambiante indi-
vidualmente (fig. 1.1), y del tronco. Los principales movimientos de la columna son
la flexión y la extensión en el plano mediano, la inclinación lateral o flexión lateral
(en el plano frontal) y la rotación (en el eje longitudinal). La columna cervical es la
que más amplitud de movimientos tiene. Es la más móvil, pero también la que más
riesgo tiene de sufrir alteraciones de la columna vertebral. Aproximadamente un
50% de la flexión y la extensión tiene lugar entre el occipucio y C1; el 50% restante
se reparte de forma más o menos regular entre los demás segmentos cervicales,
sobre todo entre C5 y C6.
Aproximadamente un 50% de la rotación tiene lugar entre C1 (atlas) y C2 (axis);
el 50% restante se reparte por igual entre las otras cinco vértebras cervicales.
La rotación y la flexión lateral de la columna torácica tienen lugar principalmente
en la parte distal de la misma, es decir, en la columna toracolumbar. A nivel de la
columna lumbar las apófisis articulares tienen una orientación principalmente sa-
gital, de forma que predominan la extensión y la flexión (anteflexión y retroflexión),
junto con la flexión lateral. La capacidad de rotación a este nivel está muy limitada.
La exploración neurológica permite identificar puntos sensibles y paresias en
las extremidades inferiores. Dentro de ella se incluye también la exploración de
los reflejos musculares para valorar posibles signos de lesión nerviosa por tracción.
Cuando se explore la columna vertebral, siempre se debe recordar que pueden
existir algunas enfermedades extravertebrales que se manifiesten como dolor
vertebral.
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Amplitud de movimientos de la columna
vertebral (método neutro 0)
Fig. 1.1 a-h 
a		Flexión/extensión.
b		 Inclinación lateral.
c		
Rotación en posición media 80°/0°/80°, en flexión 45°/0°/45° (entre C0 y C1),
en extensión 60°/0°/60°.
d-e	 Extensión de la columna: en bipedestación (d), en decúbito prono (e).
f		 Inclinación lateral de la columna vertebral.
g		 Rotación del tronco.
h		
Movimiento global de la columna en flexión: AC = flexión de la articulación
de la cadera; T = amplitud total de movimiento; DDS: distancia dedos-suelo.
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Columna vertebral
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Fig. 1.2  Dolores vertebrales.
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Columna vertebral
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Prueba de distancia dedos-suelo (DDS)
Mide la movilidad de la columna en su conjunto durante la flexión (DDS en cm).
▶Procedimiento.  Paciente en bipedestación o sentado en el lugar de exploración.
Con las rodillas extendidas debe inclinarse y aproximar los brazos/manos extendidos
hacia los pies de forma simétrica. Se mide la distancia entre las puntas de los dedos
y el suelo o se describe hasta qué altura llegan los dedos (rodilla, parte media de
la tibia) (fig. 1.1h).
▶Valoración.  En esta prueba se valora un movimiento combinado en el que par-
ticipa la columna y las articulaciones del tronco. Un buen movimiento del tronco
puede compensar parcialmente una rigidez de la columna. Además de la distancia,
se debe valorar el perfil de la columna en flexión (cifosis armónica, cifosis fija).
Si se encuentra un aumento de la distancia entre las puntas de los dedos y el
suelo, el dato será inespecífico y dependerá de:
1.	 La movilidad de la columna lumbar.
2.	 El acortamiento de la musculatura isquiocrural.
3.	 La existencia de un signo de Lasègue.
4.	 La función del tronco.
La distancia dedos-suelo tiene importancia en una exploración clínica bien rea­
lizada y para controlar los efectos de un tratamiento.
Signo de Ott
Mide la flexibilidad de la columna torácica.
▶Procedimiento.  Paciente en bipedestación. Se marca la apófisis espinosa de C7
y un punto 30 cm caudal a ella. En flexión, la distancia aumenta 2-4 cm, mientras
que en extensión máxima (reclinación) se reduce 1-2 cm.
▶Valoración.  Las alteraciones degenerativas inflamatorias de la columna limitan
la movilidad de la misma y reducen la flexibilidad de las apófisis espinosas.
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Signo de Schober
Mide la flexibilidad de la columna lumbar.
▶Procedimiento.  Paciente en bipedestación. Se realizan dos marcas sobre la piel,
una a nivel de la apófisis espinosa de S1 y otra 10 cm craneal a la anterior. En
flexión, la distancia entre estas dos marcas aumenta hasta unos 15 cm, mientras
que en extensión máxima se reduce hasta 7-9 cm.
▶Valoración.  Las alteraciones degenerativas inflamatorias de la columna limitan
la movilidad de la misma y reducen la flexibilidad de las apófisis espinosas.
Prueba del pliegue cutáneo de Kibler
Exploración inespecífica de la espalda.
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito prono con los brazos paralelos al tronco.
El explorador coge un pliegue de piel entre los dedos índice y pulgar y lo «hace
rodar» a lo largo de la espalda o de las extremidades en dirección transversal a
los dermatomas.
Fig. 1.3 a-c  Signo de Ott-Schober (ejemplo).
a	 Posición erguida.
b	 Flexión.
c	 Extensión.
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Columna vertebral
8
▶Valoración.  En esta prueba se valora cualquier diferencia regional en el estira-
miento de la piel, además de la consistencia de los pliegues (edematosos, rígidos)
y posibles zonas en las que no se puede desplazar la piel. La palpación permite
valorar rigidices musculares superficiales o profundas y también disfunciones
vegetativas (aumento de la temperatura, mayor producción de sudor). Los lugares
que presentan una hiperalgesia muestran unos pliegues duros, que no pueden
pellizcarse y que no se desplazan. El paciente referirá dolor. La identificación de
zonas de hiperalgesia, rigidez muscular y disfunción vegetativa indica que existen
alteraciones en las pequeñas articulaciones de la columna o en las articulaciones
intercostales.
Pruebas torácicas
Prueba de compresión del esternón
Identificación de una fractura costal.
▶Procedimiento.  Decúbito pronto. El explorador comprime con las dos manos
el esternón.
▶Valoración.  La aparición de un dolor localizado en la región anterior del tórax
puede deberse a una fractura costal.
Un dolor a nivel esternal y vertebral sugiere un bloqueo costal o vertebral.
Fig. 1.4  Prueba del pliegue
cutáneo de Kibler.
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Prueba de compresión de las costillas
Identificación de un bloqueo a nivel de las costillas/vértebras o las costillas/es-
ternón o de una fractura costal.
▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador se coloca detrás del paciente
y le rodea el tórax con los brazos aplicando compresión en dirección sagital y
horizontal.
▶Valoración.  Al presionar las costillas se refuerza el movimiento de las articula-
ciones esternocostales y costotransversales o costovertebrales. Cuando existe un
bloqueo articular o alguna otra irritación de estas articulaciones, esta maniobra
provoca un dolor localizado.
El dolor localizado a nivel de una costilla o en el espacio intercostal indica una
fractura costal o una neuralgia del nervio intercostal.
Prueba del perímetro torácico
Se mide el perímetro del tórax en inspiración y espiración profunda.
▶Procedimiento.  Paciente sentado o en bipedestación con los brazos paralelos al
tronco. Se mide la diferencia del perímetro del tórax en inspiración y espiración
máxima; por encima de las mamas en las mujeres y por debajo de las mamilas
en los varones.
El valor de esta diferencia entre la inspiración y la espiración máxima debe
oscilar entre 3,5 y 6 cm.
Fig. 1.6  Prueba de compresión
de las costillas.
Fig. 1.5  Prueba de compresión
del esternón.
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Columna vertebral
10
▶Valoración.  En la enfermedad de Bechterew se produce una limitación de la
amplitud torácica (en general las alteraciones de la inspiración/espiración son
indoloras). Si además de limitación de la amplitud torácica se produce una ins-
piración o espiración limitada y dolorosa, se debe sospechar un bloqueo costal o
vertebral, procesos pleurales de tipo inflamatorio o tumoral o una pericarditis. En
el asma bronquial y el enfisema se producen limitaciones indoloras en la espiración.
Prueba de Schepelmann
Diferenciación entre los dolores torácicos.
▶Procedimiento.  Paciente sentado. Se pide al paciente que incline la columna
primero hacia un lado y luego hacia el otro.
▶Valoración.  La aparición de dolor en el lado cóncavo sugiere una neuralgia
intercostal, mientras que la afectación del lado convexo indica una pleuritis. Las
fracturas costales duelen con ambos movimientos vertebrales.
Fig. 1.8  Prueba
de Schepelmann.
Fig. 1.7 a y b  Prueba del perímetro torácico.
a	 En espiración máxima.
b	 En inspiración máxima.
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Pruebas para la columna cervical (CC)
Los procesos patológicos de la columna cervical suelen guardar relación sobre
todo con alteraciones degenerativas de los ligamentos y, en consecuencia, de las
articulaciones vertebrales (espondilosis, espondiloartrosis, artrosis uncovertebral).
Los fenómenos de irritación y compresión mecánica afectan a las estructuras vas-
culares y neurógenas vecinas y se traducen en cefaleas cervicales y en síndromes
cervicales radiculares. La arteria vertebral puede verse también afectada como
consecuencia de los trastornos degenerativos crónicos de la columna cervical. La
rotación de la cabeza provoca en estos casos una compresión de la arteria vertebral.
Entre los signos típicos de la irritación (estenosis, angulación) de la arteria verte­
bral del mismo lado (signo de Barré-Liéou) se incluyen vértigo, náuseas, alteracio-
nes visuales, síncope y nistagmo. Los pacientes con signo de Barré-Liéou positivo
no deben someterse a maniobras de manipulación de la columna cervical.
Fig. 1.9  Vista lateral de la cabeza
y la columna cervical.
Fig. 1.10  Vista anterior de la
columna cervical. Representación
de la salida de las raíces nerviosas y del
trayecto de la arteria vertebral.
1
Columna vertebral
12
Cribado de la rotación de la CC
La movilidad conjunta de la columna cervical es la suma del movimiento entre la
cabeza y el cuerpo de la primera vértebra cervical y los demás segmentos de
la columna vertebral cervical. Muchos factores influyen en dicha movilidad: la
flexibilidad de los ligamentos, la posición de las apófisis articulares de las articu-
laciones facetarias y la tensión del aparato ligamentoso de la CC y de las cápsulas
articulares. En flexión, el radio de movimiento de la CC es mayor en las mujeres que
en los varones. La movilidad de la CC depende de la edad. El grado de rotación entre
C1 y C2 aumenta con la edad en comparación con lo que sucede en otros segmentos
vertebrales cervicales. La movilidad pasiva de la CC es mayor en decúbito prono
que la movilidad activa o pasiva en bipedestación. Esto se explica porque, al es-
tar sentado, el peso de la cabeza y la tensión muscular aumentan. La movilidad
pasiva al aplicar presión en los extremos del movimiento sólo se debe valorar en
paralelo con el movimiento activo. Si la movilización masiva con presión es normal
e indolora, se podrá también explorar la movilidad de la CC en los extremos del
movimiento en flexión, extensión e inclinación lateral, además de en rotación.
Estos movimientos en distintas direcciones permiten valorar las estructuras
ligamentosas y musculares anteriores, posteriores y laterales, incluida la función
de la arteria vertebral. La presión aumentada en los extremos del movimiento
puede ocasionar distintos síntomas:
j	 Irritación nerviosa (síntomas radiculares).
j	 Irritación de las articulaciones intervertebrales (dolor localizado).
j	 Afectación de la arteria vertebral (mareos, náuseas).
Tabla 1.1  Pasos en el diagnóstico de los síndromes irritativos radiculares de la región
cervical.
Flexión de la CC C1-C2 (plexo cervical)
Flexión lateral de la CC C1 (plexo cervical)
Elevación del hombro C5-C7 (nervio torácico largo)
Abducción del hombro C4-C6 (nervio circunflejo)
Flexión de la articulación del codo y/o extensión de la articulación de la mano C5-C6
(nervio musculocutáneo, nervio radial)
Extensión de la articulación del codo y/o flexión de la articulación de la mano C7-C8
(nervio radial)
Extensión de la muñeca y/o desviación cubital C6-C8 (nervio radial, ramo profundo)
Abducción y/o aducción de los músculos intrínsecos de la mano C8-T1 (nervio cubital,
ramo profundo)
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Fig. 1.11 a y b  Cribado
de la rotación de la CC.
a	 En rotación máxima
a la derecha.
b	 En rotación máxima
a la izquierda.
▶Procedimiento.  Paciente sentado erguido. El explorador coloca las dos manos
en la región parietal de la cabeza del paciente y la extiende (estira) con suavidad
desde la posición neutra y la rota hacia los dos lados de forma alternante.
▶Valoración.  Se debe comparar la amplitud de movimiento de ambos lados. En
las personas normales se aprecia cierta elasticidad al final del movimiento, que
se sustituye por un endurecimiento en los pacientes con alteraciones funcionales.
Las limitaciones de la movilidad con dolor indican una disfunción segmentaria
(artrosis, bloqueo, inflamación, acortamiento muscular). Cuando aparece una
limitación de la rotación con interrupción brusca del movimiento y dolor dentro
de la amplitud de movimiento, se debe sospechar una alteración degenerativa,
principalmente en el tercio medio de la columna cervical (espondilosis, espondi-
loartrosis, uncartrosis).
Una interrupción suave del movimiento se puede relacionar con un acorta-
miento de los músculos extensores largos del cuello o del músculo largo del cuello.
Prueba de rotación de la cabeza en extensión máxima
Valoración de la función de la parte inferior de la columna cervical.
▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador sujeta la cabeza del paciente
colocando una mano en la nuca y la otra en la barbilla y la extiende de forma pasiva
(la inclina hacia atrás) y la rota hacia los lados. El movimiento se acompaña de una
ligera inclinación lateral de las vértebras cervicales.
▶Valoración.  En la extensión máxima se queda bloqueada la articulación de la
cabeza y la rotación ocurre principalmente a nivel de los segmentos inferiores de
la columna cervical y de la unión cervicotorácica. La aparición de una limitación
del movimiento con dolor indica una disfunción segmentaria, cuyas causas
1
Columna vertebral
14
pueden ser alteraciones degenerativas de la CC media o inferior (espondilosis,
espondiloartrosis, uncartrosis). Si este movimiento provoca vértigo se debería
sospechar una alteración del riego sanguíneo relacionada con alteraciones en la
arteria vertebral.
Prueba de rotación de la cabeza en flexión máxima
Valoración de la función de la parte superior de la columna cervical.
▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador sujeta la cabeza del paciente
colocando una mano en la nuca y la otra en la barbilla y la flexiona de forma pasiva
(la inclina hacia delante) y la rota hacia los lados. El movimiento se acompaña de
una ligera inclinación lateral de las vértebras cervicales.
▶Valoración.  Cuando la flexión es máxima, los segmentos distales a C2 que-
dan rígidos y la rotación ocurre principalmente a nivel de las articulaciones
atlantooccipital y atlantoaxial. La aparición de limitaciones de la movilidad
con dolor indica una disfunción segmentaria, sobre todo secundaria a causas
Fig. 1.12 a-c  Prueba de rotación
de la cabeza en extensión máxima.
a	Extensión.
b	 Rotación a la derecha.
c	 Rotación a la izquierda.
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degenerativas, inestabilidad o alteraciones inflamatorias. Si aparecieran además
síntomas vegetativos, especialmente cuadros de vértigo, se deberían realizar
pruebas complementarias.
Prueba de función segmentaria de la columna cervical
▶Procedimiento/valoración.  Para poder explorar de forma directa la función seg-
mentaria de la columna cervical, el explorador debe colocarse al lado del paciente.
Con una mano debe rodear la cabeza del paciente, de forma que su codo quede
a la vista del paciente, y debe colocar la superficie cubital del índice de la misma
mano sobre el arco de la vértebra superior de la articulación cuyo movimiento se
desee explorar. El dedo que realiza la palpación de la mano contralateral valorará
la movilidad segmentaria. Realizando una tracción suave con la mano superior se
pueden explorar los desplazamientos segmentarios dorsales y laterales. Con la
misma postura se puede controlar también la rotación segmentaria.
Fig. 1.13 a-c  Prueba de rotación
de la cabeza en flexión máxima.
a	Flexión.
b	 Rotación a la derecha.
c	 Rotación a la izquierda.
1
Columna vertebral
16
Para el diagnóstico segmentario de la región cervicotorácica en flexión y exten-
sión, se fija con una mano la cabeza y con los dedos de la otra se palpan las tres
apófisis espinosas vecinas. Realizando un movimiento de flexión y extensión pasiva
se puede valorar la amplitud de movimientos de los segmentos correspondientes
mediante la estimación de la movilidad de las apófisis espinosas.
Prueba de Soto-Hall
Prueba de función inespecífica para la columna cervical.
▶Procedimiento.  El paciente en decúbito prono debe elevar la cabeza de forma
activa tratando de acercar lo máximo posible la barbilla al tórax. Después, el
explorador realiza una flexión pasiva de la cabeza y al mismo tiempo realiza una
ligera presión sobre el esternón con la otra mano.
▶Valoración.  La aparición de dolor en la nuca al presionar con suavidad el es-
ternón durante la elevación pasiva de la cabeza indica una enfermedad ósea o
ligamentosa de la columna cervical. La aparición de dolor por tracción durante
la elevación activa de la cabeza sugiere en primer lugar un acortamiento de la
musculatura cervical.
Fig. 1.14  Prueba de función
segmentaria de la CC.
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Prueba de percusión
▶Procedimiento.  El explorador percute suavemente sobre las apófisis espinosas
de todas las vértebras manteniendo una ligera flexión de la columna cervical.
▶Valoración.  La aparición de un dolor localizado no radicular indica una fractura o
alteración de la función muscular o ligamentosa. Los síntomas radiculares sugieren
una lesión de los ligamentos con irritación de las raíces nerviosas.
Prueba de O’Donoghues
Distinción entre los dolores cervicales de origen ligamentoso y muscular.
▶Procedimiento.  En primer lugar se inclina la cabeza del paciente (sentado) hacia
los dos lados. A continuación se indica al paciente que incline la cabeza hacia cada
uno de los lados contra la resistencia que ejerce la mano del explorador, que debe
estar colocada sobre la sien y la mandíbula.
▶Valoración.  La aparición de dolor durante este movimiento activo de la cabeza
con una tensión isométrica de los músculos paravertebrales, sobre todo ipsilate-
rales, aunque también contralaterales, sugiere una disfunción muscular. El dolor
que aparece durante la inclinación lateral pasiva de la CC sugiere una alteración
ligamentosa o degenerativa articular.
Fig. 1.15  Prueba de Soto-Hall. Fig. 1.16  Prueba de percusión.
1
Columna vertebral
18
Maniobra de Valsalva
▶Procedimiento.  El paciente (sentado) trata de sacar el pulgar de la boca so-
plando.
▶Valoración.  Esta maniobra aumenta la presión intramedular, lo que pone de
manifiesto los procesos ocupantes de espacio a este nivel, como el prolapso del
disco, los tumores, las estenosis secundarias a osteofitos y la tumefacción de los
tejidos blandos. La sintomatología será de tipo radicular y se localizará en el
dermatoma afectado. Esta maniobra debe realizarse con mucho cuidado, porque
pueden producirse alteraciones de la consciencia tanto durante la realización de
la misma como después. Durante esta maniobra se puede producir una alteración
en el riego cerebral.
Fig. 1.17 a-d  Prueba de O’Donoghues.
a-b	Movimiento pasivo.
c-d	 Movimiento activo contra resistencia.
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19
Prueba de Spurling
Valoración del dolor en la articulación facetaria y la irritación de las raíces ner-
viosas.
▶Procedimiento.  Paciente sentado. Primero inclina y rota la cabeza lateralmente
en dirección al lado no afectado y luego al afectado. El explorador se coloca detrás
del paciente y coloca la mano encima de la cabeza de éste, al tiempo que con la
otra mano golpea con suavidad sobre la mano que se apoya en la cabeza. Cuando el
paciente tolera este primer paso de la exploración, se repite la prueba extendiendo
más la columna cervical.
▶Valoración.  El resultado de la prueba se considera positivo cuando aparece un
dolor irradiado en el brazo del paciente desde la columna cervical. La extensión
simultánea de la CC estenosa los agujeros intervertebrales un 20-30%. Cuando el
paciente presenta una estenosis cervical, espondilosis, osteofitos, atrofia de las
articulaciones facetarias o protrusión del disco vertebral, los agujeros ya serán
más estrechos de lo normal.
Se considera que la prueba es negativa cuando no se produce dolor cervical ni
tampoco dolor irradiado en el hombro y el brazo. Los dolores que se irradian hacia
el brazo siguiendo los dermatomas sugieren una irritación de las raíces nerviosas.
Este movimiento agrava los dolores radiculares previos.
Fig. 1.18  Prueba de Valsalva. Fig. 1.19  Prueba de Spurling.
1
Columna vertebral
20
Las mialgias y los cuadros secundarios a un traumatismo con distorsión de la
CC pueden asociarse a dolor en el lado contralateral. Este dato se describe como
signo de Spurling inverso y se relaciona con la aparición de dolor en el lado de la
musculatura que se estira en relación con la tracción o alteración funcional por
acortamiento de los músculos.
▶Observación.  Los dolores que aparecen en el lado cóncavo sugieren una irritación
de la raíz nerviosa o una patología facetaria (signo de Spurling).
Los dolores que aparecen en el lado convexo indican un dolor por tracción mus-
cular (signo de Spurling inverso).
