TEMA 14.DERIVACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DEL PROCESO DE INTEGRAC...
LAS VIRTUDES
1. Espíritu Santo,
dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
dame acierto al empezar,
dirección al progresar
y perfección al acabar. Amén
VIRTUDES TEOLOGALES,
CARDENALES, DONES Y
MANDAMIENTOS
2017-2018
P. Alberto Mestre, L.C.
Javier Ayala Birrell, LC
2. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
2
Clase 1: 5 octubre 2017 – Santa Faustina Kowalska
Evaluaciones:
1. Control 1 (26 octubre)
2. Control 2 (23 noviembre)
3. Control 3 (21 diciembre)
[Los tres controles dan una oportunidad para ganar 1 punto extra para el examen final].
4. Comentario de un artículo elegido de entre los años 1963-1973 de las revistas Aquinas, The
Thomist, Studi a moralia, Ciencia tomista, Scripta Theologica [solo 1 página] (21
diciembre. Entrega del folio impreso + el artículo impreso o digitalizado).
- Se debe sugerir antes al profesor.
- Presentar tesis central (suele tener relación con el título).
- Resumir tesis y argumentos principales
5. Trabajo de los 10 mandamientos (18 enero): 1 folio (2 páginas) relacionando cada
mandamiento con las virtudes correspondientes. Ej. 5º mandamiento «no matarás» se
relaciona a la virtud de la justicia, etc.
6. Examen final.
4. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
4
Índice del capítulo:
1. El diseño salvífico de Dios en Cristo y su participación en el hombre
2. La ley natural y la LMN
3. La ley de Cristo o Ley Nueva
Clase 2: 12 octubre 2017
1. El diseño salvífico amoroso de Dios en Cristo y su participación en el hombre
La vida moral es corresponder al plan de Dios. No hay una ética sin ley moral.
i. Ley es un concepto análogo: hoy la comprendemos sobre todo jurídicamente. La TM se ve
afectada por un legalismo y mentalidad de una moralidad de la obligación (“¿hasta dónde
puedo?”). Cuando leemos “ley” en la Biblia, la comprendemos de esta perspectiva legalista,
cuando tiene una acepción mucho más rica. La mejor definición para el profesor es la de Santo
Tomás (cf. Sth I II q. 90). Aliquid rationis promulgata … «Ordenamiento racional promulgado
por la autoridad competente para el bien común y ordenada a la virtud». 5 elementos: (1)
Racional: la ley es un ordenamiento racional (2) Promulgada: debe ser pública y conocida. (3)
Por la autoridad competente. (4) Para el bien común: o bien de la comunidad. La ley inmoral
no es ley, no tiene fuerza de ley. (5) Ordenada a las virtudes. Las leyes civiles, además de
garantizar la convivencia social, también deberían promover las virtudes cívicas. Las leyes
morales ayudan a formar las virtudes morales.
ii. El diseño original de Dios como Ley Eterna. VS 43
iii. La participación a la Ley Eterna: de la ley natural a las virtudes cristianas como la más
perfecta participación humana en el plan de Dios.
a. La LMN: primera y fundamental participación a la Ley Eterna. Comparación el círculo
virtuoso del cristianismo con la línea descendiente del legalismo:
DIOS DIOS (Estado)
LE
NT “LN”: normas
LN “LP”: pura convención
AT LP Actos
Dios: ley eterna, ley natural, ley positiva (civil, eclesiástica), ley de la revelación (AT-NT).
En la línea del legalismo, se termina por cancelar a Dios y se sustituye por el Estado. Puede
decirse que el Estado busca emanar leyes racionales acordes con la ley natural, pero no
siempre. Cuando las leyes civiles van contra las leyes naturales son ilegítimas (Santo
Tomás).
El Islam cambia el Estado por la “voluntad de Dios” (voluntarismo, cf. Ockam).
b. Participación plena a la Ley Eterna solo con las virtudes.
5. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
5
2. La ley natural y la LMN
i. La ley natural en la doctrina católica: San Pablo dice que llevamos la ley inscrita en nuestros
corazones, como resulta del testimonio de la conciencia. Conciencia como testimonio, no como
fuente: no crea lo que está escrito (cf. Rm 2,14). (i) Universalidad* e (ii) inmutabilidad* de la
ley natural.
ii. Los principios primordiales (naturales) de las virtudes morales:
a. La razón y los principios prácticos: hay un conocimiento primordial de ciertos fines
virtuosos. Virtud «hábito operativo bueno». Los bienes = fines, son intercambiables.
Hablaremos de fines virtuosos. Pero no se puede identificar virtud con bienes o fines
virtuosos. Los fines virtuosos son bienes que guían la acción. Tenemos «memoria
primordial» de estos fines virtuosos. La razón primordial (razón de los principios) tiene un
cierto contenido:
b. El primer principio práctico de la razón práctica. El contenido del primer principio de la
razón práctica es: Bonum faciendum, malum vitandum. Siempre somos atraídos
racionalmente por el bien, todo lo que hacemos lo hacemos porque creemos que es un bien
(cf. VS 59).
c. Los fines virtuosos como principios prácticos. La razón práctica tiene otros principios, más
allá del 1º. Entre ellos:
1) Las inclinaciones naturales: son inclinaciones racionales de la persona (intelecto y
voluntad), por los que tiende racionalmente a ciertos fines.
a) Inclinación a conservar la vida. No es lo mismo la conservación de la vida en
animales que en personas. En los animales es instintivo (automático), no así en las
personas. Ej. morir de hambre, suicidio, etc.
b) Inclinación sexual (o a «perpetuidad de la especie». Darwin). También es una
tendencia racional y no instintiva. Es verdad que tiene una componente de pulsión
biológica, pero no somos pura biología. Podríamos hablar de “instinto racional”1
.
c) Inclinación a la vida social. No de forma automática como los animales, sino
racional.
d) Inclinación a la verdad o conocimiento de Dios.
e) Inclinación a la belleza.
f) Inclinación a la creación artística.
Este grupo de inclinaciones naturales o tendencias fundamentales (como el profesor
prefiere llamarlas) son buenas, pero tienen que ser reguladas.
2) *Los principios de la razón práctica como modos de regularización de las
inclinaciones naturales conforme a las virtudes (a los fines de las virtudes). Los
fines virtuosos2
son inclinaciones especiales que regulan racionalmente todas las
inclinaciones naturales del ser humano. El otro nombre de los 4 fines virtuosos es LEY
MORAL NATURAL (LMN). El hombre puede ser virtuoso o no, regular o no, pero la
inclinación siempre estará.
3) El primer principio de la LMN: bonum faciendum.
4) Principios (preceptos) primarios e principios (preceptos) secundarios.
1
Es mejor hablar de pulsión sexual, pues el instinto nos asemeja a los animales y es un término confuso.
2
No se identifican inmediatamente con las virtudes. La virtud es un hábito operativo bueno y los fines son tendencias
naturales: (1) Tendencia natural a dar a cada uno lo suyo (2) Tendencia natural a moderar la irascibilidad (3) Tendencia
natural a moderar la concupiscencia (4) Tendencia natural a regular las demás virtudes.
7. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
7
3. Visión de conjunto sobre las virtudes y mandamientos
¿Cuál es la relación de los mandamientos con las virtudes? R/ Los mandamientos son en sí
virtudes. Hacen referencia a 4 virtudes. Por ejemplo, el 1º mandamiento se refiere a la virtud de la
caridad que, a su vez, se relaciona con la justicia, etc. Los mandamientos son virtudes formuladas
negativamente (del 5º- 10º) porque no se puede obligar en positivo. No se puede obligar a ser justo
al máximo, en cambio, se puede exigir en negativo. Pero los mandamientos no bastan.
1.5. El dinamismo del organismo de la vida cristiana
Siempre lleva a obrar bien.
8. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
8
2. Virtudes teologales en general
Introducción: fundamento y resumen de la relación del hombre con Dios
La relación del hombre con Dios puede sintetizarse en (i) fin último (ii) felicidad (iii) relación con
el Espíritu Santo (iv) virtudes teologales… en Cristo. Cristo muestra al hombre quién es el hombre
(cf. RH 10; GS 22). Las virtudes llegan a su sentido total en Cristo, solo en Cristo se llega al culmen
de las virtudes.
La vida moral es un corresponder, es decir, no es indiferente mi respuesta.
Capítulos:
1. Las virtudes humanas
2. Las virtudes teologales en el CEC
3. Definición
4. Por qué teologales
5. Diferencia con las virtudes morales
6. Implicaciones recíprocas
7. Aumento, disminución y pérdida
2.1. Las virtudes humanas (CEC 1803-1804)
«La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien» o «hábito operativo bueno» que
no solo me pide hacer actos buenos, sino que pide dar el mejor de mí.
- La virtud combate la comparación, solo Dios puede medir porque solo Él nos conoce.
- La virtud humana busca los bienes verdaderos por medio de la elección personal y la
responsabilidad de las exigencias de la elección. La virtud nos forma en la elección.
- La virtud me hace bueno. «El cristiano se hace más hombre (moralmente hablando)» porque
se hace más bueno (San Gregorio de Nisa).
- Las virtudes ordenan las pasiones y nos dan dominio (padronanza).
2.2. Las virtudes teologales en el CEC (CEC 1812-1845)
Elemento esencial del mensaje bíblico y cristiano. Son un don y rescatan al hombre herido del
pecado. Nos dan la gracia necesaria para perseverar (cf. la fe).
*Las virtudes humanas se radican en las virtudes teologales (CEC 1812). Las virtudes teologales
ayudan a las virtudes humanas a ser fundamento humano a aquello que aquellas realizarán.
“Primero el hombre…”. Entre facultades – virtudes humanas – virtudes teologales existe un círculo
virtuoso…
10. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
10
- Tampoco debe caerse en el error de la lectura trascendental que separa las virtudes teologales
de las humanas. Debemos distinguir, pero no separar.
2.6. Implicaciones recíprocas
a. Las virtudes teologales forman una unidad entre ellas: nos hemos acostumbrado a estudiarlas
por separado y a distinguirlas demasiado, pero la Biblia siempre une las tres virtudes: fe-
esperanza, amor-esperanza, fe-amor-esperanza, etc.
b. Fe, esperanza y caridad están unidas (Deus caritas est 39): [lectura obligatoria*] «La esperanza
se relaciona prácticamente con la virtud de la paciencia, que no desfallece ni siquiera ante el
fracaso aparente, y con la humildad, que reconoce el misterio de Dios y se fía de Él incluso en
la oscuridad. La fe nos muestra a Dios que nos ha dado a su Hijo y así suscita en nosotros la
firme certeza de que realmente es verdad que Dios es amor. De este modo transforma nuestra
impaciencia y nuestras dudas en la esperanza segura de que el mundo está en manos de Dios y
que, no obstante las oscuridades, al final vencerá Él, como luminosamente muestra el
Apocalipsis mediante sus imágenes sobrecogedoras. La fe, que hace tomar conciencia del amor
de Dios revelado en el corazón traspasado de Jesús en la cruz, suscita a su vez el amor. El amor
es una luz —en el fondo la única— que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da
la fuerza para vivir y actuar. El amor es posible, y nosotros podemos ponerlo en práctica porque
hemos sido creados a imagen de Dios. Vivir el amor y, así, llevar la luz de Dios al mundo: a
esto quisiera invitar con esta Encíclica».
2.7. Aumento, disminución y pérdida
a. En qué consiste el aumento: las virtudes teologales no funcionan por añadidura, ni por
extensión (hoy soy caritativo con uno, mañana con dos, etc.), sino que funciona por la
participación del sujeto en Dios.
b. Cómo aumentan o disminuyen las virtudes infusas (teologales y morales):
- Aumentan: como las virtudes siempre son cualidades accidentales, el sujeto se debe insertar
en la divinidad en Cristo para poder vivirlas. Solo participando más en Dios podemos
aumentarlas, solo aumentan por la gracia y la ayuda de Dios. NO aumentan con nuestros
actos.
- Disminuyen: con el pecado. En la vida espiritual todo pertenece a Dios, menos una cosa:
el pecado. Con el pecado mortal la caridad muere y desaparece todo lo sobrenatural: fe y
esperanza. El Concilio de Orange dice que permanece una fe y esperanza informes (no
tienen la forma: la caridad), son suficientes para regresar. También estas son infundidas
por Dios.
11. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
11
3. El Espíritu Santo y los dones
Afrontaremos los dones y el mundo del espíritu desde el punto de vista de la teología moral. Hay
una distinción con la teología espiritual, pero no separación.
Capítulos:
1. ¿Qué son los dones del Espíritu Santo?
2. El hombre del Espíritu Santo
3. Interioridad, moción interior y convicción interior
4. En qué modo: Instinctus
3.1. ¿Qué son los dones del Espíritu Santo?
1. Definición: «disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil a seguir las mociones del
Espíritu Santo» [pregunta*].
Disposición sobrenatural y, en este modo, tremendamente divina. Son las disposiciones que
más nos asemejan a la divinidad. No hay modo humano que sirva: las virtudes teologales son
disposiciones sobrenaturales al modo humano, mientras que los dones del Espíritu Santo son
disposiciones sobrenaturales al modo divino. Modo humano significa que es un hábito que
labora en las facultades, es más lento. El don, en cambio, es espontáneo como “automático”.
Docilidad: secundar con prontitud y espontaneidad. Instinctus.
Lucas - Clase 5: 2 noviembre 2017
2. «Predisponen»: significa que “preparan”. Los dones facilitan de modo especial. Las
“disposiciones” existen gracias a nuestras facultades, aunque no siempre se tenga la posibilidad
de ejercitarlas. Ej. los hombres tenemos la disposición de razonar, aunque haya algunos que
no puedan hacerlo, por ejemplo las personas que están en estado vegetal.
Predisponer, en cambio, es algo que va más allá de la propia capacidad. Es una perfección que
ayuda, que potencia, que da una fuerza especial a las capacidades que tengo.
