1. 1. La arquitectura barroca: Bernini y Borromini
Las formas artísticas del Barroco se crearon en Italia, por lo que es allí donde se hallan los
primeros prototipos de edificios barrocos, especialmente iglesias y palacios. La
arquitectura también centró su atención en las obras urbanísticas que se llevaron a cabo
para la ordenación de las ciudades. El urbanismo barroco busca perspectivas
ilusionistas y escenográficas.
La arquitectura, como el resto de las artes barrocas, parte de un principio básico: la
ruptura del equilibrio clásico. Esto se manifiesta a través de:
. Los materiales
. Los elementos constructivos
. Los recursos decorativos
. Las tipologías arquitectónicas
El material más utilizado es la piedra sillar, sin embargo, para determinados edificios
y en especial para los interiores, se hace uso del mármol de varios colores con objeto de
crear suntuosos espacios apropiados a la teatralidad barroca. Se impone ahora el gusto
por los contrastes cromáticos, utilizando diferentes materiales. Ladrillo, piedra,
mármol, bronce.
Los elementos constructivos remiten a lo clásico, pero aunque utilizan el mismo léxico
arquitectónico, el lenguaje que componen resulta muy distinto; se siguen los órdenes de
columnas con sus entablamentos, más prefiriéndose las proporciones gigantes
(colosales) o sustituyéndose los fustes lisos renacentistas por columnas salomónicas. Se
introduce además el entablamento curvo, producto de la ondulación de las fachadas. El
arco utilizado es el medio punto y las bóvedas de cañón con lunetos o de aristas y
cúpulas sobre pechinas. Pero, frente a estos elementos ya ensayados en el Renacimiento,
se experimentan ahora bóvedas ovales (Ej. San Carlos de las cuatro fuentes) o
estrelladas, multiplicándose las cúpulas exteriores.
Los elementos decorativos incluyen diseños basados en la curva, como frontones
curvos y partidos, vanos en óvalo, motivos vegetales y cortinajes que nos sugieren un
mundo irracional, arbitrario y caprichoso. Por otro lado, los soportes dejan a menudo de
tener una función tectónica para convertirse en meramente decorativos, de modo que
podrían eliminarse sin que la estructura del edificio sufriera lo más mínimo. Se
multiplicará progresivamente la ornamentación hasta llegar al recargamiento, de ahí que
los órdenes preferidos sean el corintio y el compuesto. Pero el barroquismo no sólo
radica en la acumulación o yuxtaposición de muchos elementos, sino también en el
diferente tratamiento que estos reciben, en la forma en que se combinan y sobre todo en
el nuevo espíritu que los envuelve.
Las tipologías siguen la planta basilical y la central. Esta última resulta muy
significativa en el barroco italiano y en ella se producen grandes innovaciones a través
de plantas elípticas, ovales y en general de formas geométricas complicadas con
predominio de la línea curva.
El carácter de esta nueva arquitectura se basa en la grandilocuencia de sus elementos y
en el dinamismo de la curva. Así predomina el interés por el movimiento en sus
paredes mediante la alternancia de partes rectas y curvas, con entrantes y salientes,
alternancia de paredes cóncavas y convexas, superficies onduladas, etc. Todo ello nos
da sensación de movimiento. Igualmente se imponen los contrastes lumínicos,
combinándose las partes fuertemente iluminadas con zonas casi oscuras que ayudan a
dramatizar la atmósfera. Los contrastes lumínicos también se consiguen contraponiendo
pronunciados salientes con bruscas entradas.
2. La concepción del edificio es global y gusta de las grandes perspectivas que resalten su
masa arquitectónica, es decir, que destaque en el espacio. Además, todo ello se
complementa con el tratamiento interior, de efectos fantásticos: luces que ocultan su
fuente, perspectivas ficticias y trampantojos, que extienden el espacio más allá de las
bóvedas, con grandes rompimientos de gloria en los que aquéllas simulan desaparecer
dejando ver un mundo celestial. Todo ello se encamina a conseguir un espacio en el que
el creyente se vea impresionado por el entorno y sea más accesible al convencimiento
religioso. Este ilusionismo con arquitecturas y cielos fingidos a través de pinturas de
perspectivas arquitectónicas y animados frescos en las bóvedas es posible con la mezcla
o simbiosis plástica entre las diferentes artes: arquitectura, escultura y pintura, donde la
primera llevará un papel rector, las tres artes se aunarán para formar un todo magnífico
en el que la percepción visual no sabrá distinguir dónde empieza lo uno y dónde termina
lo otro. Así se creará el riquísimo y peculiar lenguaje del Barroco.
