Este documento discute el papel de los padres en la realización de los deberes escolares de los hijos. Señala que los padres deben apoyar y vigilar a los hijos para asegurarse de que completen las tareas, pero no deben hacer el trabajo por ellos. También identifica varios errores comunes que cometen los padres, como hacer los deberes por los hijos o convertirlo en un momento de tensión, en lugar de ayudar a los hijos a desarrollar la autonomía y disciplina para completar las tareas por sí mismos.
1. PRÁCTICAS DEL MÓDULO I DE EDUCACIÓN Y SOCIEDAD
Apellidos, Nombre : Martín Rodríguez, Marcos
Titulación: Grado en Maestro de E. Primaria
Curso Académico: 2ºA
Práctica - 1c
DEBERES PARA CASA: “CON O SIN AYUDA DE LOS PADRES”
Foto tomada de: http://4.bp.blogspot.com/-p-ulpZ4Xvkk/T1WwVpqMpvI/AAAAAAAAFJI/73P4hYFMSbI/s400/homework_nanny.jpg
En el sistema educativo español, los deberes en casa cumplen un papel fundamental. Estos
deben reforzar lo aprendido en clase, ayudar a crear hábitos de trabajo y disciplina,
fomentando la concentración y la memorización. Aunque la realización de estos deberes es
responsabilidad de los hijos, los padres cumplen un papel indispensable. Este papel es el de
apoyar, vigilar, resolver dudas y asegurarse de que los hijos cumplan las tareas, pero en ningún
caso “hacerles los deberes.”
Según la Encuesta sobre los Hábitos de Estudio de los Niños Españoles realizada por TNS
Demoscopia, el 80% de los alumnos de primaria y el 45% de los de secundaria recibe ayuda
con sus tareas en casa. Algo que a muchos padres de hoy nos resulta sorprendente.
En un artículo publicado por El País titulado “Ayudarle a hacer los deberes no es ayudarle”, los
padres empezaron a involucrase hace más de una década. No solo por las medidas de
2. conciliación familiar, también porque los padres de ahora tienen al menos estudios medios,
algo de lo que no disfrutaron las generaciones anteriores, explica la pedagoga Maite Rodríguez
Estévez. Esto ha hecho que la relación padre-hijo se escolarice, lo que importa son los
resultados académicos. Todo gira alrededor de esa necesidad y se ha olvidado el inculcar
valores, el juego, la responsabilidad… No hay tiempo para otras cosas en las horas que pasan
juntos.
Como bien dice la psiquiatra Orlanda Varela, la implicación de los padres no puede significar
hacerle los deberes al alumno. El padre se tiene que poner en la posición del entrenador. Un
entrenador no corre con el jugador ni tiene que comer las mismas calorías, ni, por supuesto,
sufrir sus lesiones. Un entrenador tiene dos funciones fundamentales: organizar y asesorar con
el objetivo de mejorar el rendimiento.
Existe un falso rumor extendido que dice que algunos de los fracasos escolares se deben a que
los padres no se preocupan de la educación de sus hijos. Pero nada más lejos de la realidad, los
padres y madres dedican varias horas diarias a ayudar a sus hijos con los deberes y vigilar que
los hagan
Muchos padres no saben dónde está el límite entre “ayudar a hacer los deberes y hacerle los
deberes”, si se sobrepasa este límite y se organiza por completo todo lo que el niño debe hacer
privándole de autonomía, esto se convierte en una sobrecarga para el niño. A su vez, cuando
intentan dejar de hacerlo se dan cuenta de que su hijo ha generado una dependencia y temen
que el niño suspenda.
Esto desemboca en muchos momentos de tensión entre padres e hijos, además los niños se
sentirán cada vez más inseguros pensando que ellos solos no son capaces de hacer las cosas,
cada vez preguntaran más dudas y les será más difícil hacerse cargo de sus tareas y ser
autónomos.