3. Las virtudes morales tienen la función de predisponer las facultades (la razón misma, la
voluntad y las pasiones)5
a la razón. La causa es que las facultades están heridas. Pero las
virtudes humanas no logran ayudar del todo. Se necesitan las morales infusas. Pero todavía no
son suficientes por lo que están las teologales. Y como tampoco son suficientes, están los
dones.
4. Los dones, un rol similar. Los dones, en cambio, tienen la función de predisponer las facultades
a la moción del Espíritu Santo. Las virtudes están todavía a disposición de la persona, la cual
puede hacer un uso más o menos generoso. Esto es lo del “modo humano”. En cambio, los
dones son al “modo divino”. La persona es movida por un instinto superior, que le da seguridad
5
El profesor no añade la memoria y la imaginación para no complicar más las cosas, pero son facultades muy
importantes.
12. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
12
de estar en la verdad y en el bien. Con esto, deducimos que son necesarios. La pura razón no
basta para encontrar con más facilidad la verdad y el bien.
5. Necesidad de los dones del Espíritu Santo. En qué sentido son necesarios. ¿Son más perfectos?
A priori no son necesarios. Dios no está obligado a darnos nada. Pero porque Dios ha querido
que nuestra salvación sea como es, sí son necesarios.
En cierto sentido son más perfectos. La docilidad y la prontitud es algo más perfecto. En cierto
sentido no, porque entre las virtudes de diverso tipo y los dones no hay competencia.
Son perfecciones más altas, porque se obra al modo divino. Es el modo propiamente cristiano,
al que todos somos llamados por el bautismo, momento en que se reciben los dones. La división
entre virtudes para la ascética y los dones para la mística es académica. En la vida misma las
cosas no están separadas.
Recordar los dones y sus frutos. Los frutos son la consecuencia. Imagen: en los pináculos de
las torres de la Sagrada familia Gaudí puso cestas de frutas: los frutos son lo que se ven.
3.2. El hombre del Espíritu Santo
Esta es la parte donde más hablaremos del Espíritu Santo.
1. El hombre espiritual es aquel que sigue al Espíritu
a. El hombre espiritual es tal por tres motivos: (i) porque viene instruido por el Espíritu Santo:
qué debo hacer (ii) el corazón –en sentido bíblico, es decir, el centro de la persona– es movido
por el Espíritu Santo y (iii) porque se alcanza una mayor asimilación a Dios. Asimilación quiere
decir que hay una apropiación. Jn 3,8: presenta los elementos fundamentales del hombre
espiritual. «El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni
adónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu».
b. Analogía del fuego habla de participación, muy íntima. Nacido del Espíritu significa 4 cosas
(acá seguimos a Sto. Tomás):
i. Su potencia, la potencia del libre arbitro. Sopla donde quiere y cuando quiere,
iluminando los corazones.
ii. Escuchar su voz. Lo escuchan los justos.
iii. Su origen desconocido. No se sabe de dónde viene.
iv. Tampoco se conoce su término final: dónde va.
c. Entre todas estas propiedades hay una prioritaria: la libertad. En la Sagrada Escritura el Espíritu
siempre aparece libre, nadie lo puede aferrar. Su libertad en su búsqueda de hacer el bien al
hombre, con gran creatividad. Libertad es siempre gratuidad.
d. La libertad, cualidad más fecunda. La más cristiana. “El que ha nacido del Espíritu es espíritu”
(Jn 3,6). También: 2Cor 3,17. “Donde está el Espíritu del Señor ahí está la libertad”. Esta es
la doctrina de la Nueva Ley. Parecería poco relevante en la vida cristiana. Santo Tomás le
dedica pocas cuestiones y sus comentaristas casi no le dieron importancia. Pero esta es una de
las tres grandes cimas de la moral cristiana*: (i) bienaventuranzas (ii) virtudes teologales (iii)
nueva ley.
13. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
13
2. El tratado de la Nueva Ley dentro de su contexto
a. Es una ley. “Ley” en sentido análogo. La moral legalista no comprende la Nueva Ley, no sabe
dónde meterla…
b. Conexión con la cristología. Cristo es quien nos da la gracia…
3. Ley del Espíritu
“Ley de la libertad” según le dice San Pablo
a. Ley escrita en los corazones. Rm 8,2: “La ley del Espíritu me ha liberado de la ley del
pecado”. La ley de las obras fue escrita en tablas de piedra. La ley del Espíritu fue escrita
en los corazones: la misma presencia del Espíritu Santo.
b. La Ley del Espíritu también son preceptos, necesarios en el estado actual de las cosas
(nuestra naturaleza herida). Pero los preceptos son elementos segundos (no “secundarios”)
en la Ley Nueva, que debieron ser escritos debido a nuestra precariedad (el Evangelio, y
más específicamente el Sermón de la montaña). Primeramente es la gracia infusa. La
prioridad es la moción del Espíritu Santo, pero los elementos segundos (texto de la Nueva
Ley) no hay que meterlos en un segundo nivel sino junto al elemento primero. No hay en
nosotros ningún rechazo anárquico de la ley escrita.
c. El Espíritu Santo es la fuente de la libertad cristiana: “Donde está el Espíritu del Señor ahí
hay libertad” (2Cor 3,17). También 1Tm 1,9: “Para el justo no hay ley”. Es lo de “Ama y
haz lo que quieras” de San Agustín. Es libre quien dispone de sí mismo. El esclavo depende
de su patrón.
Clase 6: 16 noviembre 2017
d. Excursus sobre la conciencia moral: El justo es ley para sí mismo (Santo Tomás). Se
equivocan los autores que hablan de conciencia autónoma. NO es una conciencia anárquica
creada por sí misma. El justo es norma para sí mismo, porque hace suya la conciencia (¡no
porque la crea!). La conciencia es norma subjetiva de la moral. La persona libre no está
constreñida externamente, porque busca sujetarse por sí mismo. El santo es ley para sí
mismo porque busca el bien por sí mismo y lo elige [ejemplo: Tomás Moro]. No es otra
cosa que discernir la voluntad de Dios = “este bien es el verdadero bien que Dios quiere
para mí”. No puede vivirse así sin la gracia: «sin mí no podéis hacer nada».
e. Análisis de la frase de Santo Tomás: «quien evita el mal, no tanto porque es malo, sino a
causa del mandamiento de Dios, aquel no es libre aún. Pero si uno evita el mal porque es
mal, ése es libre». R/ la frase es correcta en sí, pero es muy difícil vivir así. Por eso el
Estado pasa a obligar directamente. Para muchos autores la frase podría interpretarse como
un rechazo de Dios, porque no logran ver a Dios detrás del bien (visión legalista, moral de
la obligación). No hay ninguna contradicción, pues Dios está unido al bien. La obligación
es parte de la moral, pero vinculada al bien.
f. Los mandamientos en el estado actual de las cosas son necesarios, pero no es lo principal.
Los protestantes, por ejemplo, postulan una confianza absoluta en los mandamientos sin
entenderlos. Separan razón y fe (cf. Kant). De fondo hay una desconfianza en la razón, para
los protestantes la razón no solo está herida, sino totalmente corrupta.
g. Dios quiere que ejercitemos la libertad eligiendo el bien. Dios no quiere que sigamos
ciegamente los mandamientos. ¿Qué pasa cuando no se entienden? Buscar entender o
explicar, pero nunca sustituir la conciencia de los otros.
14. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
14
h. La convicción de la fe: se trata de formar esta convicción ayudados por la fe, a la cual el
Espíritu Santo nos impulsa (porque nos dejamos impulsar)
3.3. Interioridad, moción interior y convicción interior
La interioridad, la moción y la convicción es el arte del Espíritu Santo.
a. Qué es la moción interior: la moción interior es el mecanismo del Espíritu Santo para llevarnos
a la visión beatífica. Impulso interior al cual somos dóciles: nos dejamos mover por el Espíritu
Santo.
b. Impulso que realiza lo que la ley escrita quiere de mí. Entonces la ley y la libertad no tienen
oposición, porque lo único que hace la libertad es aceptar el bien que contiene la ley.
Para la mentalidad legalista (moral de la obligación) LEY/LIBERTAD siempre están en
oposición. El árbitro es la conciencia. El campo de juego es la virtud y los actos humanos. En
la visión cristiana la oposición se anula totalmente en el santo. La conciencia ilumina en el
ámbito de los actos humanos y de la virtud.
c. La suprema dignidad de un hombre consiste en el ser impulsado al bien por sí mismo y no por
otros. La suprema dignidad es esta interioridad. Por eso el cristianismo no es popular, porque
es más difícil. La sociedad dirigida es más fácil de gestionar (cf. estados militares islámicos).
El cristiano acepta la norma y quiere la acción del Espíritu Santo. «Tu, Espíritu Bueno, me
guiarás» (Sal 73)
d. La libertad humana: el hombre destruye la división entre interno-externo, aceptando el Espíritu
Santo. Lo que en el origen era externo6
(bienaventuranzas, virtudes, etc.), llega a ser más
interno que lo que era en el inicio interno (voluntad). Así mismo, si lo aplicamos a la libertad,
la libertad en el Espíritu Santo no es ya externa, sino que llega a ser más interna que mi libertad
propia. Es la paradoja cristiana: nada nos hace mejores, más hombres, más libres que Dios. Es
un dinamismo que convierte lo externo en interno: dinamismo circular que se llama santidad.
La gracia en su origen es un principio externo, pero que cuando la acepto llega a ser lo más
interno. Interior intimo meo…
La verdadera libertad nos lleva a abrir nuestra voluntad y libertad al Espíritu Santo. El hombre
abierto a la trascendencia.
3.4. En qué modo: Instinctus
1. «Instinctus»7
como «indita»
a. «Instinctus» quiere decir «indita» o «infuso», es decir, inserida en lo íntimo del corazón (cf.
Jr 31,33; Ez 36,26). Verbo indere quiere decir meter dentro, insertar, inspirar. Esto solo puede
hacerlo el Espíritu Santo.
b. Es el arte del Espíritu Santo, por eso se llaman virtudes infusas o sobrenaturales.
6
Hablamos de principio interno (lo más propio de mí) y de principio externo (gracia, ley, preceptos, normas), la STh
está dividida así en la I-II.
7
Palabra propia de Santo Tomás. Hoy se rechaza por su relación con el ámbito físico-biológico. Santo Tomás lo usa
porque el instinto espiritual es casi espontáneo.
15. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
15
2. Instinto espiritual
Santo Tomás usa la palabra, sabiendo de su uso físico, porque también el instinto espiritual es
espontáneo.
a. Instinto espiritual: no hay constricción ni obligación. Es un principio externo de orden superior
que tienen el fin de convertirse en el principio interior más interior de los principios interiores.
Es inmediato, espontáneo. El cristiano normal debería vivir con esta docilidad y prontitud a las
mociones del Espíritu Santo. De aquí viene la doctrina de los dones y de las virtudes.
b. Espiritual quiere decir interno y personal. El pelagianismo no puede entender el instinctus,
pues es un principio externo que llega a ser interno. El pelagianismo siempre pone la salvación
fuera, pero yo hago la salvación (interna). El semipelagianismo dice que es uno el que pone
las condiciones para que la gracia me salve. En cambio, la salvación cristiana viene del Espíritu
Santo y de la gracia, que llega a ser lo más interno en nosotros. «Ninguno puede venir a mí, si
el Padre que me ha enviado lo atrae».
Clase 7: 23 noviembre 2017
CONTROL 2 (23 de noviembre)
1. Relación dones-virtud
2. Definición de dones y dos diferencias con las virtudes infusas
3. Ley nueva: ¿cuál es el tratado de la Ley Nueva? (2/3 líneas)
4. ¿Cuál es el sentido de esta frase: «para el justo no hay ley»?
16. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
16
4. Las virtudes teologales en la Sagrada Escritura
Capítulos:
1. La fe, esperanza y caridad según el AT
2. La fe, esperanza y caridad según el NT
4.1. La fe, esperanza y caridad según el AT
Introducción
La Biblia no puede instrumentalizarse para defender las propias ideas, asilando citas y pasajes.
Santo Tomás, por ejemplo, sistematiza realidades que sí están presentes en la revelación.
No se debe forzar la Sagrada Escritura: completar números “7”, buscar definiciones a la fuerza (ej.
dónde se define la fe).
Las virtudes teologales, en cierto sentido, son intercambiables aunque no se confunden. Hay una
complementariedad y plenitud en la relación AT-NT (DV 11). Ambos testamentos tienen su ápice
en Cristo. También las virtudes teologales deben entrar en esta perspectiva.
1. Las virtudes teologales como correspondencia del hombre
Correspondencia que respeta la iniciativa de Dios, que tiene el protagonismo que es, a su vez,
dialógico. La perfección humana y cristiana solo se da en la línea de la virtud o línea de la
excelencia.
2. Las virtudes teologales y la Alianza: Berit
El pacto o alianza implica una confianza. Se trata de una confianza que es acto, pero también una
disposición* continua (aquí entra la virtud). Las virtudes teologales son un regalo que el cristiano
recibe en el bautismo. Son un don en contexto de la alianza: cf. Gn 15,7: diálogo Dios-Abraham;
2S 7: diálogo Dios-David; Gn 8: alianza Dios-Noé; Ex 19: alianza con el pueblo de Israel.
La LXX pudo traducir berit con syntheke (pacto o alianza) o diatheke (disposición testamentaria
o testamento). Los traductores prefirieron diatheke para resaltar el carácter de don de la alianza.
3. Fe colectiva y fe individual
En el alto Medioevo (fin del imperio romano) Europa entra en descomposición: visigodos,
longobardos, etc. Cada grupo ha buscado defenderse y organizarse, por eso esa época fue muy
colectivista8
. Cuando se convertía el rey, se convertía el pueblo (gran labor catequético a todos los
niveles). Este sentido se ha perdido en el mundo occidental. Hay partes que lo siguen conservando:
Turquía, África, etc.
8
La sociedad de la época de Tomás de Aquino era muy colectiva, pero él nunca pensó la persona como mera parte de
la sociedad (argumento injusto contra Tomás).
17. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
17
El mundo hebreo es colectivo y tribal. ‘Qahal’ = asamblea. Ex 4,31: pueblo elegido; Is 28,16:
familia para honrar el culto. De esta fe vivida colectivamente se pasa a lo individual como sigue.
4. «Actitud» , virtud
La Biblia siempre ha presentado el aspecto personal de la fe. La fe es una actitud.
Palabras hebreas relacionadas: ‘Aman’ = firme. ‘Emet’ = constancia, seguridad, solidez en la
verdad. ‘emunah’ = firmeza, seguridad. ‘Batak’ = sentirme seguro. Hs = refugiarse, encontrar
protección. Todas estas palabras se traducen en la LXX por pistis.
5. Las virtudes teologales como empeño de todo el hombre
No solo las facultades superiores, sino todo el hombre vive las virtudes teologales. La fe involucra
toda la persona, hasta sus instintos (que son racionales).
6. Extensión de las virtudes teologales
Todas las realidades que le hombre vive son sanadas por las virtudes teologales: realidad social,
etc.
7. La fuerza salvífica de las virtudes teologales
Fe en Dios que es salvador, salva a nivel personal y terrenal. Israel lo tenía tan claro, que nunca
quiso un rey… Conocer el número de soldados o la fuerza de su pueblo era un enorme pecado,
porque era desconfiar de la fuerza y poder de Dios. La lista que hizo Herodes se consideraba una
traición a Dios.
8. YHWH,’emet, tsédeq, hésed
a. YHWH: importancia del nombre en el mundo semítico.. Indica el destino y misión de una
persona. Diálogo entre Moisés y Dios: ¿cuál es su nombre? Yo soy. Traducido como Kyrios
(LXX) o Domine (Vulgata).
b. ’emet: verdad. gr. aletheia. Desvelar. Verdad quiere decir consistencia, seguridad, roca (cf. Dt
30,2-4).
c. tsédeq: justicia. gr. diké. Dar a cada uno lo suyo. Es lo consistente, la injusticia es inconsistente.
Para el hebreo era claro que Dios no era arbitrario (v/s voluntarismo de Ockham ~
antropomorfismo).
d. hésed: amor, gracia, benevolencia, misericordia. gr. Requiere la gratitud y fidelidad del
hombre. No es un sentimiento, sino una actitud, una disposición que debe permanecer siempre.
Tiene que ver con la vida familiar. Es un amor celoso que no soporta la traición (cf. Amós).
19. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
19
5. La caridad
Dedicaremos mucho tiempo a las virtudes teologales, desde la perspectiva teológica más que
catequética.
Índice del capítulo:
0. Introducción
1. La caridad como amistad con Dios
2. ¿Qué amamos cuando amamos con el amor de caridad?
3. La peculiaridad de la virtud cristiana
4. La caridad como «forma» de las virtudes morales
5. Las personas en la communio
5.0. Introducción
Necesidad de la caridad: la caridad es necesaria una vez que Dios nos ha creado (aunque no haya
estado obligado a crearnos).
Es una virtud rechazada por la moral de la obligación que no la inserta dentro de su organismo. En
un mundo legalista, la caridad no tiene cabida. Sin embargo, en lo jurídico también debe haber
lugar para la caridad, aunque ésta vaya más allá de la justicia. Caridad y justicia nunca se
contraponen (cf. Dives in misericordia).
Estamos plenamente inseridos en la caridad. Todos los mandamientos tienen que ver con la
caridad, más o menos directamente, pero todos están orientados hacia la caridad. Ej. 5º
mandamiento se sustenta sobre el respeto de los otros, justicia. Lo que no es otra cosa que un cierto
tipo de amor.
5.1. La caridad como amistad con Dios
1. La caridad en sí misma
a. Definición clásica*: «La caridad es una [virtud teologal] (ii) realidad creada (iii) que es un
hábito sobrenatural infuso por Dios (iv) en la voluntad (v) por la cual amamos a Dios por sí
mismo (vi) sobre toda cosa (vii) y nosotros y el prójimo, por amor de Dios. (cf. Royo Marín,
reformulación de la de Santo Tomás).
b. Otra definición: «es la amistad de Dios con el hombre». Toma elementos de Aristóteles (cf.
Ética a Nicómaco), que son 3: (i) benevolencia (ii) reciprocidad (iii) communio. Clara
referencia bíblica: David y Jonatán. Jn: Dios nos amó primero; os llamo amigos.
c. «Es el amor del Espíritu Santo»: es el mismo Espíritu Santo en forma de amor en nosotros.
¿Puede decirse que Dios mismo está en nosotros? ¿Por qué, entonces, en la definición se dice
que la virtud es una realidad creada si se trata de Dios? R/ la gracia siempre es creada.
d. Polémica “inocente”: «la caridad es el Espíritu Santo mismo en nosotros» (cf. Sentencias,
Pedro Lombardo). R/ Santo Tomás no dice que la caridad sea increada en nosotros. La caridad
no es el Espíritu Santo mismo en nosotros. Con la definición de Pedro Lombardo resulta que
es el Espíritu Santo quien actúa en nosotros = se anula nuestra voluntad. La caridad como
20. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
20
virtud requiere voluntad (es lo que defiende Tomás). Pedro Lombardo sacrifica la
voluntariedad de la caridad por el bien de excelencia de la misma. En cambio, Tomás no transa:
si la caridad no es libre (voluntaria) no es humana9
.
e. A pesar de que sea humana y voluntaria, la caridad no podemos dárnosla a nosotros mismos
(era el problema que buscaba resolver Pedro Lombardo). Es el eterno problema: ¿cómo nos
relacionamos con el Eterno? ¿Cómo se relaciona gracia y libertad?
f. Principio de connaturalidad de la forma (Santo Tomás, STh II II q. 23 a.2): Dios nos ofrece
una potencia que nos permite acercarnos al sobrenatural. Son formas dadas por Dios que nos
ayudan a orientarnos hacia Él. Así responde Tomás a la relación entre voluntariedad y Espíritu
Santo.
2. Características del amor de amistad
Para que haya amor de amistad son necesarias las siguientes características:
1) La caridad o amor sobrenatural no destruye nuestro modo de amar humano, sino que lo
eleva: «gratia non tollit naturam sed perficit» (STh I, q. 1, a. 8, ad 2).
2) El amor es el acto principal de la caridad. El amor es una tendencia o inclinación natural =
la tienen todos los seres humanos. Es una inclinación racional (en los animales es emotiva): el
amor forma parte de nuestra razón.
3) Benevolencia: es un tipo de amor.
Una posible división de los tipos de amor en STh II II, q.23, a.1
1. Amor sensible (sentidos): amor de los sentidos = eros [no es malo]
2. Amor espiritual (voluntad):
a. Concupiscible (interesado [no significa malo]): es un bien = honesto, útil, deleitable.
b. Benevolente (desinteresado):
- amistad: con Dios, amigos.
