En el presente informe exploraremos un poco sobre los trastornos y enfermedades a las que se encuentran expuestos los trabajadores, y más específicamente los trabajadores de emergencia que viven día a día expuestos a un muy alto nivel de estrés debido a la exigencia y las diferentes situaciones en el desempeño de su función. Como el síndrome de burnout o "síndrome del trabajador quemado" hace referencia a la cronificación del estrés laboral. Este se manifiesta a través de un estado de agotamiento físico y mental que se prolonga en el tiempo y llega a alterar la personalidad y autoestima del trabajador. Así como también la culpabilidad. la traumatización vicaria y la fatiga por compasión, que está fuertemente relacionada a este tipo de trabajos.
1. República Bolivariana de Venezuela.
Ministerio del poder popular para la Educación Universitaria.
Universidad Bolivariana de Venezuela.
P.F.G. Psicología.
U.C. Enfoques Terapéuticos II.
PSI6-T1-HE.
LOS TRABAJADORES EN EL ÁMBITO DE LAS EMERGENCIA.
Profesora: Estudiantes:
Esmeralda Mendoza Fanny Rodríguez.
C.I. 15.252.919.
Marycruz García.
C.I. 27.731.716.
Ciudad Bolívar; 2 de noviembre de 2023.
2. Introducción
En el presente informe exploraremos un poco sobre los trastornos y
enfermedades a las que se encuentran expuestos los trabajadores, y más
específicamente los trabajadores de emergencia que viven día a día expuestos
a un muy alto nivel de estrés debido a la exigencia y las diferentes situaciones
en el desempeño de su función.
Como el síndrome de burnout o "síndrome del trabajador quemado"
hace referencia a la cronificación del estrés laboral. Este se manifiesta a través
de un estado de agotamiento físico y mental que se prolonga en el tiempo y
llega a alterar la personalidad y autoestima del trabajador.
Así como también la culpabilidad. la traumatización vicaria y la fatiga por
compasión, que está fuertemente relacionada a este tipo de trabajos.
3. Los trabajadores en el ámbito de las emergencias
Trastornos en trabajadores de emergencia
El personal de primera respuesta a emergencias está expuesto a
diversos riesgos inherentes a su trabajo, entre ellos el riesgo psicosocial, con
alta prevalencia de estrés, estrés postraumático, agotamiento y fatiga. Estos
resultan de la atención a pacientes en situaciones críticas y en condiciones
desfavorables propias de entornos externos y desprotegidos, además de las
condiciones laborales propias de las instituciones donde trabajan.
Es muy probable que el estrés pueda considerarse el riesgo ocupacional
número uno para los trabajadores de los servicios de urgencia, pero sus
consecuencias parecen ser muy variadas. Flowerdew et al. identificaron
factores que provocan estrés en una encuesta realizada en un servicio de
urgencias de un hospital de Londres, enfocados en las conductas del personal.
Se identificaron como factores más importantes el exceso de carga de trabajo
(debido a escasez de personal en ese servicio) y también deficiencias en el
trabajo en equipo. Healy y Tyrrell realizaron un estudio sobre actitud de
médicos y enfermeras, trabajadores de servicios de urgencias. Estos autores
comentan que ser testigos de agresión o violencia, así como participar en la
resucitación de personas, puede ser una demanda emocional importante y que
a pesar de la frecuencia con que los trabajadores de servicios de urgencias se
enfrentan a esta demanda, no se tornan inmunes al estrés. Pajonk et al., a
partir de un estudio realizado en médicos de servicios de urgencia en Alemania,
señalan la importancia del tipo de personalidad en la aparición de
consecuencias del estrés como el llamado “trastorno de estrés postraumático”.
En un estudio realizado en Francia, el estrés se asoció a la edad menor de 30
años y a un bajo apoyo social de parte de los supervisores. Asimismo, se
encontraron más problemas relacionados con el estrés en el personal no
médico que en el personal médico.
Síndrome de burnout
El burnout laboral, también denominado síndrome del quemado o
síndrome de estar quemado en el trabajo, es un estado de agotamiento físico,
emocional y mental que está vinculado con el ámbito laboral, el estrés causado
por el trabajo y el estilo de vida del empleado. Puede tener consecuencias muy
graves, tanto en la esfera física como psicológica. Dos de los síntomas más
comunes son depresión y ansiedad.
