La Revolución Liberal de 1895 en Ecuador involucró activamente a mujeres en la lucha armada en apoyo de la causa liberal, ya sea participando directamente en combates o brindando apoyo logístico. Entre las mujeres liberales destacadas se encontraban Joaquina Gamarza de Larrea, Leticia Montenegro de Durango y Felicia Solano, quienes ayudaron financieramente y participaron en batallas. Otras como Sofía Moreira, Rosa Villa fuerte de Castillo y Ana María Merchán Delgado facilitaron armas y alimentos a los combatientes liberales. La
Rendicion de cuentas del Administrador de Condominios
Trabajo de-historia (1)
1. TRABAJO DE HISTORIA.
Nombre: Nataly Shagñay
Curso: 2° B.G.U "C"
Tema: Investiga mas sobre los logros y la presencia de la mujer en la política liberal.
Redacta un informe.
La Revolución Liberal de 1895 no solo originó las "montoneras", es decir las guerrillas
populares en favor de la causa liberal alarista. También vinculó a la lucha armada a
mujeres de Sierra y Costa ("guarichas" y "guerrilleras") que acompañaban a sus
hombres en las campañas o que se comprometían con la causa liberal ejecutando
labores directas de combate o de apoyo a las actividades revolucionarias de los
compañeros y partidarios.
Entre las mujeres liberales destacadas se halló la Coronela Joaquina Gamarza de
Larrea, que ayudó a las montoneras con dinero propio, llevando mensajes secretos y
aún interviniendo en las batallas del 9 de abril y de 6 de agosto de 1895.Recibió una
pensión militar por retiro hasta 1912. Otra liberal, proveniente de la provincia de
Bolívar, como la anterior, fue Leticia Montenegro de Durango, compañera de Joaquina
Gamarza y Felicia Solano de Vigueta. Alentó activamente a los combatientes liberales
en Guaranda. Y tenía ya un antecedente de lucha, pues en 1883 estuvo junto a Marieta
de Veintenilla (la "Generalista"), con quien cayó prisionera, una vez derrocado el
dictador Ignacio de Veintenilla (tío de Marieta) y triunfante el ejército Restaurador.
También Felicia Solano había sido una ferviente partidaria del "liberal" Veintenilla, en
los tiempos de la buena estrella del caudillo, habiéndolo ayudado también contra José
María Plácido Caamaño. En la misma provincia de Bolívar, Felicia Solano, con otras
damas guarandeñas, proclamaron como jefe liberal al general Plutarco Bosen.
Producido el movimiento popular del 5 de junio de 1895 en Guayaquil, dicha señora
envió a sus tres hijos al puerto, para que se integraran a la Revolución Alarista.
Una manabita, liberal desde su juventud, casada luego con el coronel Zenón Sábano,
jefe de las guerrillas liberales de los "cápulos", fue Sofía Moreira. Ella recogió armas
para Alfaro y acogió en su casa a los líderes montoneros. Perseguida por
el Gobierno, debió adentrarse en las selvas y escapar por Monterita. Los liberales, y
particularmente Alfaro, siempre recordaban su memoria. Rosa Villa fuerte de Castillo,
nativa de la provincia de Los Ríos, fue una rica propietaria de haciendas chacoteras,
que acogió en sus tierras, para la preparación militar, a muchos jóvenes liberales,
luego incorporados a las filas alaristas. Con sus aportes de dinero para la adquisición
de armas fue posible tomar Bodegas, ahora conocida como Babahoyo.
Una azuaya, Ana María Merchán Delgado, actuó como agente y correo de los liberales
cuencanos, facilitándoles incluso la provisión de alimentos y armas. El Gobierno
conservador confiscó todos sus bienes. Delia Montero Mari dueña, nacida en Ya guachi
(Guayas) fue hermana de los caudillos liberales Pedro y José Montero, con quienes se
2. vinculó a la causa liberal, a pesar de que su padre había sido un militar del bando
conservador. La Coronela Filomena Chávez de Duque fue otra manabita destacada,
que a los 10 años ya había sido expulsada de la escuela por gritar en favor de Alfaro.
Sirvió como agente, primero, y luego como soldado, en campañas montoneras directas.
Incluso se ligó a las guerrillas de Carlos Concha, las últimas del liberalismo después
del asesinato de los Alfaro. María Gamarra de Hidalgo, otra rica propietaria de
haciendas en Los Ríos, puso su fortuna al servicio de la causa liberal, sosteniendo
tropas, refugiados, comunicaciones, financiamiento de viajes, etc. No fue doblegada ni
con la prisión de su marido, prosiguiendo su vida revolucionaria.
Otras mujeres guayaquileñas definitivamente incorporadas a la lucha liberal fueron
Maclovio Lavaren, Carmen Grimaldi, Teresa Andrade, Dolores Usubillaga, quienes
desde 1884 estaban ya comprometidas como agentes revolucionarias o combatientes
decididas. Todas ellas fueron impulso y ejemplo para otras mujeres liberales. De
manera que, gracias a su participación,el proceso revolucionario de 1895 reviste
mayor complejidad ensus expresiones historicas.