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Programa de Educación
Médica Continua en
“Gastroenterología
Adultos”
Con el aval de:
Módulo 1
Resumen
El microbioma humano, conjunto de material genético y su poten-
cialidad de metabolitos que actúan en un nicho ecológico es in-
mensurable, no somos un individuo, somos una comunidad de se-
res vivos o superorganismo. La microbiota intestinal influye en las
funciones humanas esenciales, como la digestión, el metabolismo
energético y la inflamación al modular múltiples vías endocrinas,
neurales e inmunes del huésped. Su composición y complejidad
varía notablemente entre individuos y en diferentes sitios del in-
testino, pero proporciona un cierto nivel de resiliencia. Son mu-
chas las patologías asociadas a disbiosis, sin encontrar aun, entre
cientos de probióticos, cuál o cuáles son los adecuados para res-
tablecer el equilibrio o eubiosis en determinadas patologías, sin
existir la certeza de si la disbiosis precede o es una consecuencia
de una enfermedad. Revisaremos las funciones de la microbiota,
sus estados disbióticos y las propuestas de tratamientos probióti-
cos que restauren el equilibrio, y promuevan la salud del anfitrión.
Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 3
1. GENERALIDADES
Hace más de un siglo, Elie Metchnikoff, científi-
co ruso, premio Nobel y profesor en el Instituto
Pasteur en París, postuló que las bacterias ácido
lácticas (BAL) eran beneficiosas para la salud.
En 1917, el científico alemán Alfred Nissle aisló
una cepa no patógena de Escherichia coli a partir
de las heces de un soldado de la Primera Guerra
Mundial que no presentó enterocolitis durante
un brote severo de shigellosis. Esta cepa resul-
tó ser E. coli Nissle 1917, y constituye uno de los
ejemplos de un probiótico que no es BAL(1)
.
El científico Ramón y Cajal, afirmaba que no to-
das las bacterias eran nocivas, sino que algunas
de ellas, por el contrario, eran esencialmente ne-
cesarias para la vida. Ecribió el siguiente mensa-
je: “En la cadena de la vida, todos los eslabones
son igualmente valiosos porque todos resultan
igualmente necesarios. Juzgamos pequeño lo que
vemos de lejos o no sabemos ver. Aun adoptan-
do el punto de vista del egoísmo humano, que de
cuestiones de alta humanidad laten en el miste-
rioso protoplasma del más humilde microbio.
Nada parece más transcendental en bacteriología
que el conocimiento de las bacterias infecciosas,
y nada más secundario que el de los microbios
inofensivos y, no obstante, si estos desaparecie-
sen, bien pronto el planeta se tornaría inhabitable
para el hombre”(2)
.
Se ha estimado que una persona adulta contie-
ne 40 trillones de microorganismos, con un peso
de más de 2 kg. En el intestino, las bacterias son
más abundantes en el colon y menos abundantes
en el duodeno proximal(3)
. Existen más de 2000
especies de bacterias comensales, aunque predo-
minan los filos anaerobios (principalmente Bac-
teroidetes y Firmicutes), con variaciones signi-
ficativas en relación con la ubicación geográfica,
donde pueden predominar ciertos enterotipos, la
etnia, nivel socioeconómico y sobretodo el patrón
dietético. Es difícil definir una “microbiota salu-
dable”, ya que existen importantes diferencias
inter e intraindividuales. Sin embargo, sí se sabe
que la microbiota intestinal desempeña varias
funciones metabólicas importantes:
•	 Síntesis de vitaminas
•	 Metabolismo de ácidos biliares
•	 Estimulación del trofismo de células epiteliales
•	 Homeostasis de la mucosa
Microbiota intestinal y el
papel de los probióticos
Gastroenterología en adultos
4
•	 Función de barrera
•	 Estimulación en la producción de moco intesti-
nal
•	 Señalización inmunológica
•	Digestión y fermentación de carbohidratos y
fibras
•	 Producción de ácidos grasos de cadena corta
•	Compiten por sitios de adherencia y alimento
con patógenos
•	Reguladores del metabolismo de carbohidra-
tos: glucosa e insulina
La abundancia de ciertas especies no refleja ne-
cesariamente su importancia, porque algunas es-
pecies presentes en menores cantidades realizan
funciones esenciales y especializadas. Por tanto,
la definición de una microbiota normal probable-
mente deba reflejar un equilibrio, no solo entre
especies o géneros, sino entre la actividad enzi-
mática o las funciones metabólicas de las especies
presentes. (Figura 1)
Del mismo modo, la definición de un desequili-
brio de la microbiota, ya sea en cantidad, calidad
o localizacion (disbiosis) continúa siendo un de-
safío. Sin embargo, se ha establecido que ciertos
estados de enfermedad, están asociados con de-
terminados perfiles microbianos y los cambios
en la microbiota pueden contribuir a ciertos es-
tados de enfermedad en la mayoría de ellos, con
presencia de intestino permeable, como la enfer-
medad inflamatoria intestinal, la obesidad, la dia-
betes tipo 2, la esteatohepatitis no alcohólica y la
arterioesclerosis, síndrome de intestino irritable,
parkinson, asma etc(4)
. Se cree que el uso de cepas
probióticas seleccionadas apropiadamente pue-
de resultar en una modulación beneficiosa de la
composición de la microbiota intestinal.
La microbiota es tan trascendente y omnipresen-
te que el tipo de microbiota intestinal determina
la toxicidad de determinado analgésico para el
hígado, determina la efectividad de un medica-
mento para una enfermedad cardiovascular. Es-
tudiando el ADN humano solo podemos predecir
obesidad con un 60 % de exactitud, sin embargo,
estudiando el microbioma fecal podemos deter-
minar si una persona es delgada u obesa con 90
% de exactitud.
Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 5
2.1 COMPOSICIÓN
La microbiota intestinal que es el conjunto de mi-
croorganismos: bacterias, virus, arqueas, hongos,
protozoarios que viven, interactúan y cumple
funciones en el organismo, juegan un papel im-
portante en los procesos biológicos y bioquímicos
que ocurren en el intestino. El ecosistema micro-
biano del intestino (microbiota intestinal) inclu-
ye muchas especies nativas que colonizan perma-
nentemente el tracto gastrointestinal, y una serie
variable de microorganismos que solo lo hacen de
manera transitoria. Al conjunto formado por los
microorganismos, sus genes y sus metabolitos se
le denomina microbioma(3)
. (Figura 2) En todos
los órganos existe microbiota, y estudios recien-
tes han demostrado que incluso el feto ya tiene
microbiota, y que esta circula por linfáticos de
manera que la microbiota intestinal puede llegar
por la leche materna al intestino del lactante. De
modo que no somos un individuo, sino que so-
mos un multiorganismo o superorganismo que ha
evolucionado de manera simbiótica con nuestra
microbiota, la cual es única y, aunque puede tener
similitudes de acuerdo al núcleo familiar, al tipo
de alimentación o al medio ambiente que habi-
tamos, difiere entre individuos como una huella
digital, que es única.
Durante décadas, la investigación nutricional
se centró en buscar vínculos directos entre los
componentes dietéticos y la salud humana, con
el objetivo de establecer pautas universales para
combatir las enfermedades. Sin embargo, no se
han podido encontrar resultados concluyentes,
puesto que la intervención no resulta por símis-
ma, sino, por el efecto que tiene un alimento (pre-
biótico) sobre una población determinada de mi-
croorganismos beneficiosos.
La microbiota está compuesta principalmente
de los phylum Firmicutes y Bacteroidetes, y una
menor abundancia de miembros de los phylum
Proteobacteria, Actinobacteria, Fusobacteria y
Verrucomicrobia(5)
. Además se han propuesto
enterotipos (Figura 2) que agrupan etnias que
podrían tener dietas determinantes, que aunque
se decía que poseían localizaciones geográficas,
ahora se sabe que pueden coexistir en una misma
población, ejemplo del estudio de Liang, hecho
en Taiwán donde se encontraron los tres entero-
tipos en un misma ciudad(6)
. (Figura 3)
2.2 	 FUNCIONES DE LA MICROBIOTA
INTESTINAL
Las bacterias deben competir por fuentes limita-
das de nutrientes en el intestino, así como compi-
ten por sitios de adhesión en la mucosa intestinal.
Al mismo tiempo, han desarrollado una variedad
de armamentos para matar directamente a sus
competidores. Microorganismos similares tien-
den a utilizar nutrientes o nichos similares, y han
evolucionado para usar selectivamente mecanis-
mos para competir con los de su propia especie y
matar a los de otra especie. (Figura 4)
La evidencia sugiere que la muerte o la supresión
del crecimiento pueden desempeñar un papel do-
minante en resistencia a la colonización frente a
algunos patógenos(7)
. En toda la naturaleza se ha-
llan moléculas bactericidas como las bacterioci-
nas. Suelen ser activos contra bacterias estrecha-
mente relacionadas, aunque algunas tienen un
espectro de actividad más amplio.
2. LA MICROBIOTA INTESTINAL
Gastroenterología en adultos
6
La bacteriocina de Lactobacillus protegió a los
ratones de la infección por Listeria monocyto-
genes(8)
. El probiótico humano E. coli Nissle 1917
también puede utilizar bacteriocinas para com-
petir y proteger de Salmonella enterica Typhi-
murium(9)
.
Otros factores antibacterianos también están ac-
tivos en el intestino como los Bacteriófagos, que
son virus que infectan bacterias, con capacidad
de lisar las células infectadas, y también pue-
den afectar la capacidad bacteriana mediante la
transferencia de información genética como los
profagos, que son ADN de bacteriófago integrado
al genoma bacteriano y que pueden activarse du-
rante inflamación(10)
.
2.3 METABOLITOS INHIBIDORES
Los subproductos metabólicos producidos por
bacterias, tienen un efecto inhibidor sobre otras
bacterias. Los ácidos grasos de cadena corta
(AGCC), como el ácido acético, propiónico y
butírico, son un factor clave en la inhibición del
crecimiento de S. Typhimurium(11)
, y también son
activos contra E. coli patógena(12,13)
y Clostridium
difficile(14)
, además disminuyen la concentración
de oxígeno en el intestino impidiendo el creci-
miento de patógenos(15)
. Son producidos por bac-
terias simbióticas anaeróbicas como las Bacteroi-
des y clostridios, que son miembros abundantes
de la microbiota de los mamíferos adultos.
2.4 INTESTINO PERMEABLE
La permeabilidad intestinal es la propiedad y ca-
pacidad que tienen las membranas del intestino
para permitir el paso de nutrientes que provie-
nen de la dieta, bloqueando el paso de sustan-
cias tóxicas, bacterias y virus que pueden dañar
el organismo. Las células del epitgelio intestinal
están unidas estrechamente por un complejo sis-
tema de proteínas, como las uniones estrechas.
El desequilibrio entre la microbiota y el organis-
mo huésped conduce a la disbacteriosis. Desde
la membrana de las bacterias gramnegativas, los
lipopolisacáridos penetran en el torrente san-
guíneo, a través de la permeabilidad deteriorada
de la mucosa intestinal. Estos procesos inducen
endotoxemia metabólica, inflamación, alteración
del metabolismo de la glucosa, resistencia a la in-
sulina, obesidad, y contribuyen al desarrollo del
síndrome metabólico, diabetes tipo 2, enfermeda-
des inflamatorias del intestino, autoinmunidad y
carcinogénesis. (Figura 5)
2.4 METABOLISMO DE SALES BILIARES
Los ácidos biliares son moléculas anfipáticas de-
rivadas del colesterol secretadas en el intestino
delgado. Su función principal es emulsionar gra-
sas y vitaminas liposolubles para su absorción,
pero también tienen propiedades antibacteria-
nas. Los ácidos biliares, generalmente, se secre-
tan conjugados con taurina o glicina, lo que au-
menta su solubilidad. Una variedad de bacterias
intestinales produce hidrolasa de sales biliares,
que desconjugan la molécula. Después de una
infección, el hígado produce más ácidos biliares,
multiplicándose los grupos bacterianos anaero-
bios que los metabolizan, aumentando los niveles
de taurina en el intestino, esta se convierte en sul-
furo: inhibidor de la respiración aerobia disminu-
yendo los patógenos aerobios(16)
.