El síndrome de burnout suele aparecer, en la mayoría de los casos, en
las personas que han elegido su oficio de manera vocacional (es muy frecuente
entre profesionales sanitarios, profesores y trabajadores sociales). Aunque al
4. principio las manifestaciones y el malestar sólo se extienden a la vida laboral,
finalmente también llegan a alcanzar, en casi todas las situaciones, la vida
social y familiar del trabajador afectado.
Tipos
Burnout activo: El empleado mantiene una conducta asertiva. Se relaciona
con elementos externos a la profesión.
Burnout pasivo: Suele tener sentimientos de apatía y se relaciona con
factores internos psicosociales.
El "Burnout" es la consecuencia de una situación de trabajo en la cual la
persona tiene la sensación de que está golpeándose la cabeza contra la pared
"día tras día", y a pesar de su interés y entrega por mejorar la vida de aquellos
con quienes se relaciona (los pacientes), con frecuencia ve el fracaso y la
miseria en el entrenamiento cotidiano con el sufrimiento, la pobreza, la crueldad,
el peligro, el dolor, la muerte, lo mismo que a la preocupación por el aumento
de demandas legales por mala práctica. Todo lo anterior hiere profundamente
la sensibilidad y muchos profesionales en salud terminan por crear una barrera,
una especie de anestesia contra las penas de los demás. Por otro lado, la
sociedad ve la salud como un derecho de todos y, en esa medida, los
profesionales deben estar disponibles para atender todas las necesidades que
surjan como consecuencia de la enfermedad. se debe aquí resaltar que los
profesionales experimentan su secuestro de capacidades físicas y psicológicas
que los debilitan y transforman en seres vulnerables, especialmente cuando
deben enfrentarse a situaciones difíciles.
En el Síndrome de Burnout podemos resaltar tres importantes características:
1-Agotamiento emocional
El profesional comienza a manifestar respuestas emocionales (actitudes,
sentimientos, pensamientos, otras) inadecuadas que pueden volverse crónicas,
ya que la energía de los mecanismos de ajuste y adaptación y de los recursos
internos se ha debilitado. Generalmente los profesionales deben manejar un
estrés que es normal en el área de salud y la forma cómo se sobreponen a
dicho estrés, es haciéndose de una armadura de despreocupación, la cual
puede llegar a ser tan fuerte que no le permita involucrarse afectivamente con
las personas a las que ayuda ["Nada sale ni nada entra"] ["Pero yo no era así"].
2- Despersonalización
Los profesionales van lentamente desarrollando una imagen pobre de
las personas que tratan de ayudar, las tratan mal y las hacen sentir que caen
mal. En este sentido "las reglas del juego las pongo yo, yo mando y si usted no
hace lo que yo digo no lo atiendo", y por lo general echan la culpa a los que
vienen a pedir ayuda (los pacientes).
5. 3- Reducción personal de talento
De nada les sirve a los profesionales preguntarse si son ellos o los otros
los culpables. No se puede personalizar el síndrome, porque sería como dejar
por fuera todos los demás elementos del ambiente. Muchas veces, las
actitudes de defensa, no permiten hacer conciencia de las situaciones
emocionales que le están ocurriendo a los trabajadores. Con frecuencia se
evade el enfrentamiento y surge el choteo o la broma, la forma indirecta de
comunicación, lo cual resulta en una descalificación y agresión a las personas.
En relación con las características anteriores se puede decir lo siguiente:
Las mujeres presentan con mayor incidencia el agotamiento emocional.
Los hombres presentan con mayor incidencia la despersonalización.
La gente joven es más propensa a presentar el síndrome, al igual que
las personas solteras o los casados que no tienen familia.
Desde el punto de vista psicológico existen características o rasgos en la
personalidad de los trabajadores de la salud que los predisponen a la
manifestación del síndrome:
Los que tienen dificultad para manejar grupos.
Las personas que se perciben débiles, impacientes, intolerantes, hostiles.
Los de baja tolerancia a la frustración.
Los que no pueden controlar impulsos.
Los que tienen poca confianza en sí mismos.
