El documento discute el reto que enfrenta el currículo educativo ante el avance de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Señala que las TIC están transformando la forma en que se difunde el conocimiento y se produce, demandando que la educación genere procesos para revisar esquemas y fomentar nuevas formas de aprender. También discute cómo las TIC están cambiando la noción de currículo, el cual ya no puede ser meramente prescriptivo sino que debe redefinirse a la luz de las nuevas pos
1. Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Sistema de Información Científica
Nadima Salmasi
El currículo frente al reto pedagógico de las tecnologías de la información y la comunicación
Laurus, vol. 13, núm. 23, 2007, pp. 199-212,
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Venezuela
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=76102310
Laurus,
ISSN (Versión impresa): 1315-883X
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Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Venezuela
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2. EL CURRÍCULO FRENTE AL RETO PEDAGÓGICO
DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA
COMUNICACIÓN
Nadima Salmasi*
Universidad de Oriente-Sucre1
RESUMEN
El presente trabajo forma parte del análisis
hermenéutico crítico que realiza la autora sobre
el estado del arte de la relación Educación-TIC.
Para ello, se ha valido del estudio de textos de
relevancia científica, tanto para contextualizar
esta discusión en el clima cultural del presente,
como para ubicarlo en el debate nacional
sobre los proyectos pedagógicos y, más
específicamente, para hacer observaciones
de carácter curricular que podrían ampliar la
cuestión a lo interno de la formación docente
en el país. El hipertexto, como nueva forma
de lectura, se asoma como un indicador de la
ruptura con las tradicionales formas de ver el
currículo.
Palabras clave: Tecnologías de la Información
y la Comunicación. Currículo. Hipertexto.
THE CORE CURRICULUM TOWARDS
THE
NEW
INFORMATION
AND
COMMUNICATION TECHNOLOGIES
ABSTRACT
This research reflects the critical hermeneutical
study that the author does to discuss the state
of the art of the relationship between the
categories of Education and the Informational
and Communicational Technologies. To do
so, she has studied scientific relevant texts,
to contextualize the actual “cultural climate”
and to locate it in the middle of the national
debate about the educational project, and more
specifically, to call attention to curriculum
topics that might improve the debate around
the teacher training process. Hypertext, as
a new way to approach to reading, is taken
as an indicator of the breaking-off with the
traditional point of view for curriculum.
Key words: Informational and Communicational Technologies. Curriculum. Hypertext
Recibido: 24/01/2007 ~ Aceptado: 13/03/2007
* Profesora Asociada de la Universidad de Oriente, Licenciada en Educación, Especialista en Psicología del Aprendizaje,
Magister en Investigación Educativa, Doctorado en Educación.
1
El presente artículo forma parte de una investigación subvencionada por el Consejo de Investigación de la Universidad
de Oriente. Proyecto Nº CI-2-050301-1249/05
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I. El reto pedagógico de las TIC:
La posibilidad de educación permanente recae hoy más que nunca
en los grupos sociales en la búsqueda de una realidad que acoja lo diverso,
lo múltiple, lo afectivo, lo científico... Como espacio para la toma de
medidas comunitarias, lo educativo deberá tratarse, a modo de asunto
público, para ventilar inquietudes, demandas y aspiraciones de todos los
actores sociales, inclusive los jóvenes, quienes tradicionalmente han sido
dejados de lado en la toma de decisiones.
La educación enfrenta el reto del gran poder de atracción que
tienen los medios de comunicación hacia los niños, jóvenes y adultos;
pero, no se trata ya de cuestionar sobre esta realidad concreta, sino de
develar y comprender una manera de articular lo simbólico, lo abstracto,
lo subliminal a través de un recurso tecnológico que imprime fuerza a
la creatividad y a la generación de otras maneras de comunicarnos. La
estética y la ética, en estos escenarios, ocupan espacios tan diferentes, que
ellas mismas se reconstruyen a partir del lenguaje hipertextual.