Los ácidos biliares primarios por acción de Clos-
tridium scindens se convierten en ácidos biliares
secundarios mediante 7α-deshidroxilación que
puede inhibir el crecimiento de C. difficile(17)
.
2.5 NICHO Y METABOLISMO
La capacidad para utilizar un sustrato puede de-
terminar el nicho ecológico, llamado “nicho de
nutrientes” por Freter en 1983, generalmente, la
utilización de carbohidratos puede ser un factor
importante(18)
.
Las fuentes de carbohidratos están presentes en
los alimentos ingeridos, en las células huésped y
en el moco secretado en el intestino. La microbio-
ta intestinal degrada los sustratos de la dieta que
Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 7
no son metabolizados y captados por el intestino
delgado y que llegan al colon. Estos sustratos die-
téticos son principalmente polisacáridos deriva-
dos de plantas, para los cuales el anfitrión tiene
un repertorio enzimático limitado de aproxima-
damente 17 enzimas activas para carbohidratos
(CAZymes). (Figura 5)
El genoma de la microbiota intestinal humana co-
difica al menos 89 familias CAZyme, por ejemplo,
los genes de Bacteroides thetaiotaomicron inclu-
yen al menos 172 glicosilhidrolasas, que liberan,
por ejemplo, ácido siálico y fucosa, a partir de los
glucanos del huésped que luego de una toma de
estreptomicina que destruye Bacteroides, estos
azúcares pasan a estar disponibles para la colo-
nización por patógenos como S. Typhimurium y
C. difficile(19,20)
.
El hierro es otro nutriente importante para las
bacterias y el hospedero lo secuestra fuertemen-
te durante la inflamación. La competencia por el
hierro podría ser otra explicación de que E.coli
Nissle reduzca la colonización de S. Typhimu-
rium en ratones(21)
.
2.5 NICHOS FÍSICOS
Además de los nichos funcionales basados en nu-
trientes, las bacterias deben competir por el es-
pacio físico. Algunas especies prefieren vivir de la
materia alimentaria en la luz del intestino y están
en tránsito; otras, en la capa externa de moco, o
más raramente en la superficie epitelial. Es por
esto que una muestra de heces no nos dice verda-
deramente cómo se encuentra la microbiota del
moco.
2.6 MOCO Y GLICOSILACIÓN
Las capas de moco en el intestino delgado, ciego
y colon son una parte crucial de las defensas del
epitelio, y son estimulados por la presencia de la
microbiota(22)
. En el ciego y el colon, la capa in-
terna de moco, más densa y firmemente adheri-
da, excluye eficazmente bacterias y partículas
de similar tamaño(23)
, además protege la imper-
meabilidad intestinal. El componente principal
del moco del intestino grueso es la glicoproteína
Muc2, pero también contiene otras proteínas que
pueden inmovilizar o matar bacterias(24,25)
. Los
ratones que carecen de Muc2 tienen una mayor
carga de patógenos y más daño intestinal cuan-
do son infectados con Citrobacter rodentium(26)
.
Asimismo, el crecimiento de S. Typhimurium en
el ciego y la translocación al hígado es mayor en
ausencia de Muc2(27)
.
Muc2 está muy glicosilado. La glicosilación del
moco intestinal y el epitelio es bastante compleja
y puede cambiar en respuesta a la colonización
microbiana. Esto es interesante debido a que los
glucanos del huésped pueden servir como fuen-
tes de nutrientes o receptores de adhesión para
microbios, incluidos los patógenos. Una modifi-
cación de la glicosilación, es la α(1,2)
fucosilación,
que se produce en el íleon y puede activarse en
todo el intestino durante una infección, pues la
fucosa suprime los genes de virulencia de E. coli
patógena, así como en miembros de la microbiota
normal(28,29)
. Las bacterias que viven en el moco
superficial y estimulan las células caliciformes a
producir moco son Faecalibacterium prausnitzii,
Akkermansia muciniphila y Bacteroides tethaio-
taomicron.
B. Thetaiotaomicron puede metabolizar glicanos
de la mucina del moco intestinal para generar
energía, lo cual conduce a la producción de me-
tabolitos, como el acetato, que estimulan la ma-
duración de las células caliciformes y sirven de
sustrato a otra especie como el Faecalibacterium
prausnitzii, para producir otros ácidos grasos de
cadena corta como el butirato, que es beneficioso
para el metabolismo y evita la obesidad. (Figura 7)
2.7. DISBIOSIS
El desequilibrio de la microbiota en calidad,
abundancia, localización, se considera disbiosis,
sin embargo, no solamente hablamos de la pre-
sencia o no, de microorganismos, sino también
de la activación o inactivación de sus genes y los
metabolitos, proteínas y enzimas que son capaces
Gastroenterología en adultos
8
de producir. La disbiosis, por tanto, se asocia con
cambios funcionales en el transcriptoma, proteo-
ma y metaboloma microbiano(30,31)
.
La disbiosis del intestino distal a menudo se ca-
racteriza por una disminución en la prevalencia
de anaerobios estrictos y una mayor abundancia
relativa de bacterias anaerobias facultativas (32)
.
En particular, la expansión de Enterobacteria-
ceae se observa comúnmente en la disbiosis, don-
de se encuentran entre las simbiontes que crecen
en exceso en varios entornos de inflamación in-
testinal, como EII, enfermedad celíaca y cáncer
de colon(33,34)
. Enterobacteriaceae, una gran fami-
lia de anaerobios facultativos gramnegativos que
pertenece a la clase de Gammaproteobacteria y al
phylum Proteobacteria, con relativa alta toleran-
cia al oxígeno que difunde de la barrera epitelial.
Mientras, los niveles elevados de oxígeno aumen-
tan la abundancia relativa de Enterobacteriaceae,
la cantidad limitada de oxígeno disponible en el
colon contribuye a su baja prevalencia.
Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 9
La hipótesis prevaleciente es que un desequili-
brio en las comunidades bacterianas intestinales,
o disbiosis, conduce a la activación del sistema in-
munitario intestinal y una posible inflamación de
bajo grado. La evidencia muestra que el uso pre-
vio de antibióticos puede estar relacionado con el
desarrollo del síndrome del intestino irritable con
diarrea predominante(35,36)
, caracterizado por una
mayor abundancia de Enterobacteriaceae, Pas-
teurellaceae y Familias de Pseudedomonadaceae
(todos miembros del phylum Proteobacteria)(37,38)
.
Los Bifidobacterium reguladores del dolor se en-
cuentran disminuidos, por lo que existen estu-
dios con probada eficacia en la mejoría del dolor.
Más que la cantidad o la abundancia de un mi-
crorganismo, existe una disminución de la diver-
sidad. Y aunque no sea muy evidente, la metage-
nómica y la metabolómica (figura 8) puede estar
alterada, por ejemplo, en pacientes con lupus,
infección por Clostridium difficile y VIH la di-
versidad de la microbiota intestinal no sirvió para
diferenciar las distintas patologías, sin embargo,
los metabolitos expresados por la microbiota en
cada patología son específicos y diferentes; la
microbiota intestinal activa (microorganismos
que expresan proteínas y metabolitos) es más re-
presentativa del estado de la enfermedad que la
microbiota intestinal total(39,40)
. Las gammapro-
teobacterias como la roseburia productora de bu-
tirato (AGCC) está disminuida, Bifidobacterium
también disminuido, lo cual sensibiliza la pared
intestinal (dolor), además de un aumento de bac-
terias reductoras de sulfato, que genera sulfuros
tóxicos que inflaman la pared intestinal.
La modulación inmunitaria de todo el genoma de
la inflamación mediada por TLR3 en las células
epiteliales intestinales difiere entre la combina-
ción de probióticos de una sola cepa y de múl-
tiples cepas. Cuantas más sean las alteraciones
metabólicas o inflamatorias, se necesitará una
mayor cantidad de microorganismos con múlti-
ples genes con capacidad metabolómica y pro-
teómica. Los probióticos multicepa resultan, por
tanto, en una mayor reducción de genes modu-
lados, que se encuentran a través de conexiones
funcionales entre las vías inmunes y celulares que
ya se conoce están involucradas en el SII como
son: TNF-α, IL-8, CXCL1, CXCL2 y CXCL10, lo
que indica mecanismos potencialmente diferen-
tes. Estos hallazgos señalan un efecto sinérgico
de las combinaciones bacterianas en relación con
los tratamientos de cepa única en la resolución
de la inflamación inducida por el receptor tipo
toll 3 (TLR3) en células epiteliales intestinales
y el mantenimiento de la homeostasis celular, lo
que refuerza la justificación del uso de múltiples
cepas como probióticos en síndrome de intestino
irritable(40)
.
Datos recientes sugieren que la comunidad de
hongos o micobioma también se altera en pacien-
tes con IBS y puede estar asociada con el desarro-
llo de hipersensibilidad visceral(42)
.
3. MICROBIOTA Y SÍNDROME DE INTESTINO IRRITABLE
Gastroenterología en adultos
10
Estudios del microbioma intestinal han agrega-
do una columna primordial a la investigación en
nutrición incorporando el microbioma como un
importante contribuyente al fenotipo metabólico
del huésped, aclarando así algunas interrogantes
no resueltas. Turnbaugh et al.(43)
demostraron que
la adiposidad del anfitrión puede modular la ca-
pacidad del microbioma intestinal para aprove-
char la energía de los alimentos, existiendo una
microbiota más eficiente, de modo que el tras-
plante de microbiota obtenida de ratones gené-
ticamente obesos a ratones libres de gérmenes
transfirió el fenotipo de obesidad del donante al
animal receptor. (Figura 8)
Estos descubrimientos han llevado a posibles
enfoques para tratar la enfermedad cardiometa-
bólica, y se han realizado intervenciones para en-
contrar componentes dietéticos prebióticos para
dar forma al microbioma y conferir beneficios de
salud en el anfitrión. Dietas específicas modulan
el enterotipo, por ejemplo, la ingesta de rafinosa
que viene en la soya, frijoles, garbanzos, maní;
fibra soluble de maíz, polidextrosa, aumentan la
abundancia de Faecalibacterium prausnitzii, que
es productor de butirato, estimula la producción
de moco y es un antinflamatorio intestinal.
El factor de adipocito inducido en ayunas (Fiaf)
producido por células epiteliales del intestino
grueso e hígado, es un factor que inhibe la lipo-
proteína lipasa (LPL), disminuyendo su capaci-
dad para importar y almacenar ácidos grasos en
tejidos periféricos. La disbiosis del obeso produ-
ce la inhibición de Fiaf, que conlleva un aumento
de LPL y de la adiposidad en el hospedador(44)
.
Los AGCC se unen a receptores específicos de
células intestinales endocrinas (GRP43 y GRP41)
que incrementan el péptido YY, el cual retarda el
tránsito intestinal, aumentando la absorción de
nutrientes(45)
, e incrementa los niveles de leptina,
una hormona orexigénica(46)
.
La microbiota intestinal es capaz de promover un
estado de inflamación sistémica de bajo grado, re-
sistencia a la insulina e incrementar el riesgo car-
diovascular a través de mecanismos que incluyen
la exposición a productos bacterianos, en parti-
cular, los lipopolisacaridos (LPS) derivados de las
bacterias gramnegativas. A esto se le ha llamado
endotoxemia metabólica(47)
. Clemente-Postigo et
al. demostraron recientemente una asociación
entre los niveles de triglicéridos posprandiales y
la elevación de endotoxinas bacterianas después
de una dieta alta en grasa(48)
. Los cambios en la
microbiota intestinal, el aumento de la permeabi-
lidad intestinal y la endotoxemia, posiblemente,
juegan un papel en el desarrollo de un estado in-
flamatorio crónico de bajo grado en el hospedero
que contribuye al desarrollo de la obesidad y de
enfermedades metabólicas crónicas, como el hí-
gado graso no alcohólico (HGNA)(49)
.
4. MICROBIOTA Y OBESIDAD
Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 11
Las ratas transgénicas HLA-B27, deficientes en in-
terleucina IL -10 y IL-2 que se crían en condicio-
nes convencionales, desarrollan espontáneamen-
te colitis crónica, pero las ratas libres de gérmenes
no desarrollan esta patología intestinal(50, 51)
.