Los que tienen dificultad para expresar sentimientos y dar afecto.
Los que la autoimagen y autoestima depende de las demás personas.
Los que tienen gran necesidad de figurar o tener éxito.
La culpabilidad
Antes de empezar a hablar de la culpa es importante aclarar que no hay
emociones buenas o malas, todas tienen una función adaptativa ya que nos
permiten ajustarnos a nuestro entorno. Por lo tanto, es más adecuado
clasificarlas en agradables o desagradables teniendo en cuenta su polaridad.
La culpa es una emoción secundaria o derivada de otras más básicas
que clasificamos como desagradable. Implica una autoevaluación de nuestro
propio yo. Para poder experimentarla es necesario el desarrollo de la
autoconciencia, por ello recibe el nombre de emoción autoconsciente o
autoevaluativa.
El sentimiento de culpabilidad surge cuando la persona realiza una
evaluación negativa de una acción concreta (ya sea real o imaginaria) que
provoca un daño a una tercera persona (culpa interpersonal) o hacia sí misma.
6. En este último caso la persona siente que ha ido en contra de los valores o
normas que ha interiorizado como propios (culpa intrapersonal).
Aparece más fácilmente en personas que tienen metas excesivamente
elevadas o una baja autoestima. Genera una experiencia de dolor respecto a la
acción realizada o respecto al propio autoconcepto.
La culpabilidad es una emoción social, su función consiste en regular el
comportamiento en función de las normas y valores culturales. Motiva a la
persona a reparar el daño causado, mediante la realización de la acción
correcta. Ésta no siempre es viable, como consecuencia, la persona puede
tener dificultades para liberarse de este estado emocional manteniéndose
ligada a la situación y al pasado. También puede generar respuestas de
evitación o huída para eludir una consecuencia negativa ya sea real o
imaginaria.
El sentimiento de culpa puede ser inducido para conseguir la sumisión
de la otra persona y ejercer un control de su comportamiento orientado a que
cumpla con las normas y valores ajenos o que satisfaga los deseos de otros.
Es lo que llamamos chantaje emocional. Puede generar dependencia
psicológica provocando en la persona culpabilizada esfuerzos por conseguir la
aprobación del otro para evitar su rechazo o abandono.
Traumatización vicaria
El trauma vicario, es el desgaste psicológico o emocional que pueden
llegar a sufrir las personas que se dedican a cuidar de otros y que están en
permanente contacto con las emociones de otras personas que lo están
pasando mal.
El eje principal de este trauma vicario, suele ser la empatía, ya que el
hecho de ponerse en el lugar del otro, y exponerse a situaciones o experiencias
angustiosas, ocasiona que nuestro cerebro experimente síntomas de angustia
similares a los que presenta la otra persona, contagiándonos entonces de sus
emociones. Esto ocurre principalmente porque nuestro cerebro está preparado
para protegernos de lo que percibimos como amenazante, y el hecho de ver
como otros sufren, hace que nuestro cerebro se prepare también para ello.
Posibles causas del trauma vicario
Altos niveles de empatía: las profesiones que son más afectadas por este
tipo de alteraciones son aquellas que requieren una gran empatía para
tratar a otras personas que están sufriendo y que pueden, a su vez, estar
sufriendo traumas en la vida. Es por esto que la empatía juega un papel
fundamental en la adquisición de esta alteración, ya que el personal en
cuestión tiende a involucrarse con la persona que trata.
7. Exceso de trabajo: el exceso de trabajo en algunas profesiones puede
acabar ocasionando un cansancio intenso que a su vez puede acabar
propiciando la aparición de un trauma vicario. Es por esto que es
recomendable intentar no sobrecargarse de trabajo.
Síndrome del cuidador: este síndrome es una alteración psicológica que
experimentan muchos cuidadores sobre todo en el ámbito de la psicología y
la salud y que se caracteriza por una sobrecarga tanto física como mental y
una incapacidad de establecer una distinción entre el cuidado profesional e
quienes sufren y la vida personal fuera del trabajo.
Experiencias violentas o disruptivas: tal y como en todos los traumas en
general, el hecho de no poder preparase psicológicamente para la aparición
de una pérdida importante (por ejemplo, la muerte de un paciente) hace que
las experiencias sean más traumáticas.