La prueba de Spurling es una prueba de compresión cervical agresiva. Los
pacientes deben ser avisados antes de cada paso de la exploración. No se debe
realizar esta prueba en pacientes con fracturas vertebrales, luxaciones o ines-
tabilidad de la CC.
Prueba de distracción de la CC
Orientada a distinguir los dolores cervicales/de hombro/de brazo de origen radi-
cular y ligamentoso/muscular.
▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador sujeta la cabeza del paciente
por debajo de la mandíbula y el occipucio y realiza una tracción axial en sentido
craneal.
Fig. 1.20 a y b  Prueba de distracción de la CC.
a	 Posición neutra.
b	Rotación.
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21
▶Valoración.  Esta tracción sobre la columna cervical descarga de forma es-
calonada o segmentaria los ligamentos y las raíces nerviosas cuando se producen
movimientos de deslizamiento simultáneos de las articulaciones vertebrales.
La disminución de las molestias radiculares, incluso durante los movimientos
de rotación pasivos, en relación con la tracción indica una irritación provocada
por los ligamentos de las raíces nerviosas. Cuando el dolor aumenta cuando se
aplica la tracción y el movimiento de rotación, se debe plantear una alteración
funcional de origen muscular/ligamentoso o articular/degenerativo de la co-
lumna cervical.
Prueba de Elvey (prueba de estrés sobre la extremidad
superior)
Los cambios de la posición de las articulaciones del codo, el hombro o la mano
provocan tensión sobre los nervios responsables de la inervación de las extremi-
dades superiores.
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. En todas estas pruebas se deben
fijar los hombros con la mano que realiza la exploración en sentido proximal-
ventral; la otra mano se usa para colocar el brazo en una serie de posiciones
determinadas. Las pruebas de Elvey son equivalentes a la prueba de Lasègue para
la extremidad inferior. Fueron descritas por el autor que les da nombre y se pueden
dividir en cuatro maniobras exploratorias.
▶Prueba 1.  Se abduce el hombro a 110°, se extiende el codo, se supina el antebrazo
y se extienden las articulaciones de la muñeca, los dedos y la mano. Estructuras
nerviosas afectadas: nervios mediano e interóseo anterior, C5, C6, C7.
▶Prueba 2.  Se abduce el hombro a 10°, se extiende el codo, se supina el antebrazo
y se extienden las articulaciones de la muñeca, los dedos y la mano. A partir de
esta posición se realiza una rotación externa del hombro. Estructuras nerviosas
afectadas: nervios mediano, musculocutáneo y circunflejo
▶Prueba 3.  Se abduce el hombro a 10°, se extiende el codo, se prona el ante-
brazo, se flexiona la mano y se abduce en dirección cubital y se flexionan los
dedos y la muñeca. Se rota el brazo hacia dentro. Estructura nerviosa afectada:
nervio radial.
▶Prueba 4.  Se va realizando una abducción progresiva de 10° a 90° y se gira la
mano hacia la oreja, de forma que el codo quede en flexión máxima y el antebrazo
en supinación. La articulación de la mano se extiende y se abduce en sentido radial
y los dedos y la muñeca se extienden. El hombro se somete a una rotación externa.
Estructuras afectadas: nervio cubital, C8 y T1.
▶Valoración.  Estas maniobras provocan un estrechamiento de los agujeros in-
tervertebrales, lo que agrava todavía más los dolores radiculares ya existentes.
La aparición de dolor local en la CC sin síntomas radiculares indica una irritación
1
Columna vertebral
22
facetaria. Los dolores en la vertiente convexa de la CC indican una disfunción mus-
cular (del músculo esternocleidomastoideo, por ejemplo).
▶Observación.  La prueba no sólo orienta sobre la causa del dolor, sino que también
indica si el tratamiento puede tener éxito (medidas de fisioterapia manual).
Prueba de estrés sobre el plexo braquial
Modificación de la prueba de Elvey para valorar las alteraciones motoras y de la
sensibilidad por compresión del plexo braquial.
▶Procedimiento.  El paciente permanece sentado y abduce y realiza rotación
externa de ambos brazos, hasta que siente dolor o no puede proseguir. En ese
momento baja los dos brazos, hasta que desaparezcan los síntomas. El explorador,
situado detrás del paciente, fija ambos brazos en esta posición y pide al paciente
que realice una flexión lenta de la articulación del codo y trate de colocar las
manos en la nuca.
▶Valoración.  Cuando los síntomas se reproducen cuando se flexiona el codo, la
prueba se considera positiva. En esta exploración se valoran principalmente el
nervio cubital y las raíces nerviosas C8 y T1. Cuando aumenta la flexión (flexión
de la cabeza), aumentan los síntomas.
Fig. 1.21 a-d 
Prueba de Elvey
(prueba de estrés
sobre la extremidad
superior).
a	 Prueba 1.
b	 Prueba 2.
c	 Prueba 3.
d	 Prueba 4.
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▶Observación.  En una variante de la prueba el paciente abduce el brazo a 90° con
la articulación del codo en flexión completa. A continuación extiende el codo. Un
resultado positivo de la prueba con síntomas radiculares indica posible lesión del
plexo braquial (signo de Bikele).
Prueba de caudalización del hombro
▶Procedimiento.  El paciente permanece sentado y en esta posición se presiona
sobre los hombros en dirección caudal y se realiza una flexión lateral de la columna
cervical hacia el lado opuesto. Siempre se debe realizar la prueba bilateral.
Fig. 1.22 a-d  Prueba de estrés sobre el plexo braquial.
a	 Abducción y rotación externa.
b	 Flexión del codo y colocación de las manos en la nuca.
c	 Signo de Bikele: abducción del brazo a 90° manteniendo el codo en flexión completa.
d	 Signo de Bikele: extensión de la articulación del codo.
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Columna vertebral
24
▶Valoración.  La aparición de síntomas radiculares indica una adherencia en el saco
dural y/o las raíces nerviosas. Si el dolor se intensifica durante la realización de la
prueba, se deberá sospechar una compresión de las raíces nerviosas, una estenosis
de los agujeros por osteofitos, alteraciones en el saco dural o una contractura de
la cápsula articular vertebral en el lado que se está explorando. Un dolor poco
definido en el lado de la musculatura distendida indica un aumento del tono en
los músculos esternocleidomastoideo o trapecio. La reducción del dolor muscular
en el lado contrario al explorado indica una distensión o un trastorno funcional
secundario al acortamiento de los músculos.
Prueba de abducción del hombro (prueba de Bakody)
Demostración de irritación de la raíz nerviosa C4 o C5.
▶Procedimiento.  Paciente sentado o en decúbito supino. El explorador (o el propio
paciente) abduce los hombros, flexiona la articulación del codo y apoya la cara
interna de la mano sobre la parte central de la cabeza.
▶Valoración.  El resultado se considera positivo cuando los signos de irritación de
las raíces nerviosas mejoran o desaparecen. Para identificar qué raíces nerviosas se
afectan, se deberán valorar otros hallazgos clínicos (distribución por dermatomas).
Esta prueba explora exclusivamente las raíces nerviosas C4 a C6.
Fig. 1.23 a y b  Prueba de caudalización del hombro.
a	 Flexión lateral.
b	 Flexión lateral forzada.
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Esta prueba se conoce también como signo de Bakody. La abducción del brazo
relaja las raíces nerviosas. Cuando durante la realización de la prueba se observa
una intensificación de la irritación de las raíces nerviosas, se deberá sospechar un
síndrome del estrecho torácico (cambios en los músculos escalenos y las costillas
cervicales).
Los pacientes con síntomas radiculares moderados o graves no se pueden
colocar directamente en la posición de Bakody, por lo que deben adoptar una
postura en la que consigan un alivio de las molestias.
Prueba de compresión de Jackson
▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador se coloca de pie detrás del
paciente, coloca las manos sobre su cabeza y la mueve de forma pasiva hacia los
dos lados. Cuando la cabeza se encuentra en la posición de inclinación lateral
máxima, el explorador realiza una presión axial sobre la cabeza en dirección a la
columna con ambas manos.
▶Valoración.  La compresión axial aumenta la presión y sobrecarga los cartílagos
intervertebrales y las salidas de los nervios, además de las articulaciones faceta-
rias. Cuando se ejerce presión sobre los agujeros intervertebrales, se produce un
dolor periférico de distribución no totalmente segmentaria como consecuencia
de los cambios en las pequeñas articulaciones vertebrales. Cuando existe una
irritación en una raíz nerviosa, se produce un síndrome de dolor radicular. Un
dolor local limitado sugiere una distensión de los músculos cervicales con-
tralaterales.
Fig. 1.24  Prueba de abducción del hombro
(prueba de Bakody). 1
Columna vertebral
26
Prueba de compresión de los agujeros intervertebrales
▶Procedimiento.  Se realiza un movimiento en sentido axial/caudal de la columna
cervical partiendo de la posición neutra 0.
▶Valoración.  La presión sobre los cartílagos intervertebrales y el origen de las
raíces nerviosas, las articulaciones vertebrales pequeñas y/o los agujeros interver-
tebrales refuerza los síntomas radiculares segmentarios. La aparición de síntomas
difusos no segmentarios se considera sugestiva de una alteración funcional liga-
mentosa o articular (articulaciones vertebrales pequeñas).
Prueba de compresión en flexión
▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador se coloca detrás del paciente y
flexiona la cabeza y la columna cervical. A continuación, desde la región occipital,
realiza un movimiento de la columna cervical en sentido axial caudal.
▶Valoración.  Se trata de una prueba adecuada para valorar la integridad de los
cartílagos intervertebrales. Cuando existe un prolapso posterolateral de un disco, la
flexión lo desplaza hacia posterior y esto aumenta la compresión de la raíz nerviosa.
Fig. 1.25 a y b  Prueba de compresión de Jackson.
a	 Inclinación lateral hacia la derecha.
b	 Inclinación lateral hacia la izquierda.
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27
El aumento de los síntomas radiculares se considera indicio de una lesión de los
cartílagos posterolaterales.
La flexión de la cabeza reduce sobre todo la sobrecarga de las articulaciones
facetarias y puede mejorar un dolor, sobre todo de origen degenerativo. La apa-
rición de más dolor se puede deber a una lesión de las estructuras ligamentosas
dorsales.
Prueba de compresión en extensión
▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador se coloca detrás del paciente. Se
inclina la cabeza y la columna cervical unos 30° en sentido dorsal. En ese momento
el explorador ejerce sobre la cabeza una presión axial en dirección caudal.
▶Valoración.  Esta prueba valora la integridad de los cartílagos. Si existe un pro-
lapso posterolateral de los cartílagos con anillo fibroso intacto, las molestias
disminuirán porque la presión se ejercerá sobre todo a nivel ventral. Si el dolor
aumenta sin síntomas radiculares, generalmente se tratará de una irritación de las
articulaciones intervertebrales como consecuencia de la ausencia de movimientos
de deslizamiento debido a cambios degenerativos.
Fig. 1.26  Prueba
de compresión de los
agujeros intervertebrales.
Fig. 1.27  Prueba
de compresión en
flexión.
Fig. 1.28  Prueba
de compresión en
extensión.
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Columna vertebral
28
Signo de Lehrmitte
Distingue las lesiones por irritación de las raíces nerviosas periféricas y el daño
medular.
▶Procedimiento.  El paciente se sienta sobre la camilla de exploración con las
piernas extendidas encima de ella. El explorador coge un pie del paciente con
una mano y apoya la otra sobre la nuca del mismo. A un tiempo levanta la pierna
extendida cogiéndola por el tobillo y flexiona la columna cervical con la mano.
▶Valoración.  La prueba se interpreta como positiva cuando aparece un dolor
intenso, que se irradia hacia la extremidad superior o inferior. La aparición de este
dolor indica una irritación dural o meníngea a nivel medular (irritación radicular)
y en algunas circunstancias también sugiere una mielopatía cervical.
Cuando el paciente flexiona de forma activa la cabeza en dirección al tórax, se
habla de la denominada prueba de Soto-Hall. La flexión máxima de las vértebras
cervicales provoca una gran tensión sobre la médula espinal.
▶Observación.  Un signo de Lerhmitte positivo sugiere una estenosis del conducto
vertebral cervical. El paciente describe un dolor súbito generalizado como una
descarga en los brazos y la espalda, sobre todo al inclinar la cabeza.
La estenosis del conducto cervical aparece principalmente por una espondilosis
o espondiloartrosis secundaria a una degeneración de los discos intervertebrales.
Los síntomas aparecen de forma indolente. Entre los síntomas precoces se incluyen
alteraciones sensitivas en las manos, trastornos de la marcha y falta de habilidad
en las manos (alteraciones en la capacidad motora fina, la escritura o la prensión).
Otros síntomas son unos reflejos musculares espásticos y exagerados y signos
piramidales.
El diagnóstico diferencial incluye los siguientes procesos patológicos:
j	 Lesión del plexo braquial.
j	 Síndrome de irritación radicular cervical.
j	 Esclerosis múltiple.
j	 Tumor intravertebral.
j	 Esclerosis lateral amiotrófica.
Fig. 1.29  Signo de Lehrmitte.
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Pruebas para la columna torácica (CT)
Los dolores localizados en la columna torácica (segmentarios-vertebrales) pueden
ser causados por trastornos vertebrales, pero también se pueden relacionar con
estructuras situadas dentro del tórax (p. ej., perforación gástrica). Las lesiones
degenerativas, inflamatorias, tumorales y traumáticas cursan con molestias en la
columna torácica, que con frecuencia se asocian a alteraciones en las estructuras
nerviosas. Los síndromes radiculares secundarios a un prolapso del disco interver-
tebral son menos frecuentes. La estenosis del conducto vertebral torácico provoca
una disfunción sensitiva bilateral, que también puede comprometer la función
motora (paresia, paraespasticidad).
Signo de Adam
Valoración de una escoliosis funcional o estructural.
▶Procedimiento.  Paciente en bipedestación o sedestación. El explorador se sitúa
de pie detrás del paciente y le pide que se incline hacia delante.
▶Valoración.  Esta prueba se puede realizar en pacientes con una escoliosis evi-
dente de causa desconocida o en pacientes que tienen antecedentes familiares de
este proceso como parte de una exploración profiláctica. Si la profilaxis reduce
o corrige la inclinación escoliótica, la escoliosis se considerará funcional. Si la
deformidad escoliótica persiste con aparición de un abombamiento en el tórax o
la zona lumbar, la alteración será estructural.
Fig. 1.30 a y b  Signo de Adam.
a	Bipedestación.
b	 Inclinación hacia delante.
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Columna vertebral
30
Prueba del deslizamiento
▶Procedimiento.  Se pide al paciente que se arrodille y que se incline hacia el suelo
con los brazos en la máxima extensión posible.
▶Valoración.  Cuando existe una deformidad cifótica de la columna torácica, este
movimiento la corrige. Si persiste la cifosis, se tratará de una deformidad fija.
Pruebas de función segmentarias de la columna torácica
en extensión/flexión
▶Procedimiento.  Paciente sentado. Se le pide que ponga las manos detrás de la
nuca. El explorador le sujeta con una mano los brazos flexionados hacia delante.
▶Valoración.  El explorador puede palpar cada uno de los segmentos de movi-
miento y valorar las alteraciones funcionales segmentarias en los movimientos de
inclinación lateral, flexión, extensión y rotación pasiva. Esta misma técnica permite
la exploración segmentaria de la columna lumbar.
Fig. 1.31  Prueba del deslizamiento.
Fig. 1.32 a y b  Pruebas de función segmentaria de la CT.
a	Flexión.
b	Extensión.
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31
Pruebas para la columna lumbar (CL)
Las enfermedades de la columna lumbar, con las correspondientes alteraciones
neurológicas asociadas, suelen deberse en la mayor parte de los casos a alteracio-
nes degenerativas de los tejidos de los discos intervertebrales con cambios reactivos
secundarios en las articulaciones vertebrales y en los platillos vertebrales superior
e inferior de los cuerpos vertebrales. Con menos frecuencia las molestias de la
columna se deben a lesiones traumáticas directas o indirectas de la médula espinal.
El síndrome radicular lumbar se suele deber a una protrusión o herniación
del disco intervertebral con irritación de los nervios raquídeos. Estas lesiones
suelen afectar a los niveles vertebrales L4/L5 (raíz L5 y, con menos frecuencia,
L4) y L5/S1 (raíz S1).
Los procesos degenerativos evolucionados conducen con la edad a una estenosis
del conducto vertebral por afectación osteoligamentosa delimitada. Desde un
punto de vista clínico aparecen dolores lumbares y síntomas dependientes de la
sobrecarga en las piernas (claudicación).
En general, el paciente desarrolla durante muchos años dolores lumbares pro-
gresivos que se irradian hacia las extremidades inferiores y ocasionan síntomas
inespecíficos, como sensación de pesadez o fatiga. Cuando el proceso evoluciona,
aparecen deficiencias neurológicas como hipoestesias o paresias y al final se
desarrollan síntomas permanentes, que pueden culminar en el síndrome de la
cola de caballo. Se limita la capacidad de caminar del paciente. Las molestias
pueden mejorar en posiciones que reducen la hiperlordosis porque el cuerpo se
inclina, como montar en bicicleta o empujar un carro de la compra. A diferencia
de lo que sucede en las enfermedades secundarias a oclusión arterial, detener la
Fig. 1.33  Referencias óseas de la columna
lumbar y la región de la pelvis.
1	 Apófisis espinosa.
2	 Cresta sacra.
3	Cóccix.
4	 Tuberosidad isquiática.
5	 Articulación facetaria.
6	 Apófisis transversa.
7	 Línea interespinosa-espacio del disco L4/L5.
8	 Cresta ilíaca.
9	 Espina ilíaca anterosuperior.
10	 Espina ilíaca posterosuperior.
11	 Articulación de la cadera.
12	 Trocánter mayor.
13	Fémur.
1
Columna vertebral
32
marcha no alivia los síntomas y los pacientes tienen que sentarse. Pueden montar
en bicicleta durante mucho tiempo. Se deben valorar los pulsos periféricos para
el diagnóstico diferencial entre la claudicación de origen vascular y neurogénico.
En la claudicación de origen vascular el paciente no puede montar en bicicleta de
forma ilimitada. Cuando camina, el paciente no tiene que sentarse, le basta con
pararse y luego retomar la marcha («enfermedad de los escaparates»).
Prueba de relajación
Diferenciación entre dolor de origen lumbar y sacroilíaco.
▶Procedimiento.  Decúbito prono. El explorador flexiona la rodilla del paciente y
trata de acercar el talón lo más posible al glúteo. Primero el paciente debe permitir
de forma pasiva el movimiento de la rodilla, pero luego debe tratar de extender la
pierna contra la resistencia ejercida por la mano del explorador.
▶Valoración.  Durante la realización de la prueba en primer lugar se produce
tensión sobre la articulación sacroilíaca, luego a nivel lumbosacro y por último en
la columna lumbar. Esta prueba se debe realizar ante la sospecha de lesiones en los
ligamentos de la pelvis y los discos intervertebrales. La aparición de dolor en la
articulación sacroilíaca o la región lumbar o lumbosacra sin irradiación radicular
del mismo sugiere cambios degenerativos y/o insuficiencia ligamentosa, mientras
que la aparición de dolor radicular sugiere una lesión del disco intervertebral.
Si aparece un dolor radicular ipsilateral en la columna lumbar, la región glútea o
la cara posterior del muslo, se sospechará una lesión radicular en los nervios L2/L3.
Durante esta exploración se produce tensión sobre el nervio femoral. Cuando
aparece dolor o alteraciones en la cara lateral del muslo, se deberá sospechar un
acortamiento o lesión del cuádriceps o una irritación del nervio femoral.
Prueba de percusión sobre las apófisis espinosas
Valoración de un síndrome medular lumbar.
▶Procedimiento.  El paciente está sentado ligeramente inclinado hacia delante. Con
el martillo de exploración de los reflejos, el explorador percute sobre las apófisis
espinosas lumbares y la musculatura paravertebral.
▶Valoración.  El dolor localizado indica irritación del correspondiente segmento
medular como consecuencia de alteraciones inflamatorias degenerativas, mientras
que un dolor radicular sugiere una lesión de los discos intervertebrales.
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Signo del psoas
Aclara el origen de un dolor lumbar.
▶Procedimiento.  El paciente se encuentra en decúbito supino y eleva la pierna
extendida. El explorador aplica una presión súbita sobre la cara anterior del muslo.
▶Valoración.  Esta presión súbita y rápida ejercida sobre el tercio distal del mus­
lo produce una contracción refleja del músculo iliopsoas con tracción sobre las
apófisis transversas de la columna lumbar. Aparece dolor en las enfermedades
de la columna lumbar (espondiloartrosis, espondilitis, hernia de disco) o de la
articulación sacroilíaca.
Fig. 1.34  Prueba de relajación. Fig. 1.35  Prueba de percusión sobre
las apófisis espinosas.
Fig. 1.36  Signo del psoas.
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Columna vertebral
34
Prueba de caída de la pierna de Lasègue
Clasificación del dolor lumbar.
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. El explorador realiza la prueba
igual que si fuera a explorar el signo de Lasègue en el lado afectado. Eleva la pierna
del paciente hasta que éste siente dolor. En ese momento quita las manos y «deja
caer la pierna».
▶Valoración.  La súbita e inesperada liberación de la pierna produce una con-
tracción refleja de los músculos de la espalda y el glúteo. En primer lugar se produce
una tensión sobre el músculo iliopsoas, que tracciona de las apófisis transversas
de la CL. Aparecerá dolor cuando existe una enfermedad vertebral lumbar (es-
pondiloartrosis, espondilitis, hernia de disco) o de la articulación sacroilíaca
(compárese con el signo del psoas).