Análisis de bacterias asociadas a mucosas y de
bacterias luminales en EII, revelaron la presen-
cia de una microbiota disbiótica, marcada por
una reducción de la diversidad microbiana y una
inestabilidad temporal de especies dominantes
en comparación con individuos sanos(52, 53)
.
Existe disminución de la diversidad de firmicu-
tes, aumento de bacteroidetes y de Bacteroides
fragilis, que es responsable del aumento de masa
de biopelícula, que aumentan la adhesión de sim-
biontes; existe también aumento de las proteo-
bacterias y alteración del metabolismo de carbo-
hidratos(52)
.
La presencia de Helicobacter pylori es protectora
para EII * Helicobacter bilis es mayor en Colitis
ulcerosa, por otro lado, Campylobacter concisus
está presente en las muestras de biopsia de CU,
y es más frecuente la CU luego de una infección
por Campylobacter jejuni. La E.coli adherente-
invasiva (invade macrófagos sin inducir muerte
celular), crea granulomas en E. Crohn(54)
.
Bacteriodes fragilis protege del desarrollo de la
EII experimental en ratones a través de la activi-
dad inmunomoduladora de su cápsula polisacá-
rido A (PSA)(55)
. (Figura 8) Cambios específicos,
entre el Phylum Firmicutes, observados en pa-
cientes con EC ileal incluyó la desaparición de
Faecalibacterium prausnitzii, una especie micro-
biana comensal que es capaz de secretar metabo-
litos antiinflamatorios, considerándosele un mar-
cador biológico de actividad CU y de riesgo de
recurrencia post operatoria en E. Crohn ileal(56)
.
El hierro se encuentra secuestrado en almacenes
intracelulares, inaccesible a los patógenos. Para
evitar esta retención de hierro, muchos patóge-
nos han evolucionado mecanismos de captación
de hierro de alta afinidad que compiten contra la
restricción mediada por el hospedero. Los siste-
mas de captación incluyen liberación de siderófo-
ros quelantes de hierro, sistemas de adquisición
de hemo y receptores de transferrina/lactoferri-
na(57)
. La E. coli puede producir enterobactina, un
sideróforo catecolato que actúa como un potente
inhibidor del bactericida mieloperoxidasa produ-
cido por los neutrófilos, obteniendo una ventaja
de supervivencia en el intestino inflamado(58)
.
Se han observado también, niveles reducidos de
microbios que producen ácidos grasos de cadena
corta (AGCC) en pacientes con EII, casos en que
las bacterias productoras de AGC pueden brindar
protección contra la colitis a través de la diferen-
ciación y expansión de células T reguladoras(59)
,
describiéndose la presencia de E. coli intramuco-
sa en pacientes con EC(60,61)
.
Quedan aún preguntas por resolver, si la disbiosis
causa EII, o si la EII causa disbiosis, o si la EII es
una expansión de patobiontes o una pérdida de
simbiontes, o bien, si es una respuesta aberrante
a simbiontes.
5. MICROBIOTA Y ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
Gastroenterología en adultos
12
“Los probióticos son microorganismos vivos que
cuando se administran en cantidades adecuadas
confieren un beneficio para la salud del huésped”(1)
.
Los microorganismos para ser clasificados como ce-
pas probióticas deben cumplir tres requisitos:
1.	 Deben estar vivos en el momento de la admi-
nistración y deben ser microorganismos de
preferencia de procedencia humana.
2.	 Deben administrarse a una dosis que sea lo su-
ficientemente alta como para tener un efecto
promotor de la salud. La dosis efectiva reco-
mendada está estrictamente relacionada con
la documentación clínica en la que debe ba-
sarse.
3.	 Los microorganismos administrados deben te-
ner un efecto beneficioso sobre el anfitrión.
4.	 Ser seguro y no patógeno, no causar reacciones
inmunes dañinas y no ser portador de resisten-
cia a antibióticos.
5.	 Deben sobrevivir al ácido gástrico, y poder re-
cuperarse en las heces.
6.	 Resistencia en medio alcalino y bilis, no conju-
garse con sales biliares.
7.	Colonización y proliferación temporal en el
tracto digestivo.
8.	Capacidad de adherirse a la mucosa, compi-
tiendo por la adhesión de patógenos.
En el 2014, la Asociación Científica Internacional
para Prebióticos y Probióticos (ISAPP) publicó
un documento de consenso para el uso apropiado
del término probiótico, estableciendo que puede
usarse para referirse a muchos tipos de microor-
ganismos que demuestran beneficios para la sa-
lud del huésped, mientras permanecen vivos. Así,
los metabolitos de los microorganismos fueron
excluidos de la definición de probióticos, ahora
llamados postbióticos que incluyen metabolitos
bacterianos con fragmentos de bacterias muertas
sin capacidad de colonizar(62)
.
El yogur es un producto lácteo fermentado que
contiene la suma de Streptococcus thermophilus
(S. thermophilus) y Lactobacillus delbrueckii (L.
delbrueckii) subespecie bulgaricus. Existe sufi-
ciente evidencia del efecto beneficioso del yogur
para la salud del anfitrion, por tanto, los yogures
son probióticos. El consorcio bacteriano del tras-
plante de microbiota fecal no debe considerarse
como probiótico, ya que incluye un número des-
conocido de bacterias no clasificadas, hongos, pa-
rásitos y virus. Asimismo, no se conocen cuáles
son los microorganismos responsables del bene-
ficio terapéutico y los efectos a largo plazo de los
mismos son desconocidos.
La cepa de un probiótico se identifica con el gé-
nero, especie y la designación alfanumérica, se-
gún el Código Internacional de Nomenclatura
y la clasificación de los organismos procariotas.
Por ejemplo, Lactobacillus casei (L. casei) DN-
114-001.
6. PROBIÓTICOS
Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 13
•	 Género: Se refiere a un grupo de especies de
microorganismos con cualidades similares
como características físicas, productos o re-
querimientos metabólicos.
•	 Especie: Es un grupo de cepas que comparten
numerosas propiedades estables.
•	 Cepa: Es una población de microorganismos
que descienden de una única célula o de un
aislamiento en cultivo puro, lo que le da la pro-
piedad específica al probiótico.
6.1 	 APLICACIONES CLÍNICAS
6.1.1 Probióticos y diarrea asociada a
antibióticos: La diarrea asociada a antibióticos
(DAA) se define como la aparición de diarrea
inexplicable asociada temporalmente al consumo
de antibióticos. Puede ocurrir de forma temprana
a los 2-7 días tras el inicio del antibiótico o
tardíamente, de 2 a 8 semanas después. Se trata de
una entidad frecuente en pacientes ambulatorios
y hospitalizados, con una prevalencia entre el
5-70 % en adultos; la clínica puede variar desde
una diarrea leve a una colitis grave(63)
.
Entre los mecanismos fisiopatológicos se men-
cionan: cambios histológicos en la mucosa in-
testinal, aceleración del vaciamiento gástrico,
afectación de la transmisión neuromuscular y el
transporte epitelial, disbiosis, alteración metabó-
lica por disminución de anaerobios que provocan
un aumento de cabohidratos intraluminales que
provoca diarrea osmótica(64)
.
Hay pruebas sólidas de eficacia para S. boulardii
o L. rhamnosus GG en adultos o niños que reci-
ben tratamiento con antibióticos, asociándose
con un menor riesgo de DAA, pero no en perso-
nas de edad avanzada(65,66)
.
6.1.2 Probióticos y diarrea aguda infecciosa: La
diarrea se define por la OMS como la presencia
de 3 o más evacuaciones sueltas o líquidas e
incremento en el número de las deposiciones
en un periodo de 24 horas. Se considera diarrea
aguda si la duración es menor de 14 días. La
etiología más frecuente es la infecciosa por
diferentes microorganismos y la mayoría de los
episodiossonautolimitados. Lacomplicaciónmás
frecuente es la deshidratación y el tratamiento
inicial se basa en mantener el equilibrio
hidroelectrolítico. Sin embargo, la rehidratación
oral no reduce el volumen de las evacuaciones y
no acorta la duración de los episodios de diarrea.
Los probióticos han demostrado ser seguros y
eficaces en el tratamiento de la diarrea aguda
infecciosa en población adulta y pediátrica, al
reducir la duración y el número de evacuaciones,
además de prevenir la progresión de la forma
aguda a la forma persistente(63,65)
.
Distintos ensayos clínicos han demostrado
que los probióticos son eficaces y seguros,
sobretodo en el tratamiento de diarreas agudas
ocasionadas por gastroenteritis víricas, más
que en las diarreas por bacterias o parásitos.
Los probióticos que han demostrado mayor
eficacia en el tratamiento de la diarrea son L.
rhamnosus, S. boulardii, Lactobacillus reuteri
DSM 17938, y en la prevención de la diarrea
aguda son S. boulardii, L Rhamnosus GG, B. lactis
y Streptococcus thermophilus. El probiótico
reduce la duración de los síntomas cuando la
diarrea ya está establecida y previene su aparición
cuando existe un contacto reciente y cercano con
alguien que haya presentado una diarrea aguda
vírica(1)
. Si bien es cierto que Bacillus clausii está
indicado para diarrea aguda es principalmente
para diarrea por rotavirus.
6.1.3 Probióticos y diarrea del viajero: La diarrea
aguda es un problema de salud en los viajeros. La
incidencia estimada es del 10-40 % dependiendo
del destino del viaje. La mayor parte de los casos
(80 %) son debidos a infecciones bacterianas,
siendo la más común uno de los siete tipos de E.
Gastroenterología en adultos
14
coli. El uso de probióticos en la prevención de
la diarrea del viajero es controvertido, con una
evidencia insuficiente para recomendarlos tanto
en adultos como en niños(63)
.
6.1.4 Probióticos e infección por Clostridium
difficile: La infección por Clostridium difficile
(ICD) es la causa más frecuente de diarrea
asociada a los cuidados de la salud. La incidencia
de ICD se ha incrementado en los últimos años y
con mayor morbimortalidad. La edad avanzada,
la hospitalización, el uso de antibióticos, la
inmunosupresión, la cirugía gastrointestinal y el
uso de inhibidores de bomba de protones son los
principales factores de riesgo para el desarrollo
de ICD(63)
. Varios estudios han demostrado que
los probióticos son seguros y efectivos en la
prevención de la diarrea asociada a C. difficile
en pacientes que reciben antibióticos; se han
estudiado Lactobacillus, Bifidobacterium y
Saccharomyces. En un estudio de etiqueta
abierta preliminar realizado con 13 pacientes
que presentaron recaídas múltiples de colitis
pseudomembranosa causada por Clostridium
difficile(69)
, la administración de una dosis diaria
de 1 g de Saccharomyces boulardii, durante un
mes, en combinación con un tratamiento estándar
de vancomicina, permitió prevenir posibles
recaídas futuras en 11 de los 13 pacientes. Otro
estudio multicentrico(68)
mostró que una dosis alta
de vancomicina combinada con Saccharomyces
boulardii fue el tratamiento más adecuado para
tratar este trastorno. Sin embargo, se necesitan
más estudios para determinar la mejor dosis y
cepa(1)
.
6.1.5 Probioticos e infección por Helicobacter
pylori: La infección por H. pylori afecta a la mitad
de la población mundial aproximadamente,
aunque solo un 10 % desarrolla algún síntoma,
y lo hacen años después de ser colonizados; es
probable, que sea más un patógeno oportunista
(patobionte) que un agente infeccioso. Existe
una hipótesis que propone que la exposición a
ciertos microorganismos comensales estimula la
respuesta del sistema inmune y nos protege de las
respuestas excesivas a estímulos no nocivos, pues
sucede que en países donde se está erradicando
más el Helicobacter ha aumentado la EII, el asma,
la obesidad y las alergias(73)
.