Una comunicación de la ínter-conectividad, de la ruptura espaciotemporal y de conformación de nuevas comunidades, demanda otras
maneras de organizar los ambientes culturales, donde lo escolar juega
un papel relevante. Las demandas curriculares, cuando asociamos la
organización del hecho educativo desde la totalidad como estatuto
epistemológico, nos hace pensar en la diversidad, multiculturalidad,
flexibilidad curricular, para el abordaje de los fenómenos educativos.
Lo académico trasciende el espacio disciplinar para, en un sentido
aristotélico, recobrar la práctica y su relación dialéctica con la teoría. El
saber popular y el saber académico conviven en la oralidad del pueblo,
en la escritura del sabio, del artista y en la dialogicidad del colectivo,
que constituye un magma generador de representaciones. Proceso que es
potenciado por las Tecnologías de la Información y la Comunicación en
una dinámica nunca antes enfrentada por cultura humana alguna.
Por otro lado, la mundialización cultural introduce nuevas demandas a
las instituciones educativas: movilidad, alfabetización digital, cooperación;
destacando la gran responsabilidad de quien aprende en su propio proceso
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de aprendizaje. Proporcionalmente aumenta la necesidad de docentes
creativos, intelectuales en formación permanente, lo suficientemente
sabios para guiar el proceso hacia escenarios más comunicativos, donde
el saber no representa la última palabra sino que se encuentra en constante
cuestionamiento. De la misma forma, las competencias laborales son
cada vez más cambiantes, en función de nuevos entornos y demandas
profesionales; lo que en definitiva nos hace debatir la noción curricular
del perfil rígido y predeterminado por un grupo reducido de expertos.
Más que el manejo estricto de una teoría, el docente para esta realidad,
debe aprender a re-significar, junto a colegas, comunidades y estudiantes,
la praxis social y cultural, en espacios intra y extra escolares. Una actitud
epistemológica de crítica reflexiva le ayudará a desmitificar los espacios
virtuales y a recurrir a ellos como dispositivos para organizar y apoyar
el proceso de enseñanza y de aprendizaje. En este sentido, la tecnología
es considerada como un medio para lograr una mejor educación. Sólo se
podría hablar de una sociedad del conocimiento si todos tienen acceso y
se benefician de ella, de lo contrario, se estaría enfrentando una nueva
forma de exclusión social.
Definitivamente, la sociedad enfrenta el reto de construir un mundo
de justicia social, de respeto al planeta y al entorno, de convivencia
pacífica. En el clima cultural de este siglo, la relación entre lo conocido y
lo desconocido, debe darse con la inauguración de una comunicación que
brinde opciones para la construcción de ese mundo.
Hoy, en lo que respecta a lo civilizacional, la educación se cuestiona
sobre el avance de las nuevas tecnologías de la comunicación y de la
información; avance que ocurre a una velocidad vertiginosa, dificultándose
la apreciación del significado que esto adquiere en términos educativos. El
auge de lo comunicacional, unido inevitablemente a la globalización, como
fenómeno de subordinación de las economías de los países periféricos a
una lógica competitiva determinada por la producción, a las finanzas y
al comercio, en el ámbito mundial; representa un verdadero reto para las
instituciones educativas tal cual las conocemos.
La educación es un fenómeno complejo, potencialmente dinámico,
en cambio constante, que debe avanzar hacia estadios más pertinentes,
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especialmente en nuestros días cuando pensamos en el rol protagónico
que tienen las tecnologías para la comunicación y la información.
La preocupación que genera el avance de estas tecnologías en todos
los ámbitos del quehacer humano y, especialmente, en lo que concierne
al proceso educativo, toma mayor importancia para estimular iniciativas
que permitan, no recomponer el modelo moderno de ser, sino abrir
espacios para lo diferente. Es por los intersticios, dejados en la crisis de la
modernidad, por donde los educadores podemos dirigir nuestros esfuerzos
al hacer de lo educativo el centro de crecimiento social por excelencia.