Se debe establecer un diagnóstico diferencial con los dolores viscerales, cau-
sados, por ejemplo, por una apendicitis, porque estos dolores se pueden agravar
mucho al realizar esta prueba.
Prueba del resorte I
Localización de las alteraciones funcionales en la columna lumbar.
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito prono. El explorador palpa con los dedos
índice y medio las apófisis espinosas y las láminas de los cuerpos vertebrales
correspondientes. Con la superficie cubital de la otra mano, que se debe colocar
perpendicular encima de los dedos que realizan la palpación, se dan golpes des-
lizantes en sentido dorsoventral que se transmiten a las apófisis espinosas o las
láminas de los cuerpos vertebrales explorados a través de los dedos.
Fig. 1.37  Prueba de caída de la pierna
de Lasègue.
Fig. 1.38  Prueba del resorte I.
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▶Valoración.  Cuando la función articular está conservada, las apófisis espinosas
o las láminas ceden con suavidad.
Cuando se observa ausencia de elasticidad o ésta es demasiado importante
se deberá sospechar una alteración segmentaria de la movilidad, que puede ser
un bloqueo o una hipermovilidad. En otras ocasiones se trata de una prueba de
provocación, sobre todo del ligamento longitudinal posterior, con la que se produce
un dolor intenso, profundo, sordo y mal localizado típico de esta estructura.
Prueba de hiperextensión
Indicación de un síndrome lumbar.
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito prono. El explorador le sujeta las dos
piernas y le pide que trate de levantar la parte superior del cuerpo.
En la segunda fase de la exploración, el explorador realiza una extensión pa-
siva de la columna y añade un movimiento de rotación. La otra mano debe estar
colocada sobre la columna lumbar y trata de determinar, además de la movilidad
de la columna lumbar, la altura del punto doloroso.
Fig. 1.39 a y b  Prueba
de hiperextensión.
a	 Hiperextensión activa.
b	 Hiperextensión pasiva
y movimiento de
rotación.
1
Columna vertebral
36
▶Valoración.  Cuando existe una disfunción segmentaria de la columna cervical,
la extensión activa de la columna lumbar condiciona la aparición o intensificación
del dolor. Mediante la extensión pasiva con rotación adicional de la columna, el
explorador consigue valorar las limitaciones del movimiento segmentarias y/o
regionales. Si se produce una interrupción brusca del movimiento, se deberán
sospechar alteraciones degenerativas, mientras que si la detención es más suave
se deberá considerar un acortamiento del músculo longísimo torácico o iliocostal
lumbar.
Prueba de carga sobre una pierna (prueba de la cigüeña,
prueba de extensión lumbar)
Valoración de las disfunciones de las articulaciones vertebrales.
▶Procedimiento.  El paciente extiende la columna lumbar apoyándose sobre una
pierna. La prueba se hace flexionando la otra pierna.
▶Valoración.  Cuando aparece dolor en la espalda, la prueba se considera positiva.
Estas molestias se pueden deber a una fractura de estrés intraarticular (espondi-
lolistesis). Cuando la fractura es unilateral, la prueba genera más dolor en el lado
afectado. Si se asocia el movimiento de extensión con otro de rotación, la causa
del dolor será una irritación de la carilla articular (artrosis de las articulaciones
facetarias) en el lado hacia el que se produce el giro de la rotación.
Fig. 1.40  Prueba de carga sobre una pierna.
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Prueba de inclinación anterior asistida (prueba del cinturón)
Diferenciación entre los dolores lumbares y sacroilíacos.
▶Procedimiento.  Paciente en bipedestación. El explorador se coloca detrás del
paciente y le pide que se incline hacia delante, hasta el punto en que sienta dolor
lumbosacro. El paciente vuelve a enderezarse y se le pide de nuevo que se incline
hacia delante, pero esta vez el explorador apoya la pelvis contra su muslo y dirige
el movimiento, cogiendo al paciente por la cintura.
▶Valoración.  Para la inclinación se necesita una articulación sacroilíaca y lumbosa-
cra normal a nivel funcional y también se deben mover todos los segmentos lum-
bares. Cuando aparece dolor durante el movimiento espontáneo de la articulación,
se deberá sospechar un síndrome de la articulación sacroilíaca, que desaparece o
mejora cuando se deja fija la pelvis.
Cuando existen cambios en la región lumbar, el dolor se produce tanto con el
movimiento libre como con el asistido.
Fig. 1.41 a y b  Prueba de inclinación anterior asistida.
a	 Movimiento de inclinación libre.
b	 Movimiento de inclinación asistida.
1
Columna vertebral
38
Síndrome por compresión de las raíces nerviosas
El prolapso de los discos intervertebrales produce principalmente los denominados
síndromes de compresión nerviosa con dolores radiculares. Los dolores pélvicos o
de las piernas se suelen acentuar al toser, estornudar o hacer fuerza con el abdomen
e incluso al caminar. La movilidad de la columna se ve limitada principalmente por
el dolor y los músculos lumbares aparecen distendidos. Es frecuente que aparezcan
lesiones motoras y sensitivas.
Con frecuencia se puede localizar la raíz nerviosa afectada mediante la des-
cripción de la localización de las parestesias y la zona a la que se irradia el dolor
según los dermatomas.
Los prolapsos o hernias de los discos intervertebrales son frecuentes en L4 y
L5, más raros en L3 y muy poco frecuentes en L1 y L2.
El signo de Lasègue suele ser positivo (ya a partir de 20-30°) en los pacientes
con compresión de las raíces nerviosas L5 y S1 (ciatalgia típica). En estos casos no
es raro que la elevación pasiva de la pierna sana provoque o acentúe dolores en la
pelvis y la pierna afectada (Lasègue cruzado). Cuando se produce una compresión
radicular entre L1 y L4 con afectación del nervio femoral, el signo de Lasègue no
suele ser tan positivo.
En pacientes con irritación del nervio femoral se suele encontrar el signo de
Lasègue invertido o el dolor por tensión del nervio femoral.
Es preciso distinguir el dolor seudorradicular del verdadero dolor radicular,
o ciatalgia. Los dolores seudorradiculares suelen estar peor delimitados que los
radiculares. El síndrome facetario (artrosis de la columna), el síndrome de la
articulación sacroilíaca, las espondilolistesis dolorosas, la estenosis del conducto
vertebral y el denominado síndrome posdiscotomía (situación que se produce
tras la intervención sobre un disco) suelen asociarse a dolores seudorradiculares.
En las pruebas neurodinámicas se valora la extensibilidad mecánica y/o la com-
presión de estructuras neuronales de la columna lumbar. Dentro de este grupo
se incluyen la prueba de la flexión, la prueba de Lasègue (elevación de la pierna
extendida), el signo de Lasègue invertido y la prueba de estrés femoral.
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Fig. 1.42  Inervación segmentaria de la piel (según Hansen-Schliack).
1
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Tabla 1.2  Signos de la patología radicular.
Raíz Dermatoma Músculos
con paresia
Reflejos
Dolor Alteraciones de
la sensibilidad
L2
L1/L2
Extraforaminal:
L2/L3
Unión entre
CT y CL
ASI
Pelvis
Ingle
Parte proximal
medial del
muslo
Ingle
Parte proximal
ventral y medial
del muslo
Paresia del
músculo iliopsoas
Músculo
cuádriceps
femoral
Aductores (leve)
Debilidad
del reflejo
cremastérico
y del reflejo
rotuliano (RR)
L3
L2/L3
Extraforaminal:
L3/L4
Parte superior
de la CL
Parte proximal
ventral del
muslo
Desde la cara
ventral a la
interna del
muslo hasta
alcanzar la
rodilla en
sentido distal
Paresia del
músculo iliopsoas
Músculo
cuádriceps
femoral
Aductores (leve)
Ausencia
del RR (o
debilidad)
L4
L2/L3
Extraforaminal:
L3/L4
CL
Parte ventral
y lateral del
muslo
Cadera
Desde la cara
externa del
muslo hasta la
cara interna de
la pierna y el
dorso del pie
Paresia del
músculo
cuádriceps femoral
Músculo tibial
anterior (difícil
caminar grandes
distancias)
Debilidad
del RR
L5
L4/L5
Extraforaminal:
L5/S1
CL
Parte dorsal
del muslo
Parte lateral
de la pierna
y cara medial
del pie
Ingle
Cadera
Desde la parte
lateral de la
pierna hasta
la cara medial
del pie (dedo
gordo)
Paresia de
los músculos
extensores largo
y corto del dedo
gordo
Músculo extensor
corto y largo de
los dedos (difícil
caminar grandes
distancias)
Reducción de
los reflejos del
tibial posterior
(sólo se puede
considerar
significativo
cuando se
provoca bien
en el lado
contrario)
S1
L5/S1
CL
Parte dorsal
del muslo
Parte lateral y
posterior de la
pierna
Cara lateral del
dorso del pie y
la planta
Ingle
Cadera
Coxis
Parte posterior
del muslo y la
pierna
Cara lateral del
dorso del pie y
la planta (dedo
meñique)
Paresia de
los músculos
peroneos y
tríceps sural
(difícil caminar de
puntillas, giro del
pie hacia fuera)
Debilidad o
desaparición
del reflejo de
Aquiles
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Prueba de la inclinación (prueba de Slump)
▶Procedimiento.  El paciente se sienta recto en una camilla de exploración y deja
las piernas colgando. En el primer paso de esta prueba se le pide que «deje caer»
la columna torácica y lumbar (inclinación). En esta posición el explorador coloca la
cabeza del paciente en posición neutra y con el antebrazo derecho empuja los
hombros del paciente para aumentar la flexión de la columna torácica y lumbar,
al tiempo que pide al paciente que flexione lo máximo que pueda la cabeza y la CC.
El explorador fuerza la presión en los tres segmentos de la columna y al tiempo
realiza una flexión dorsal máxima del pie del paciente con la otra mano. Al mismo
tiempo se indica al paciente que extienda la rodilla todo lo que pueda.
Fig. 1.43 a-c  Prueba de la
inclinación (prueba de Slump).
a	 Posición de partida.
b	 Flexión de la CC.
c	 Flexión dorsal del pie y extensión
de la articulación de la rodilla.
1
Columna vertebral
42
A continuación se repite la prueba con la otra pierna y, si es posible, de forma
simultánea con las dos piernas.
▶Valoración.  La prueba puede provocar un pinzamiento/irritación de la dura y/o
las raíces nerviosas con aparición de un dolor irradiado (en el territorio del nervio
ciático, por ejemplo).
Si el paciente no puede extender la rodilla debido al dolor, el explorador deberá
reducir la presión sobre la CC y pedir al paciente que trate de extender la cabeza
lentamente. Si con esta maniobra el paciente es ya capaz de extender la rodilla sin
dolor o con menos dolor, se dice que el resultado de la prueba es positivo y existe
afectación de estructuras neurales.
Durante la prueba pueden aparecer dolores que plantean un diagnóstico dife-
rencial estrecho, en el que se incluyen dolores por artrosis de las articulaciones
facetarias, acortamiento de los músculos isquiocrurales y limitaciones de la mo-
vilidad en la articulación de la rodilla.
Signo de Lasègue (prueba de elevación
de la pierna extendida)
Demostración de una irritación de las raíces nerviosas.
▶Procedimiento.  El explorador eleva la pierna del paciente con la rodilla extendida
lentamente hasta el punto en el que el paciente siente dolor.
▶Valoración.  La aparición de dolor en la cadera y la rodilla indica irritación
nerviosa (prolapso del disco intervertebral, tumor). Sin embargo, sólo se puede
considerar que el signo de Lasègue es auténticamente positivo cuando el dolor se
transmite hacia la pierna siguiendo el territorio de inervación sensitiva/motora
de la raíz nerviosa afectada.
El paciente con frecuencia trata de aliviar el dolor elevando la pierna del lado
explorado.
Se debe realizar una valoración del grado de elevación que alcanza la pierna para
estimar la gravedad de la irritación de las raíces nerviosas (un Lasègue verdadero
de 60° o menos).
También se puede producir un dolor ciático si se aduce y se rota internamente
la rodilla con la pierna flexionada. Esta maniobra se conoce como signo de Bonnet
o del piriforme (la aducción y la rotación interna de la pierna traccionan del nervio
cuando atraviesa el músculo piriforme).
El dolor ciático que aumenta cuando se eleva la cabeza (signo de Kernig) y/o
se realiza una flexión dorsal pasiva del dedo gordo del pie (signo de Turyn) se
considera indicio de clara irritación del ciático (dx dif.: meningitis, hemorragia
subaracnoidea, meningitis carcinomatosa).
Un dolor que aumenta lentamente cuando se eleva la pierna en la región sacra
o de la columna lumbar o un dolor que se irradia hacia la cara dorsal del muslo
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se suelen considerar indicio de artrosis de la articulación (síndrome facetario), de
irritación de los ligamentos de la cadera (tendinosis) o de aumento de la tensión
(acortamiento) de los músculos isquiocrurales (si la interrupción del movimiento
es suave, se debe sospechar afectación del lado contralateral). Este dolor que se
denomina seudorradicular (seudosigno de Lasègue) debe ser diferenciado de una
ciatalgia clara (signo de Lasègue).
En general la pierna extendida se puede elevar entre 15° y 30° en relación
con la articulación coxofemoral antes de que aparezca tracción sobre las raíces
nerviosas en los agujeros intervertebrales. Cuando el dolor aparece a partir
de 60°, se puede sospechar un dolor de origen articular vertebral (articulaciones
facetarias) o sacroilíaco.
Es importante diferenciar si el dolor se origina en las articulaciones, los tejidos
blandos o las raíces nerviosas.
Cuando el dolor al elevar la pierna aparece en el lado contralateral, se deberá
sospechar un prolapso del disco o un tumor. Este signo se describe como signo
cruzado y suele aparecer en prolapsos de los discos grandes de localización
medial-central.
El signo de Lasègue y el signo cruzado indican el grado de afectación del
disco intervertebral. Muchos pacientes con prolapso central amplio del disco
son candidatos a cirugía, sobre todo cuando tienen alteraciones a nivel vesical
o intestinal.
En los pacientes que no pueden permanecer tumbados en decúbito supino, se
puede realizar la exploración en decúbito lateral. El paciente se tumba sobre el
Fig. 1.44  Signo
de Lasègue.
1
Columna vertebral
44
lado sano y se le flexiona la pierna hasta 90° en las articulaciones de la rodilla y
coxofemoral. La columna puede estar extendida o ligeramente flexionada, según
la susceptibilidad del paciente. El explorador extiende lentamente la articulación
de la rodilla del paciente en el lado afectado. La aparición de dolor o resistencia
al movimiento durante la extensión de la articulación de la rodilla se interpreta
como un resultado positivo de la prueba.
También puede resultar imposible elevar la pierna desde la cadera cuando el
paciente trata de forma voluntaria de empujar la pierna hacia abajo contra la resis-
tencia del explorador. Esta conducta se da en pacientes que ya tienen experiencia
con esta exploración médica (v. prueba de Lasègue en sedestación).
Signo de Lasègue invertido (prueba de estrés femoral)
Valoración de una irritación de las raíces nerviosas.
▶Procedimiento.  Decúbito prono. El explorador eleva la pierna flexionada a nivel
de la rodilla respecto de la camilla de exploración.
▶Valoración.  La hiperextensión de la cadera con la rodilla flexionada provoca
una tracción sobre el nervio femoral y la aparición de un dolor radicular
unilateral o bilateral a nivel renal o en la cara anterior del muslo (con menos
frecuencia también de la pantorrilla) se considera indicativa de una irritación
de las raíces nerviosas (p. ej., prolapso del disco intervertebral) del segmento
vertebral L3/L4. Se debe distinguir de los trastornos en los que se produce un
acortamiento del músculo recto femoral o del músculo psoas por artrosis de
cadera.
La prueba de Lasègue invertida o prueba de estrés femoral también se puede
realizar en decúbito lateral. El paciente se tumba sobre el lado no afectado.
El explorador flexiona suavemente las articulaciones de la rodilla y coxofemoral
del lado afectado y fija con una mano la pelvis y con la otra sujeta la rodilla del
paciente y aumenta la extensión de la cadera al tiempo que aumenta la flexión de
la rodilla.
La aparición de un dolor radicular en la superficie anterior del muslo indica
irritación de la raíz nerviosa.
Igual que sucede con el signo de Lasègue, los síntomas pueden afectar al lado
contralateral. Si esto ocurre, se dice que existe un signo de estrés femoral cruzado.
Los dolores que se localizan en la superficie medial del muslo y en la región de
la cadera/ingle sugieren un origen en L3, mientras que los dolores que afectan a la
superficie anterior de la pierna indican un origen en L4.
Esta prueba se parece a la prueba de Ober para valoración de un acortamiento/
contracción de la cintilla iliotibial. Cuando existe un acortamiento/contracción de
esta estructura no se puede realizar una aducción potente de la pierna y a menudo
no existe dolor. Si existe dolor, se localizará con frecuencia en el trocánter mayor
y distal por encima del cóndilo lateral.
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Los dolores del nervio femoral suelen tener una anamnesis distinta y general-
mente son más extensos y se distribuyen siguiendo un dermatoma.
▶Observación.  El prolapso del disco intervertebral L3-L4 se asocia a debilidad del
músculo cuádriceps con ausencia o disminución del reflejo rotuliano.
Fig. 1.45 a y b  Signo
de Lasègue invertido.
a	 Posición de partida.
b	Hiperextensión
de la cadera.
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Columna vertebral
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Signo de Bonnet (signo del piriforme)
▶Procedimiento.  Decúbito supino. El explorador aduce y rota en sentido interno
la pierna con flexión de las articulaciones de la rodilla y coxofemoral.
▶Valoración.  El signo de Lasègue aparece antes cuando el explorador realiza esta
maniobra. El nervio se estira todavía más mientras atraviesa el músculo piriforme
y esto hace que se intensifique el dolor.
Signo de Lasègue-Moutaud-Martin (Lasègue cruzado)
Valoración de una irritación de las raíces nerviosas.
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. El explorador eleva la pierna no
dolorosa con la rodilla extendida.
▶Valoración.  Cuando existe un prolapso del disco intervertebral con irritación de
las raíces nerviosas, aunque se eleve la pierna sana, la realización de este movi-
miento hace que se produzca dolor de tipo ciático en la pierna afectada porque se
mueve el segmento afectado de la columna.
Signo de Bragard
Valoración de un síndrome de compresión radicular; diagnóstico diferencial entre
el Lasègue verdadero y el seudo-Lasègue.
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. El explorador sujeta con una mano
el talón y con la otra coge la rodilla desde ventral. En esta posición eleva lentamente
Fig. 1.46  Signo de Bonnet. Fig. 1.47  Signo de Lasègue-Moutaud-Martin.
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la pierna con la rodilla extendida. Cuando aparece un dolor de tipo Lasègue, se
deja caer la pierna hasta que no se perciba dolor y en esa posición se realiza una
flexión dorsal enérgica del pie, que suele volver a desencadenar el dolor ciático.
▶Valoración.  Si el signo de Bragard se considera positivo, se deberá sospechar una
compresión radicular localizada entre L4 y L5.
Un dolor inespecífico más sordo localizado en la cara posterior del muslo y que
se irradia hacia la articulación de la rodilla indica una irritación por distensión de
los músculos isquiocrurales y no se debe considerar un signo de Lasègue positivo.
La sensación de tensión en la pantorrilla se puede deber a tromboflebitis,
trombosis o contractura del músculo gastrocnemio.
El signo de Bragard permite demostrar si el paciente es un simulador. Cuando
es así, este signo suele ser negativo.
Fig. 1.48 a y b  Signo
de Bragard.
a	 Posición de partida.
b	 Flexión dorsal del pie.
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Columna vertebral
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Diagnóstico diferencial según Lasègue
Diagnóstico diferencial entre la ciatalgia y las lesiones de la cadera.
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. El explorador sujeta con una mano
el talón y con la otra coge la rodilla desde ventral. Se eleva lentamente la pierna
del paciente con la rodilla extendida hasta el punto en el que el paciente sienta
dolor. Se registra la localización y el tipo de dolor. Se estima el ángulo que forma
la pierna elevada antes de aparecer dolor.
Se repite la prueba y cuando se alcanza el umbral de dolor se procede a flexionar
la articulación de la rodilla.
▶Valoración.  En los pacientes con irritación del nervio ciático, la flexión de la rodi-
lla consigue una reducción importante de las molestias o su desaparición completa.
Cuando existe una lesión en la articulación coxofemoral, el dolor persiste e incluso
se agrava porque este movimiento incrementa la flexión de esta articulación.
Fig. 1.49 a y b  Diagnóstico
diferencial según Lasègue.
a	 Posición de partida.
b	 Flexión de la rodilla.
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▶Observación.  El dolor asociado a los trastornos de la articulación coxofemoral
suele aparecer en la región de la ingle y sólo de forma excepcional lo hace en la re-
gión dorsolateral de la cadera. El diagnóstico diferencial entre los dolores asociados
a la irritación de las raíces nerviosas y los trastornos de la articulación coxofemoral
sólo se puede establecer cuando el dolor se localiza a nivel dorsolateral.
Signo de Duchenne
Valoración de las lesiones de las raíces nerviosas.
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. El explorador coge el talón del
paciente con una mano y con un dedo de la otra ejerce presión sobre la cabeza
del primer metatarsiano en dirección dorsal. En esta posición se pide al paciente
que flexione el pie en dirección plantar.