El H. pylori se asocia a diversas condiciones
como úlcera péptica, linfoma MALT y carcinoma
gástrico. La erradicación de H. pylori es necesaria
en estas condiciones y requiere diferentes pautas
de tratamiento antibiótico. Sin embargo, la resis-
tencia a los antibióticos, la falta de adherencia al
tratamiento y los efectos secundarios asociados al
mismo condicionan una alta tasa de fracaso tera-
péutico. Por ello, se sugiere el uso de probióticos
como terapia suplementaria a los antibióticos,
para mejorar las tasas de erradicación en pobla-
ción adulta y reducir los efectos secundarios gas-
trointestinales asociados al tratamiento erradica-
dor en adultos y niños(63)
.
•	 Entre los probióticos utilizados destaca Lac-
tobacillus reuteri gastrus, que es una combi-
nación de L. reuteri DSM 17938 and L. reuteri
ATCC PTA 6475, que ha demostrado que pue-
de inhibir la colonización de la mucosa gástri-
ca por H. pylori, además de producir reuteri-
na, un antibiótico de amplio espectro activo
frente a H. pylori (67)
. El trabajo de Francavilla,
administró Gastrus 28 días antes de iniciar te-
rapia triple de erradicación con los siguientes
hallazgos:
•	35 % menos efectos secundarios asociados
a antibióticos durante la terapia de erradi-
cación.
•	Reducción del 13 % en la de carga de H.
pylori, 28 días antes del tratamiento de
erradicación.
•	Reducción de la carga de H. pylori con tri-
ple terapia + gastrus 13,6 % mayor que con
triple terapia y placebo, después de 28 días.
•	Reducción de la inflamación gástrica in-
ducida por Hp según la evaluación de la
histología convencional y medición de los
niveles de citocinas proinflamatorias y an-
Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 15
tiinflamatorias en el tejido gástrico y los ni-
veles séricos de G17, PGI y PGII.
Por otro lado, Ojetti, en el 2012, usando levofloxa-
cino, encontró un porcentaje de erradicación del
20 % más, combinado con gastrus (71)
, y Emara;
12 % más y 90 % menos diarrea comparada con
placebo(72)
. Una tesis peruana de Díaz Ferrer con
Lactobacillus acidophillus, no mejora la tasa de
erradicación y múltiples estudios muestran que
para mejorar reacciones adversas no se usa Lac-
tobacillus acidophillus como monocepa. El me-
taanálisis de Muhan(73)
con 13 ensayos clínicos:
los mejores resultados de erradicación fueron
con Lactobacillus reuteri gastrus y las menores
reacciones adversas al tratamiento de erradica-
ción fueron con L. reuteri gastrus, con Saccha-
romyces boulardii y con multicepa. (Figura 9)
6.1.6 Probióticos y dispepsia funcional: La
dispepsiafuncional(DF)esuntrastornofuncional
digestivo que afecta al 11-29 % de la población
adulta. Según Roma IV, se define como plenitud
o hinchazón postprandial, saciedad precoz, dolor
y ardor epigástrico en ausencia de enfermedad
orgánica que explique los síntomas. El uso de
probióticos no ha demostrado ser efectivo en el
tratamiento de la dispepsia funcional.
6.1.7 Probióticos y síndrome de intestino
irritable: El SII es un trastorno funcional
digestivo frecuente con una fisiopatología
compleja y manifestaciones clínicas de difícil
control. Existen evidencias de que la alteración
de la microbiota intestinal puede desempeñar un
papel importante en la fisiopatología del SII(63)
.
Los mecanismos de acción de los probióticos en
SII son:
•	 Protegen contra bacterias patógenas a través
de sus propiedades antimicrobianas.
•	 Amplifican las uniones intestinales y estabili-
zan la permeabilidad.
•	 Estimulan las células caliciformes para pro-
ducir moco y así mejorar la función de barrera
intestinal.
•	 Normalizan los movimientos del intestino, y
reducen la hipersensibilidad visceral en niños
y adultos.
•	 Suprimen la respuesta inflamatoria local me-
diante la reducción de la secreción de (TNFα),
que corrige el desequilibrio en la producción
intramucosa de serotonina, y la activación
anómala de la motilidad intestinal.
Varias revisiones sistemáticas y metaanálisis pa-
recen confirmar que determinados probióticos
tienen efectos beneficiosos en el SII, de forma
global, sobre el dolor y distensión abdominal y
la flatulencia, en comparación con placebo, y
pueden mejorar la calidad de vida de estos pa-
cientes. Bifidobacterium infantis 35624 muestra
mejoría significativa en el dolor y distensión ab-
dominal con respecto a placebo. L. plantarum es
otro probiótico que también se ha utilizado con
buenos resultados en el control de los síntomas
en pacientes con SII. Los monocepa: E. coli DSM
1752 y S. faecium, fueron benéficos, pero solo tie-
nen un ensayo clínico cada uno. Quienes tuvieron
más resultados benéficos positivos y más ensayos
clínicos fueron: Bifidobacterium plantarum DSM
9843, que tiene actividad antioxidante, mejora la
permeabilidad intestinal, reduce la sensación de
hinchazón, flatulencias, diarrea o estreñimiento
y alivia el dolor e inflamación gastrointestinal, y
Bifidobacterium infantis 35624, que es un modu-
lador del dolor(75)
.
Sin embargo, la administración de probióticos no
es útil en el manejo de la consistencia anormal de
las deposiciones en el SII. Serrano(40)
y Moayye-
di(76)
demostraron que para múltiples alteracio-
nes los multicepa como mencionamos anterior-
mente, poseen un pool de genes más diverso.
Es conocida la asociación de trastornos de an-
siedad y depresión con síndrome de intestino
irritable, existen bacterias con propiedades re-
guladoras de umbrales electrofisiológicos en las
neuronas. Se ha demostrado que Lactobacillus
Gastroenterología en adultos
16
reuteri activa un canal de potasio dependiente
de calcio en las neuronas dentro del plexo mien-
térico del colon y puede reducir la ansiedad y la
agresividad en pacientes con trastornos digesti-
vos funcionales. Compuestos metabólicos del Bi-
fidobacterium longum NCC3001 provocaron la
reducción de picos de potencial de acción en las
neuronas mientéricas después de la estimulación
eléctrica. De mismo modo, L. reuteri actúa sobre
las neuronas de los ganglios dorsales de la médula
espinal y sobre las terminaciones nerviosas intra-
abdominales del vago, así como en los núcleos
encargados de la percepción del dolor a nivel del
sistema nervioso central, por tanto los multicepa
que tengan B. infantis, longum, o L. reuteri obten-
drán mejoría global de síntomas(77)
.
6.1.8 Estreñimiento crónico: El estreñimiento
crónico funcional es un trastorno digestivo
frecuente que afecta aproximadamente al 14 %
de la población mundial. A pesar del uso de fibra
dietética, laxantes, procinéticos y otros agentes,
aproximadamente el 47 % de los pacientes no
están satisfechos con estas opciones terapéuticas.
Se sugiere el uso de probióticos en estos pacientes,
para acelerar el tránsito intestinal y aumentar la
frecuencia de las deposiciones, con B. lactis en
particular. Lactobacillus reuteri 17938 mejora el
estreñimiento, la consistencia, la frecuencia, el
dolor al defecar, igual que el grupo lactulosa, y
fue más efectivo que este grupo en cuanto a dolor
abdominal y flatulencia y producción de metano(78)
.
6.1.9 Enfermedad inflamatoria intestinal: La
enfermedad inflamatoria intestinal (EII) incluye
la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
Es un trastorno inflamatorio crónico con
fisiopatología compleja en donde participa una
respuesta inmunitaria anormal a la microbiota
intestinal en un sujeto genéticamente susceptible.
El tratamiento estándar incluye esteroides,
inmunomoduladores y agentes biológicos. El
interés creciente en la disbiosis asociada a la EII
ha fomentado el uso de probióticos asociados a
la terapia estándar. En la enfermedad de Crohn
los estudios de probióticos no han demostrado
evidencia de que sean beneficiosos en la
inducción o el mantenimiento de la remisión(63)
.
La mayoría de los estudios con probióticos en
la colitis ulcerosa se han realizado con VSL≠3 o
con E. coli Nissle 1917. Así, E. coli Nissle puede
ser equivalente a la mesalazina para mantener
la remisión de la colitis ulcerosa. La mezcla de
probióticos VSL≠3 ha demostrado ser eficaz en
la inducción y mantenimiento de la remisión
en niños y adultos con colitis ulcerosa leve a
moderada(64)
. Se sugiere el uso de probióticos
junto con la terapia estándar en la inducción
o mantenimiento de la remisión en la colitis
ulcerosa leve o moderada en la población adulta.
En Latinoamérica tenemos un probiótico similar
a VSL#3 que tiene Bacillus Subtilis, B. Bifidum,
B. Breve, B. Longum, L. Acidophilus, Lactococcus
Lactis, S. Thermophilus, Bifidobacterium
Infantis, L.Delbrueckii,Bulgaricus,L.Helveticus,
L. Salivarius. 7 de los 8 probióticos del VSL#3.
6.1.10 Reservoritis (pouchitis): La proctoco-
lectomía con anastomosis ileo-anal y reservorio
ileal es el tratamiento de elección para la
reconstrucción de la continuidad intestinal en
la colitis ulcerosa grave refractaria (y poliposis
adenomatosa familiar) que requiere cirugía. A
su vez, la complicación más frecuente a largo
plazo observada tras dicha intervención es la
inflamación aguda y/o crónica del reservorio
ileal, es decir, reservoritis o pouchitis: hasta el
46 % de los pacientes con CU tienen, al menos,
un episodio de pouchitis en los 5 primeros
años tras la cirugía y entre un 10-15 % de los
pacientes con un reservorio ileoanal desarrollan
una reservoritis grave que requiere el uso a
largo plazo de antibióticos o la extirpación
del mismo. El alto índice de respuesta a varios
antibióticos hace pensar en un importante papel
de ciertas bacterias intestinales (aumento de
la concentración de Clostridium perfringens
y ausencia de Streptococcus) en la patogenia
de la pouchitis, y permiten considerar que los
probióticos pueden modificar la microbiota y
restaurar la barrera mucosa intestinal y, por
tanto, reducir el riesgo de inflamación de la
mucosa del reservorio(64)
. Existe evidencia de
la utilidad de los probióticos (VSL≠3) en la
Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 17
prevención de un ataque inicial de pouchitis y en
la prevención de una recaída posterior después
del tratamiento con antibióticos. Los probióticos
pueden recomendarse a pacientes con pouchitis
de actividad leve o como tratamiento de
mantenimiento para aquellos en remisión.
6.1.11 Probióticos y alergia alimentaria: La
evidencia para recomendar el uso preventivo
de probióticos en niños con enfermedades
alérgicas o hipersensibilidad a alimentos o
dermatitis atópica está descrita. Se asocia a
intestino permeable, la ingesta de Lactobacillus,
Reuteri, Longum y fibra soluble que reparan la
capa de moco intestinal está siendo estudiada.
La combinación de L. rhamnosus 19070-2 y L.
reuteri DSM 122460 fue muy efectiva en niños
con dermatitis atópica(79)
.
6.1.2 Probióticos, obesidad, hígado graso y
diabetes: Suplementación de simbiótico a largo
plazo con Bifidobacterium longum + FOS en
Esteatohepatitis no alcohólica puede reducir
la endotoxemia, la resistencia a la insulina, la
esteatosis, y diversos parámetros inflamatorios y
metabólicos(80)
. (Figura 8)
Lactobacillus casei, Lactobacillus rhamnosus,
Streptococcus thermophilus, ifidobacterium bre-
ve, Lactobacillus acidophilus, Bifidobacterium
infantis, Lactobacillus bulgaricus +FOS asociado
a metformina mejora los niveles de transamina-
sas y el peso en NASH, v/s metformina sola(81)
.
También se mencionan L. paracasei 4270. L.
rhamnosus 3690, B. lactis 2494, B. animalis que,
reducen la infiltración de macrófagos en el tejido
adiposo; según el consenso de la unión europea
del 2019, Bacteroides Uniformis y Bifidobacte-
rium Pseudocatenulatum reducen la obesidad,
mejoran la tolerancia oral a la glucosa, reducen
trigliceridos e influyen mejorando la depresión
asociada a la obesidad.
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ferases in non-alcoholic steatohepatitis: A
double blind randomized clinical trial. Int J
Prev Med 2013;4:531-7.
Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 23
Figura 1. Abundancia relativa de microbiota humana
Bacteroides vulgatus
Faecalibacterium prausnitzii
Echerichia coli
Bacterorides uniformis
Blautia obeum
Parabacteroides distasonis
Fusicatenibacter saccharivorans
Bacteroides cellutosilyticus
Bacteroides ovatus
Anaerostipes hadrus
Bacteriodes xylanisolvens
Roseburía faecis
Collinsella aerofaciens
Bacteroides thetaiotaomicron
Bacteroides caccae
Bifidobacterium longum
Parabacteroides merdae
Bifidobacterium adolescentis
Bacteroides dorci
Dorea longicatena
Relative abundance (%)
8. APÉNDICE FIGURAS
Gastroenterología en adultos
24
Figura 2. Definiciones ómicas
NIVELES DE ANÁLISIS DEFINICIÓN MÉTODO DE ANÁLISIS
Genoma Conjunto completo de genes de un
organismo o sus organelas.
Secuenciación sistemática del ADN
Transcriptoma Conjunto completo de moléculas de ARN men-
sajero presente en una célula, tejido u órgano.
-Hibridización
-SAGE (análisis seriado de la expresión de genes)
-Microplataformas de ADN
Proteoma Total de moléculas proteicas presen-
tes en una célula, tejido u órgano.
-Electroforesis bidimensional
-Microplataforma de péptidos
Metaboloma Conjunto completo de metabolitos
(intermediarios de bajo peso molecu-
lar) en una célula, tejido u órgano.
-Espectroscopia con luz infrarroja
-Espectroscopia de masa
-Espectroscopia con resonancia magnética
Figura 3. Enterotipos de la microbiota humana
Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 25
Figura 4. A. Factores que alteran la microbiota B. disbacteriosis en enfermeda-
des como IBD, enterocolitis necrotizante y diabetes mellitus vs. sujetos sanos
Figura 5. Enfermedades asociadas a intestino permeable
Gastroenterología en adultos
26
Figura 6. Participación de la microbiota en el metabolismo de carbohidratos
Figura 7. Faecalibacterium prausnitzii produce moléculas antinflamatorias, Bacteroides fra-
gilis, produce polisacárido A, que inhibe interleukina 17, y Lactobacillus paracasei produ-
ce la proteasa lactocephina, que inhibe la proteína 10, que es reclutadora de linfocitos.
Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 27
Figura 8. Trasplante fecal de ratones obesos a ratones li-
bres de gérmenes. Eficaz trasplante de fenotipo.
Gastroenterología en adultos
28
Figura 9. Metaanálisis de Muhan de L. reuteru gastrus en erradicación de H. pylori
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  • 1. Programa de Educación Médica Continua en “Gastroenterología Adultos” Con el aval de: Módulo 1
  • 2. Resumen El microbioma humano, conjunto de material genético y su poten- cialidad de metabolitos que actúan en un nicho ecológico es in- mensurable, no somos un individuo, somos una comunidad de se- res vivos o superorganismo. La microbiota intestinal influye en las funciones humanas esenciales, como la digestión, el metabolismo energético y la inflamación al modular múltiples vías endocrinas, neurales e inmunes del huésped. Su composición y complejidad varía notablemente entre individuos y en diferentes sitios del in- testino, pero proporciona un cierto nivel de resiliencia. Son mu- chas las patologías asociadas a disbiosis, sin encontrar aun, entre cientos de probióticos, cuál o cuáles son los adecuados para res- tablecer el equilibrio o eubiosis en determinadas patologías, sin existir la certeza de si la disbiosis precede o es una consecuencia de una enfermedad. Revisaremos las funciones de la microbiota, sus estados disbióticos y las propuestas de tratamientos probióti- cos que restauren el equilibrio, y promuevan la salud del anfitrión.
  • 3. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 3 1. GENERALIDADES Hace más de un siglo, Elie Metchnikoff, científi- co ruso, premio Nobel y profesor en el Instituto Pasteur en París, postuló que las bacterias ácido lácticas (BAL) eran beneficiosas para la salud. En 1917, el científico alemán Alfred Nissle aisló una cepa no patógena de Escherichia coli a partir de las heces de un soldado de la Primera Guerra Mundial que no presentó enterocolitis durante un brote severo de shigellosis. Esta cepa resul- tó ser E. coli Nissle 1917, y constituye uno de los ejemplos de un probiótico que no es BAL(1) . El científico Ramón y Cajal, afirmaba que no to- das las bacterias eran nocivas, sino que algunas de ellas, por el contrario, eran esencialmente ne- cesarias para la vida. Ecribió el siguiente mensa- je: “En la cadena de la vida, todos los eslabones son igualmente valiosos porque todos resultan igualmente necesarios. Juzgamos pequeño lo que vemos de lejos o no sabemos ver. Aun adoptan- do el punto de vista del egoísmo humano, que de cuestiones de alta humanidad laten en el miste- rioso protoplasma del más humilde microbio. Nada parece más transcendental en bacteriología que el conocimiento de las bacterias infecciosas, y nada más secundario que el de los microbios inofensivos y, no obstante, si estos desaparecie- sen, bien pronto el planeta se tornaría inhabitable para el hombre”(2) . Se ha estimado que una persona adulta contie- ne 40 trillones de microorganismos, con un peso de más de 2 kg. En el intestino, las bacterias son más abundantes en el colon y menos abundantes en el duodeno proximal(3) . Existen más de 2000 especies de bacterias comensales, aunque predo- minan los filos anaerobios (principalmente Bac- teroidetes y Firmicutes), con variaciones signi- ficativas en relación con la ubicación geográfica, donde pueden predominar ciertos enterotipos, la etnia, nivel socioeconómico y sobretodo el patrón dietético. Es difícil definir una “microbiota salu- dable”, ya que existen importantes diferencias inter e intraindividuales. Sin embargo, sí se sabe que la microbiota intestinal desempeña varias funciones metabólicas importantes: • Síntesis de vitaminas • Metabolismo de ácidos biliares • Estimulación del trofismo de células epiteliales • Homeostasis de la mucosa Microbiota intestinal y el papel de los probióticos
  • 4. Gastroenterología en adultos 4 • Función de barrera • Estimulación en la producción de moco intesti- nal • Señalización inmunológica • Digestión y fermentación de carbohidratos y fibras • Producción de ácidos grasos de cadena corta • Compiten por sitios de adherencia y alimento con patógenos • Reguladores del metabolismo de carbohidra- tos: glucosa e insulina La abundancia de ciertas especies no refleja ne- cesariamente su importancia, porque algunas es- pecies presentes en menores cantidades realizan funciones esenciales y especializadas. Por tanto, la definición de una microbiota normal probable- mente deba reflejar un equilibrio, no solo entre especies o géneros, sino entre la actividad enzi- mática o las funciones metabólicas de las especies presentes. (Figura 1) Del mismo modo, la definición de un desequili- brio de la microbiota, ya sea en cantidad, calidad o localizacion (disbiosis) continúa siendo un de- safío. Sin embargo, se ha establecido que ciertos estados de enfermedad, están asociados con de- terminados perfiles microbianos y los cambios en la microbiota pueden contribuir a ciertos es- tados de enfermedad en la mayoría de ellos, con presencia de intestino permeable, como la enfer- medad inflamatoria intestinal, la obesidad, la dia- betes tipo 2, la esteatohepatitis no alcohólica y la arterioesclerosis, síndrome de intestino irritable, parkinson, asma etc(4) . Se cree que el uso de cepas probióticas seleccionadas apropiadamente pue- de resultar en una modulación beneficiosa de la composición de la microbiota intestinal. La microbiota es tan trascendente y omnipresen- te que el tipo de microbiota intestinal determina la toxicidad de determinado analgésico para el hígado, determina la efectividad de un medica- mento para una enfermedad cardiovascular. Es- tudiando el ADN humano solo podemos predecir obesidad con un 60 % de exactitud, sin embargo, estudiando el microbioma fecal podemos deter- minar si una persona es delgada u obesa con 90 % de exactitud.
  • 5. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 5 2.1 COMPOSICIÓN La microbiota intestinal que es el conjunto de mi- croorganismos: bacterias, virus, arqueas, hongos, protozoarios que viven, interactúan y cumple funciones en el organismo, juegan un papel im- portante en los procesos biológicos y bioquímicos que ocurren en el intestino. El ecosistema micro- biano del intestino (microbiota intestinal) inclu- ye muchas especies nativas que colonizan perma- nentemente el tracto gastrointestinal, y una serie variable de microorganismos que solo lo hacen de manera transitoria. Al conjunto formado por los microorganismos, sus genes y sus metabolitos se le denomina microbioma(3) . (Figura 2) En todos los órganos existe microbiota, y estudios recien- tes han demostrado que incluso el feto ya tiene microbiota, y que esta circula por linfáticos de manera que la microbiota intestinal puede llegar por la leche materna al intestino del lactante. De modo que no somos un individuo, sino que so- mos un multiorganismo o superorganismo que ha evolucionado de manera simbiótica con nuestra microbiota, la cual es única y, aunque puede tener similitudes de acuerdo al núcleo familiar, al tipo de alimentación o al medio ambiente que habi- tamos, difiere entre individuos como una huella digital, que es única. Durante décadas, la investigación nutricional se centró en buscar vínculos directos entre los componentes dietéticos y la salud humana, con el objetivo de establecer pautas universales para combatir las enfermedades. Sin embargo, no se han podido encontrar resultados concluyentes, puesto que la intervención no resulta por símis- ma, sino, por el efecto que tiene un alimento (pre- biótico) sobre una población determinada de mi- croorganismos beneficiosos. La microbiota está compuesta principalmente de los phylum Firmicutes y Bacteroidetes, y una menor abundancia de miembros de los phylum Proteobacteria, Actinobacteria, Fusobacteria y Verrucomicrobia(5) . Además se han propuesto enterotipos (Figura 2) que agrupan etnias que podrían tener dietas determinantes, que aunque se decía que poseían localizaciones geográficas, ahora se sabe que pueden coexistir en una misma población, ejemplo del estudio de Liang, hecho en Taiwán donde se encontraron los tres entero- tipos en un misma ciudad(6) . (Figura 3) 2.2 FUNCIONES DE LA MICROBIOTA INTESTINAL Las bacterias deben competir por fuentes limita- das de nutrientes en el intestino, así como compi- ten por sitios de adhesión en la mucosa intestinal. Al mismo tiempo, han desarrollado una variedad de armamentos para matar directamente a sus competidores. Microorganismos similares tien- den a utilizar nutrientes o nichos similares, y han evolucionado para usar selectivamente mecanis- mos para competir con los de su propia especie y matar a los de otra especie. (Figura 4) La evidencia sugiere que la muerte o la supresión del crecimiento pueden desempeñar un papel do- minante en resistencia a la colonización frente a algunos patógenos(7) . En toda la naturaleza se ha- llan moléculas bactericidas como las bacterioci- nas. Suelen ser activos contra bacterias estrecha- mente relacionadas, aunque algunas tienen un espectro de actividad más amplio. 2. LA MICROBIOTA INTESTINAL
