1. Una Jornada en la Escuela Secundaria
Un día común y corriente en nuestra escuela secundaria iniciaba entre 6:45
am y 7:30 am. Entrabamos al salón de clases, a veces más dispuestos que otros
días a estudiar, ya que teníamos profesores que estaban realmente
comprometidos con su trabajo y otros no tanto. Pudimos entender y
comprender que la actitud del maestro influye directamente en la actitud de
los alumnos y más a esa edad.
En nuestro salón de clases existía todo tipo de alumnos, los callados, los
participativos, los relajientos, los aplicados, los molestones, los burlones y
muchos otros que se mantenían ajenos a cualquier grupo y preferían
únicamente ver todo lo que ocurría en su alrededor.
Teníamos receso de 30 a 45 minutos, tiempo que utilizábamos para comer,
platicar, estar con nuestros amigos, practicar algún deporte o incluso copiar
una tarea que no habíamos hecho durante la tarde del día anterior.
Todos llevábamos las mismas materias y realizábamos actividades como:
economía domestica, artes escénicas, cerámica, electricidad y jardinería,
entre muchas más.
Las actividades como lo eran los talleres, eran un medio útil y fundamental para
la recreación y la convivencia con otros compañeros.
Por otra parte la influencia de los maestros es una determinante en la actitud
de los alumnos puesto que un buen maestro es capaz de fortalecer y formar un
buen grupo.
Otra parte importante de las escuelas secundarias son los directivos; ellos son
los encargados de verificar que todo ocurra y se haga de la manera
adecuada.
Durante nuestra estancia en la secundaria los directores siempre estaban
dentro de su oficina, a veces salina a dar "rondas" pero casi no interactuaban
con nosotros.
Al prefecto lo veríamos mas porque siempre estaba vigilando en los pasillos,
pero siempre huíamos de ellos, así que a pesar de verlos la mayoría del tiempo
preferíamos mantenernos alejados de ellos.