▶Valoración.  Cuando existe una lesión de los discos intervertebrales con daño de
la raíz nerviosa S1, el paciente no puede oponer ninguna resistencia a la presión
del dedo. La paresia de los músculos peroneos produce una supinación del pie (por
encima del músculo tibial posterior/anterior).
Fig. 1.50 a-c  Signo de Duchenne.
a	 Posición de partida.
b	Normal.
c	Patológica.
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Columna vertebral
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Prueba de Kernig-Brudzinski
Indica una irritación nerviosa meníngea o dural.
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. Se le pide que flexione la rodilla
y la cadera. Durante la primera fase de la prueba, el explorador trata de extender
de forma pasiva la rodilla del paciente y, en la segunda, se le pide que extienda la
rodilla de forma activa.
▶Valoración.  Cuando la extensión activa o pasiva de la rodilla provoca dolor en la
región vertebral o dolor radicular en la pierna, se deberá sospechar una irritación
de una raíz nerviosa, relacionada con el prolapso de un disco intervertebral o con
un proceso inflamatorio o tumoral vertebral.
Cuando este signo es negativo en un paciente con sospecha de irritación de la
raíz nerviosa, el explorador puede aumentar la tensión sobre las raíces nerviosas y
la dura mediante la flexión pasiva de la CC del paciente. Esta maniobra se denomina
prueba de Brudzinski.
Fig. 1.51 a-c  Prueba de Kernig-Brudzinski.
a	 Posición de partida.
b	 Extensión de la rodilla.
c	 Signo de Brudzinski.
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Prueba de la marcha sobre talones y de puntillas
Diagnóstico y clasificación de las lesiones de las raíces nerviosas en la CL.
▶Procedimiento.  Se pide al paciente que se apoye primero sobre los talones y
luego sobre los dedos y que en esa posición dé unos pasos, si puede.
▶Valoración.  La incapacidad o dificultad para permanecer apoyado sobre los dedos
o caminar de puntillas indica una lesión de la raíz S1, mientras que la incapacidad
para apoyarse o caminar sobre los talones indica una lesión de L5/L4.
▶Observación.  El diagnóstico diferencial incluye la rotura del tendón de Aquiles.
En este caso será imposible apoyarse sobre los dedos, especialmente en los de la
pierna afectada.
Fig. 1.52 a y b  Prueba de la marcha sobre talones y de puntillas.
a	 Marcha sobre talones.
b	 Marcha de puntillas.
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Columna vertebral
52
Prueba de Lasègue en sedestación (prueba de reclinación)
Identificación de una irritación de la raíz nerviosa.
▶Procedimiento.  El paciente se sienta en el borde de la camilla de exploración y
se le pide que flexione la cadera con la pierna extendida.
▶Valoración.  Esta prueba se corresponde con el signo de Lasègue. Cuando existe
una irritación de la raíz nerviosa, el paciente sufre dolor, que le obliga a inclinarse
hacia atrás y apoyarse sobre los brazos. Esta prueba permite también identificar
a los simuladores. Cuando el paciente flexiona sin problemas la cadera y no se
tiene que tumbar hacia atrás, se deberá pensar en un signo de Lasègue positivo
previo. Esta prueba también la puede realizar el explorador, igual que sucede con
el signo de Lasègue; para ello flexiona la articulación coxofemoral manteniendo
la rodilla extendida.
Fig. 1.53 a y b  Prueba de Lasègue en sedestación.
a	 Inicio de la flexión de la cadera.
b	 Flexión progresiva de la cadera.
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Prueba de Hoover
Valoración de la simulación de los trastornos de la CL.
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. El explorador sujeta con una mano
un talón y luego el otro. Se pide al paciente que eleve la pierna afectada en exten-
sión desde la camilla.
▶Valoración.  Cuando el paciente no puede elevar la pierna o el explorador no
percibe presión alguna en el talón contralateral, se debe sospechar que el paciente
en realidad no está tratando de elevar la pierna o está simulando que no puede
hacerlo.
Cuando una pierna tiene realmente debilidad, la presión en el talón de la pierna
contralateral aumentará porque el paciente trata de compensar la falta de presión
en la pierna que le duele y/o está debilitada. Con frecuencia, el paciente no consigue
elevar la pierna. Se deben explorar las dos piernas para comparar.
Fig. 1.54  Signo de Hoover.
1
Columna vertebral
54
Articulación sacroilíaca (ASI)
La base de la columna la conforman los dos huesos ilíacos articulados en el sa-
cro. La unión entre estos huesos se denomina articulación sacroilíaca (ASI). Desde
el punto de vista anatómico se trata de articulaciones verdaderas y, desde el punto
de vista funcional, se consideran anfiartrosis, dado que los ligamentos gruesos y
los huesos en forma de asta y las superficies articulares irregulares sólo permiten
una amplitud de movimientos limitada. Sin embargo, como consecuencia de los
movimientos de deslizamiento entre la columna y la pelvis se pueden producir
importantes alteraciones de esta articulación, que pueden repercutir sobre el eje
corporal y las extremidades.
El bloqueo y la inestabilidad de la articulación sacroilíaca pueden ser con-
secuencia de un accidente, de una luxación o de una fractura de la pelvis, pero
también se pueden asociar a una carga asimétrica sobre la pelvis o a otros motivos.
Se puede producir dolor con el movimiento a nivel sacroilíaco, glúteo, inguinal o
en la región trocantérea, que se suele irradiar hacia la cara posterior desde S1 a la
rodilla, aunque también puede cursar como un dolor ciático. Es frecuente que se
asocie también a dolor en la parte baja del abdomen y la ingle por tensión sobre
el músculo iliopsoas. Las molestias sacroilíacas se proyectan principalmente a
nivel paravertebral en la zona sacra e ilíaca. En general se asocian a una sensación
de presión y palpitación en la zona. Existen diversas pruebas para valorar las
alteraciones funcionales de la articulación sacroilíaca, que se pueden realizar en
decúbito prono o supino.
Pruebas funcionales y de provocación para la articulación sacroilíaca:
1.	 Signo de Mennell.
2.	 Prueba del resorte «cum femore».
3.	 Prueba de la sacudida.
4.	 Fenómeno de anticipación en bipedestación/decúbito.
5.	 Longitud variable de las piernas.
6.	 Prueba de las espinas ilíacas.
7.	 Cuatro signos de Patrick (Fabere).
8.	 Prueba en tres pasos.
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Prueba para los ligamentos
Valoración funcional de los ligamentos de la pelvis.
▶Procedimiento.  Decúbito supino.
1.	 Para la valoración de los ligamentos iliolumbares, la pierna se flexiona en
las articulaciones coxofemoral y de la rodilla y se aduce hacia la articulación
coxofemoral contralateral. Mientras se realiza este movimiento, se ejerce una
presión axial sobre la articulación de la rodilla en sentido longitudinal respecto
al muslo.
2.	 Para explorar los ligamentos sacroespinosos y sacroilíacos se realiza una flexión
máxima de las articulaciones coxofemoral y de la rodilla y se aducen hacia el
hombro contralateral. Mientras se realiza este movimiento, se ejerce una presión
axial sobre la articulación de la rodilla en sentido longitudinal respecto al muslo.
3.	 Para explorar los ligamentos sacrotuberosos se realiza una flexión máxima de
las articulaciones coxofemoral y de la rodilla hacia el hombro ipsilateral.
Fig. 1.55 a y b  Ligamentos de la pelvis.
a	 Vista anterior.
b	 Vista posterior.
1, 2 Ligamentos iliolumbares.
3 Ligamento sacroespinoso.
4 Ligamento sacrotuberoso.
5 Ligamentos sacroilíacos dorsales.
6 Ligamentos sacroilíacos ventrales.
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▶Valoración.  La aparición en pocos segundos de un dolor por distensión sugiere
un acortamiento funcional con sobrecarga de los ligamentos, aunque este dolor
puede aparecer también en los bloqueos o la hipermovilidad de las articulaciones
sacroilíacas.
El dolor por distensión de los ligamentos iliolumbares se proyecta hacia la
región inguinal (dx dif. con las enfermedades de las articulaciones coxofemorales);
el de los ligamentos sacroespinosos o sacroilíacos se propaga al dermatoma S1
(superficie laterodorsal de la cadera hasta la rodilla), y el de los ligamentos sa-
crotuberosos se irradia a la cara dorsal del muslo.
Fig. 1.56 a-c  Pruebas para los ligamentos.
a	 Ligamento iliolumbar.
b	 Ligamento sacroespinoso.
c	 Ligamento sacrotuberoso.
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Prueba del resorte II
Valoración de la hipermovilidad de la ASI.
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito prono. Se coloca el índice de una mano
sucesivamente sobre el polo superior a inferior de la ASI (S1/S3) de forma que
la yema del dedo quede situada sobre el sacro y la cara lateral se apoye sobre el
margen medial del ilion.
La otra mano se apoya sobre el dedo índice y se va ejerciendo lentamente una
presión en sentido ventral, que se transmite al sacro a través del dedo responsable
de la palpación.
▶Valoración.  Cuando no existen alteraciones en la ASI, ésta cede al apretar y se
produce un incremento de la distancia entre el margen posterior del ilion y el sacro,
algo que no se encuentra en los casos de bloqueo de la ASI. Cuando el deslizamiento
al realizar un movimiento relativamente lento es más difícil se deberá sospechar
una hipermovilidad de la articulación sacroilíaca. La aparición de dolor al realizar
los movimientos deberá plantear una articulación bloqueada o una articulación
hipermóvil sobrecargada (hipermovilidad dolorosa).
Fig. 1.57  Prueba del resorte II.
1
Columna vertebral
58
Prueba de Patrick (Fabere) o de los cuatro signos
Diferenciación entre las enfermedades de las articulaciones coxofemoral y sa-
croilíaca (valoración del estado de tensión de los músculos aductores).
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino, con la pierna extendida y la rodilla
contralateral flexionada. El maléolo externo de la pierna flexionada se coloca por
encima del límite superior de la rodilla de la pierna contralateral.
La prueba se puede realizar también colocando el pie de la pierna flexionada en
la parte interna de la rodilla de la otra pierna. Se deja caer la pierna flexionada hacia
fuera y, a partir de esta posición, el explorador aumenta la rotación externa,
para lo cual presiona sobre la rodilla con la mano para acercarla a la camilla de
exploración. Es preciso fijar la pierna extendida a nivel de la pelvis para evitar un
movimiento conjunto.
▶Valoración.  Normalmente, la rodilla que se encuentra colocada de este modo casi
alcanza la camilla. Se debe medir la distancia entre la rodilla y la camilla en ambos
lados. Cuando aparece una diferencia de movilidad entre los dos lados con una
limitación por dolor de la hiperaducción en pacientes que no tienen alteraciones
en la cadera ni en los aductores, se deberá sospechar un trastorno funcional de
la articulación sacroilíaca ipsilateral. Se puede diferenciar de los trastornos de la
articulación coxofemoral mediante la comprobación del movimiento de la misma
(sobre todo de la rotación) con palpación de la cápsula articular en la profundidad
de la ingle.
Fig. 1.58 a y b  Prueba de Patrick.
a	 Posición de partida.
b	 Aumento de la presión.
1
©
Elsevier.
Es
una
publicación
MASSON.
Fotocopiar
sin
autorización
es
un
delito. Columna vertebral
59
Prueba de las tres fases (prueba de hiperextensión
en tres pasos)
▶Procedimiento.  Paciente en decúbito prono. El explorador sujeta con una mano la
pierna extendida y en la primera fase la eleva, mientras coloca la otra mano en
la pelvis, en hiperextensión.
En la segunda fase fija con la misma mano el sacro paralelo a la articulación
sacroilíaca y coloca la pierna en hiperextensión. En la tercera fase fija con una
mano el cuerpo vertebral de L5 y con la otra eleva la pierna en hiperextensión.
El desplazamiento del punto de fijación con la mano en sentido craneal permite
valorar también los correspondientes segmentos superiores de la CL.
Fig. 1.59 a-c  Prueba de las tres fases
(prueba de hiperextensión en tres
pasos).
a	 Fijación del ilion.
b	 Fijación del sacro.
c	 Fijación de la CL.
1
Columna vertebral
60
▶Valoración.  En condiciones normales, el movimiento es indoloro en todas las
fases. Es posible hiperextender la articulación coxofemoral hasta 10-20°. La ar-
ticulación sacroilíaca tiene una movilidad escasa (juego articular) y la CL se deja
hiperextender en la unión lumbosacra de forma elástica (hiperlordosis).
La aparición de dolor cuando se fija el ilion (fase 1) sugiere una alteración de
la articulación coxofemoral o un acortamiento de los músculos (recto femoral y/o
psoas); el dolor asociado a la fijación del sacro indica un bloqueo de la articulación
sacroilíaca y otras enfermedades de esta articulación (p. ej., enfermedad de Bech­
terew) (fase 2: signo de Mennell); y la aparición de dolor cuando se fija la columna
cervical hace sospechar una alteración de la unión lumbosacra (bloqueo vertebral,
protrusión discal o prolapso del disco intervertebral) (fase 3).
▶Observación.  Signo de Mennell: este signo se produce durante la realización de
la segunda de las tres fases de la prueba.
Prueba de las espinas ilíacas
Valoración de la función de la articulación sacroilíaca.
▶Procedimiento.  El explorador se pone de pie detrás del paciente (en bipedes-
tación) y con los pulgares trata de localizar las espinas ilíacas posterosuperiores y
a la misma altura la cresta sacra mediana (apófisis espinosa de la vértebra sacra).
Se pide al paciente que levante la pierna ipsilateral y que flexione la rodilla hacia
delante lo máximo posible.
▶Valoración.  En condiciones normales, cuando la articulación sacroilíaca no está
bloqueada, se produce un descenso del ilion del lado explorado. La espina ilíaca
posterosuperior se desplaza durante el movimiento entre 0,5 y 2 cm como máximo
en sentido caudal. En presencia de un bloqueo de la articulación sacroilíaca, se
invierte este descenso y la espina ilíaca posterosuperior se desplaza en sentido
craneal como consecuencia del bloqueo (vuelco de la pelvis).
1
©
Elsevier.
Es
una
publicación
MASSON.
Fotocopiar
sin
autorización
es
un
delito. Columna vertebral
61
Fig. 1.60 a-c  Prueba de las espinas
ilíacas.
a	 Posición de partida.
b	 ASI libre.
c	 ASI bloqueada.
1
Columna vertebral
62
Fenómeno de anticipación (prueba de flexión
en bipedestación)
Valoración de la función de la articulación sacroilíaca.
▶Procedimiento.  El paciente se coloca en bipedestación dando la espalda al ex-
plorador. Éste palpa con los pulgares de forma simultánea las dos espinas ilíacas
posterosuperiores. Se pide al paciente que se flexione lentamente hacia delante
con los pies apoyados en el suelo y las rodillas extendidas. Se debe valorar el
movimiento de las dos espinas ilíacas cuando el paciente inclina hacia delante la
mitad superior del cuerpo. Posteriormente se debe compensar cualquier diferencia
en la posición de la pelvis por discordancia en la longitud de las piernas colocando
una tablilla debajo de la pierna más corta.
▶Valoración.  El sacro gira alrededor de un eje horizontal en relación con los ilíacos
en la articulación sacroilíaca. Este movimiento de desplazamiento del sacro se
denomina nutación.
Cuando el paciente está normal con movimientos libres de la articulación sa-
croilíaca, las dos espinas ilíacas se encuentran a la misma altura al principio y al
final del movimiento de inclinación de la espalda.
Cuando no se produce el movimiento de nutación de la articulación sacroilíaca
de un lado, la espina ilíaca posterosuperior de dicho lado se desplazará con el sacro
en sentido craneal en comparación con la contralateral.
Cuando se conserva el movimiento de nutación y se puede demostrar un fenó-
meno de anticipación, se deberá sospechar como primera alternativa un bloqueo
de la articulación sacroilíaca ipsilateral. El fenómeno de anticipación bilateral se
puede deber a un acortamiento bilateral de los músculos isquiocrurales.
▶Observación.  Al valorar el fenómeno de anticipación, se debe prestar atención
a las asimetrías de la pelvis y la articulación coxofemoral. Cualquier diferencia de
inclinación de la pelvis secundaria a una diferencia en la longitud de las piernas se
debería compensar mediante la colocación de una tabla debajo de la pierna más
corta. El fenómeno de anticipación se puede valorar también en decúbito prono
(longitud variable de las piernas).
1
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  • 1.
  • 2. Pruebas clínicas para patología ósea, articular y muscular Exploraciones, signos y síntomas ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 3.
  • 4. Pruebas clínicas para patología ósea, articular y muscular Exploraciones, signos y síntomas Klaus Buckup Johannes Buckup Con la colaboración de Hans H. Pässler 5.ª edición revisada y ampliada 600 imágenes ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 5. Edición en español de la 5.ª edición de la obra original en alemán Klinische Tests an Knochen, Gelenken und Muskeln Copyright © 2012 Georg Thieme Verlag KG Revisión científica: Dr. Mariano Núñez-Samper Pizarroso Doctor en Medicina y Cirugía Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología © 2014 Elsevier España, S.L. Travessera de Gràcia, 17-21. 08021 Barcelona, España Fotocopiar es un delito. (Art. 270 C.P.) Para que existan libros es necesario el trabajo de un importante colectivo (autores, traductores, dibujantes, correctores, impresores, editores…). El principal beneficiario de ese esfuerzo es el lector que aprovecha su contenido. Quien fotocopia un libro, en las circunstancias previstas por la ley, delinque y contribuye a la «no» existencia de nuevas ediciones. Además, a corto plazo, encarece el precio de las ya existentes. Este libro está legalmente protegido por los derechos de propiedad intelectual. Cualquier uso, fuera de los límites establecidos por la legislación vigente, sin el consentimiento del editor, es ilegal. Esto se aplica en particular a la reproducción, fotocopia, traducción, grabación o cualquier otro sistema de recuperación de almacenaje de información. ISBN edición original: 978-3-13-100995-1 ISBN edición española impresa: 978-84-458-2521-1 ISBN edición española electrónica: 978-84-458-2592-1 Depósito legal edición impresa: B. 23877-2013 Depósito legal edición electrónica: B. 23876-2013 Servicios editoriales: DRK Edición Advertencia La medicina es un área en constante evolución. Aunque deben seguirse unas precauciones de seguridad estándar, a medida que aumenten nuestros conocimientos gracias a la investigación básica y clínica habrá que introducir cambios en los tratamientos y en los fármacos. En consecuencia, se recomienda a los lectores que analicen los últimos datos aportados por los fabricantes sobre cada fármaco para comprobar la dosis recomendada, la vía y duración de la administración y las contraindicaciones. Es responsabilidad ineludible del médico determinar la dosis y el tratamiento más indicado para cada paciente en función de su experiencia y del conocimiento de cada caso concreto. Ni los editores ni los directores asumen responsabilidad alguna por los daños que pudieran generarse a personas o propiedades como consecuencia del contenido de esta obra. El editor
  • 6. v Prefacio a la quinta edición La cirugía ortopédica y traumatológica ha experimentado un rápido desarrollo en estos últimos años. El gran número de técnicas útiles disponibles, sobre todo de tipo radiológico (radiografías digitales, ecografía, tomografía computarizada y resonancia magnética), hace que con frecuencia se olvide la importancia de una buena exploración física, la mayoría de las veces en perjuicio del paciente. Sin embargo, tampoco resulta posible una adecuada valoración de la exploración funcional sin disponer de los resultados de las pruebas correspondientes. A pesar de ello, los hallazgos de la exploración clínica son fundamentales para un diagnós- tico rápido y seguro. Prueba de la realidad de esta afirmación es la popularidad que han tenido las ediciones previas de esta obra y el gran número de lenguas a las que ha sido traducida. La cuarta edición en alemán de esta obra recibió el premio Carl Rabl en 2010. Los principales criterios que se exigen a una prueba diagnóstica son la precisión, la fiabilidad y la reproducibilidad. La probabilidad de que los hallazgos de una prue- ba diagnóstica concreta sean exactos y correctos viene condicionada por factores inherentes a esta (p. ej., sensibilidad y especificidad) y también por la situación clínica en la que se usa. Dado que múltiples artículos de investigación han valorado la utilidad de prácticamente todas las pruebas, en esta obra se ha renunciado a describir de forma detallada la fiabilidad y validez de cada una de ellas. En esta obra se incluyen capítulos sobre las distintas pruebas empleadas para la valoración de las alteraciones funcionales del aparato locomotor, la trombosis venosa, la hemorragia de origen arterial y los trastornos del sistema nervioso central. Se describen los pasos de cada una de estas pruebas de forma detallada, partiendo de la colocación del paciente. Además, se recogen los posibles diagnós- ticos que pueden plantearse a partir de los resultados. En cada una de las pruebas se describen los distintos pasos más relevantes. Muchas de las pruebas que se realizan para un cuadro patológico se diferencian de forma poco llamativa, pero se llevan a cabo porque orientan la elección de otras pruebas diagnósticas más típicas del proceso. Cada una de ellas debería ser contemplada como una parte integral de la exploración global. Todos los capítulos de este libro se han revisado y actualizado. Se han introduci- do nuevas pruebas y se han tenido en consideración los comentarios de los lectores.