  • 6. Gastroenterología en adultos 6 La bacteriocina de Lactobacillus protegió a los ratones de la infección por Listeria monocyto- genes(8) . El probiótico humano E. coli Nissle 1917 también puede utilizar bacteriocinas para com- petir y proteger de Salmonella enterica Typhi- murium(9) . Otros factores antibacterianos también están ac- tivos en el intestino como los Bacteriófagos, que son virus que infectan bacterias, con capacidad de lisar las células infectadas, y también pue- den afectar la capacidad bacteriana mediante la transferencia de información genética como los profagos, que son ADN de bacteriófago integrado al genoma bacteriano y que pueden activarse du- rante inflamación(10) . 2.3 METABOLITOS INHIBIDORES Los subproductos metabólicos producidos por bacterias, tienen un efecto inhibidor sobre otras bacterias. Los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), como el ácido acético, propiónico y butírico, son un factor clave en la inhibición del crecimiento de S. Typhimurium(11) , y también son activos contra E. coli patógena(12,13) y Clostridium difficile(14) , además disminuyen la concentración de oxígeno en el intestino impidiendo el creci- miento de patógenos(15) . Son producidos por bac- terias simbióticas anaeróbicas como las Bacteroi- des y clostridios, que son miembros abundantes de la microbiota de los mamíferos adultos. 2.4 INTESTINO PERMEABLE La permeabilidad intestinal es la propiedad y ca- pacidad que tienen las membranas del intestino para permitir el paso de nutrientes que provie- nen de la dieta, bloqueando el paso de sustan- cias tóxicas, bacterias y virus que pueden dañar el organismo. Las células del epitgelio intestinal están unidas estrechamente por un complejo sis- tema de proteínas, como las uniones estrechas. El desequilibrio entre la microbiota y el organis- mo huésped conduce a la disbacteriosis. Desde la membrana de las bacterias gramnegativas, los lipopolisacáridos penetran en el torrente san- guíneo, a través de la permeabilidad deteriorada de la mucosa intestinal. Estos procesos inducen endotoxemia metabólica, inflamación, alteración del metabolismo de la glucosa, resistencia a la in- sulina, obesidad, y contribuyen al desarrollo del síndrome metabólico, diabetes tipo 2, enfermeda- des inflamatorias del intestino, autoinmunidad y carcinogénesis. (Figura 5) 2.4 METABOLISMO DE SALES BILIARES Los ácidos biliares son moléculas anfipáticas de- rivadas del colesterol secretadas en el intestino delgado. Su función principal es emulsionar gra- sas y vitaminas liposolubles para su absorción, pero también tienen propiedades antibacteria- nas. Los ácidos biliares, generalmente, se secre- tan conjugados con taurina o glicina, lo que au- menta su solubilidad. Una variedad de bacterias intestinales produce hidrolasa de sales biliares, que desconjugan la molécula. Después de una infección, el hígado produce más ácidos biliares, multiplicándose los grupos bacterianos anaero- bios que los metabolizan, aumentando los niveles de taurina en el intestino, esta se convierte en sul- furo: inhibidor de la respiración aerobia disminu- yendo los patógenos aerobios(16) . Los ácidos biliares primarios por acción de Clos- tridium scindens se convierten en ácidos biliares secundarios mediante 7α-deshidroxilación que puede inhibir el crecimiento de C. difficile(17) . 2.5 NICHO Y METABOLISMO La capacidad para utilizar un sustrato puede de- terminar el nicho ecológico, llamado “nicho de nutrientes” por Freter en 1983, generalmente, la utilización de carbohidratos puede ser un factor importante(18) . Las fuentes de carbohidratos están presentes en los alimentos ingeridos, en las células huésped y en el moco secretado en el intestino. La microbio- ta intestinal degrada los sustratos de la dieta que
  • 7. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 7 no son metabolizados y captados por el intestino delgado y que llegan al colon. Estos sustratos die- téticos son principalmente polisacáridos deriva- dos de plantas, para los cuales el anfitrión tiene un repertorio enzimático limitado de aproxima- damente 17 enzimas activas para carbohidratos (CAZymes). (Figura 5) El genoma de la microbiota intestinal humana co- difica al menos 89 familias CAZyme, por ejemplo, los genes de Bacteroides thetaiotaomicron inclu- yen al menos 172 glicosilhidrolasas, que liberan, por ejemplo, ácido siálico y fucosa, a partir de los glucanos del huésped que luego de una toma de estreptomicina que destruye Bacteroides, estos azúcares pasan a estar disponibles para la colo- nización por patógenos como S. Typhimurium y C. difficile(19,20) . El hierro es otro nutriente importante para las bacterias y el hospedero lo secuestra fuertemen- te durante la inflamación. La competencia por el hierro podría ser otra explicación de que E.coli Nissle reduzca la colonización de S. Typhimu- rium en ratones(21) . 2.5 NICHOS FÍSICOS Además de los nichos funcionales basados en nu- trientes, las bacterias deben competir por el es- pacio físico. Algunas especies prefieren vivir de la materia alimentaria en la luz del intestino y están en tránsito; otras, en la capa externa de moco, o más raramente en la superficie epitelial. Es por esto que una muestra de heces no nos dice verda- deramente cómo se encuentra la microbiota del moco. 2.6 MOCO Y GLICOSILACIÓN Las capas de moco en el intestino delgado, ciego y colon son una parte crucial de las defensas del epitelio, y son estimulados por la presencia de la microbiota(22) . En el ciego y el colon, la capa in- terna de moco, más densa y firmemente adheri- da, excluye eficazmente bacterias y partículas de similar tamaño(23) , además protege la imper- meabilidad intestinal. El componente principal del moco del intestino grueso es la glicoproteína Muc2, pero también contiene otras proteínas que pueden inmovilizar o matar bacterias(24,25) . Los ratones que carecen de Muc2 tienen una mayor carga de patógenos y más daño intestinal cuan- do son infectados con Citrobacter rodentium(26) . Asimismo, el crecimiento de S. Typhimurium en el ciego y la translocación al hígado es mayor en ausencia de Muc2(27) . Muc2 está muy glicosilado. La glicosilación del moco intestinal y el epitelio es bastante compleja y puede cambiar en respuesta a la colonización microbiana. Esto es interesante debido a que los glucanos del huésped pueden servir como fuen- tes de nutrientes o receptores de adhesión para microbios, incluidos los patógenos. Una modifi- cación de la glicosilación, es la α(1,2) fucosilación, que se produce en el íleon y puede activarse en todo el intestino durante una infección, pues la fucosa suprime los genes de virulencia de E. coli patógena, así como en miembros de la microbiota normal(28,29) . Las bacterias que viven en el moco superficial y estimulan las células caliciformes a producir moco son Faecalibacterium prausnitzii, Akkermansia muciniphila y Bacteroides tethaio- taomicron. B. Thetaiotaomicron puede metabolizar glicanos de la mucina del moco intestinal para generar energía, lo cual conduce a la producción de me- tabolitos, como el acetato, que estimulan la ma- duración de las células caliciformes y sirven de sustrato a otra especie como el Faecalibacterium prausnitzii, para producir otros ácidos grasos de cadena corta como el butirato, que es beneficioso para el metabolismo y evita la obesidad. (Figura 7) 2.7. DISBIOSIS El desequilibrio de la microbiota en calidad, abundancia, localización, se considera disbiosis, sin embargo, no solamente hablamos de la pre- sencia o no, de microorganismos, sino también de la activación o inactivación de sus genes y los metabolitos, proteínas y enzimas que son capaces
  • 8. Gastroenterología en adultos 8 de producir. La disbiosis, por tanto, se asocia con cambios funcionales en el transcriptoma, proteo- ma y metaboloma microbiano(30,31) . La disbiosis del intestino distal a menudo se ca- racteriza por una disminución en la prevalencia de anaerobios estrictos y una mayor abundancia relativa de bacterias anaerobias facultativas (32) . En particular, la expansión de Enterobacteria- ceae se observa comúnmente en la disbiosis, don- de se encuentran entre las simbiontes que crecen en exceso en varios entornos de inflamación in- testinal, como EII, enfermedad celíaca y cáncer de colon(33,34) . Enterobacteriaceae, una gran fami- lia de anaerobios facultativos gramnegativos que pertenece a la clase de Gammaproteobacteria y al phylum Proteobacteria, con relativa alta toleran- cia al oxígeno que difunde de la barrera epitelial. Mientras, los niveles elevados de oxígeno aumen- tan la abundancia relativa de Enterobacteriaceae, la cantidad limitada de oxígeno disponible en el colon contribuye a su baja prevalencia.
  • 9. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 9 La hipótesis prevaleciente es que un desequili- brio en las comunidades bacterianas intestinales, o disbiosis, conduce a la activación del sistema in- munitario intestinal y una posible inflamación de bajo grado. La evidencia muestra que el uso pre- vio de antibióticos puede estar relacionado con el desarrollo del síndrome del intestino irritable con diarrea predominante(35,36) , caracterizado por una mayor abundancia de Enterobacteriaceae, Pas- teurellaceae y Familias de Pseudedomonadaceae (todos miembros del phylum Proteobacteria)(37,38) . Los Bifidobacterium reguladores del dolor se en- cuentran disminuidos, por lo que existen estu- dios con probada eficacia en la mejoría del dolor. Más que la cantidad o la abundancia de un mi- crorganismo, existe una disminución de la diver- sidad. Y aunque no sea muy evidente, la metage- nómica y la metabolómica (figura 8) puede estar alterada, por ejemplo, en pacientes con lupus, infección por Clostridium difficile y VIH la di- versidad de la microbiota intestinal no sirvió para diferenciar las distintas patologías, sin embargo, los metabolitos expresados por la microbiota en cada patología son específicos y diferentes; la microbiota intestinal activa (microorganismos que expresan proteínas y metabolitos) es más re- presentativa del estado de la enfermedad que la microbiota intestinal total(39,40) . Las gammapro- teobacterias como la roseburia productora de bu- tirato (AGCC) está disminuida, Bifidobacterium también disminuido, lo cual sensibiliza la pared intestinal (dolor), además de un aumento de bac- terias reductoras de sulfato, que genera sulfuros tóxicos que inflaman la pared intestinal. La modulación inmunitaria de todo el genoma de la inflamación mediada por TLR3 en las células epiteliales intestinales difiere entre la combina- ción de probióticos de una sola cepa y de múl- tiples cepas. Cuantas más sean las alteraciones metabólicas o inflamatorias, se necesitará una mayor cantidad de microorganismos con múlti- ples genes con capacidad metabolómica y pro- teómica. Los probióticos multicepa resultan, por tanto, en una mayor reducción de genes modu- lados, que se encuentran a través de conexiones funcionales entre las vías inmunes y celulares que ya se conoce están involucradas en el SII como son: TNF-α, IL-8, CXCL1, CXCL2 y CXCL10, lo que indica mecanismos potencialmente diferen- tes. Estos hallazgos señalan un efecto sinérgico de las combinaciones bacterianas en relación con los tratamientos de cepa única en la resolución de la inflamación inducida por el receptor tipo toll 3 (TLR3) en células epiteliales intestinales y el mantenimiento de la homeostasis celular, lo que refuerza la justificación del uso de múltiples cepas como probióticos en síndrome de intestino irritable(40) . Datos recientes sugieren que la comunidad de hongos o micobioma también se altera en pacien- tes con IBS y puede estar asociada con el desarro- llo de hipersensibilidad visceral(42) . 3. MICROBIOTA Y SÍNDROME DE INTESTINO IRRITABLE