Foto tomada de: http://kidshealth.org/parent/en_espanol/padres/headers_86924/P_Top_10_Homework_Tips_esHD.jpg
3. En este artículo de ABC, Carmen Guaita, profesora y vicepresidenta del sindicato de profesores
ANPE, explica los fallos más habituales y ofrece las claves para realizar con éxito estas tareas:
1º Fallo: Hacer los deberes en cualquier sitio, en la cocina mientras se prepara la cena; en el
cuarto de estar mientras otros ven la tele…
En su lugar: Procurar que el «momento deberes» sea importante para la familia: en un lugar
fijo, es mejor si es su propio rincón de estudio. Si no se dispone de él, en un ambiente de
silencio y trabajo general en la casa, sin distracciones, sin tele…
2º Fallo: Protestar como adultos sobre la cantidad o calidad de los deberes.
En su lugar: Aceptarla realidad. «Los deberes son los que son y los que tocan. Si vemos que
sobrepasan a nuestro hijo, debemos acudir al centro educativo para notificarlo, pero en casa
se debe respetar todo lo posible la decisión del profesor. Estamos preparándoles para la vida, y
en la vida habrá mucho trabajo y esfuerzo», afirma la profesora.
3º Fallo: Hacerlos nosotros.
En su lugar: Realizar las tareas escolares de los hijos ni aumenta su capacidad de trabajo ni su
disciplina, ni les hace aprender nada nuevo. «El sentido común, la gran herramienta que todos
los padres tenemos aunque a veces no le hagamos caso, ya nos lo está diciendo». No hay que
corregir los ejercicios en casa. El objetivo no es llevarlos perfectos, sino probar a hacerlos para
ser conscientes de la dificultad. El profesor corrige mejor; hay que oírle. Aunque si es papel del
padre comprobar que el alumno ha corregido los deberes en clase y se ha dado cuenta de en
qué ha fallado.
4º Fallo: Entender los deberes solo como nuevos aprendizajes de conocimientos.
En su lugar: Los deberes escolares son refuerzos para el aprendizaje y, sobre todo, una ocasión
para aprender a trabajar de manera autónoma. Los padres pueden explicarles las dudas, pero
mucho más razonable es ayudarles a encontrar la respuesta que buscan: en sus propios libros
de texto, en internet…
4. 5º Fallo: Convertir los deberes en el «momento regañina» de cada día.
En su lugar: Convertir el tiempo de hacer deberes en un tiempo de paz y tranquilidad. Si el
alumno tiene dificultades, puede y debe consultarlas con sus profesores al día siguiente. Es
muy perjudicial crear en casa ansiedad ante lo relacionado con la escuela.
6º Fallo: No tomar en serio su necesidad de presencia y apoyo.
En su lugar: Soltar el Smartphone y estar disponibles para ellos, mirándoles y escuchándoles
cuando así lo requieran.
7º Fallo: Imponer un control absoluto.
En su lugar: «Si quieren que les tomemos la lección, debemos hacerlo. Si les ponemos
nerviosos o ellos nos ponen a nosotros, es mejor confiar en su responsabilidad. Y decirles en
voz alta que confiamos en ella», dice Guaita.
8º Fallo: Evitar el diálogo con los profesores.
En su lugar: Potenciar el diálogo y la colaboración con los profesores y consultarles si hace
falta alguna ayuda suplementaria.
9º Fallo: Permitir que afronten las tareas escolares agotados ya de tareas extraescolares.
En su lugar: Las actividades extraescolares son necesarias pero no pueden ser obsesivas. Los
alumnos pueden tener demasiadas modalidades: deporte, idiomas, música, ajedrez… todo a la
vez. Es mejor adecuarlas a la personalidad e intereses del hijo y permitir tardes en las que solo
haya que jugar en casa y estudiar.
10º Fallo: Ser anárquicos.
En su lugar: Los deberes son, sobre todo, un aprendizaje del trabajo autónomo y la
autodisciplina. Para Guaita, «les ayudamos si les animamos a establecer un tiempo mínimo y
máximo, siempre a la misma hora, en el mismo sitio, siempre con el móvil apagado. Todo tiene
5. su momento es un gran aprendizaje para un niño pero son sus padres quienes deben
mostrárselo. También con el ejemplo».