  • 7. Prefacio a la quinta edición vi Los capítulos están organizados por regiones corporales. Cada capítulo co- mienza con una introducción sobre la utilidad y realización de la prueba y luego sigue con un diagrama de flujo que la resume y permite una primera orientación. Este libro plantea una exploración dirigida de los pacientes, lo que permite un diagnóstico más rápido. Deseo agradecer la colaboración de la editorial Thieme, especialmente de las señoras Antje-Karen Richter, Silvia Haller y Elke Plach y del profesor Hans Pässler, que han participado en todas las fases de elaboración de esta nueva edición. Mi padre, Klaus Buckup, creador original de este trabajo, falleció durante la ela- boración de esta edición. Siempre estaré agradecido a su confianza, amor y apoyo. Johannes Buckup
  • 8. xvii Fundamentos Principios de la exploración 1. La exploración se debe realizar de forma sistemática. 2. Cuando el paciente entre en la sala de exploración, fíjese en su marcha, pos­ tura, etc. 3. Empiece preguntando: ¿cuál es el motivo de su consulta? 4. Las cuatro preguntas clave: j ¿Cuándo comenzó el dolor y cómo lo describiría? (de forma espontánea, tras un traumatismo, gradual, urente, punzante, etc.) j ¿Dónde se localiza el dolor? (local, irradiado → prolapso del disco interverte­ bral, en relación con una articulación o músculo, etc.) j ¿Cuándo percibe el dolor? (por la mañana, por la noche → depósitos de calcio en el hombro, por la tarde) j ¿En qué situación aparece el dolor? (tras el esfuerzo, en reposo, en determi­ nadas posturas, etc.) 5. Consiga la confianza del paciente explicándole qué va a buscar, por qué y de qué modo. Evite provocar de forma innecesaria y prolongada el dolor. El paciente se lo agradecerá. 6. Inspección: No toque al paciente; anote antes lo que ve. William Osler. j Postura: – Posición de los hombros. – Posición de las caderas. – Diferencias en la longitud de las piernas. – Marcha (normal, individual, patológica). – Cojera (dolor, acortamiento, parálisis, hacia el interior o el exterior). j Deformidades (axiales, contracturas de las extremidades o de la columna vertebral). j Perfil (edema, depresiones, atrofia). j Piel (pigmentación, queratosis). j Anomalías.
  • 9. Fundamentos xviii 7. Palpación: j Puntos dolorosos. j Piel (temperatura, sudoración). j Tumefacciones. j Derrame (intraarticular/extraarticular). j Protrusión (dura, tensa-elástica). j Crepitación (retropatelar → signo de artrosis). 8. Exploración articular: j Explore en primer lugar el lado sano (no afectado). De este modo se podrá valorar la movilidad articular del individuo. El paciente además experimenta cómo es la exploración y adquiere confianza. j Explore inicialmente el movimiento activo, luego el pasivo y por último la movilidad contra resistencia (documentación según el método neutro 0). j Explore la movilidad contra resistencia en una posición neutra de la articu­ lación o en una posición corporal relajada. j Explore la movilidad varias veces para poder distinguir mejor el dolor. j Explore los movimientos activos (individuales) y observe cuándo y en rela­ ción a qué movimientos se produce el dolor. Por ejemplo, si el dolor durante la abducción del hombro aparece entre 60° y 120° de movilidad, se deberá sospechar un pinzamiento subacromial. j Explore los movimientos pasivos (anatómicos). En general, éstos son algo mayores que los movimientos activos. Compare las diferencias entre ambos lados: hipomovilidad, hipermovilidad (laxitud), estable/inestable. Registre la sensación al final de los movimientos: – Ósea: limitaciones vinculadas con la presencia de osteofitos (p. ej., mo­ vilidad del codo o rotación de la columna cervical). – Elástica: sinovial, edematosa, atrapamiento del menisco. – Capsular (p. ej., hombro congelado). – Espástica (espasticidad refleja tras una lesión). j Explore la sensibilidad, la función motora, los reflejos propioceptivos y nociceptivos y los pulsos arteriales periféricos. j La exploración de los movimientos activos y pasivos debería permitirle va­ lorar la potencia muscular para descartar posibles deficiencias neurológicas. Esta exploración muscular permite valorar la potencia motora de todos los músculos sometidos a inervación voluntaria de una extremidad de forma gradual.
  • 10. Fundamentos xix Escala del rendimiento muscular activo Grado Valoración Porcentaje de potencia muscular (%) Hallazgos clínico-neurológicos 5 Normal 100 Amplitud de movimiento completa frente a resistencia intensa 4 Buena 75 Amplitud de movimiento completa frente a resistencia débil 3 Débil 50 Amplitud de movimiento completa frente a la gravedad 2 Bastante débil 25 Amplitud de movimiento completa sin el efecto de la gravedad 1 Insuficiente 10 Amplitud de movimiento incompleta durante la actividad visual o palpable 0 Nula 0 Parálisis completa, ausencia completa de contracción
  • 12. © 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 1 1  Columna vertebral Los síndromes dolorosos de la columna vertebral resultan difíciles de clasificar dada la gran variabilidad de diagnósticos diferenciales posibles. La descripción como síndrome de la columna cervical o lumbar es imprecisa y no aporta información sobre el lugar ni el tipo de alteración. Una vez obtenida la anamnesis, y antes de proceder a la exploración de la columna vertebral, hay que realizar una exploración corporal general para valorar la presencia de alteraciones externas que pueden influir sobre la propia columna. Dicha exploración se inicia con la inspección. Además de observar la posición global del cuerpo, se debe valorar la posición de los hombros y la pelvis (altura de los hombros, comparación de las dos escápulas, altura de las crestas ilíacas, in- clinación de las mismas en ambos lados) y también la silueta de la espalda (plana, encorvada, hundida). A la palpación se pueden definir las alteraciones del tono muscular, como las contracturas y las zonas de tensión muscular, y también se pueden identificar los puntos cuya presión provoca dolor. También se tiene que valorar la movilidad de la columna de forma global y segmentaria, tanto de un modo activo como pasivo. Cuando se aborda un síndrome vertebral, en primer lugar se debe determinar la localización y el tipo de alteración. Los procesos destructivos, inflamatorios o degenerativos extensos se asocian a un cuadro clínico evidente con las con- siguientes alteraciones radiológicas o de laboratorio. Los estudios radiológicos, junto con otras pruebas complementarias, permitirán establecer un diagnóstico de sospecha. La selección de las distintas pruebas complementarias dependerá de la duda diagnóstica. Por ejemplo, si se sospecha una alteración ósea será mejor elegir una tomografía computarizada que una resonancia magnética, dado que la primera tiene una buena capacidad de resolución por contraste entre el hueso y los tejidos blandos y la segunda define mejor los tejidos blandos. La clasificación clínica de los síndromes de la columna provocados por alteraciones musculares o ligamentosas resulta muy difícil. Dado que resulta complicado que los estudios radiológicos y de laboratorio sean capaces de diagnosticar el proceso patológico en este tipo de alteraciones de la columna, el diagnóstico manual terapéutico de orientación funcional adquiere una tremenda importancia. 1
  • 13. Columna vertebral 2 Se deben valorar las alteraciones cutáneas (hiperalgesia, pliegue cutáneo de Kibler), la tensión muscular, las alteraciones en la movilidad con fallo en la am- plitud articular, las alteraciones funcionales con movilidad reducida por dolor y el dolor radicular. La exploración se realiza siguiendo las distintas zonas y segmentos de la columna. Las dos vértebras vecinas se encuentran unidas por numerosos ligamentos, de forma que la amplitud de movimiento de las articulaciones intervertebrales es muy escasa. La suma total de estos movimientos en todas las articulaciones de la columna se traduce en una notable movilidad de la columna, aunque muy cambiante indi- vidualmente (fig. 1.1), y del tronco. Los principales movimientos de la columna son la flexión y la extensión en el plano mediano, la inclinación lateral o flexión lateral (en el plano frontal) y la rotación (en el eje longitudinal). La columna cervical es la que más amplitud de movimientos tiene. Es la más móvil, pero también la que más riesgo tiene de sufrir alteraciones de la columna vertebral. Aproximadamente un 50% de la flexión y la extensión tiene lugar entre el occipucio y C1; el 50% restante se reparte de forma más o menos regular entre los demás segmentos cervicales, sobre todo entre C5 y C6. Aproximadamente un 50% de la rotación tiene lugar entre C1 (atlas) y C2 (axis); el 50% restante se reparte por igual entre las otras cinco vértebras cervicales. La rotación y la flexión lateral de la columna torácica tienen lugar principalmente en la parte distal de la misma, es decir, en la columna toracolumbar. A nivel de la columna lumbar las apófisis articulares tienen una orientación principalmente sa- gital, de forma que predominan la extensión y la flexión (anteflexión y retroflexión), junto con la flexión lateral. La capacidad de rotación a este nivel está muy limitada. La exploración neurológica permite identificar puntos sensibles y paresias en las extremidades inferiores. Dentro de ella se incluye también la exploración de los reflejos musculares para valorar posibles signos de lesión nerviosa por tracción. Cuando se explore la columna vertebral, siempre se debe recordar que pueden existir algunas enfermedades extravertebrales que se manifiesten como dolor vertebral. 1
  • 14. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 3 Amplitud de movimientos de la columna vertebral (método neutro 0) Fig. 1.1 a-h  a Flexión/extensión. b Inclinación lateral. c Rotación en posición media 80°/0°/80°, en flexión 45°/0°/45° (entre C0 y C1), en extensión 60°/0°/60°. d-e Extensión de la columna: en bipedestación (d), en decúbito prono (e). f Inclinación lateral de la columna vertebral. g Rotación del tronco. h Movimiento global de la columna en flexión: AC = flexión de la articulación de la cadera; T = amplitud total de movimiento; DDS: distancia dedos-suelo. 1
  • 15. Columna vertebral 4 Fig. 1.2  Dolores vertebrales. 1
  • 17. Columna vertebral 6 Prueba de distancia dedos-suelo (DDS) Mide la movilidad de la columna en su conjunto durante la flexión (DDS en cm). ▶Procedimiento.  Paciente en bipedestación o sentado en el lugar de exploración. Con las rodillas extendidas debe inclinarse y aproximar los brazos/manos extendidos hacia los pies de forma simétrica. Se mide la distancia entre las puntas de los dedos y el suelo o se describe hasta qué altura llegan los dedos (rodilla, parte media de la tibia) (fig. 1.1h). ▶Valoración.  En esta prueba se valora un movimiento combinado en el que par- ticipa la columna y las articulaciones del tronco. Un buen movimiento del tronco puede compensar parcialmente una rigidez de la columna. Además de la distancia, se debe valorar el perfil de la columna en flexión (cifosis armónica, cifosis fija). Si se encuentra un aumento de la distancia entre las puntas de los dedos y el suelo, el dato será inespecífico y dependerá de: 1. La movilidad de la columna lumbar. 2. El acortamiento de la musculatura isquiocrural. 3. La existencia de un signo de Lasègue. 4. La función del tronco. La distancia dedos-suelo tiene importancia en una exploración clínica bien rea­ lizada y para controlar los efectos de un tratamiento. Signo de Ott Mide la flexibilidad de la columna torácica. ▶Procedimiento.  Paciente en bipedestación. Se marca la apófisis espinosa de C7 y un punto 30 cm caudal a ella. En flexión, la distancia aumenta 2-4 cm, mientras que en extensión máxima (reclinación) se reduce 1-2 cm. ▶Valoración.  Las alteraciones degenerativas inflamatorias de la columna limitan la movilidad de la misma y reducen la flexibilidad de las apófisis espinosas. 1
  • 18. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 7 Signo de Schober Mide la flexibilidad de la columna lumbar. ▶Procedimiento.  Paciente en bipedestación. Se realizan dos marcas sobre la piel, una a nivel de la apófisis espinosa de S1 y otra 10 cm craneal a la anterior. En flexión, la distancia entre estas dos marcas aumenta hasta unos 15 cm, mientras que en extensión máxima se reduce hasta 7-9 cm. ▶Valoración.  Las alteraciones degenerativas inflamatorias de la columna limitan la movilidad de la misma y reducen la flexibilidad de las apófisis espinosas. Prueba del pliegue cutáneo de Kibler Exploración inespecífica de la espalda. ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito prono con los brazos paralelos al tronco. El explorador coge un pliegue de piel entre los dedos índice y pulgar y lo «hace rodar» a lo largo de la espalda o de las extremidades en dirección transversal a los dermatomas. Fig. 1.3 a-c  Signo de Ott-Schober (ejemplo). a Posición erguida. b Flexión. c Extensión. 1
  • 19. Columna vertebral 8 ▶Valoración.  En esta prueba se valora cualquier diferencia regional en el estira- miento de la piel, además de la consistencia de los pliegues (edematosos, rígidos) y posibles zonas en las que no se puede desplazar la piel. La palpación permite valorar rigidices musculares superficiales o profundas y también disfunciones vegetativas (aumento de la temperatura, mayor producción de sudor). Los lugares que presentan una hiperalgesia muestran unos pliegues duros, que no pueden pellizcarse y que no se desplazan. El paciente referirá dolor. La identificación de zonas de hiperalgesia, rigidez muscular y disfunción vegetativa indica que existen alteraciones en las pequeñas articulaciones de la columna o en las articulaciones intercostales. Pruebas torácicas Prueba de compresión del esternón Identificación de una fractura costal. ▶Procedimiento.  Decúbito pronto. El explorador comprime con las dos manos el esternón. ▶Valoración.  La aparición de un dolor localizado en la región anterior del tórax puede deberse a una fractura costal. Un dolor a nivel esternal y vertebral sugiere un bloqueo costal o vertebral. Fig. 1.4  Prueba del pliegue cutáneo de Kibler. 1
  • 20. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 9 Prueba de compresión de las costillas Identificación de un bloqueo a nivel de las costillas/vértebras o las costillas/es- ternón o de una fractura costal. ▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador se coloca detrás del paciente y le rodea el tórax con los brazos aplicando compresión en dirección sagital y horizontal. ▶Valoración.  Al presionar las costillas se refuerza el movimiento de las articula- ciones esternocostales y costotransversales o costovertebrales. Cuando existe un bloqueo articular o alguna otra irritación de estas articulaciones, esta maniobra provoca un dolor localizado. El dolor localizado a nivel de una costilla o en el espacio intercostal indica una fractura costal o una neuralgia del nervio intercostal. Prueba del perímetro torácico Se mide el perímetro del tórax en inspiración y espiración profunda. ▶Procedimiento.  Paciente sentado o en bipedestación con los brazos paralelos al tronco. Se mide la diferencia del perímetro del tórax en inspiración y espiración máxima; por encima de las mamas en las mujeres y por debajo de las mamilas en los varones. El valor de esta diferencia entre la inspiración y la espiración máxima debe oscilar entre 3,5 y 6 cm. Fig. 1.6  Prueba de compresión de las costillas. Fig. 1.5  Prueba de compresión del esternón. 1
  • 21. Columna vertebral 10 ▶Valoración.  En la enfermedad de Bechterew se produce una limitación de la amplitud torácica (en general las alteraciones de la inspiración/espiración son indoloras). Si además de limitación de la amplitud torácica se produce una ins- piración o espiración limitada y dolorosa, se debe sospechar un bloqueo costal o vertebral, procesos pleurales de tipo inflamatorio o tumoral o una pericarditis. En el asma bronquial y el enfisema se producen limitaciones indoloras en la espiración. Prueba de Schepelmann Diferenciación entre los dolores torácicos. ▶Procedimiento.  Paciente sentado. Se pide al paciente que incline la columna primero hacia un lado y luego hacia el otro. ▶Valoración.  La aparición de dolor en el lado cóncavo sugiere una neuralgia intercostal, mientras que la afectación del lado convexo indica una pleuritis. Las fracturas costales duelen con ambos movimientos vertebrales. Fig. 1.8  Prueba de Schepelmann. Fig. 1.7 a y b  Prueba del perímetro torácico. a En espiración máxima. b En inspiración máxima. 1
  • 22. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 11 Pruebas para la columna cervical (CC) Los procesos patológicos de la columna cervical suelen guardar relación sobre todo con alteraciones degenerativas de los ligamentos y, en consecuencia, de las articulaciones vertebrales (espondilosis, espondiloartrosis, artrosis uncovertebral). Los fenómenos de irritación y compresión mecánica afectan a las estructuras vas- culares y neurógenas vecinas y se traducen en cefaleas cervicales y en síndromes cervicales radiculares. La arteria vertebral puede verse también afectada como consecuencia de los trastornos degenerativos crónicos de la columna cervical. La rotación de la cabeza provoca en estos casos una compresión de la arteria vertebral. Entre los signos típicos de la irritación (estenosis, angulación) de la arteria verte­ bral del mismo lado (signo de Barré-Liéou) se incluyen vértigo, náuseas, alteracio- nes visuales, síncope y nistagmo. Los pacientes con signo de Barré-Liéou positivo no deben someterse a maniobras de manipulación de la columna cervical. Fig. 1.9  Vista lateral de la cabeza y la columna cervical. Fig. 1.10  Vista anterior de la columna cervical. Representación de la salida de las raíces nerviosas y del trayecto de la arteria vertebral. 1
  • 23. Columna vertebral 12 Cribado de la rotación de la CC La movilidad conjunta de la columna cervical es la suma del movimiento entre la cabeza y el cuerpo de la primera vértebra cervical y los demás segmentos de la columna vertebral cervical. Muchos factores influyen en dicha movilidad: la flexibilidad de los ligamentos, la posición de las apófisis articulares de las articu- laciones facetarias y la tensión del aparato ligamentoso de la CC y de las cápsulas articulares. En flexión, el radio de movimiento de la CC es mayor en las mujeres que en los varones. La movilidad de la CC depende de la edad. El grado de rotación entre C1 y C2 aumenta con la edad en comparación con lo que sucede en otros segmentos vertebrales cervicales. La movilidad pasiva de la CC es mayor en decúbito prono que la movilidad activa o pasiva en bipedestación. Esto se explica porque, al es- tar sentado, el peso de la cabeza y la tensión muscular aumentan. La movilidad pasiva al aplicar presión en los extremos del movimiento sólo se debe valorar en paralelo con el movimiento activo. Si la movilización masiva con presión es normal e indolora, se podrá también explorar la movilidad de la CC en los extremos del movimiento en flexión, extensión e inclinación lateral, además de en rotación. Estos movimientos en distintas direcciones permiten valorar las estructuras ligamentosas y musculares anteriores, posteriores y laterales, incluida la función de la arteria vertebral. La presión aumentada en los extremos del movimiento puede ocasionar distintos síntomas: j Irritación nerviosa (síntomas radiculares). j Irritación de las articulaciones intervertebrales (dolor localizado). j Afectación de la arteria vertebral (mareos, náuseas). Tabla 1.1  Pasos en el diagnóstico de los síndromes irritativos radiculares de la región cervical. Flexión de la CC C1-C2 (plexo cervical) Flexión lateral de la CC C1 (plexo cervical) Elevación del hombro C5-C7 (nervio torácico largo) Abducción del hombro C4-C6 (nervio circunflejo) Flexión de la articulación del codo y/o extensión de la articulación de la mano C5-C6 (nervio musculocutáneo, nervio radial) Extensión de la articulación del codo y/o flexión de la articulación de la mano C7-C8 (nervio radial) Extensión de la muñeca y/o desviación cubital C6-C8 (nervio radial, ramo profundo) Abducción y/o aducción de los músculos intrínsecos de la mano C8-T1 (nervio cubital, ramo profundo) 1
  • 24. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 13 Fig. 1.11 a y b  Cribado de la rotación de la CC. a En rotación máxima a la derecha. b En rotación máxima a la izquierda. ▶Procedimiento.  Paciente sentado erguido. El explorador coloca las dos manos en la región parietal de la cabeza del paciente y la extiende (estira) con suavidad desde la posición neutra y la rota hacia los dos lados de forma alternante. ▶Valoración.  Se debe comparar la amplitud de movimiento de ambos lados. En las personas normales se aprecia cierta elasticidad al final del movimiento, que se sustituye por un endurecimiento en los pacientes con alteraciones funcionales. Las limitaciones de la movilidad con dolor indican una disfunción segmentaria (artrosis, bloqueo, inflamación, acortamiento muscular). Cuando aparece una limitación de la rotación con interrupción brusca del movimiento y dolor dentro de la amplitud de movimiento, se debe sospechar una alteración degenerativa, principalmente en el tercio medio de la columna cervical (espondilosis, espondi- loartrosis, uncartrosis). Una interrupción suave del movimiento se puede relacionar con un acorta- miento de los músculos extensores largos del cuello o del músculo largo del cuello. Prueba de rotación de la cabeza en extensión máxima Valoración de la función de la parte inferior de la columna cervical. ▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador sujeta la cabeza del paciente colocando una mano en la nuca y la otra en la barbilla y la extiende de forma pasiva (la inclina hacia atrás) y la rota hacia los lados. El movimiento se acompaña de una ligera inclinación lateral de las vértebras cervicales. ▶Valoración.  En la extensión máxima se queda bloqueada la articulación de la cabeza y la rotación ocurre principalmente a nivel de los segmentos inferiores de la columna cervical y de la unión cervicotorácica. La aparición de una limitación del movimiento con dolor indica una disfunción segmentaria, cuyas causas 1