  • 10. Gastroenterología en adultos 10 Estudios del microbioma intestinal han agrega- do una columna primordial a la investigación en nutrición incorporando el microbioma como un importante contribuyente al fenotipo metabólico del huésped, aclarando así algunas interrogantes no resueltas. Turnbaugh et al.(43) demostraron que la adiposidad del anfitrión puede modular la ca- pacidad del microbioma intestinal para aprove- char la energía de los alimentos, existiendo una microbiota más eficiente, de modo que el tras- plante de microbiota obtenida de ratones gené- ticamente obesos a ratones libres de gérmenes transfirió el fenotipo de obesidad del donante al animal receptor. (Figura 8) Estos descubrimientos han llevado a posibles enfoques para tratar la enfermedad cardiometa- bólica, y se han realizado intervenciones para en- contrar componentes dietéticos prebióticos para dar forma al microbioma y conferir beneficios de salud en el anfitrión. Dietas específicas modulan el enterotipo, por ejemplo, la ingesta de rafinosa que viene en la soya, frijoles, garbanzos, maní; fibra soluble de maíz, polidextrosa, aumentan la abundancia de Faecalibacterium prausnitzii, que es productor de butirato, estimula la producción de moco y es un antinflamatorio intestinal. El factor de adipocito inducido en ayunas (Fiaf) producido por células epiteliales del intestino grueso e hígado, es un factor que inhibe la lipo- proteína lipasa (LPL), disminuyendo su capaci- dad para importar y almacenar ácidos grasos en tejidos periféricos. La disbiosis del obeso produ- ce la inhibición de Fiaf, que conlleva un aumento de LPL y de la adiposidad en el hospedador(44) . Los AGCC se unen a receptores específicos de células intestinales endocrinas (GRP43 y GRP41) que incrementan el péptido YY, el cual retarda el tránsito intestinal, aumentando la absorción de nutrientes(45) , e incrementa los niveles de leptina, una hormona orexigénica(46) . La microbiota intestinal es capaz de promover un estado de inflamación sistémica de bajo grado, re- sistencia a la insulina e incrementar el riesgo car- diovascular a través de mecanismos que incluyen la exposición a productos bacterianos, en parti- cular, los lipopolisacaridos (LPS) derivados de las bacterias gramnegativas. A esto se le ha llamado endotoxemia metabólica(47) . Clemente-Postigo et al. demostraron recientemente una asociación entre los niveles de triglicéridos posprandiales y la elevación de endotoxinas bacterianas después de una dieta alta en grasa(48) . Los cambios en la microbiota intestinal, el aumento de la permeabi- lidad intestinal y la endotoxemia, posiblemente, juegan un papel en el desarrollo de un estado in- flamatorio crónico de bajo grado en el hospedero que contribuye al desarrollo de la obesidad y de enfermedades metabólicas crónicas, como el hí- gado graso no alcohólico (HGNA)(49) . 4. MICROBIOTA Y OBESIDAD
  • 11. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 11 Las ratas transgénicas HLA-B27, deficientes en in- terleucina IL -10 y IL-2 que se crían en condicio- nes convencionales, desarrollan espontáneamen- te colitis crónica, pero las ratas libres de gérmenes no desarrollan esta patología intestinal(50, 51) . Análisis de bacterias asociadas a mucosas y de bacterias luminales en EII, revelaron la presen- cia de una microbiota disbiótica, marcada por una reducción de la diversidad microbiana y una inestabilidad temporal de especies dominantes en comparación con individuos sanos(52, 53) . Existe disminución de la diversidad de firmicu- tes, aumento de bacteroidetes y de Bacteroides fragilis, que es responsable del aumento de masa de biopelícula, que aumentan la adhesión de sim- biontes; existe también aumento de las proteo- bacterias y alteración del metabolismo de carbo- hidratos(52) . La presencia de Helicobacter pylori es protectora para EII * Helicobacter bilis es mayor en Colitis ulcerosa, por otro lado, Campylobacter concisus está presente en las muestras de biopsia de CU, y es más frecuente la CU luego de una infección por Campylobacter jejuni. La E.coli adherente- invasiva (invade macrófagos sin inducir muerte celular), crea granulomas en E. Crohn(54) . Bacteriodes fragilis protege del desarrollo de la EII experimental en ratones a través de la activi- dad inmunomoduladora de su cápsula polisacá- rido A (PSA)(55) . (Figura 8) Cambios específicos, entre el Phylum Firmicutes, observados en pa- cientes con EC ileal incluyó la desaparición de Faecalibacterium prausnitzii, una especie micro- biana comensal que es capaz de secretar metabo- litos antiinflamatorios, considerándosele un mar- cador biológico de actividad CU y de riesgo de recurrencia post operatoria en E. Crohn ileal(56) . El hierro se encuentra secuestrado en almacenes intracelulares, inaccesible a los patógenos. Para evitar esta retención de hierro, muchos patóge- nos han evolucionado mecanismos de captación de hierro de alta afinidad que compiten contra la restricción mediada por el hospedero. Los siste- mas de captación incluyen liberación de siderófo- ros quelantes de hierro, sistemas de adquisición de hemo y receptores de transferrina/lactoferri- na(57) . La E. coli puede producir enterobactina, un sideróforo catecolato que actúa como un potente inhibidor del bactericida mieloperoxidasa produ- cido por los neutrófilos, obteniendo una ventaja de supervivencia en el intestino inflamado(58) . Se han observado también, niveles reducidos de microbios que producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC) en pacientes con EII, casos en que las bacterias productoras de AGC pueden brindar protección contra la colitis a través de la diferen- ciación y expansión de células T reguladoras(59) , describiéndose la presencia de E. coli intramuco- sa en pacientes con EC(60,61) . Quedan aún preguntas por resolver, si la disbiosis causa EII, o si la EII causa disbiosis, o si la EII es una expansión de patobiontes o una pérdida de simbiontes, o bien, si es una respuesta aberrante a simbiontes. 5. MICROBIOTA Y ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
  • 12. Gastroenterología en adultos 12 “Los probióticos son microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas confieren un beneficio para la salud del huésped”(1) . Los microorganismos para ser clasificados como ce- pas probióticas deben cumplir tres requisitos: 1. Deben estar vivos en el momento de la admi- nistración y deben ser microorganismos de preferencia de procedencia humana. 2. Deben administrarse a una dosis que sea lo su- ficientemente alta como para tener un efecto promotor de la salud. La dosis efectiva reco- mendada está estrictamente relacionada con la documentación clínica en la que debe ba- sarse. 3. Los microorganismos administrados deben te- ner un efecto beneficioso sobre el anfitrión. 4. Ser seguro y no patógeno, no causar reacciones inmunes dañinas y no ser portador de resisten- cia a antibióticos. 5. Deben sobrevivir al ácido gástrico, y poder re- cuperarse en las heces. 6. Resistencia en medio alcalino y bilis, no conju- garse con sales biliares. 7. Colonización y proliferación temporal en el tracto digestivo. 8. Capacidad de adherirse a la mucosa, compi- tiendo por la adhesión de patógenos. En el 2014, la Asociación Científica Internacional para Prebióticos y Probióticos (ISAPP) publicó un documento de consenso para el uso apropiado del término probiótico, estableciendo que puede usarse para referirse a muchos tipos de microor- ganismos que demuestran beneficios para la sa- lud del huésped, mientras permanecen vivos. Así, los metabolitos de los microorganismos fueron excluidos de la definición de probióticos, ahora llamados postbióticos que incluyen metabolitos bacterianos con fragmentos de bacterias muertas sin capacidad de colonizar(62) . El yogur es un producto lácteo fermentado que contiene la suma de Streptococcus thermophilus (S. thermophilus) y Lactobacillus delbrueckii (L. delbrueckii) subespecie bulgaricus. Existe sufi- ciente evidencia del efecto beneficioso del yogur para la salud del anfitrion, por tanto, los yogures son probióticos. El consorcio bacteriano del tras- plante de microbiota fecal no debe considerarse como probiótico, ya que incluye un número des- conocido de bacterias no clasificadas, hongos, pa- rásitos y virus. Asimismo, no se conocen cuáles son los microorganismos responsables del bene- ficio terapéutico y los efectos a largo plazo de los mismos son desconocidos. La cepa de un probiótico se identifica con el gé- nero, especie y la designación alfanumérica, se- gún el Código Internacional de Nomenclatura y la clasificación de los organismos procariotas. Por ejemplo, Lactobacillus casei (L. casei) DN- 114-001. 6. PROBIÓTICOS
  • 13. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 13 • Género: Se refiere a un grupo de especies de microorganismos con cualidades similares como características físicas, productos o re- querimientos metabólicos. • Especie: Es un grupo de cepas que comparten numerosas propiedades estables. • Cepa: Es una población de microorganismos que descienden de una única célula o de un aislamiento en cultivo puro, lo que le da la pro- piedad específica al probiótico. 6.1 APLICACIONES CLÍNICAS 6.1.1 Probióticos y diarrea asociada a antibióticos: La diarrea asociada a antibióticos (DAA) se define como la aparición de diarrea inexplicable asociada temporalmente al consumo de antibióticos. Puede ocurrir de forma temprana a los 2-7 días tras el inicio del antibiótico o tardíamente, de 2 a 8 semanas después. Se trata de una entidad frecuente en pacientes ambulatorios y hospitalizados, con una prevalencia entre el 5-70 % en adultos; la clínica puede variar desde una diarrea leve a una colitis grave(63) . Entre los mecanismos fisiopatológicos se men- cionan: cambios histológicos en la mucosa in- testinal, aceleración del vaciamiento gástrico, afectación de la transmisión neuromuscular y el transporte epitelial, disbiosis, alteración metabó- lica por disminución de anaerobios que provocan un aumento de cabohidratos intraluminales que provoca diarrea osmótica(64) . Hay pruebas sólidas de eficacia para S. boulardii o L. rhamnosus GG en adultos o niños que reci- ben tratamiento con antibióticos, asociándose con un menor riesgo de DAA, pero no en perso- nas de edad avanzada(65,66) . 6.1.2 Probióticos y diarrea aguda infecciosa: La diarrea se define por la OMS como la presencia de 3 o más evacuaciones sueltas o líquidas e incremento en el número de las deposiciones en un periodo de 24 horas. Se considera diarrea aguda si la duración es menor de 14 días. La etiología más frecuente es la infecciosa por diferentes microorganismos y la mayoría de los episodiossonautolimitados. Lacomplicaciónmás frecuente es la deshidratación y el tratamiento inicial se basa en mantener el equilibrio hidroelectrolítico. Sin embargo, la rehidratación oral no reduce el volumen de las evacuaciones y no acorta la duración de los episodios de diarrea. Los probióticos han demostrado ser seguros y eficaces en el tratamiento de la diarrea aguda infecciosa en población adulta y pediátrica, al reducir la duración y el número de evacuaciones, además de prevenir la progresión de la forma aguda a la forma persistente(63,65) . Distintos ensayos clínicos han demostrado que los probióticos son eficaces y seguros, sobretodo en el tratamiento de diarreas agudas ocasionadas por gastroenteritis víricas, más que en las diarreas por bacterias o parásitos. Los probióticos que han demostrado mayor eficacia en el tratamiento de la diarrea son L. rhamnosus, S. boulardii, Lactobacillus reuteri DSM 17938, y en la prevención de la diarrea aguda son S. boulardii, L Rhamnosus GG, B. lactis y Streptococcus thermophilus. El probiótico reduce la duración de los síntomas cuando la diarrea ya está establecida y previene su aparición cuando existe un contacto reciente y cercano con alguien que haya presentado una diarrea aguda vírica(1) . Si bien es cierto que Bacillus clausii está indicado para diarrea aguda es principalmente para diarrea por rotavirus. 6.1.3 Probióticos y diarrea del viajero: La diarrea aguda es un problema de salud en los viajeros. La incidencia estimada es del 10-40 % dependiendo del destino del viaje. La mayor parte de los casos (80 %) son debidos a infecciones bacterianas, siendo la más común uno de los siete tipos de E.