- esponsal
- filial
- fraternal
Se puede hacer otra versión:
1. Amor sensible integrado como subconjunto en: 3. 2 1.
2. Amor concupiscible que, a su vez, se integra como subconjunto en:
3. Amor benevolente.
Este esquema integra todos los amores en la persona: es la persona que ama. Así, el amor sensible
en la persona que ama se espiritualiza. Los fenómenos místicos se “explican” así: también el
cuerpo adquiere condiciones no propias del mundo físico.
4) Reciprocidad o benevolencia recíproca: parece contradictorio porque no hay total
reciprocidad entre nuestro amor y el de Dios..
5) Communio: ‘koinonía’. Debe haber una convivencia, comunicación, compartir bienes,
comunión de amor, familiaridad con Dios. Christus maxime est sapiens et amicus (Santo
Tomás).
9
En la época había una fuerte corriente determinista (ausencia de libertad).
23. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
23
6. La prudencia
6.0. Introducción
Se suele representar las virtudes en la escultura con mujeres. La prudencia como una mujer con un
espejo en una mano y una serpiente en la otra.
La prudencia es la única virtud que no ofrece un fin, sino medios. Todas las demás virtudes
teologales y morales dan fines.
Relación continua entre conciencia-prudencia: ¿esto es propio de la conciencia o de la prudencia?
Con este esfuerzo se puede iluminar el problema actual de la “conciencia autónoma”.
Esquema del capítulo*10
:
1. Naturaleza de la prudencia
2. Aspectos y elementos de la prudencia
3. Partes (virtudes relacionadas) de la prudencia y las etapas (dinamismo) de la prudencia
4. El don de consejo
5. La imprudencia, la negligencia, etc. (vicios contra la prudencia)
6.1. Naturaleza de la prudencia
1. La voluntad y la inteligencia en relación con la prudencia.
a. «La prudencia es el conocimiento de las cosas que debemos desear o rechazar» (def.
Agustín).
b. «Prudente significa ver desde lejos, quien es perspicaz y prevé a través de la incerteza de
las cosas que suceden» (def. Isidoro de Sevilla). Podemos decir que la prudencia pertenece
al intelecto, pero no puede desvincularse de la voluntad (!) = ¡es una virtud de la persona
entera (inteligencia + voluntad)!
c. «Recta ratio agibilium11
» (definición clásica*) = recta razón de las cosas que se deben
hacer (cf. Aristóteles, Ética a Nicómaco). Pertenece a la razón práctica, no se trata de la
racionalidad, sino de las cosas que se deben hacer.
2. Sabiduría y prudencia. Está cerca de la verdad en cuanto que la prudencia es una cierta
sabiduría para las cosas que se deben hacer. Muchos de los Padres pensaban en la prudencia
como en sabiduría.
3. La prudencia y los singulares. El tema de los singulares siempre ha sido conflictivo. Polémica
actual: ¿la moral es aplicación de normas absolutas a situaciones concretas?
a. Interpretación errada: norma general que debe ser aplicada, pero hay situaciones concretas
en que no se puede aplicar = excepción. Según esta visión, en un caso se podría ir contra
la justicia y ser injusto. Ej. Por justicia debo dar a cada uno lo suyo, la prudencia me hace
ver que a veces lo justo es no dar algo a alguien (un arma a un terrorista).
10
Misma estructura para aprenderse las virtudes morales* importante para examen oral: dar primero la estructura,
luego desarrollar.
11
Palabra que sintetiza “las cosas que deben ser hechas”.
25. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
25
a alcanzar los fines que se propone. Esto es la eficacia: conseguir el fin propuesto. Eficiencia
es alcanzar el fin del modo más veloz y con los menores costos posibles.
2. La prudencia en la guía de los otros.
3. Prudencia y bien común: la prudencia siempre busca el bien común.
4. Prudencia y discernimiento: No hay discernimiento entre el mal y el bien. Eso ya está claro.
La prudencia es la virtud de la excelencia: ayuda a todas las virtudes a buscar su excelencia,
poniendo los medios. Quien no pone los medios, en realidad no quiere los fines.
5. Prudencia perfecta, prudencia imperfecta e imprudencia. Imperfecta es aquella a la que le
falta la parte infusa, por no estar en gracia.
6. Relación con la gracia. La prudencia alcanza su máximo, su ápice, con la gracia.
7. Ejercicio de la prudencia. No es innata, requiere de la colaboración humana, ejercitarla. La
causa privilegiada del efecto es siempre la gracia, la realidad infusa, pero requiere de nuestra
parte. La prudencia puede disminuir.
6.3. Etapas (dinamismo) y partes (virtudes relacionadas) de la prudencia
Etapas (dinamismo): [en el ámbito pastoral: ver, juzgar, actuar].
1) Inicia con el análisis-consejo, el estudio de la situación, la reflexión: comprender el meollo
del asunto y sus circunstancias. Esto no es fácil. Generalmente no conocemos todos los
datos. Si no conocemos bien, se debe pedir consejo a alguien que tenga experiencia.
2) Después, debemos hacer un juicio. El juicio es concreto, para las situaciones particulares.
Y es prudencial, que incluye el juicio de la conciencia. Conciencia y prudencia van siempre
juntas*.
3) Finalmente, el imperio: obrar inmediatamente. Quien tiene experiencia puede reaccionar
con mayor prontitud… la experiencia ayuda mucho.
1. Partes (virtudes vinculadas): cuasi integrales, subjetivas y potenciales13
.
a. Cuasi Integrales.
a.1. En cuanto cognoscitiva: memoria (respecto al pasado) e inteligencia (respecto al
presente), perspicacia, sagacidad, docilidad. La docilidad es clave para la prudencia: estar
abierto a ser aconsejado. Perspicacia y sagacidad se refiere a la velocidad para encontrar
los medios más adecuados (como Ulises).
a.2. En cuanto directiva e imperativa: previsión: captar las consecuencias, para dirigir los
medios hacia el fin; circunspección: considerar todas las circunstancias; precaución: evitar
las dificultades.
b. Subjetivas.
c. Potenciales:
c.1. Dependiendo del consejo: eubolía (buen consejo)
c.2. Dependiendo del juicio:
- Ordinario: razonabilidad (‘synesis’);
- Extraordinario: resolución equitativa (‘gnome’).
c.3. Dependiendo del imperio: imperio.
13
Partes:
a. Integrales: las partes de una cosa (ej. techo, muros, ventanas… son partes de una casa).
b. Subjetivas: las especies que entran dentro de un género (ej. león, vaca, perro… son animales).
c. Potenciales: una facultad dentro del grupo de las facultades.
26. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
26
6.4. El don de consejo
Dado que la prudencia es una virtud de frontera, es decir, que pertenece tanto a la inteligencia
como a la voluntad, ¿el don de consejo, en qué facultad inhiere?
6.5. La imprudencia, la negligencia, etc. (vicios contra la prudencia)
27. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
27
Lucas - Clase 11: 11 enero 2018
7. La fe
Esquema del capítulo:
1. Definición
2. Dimensiones de la virtud y del acto de fe
3. Características
4. Necesidad
5. Pecados contra
7.1. Definición
La fe es una noción primaria. Adhesión personal del hombre a Dios. Adhesión de la inteligencia y
de la voluntad. Dei Verbum 5. Atención a las citas bíblicas que usa. Pleno obsequio, abandono…
Definición clásica: «(i) Virtud teologal infusa en el intelecto (ii) por la cual damos asentimiento
pleno a la Revelación (iii) por la autoridad y testimonio de Dios”.