CARACTERÍSTICAS
Espacio dinámico con tendencia al infinito (espejos, arquitecturas fingidas, espacios
celestes en las bóvedas)
Luz dirigida, brusca, que busca un efecto escénico, teatral
ELEMENTOS
Cubiertas: Bóvedas de ½ cañón, grandes cúpulas
Soportes: Orden gigante (columnas, pilastras), columnas salomónicas, atlantes,
cariátides
Decoración: Frontones partidos, volutas, grandes cornisas, placas recortadas y pegadas
a la pared. Formas vegetales de talla profunda y efecto claroscurista.
Plantas: Movidas, sinuosas, con entrantes y salientes. Fachadas curvas, paredes
alabeadas. Las fachadas no reproducen ya el interior sino que lo enmascaran,
relacionándose más la fachada con el urbanismo circundante.
EDIFICIOS
Templo católico según el modelo jesuita Il Gesú de Roma con planta salón, nave única,
capilla entre los contrafuertes.
Palacios monumentales, sin torres, decorados con columnas y pilastras gigantescas
(Versalles)
Urbanismo: Planificación del conjunto de edificios, plaza, fuentes, jardines
Valdés Leal, Una aparición divina de la Santa Cruz. Iglesia de los Venerables, Sevilla
Carraci, Palacio Farnesio, Roma
Andrea Pozzo, Iglesia jesuita de San Ignacio, Roma
Pietro Cortona, Alegoría de la Divina Providencia. Palacio Barberini, Roma; Palacio Pitti
Lucas Giordano, Palacio Medici-Ricardi
Tiépolo
3. Transparente de la catedral de Toledo.
Narciso Tomé 1721-1732
Gian Lorenzo Bernini (1598-1680)
El barroco italiano nunca llegaría a la exhuberancia hispana ni a la frivolidad francesa.
Italia impondrá un nuevo modo pero siempre procederá con ponderación.
Bernini estableció los principios de la arquitectura barroca italiana. Entendió
profundamente las necesidades de la Contrarreforma y reflejó como nadie las ansias de
poder de la Iglesia. Es el genio del siglo XVII. Practicó todas las artes, incluso la
escenografía, aunque se consideraba asimismo como escultor. Sus obras son de diseños
dinámicos fundamentadas en un tratamiento curvo de las estructuras y una adaptación
flexibilizada de los elementos clásicos a sus revolucionarias ideas. Su estilo
arquitectónico buscaba la grandeza
Sus características como arquitecto barroco fueron:
- Dar mucha importancia a lo decorativo, tanto en el interior como en el exterior.
- Los elementos constructivos (columnas, pilastras, etc.) se multiplican, pero con
función decorativa, siendo su único fin dar ritmo arquitectónico.
- Frontones, entablamientos, etc. se rompen, las curvas se compenetran con líneas
rectas, buscando siempre presiones dinámicas.
- En las iglesias prefiere las plantas centralizadas, fundamentalmente la planta ovalada
(pequeñas iglesias, San Andrés del Quirinal), que confieren al espacio un gran
dinamismo.
- Utiliza preferentemente el mármol como material de construcción.
- Deja sus fachadas e interiores pulidos con el propósito de que la luz y la sombra
resbalen y los bañen por igual.
- Fusión del espacio natural y el espacio urbano, convirtiendo las fuentes en elemento
esencial de la articulación urbana.
La mayor parte de sus obras fueron encargadas por los Papas que se fueron sucediendo
a lo largo de su dilatada existencia. A la muerte de Carlo Maderno en 1629, fue
nombrado arquitecto de San Pedro, terminándolo.
4. Francesco Castelli llamado El Borromini. 1599-1667
Representa la tendencia más expresiva e imaginativa de la arquitectura barroca, opuesta
a la visión más clásica de Bernini.
Su estilo arquitectónico se basa en la fantasía, en lo dramático y en la expresión
arquitectónica del movimiento. Su técnica es ansiosa y atormentada. Inventa elementos
nuevos, como los capiteles con volutas al revés. Los entablamentos y las cornisas son
ondulados, con remates y ritmos cóncavos- convexos, curvas y contracurvas.
Con él, el diseño curvo se lleva a límites insospechados, siendo introducido de tal forma
que se integra en el propio replanteo del edificio y los muros se vuelven alabeados,
distorsionando su superficialidad.
En cuanto a la iluminación, Borromini, afila los perfiles, añade resaltes y aplica aristas,
para que la luz se quiebre en un cortante efecto claroscurista.
Las edificaciones, de plantas complejas y geométricas, son de pequeño tamaño y
materiales más modestos (especialmente el ladrillo). Están al servicio de las órdenes
religiosas menores, a diferencia de Bernini que trabajaba para los papas y otros clientes
poderosos, por este motivo, Borromini no dispone para sus construcciones de muchos
recursos y apoyos.