Cuando el Estado venezolano hace gala del ingreso del país a la
vorágine informática, es relevante cuestionar los múltiples sentidos que
esta acción puede tener. No se trata, siquiera, de imaginar una situación
de exclusión del acceso de los jóvenes a la tecnología comunicacional, lo
que además sería discriminatorio, pero sí de analizar con atención lo que
esto puede significar y bajo qué condiciones lograremos sacar provecho
de esta tecnología. Ante la encrucijada que se nos antepone, debemos
atender al llamado de Ortiz Mejía (2003), quien alerta sobre los riesgos de
mercantilización y de reproducción a mayor escala de relaciones políticas
unidireccionales. Por lo tanto, disponernos a enfrentar las dificultades que
acompañan al avance tecnológico en lo comunicacional, representa para
los educadores, andar de prisa en la aprehensión de este fenómeno.
Si por un lado la tendencia de desarrollo tecnológico puede convertirse
en una manera eficaz de uniformar, homogeneizar, recrear patrones, se
pueden crear, de igual forma, estrategias que permitan lo diversificado,
lo diferente. La posmodernidad responde a las tendencias globalizantes
totalizadoras a través del diálogo con lo particular, lo local; se enfrenta a
lo rutinario normalizante a través del reconocimiento de lo complejo y la
incertidumbre. Es en estos quiebres que los educadores podemos pensar,
sin arriesgarnos a caer en localismos románticos paralizantes, en develar
las condiciones de producción del conocimiento de la realidad y sobre la
apropiación de la técnica para defender nuestra identidad y humanidad
mediante formas de resistencia.
Frente al riesgo de mercantilización mediante la acción de mercado
que asume el poder económico con base en la posesión del conocimiento y
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6. El currículo frente al reto pedagógico de las tecnologías
de la información y la comunicación
de la tecnología, la sociedad debe reconocer que se ha generado una lógica
económica cuyo sustrato lo constituye el avance tecnológico permanente.
El ciclo de producción de los bienes es cada vez más rápido y corto, lo
que implica una dinámica de consumo que subyuga en el tiempo y el
espacio. La sociedad del conocimiento informatizada y digitalizada hace
nuevas demandas, cambiando la lógica discursiva, las relaciones de poder,
la lógica del aparato productivo y las experiencias.
II. Una aproximación a la noción de currículo:
La influencia de las TIC marca una nueva discursividad que incide
en nuevas maneras de difundir el conocimiento y en otra lógica para
su producción; en consecuencia, la educación deberá generar procesos
que revisen esquemas previos y promuevan novedosas actitudes hacia
el aprender; además, lo popular retoma relevancia frente a lo global, al
convertirse en lo que marca la diferencia. Una nueva estrategia de los
jóvenes frente al saber universal y local marcará pautas para la comprensión
de la conformación de otras formas de ser.
Otredad que será marcada por el vértigo de innumerables imágenes,
por nuevas maneras de relacionarse con el otro, con una concepción
cibernética del tiempo y del espacio. La educación liberadora convocará a
la invención de otra mirada (Téllez, 2000), una que sea profunda, cargada
de memoria, que resista a la uniformización y al olvido, que mire al otro y
se enuncie con una gramática cargada de sentido. Es a través de la toma de
conciencia de los dispositivos de saber-poder que subyacen en las prácticas
comunicacionales de la nueva tecnología, que el hombre de mañana, y la
escuela, podrán hacerse cargo de la nueva dinámica cultural.
La educación se confronta, desde hace algunas décadas, con el
avance de las TIC, en especial con lo que ha significado la Internet en
este proceso. Las TIC están cambiando la forma como enfrentamos el
mundo; el trabajo, el ocio, la convivencia social son otras desde que la
sociedad del conocimiento se ha instaurado como sociedad de aprendizaje
permanente, lo que ha provocado, en primera instancia, un fuerte traslado
de lo educacional hacia espacios distintos de la escuela.
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El saber crece rápidamente transformando el mundo de manera
vertiginosa. La ciencia y la tecnología se constituyen en los fundamentos
sobre los cuales se asienta el quehacer humano, transformando lo cognitivo,
lo axiológico, lo relacional. Se introducen, de esta manera, demandas a lo
educativo para definir perfiles profesionales con competencias añadidas.