Comentario a las tres partes de la definición:
Fe y creencia. Son dos cosas diversas. La fe hebrea, ¿es teologal? R/ No. Teologal, en el sentido
cristiano, quiere decir trinitaria. Afirmación de la Dominus Iesu: Distinción entre fe teologal y
creencia de las otras religiones. La creencia es el conjunto de experiencias y de pensamientos que
constituyen el tesoro humano de sabiduría y de religiosidad, que el hombre ha ideado en su
búsqueda de la verdad. ¿La fe de los protestantes es teologal? Obviamente sí.
7.2. Dimensiones de la virtud y del acto de fe
Dimensiones de la virtud de la fe (es una distinción académica):
a. fides quae (contenido)
b. fides qua (acto)
c. fides cui (de quién me fio)
Dimensiones del acto de fe, del creer:
a. credere Deum ()
b. credere Deo ()
c. credere in Deum ().
Corolario: El Padre pide la lectura del n.1 de la Deus caritas est. Habla de la fe como creer en el
amor de Dios.
Deus caritas est 1. «Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él»
(1Jn 4,16). Estas palabras de la Primera carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazón
de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su
camino. Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética
de la existencia cristiana: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído
en él».
Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida.
No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un
28. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
28
acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación
decisiva. En su Evangelio, Juan había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras:
«Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan
vida eterna» (cf. 3,16). La fe cristiana, poniendo el amor en el centro, ha asumido lo que era el
núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva profundidad y amplitud. En efecto,
el israelita creyente reza cada día con las palabras del Libro del Deuteronomio que, como bien sabe,
compendian el núcleo de su existencia: «Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno.
Amarás al Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas» (6,4-5). Jesús,
haciendo de ambos un único precepto, ha unido este mandamiento del amor a Dios con el del amor
al prójimo, contenido en el Libro del Levítico: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (19,18;
cf. Mc 12, 29- 31). Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4, 10), ahora el
amor ya no es sólo un «mandamiento», sino la respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro
encuentro.
En un mundo en el cual a veces se relaciona el nombre de Dios con la venganza o incluso con la
obligación del odio y la violencia, éste es un mensaje de gran actualidad y con un significado muy
concreto. Por eso, en mi primera Encíclica deseo hablar del amor, del cual Dios nos colma, y que
nosotros debemos comunicar a los demás. Quedan así delineadas las dos grandes partes de esta
Carta, íntimamente relacionadas entre sí. La primera tendrá un carácter más especulativo, puesto
que en ella quisiera precisar —al comienzo de mi pontificado— algunos puntos esenciales sobre el
amor que Dios, de manera misteriosa y gratuita, ofrece al hombre y, a la vez, la relación intrínseca
de dicho amor con la realidad del amor humano. La segunda parte tendrá una índole más concreta,
pues tratará de cómo cumplir de manera eclesial el mandamiento del amor al prójimo. El argumento
es sumamente amplio; sin embargo, el propósito de la Encíclica no es ofrecer un tratado exhaustivo.
Mi deseo es insistir sobre algunos elementos fundamentales, para suscitar en el mundo un renovado
dinamismo de compromiso en la respuesta humana al amor divino.
7.3. Características de la fe
i. El “bien” de la fe y entonces la obediencia de la fe. La obediencia de la fe existe porque
existe el bien de la fe. Obediencia hace referencia a sumisión a quien es competente. Cf.
DV 5; CEC.
ii. “Sé en quien he creído” (2Tm 1,12). San Pablo lo repite continuamente. La persona en la
que se cree. CEC 178.
iii. Lado cristológico y pneumatológico. Fe en Cristo encarnado, muerto y resucitado, a través
del Espíritu Santo.
iv. Un don, una gracia (dinámica). No tenemos derecho sobre ella.
v. Es también un acto humano. Es verdadero acto humano, pero no sólo acto humano. Es
imposible creer sin la gracia y la ayuda del Espíritu Santo, pero también es verdad que
creer es un acto auténticamente humano: no es contrario a la libertad ni a la inteligencia
del hombre.
vi. En armonía con la inteligencia. Sin inteligencia no podría haber fe. Dejamos en manos de
Dios el caso de las personas que no pueden ejercer su inteligencia. La inteligencia de la fe
es de una certeza más elevada que la del conocimiento humano. Es más iluminante. Ilumina
todas las realidades.
vii. Es libre (sustantivo) y nos libera (verbo)
29. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
29
7.4. Necesidad de la fe
Resumen de los 7 puntos del esquema. Es esencial para la salvación. Dominus Iesu 20, 21; LG
15,17. No tememos derecho a la fe.
Fe y obras. Ga 5,6: la fe que opera por medio de la caridad. Fides et mores.
7.5. Pecados contra la fe
1) Duda voluntaria
2) Incredulidad (voluntaria)
3) Herejía
4) Apostasía
5) Cisma
30. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
30
8. La esperanza
8.1. La naturaleza de la virtud de la esperanza
1. Definición clásica: «(i) virtud teologal infusa por Dios en la voluntad (ii) por la cual confiamos
obtener la vida eterna (iii) y los medios necesarios para llegar ahí con la ayuda de Dios».
2. Es una virtud, no es sólo un deseo. Está muy vinculada con el deseo de felicidad, de plenitud.
Ve en el bien esperado un bien arduo, posible.
i. Hacia un bien
ii. No todavía poseído
iii. Arduo
iv. Pero posible
3. Posibilidad de alcanzar el bien. Cuando no hay tal posibilidad, no puede haber esperanza, sino
sólo un deseo. Ej: deseo de ir a Júpiter. El ideal cristiano es siempre posible, con la gracia de
Dios. No utópico. Sólo Dios puede apagar el deseo del corazón humano. Y la virtud que lo
alcanza es la esperanza.
4. No es un esperar, sino un tender activo. Su contrario, la desesperanza, paraliza. Porque ahí el
bien se ve como inalcanzable.
8.2. Aspectos de la virtud de la esperanza
1. Spes y promesa de la beatitud. Poseer a Dios en plenitud por toda la eternidad. Confianza
también en poseer los medios que Dios me ofrece. La esperanza tiene un doble objeto.
2. ¿La Spes es un amor egoísta? (Cf. Jansenismo). R/ No. Amamos todo lo creado de un modo
ordenado. Ordo amoris. No hay egoísmo en buscar la máxima felicidad siempre que sea de
modo ordenado. Lo del Jansenismo no es humano.
3. La Spes es individual pero no individualista.
4. Repaso del cuadro de las pasiones concupiscibles. El Padre dice que la spes es el remedio para
todo esto. También las irascibles.
8.3. Otros elementos de la virtud de la esperanza
1. La imperfección de la esperanza. La spes tiene un elemento de cierta imperfección: no se puede
satisfacer del todo en esta vida.