  • 25. Columna vertebral 14 pueden ser alteraciones degenerativas de la CC media o inferior (espondilosis, espondiloartrosis, uncartrosis). Si este movimiento provoca vértigo se debería sospechar una alteración del riego sanguíneo relacionada con alteraciones en la arteria vertebral. Prueba de rotación de la cabeza en flexión máxima Valoración de la función de la parte superior de la columna cervical. ▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador sujeta la cabeza del paciente colocando una mano en la nuca y la otra en la barbilla y la flexiona de forma pasiva (la inclina hacia delante) y la rota hacia los lados. El movimiento se acompaña de una ligera inclinación lateral de las vértebras cervicales. ▶Valoración.  Cuando la flexión es máxima, los segmentos distales a C2 que- dan rígidos y la rotación ocurre principalmente a nivel de las articulaciones atlantooccipital y atlantoaxial. La aparición de limitaciones de la movilidad con dolor indica una disfunción segmentaria, sobre todo secundaria a causas Fig. 1.12 a-c  Prueba de rotación de la cabeza en extensión máxima. a Extensión. b Rotación a la derecha. c Rotación a la izquierda. 1
  • 26. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 15 degenerativas, inestabilidad o alteraciones inflamatorias. Si aparecieran además síntomas vegetativos, especialmente cuadros de vértigo, se deberían realizar pruebas complementarias. Prueba de función segmentaria de la columna cervical ▶Procedimiento/valoración.  Para poder explorar de forma directa la función seg- mentaria de la columna cervical, el explorador debe colocarse al lado del paciente. Con una mano debe rodear la cabeza del paciente, de forma que su codo quede a la vista del paciente, y debe colocar la superficie cubital del índice de la misma mano sobre el arco de la vértebra superior de la articulación cuyo movimiento se desee explorar. El dedo que realiza la palpación de la mano contralateral valorará la movilidad segmentaria. Realizando una tracción suave con la mano superior se pueden explorar los desplazamientos segmentarios dorsales y laterales. Con la misma postura se puede controlar también la rotación segmentaria. Fig. 1.13 a-c  Prueba de rotación de la cabeza en flexión máxima. a Flexión. b Rotación a la derecha. c Rotación a la izquierda. 1
  • 27. Columna vertebral 16 Para el diagnóstico segmentario de la región cervicotorácica en flexión y exten- sión, se fija con una mano la cabeza y con los dedos de la otra se palpan las tres apófisis espinosas vecinas. Realizando un movimiento de flexión y extensión pasiva se puede valorar la amplitud de movimientos de los segmentos correspondientes mediante la estimación de la movilidad de las apófisis espinosas. Prueba de Soto-Hall Prueba de función inespecífica para la columna cervical. ▶Procedimiento.  El paciente en decúbito prono debe elevar la cabeza de forma activa tratando de acercar lo máximo posible la barbilla al tórax. Después, el explorador realiza una flexión pasiva de la cabeza y al mismo tiempo realiza una ligera presión sobre el esternón con la otra mano. ▶Valoración.  La aparición de dolor en la nuca al presionar con suavidad el es- ternón durante la elevación pasiva de la cabeza indica una enfermedad ósea o ligamentosa de la columna cervical. La aparición de dolor por tracción durante la elevación activa de la cabeza sugiere en primer lugar un acortamiento de la musculatura cervical. Fig. 1.14  Prueba de función segmentaria de la CC. 1
  • 28. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 17 Prueba de percusión ▶Procedimiento.  El explorador percute suavemente sobre las apófisis espinosas de todas las vértebras manteniendo una ligera flexión de la columna cervical. ▶Valoración.  La aparición de un dolor localizado no radicular indica una fractura o alteración de la función muscular o ligamentosa. Los síntomas radiculares sugieren una lesión de los ligamentos con irritación de las raíces nerviosas. Prueba de O’Donoghues Distinción entre los dolores cervicales de origen ligamentoso y muscular. ▶Procedimiento.  En primer lugar se inclina la cabeza del paciente (sentado) hacia los dos lados. A continuación se indica al paciente que incline la cabeza hacia cada uno de los lados contra la resistencia que ejerce la mano del explorador, que debe estar colocada sobre la sien y la mandíbula. ▶Valoración.  La aparición de dolor durante este movimiento activo de la cabeza con una tensión isométrica de los músculos paravertebrales, sobre todo ipsilate- rales, aunque también contralaterales, sugiere una disfunción muscular. El dolor que aparece durante la inclinación lateral pasiva de la CC sugiere una alteración ligamentosa o degenerativa articular. Fig. 1.15  Prueba de Soto-Hall. Fig. 1.16  Prueba de percusión. 1
  • 29. Columna vertebral 18 Maniobra de Valsalva ▶Procedimiento.  El paciente (sentado) trata de sacar el pulgar de la boca so- plando. ▶Valoración.  Esta maniobra aumenta la presión intramedular, lo que pone de manifiesto los procesos ocupantes de espacio a este nivel, como el prolapso del disco, los tumores, las estenosis secundarias a osteofitos y la tumefacción de los tejidos blandos. La sintomatología será de tipo radicular y se localizará en el dermatoma afectado. Esta maniobra debe realizarse con mucho cuidado, porque pueden producirse alteraciones de la consciencia tanto durante la realización de la misma como después. Durante esta maniobra se puede producir una alteración en el riego cerebral. Fig. 1.17 a-d  Prueba de O’Donoghues. a-b Movimiento pasivo. c-d Movimiento activo contra resistencia. 1
  • 30. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 19 Prueba de Spurling Valoración del dolor en la articulación facetaria y la irritación de las raíces ner- viosas. ▶Procedimiento.  Paciente sentado. Primero inclina y rota la cabeza lateralmente en dirección al lado no afectado y luego al afectado. El explorador se coloca detrás del paciente y coloca la mano encima de la cabeza de éste, al tiempo que con la otra mano golpea con suavidad sobre la mano que se apoya en la cabeza. Cuando el paciente tolera este primer paso de la exploración, se repite la prueba extendiendo más la columna cervical. ▶Valoración.  El resultado de la prueba se considera positivo cuando aparece un dolor irradiado en el brazo del paciente desde la columna cervical. La extensión simultánea de la CC estenosa los agujeros intervertebrales un 20-30%. Cuando el paciente presenta una estenosis cervical, espondilosis, osteofitos, atrofia de las articulaciones facetarias o protrusión del disco vertebral, los agujeros ya serán más estrechos de lo normal. Se considera que la prueba es negativa cuando no se produce dolor cervical ni tampoco dolor irradiado en el hombro y el brazo. Los dolores que se irradian hacia el brazo siguiendo los dermatomas sugieren una irritación de las raíces nerviosas. Este movimiento agrava los dolores radiculares previos. Fig. 1.18  Prueba de Valsalva. Fig. 1.19  Prueba de Spurling. 1
  • 31. Columna vertebral 20 Las mialgias y los cuadros secundarios a un traumatismo con distorsión de la CC pueden asociarse a dolor en el lado contralateral. Este dato se describe como signo de Spurling inverso y se relaciona con la aparición de dolor en el lado de la musculatura que se estira en relación con la tracción o alteración funcional por acortamiento de los músculos. ▶Observación.  Los dolores que aparecen en el lado cóncavo sugieren una irritación de la raíz nerviosa o una patología facetaria (signo de Spurling). Los dolores que aparecen en el lado convexo indican un dolor por tracción mus- cular (signo de Spurling inverso). La prueba de Spurling es una prueba de compresión cervical agresiva. Los pacientes deben ser avisados antes de cada paso de la exploración. No se debe realizar esta prueba en pacientes con fracturas vertebrales, luxaciones o ines- tabilidad de la CC. Prueba de distracción de la CC Orientada a distinguir los dolores cervicales/de hombro/de brazo de origen radi- cular y ligamentoso/muscular. ▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador sujeta la cabeza del paciente por debajo de la mandíbula y el occipucio y realiza una tracción axial en sentido craneal. Fig. 1.20 a y b  Prueba de distracción de la CC. a Posición neutra. b Rotación. 1
  • 32. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 21 ▶Valoración.  Esta tracción sobre la columna cervical descarga de forma es- calonada o segmentaria los ligamentos y las raíces nerviosas cuando se producen movimientos de deslizamiento simultáneos de las articulaciones vertebrales. La disminución de las molestias radiculares, incluso durante los movimientos de rotación pasivos, en relación con la tracción indica una irritación provocada por los ligamentos de las raíces nerviosas. Cuando el dolor aumenta cuando se aplica la tracción y el movimiento de rotación, se debe plantear una alteración funcional de origen muscular/ligamentoso o articular/degenerativo de la co- lumna cervical. Prueba de Elvey (prueba de estrés sobre la extremidad superior) Los cambios de la posición de las articulaciones del codo, el hombro o la mano provocan tensión sobre los nervios responsables de la inervación de las extremi- dades superiores. ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. En todas estas pruebas se deben fijar los hombros con la mano que realiza la exploración en sentido proximal- ventral; la otra mano se usa para colocar el brazo en una serie de posiciones determinadas. Las pruebas de Elvey son equivalentes a la prueba de Lasègue para la extremidad inferior. Fueron descritas por el autor que les da nombre y se pueden dividir en cuatro maniobras exploratorias. ▶Prueba 1.  Se abduce el hombro a 110°, se extiende el codo, se supina el antebrazo y se extienden las articulaciones de la muñeca, los dedos y la mano. Estructuras nerviosas afectadas: nervios mediano e interóseo anterior, C5, C6, C7. ▶Prueba 2.  Se abduce el hombro a 10°, se extiende el codo, se supina el antebrazo y se extienden las articulaciones de la muñeca, los dedos y la mano. A partir de esta posición se realiza una rotación externa del hombro. Estructuras nerviosas afectadas: nervios mediano, musculocutáneo y circunflejo ▶Prueba 3.  Se abduce el hombro a 10°, se extiende el codo, se prona el ante- brazo, se flexiona la mano y se abduce en dirección cubital y se flexionan los dedos y la muñeca. Se rota el brazo hacia dentro. Estructura nerviosa afectada: nervio radial. ▶Prueba 4.  Se va realizando una abducción progresiva de 10° a 90° y se gira la mano hacia la oreja, de forma que el codo quede en flexión máxima y el antebrazo en supinación. La articulación de la mano se extiende y se abduce en sentido radial y los dedos y la muñeca se extienden. El hombro se somete a una rotación externa. Estructuras afectadas: nervio cubital, C8 y T1. ▶Valoración.  Estas maniobras provocan un estrechamiento de los agujeros in- tervertebrales, lo que agrava todavía más los dolores radiculares ya existentes. La aparición de dolor local en la CC sin síntomas radiculares indica una irritación 1
  • 33. Columna vertebral 22 facetaria. Los dolores en la vertiente convexa de la CC indican una disfunción mus- cular (del músculo esternocleidomastoideo, por ejemplo). ▶Observación.  La prueba no sólo orienta sobre la causa del dolor, sino que también indica si el tratamiento puede tener éxito (medidas de fisioterapia manual). Prueba de estrés sobre el plexo braquial Modificación de la prueba de Elvey para valorar las alteraciones motoras y de la sensibilidad por compresión del plexo braquial. ▶Procedimiento.  El paciente permanece sentado y abduce y realiza rotación externa de ambos brazos, hasta que siente dolor o no puede proseguir. En ese momento baja los dos brazos, hasta que desaparezcan los síntomas. El explorador, situado detrás del paciente, fija ambos brazos en esta posición y pide al paciente que realice una flexión lenta de la articulación del codo y trate de colocar las manos en la nuca. ▶Valoración.  Cuando los síntomas se reproducen cuando se flexiona el codo, la prueba se considera positiva. En esta exploración se valoran principalmente el nervio cubital y las raíces nerviosas C8 y T1. Cuando aumenta la flexión (flexión de la cabeza), aumentan los síntomas. Fig. 1.21 a-d  Prueba de Elvey (prueba de estrés sobre la extremidad superior). a Prueba 1. b Prueba 2. c Prueba 3. d Prueba 4. 1
  • 34. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 23 ▶Observación.  En una variante de la prueba el paciente abduce el brazo a 90° con la articulación del codo en flexión completa. A continuación extiende el codo. Un resultado positivo de la prueba con síntomas radiculares indica posible lesión del plexo braquial (signo de Bikele). Prueba de caudalización del hombro ▶Procedimiento.  El paciente permanece sentado y en esta posición se presiona sobre los hombros en dirección caudal y se realiza una flexión lateral de la columna cervical hacia el lado opuesto. Siempre se debe realizar la prueba bilateral. Fig. 1.22 a-d  Prueba de estrés sobre el plexo braquial. a Abducción y rotación externa. b Flexión del codo y colocación de las manos en la nuca. c Signo de Bikele: abducción del brazo a 90° manteniendo el codo en flexión completa. d Signo de Bikele: extensión de la articulación del codo. 1
  • 35. Columna vertebral 24 ▶Valoración.  La aparición de síntomas radiculares indica una adherencia en el saco dural y/o las raíces nerviosas. Si el dolor se intensifica durante la realización de la prueba, se deberá sospechar una compresión de las raíces nerviosas, una estenosis de los agujeros por osteofitos, alteraciones en el saco dural o una contractura de la cápsula articular vertebral en el lado que se está explorando. Un dolor poco definido en el lado de la musculatura distendida indica un aumento del tono en los músculos esternocleidomastoideo o trapecio. La reducción del dolor muscular en el lado contrario al explorado indica una distensión o un trastorno funcional secundario al acortamiento de los músculos. Prueba de abducción del hombro (prueba de Bakody) Demostración de irritación de la raíz nerviosa C4 o C5. ▶Procedimiento.  Paciente sentado o en decúbito supino. El explorador (o el propio paciente) abduce los hombros, flexiona la articulación del codo y apoya la cara interna de la mano sobre la parte central de la cabeza. ▶Valoración.  El resultado se considera positivo cuando los signos de irritación de las raíces nerviosas mejoran o desaparecen. Para identificar qué raíces nerviosas se afectan, se deberán valorar otros hallazgos clínicos (distribución por dermatomas). Esta prueba explora exclusivamente las raíces nerviosas C4 a C6. Fig. 1.23 a y b  Prueba de caudalización del hombro. a Flexión lateral. b Flexión lateral forzada. 1
  • 36. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 25 Esta prueba se conoce también como signo de Bakody. La abducción del brazo relaja las raíces nerviosas. Cuando durante la realización de la prueba se observa una intensificación de la irritación de las raíces nerviosas, se deberá sospechar un síndrome del estrecho torácico (cambios en los músculos escalenos y las costillas cervicales). Los pacientes con síntomas radiculares moderados o graves no se pueden colocar directamente en la posición de Bakody, por lo que deben adoptar una postura en la que consigan un alivio de las molestias. Prueba de compresión de Jackson ▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador se coloca de pie detrás del paciente, coloca las manos sobre su cabeza y la mueve de forma pasiva hacia los dos lados. Cuando la cabeza se encuentra en la posición de inclinación lateral máxima, el explorador realiza una presión axial sobre la cabeza en dirección a la columna con ambas manos. ▶Valoración.  La compresión axial aumenta la presión y sobrecarga los cartílagos intervertebrales y las salidas de los nervios, además de las articulaciones faceta- rias. Cuando se ejerce presión sobre los agujeros intervertebrales, se produce un dolor periférico de distribución no totalmente segmentaria como consecuencia de los cambios en las pequeñas articulaciones vertebrales. Cuando existe una irritación en una raíz nerviosa, se produce un síndrome de dolor radicular. Un dolor local limitado sugiere una distensión de los músculos cervicales con- tralaterales. Fig. 1.24  Prueba de abducción del hombro (prueba de Bakody). 1
  • 37. Columna vertebral 26 Prueba de compresión de los agujeros intervertebrales ▶Procedimiento.  Se realiza un movimiento en sentido axial/caudal de la columna cervical partiendo de la posición neutra 0. ▶Valoración.  La presión sobre los cartílagos intervertebrales y el origen de las raíces nerviosas, las articulaciones vertebrales pequeñas y/o los agujeros interver- tebrales refuerza los síntomas radiculares segmentarios. La aparición de síntomas difusos no segmentarios se considera sugestiva de una alteración funcional liga- mentosa o articular (articulaciones vertebrales pequeñas). Prueba de compresión en flexión ▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador se coloca detrás del paciente y flexiona la cabeza y la columna cervical. A continuación, desde la región occipital, realiza un movimiento de la columna cervical en sentido axial caudal. ▶Valoración.  Se trata de una prueba adecuada para valorar la integridad de los cartílagos intervertebrales. Cuando existe un prolapso posterolateral de un disco, la flexión lo desplaza hacia posterior y esto aumenta la compresión de la raíz nerviosa. Fig. 1.25 a y b  Prueba de compresión de Jackson. a Inclinación lateral hacia la derecha. b Inclinación lateral hacia la izquierda. 1
  • 38. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 27 El aumento de los síntomas radiculares se considera indicio de una lesión de los cartílagos posterolaterales. La flexión de la cabeza reduce sobre todo la sobrecarga de las articulaciones facetarias y puede mejorar un dolor, sobre todo de origen degenerativo. La apa- rición de más dolor se puede deber a una lesión de las estructuras ligamentosas dorsales. Prueba de compresión en extensión ▶Procedimiento.  Paciente sentado. El explorador se coloca detrás del paciente. Se inclina la cabeza y la columna cervical unos 30° en sentido dorsal. En ese momento el explorador ejerce sobre la cabeza una presión axial en dirección caudal. ▶Valoración.  Esta prueba valora la integridad de los cartílagos. Si existe un pro- lapso posterolateral de los cartílagos con anillo fibroso intacto, las molestias disminuirán porque la presión se ejercerá sobre todo a nivel ventral. Si el dolor aumenta sin síntomas radiculares, generalmente se tratará de una irritación de las articulaciones intervertebrales como consecuencia de la ausencia de movimientos de deslizamiento debido a cambios degenerativos. Fig. 1.26  Prueba de compresión de los agujeros intervertebrales. Fig. 1.27  Prueba de compresión en flexión. Fig. 1.28  Prueba de compresión en extensión. 1
  • 39. Columna vertebral 28 Signo de Lehrmitte Distingue las lesiones por irritación de las raíces nerviosas periféricas y el daño medular. ▶Procedimiento.  El paciente se sienta sobre la camilla de exploración con las piernas extendidas encima de ella. El explorador coge un pie del paciente con una mano y apoya la otra sobre la nuca del mismo. A un tiempo levanta la pierna extendida cogiéndola por el tobillo y flexiona la columna cervical con la mano. ▶Valoración.  La prueba se interpreta como positiva cuando aparece un dolor intenso, que se irradia hacia la extremidad superior o inferior. La aparición de este dolor indica una irritación dural o meníngea a nivel medular (irritación radicular) y en algunas circunstancias también sugiere una mielopatía cervical. Cuando el paciente flexiona de forma activa la cabeza en dirección al tórax, se habla de la denominada prueba de Soto-Hall. La flexión máxima de las vértebras cervicales provoca una gran tensión sobre la médula espinal. ▶Observación.  Un signo de Lerhmitte positivo sugiere una estenosis del conducto vertebral cervical. El paciente describe un dolor súbito generalizado como una descarga en los brazos y la espalda, sobre todo al inclinar la cabeza. La estenosis del conducto cervical aparece principalmente por una espondilosis o espondiloartrosis secundaria a una degeneración de los discos intervertebrales. Los síntomas aparecen de forma indolente. Entre los síntomas precoces se incluyen alteraciones sensitivas en las manos, trastornos de la marcha y falta de habilidad en las manos (alteraciones en la capacidad motora fina, la escritura o la prensión). Otros síntomas son unos reflejos musculares espásticos y exagerados y signos piramidales. El diagnóstico diferencial incluye los siguientes procesos patológicos: j Lesión del plexo braquial. j Síndrome de irritación radicular cervical. j Esclerosis múltiple. j Tumor intravertebral. j Esclerosis lateral amiotrófica. Fig. 1.29  Signo de Lehrmitte. 1
  • 40. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 29 Pruebas para la columna torácica (CT) Los dolores localizados en la columna torácica (segmentarios-vertebrales) pueden ser causados por trastornos vertebrales, pero también se pueden relacionar con estructuras situadas dentro del tórax (p. ej., perforación gástrica). Las lesiones degenerativas, inflamatorias, tumorales y traumáticas cursan con molestias en la columna torácica, que con frecuencia se asocian a alteraciones en las estructuras nerviosas. Los síndromes radiculares secundarios a un prolapso del disco interver- tebral son menos frecuentes. La estenosis del conducto vertebral torácico provoca una disfunción sensitiva bilateral, que también puede comprometer la función motora (paresia, paraespasticidad). Signo de Adam Valoración de una escoliosis funcional o estructural. ▶Procedimiento.  Paciente en bipedestación o sedestación. El explorador se sitúa de pie detrás del paciente y le pide que se incline hacia delante. ▶Valoración.  Esta prueba se puede realizar en pacientes con una escoliosis evi- dente de causa desconocida o en pacientes que tienen antecedentes familiares de este proceso como parte de una exploración profiláctica. Si la profilaxis reduce o corrige la inclinación escoliótica, la escoliosis se considerará funcional. Si la deformidad escoliótica persiste con aparición de un abombamiento en el tórax o la zona lumbar, la alteración será estructural. Fig. 1.30 a y b  Signo de Adam. a Bipedestación. b Inclinación hacia delante. 1