Para enfrentar este hecho, la pedagogía y el currículo más
específicamente, oscilará entre una visión del currículo como forma de
controlar todo el proceso educativo, prescribiendo la acción educativa; o,
al contrario, redefiniéndole como un nuevo constructo cuyas dimensiones
son todavía inimaginables dadas las potencialidades que introducen las
TIC en el mundo de lo educacional.
Los contenidos programáticos ya no son la razón de ser de la
educación, sino el alumno en cuanto núcleo generador de todo diseño
curricular. Evidentemente, el currículo, en la búsqueda por cumplir con
las funciones de traducir, organizar y proyectar las demandas educativas
de las comunidades; indaga sobre su redefinición como una forma de
reacción ante el continuo desencanto de la mayor parte de la población
para con la educación que reciben nuestros jóvenes, y el constante proceso
de alejamiento que sufre esta juventud ante una escuela desfasada.
Pedagogos críticos, argumentan sobre la oportunidad que tienen
los estudiantes de narrarse a sí mismos y de construir su identidad en
nuevos espacios virtuales. No obstante, esto trae a lo interno la tensión a
la que hiciéramos alusión en el párrafo previo. Un currículo prescriptivo
que regula lo que se debe conocer y cómo debe hacerse, se confronta con
la posibilidad de infinitos accesos a la información, atendiendo al interés
particular de cada individuo. Esta tensión debe ser analizada por quienes
participan activamente en el diseño, desarrollo y evaluación de currículos
particulares.
El acto pedagógico como reflexión sistemática y profunda sobre
la práctica y el saber educativo procura, a través de ese otro currículo,
orientar la educación como producto de la conciencia reflexiva. Es
la persona concreta quien participa en el proceso formativo a partir de
toda la experiencia acumulada, y es por medio de la investigación de la
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realidad que se crean ambientes propicios para la apropiación del saber
contextualizado en un continuo, imbricado con la vida de las personas.
Como reflejo del avance de las TIC, el joven, más que recibir
información del maestro, debe aprender a seleccionarla y procesarla en
el contexto histórico que le da sentido. La escuela, como toda institución
social, debe atender los reclamos simbólicos y pragmáticos de estos jóvenes
cuando los actos comunicacionales, en la base del procesamiento de la
información, generan nuevas formas de pensamiento, de socialización, de
identidad cultural, de construcción del conocimiento; de los cuales no
puede abstraerse el currículo, ya que podrían actuar como mecanismo de
reversión de las relaciones hegemónicas. Con respecto a este aspecto, es
oportuno destacar que estas nuevas generaciones de jóvenes y adolescentes
son quienes mejor se adaptan a este entorno y su proceso de alfabetización
digital informático es mayor que la de los adultos, en especial, el colectivo
de profesores que son responsables por su educación.
El antagonismo que se vislumbra es entre una sociedad que reclama
competencias mayores y más integradoras con dominio de la tecnología
y una escuela anclada en el parcelamiento de las disciplinas, destacando
el modo de producción del conocimiento, desde esa racionalidad. He
aquí la demanda que introduce la presencia de las TIC en relación con lo
educacional.
Por lo hasta ahora manifestado, un currículo con fuerte énfasis en
lo comunicacional rescatará a la investigación, más que como actividad
especializada, como una actitud, una curiosidad y predisposición a
reflexionar sobre temas o problemas, a los cuales se aproxima por diversas
vías, valiéndose de los recursos necesarios y disponibles. Las TIC
cumplen una función relevante como medio de acceso a la información y
a nuevas formas de comunicación, por lo que un currículo centrado en la
investigación podrá ser una respuesta de estos tiempos para redimensionar
la acción educativa. Para ello se debe romper con las parcelas disciplinarias
y relacionar áreas del conocimiento mediante procesos integradores,
generados a partir de nudos problemáticos que surgen de discusiones
colectivas; así, transdisciplinariamente, los saberes se imbrican con otros
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saberes en un proceso de aproximación a la complejidad de los objetos
de conocimiento.