2. Carácter provisorio de la esperanza. Cf. 1Co 13.
3. Protestantes: fe fiducial = absoluta certeza en la salvación. La fe de la Iglesia, en cambio, es la
certeza absoluta de que Dios me da los medios necesarios para mi salvación. Según el profesor,
esta fe fiducial es inhumana, y viene probablemente de la tendencia a controlar las cosas y
controlar a Dios.
31. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
31
4. La desesperación como anticipación del no-cumplimiento. CEC 2091: Pecados contra la
esperanza: desesperación y presunción. Desesperación es creer que no hay ninguna posibilidad
de alcanzar el bien.
Clase 12: 18 enero 2018
La desesperación lleva a un bloqueo que puede terminar en suicidio. La acidia es como una
pereza espiritual, debida al relajamiento de la ascesis.
El abandono de los fines se da en la desesperación, el abandono de los medios se da en la
pusilanimidad. En la desesperación se deja de creer que puede alcanzarse el fin14
.
5. La falsa esperanza de la presunción. CEC 2021: especie de omnipotencia ilusoria que nace de
la soberbia.
Herejía del quietismo (Miguel de Molinos): no hay que hacer nada para la salvación. Esta
herejía golpeó duramente la Iglesia, sus efectos se ven hasta el día de hoy (cf. muchas
comunidades de religiosas no creen en ningún tipo de plan de vida espiritual, etc.).
6. El don del temor de Dios. Es comprender que puedo perder la amistad con Dios. No se trata
de un temor servil.
14
STh II, II, q.35, a.4 ad 2. San Gregorio asigna las hijas a la acidia de manera conveniente. En efecto, dado que,
como expone el Filósofo en VIII Ethic., nadie puede permanecer largo tiempo en tristeza sin placer, es menester que
la tristeza dé lugar a dos resultados: lleva al hombre a apartarse de lo que le entristece y también le hace pasar a otras
cosas en las que encuentra placer, lo mismo que, quienes no pueden gozar de las delicias espirituales, se enfangan en
las del cuerpo, como escribe el Filósofo en el X Ethic. En el movimiento de huida de la tristeza se observa el proceso
siguiente: primero rehúye el hombre lo que le contrista; después impugna lo que causa tristeza. Pues bien, los bienes
espirituales de que se entristece la acidia son el fin y los medios que conducen a él. La huida del fin se realiza con la
desesperación. La huida, en cambio, de los bienes que conducen a él, si son arduos que pertenecen a la vía de los
consejos, la lleva a cabo la pusilanimidad, y, si se trata de bienes que afectan a la justicia común, entra en juego la
indolencia de los preceptos. La impugnación de los bienes espirituales que contristan se hace, a veces, contra los
hombres que los proponen, y eso da lugar al rencor; otras veces la impugnación recae sobre los bienes mismos e induce
al hombre a detestarlos, y entonces se produce la malicia propiamente dicha. Finalmente, cuando la tristeza debida a
las cosas espirituales impulsa a pasar hacia los placeres exteriores, la hija de la acidia es entonces la divagación de la
mente por lo ilícito.
32. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
32
9. La fortaleza
9.1. La fortaleza en la Sagrada Escritura y en la tradición moral católica
1. Introducción
Las imágenes que representan la virtud de la fortaleza suelen llevar una espada y un escudo.
Imagen de los dos actos de la fortaleza: lucha y defensa.
Mito de Sísifo que eternamente subía una piedra a la cumbre de una montaña, cuando llegaba caía
hasta abajo y Sísifo la volvía a subir.
La fortaleza es la virtud moral en las dificultades, asegura la constancia y firmeza en la búsqueda
del bien.
La filosofía griega daba mucha importancia a la ‘andreia’ (fortaleza).
2. Sagrada Escritura y tradición moral católica
a. Las enseñanzas de la Sagrada Escritura. Toda la Biblia habla de parresía, de fortaleza para
anunciar el evangelio y para soportar las tribulaciones, etc. La fortaleza es grandeza de ánimo,
martirio, etc.
b. Los Padres de la Iglesia comprendieron esta virtud muy bien con la experiencia de los mártires.
Cf. Actas martiriales, Pasiones (relato literario). También se enfrentaron con el problema de
los lapsi (aquellos que habían renegado de la fe): se requiere fortaleza para volver a recibirlos
en la comunidad.
c. En el mundo medieval de la gran escolástica (Buenaventura, Tomás) se hace una reflexión
centrada en la vida cotidiana. El cristiano debe caminar contra corriente, resistiendo una cultura
adversa, el cansancio que supone la fidelidad continua, etc.
9.2. Análisis teológico de la virtud de la fortaleza
1. Naturaleza de la fortaleza
- Definición:
a. «Firmeza de ánimo para combatir y resistir una dificultad».
b. «Aquella virtud moral que modera o endereza las fuerzas de la pasión irascible»15
.
- La fortaleza modera/endereza las pasiones irascibles (cf. ver cuadro). Las más fuertes son la
agresividad y la pulsión sexual. También la ira y la rabia son pasiones del irascible que la
fortaleza puede canalizar para el bien.
- Fortaleza no quiere decir prepotencia. Se suele relacionar al género masculino, cuando en
realidad son las mujeres las que tienen una fortaleza especial. Ejs. Enfermeras, madres que
aguantan enfermedades crónicas de hijos, etc.
15
Las más fuertes son la agresividad y la pulsión sexual. Ej. la ira y la rabia son pasiones del irascible que la fortaleza
puede canalizar para el bien.
33. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
33
- Santo Tomás relaciona la virtud de la fortaleza a la bienaventuranza
2. Los actos de la fortaleza
Son dos actos: (i) lucha y (ii) resistencia. Ej. Imagen del fútbol americano: un grupo resiste y otro
ataca.
¿Cuál es más importante? R/ No pueden separarse. Pero, como la resistencia no depende de uno
exige más de la persona. Resistir requiere doble fuerza.
3. Los pecados contra la fortaleza
1) La cobardía
2) Impasibilidad
3) Indiferencia
4) Temeridad
5) Vanagloria
6) Superficialidad
7) Desatención
8) Aparente fortaleza
9.3. Virtudes vinculadas a la fortaleza
1. Introducción
2. Magnanimidad: prontitud del corazón (decisión) para emprender obras grandes, excelentes,
difíciles. v/s Pusilanimidad.
3. Magnificencia: realización de esa prontitud. Ej. Padre Pío. v/s Mezquindad, suntuosidad, etc.
4. Paciencia*: es la virtud principal. Es el “termómetro” del amor, cuando se ama se tiene
paciencia con los demás. v/s Impaciencia, insensibilidad, dureza, etc.
5. Perseverancia.
34. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
34
10. La justicia
La doctrina social de la Iglesia no es otra cosa que el desarrollo de la virtud de la justicia. Habrá
un curso especialmente dedicado a ella.
35. Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
35
11. La templanza
No lo veremos. El profesor hace referencia al curso de moral sexual y virtud de la castidad.
36. ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
36
12. Los mandamientos
Examen:
1. Lo primero es enmarcar la pregunta: dar el esquema de la virtud (naturaleza, partes, vicios,
dones, preceptos, etc.).
2. Dar definiciones.
Jesús, confío en Ti.
TL
P