  • 41. Columna vertebral 30 Prueba del deslizamiento ▶Procedimiento.  Se pide al paciente que se arrodille y que se incline hacia el suelo con los brazos en la máxima extensión posible. ▶Valoración.  Cuando existe una deformidad cifótica de la columna torácica, este movimiento la corrige. Si persiste la cifosis, se tratará de una deformidad fija. Pruebas de función segmentarias de la columna torácica en extensión/flexión ▶Procedimiento.  Paciente sentado. Se le pide que ponga las manos detrás de la nuca. El explorador le sujeta con una mano los brazos flexionados hacia delante. ▶Valoración.  El explorador puede palpar cada uno de los segmentos de movi- miento y valorar las alteraciones funcionales segmentarias en los movimientos de inclinación lateral, flexión, extensión y rotación pasiva. Esta misma técnica permite la exploración segmentaria de la columna lumbar. Fig. 1.31  Prueba del deslizamiento. Fig. 1.32 a y b  Pruebas de función segmentaria de la CT. a Flexión. b Extensión. 1
  • 42. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 31 Pruebas para la columna lumbar (CL) Las enfermedades de la columna lumbar, con las correspondientes alteraciones neurológicas asociadas, suelen deberse en la mayor parte de los casos a alteracio- nes degenerativas de los tejidos de los discos intervertebrales con cambios reactivos secundarios en las articulaciones vertebrales y en los platillos vertebrales superior e inferior de los cuerpos vertebrales. Con menos frecuencia las molestias de la columna se deben a lesiones traumáticas directas o indirectas de la médula espinal. El síndrome radicular lumbar se suele deber a una protrusión o herniación del disco intervertebral con irritación de los nervios raquídeos. Estas lesiones suelen afectar a los niveles vertebrales L4/L5 (raíz L5 y, con menos frecuencia, L4) y L5/S1 (raíz S1). Los procesos degenerativos evolucionados conducen con la edad a una estenosis del conducto vertebral por afectación osteoligamentosa delimitada. Desde un punto de vista clínico aparecen dolores lumbares y síntomas dependientes de la sobrecarga en las piernas (claudicación). En general, el paciente desarrolla durante muchos años dolores lumbares pro- gresivos que se irradian hacia las extremidades inferiores y ocasionan síntomas inespecíficos, como sensación de pesadez o fatiga. Cuando el proceso evoluciona, aparecen deficiencias neurológicas como hipoestesias o paresias y al final se desarrollan síntomas permanentes, que pueden culminar en el síndrome de la cola de caballo. Se limita la capacidad de caminar del paciente. Las molestias pueden mejorar en posiciones que reducen la hiperlordosis porque el cuerpo se inclina, como montar en bicicleta o empujar un carro de la compra. A diferencia de lo que sucede en las enfermedades secundarias a oclusión arterial, detener la Fig. 1.33  Referencias óseas de la columna lumbar y la región de la pelvis. 1 Apófisis espinosa. 2 Cresta sacra. 3 Cóccix. 4 Tuberosidad isquiática. 5 Articulación facetaria. 6 Apófisis transversa. 7 Línea interespinosa-espacio del disco L4/L5. 8 Cresta ilíaca. 9 Espina ilíaca anterosuperior. 10 Espina ilíaca posterosuperior. 11 Articulación de la cadera. 12 Trocánter mayor. 13 Fémur. 1
  • 43. Columna vertebral 32 marcha no alivia los síntomas y los pacientes tienen que sentarse. Pueden montar en bicicleta durante mucho tiempo. Se deben valorar los pulsos periféricos para el diagnóstico diferencial entre la claudicación de origen vascular y neurogénico. En la claudicación de origen vascular el paciente no puede montar en bicicleta de forma ilimitada. Cuando camina, el paciente no tiene que sentarse, le basta con pararse y luego retomar la marcha («enfermedad de los escaparates»). Prueba de relajación Diferenciación entre dolor de origen lumbar y sacroilíaco. ▶Procedimiento.  Decúbito prono. El explorador flexiona la rodilla del paciente y trata de acercar el talón lo más posible al glúteo. Primero el paciente debe permitir de forma pasiva el movimiento de la rodilla, pero luego debe tratar de extender la pierna contra la resistencia ejercida por la mano del explorador. ▶Valoración.  Durante la realización de la prueba en primer lugar se produce tensión sobre la articulación sacroilíaca, luego a nivel lumbosacro y por último en la columna lumbar. Esta prueba se debe realizar ante la sospecha de lesiones en los ligamentos de la pelvis y los discos intervertebrales. La aparición de dolor en la articulación sacroilíaca o la región lumbar o lumbosacra sin irradiación radicular del mismo sugiere cambios degenerativos y/o insuficiencia ligamentosa, mientras que la aparición de dolor radicular sugiere una lesión del disco intervertebral. Si aparece un dolor radicular ipsilateral en la columna lumbar, la región glútea o la cara posterior del muslo, se sospechará una lesión radicular en los nervios L2/L3. Durante esta exploración se produce tensión sobre el nervio femoral. Cuando aparece dolor o alteraciones en la cara lateral del muslo, se deberá sospechar un acortamiento o lesión del cuádriceps o una irritación del nervio femoral. Prueba de percusión sobre las apófisis espinosas Valoración de un síndrome medular lumbar. ▶Procedimiento.  El paciente está sentado ligeramente inclinado hacia delante. Con el martillo de exploración de los reflejos, el explorador percute sobre las apófisis espinosas lumbares y la musculatura paravertebral. ▶Valoración.  El dolor localizado indica irritación del correspondiente segmento medular como consecuencia de alteraciones inflamatorias degenerativas, mientras que un dolor radicular sugiere una lesión de los discos intervertebrales. 1
  • 44. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 33 Signo del psoas Aclara el origen de un dolor lumbar. ▶Procedimiento.  El paciente se encuentra en decúbito supino y eleva la pierna extendida. El explorador aplica una presión súbita sobre la cara anterior del muslo. ▶Valoración.  Esta presión súbita y rápida ejercida sobre el tercio distal del mus­ lo produce una contracción refleja del músculo iliopsoas con tracción sobre las apófisis transversas de la columna lumbar. Aparece dolor en las enfermedades de la columna lumbar (espondiloartrosis, espondilitis, hernia de disco) o de la articulación sacroilíaca. Fig. 1.34  Prueba de relajación. Fig. 1.35  Prueba de percusión sobre las apófisis espinosas. Fig. 1.36  Signo del psoas. 1
  • 45. Columna vertebral 34 Prueba de caída de la pierna de Lasègue Clasificación del dolor lumbar. ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. El explorador realiza la prueba igual que si fuera a explorar el signo de Lasègue en el lado afectado. Eleva la pierna del paciente hasta que éste siente dolor. En ese momento quita las manos y «deja caer la pierna». ▶Valoración.  La súbita e inesperada liberación de la pierna produce una con- tracción refleja de los músculos de la espalda y el glúteo. En primer lugar se produce una tensión sobre el músculo iliopsoas, que tracciona de las apófisis transversas de la CL. Aparecerá dolor cuando existe una enfermedad vertebral lumbar (es- pondiloartrosis, espondilitis, hernia de disco) o de la articulación sacroilíaca (compárese con el signo del psoas). Se debe establecer un diagnóstico diferencial con los dolores viscerales, cau- sados, por ejemplo, por una apendicitis, porque estos dolores se pueden agravar mucho al realizar esta prueba. Prueba del resorte I Localización de las alteraciones funcionales en la columna lumbar. ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito prono. El explorador palpa con los dedos índice y medio las apófisis espinosas y las láminas de los cuerpos vertebrales correspondientes. Con la superficie cubital de la otra mano, que se debe colocar perpendicular encima de los dedos que realizan la palpación, se dan golpes des- lizantes en sentido dorsoventral que se transmiten a las apófisis espinosas o las láminas de los cuerpos vertebrales explorados a través de los dedos. Fig. 1.37  Prueba de caída de la pierna de Lasègue. Fig. 1.38  Prueba del resorte I. 1
  • 46. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 35 ▶Valoración.  Cuando la función articular está conservada, las apófisis espinosas o las láminas ceden con suavidad. Cuando se observa ausencia de elasticidad o ésta es demasiado importante se deberá sospechar una alteración segmentaria de la movilidad, que puede ser un bloqueo o una hipermovilidad. En otras ocasiones se trata de una prueba de provocación, sobre todo del ligamento longitudinal posterior, con la que se produce un dolor intenso, profundo, sordo y mal localizado típico de esta estructura. Prueba de hiperextensión Indicación de un síndrome lumbar. ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito prono. El explorador le sujeta las dos piernas y le pide que trate de levantar la parte superior del cuerpo. En la segunda fase de la exploración, el explorador realiza una extensión pa- siva de la columna y añade un movimiento de rotación. La otra mano debe estar colocada sobre la columna lumbar y trata de determinar, además de la movilidad de la columna lumbar, la altura del punto doloroso. Fig. 1.39 a y b  Prueba de hiperextensión. a Hiperextensión activa. b Hiperextensión pasiva y movimiento de rotación. 1
  • 47. Columna vertebral 36 ▶Valoración.  Cuando existe una disfunción segmentaria de la columna cervical, la extensión activa de la columna lumbar condiciona la aparición o intensificación del dolor. Mediante la extensión pasiva con rotación adicional de la columna, el explorador consigue valorar las limitaciones del movimiento segmentarias y/o regionales. Si se produce una interrupción brusca del movimiento, se deberán sospechar alteraciones degenerativas, mientras que si la detención es más suave se deberá considerar un acortamiento del músculo longísimo torácico o iliocostal lumbar. Prueba de carga sobre una pierna (prueba de la cigüeña, prueba de extensión lumbar) Valoración de las disfunciones de las articulaciones vertebrales. ▶Procedimiento.  El paciente extiende la columna lumbar apoyándose sobre una pierna. La prueba se hace flexionando la otra pierna. ▶Valoración.  Cuando aparece dolor en la espalda, la prueba se considera positiva. Estas molestias se pueden deber a una fractura de estrés intraarticular (espondi- lolistesis). Cuando la fractura es unilateral, la prueba genera más dolor en el lado afectado. Si se asocia el movimiento de extensión con otro de rotación, la causa del dolor será una irritación de la carilla articular (artrosis de las articulaciones facetarias) en el lado hacia el que se produce el giro de la rotación. Fig. 1.40  Prueba de carga sobre una pierna. 1
  • 48. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 37 Prueba de inclinación anterior asistida (prueba del cinturón) Diferenciación entre los dolores lumbares y sacroilíacos. ▶Procedimiento.  Paciente en bipedestación. El explorador se coloca detrás del paciente y le pide que se incline hacia delante, hasta el punto en que sienta dolor lumbosacro. El paciente vuelve a enderezarse y se le pide de nuevo que se incline hacia delante, pero esta vez el explorador apoya la pelvis contra su muslo y dirige el movimiento, cogiendo al paciente por la cintura. ▶Valoración.  Para la inclinación se necesita una articulación sacroilíaca y lumbosa- cra normal a nivel funcional y también se deben mover todos los segmentos lum- bares. Cuando aparece dolor durante el movimiento espontáneo de la articulación, se deberá sospechar un síndrome de la articulación sacroilíaca, que desaparece o mejora cuando se deja fija la pelvis. Cuando existen cambios en la región lumbar, el dolor se produce tanto con el movimiento libre como con el asistido. Fig. 1.41 a y b  Prueba de inclinación anterior asistida. a Movimiento de inclinación libre. b Movimiento de inclinación asistida. 1
  • 49. Columna vertebral 38 Síndrome por compresión de las raíces nerviosas El prolapso de los discos intervertebrales produce principalmente los denominados síndromes de compresión nerviosa con dolores radiculares. Los dolores pélvicos o de las piernas se suelen acentuar al toser, estornudar o hacer fuerza con el abdomen e incluso al caminar. La movilidad de la columna se ve limitada principalmente por el dolor y los músculos lumbares aparecen distendidos. Es frecuente que aparezcan lesiones motoras y sensitivas. Con frecuencia se puede localizar la raíz nerviosa afectada mediante la des- cripción de la localización de las parestesias y la zona a la que se irradia el dolor según los dermatomas. Los prolapsos o hernias de los discos intervertebrales son frecuentes en L4 y L5, más raros en L3 y muy poco frecuentes en L1 y L2. El signo de Lasègue suele ser positivo (ya a partir de 20-30°) en los pacientes con compresión de las raíces nerviosas L5 y S1 (ciatalgia típica). En estos casos no es raro que la elevación pasiva de la pierna sana provoque o acentúe dolores en la pelvis y la pierna afectada (Lasègue cruzado). Cuando se produce una compresión radicular entre L1 y L4 con afectación del nervio femoral, el signo de Lasègue no suele ser tan positivo. En pacientes con irritación del nervio femoral se suele encontrar el signo de Lasègue invertido o el dolor por tensión del nervio femoral. Es preciso distinguir el dolor seudorradicular del verdadero dolor radicular, o ciatalgia. Los dolores seudorradiculares suelen estar peor delimitados que los radiculares. El síndrome facetario (artrosis de la columna), el síndrome de la articulación sacroilíaca, las espondilolistesis dolorosas, la estenosis del conducto vertebral y el denominado síndrome posdiscotomía (situación que se produce tras la intervención sobre un disco) suelen asociarse a dolores seudorradiculares. En las pruebas neurodinámicas se valora la extensibilidad mecánica y/o la com- presión de estructuras neuronales de la columna lumbar. Dentro de este grupo se incluyen la prueba de la flexión, la prueba de Lasègue (elevación de la pierna extendida), el signo de Lasègue invertido y la prueba de estrés femoral. 1
  • 50. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 39 Fig. 1.42  Inervación segmentaria de la piel (según Hansen-Schliack). 1
  • 51. Columna vertebral 40 Tabla 1.2  Signos de la patología radicular. Raíz Dermatoma Músculos con paresia Reflejos Dolor Alteraciones de la sensibilidad L2 L1/L2 Extraforaminal: L2/L3 Unión entre CT y CL ASI Pelvis Ingle Parte proximal medial del muslo Ingle Parte proximal ventral y medial del muslo Paresia del músculo iliopsoas Músculo cuádriceps femoral Aductores (leve) Debilidad del reflejo cremastérico y del reflejo rotuliano (RR) L3 L2/L3 Extraforaminal: L3/L4 Parte superior de la CL Parte proximal ventral del muslo Desde la cara ventral a la interna del muslo hasta alcanzar la rodilla en sentido distal Paresia del músculo iliopsoas Músculo cuádriceps femoral Aductores (leve) Ausencia del RR (o debilidad) L4 L2/L3 Extraforaminal: L3/L4 CL Parte ventral y lateral del muslo Cadera Desde la cara externa del muslo hasta la cara interna de la pierna y el dorso del pie Paresia del músculo cuádriceps femoral Músculo tibial anterior (difícil caminar grandes distancias) Debilidad del RR L5 L4/L5 Extraforaminal: L5/S1 CL Parte dorsal del muslo Parte lateral de la pierna y cara medial del pie Ingle Cadera Desde la parte lateral de la pierna hasta la cara medial del pie (dedo gordo) Paresia de los músculos extensores largo y corto del dedo gordo Músculo extensor corto y largo de los dedos (difícil caminar grandes distancias) Reducción de los reflejos del tibial posterior (sólo se puede considerar significativo cuando se provoca bien en el lado contrario) S1 L5/S1 CL Parte dorsal del muslo Parte lateral y posterior de la pierna Cara lateral del dorso del pie y la planta Ingle Cadera Coxis Parte posterior del muslo y la pierna Cara lateral del dorso del pie y la planta (dedo meñique) Paresia de los músculos peroneos y tríceps sural (difícil caminar de puntillas, giro del pie hacia fuera) Debilidad o desaparición del reflejo de Aquiles 1
  • 52. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 41 Prueba de la inclinación (prueba de Slump) ▶Procedimiento.  El paciente se sienta recto en una camilla de exploración y deja las piernas colgando. En el primer paso de esta prueba se le pide que «deje caer» la columna torácica y lumbar (inclinación). En esta posición el explorador coloca la cabeza del paciente en posición neutra y con el antebrazo derecho empuja los hombros del paciente para aumentar la flexión de la columna torácica y lumbar, al tiempo que pide al paciente que flexione lo máximo que pueda la cabeza y la CC. El explorador fuerza la presión en los tres segmentos de la columna y al tiempo realiza una flexión dorsal máxima del pie del paciente con la otra mano. Al mismo tiempo se indica al paciente que extienda la rodilla todo lo que pueda. Fig. 1.43 a-c  Prueba de la inclinación (prueba de Slump). a Posición de partida. b Flexión de la CC. c Flexión dorsal del pie y extensión de la articulación de la rodilla. 1
  • 53. Columna vertebral 42 A continuación se repite la prueba con la otra pierna y, si es posible, de forma simultánea con las dos piernas. ▶Valoración.  La prueba puede provocar un pinzamiento/irritación de la dura y/o las raíces nerviosas con aparición de un dolor irradiado (en el territorio del nervio ciático, por ejemplo). Si el paciente no puede extender la rodilla debido al dolor, el explorador deberá reducir la presión sobre la CC y pedir al paciente que trate de extender la cabeza lentamente. Si con esta maniobra el paciente es ya capaz de extender la rodilla sin dolor o con menos dolor, se dice que el resultado de la prueba es positivo y existe afectación de estructuras neurales. Durante la prueba pueden aparecer dolores que plantean un diagnóstico dife- rencial estrecho, en el que se incluyen dolores por artrosis de las articulaciones facetarias, acortamiento de los músculos isquiocrurales y limitaciones de la mo- vilidad en la articulación de la rodilla. Signo de Lasègue (prueba de elevación de la pierna extendida) Demostración de una irritación de las raíces nerviosas. ▶Procedimiento.  El explorador eleva la pierna del paciente con la rodilla extendida lentamente hasta el punto en el que el paciente siente dolor. ▶Valoración.  La aparición de dolor en la cadera y la rodilla indica irritación nerviosa (prolapso del disco intervertebral, tumor). Sin embargo, sólo se puede considerar que el signo de Lasègue es auténticamente positivo cuando el dolor se transmite hacia la pierna siguiendo el territorio de inervación sensitiva/motora de la raíz nerviosa afectada. El paciente con frecuencia trata de aliviar el dolor elevando la pierna del lado explorado. Se debe realizar una valoración del grado de elevación que alcanza la pierna para estimar la gravedad de la irritación de las raíces nerviosas (un Lasègue verdadero de 60° o menos). También se puede producir un dolor ciático si se aduce y se rota internamente la rodilla con la pierna flexionada. Esta maniobra se conoce como signo de Bonnet o del piriforme (la aducción y la rotación interna de la pierna traccionan del nervio cuando atraviesa el músculo piriforme). El dolor ciático que aumenta cuando se eleva la cabeza (signo de Kernig) y/o se realiza una flexión dorsal pasiva del dedo gordo del pie (signo de Turyn) se considera indicio de clara irritación del ciático (dx dif.: meningitis, hemorragia subaracnoidea, meningitis carcinomatosa). Un dolor que aumenta lentamente cuando se eleva la pierna en la región sacra o de la columna lumbar o un dolor que se irradia hacia la cara dorsal del muslo 1
  • 54. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 43 se suelen considerar indicio de artrosis de la articulación (síndrome facetario), de irritación de los ligamentos de la cadera (tendinosis) o de aumento de la tensión (acortamiento) de los músculos isquiocrurales (si la interrupción del movimiento es suave, se debe sospechar afectación del lado contralateral). Este dolor que se denomina seudorradicular (seudosigno de Lasègue) debe ser diferenciado de una ciatalgia clara (signo de Lasègue). En general la pierna extendida se puede elevar entre 15° y 30° en relación con la articulación coxofemoral antes de que aparezca tracción sobre las raíces nerviosas en los agujeros intervertebrales. Cuando el dolor aparece a partir de 60°, se puede sospechar un dolor de origen articular vertebral (articulaciones facetarias) o sacroilíaco. Es importante diferenciar si el dolor se origina en las articulaciones, los tejidos blandos o las raíces nerviosas. Cuando el dolor al elevar la pierna aparece en el lado contralateral, se deberá sospechar un prolapso del disco o un tumor. Este signo se describe como signo cruzado y suele aparecer en prolapsos de los discos grandes de localización medial-central. El signo de Lasègue y el signo cruzado indican el grado de afectación del disco intervertebral. Muchos pacientes con prolapso central amplio del disco son candidatos a cirugía, sobre todo cuando tienen alteraciones a nivel vesical o intestinal. En los pacientes que no pueden permanecer tumbados en decúbito supino, se puede realizar la exploración en decúbito lateral. El paciente se tumba sobre el Fig. 1.44  Signo de Lasègue. 1