Es esta una acción educativa que debe recuperar su dimensión ética,
en tanto el currículo se piensa desde y para la educación de personas:
conocer es tarea de sujetos, no de objetos. Es como sujeto, y solamente
en cuanto sujeto, que el hombre puede realmente conocer (Freire,
1973 en Fuentes, 1991: 70). Tomando esto en consideración, la escuela
se valdría de las TIC para constituirse en un espacio para aprendizajes
relevantes (Pérez Gómez, 1992) por el diálogo de culturas que interactúan
transformando la realidad.
Es un hecho que la condición multimedia de los textos en las TIC
convocan, en torno a sí mismos, la participación de niños, jóvenes y
adultos que la escuela puede guiar hacia tópicos particulares, de acuerdo
a proyectos que hayan surgido del diálogo en los espacios educativos.
Diálogo donde todos aportan algún saber y todos pueden enseñar y
aprender algo, por lo que siempre son sujetos y nunca objetos del proceso.
Los individuos se benefician al satisfacer sus propios fines del mundo
de posibilidades que le ofrece la Internet, respetando ritmos, intereses y
necesidades. El sujeto será, definitivamente, cuestionador, informador y
educador.
El currículo puede valerse de la estructura organizativa de la
WEB para facilitar foros de discusión, chats, video conferencias y
textos hipermedia. Desde este umbral de lo educativo se enriquecería el
proceso formativo por la dinamicidad, el espíritu cooperativo y colectivo
que se puede desarrollar mediante la participación en la investigación,
como elementos que potencian el sentido de pertenencia al grupo social.
Son estas personas quienes, en la medida que se conectan a la red, la
hacen crecer en atención a sus intereses y necesidades. Es, por último,
una herramienta de comunicación que se retroalimenta y se construye
dinámicamente por el colectivo a quien sirve.
Los docentes participarán activamente y promoverán la inquietud
por conocer, valiéndose de los recursos tecnológicos a su disposición
para que los jóvenes analicen críticamente los fundamentos de la
información y la comunicación; esta actitud crítico-reflexiva le aproximará
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de la información y la comunicación
epistemológicamente al conocimiento. Por lo tanto, los estudiantes y los
docentes serán reconfigurados como seres activos y corresponsables del
proceso de aprendizaje que ayudan a construir.
Desde esta perspectiva, el docente gestionará la promoción de
ambientes de aprendizaje que permitan el acceso fluido del alumno en
tiempo y espacios virtuales. La virtualización, concebida no sólo como
símil de la realidad, sino como otro espacio y tiempo más rápido, de mayor
alcance y donde la verticalidad de las relaciones y de la disposición del
conocimiento deja de tener sentido. Los espacios de relación son ahora
esféricos y tienen como centro a cada estudiante quien interviene y forma
o toma caminos de acuerdo con sus intereses, constituyendo, en muchas
ocasiones, comunidades virtuales que buscan contacto a lo interno y
externo de sí, para el aprendizaje colectivo, a manera de un continuo
rizoma.
El entorno en el que vive el sujeto, del cual no se debe aislar, es
un espacio de significación cultural, desde donde se traslada y se coloca
junto al espacio del otro con quien se comunica. El riesgo, que debe
alertarnos, es que una cultura se sobreponga a otra; por supuesto, el
currículo es convocado, ante este riesgo, a fortalecer las experiencias de
vida y la construcción de identidad, de subjetividad, a partir de la cultura
comunicada desde la etnia, la religión, el Estado-Nación.
Atendiendo lo hasta aquí expresado, emerge el reto de la
multiculturalidad como lugar de convivencia de culturas a partir de
identidades bien configuradas. La ética y la estética son privilegiadas a
través de la comprensión y construcción de sistemas simbólicos, uno de
los cuales, el lenguaje, ocupa lugar relevante. Internet, específicamente,
remite a procesos sociales, culturales, políticos, económicos, organizativos,
educativos, de una gran complejidad; pero, sobre todo, diferentes.
