2. Los comienzos de la Psicoterapia profesional se sitúan a fines del siglo XIX,
pero las prácticas psicológicas son antiguas.
Culturas Primitivas
No hay separación entre enfermedad orgánica y enfermedad mental.
La comprensión del mundo se inserta en aspectos mágicos y la enfermedad se debe
a fuerzas sobrenaturales (Posesión o robo del alma).
El tratamiento dependía de la astrología, la interpretación de los sueños y la
adivinación.
Civilizaciones Antiguas
La cultura griega y más tarde la romana parten de una concepción más organicistas
de la enfermedad mental
Hipócrates (460-377 a.c.) señala el origen orgánico de estas enfermedades localizándolas
básicamente en el cerebro.
Señala la existencia de 4 humores: sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema que
determinarían los 4 temperamentos: colérico, sanguíneo, flemático y melancólico.
Realiza la primera clasificación de los trastornos mentales: manía – melancolía – frenites.
3. La tradición Romana
Terapias somáticas: ducha fría – ayuno.
Los tratamientos: rituales de purificación, catarsis verbales.
Edad Media
Por una parte hay un retorno a las concepciones místicas.
Por otra parte empiezan las ideas humanistas con un papel importante de la razón
A nivel popular, florece la magia y la brujería.
Hay “tolerancia” hacia la locura. (Sólo son excluidos los individuos muy
perturbados que ocasionan disturbios y eran colocados en lugares de reclusión
junto a mendigos y presos).
4. Cuando la Iglesia empieza a aumentar su poder se afianzan los criterios
demonológicos de la comprensión de la locura.
La enfermedad tiene una connotación de peligro moral. Los tratamientos son el exorcismo
y la tortura como forma de extraer el diablo del cuerpo.
Paralelamente a la persecución y “quema de brujas” existe el desarrollo de
conceptos clínicos sobrecargados de conceptos morales y religiosos.
Los 7 pecados capitales dan origen a la expresión de conductas desviadas. En los
tratamientos se practicaban por ejemplo, las purgas.
Aparecen los Lazaretos.
Luego, los asilos y hospicios.
Final de la Edad Media
Desaparece la Lepra del mundo occidental pero la exclusión permanece.
Con el Renacimiento aparecen los estados modernos, las monarquías y emerge la
burguesía.
5. Las naves de los locos (Foucault)
La desviación mental empieza a ser considerada como una enfermedad somática
atribuida a una utilización deficiente de la razón, coexistiendo con las creencias
populares que atribuyen la locura, a factores místicos y sobrenaturales.
Aparen los manicomios. El primero aparece en Valencia. El loco debe ser
institucionalizado (encerrado). Las condiciones son infrahumanas.
Siglo XVII y XVIII
Domina la razón frente a la irracionalidad.
Los locos son considerados desgraciados morales.
Empeora el trato al paciente: son encerrados con la intención de excluir y ser
ejemplo de lo que puede pasar. Se los exhibe en jaulas.
La intención es educarlos moralmente para neutralizar la naturaleza salvaje de
irracionalidad.
6. Finales del Siglo XVIII y XIX
Hablamos de la Revolución Francesa con cambios a nivel social.
Aparecen conceptos como:
libertad,
la posibilidad de adquirir el rango de “ciudadano” y
el derecho a la propiedad.
Los locos son liberados de las cárceles, hospicios y son llevados a instituciones
especiales.
Pero esta liberación constata la falta de lugares adecuados en lugares como la
salpetriere
Pinel reafirma el criterio médico de la locura pero aún usa criterios morales en su
tratamiento
7. Esquirol pone en práctica las ideas de Pinel y entiende la locura como perturbación
de la voluntad y desenfreno moral.
Los tratamientos incluyen hidroterapia y masaje.
Empieza a haber una preocupación por suprimir la violencia en el trato con el
enfermo.
Siglo XX
Se inicia el modelo médico como tal con el enfoque descriptivo.
Freud revoluciona esta concepción dando énfasis a las dinámicas del inconciente y
centrando sus estudios en la neurosis.
Pavlov da énfasis al condicionamiento instintivo que da lugar al conductismo.
Aparecen tratamientos como electroshock.
9. ¿Qué es la Salud Mental?
La salud mental no es sólo la ausencia de trastornos mentales. Se
define como un estado de bienestar en el cual el individuo es
consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones
normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y
es capaz de hacer una contribución a su comunidad.