2. José Saramago
Cuando recibió el Premio Nobel
evocó a los personajes maestros: ” Al
pintar a mis padres y a mis abuelos con
tintas de literatura, transformándolos, de
las simples personas de carne y hueso
que habían sido, en personajes
nuevamente y de otro modo
constructores de mi vida, estaba, sin
darme cuenta, trazando el camino por
donde los personajes que habría de
inventar […] acabarían haciendo de mí
la persona en que hoy me reconozco:
creador de esos personajes y al mismo
tiempo criatura de ellos.”
3. Gabriel García Márquez
En 1982, también al recibir el
Nobel mezcló literatura y política
al hablar de La soledad de
América Latina: “
Poetas y mendigos, músicos y profetas
, guerreros y malandrines, todas
las criaturas de aquella realidad
desaforada hemos tenido que
pedirle muy poco a la
imaginación, porque el desafío
mayor para nosotros ha sido la
insuficiencia de los recursos
convencionales para hacer
creíble nuestra vida.”
4. Elie Wiesel
Pronunció en 1999 un discurso en la Casa
Blanca sobre los peligros de la indiferencia
: “Evidentemente, la indiferencia puede
resultar tentadora. En ocasiones, incluso
seductora. Resulta mucho más fácil
apartar la mirada de las víctimas. Es
mucho más fácil evitar estas abruptas
interrupciones a nuestro trabajo, nuestros
sueños y nuestras esperanzas. A fin de
cuentas, es extraño y pesado implicarse
en el dolor y la desesperación de los
demás. (…) En cierto sentido, ser
indiferente a ese sufrimiento es lo que
deshumaniza al ser humano.
5. Albert Einstein
Dejó ante la Liga alemana de los derechos
humanos unas reflexiones que tituló como
su credo: “Mi pasión por la justicia social
me ha llevado a veces a conflictos con
otras personas, asimismo como mi
aversión hacia cualquier obligación y
dependencia, las que no considero como
algo absolutamente necesario.
Tengo en alta consideración al individuo y
una insuperable aversión por la violencia.
Todos estos motivos me han convertido en
antimilitarista y un pacifista apasionado.
Estoy en contra de cualquier nacionalismo,
incluso en forma de mero patriotismo.”
6. Pablo Neruda
Al recoger su Premio Nobel: “Los errores
que me llevaron a una relativa verdad, y
las
verdades que repetidas veces me condujeron al error
, unos y otras no me permitieron ni yo lo
pretendí nunca orientar, dirigir, enseñar lo
que se llama el proceso creador, los
vericuetos de la literatura. Pero sí me di
cuenta de una cosa: de que nosotros
mismos vamos creando los fantasmas de
nuestra propia mitificación. De la
argamasa de lo que hacemos, o queremos
hacer, surgen más tarde los impedimentos
de nuestro propio y futuro desarrollo.”
7. Miguel de Unamuno
En un enfrentamiento verbal el 12 de
octubre de 1936 con el general franquista
Millan Astray pronunció su famoso
discurso: “¡Éste es el templo de la
inteligencia! ¡Y yo soy su supremo
sacerdote! Vosotros estáis profanando su
sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga
lo que diga el proverbio, un profeta en mi
propio país.
Venceréis, pero no convenceréis.
Venceréis porque tenéis sobrada fuerza
bruta; pero no convenceréis, porque
convencer significa persuadir. Y para
persuadir necesitáis algo que os falta:
razón y derecho en la lucha”.
8. Gervasio Sánchez
Recibió el Premio Ortega y Gasset de
Fotografía y al recogerlo, en presencia de
autoridades y políticos, hizo esta
reivindicación: “Es verdad que me siento
escandalizado cada vez que me topo con
armas españolas en los olvidados campos de
batalla del tercer mundo y que
me avergüenzo de mis representantes políticos
. Pero como Martin Luther King me quiero
negar a creer que el banco de la justicia está
en quiebra, y como él, yo también tengo un
sueño: que, por fin, un presidente de un
gobierno español tenga las agallas suficientes
para poner fin al silencioso mercadeo de
armas que convierte a nuestro país, nos guste
o no, en un exportador de la muerte.”
9. Albert Camus
Aceptó su premio Nobel con palabras
como estas: “el papel de escritor es
inseparable de difíciles deberes. Por la
definición no puede ponerse al servicio
de quienes hacen la historia, sino al
servicio de quienes la sufren. Si no lo
hiciera, quedaría solo, privado hasta de
su arte. Todos los ejércitos de la tiranía,
con sus millones de hombres, no le
arrancarán de la soledad, aunque
consienta en acomodarse a su paso y,
sobre todo, si en ello consiente. Pero el
silencio de un prisionero desconocido,
abandonado a las humillaciones en el
otro extremo del mundo basta para
sacar al escritor de su soledad.”
10. Harold Pinter
Cuando recogió su Nobel de
Literatura hizo vía video un alegato
por la responsabilidad del artista y lo
ilustro con una feroz crítica a la
política exterior de EEUU: “El
lenguaje en el arte es una ambiciosa
transacción, unas arenas movedizas,
un trampolín, un estanque helado que
se puede abrir bajo tus pies, los del
autor, en cualquier momento. Pero,
como he dicho, la búsqueda de la
verdad no se puede detener nunca.
No puede aplazarse, no puede
retrasarse. Hay que hacerle frente,
ahí mismo, en el acto.”
11. José Ortega y Gasset
Dejó en esta reflexión sobre el valor
de los libros, la lectura y el papel de
las bibliotecas: “El libro, pues, al
conservar solo las palabras, conserva
solo la ceniza del efectivo
pensamiento. Para que este reviva y
perviva no basta con el libro. Es
preciso que otro hombre reproduzca
en su persona la situación vital a que
aquel pensamiento respondía. Solo
entonces puede afirmarse que las
frases del libro han sido entendidas y
que el decir pretérito se ha salvado.”
12. Camilo José Cela
Dio, cuando recibió el Premio Príncipe
de Asturias, una serie de consejos:
“En España, el que resiste, gana. Y
también os lo digo, Alteza, porque
habréis de lidiar durante vuestra vida,
que para bien de todos os deseo
larga y colmada de aciertos, con los
tres embates que siempre se
arrancan y siempre se estrellan
contra el alma de los elegidos: el
hombre impaciente, el del tiempo
inclemente y el de la circunstancia
desaforada e hiriente.”
13. Webgrafía
Pronunciación de un discurso. RadioCable en
Internet S.L. (2010, 25 de enero). Grandes
discursos de intelectuales En línea.
RadioCable.com. Disponible en:
http://www.radiocable.com/discursos
intelectuales875.html [2012, 10 de octubre]