Toda esta inclusividad, flexibilidad, transdisciplinaridad,
transversalidad, autonomía, multiculturalidad, diversidad, se refleja aquí
con propósitos pedagógicos, en el significado del hipertexto; una de las
maneras encontradas en la red que redimensiona al currículo y le potencia
en la socio-construcción del conocimiento.
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11. Nadima Salmasi
El hipertexto es una compleja trama de contenidos organizados
multilinealmente a partir de nodos evocadores que se relacionan en forma
rizomática, abriendo infinitas posibilidades de lectura. Esta forma de
escritura y de lectura, permite la búsqueda de información de forma no
lineal, pero potencialmente voluntaria, lo que, sin duda, coloca al currículo
en la disyuntiva sobre la estructuración del conocimiento que deben
aprender los estudiantes. Es válido cuestionar, si dada la experiencia de
lectura hipertextual, como nueva discursividad y procesamiento mental,
el currículo, interpretado como plan sistemático, tiene sentido delante
de la posibilidad de imprimir una dinámica no jerárquica, paralela,
abierta, que demanda del alumno capacidad crítica para seleccionar
información pertinente, de calidad, con responsabilidad. No caben, ante la
influencia de las TIC, currículos que prefiguren la oferta del conocimiento
secuencialmente, yendo de lo simple a lo complejo, de lo particular a
lo general, y de lo concreto a lo abstracto, tal como se manifiesta en
currículos donde predominan ideas de secuencialidad, homogeneidad,
uniformidad y simultaneidad. A todos lo mismo y al mismo tiempo
(Menin, 2002:105).
El reto es diseñar y desarrollar un currículo que se organiza
horizontalmente, con la participación colectiva de alumnos, profesores,
comunidades, a partir de la problematización de experiencias de vida en
un proceso de construcción que se sustenta en los principios de respeto a la
diversidad, flexibilidad, autonomía, multiculturalidad. La realidad social
nutre el proceso y promueve, en la búsqueda de su aprehensión, actitudes
investigativas diversas a través de procesos profundos de comunicación.
Partiendo de las consideraciones que imprimen el carácter histórico,
comunicativo, político y dinámico al proceso de formación del ser
humano, nos asomamos a una racionalidad que rompe los esquemas de
la modernidad y la configuración que ésta ha hecho de categorías como
el currículo. Por el contrario, se percibe como horizonte a ser construido
remitiendo a la representación de la cultura a través del proceso educativo,
mediante acciones que desde la práctica y el diálogo promuevan el
aprendizaje relevante.
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de la información y la comunicación
El docente y el alumno socioconstruyen el conocimiento a través de
procesos de investigación, reflexionan acerca del sustento epistemológico
del conocimiento y de la forma como nos aproximamos a él. Para hacerlo
se problematiza la realidad y en procesos de cogestión se busca su
transformación hacia niveles cada vez más representativos de lo humano.
El currículo examina la integración de la ciencia con el mundo de vida del
discente, identificando los conceptos-clave o inclusores y las relaciones
significativas entre ellos en la construcción de nuevos conocimientos.
(Martínez Bonafé, 2000: 64).
La asignaturización como planificación “estanque” de una disciplina
no encuentra cabida ante esta realidad. En cambio, se organizan escenarios
de aprendizaje que a modo de un proyecto de investigación, selecciona
colectivamente la metodología, el tiempo, los espacios físicos o virtuales.
El propósito es promover y generar aprendizaje teórico-práctico que
redimensione históricamente el saber y convoque a su transformación o
sustento.
Otro aspecto sobre las TIC que les da relevancia en lo educativo, es
que posibilitan la formación permanente de todo ser humano alfabetizado
digitalmente, lo que es cada vez más común, sobre todo en las jóvenes
generaciones. Al romper con las barreras espacio-temporales facilita el
acceso de aquellos quienes por razones diversas no pueden acceder a las
aulas escolares.