Tratamiento para el trauma vicario
Existen diferentes formas de intervención para tratar los casos e trauma
vicario, en todos los casos se hace necesario la psicoterapia, y en algunos
casos también la psiquiátrica, para mitigar los síntomas vinculados a la
ansiedad mediante el uso de psicofármacos con prescripción médica.
En el contexto de la psicoterapia, se entrena al paciente en el uso de
técnicas de gestión de las emociones para integrar mejor los recuerdos
vinculados a la experiencia traumática, debilitando la tendencia a intentar no
pensar en ello, o de bloquear esos pensamientos y recuerdos evocados
cuando aparecen en la conciencia.
Fatiga por comparación.
La efectividad de la respuesta inmediata del socorrista requiere del
establecimiento de una relación de ayuda caracterizada por la comprensión
profunda del sufrimiento ajeno, que, si bien es necesaria e inevitable, a largo
plazo genera efectos adversos en el socorrista. Este fenómeno causado por
empatía puede identificarse con diversos términos: fatiga por compasión,
desgaste por empatía, traumatización vicaria o estrés traumático secundario.
Acinas (2012) define este síndrome como “el residuo emocional resultante de la
exposición al trabajo con aquellos que sufren las consecuencias de eventos
traumáticos” (p. 8).
Por tanto, el desgaste por empatía es una respuesta biopsicosocial por
la exposición continua y recurrente a un trauma, tensión o estrés de otras
personas como resultado de una interacción empática y sensible. Por otro lado,
Care (2017) afirma que la fatiga por compasión es un subtipo del estrés laboral
o también conocido como Burnout, debido a que el profesional experimenta
8. gran estrés al asistir medicamente o al dar consuelo emocional a una persona
afectada emocionalmente por diversas circunstancias.
La fatiga por compasión o desgaste por empatía genera un sin números
de síntomas que se presentan de diversas maneras, intensidad y duración.
Acinas (2012) clasifica estos síntomas en tres grupos: reexperimentación,
evitación o el embotamiento psíquico y la hiperactividad, lo cuales pueden
presentarse de manera repentina y son respuestas naturales en dichos
contextos estresantes.
Así mismo, Kapoulitsas y Corcoran (2015) consideran al desgaste por
empatía como una afectación o un impacto cognitivo, conductual, emocional y
somático del profesional. En cuanto a la conducta, el sujeto se muestra irritable,
con cambios de humor repentinos y disminución de comportamiento, respecto
a las emociones se alteran por la impotencia, enojo, culpa y sueños
angustiosos. En lo que refiere a lo cognitivo se caracteriza por la disminución
de concentración, apatía, preocupación con el trauma expuesto, lo somático se
evidencia en el aumento de frecuencia cardiaca, sudoración y mareos.
Atención psicológica de los trabajadores
El servicio de Ayuda Psicológica Laboral es un programa con diversas
posibilidades de intervención psicológica en los casos en donde las
circunstancias personales o laborales acaban afectando el rendimiento,
equilibrio psicológico y salud de los empleados.
En términos generales, el termino de ayuda psicológica laboral es una
oferta estructurada de intervención psicológica desde la empresa.
Concretamente, consiste en un conjunto de actividades e intervenciones
específicas, individuales y personalizadas diseñadas para apoyar, ayudar y
orientar a los empleados en una empresa u organización. Por lo tanto, supone
una ayuda en el tratamiento y abordaje individual de situaciones de crisis
personal, problemas psicológicos, circunstancias personales, sociales,
familiares o laborales que interfieren e impiden la integración, productividad y
desempeño laboral.
9. Conclusión
En relación con lo antes expuesto podemos concluir que los trabajos y
las actividades relaciones con casos de emergencia en cualquier ámbito llevan
consigo una gran carga tanto física como emocional que pueden desencadenar
en enfermedades, que de no ser atendidas a tiempo, pueden generar
importantes consecuencias hasta llegar al suicidio, hemos podido ver que
existe gran cantidad de métodos para tratar estos síndromes y enfermedades
para logar reducirlos y eliminarlos para darle a los trabajadores una buena
calidad de vida tanto en el ámbito laboral como en lo personal, y as iteren una
vida plena y satisfactoria.