  • 55. Columna vertebral 44 lado sano y se le flexiona la pierna hasta 90° en las articulaciones de la rodilla y coxofemoral. La columna puede estar extendida o ligeramente flexionada, según la susceptibilidad del paciente. El explorador extiende lentamente la articulación de la rodilla del paciente en el lado afectado. La aparición de dolor o resistencia al movimiento durante la extensión de la articulación de la rodilla se interpreta como un resultado positivo de la prueba. También puede resultar imposible elevar la pierna desde la cadera cuando el paciente trata de forma voluntaria de empujar la pierna hacia abajo contra la resis- tencia del explorador. Esta conducta se da en pacientes que ya tienen experiencia con esta exploración médica (v. prueba de Lasègue en sedestación). Signo de Lasègue invertido (prueba de estrés femoral) Valoración de una irritación de las raíces nerviosas. ▶Procedimiento.  Decúbito prono. El explorador eleva la pierna flexionada a nivel de la rodilla respecto de la camilla de exploración. ▶Valoración.  La hiperextensión de la cadera con la rodilla flexionada provoca una tracción sobre el nervio femoral y la aparición de un dolor radicular unilateral o bilateral a nivel renal o en la cara anterior del muslo (con menos frecuencia también de la pantorrilla) se considera indicativa de una irritación de las raíces nerviosas (p. ej., prolapso del disco intervertebral) del segmento vertebral L3/L4. Se debe distinguir de los trastornos en los que se produce un acortamiento del músculo recto femoral o del músculo psoas por artrosis de cadera. La prueba de Lasègue invertida o prueba de estrés femoral también se puede realizar en decúbito lateral. El paciente se tumba sobre el lado no afectado. El explorador flexiona suavemente las articulaciones de la rodilla y coxofemoral del lado afectado y fija con una mano la pelvis y con la otra sujeta la rodilla del paciente y aumenta la extensión de la cadera al tiempo que aumenta la flexión de la rodilla. La aparición de un dolor radicular en la superficie anterior del muslo indica irritación de la raíz nerviosa. Igual que sucede con el signo de Lasègue, los síntomas pueden afectar al lado contralateral. Si esto ocurre, se dice que existe un signo de estrés femoral cruzado. Los dolores que se localizan en la superficie medial del muslo y en la región de la cadera/ingle sugieren un origen en L3, mientras que los dolores que afectan a la superficie anterior de la pierna indican un origen en L4. Esta prueba se parece a la prueba de Ober para valoración de un acortamiento/ contracción de la cintilla iliotibial. Cuando existe un acortamiento/contracción de esta estructura no se puede realizar una aducción potente de la pierna y a menudo no existe dolor. Si existe dolor, se localizará con frecuencia en el trocánter mayor y distal por encima del cóndilo lateral. 1
  • 56. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 45 Los dolores del nervio femoral suelen tener una anamnesis distinta y general- mente son más extensos y se distribuyen siguiendo un dermatoma. ▶Observación.  El prolapso del disco intervertebral L3-L4 se asocia a debilidad del músculo cuádriceps con ausencia o disminución del reflejo rotuliano. Fig. 1.45 a y b  Signo de Lasègue invertido. a Posición de partida. b Hiperextensión de la cadera. 1
  • 57. Columna vertebral 46 Signo de Bonnet (signo del piriforme) ▶Procedimiento.  Decúbito supino. El explorador aduce y rota en sentido interno la pierna con flexión de las articulaciones de la rodilla y coxofemoral. ▶Valoración.  El signo de Lasègue aparece antes cuando el explorador realiza esta maniobra. El nervio se estira todavía más mientras atraviesa el músculo piriforme y esto hace que se intensifique el dolor. Signo de Lasègue-Moutaud-Martin (Lasègue cruzado) Valoración de una irritación de las raíces nerviosas. ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. El explorador eleva la pierna no dolorosa con la rodilla extendida. ▶Valoración.  Cuando existe un prolapso del disco intervertebral con irritación de las raíces nerviosas, aunque se eleve la pierna sana, la realización de este movi- miento hace que se produzca dolor de tipo ciático en la pierna afectada porque se mueve el segmento afectado de la columna. Signo de Bragard Valoración de un síndrome de compresión radicular; diagnóstico diferencial entre el Lasègue verdadero y el seudo-Lasègue. ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. El explorador sujeta con una mano el talón y con la otra coge la rodilla desde ventral. En esta posición eleva lentamente Fig. 1.46  Signo de Bonnet. Fig. 1.47  Signo de Lasègue-Moutaud-Martin. 1
  • 58. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 47 la pierna con la rodilla extendida. Cuando aparece un dolor de tipo Lasègue, se deja caer la pierna hasta que no se perciba dolor y en esa posición se realiza una flexión dorsal enérgica del pie, que suele volver a desencadenar el dolor ciático. ▶Valoración.  Si el signo de Bragard se considera positivo, se deberá sospechar una compresión radicular localizada entre L4 y L5. Un dolor inespecífico más sordo localizado en la cara posterior del muslo y que se irradia hacia la articulación de la rodilla indica una irritación por distensión de los músculos isquiocrurales y no se debe considerar un signo de Lasègue positivo. La sensación de tensión en la pantorrilla se puede deber a tromboflebitis, trombosis o contractura del músculo gastrocnemio. El signo de Bragard permite demostrar si el paciente es un simulador. Cuando es así, este signo suele ser negativo. Fig. 1.48 a y b  Signo de Bragard. a Posición de partida. b Flexión dorsal del pie. 1
  • 59. Columna vertebral 48 Diagnóstico diferencial según Lasègue Diagnóstico diferencial entre la ciatalgia y las lesiones de la cadera. ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. El explorador sujeta con una mano el talón y con la otra coge la rodilla desde ventral. Se eleva lentamente la pierna del paciente con la rodilla extendida hasta el punto en el que el paciente sienta dolor. Se registra la localización y el tipo de dolor. Se estima el ángulo que forma la pierna elevada antes de aparecer dolor. Se repite la prueba y cuando se alcanza el umbral de dolor se procede a flexionar la articulación de la rodilla. ▶Valoración.  En los pacientes con irritación del nervio ciático, la flexión de la rodi- lla consigue una reducción importante de las molestias o su desaparición completa. Cuando existe una lesión en la articulación coxofemoral, el dolor persiste e incluso se agrava porque este movimiento incrementa la flexión de esta articulación. Fig. 1.49 a y b  Diagnóstico diferencial según Lasègue. a Posición de partida. b Flexión de la rodilla. 1
  • 60. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 49 ▶Observación.  El dolor asociado a los trastornos de la articulación coxofemoral suele aparecer en la región de la ingle y sólo de forma excepcional lo hace en la re- gión dorsolateral de la cadera. El diagnóstico diferencial entre los dolores asociados a la irritación de las raíces nerviosas y los trastornos de la articulación coxofemoral sólo se puede establecer cuando el dolor se localiza a nivel dorsolateral. Signo de Duchenne Valoración de las lesiones de las raíces nerviosas. ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. El explorador coge el talón del paciente con una mano y con un dedo de la otra ejerce presión sobre la cabeza del primer metatarsiano en dirección dorsal. En esta posición se pide al paciente que flexione el pie en dirección plantar. ▶Valoración.  Cuando existe una lesión de los discos intervertebrales con daño de la raíz nerviosa S1, el paciente no puede oponer ninguna resistencia a la presión del dedo. La paresia de los músculos peroneos produce una supinación del pie (por encima del músculo tibial posterior/anterior). Fig. 1.50 a-c  Signo de Duchenne. a Posición de partida. b Normal. c Patológica. 1
  • 61. Columna vertebral 50 Prueba de Kernig-Brudzinski Indica una irritación nerviosa meníngea o dural. ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. Se le pide que flexione la rodilla y la cadera. Durante la primera fase de la prueba, el explorador trata de extender de forma pasiva la rodilla del paciente y, en la segunda, se le pide que extienda la rodilla de forma activa. ▶Valoración.  Cuando la extensión activa o pasiva de la rodilla provoca dolor en la región vertebral o dolor radicular en la pierna, se deberá sospechar una irritación de una raíz nerviosa, relacionada con el prolapso de un disco intervertebral o con un proceso inflamatorio o tumoral vertebral. Cuando este signo es negativo en un paciente con sospecha de irritación de la raíz nerviosa, el explorador puede aumentar la tensión sobre las raíces nerviosas y la dura mediante la flexión pasiva de la CC del paciente. Esta maniobra se denomina prueba de Brudzinski. Fig. 1.51 a-c  Prueba de Kernig-Brudzinski. a Posición de partida. b Extensión de la rodilla. c Signo de Brudzinski. 1
  • 62. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 51 Prueba de la marcha sobre talones y de puntillas Diagnóstico y clasificación de las lesiones de las raíces nerviosas en la CL. ▶Procedimiento.  Se pide al paciente que se apoye primero sobre los talones y luego sobre los dedos y que en esa posición dé unos pasos, si puede. ▶Valoración.  La incapacidad o dificultad para permanecer apoyado sobre los dedos o caminar de puntillas indica una lesión de la raíz S1, mientras que la incapacidad para apoyarse o caminar sobre los talones indica una lesión de L5/L4. ▶Observación.  El diagnóstico diferencial incluye la rotura del tendón de Aquiles. En este caso será imposible apoyarse sobre los dedos, especialmente en los de la pierna afectada. Fig. 1.52 a y b  Prueba de la marcha sobre talones y de puntillas. a Marcha sobre talones. b Marcha de puntillas. 1
  • 63. Columna vertebral 52 Prueba de Lasègue en sedestación (prueba de reclinación) Identificación de una irritación de la raíz nerviosa. ▶Procedimiento.  El paciente se sienta en el borde de la camilla de exploración y se le pide que flexione la cadera con la pierna extendida. ▶Valoración.  Esta prueba se corresponde con el signo de Lasègue. Cuando existe una irritación de la raíz nerviosa, el paciente sufre dolor, que le obliga a inclinarse hacia atrás y apoyarse sobre los brazos. Esta prueba permite también identificar a los simuladores. Cuando el paciente flexiona sin problemas la cadera y no se tiene que tumbar hacia atrás, se deberá pensar en un signo de Lasègue positivo previo. Esta prueba también la puede realizar el explorador, igual que sucede con el signo de Lasègue; para ello flexiona la articulación coxofemoral manteniendo la rodilla extendida. Fig. 1.53 a y b  Prueba de Lasègue en sedestación. a Inicio de la flexión de la cadera. b Flexión progresiva de la cadera. 1
  • 64. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 53 Prueba de Hoover Valoración de la simulación de los trastornos de la CL. ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino. El explorador sujeta con una mano un talón y luego el otro. Se pide al paciente que eleve la pierna afectada en exten- sión desde la camilla. ▶Valoración.  Cuando el paciente no puede elevar la pierna o el explorador no percibe presión alguna en el talón contralateral, se debe sospechar que el paciente en realidad no está tratando de elevar la pierna o está simulando que no puede hacerlo. Cuando una pierna tiene realmente debilidad, la presión en el talón de la pierna contralateral aumentará porque el paciente trata de compensar la falta de presión en la pierna que le duele y/o está debilitada. Con frecuencia, el paciente no consigue elevar la pierna. Se deben explorar las dos piernas para comparar. Fig. 1.54  Signo de Hoover. 1
  • 65. Columna vertebral 54 Articulación sacroilíaca (ASI) La base de la columna la conforman los dos huesos ilíacos articulados en el sa- cro. La unión entre estos huesos se denomina articulación sacroilíaca (ASI). Desde el punto de vista anatómico se trata de articulaciones verdaderas y, desde el punto de vista funcional, se consideran anfiartrosis, dado que los ligamentos gruesos y los huesos en forma de asta y las superficies articulares irregulares sólo permiten una amplitud de movimientos limitada. Sin embargo, como consecuencia de los movimientos de deslizamiento entre la columna y la pelvis se pueden producir importantes alteraciones de esta articulación, que pueden repercutir sobre el eje corporal y las extremidades. El bloqueo y la inestabilidad de la articulación sacroilíaca pueden ser con- secuencia de un accidente, de una luxación o de una fractura de la pelvis, pero también se pueden asociar a una carga asimétrica sobre la pelvis o a otros motivos. Se puede producir dolor con el movimiento a nivel sacroilíaco, glúteo, inguinal o en la región trocantérea, que se suele irradiar hacia la cara posterior desde S1 a la rodilla, aunque también puede cursar como un dolor ciático. Es frecuente que se asocie también a dolor en la parte baja del abdomen y la ingle por tensión sobre el músculo iliopsoas. Las molestias sacroilíacas se proyectan principalmente a nivel paravertebral en la zona sacra e ilíaca. En general se asocian a una sensación de presión y palpitación en la zona. Existen diversas pruebas para valorar las alteraciones funcionales de la articulación sacroilíaca, que se pueden realizar en decúbito prono o supino. Pruebas funcionales y de provocación para la articulación sacroilíaca: 1. Signo de Mennell. 2. Prueba del resorte «cum femore». 3. Prueba de la sacudida. 4. Fenómeno de anticipación en bipedestación/decúbito. 5. Longitud variable de las piernas. 6. Prueba de las espinas ilíacas. 7. Cuatro signos de Patrick (Fabere). 8. Prueba en tres pasos. 1
  • 66. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 55 Prueba para los ligamentos Valoración funcional de los ligamentos de la pelvis. ▶Procedimiento.  Decúbito supino. 1. Para la valoración de los ligamentos iliolumbares, la pierna se flexiona en las articulaciones coxofemoral y de la rodilla y se aduce hacia la articulación coxofemoral contralateral. Mientras se realiza este movimiento, se ejerce una presión axial sobre la articulación de la rodilla en sentido longitudinal respecto al muslo. 2. Para explorar los ligamentos sacroespinosos y sacroilíacos se realiza una flexión máxima de las articulaciones coxofemoral y de la rodilla y se aducen hacia el hombro contralateral. Mientras se realiza este movimiento, se ejerce una presión axial sobre la articulación de la rodilla en sentido longitudinal respecto al muslo. 3. Para explorar los ligamentos sacrotuberosos se realiza una flexión máxima de las articulaciones coxofemoral y de la rodilla hacia el hombro ipsilateral. Fig. 1.55 a y b  Ligamentos de la pelvis. a Vista anterior. b Vista posterior. 1, 2 Ligamentos iliolumbares. 3 Ligamento sacroespinoso. 4 Ligamento sacrotuberoso. 5 Ligamentos sacroilíacos dorsales. 6 Ligamentos sacroilíacos ventrales. 1
  • 67. Columna vertebral 56 ▶Valoración.  La aparición en pocos segundos de un dolor por distensión sugiere un acortamiento funcional con sobrecarga de los ligamentos, aunque este dolor puede aparecer también en los bloqueos o la hipermovilidad de las articulaciones sacroilíacas. El dolor por distensión de los ligamentos iliolumbares se proyecta hacia la región inguinal (dx dif. con las enfermedades de las articulaciones coxofemorales); el de los ligamentos sacroespinosos o sacroilíacos se propaga al dermatoma S1 (superficie laterodorsal de la cadera hasta la rodilla), y el de los ligamentos sa- crotuberosos se irradia a la cara dorsal del muslo. Fig. 1.56 a-c  Pruebas para los ligamentos. a Ligamento iliolumbar. b Ligamento sacroespinoso. c Ligamento sacrotuberoso. 1
  • 68. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 57 Prueba del resorte II Valoración de la hipermovilidad de la ASI. ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito prono. Se coloca el índice de una mano sucesivamente sobre el polo superior a inferior de la ASI (S1/S3) de forma que la yema del dedo quede situada sobre el sacro y la cara lateral se apoye sobre el margen medial del ilion. La otra mano se apoya sobre el dedo índice y se va ejerciendo lentamente una presión en sentido ventral, que se transmite al sacro a través del dedo responsable de la palpación. ▶Valoración.  Cuando no existen alteraciones en la ASI, ésta cede al apretar y se produce un incremento de la distancia entre el margen posterior del ilion y el sacro, algo que no se encuentra en los casos de bloqueo de la ASI. Cuando el deslizamiento al realizar un movimiento relativamente lento es más difícil se deberá sospechar una hipermovilidad de la articulación sacroilíaca. La aparición de dolor al realizar los movimientos deberá plantear una articulación bloqueada o una articulación hipermóvil sobrecargada (hipermovilidad dolorosa). Fig. 1.57  Prueba del resorte II. 1
  • 69. Columna vertebral 58 Prueba de Patrick (Fabere) o de los cuatro signos Diferenciación entre las enfermedades de las articulaciones coxofemoral y sa- croilíaca (valoración del estado de tensión de los músculos aductores). ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito supino, con la pierna extendida y la rodilla contralateral flexionada. El maléolo externo de la pierna flexionada se coloca por encima del límite superior de la rodilla de la pierna contralateral. La prueba se puede realizar también colocando el pie de la pierna flexionada en la parte interna de la rodilla de la otra pierna. Se deja caer la pierna flexionada hacia fuera y, a partir de esta posición, el explorador aumenta la rotación externa, para lo cual presiona sobre la rodilla con la mano para acercarla a la camilla de exploración. Es preciso fijar la pierna extendida a nivel de la pelvis para evitar un movimiento conjunto. ▶Valoración.  Normalmente, la rodilla que se encuentra colocada de este modo casi alcanza la camilla. Se debe medir la distancia entre la rodilla y la camilla en ambos lados. Cuando aparece una diferencia de movilidad entre los dos lados con una limitación por dolor de la hiperaducción en pacientes que no tienen alteraciones en la cadera ni en los aductores, se deberá sospechar un trastorno funcional de la articulación sacroilíaca ipsilateral. Se puede diferenciar de los trastornos de la articulación coxofemoral mediante la comprobación del movimiento de la misma (sobre todo de la rotación) con palpación de la cápsula articular en la profundidad de la ingle. Fig. 1.58 a y b  Prueba de Patrick. a Posición de partida. b Aumento de la presión. 1
  • 70. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 59 Prueba de las tres fases (prueba de hiperextensión en tres pasos) ▶Procedimiento.  Paciente en decúbito prono. El explorador sujeta con una mano la pierna extendida y en la primera fase la eleva, mientras coloca la otra mano en la pelvis, en hiperextensión. En la segunda fase fija con la misma mano el sacro paralelo a la articulación sacroilíaca y coloca la pierna en hiperextensión. En la tercera fase fija con una mano el cuerpo vertebral de L5 y con la otra eleva la pierna en hiperextensión. El desplazamiento del punto de fijación con la mano en sentido craneal permite valorar también los correspondientes segmentos superiores de la CL. Fig. 1.59 a-c  Prueba de las tres fases (prueba de hiperextensión en tres pasos). a Fijación del ilion. b Fijación del sacro. c Fijación de la CL. 1
  • 71. Columna vertebral 60 ▶Valoración.  En condiciones normales, el movimiento es indoloro en todas las fases. Es posible hiperextender la articulación coxofemoral hasta 10-20°. La ar- ticulación sacroilíaca tiene una movilidad escasa (juego articular) y la CL se deja hiperextender en la unión lumbosacra de forma elástica (hiperlordosis). La aparición de dolor cuando se fija el ilion (fase 1) sugiere una alteración de la articulación coxofemoral o un acortamiento de los músculos (recto femoral y/o psoas); el dolor asociado a la fijación del sacro indica un bloqueo de la articulación sacroilíaca y otras enfermedades de esta articulación (p. ej., enfermedad de Bech­ terew) (fase 2: signo de Mennell); y la aparición de dolor cuando se fija la columna cervical hace sospechar una alteración de la unión lumbosacra (bloqueo vertebral, protrusión discal o prolapso del disco intervertebral) (fase 3). ▶Observación.  Signo de Mennell: este signo se produce durante la realización de la segunda de las tres fases de la prueba. Prueba de las espinas ilíacas Valoración de la función de la articulación sacroilíaca. ▶Procedimiento.  El explorador se pone de pie detrás del paciente (en bipedes- tación) y con los pulgares trata de localizar las espinas ilíacas posterosuperiores y a la misma altura la cresta sacra mediana (apófisis espinosa de la vértebra sacra). Se pide al paciente que levante la pierna ipsilateral y que flexione la rodilla hacia delante lo máximo posible. ▶Valoración.  En condiciones normales, cuando la articulación sacroilíaca no está bloqueada, se produce un descenso del ilion del lado explorado. La espina ilíaca posterosuperior se desplaza durante el movimiento entre 0,5 y 2 cm como máximo en sentido caudal. En presencia de un bloqueo de la articulación sacroilíaca, se invierte este descenso y la espina ilíaca posterosuperior se desplaza en sentido craneal como consecuencia del bloqueo (vuelco de la pelvis). 1
  • 72. © Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito. Columna vertebral 61 Fig. 1.60 a-c  Prueba de las espinas ilíacas. a Posición de partida. b ASI libre. c ASI bloqueada. 1
  • 73. Columna vertebral 62 Fenómeno de anticipación (prueba de flexión en bipedestación) Valoración de la función de la articulación sacroilíaca. ▶Procedimiento.  El paciente se coloca en bipedestación dando la espalda al ex- plorador. Éste palpa con los pulgares de forma simultánea las dos espinas ilíacas posterosuperiores. Se pide al paciente que se flexione lentamente hacia delante con los pies apoyados en el suelo y las rodillas extendidas. Se debe valorar el movimiento de las dos espinas ilíacas cuando el paciente inclina hacia delante la mitad superior del cuerpo. Posteriormente se debe compensar cualquier diferencia en la posición de la pelvis por discordancia en la longitud de las piernas colocando una tablilla debajo de la pierna más corta. ▶Valoración.  El sacro gira alrededor de un eje horizontal en relación con los ilíacos en la articulación sacroilíaca. Este movimiento de desplazamiento del sacro se denomina nutación. Cuando el paciente está normal con movimientos libres de la articulación sa- croilíaca, las dos espinas ilíacas se encuentran a la misma altura al principio y al final del movimiento de inclinación de la espalda. Cuando no se produce el movimiento de nutación de la articulación sacroilíaca de un lado, la espina ilíaca posterosuperior de dicho lado se desplazará con el sacro en sentido craneal en comparación con la contralateral. Cuando se conserva el movimiento de nutación y se puede demostrar un fenó- meno de anticipación, se deberá sospechar como primera alternativa un bloqueo de la articulación sacroilíaca ipsilateral. El fenómeno de anticipación bilateral se puede deber a un acortamiento bilateral de los músculos isquiocrurales. ▶Observación.  Al valorar el fenómeno de anticipación, se debe prestar atención a las asimetrías de la pelvis y la articulación coxofemoral. Cualquier diferencia de inclinación de la pelvis secundaria a una diferencia en la longitud de las piernas se debería compensar mediante la colocación de una tabla debajo de la pierna más corta. El fenómeno de anticipación se puede valorar también en decúbito prono (longitud variable de las piernas). 1