Los niños, especialmente, sienten una gran atracción hacia el formato
digital por la riqueza multimedia y por la posibilidad de auto corregir
errores. La habilidad que desarrollan de manejar el ratón, “dialogar”
con los programas, aprender de forma divertida, capta su atención. La
posibilidad de simular situaciones reales, tales como las que presentan
algunos softwares, aproximan al estudiante a experiencias que relaciona
con conocimientos científicos de manera práctica. Es también posible
explorar el mundo, más allá de las fronteras inmediatas, dando acceso a
otras culturas, idiomas, valorizando la diversidad.
Empero, no todo es perfecto. Basta con admitir que la computadora
es una caja vacía de contenidos, si el hombre no los genera. El docente,
particularmente, deberá asumir el reto de explorar las ventajas y
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posibilidades de la computadora y las tecnologías relacionadas, para
establecer redes de aprendizaje más pertinentes.
La red informática ha desbancado la posición hegemónica que
representaba el docente en modelos curriculares más receptivos que
constructivos, lo que como ya mencionáramos, promueve la autonomía
estudiantil. Esto, sin duda, coloca la disyuntiva en los procesos evaluativos,
que ya no pueden basarse en el control sobre los conocimientos académicos
adquiridos, sino en nuevas formas de evaluación que privilegien el proceso,
sobre todo si consideramos que el conocimiento que circula en Internet no
posee menor ni mayor cualidad epistemológica por la forma en que se
produce/re-produce, ni por las leyes a que se sujeta (Cardona, 2000);
son los sujetos educativos los responsables por esto.
Al igual que la evaluación, la concepción de didáctica debe ser otra.
Una que, desde la naturaleza de las TIC, se configure tan distinta como lo
es el contexto donde se desarrolla: en una hipertextualidad que favorece
la participación, la autonomía, la toma colectiva de decisiones sobre el
desarrollo de un proceso didáctico que se ve afectado por lo vertiginoso
de los cambios tecnológicos, lo que demanda una capacidad de auto
evaluación y reconducción para ser pertinentes. Un contexto dinámico
que convoca a la construcción del conocimiento, a partir de problemas
que fungen como desafíos, donde sean los estudiantes quienes busquen
y aprovechen los recursos de su entorno, ya sea en su ambiente familiar
y comunitario o allende sus fronteras. A su vez, se han de enfrentar a
situaciones problemáticas planteadas a partir del análisis de teorías y del
contexto sociocultural, en un criterio flexible y estratégico de planificación
curricular que permite la conexión con asuntos de la vida diaria y la
tecnología.
III. A modo de conclusión:
A pesar de todos los aspectos expuestos que destacan, no sólo la
presencia de las TIC en educación, sino sus implicaciones en el currículo,
debemos aclarar que América Latina tiene el deber de no asumir
irreflexivamente modelos curriculares prediseñados en geografías con
características diferentes a las nuestras. La soberanía tecnológica aun dista
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14. El currículo frente al reto pedagógico de las tecnologías
de la información y la comunicación
de ser una realidad, entonces, los esfuerzos hoy son más importantes con
relación a la construcción de un currículo dinámico y pertinente.
Las naciones latinoamericanas están haciendo esfuerzos por
disminuir la brecha digital que acarrea más exclusión. En Venezuela,
particularmente, se abren infocentros en todas las ciudades para ofrecer
acceso gratuito al servicio de Internet. Se comienza la creación de
bibliotecas virtuales, de kioscos informáticos y se incentiva la producción
de material educativo multimedia mediante la promoción de concursos
en proyectos como Alma Mater o en programas de beneficio académico.
Sin embargo, las iniciativas son todavía incipientes y es necesario velar
porque se transformen, además, en herramientas para la promoción de la
ciudadanía.
Pero una cosa es cierta, nos hallamos ante un nuevo medio, que
será omnipresente en nuestra sociedad, que la está transformando y
que, en ciertos casos, será la forma fundamental de comunicación de
la comunidad educativa (ADELL, s/f); contradictoriamente, su presencia
no asegura que el currículo se reconfigure a partir de las potencialidades
que estas tecnologías ofrecen. La reflexión sobre estas características
nos debe conducir hacia la construcción de nuevos espacios y modos de
aprendizaje, en la formación de ciudadanos con capacidad para asumir su
propio destino.
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