  • 14. Gastroenterología en adultos 14 coli. El uso de probióticos en la prevención de la diarrea del viajero es controvertido, con una evidencia insuficiente para recomendarlos tanto en adultos como en niños(63) . 6.1.4 Probióticos e infección por Clostridium difficile: La infección por Clostridium difficile (ICD) es la causa más frecuente de diarrea asociada a los cuidados de la salud. La incidencia de ICD se ha incrementado en los últimos años y con mayor morbimortalidad. La edad avanzada, la hospitalización, el uso de antibióticos, la inmunosupresión, la cirugía gastrointestinal y el uso de inhibidores de bomba de protones son los principales factores de riesgo para el desarrollo de ICD(63) . Varios estudios han demostrado que los probióticos son seguros y efectivos en la prevención de la diarrea asociada a C. difficile en pacientes que reciben antibióticos; se han estudiado Lactobacillus, Bifidobacterium y Saccharomyces. En un estudio de etiqueta abierta preliminar realizado con 13 pacientes que presentaron recaídas múltiples de colitis pseudomembranosa causada por Clostridium difficile(69) , la administración de una dosis diaria de 1 g de Saccharomyces boulardii, durante un mes, en combinación con un tratamiento estándar de vancomicina, permitió prevenir posibles recaídas futuras en 11 de los 13 pacientes. Otro estudio multicentrico(68) mostró que una dosis alta de vancomicina combinada con Saccharomyces boulardii fue el tratamiento más adecuado para tratar este trastorno. Sin embargo, se necesitan más estudios para determinar la mejor dosis y cepa(1) . 6.1.5 Probioticos e infección por Helicobacter pylori: La infección por H. pylori afecta a la mitad de la población mundial aproximadamente, aunque solo un 10 % desarrolla algún síntoma, y lo hacen años después de ser colonizados; es probable, que sea más un patógeno oportunista (patobionte) que un agente infeccioso. Existe una hipótesis que propone que la exposición a ciertos microorganismos comensales estimula la respuesta del sistema inmune y nos protege de las respuestas excesivas a estímulos no nocivos, pues sucede que en países donde se está erradicando más el Helicobacter ha aumentado la EII, el asma, la obesidad y las alergias(73) . El H. pylori se asocia a diversas condiciones como úlcera péptica, linfoma MALT y carcinoma gástrico. La erradicación de H. pylori es necesaria en estas condiciones y requiere diferentes pautas de tratamiento antibiótico. Sin embargo, la resis- tencia a los antibióticos, la falta de adherencia al tratamiento y los efectos secundarios asociados al mismo condicionan una alta tasa de fracaso tera- péutico. Por ello, se sugiere el uso de probióticos como terapia suplementaria a los antibióticos, para mejorar las tasas de erradicación en pobla- ción adulta y reducir los efectos secundarios gas- trointestinales asociados al tratamiento erradica- dor en adultos y niños(63) . • Entre los probióticos utilizados destaca Lac- tobacillus reuteri gastrus, que es una combi- nación de L. reuteri DSM 17938 and L. reuteri ATCC PTA 6475, que ha demostrado que pue- de inhibir la colonización de la mucosa gástri- ca por H. pylori, además de producir reuteri- na, un antibiótico de amplio espectro activo frente a H. pylori (67) . El trabajo de Francavilla, administró Gastrus 28 días antes de iniciar te- rapia triple de erradicación con los siguientes hallazgos: • 35 % menos efectos secundarios asociados a antibióticos durante la terapia de erradi- cación. • Reducción del 13 % en la de carga de H. pylori, 28 días antes del tratamiento de erradicación. • Reducción de la carga de H. pylori con tri- ple terapia + gastrus 13,6 % mayor que con triple terapia y placebo, después de 28 días. • Reducción de la inflamación gástrica in- ducida por Hp según la evaluación de la histología convencional y medición de los niveles de citocinas proinflamatorias y an-
  • 15. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 15 tiinflamatorias en el tejido gástrico y los ni- veles séricos de G17, PGI y PGII. Por otro lado, Ojetti, en el 2012, usando levofloxa- cino, encontró un porcentaje de erradicación del 20 % más, combinado con gastrus (71) , y Emara; 12 % más y 90 % menos diarrea comparada con placebo(72) . Una tesis peruana de Díaz Ferrer con Lactobacillus acidophillus, no mejora la tasa de erradicación y múltiples estudios muestran que para mejorar reacciones adversas no se usa Lac- tobacillus acidophillus como monocepa. El me- taanálisis de Muhan(73) con 13 ensayos clínicos: los mejores resultados de erradicación fueron con Lactobacillus reuteri gastrus y las menores reacciones adversas al tratamiento de erradica- ción fueron con L. reuteri gastrus, con Saccha- romyces boulardii y con multicepa. (Figura 9) 6.1.6 Probióticos y dispepsia funcional: La dispepsiafuncional(DF)esuntrastornofuncional digestivo que afecta al 11-29 % de la población adulta. Según Roma IV, se define como plenitud o hinchazón postprandial, saciedad precoz, dolor y ardor epigástrico en ausencia de enfermedad orgánica que explique los síntomas. El uso de probióticos no ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de la dispepsia funcional. 6.1.7 Probióticos y síndrome de intestino irritable: El SII es un trastorno funcional digestivo frecuente con una fisiopatología compleja y manifestaciones clínicas de difícil control. Existen evidencias de que la alteración de la microbiota intestinal puede desempeñar un papel importante en la fisiopatología del SII(63) . Los mecanismos de acción de los probióticos en SII son: • Protegen contra bacterias patógenas a través de sus propiedades antimicrobianas. • Amplifican las uniones intestinales y estabili- zan la permeabilidad. • Estimulan las células caliciformes para pro- ducir moco y así mejorar la función de barrera intestinal. • Normalizan los movimientos del intestino, y reducen la hipersensibilidad visceral en niños y adultos. • Suprimen la respuesta inflamatoria local me- diante la reducción de la secreción de (TNFα), que corrige el desequilibrio en la producción intramucosa de serotonina, y la activación anómala de la motilidad intestinal. Varias revisiones sistemáticas y metaanálisis pa- recen confirmar que determinados probióticos tienen efectos beneficiosos en el SII, de forma global, sobre el dolor y distensión abdominal y la flatulencia, en comparación con placebo, y pueden mejorar la calidad de vida de estos pa- cientes. Bifidobacterium infantis 35624 muestra mejoría significativa en el dolor y distensión ab- dominal con respecto a placebo. L. plantarum es otro probiótico que también se ha utilizado con buenos resultados en el control de los síntomas en pacientes con SII. Los monocepa: E. coli DSM 1752 y S. faecium, fueron benéficos, pero solo tie- nen un ensayo clínico cada uno. Quienes tuvieron más resultados benéficos positivos y más ensayos clínicos fueron: Bifidobacterium plantarum DSM 9843, que tiene actividad antioxidante, mejora la permeabilidad intestinal, reduce la sensación de hinchazón, flatulencias, diarrea o estreñimiento y alivia el dolor e inflamación gastrointestinal, y Bifidobacterium infantis 35624, que es un modu- lador del dolor(75) . Sin embargo, la administración de probióticos no es útil en el manejo de la consistencia anormal de las deposiciones en el SII. Serrano(40) y Moayye- di(76) demostraron que para múltiples alteracio- nes los multicepa como mencionamos anterior- mente, poseen un pool de genes más diverso. Es conocida la asociación de trastornos de an- siedad y depresión con síndrome de intestino irritable, existen bacterias con propiedades re- guladoras de umbrales electrofisiológicos en las neuronas. Se ha demostrado que Lactobacillus
  • 16. Gastroenterología en adultos 16 reuteri activa un canal de potasio dependiente de calcio en las neuronas dentro del plexo mien- térico del colon y puede reducir la ansiedad y la agresividad en pacientes con trastornos digesti- vos funcionales. Compuestos metabólicos del Bi- fidobacterium longum NCC3001 provocaron la reducción de picos de potencial de acción en las neuronas mientéricas después de la estimulación eléctrica. De mismo modo, L. reuteri actúa sobre las neuronas de los ganglios dorsales de la médula espinal y sobre las terminaciones nerviosas intra- abdominales del vago, así como en los núcleos encargados de la percepción del dolor a nivel del sistema nervioso central, por tanto los multicepa que tengan B. infantis, longum, o L. reuteri obten- drán mejoría global de síntomas(77) . 6.1.8 Estreñimiento crónico: El estreñimiento crónico funcional es un trastorno digestivo frecuente que afecta aproximadamente al 14 % de la población mundial. A pesar del uso de fibra dietética, laxantes, procinéticos y otros agentes, aproximadamente el 47 % de los pacientes no están satisfechos con estas opciones terapéuticas. Se sugiere el uso de probióticos en estos pacientes, para acelerar el tránsito intestinal y aumentar la frecuencia de las deposiciones, con B. lactis en particular. Lactobacillus reuteri 17938 mejora el estreñimiento, la consistencia, la frecuencia, el dolor al defecar, igual que el grupo lactulosa, y fue más efectivo que este grupo en cuanto a dolor abdominal y flatulencia y producción de metano(78) . 6.1.9 Enfermedad inflamatoria intestinal: La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Es un trastorno inflamatorio crónico con fisiopatología compleja en donde participa una respuesta inmunitaria anormal a la microbiota intestinal en un sujeto genéticamente susceptible. El tratamiento estándar incluye esteroides, inmunomoduladores y agentes biológicos. El interés creciente en la disbiosis asociada a la EII ha fomentado el uso de probióticos asociados a la terapia estándar. En la enfermedad de Crohn los estudios de probióticos no han demostrado evidencia de que sean beneficiosos en la inducción o el mantenimiento de la remisión(63) . La mayoría de los estudios con probióticos en la colitis ulcerosa se han realizado con VSL≠3 o con E. coli Nissle 1917. Así, E. coli Nissle puede ser equivalente a la mesalazina para mantener la remisión de la colitis ulcerosa. La mezcla de probióticos VSL≠3 ha demostrado ser eficaz en la inducción y mantenimiento de la remisión en niños y adultos con colitis ulcerosa leve a moderada(64) . Se sugiere el uso de probióticos junto con la terapia estándar en la inducción o mantenimiento de la remisión en la colitis ulcerosa leve o moderada en la población adulta. En Latinoamérica tenemos un probiótico similar a VSL#3 que tiene Bacillus Subtilis, B. Bifidum, B. Breve, B. Longum, L. Acidophilus, Lactococcus Lactis, S. Thermophilus, Bifidobacterium Infantis, L.Delbrueckii,Bulgaricus,L.Helveticus, L. Salivarius. 7 de los 8 probióticos del VSL#3. 6.1.10 Reservoritis (pouchitis): La proctoco- lectomía con anastomosis ileo-anal y reservorio ileal es el tratamiento de elección para la reconstrucción de la continuidad intestinal en la colitis ulcerosa grave refractaria (y poliposis adenomatosa familiar) que requiere cirugía. A su vez, la complicación más frecuente a largo plazo observada tras dicha intervención es la inflamación aguda y/o crónica del reservorio ileal, es decir, reservoritis o pouchitis: hasta el 46 % de los pacientes con CU tienen, al menos, un episodio de pouchitis en los 5 primeros años tras la cirugía y entre un 10-15 % de los pacientes con un reservorio ileoanal desarrollan una reservoritis grave que requiere el uso a largo plazo de antibióticos o la extirpación del mismo. El alto índice de respuesta a varios antibióticos hace pensar en un importante papel de ciertas bacterias intestinales (aumento de la concentración de Clostridium perfringens y ausencia de Streptococcus) en la patogenia de la pouchitis, y permiten considerar que los probióticos pueden modificar la microbiota y restaurar la barrera mucosa intestinal y, por tanto, reducir el riesgo de inflamación de la mucosa del reservorio(64) . Existe evidencia de la utilidad de los probióticos (VSL≠3) en la
  • 17. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 17 prevención de un ataque inicial de pouchitis y en la prevención de una recaída posterior después del tratamiento con antibióticos. Los probióticos pueden recomendarse a pacientes con pouchitis de actividad leve o como tratamiento de mantenimiento para aquellos en remisión. 6.1.11 Probióticos y alergia alimentaria: La evidencia para recomendar el uso preventivo de probióticos en niños con enfermedades alérgicas o hipersensibilidad a alimentos o dermatitis atópica está descrita. Se asocia a intestino permeable, la ingesta de Lactobacillus, Reuteri, Longum y fibra soluble que reparan la capa de moco intestinal está siendo estudiada. La combinación de L. rhamnosus 19070-2 y L. reuteri DSM 122460 fue muy efectiva en niños con dermatitis atópica(79) . 6.1.2 Probióticos, obesidad, hígado graso y diabetes: Suplementación de simbiótico a largo plazo con Bifidobacterium longum + FOS en Esteatohepatitis no alcohólica puede reducir la endotoxemia, la resistencia a la insulina, la esteatosis, y diversos parámetros inflamatorios y metabólicos(80) . (Figura 8) Lactobacillus casei, Lactobacillus rhamnosus, Streptococcus thermophilus, ifidobacterium bre- ve, Lactobacillus acidophilus, Bifidobacterium infantis, Lactobacillus bulgaricus +FOS asociado a metformina mejora los niveles de transamina- sas y el peso en NASH, v/s metformina sola(81) . También se mencionan L. paracasei 4270. L. rhamnosus 3690, B. lactis 2494, B. animalis que, reducen la infiltración de macrófagos en el tejido adiposo; según el consenso de la unión europea del 2019, Bacteroides Uniformis y Bifidobacte- rium Pseudocatenulatum reducen la obesidad, mejoran la tolerancia oral a la glucosa, reducen trigliceridos e influyen mejorando la depresión asociada a la obesidad.
  • 18. Gastroenterología en adultos 18 1. Guarner F, Sanders ME, et al. World Gas- troenterology Organisation Global Guideli- nes. Probiotics and prebiotics. 2017. Dispo- nible en http://www.worldgastroenterology. org/guidelines/globalguidelines/probiotics- and-prebiotics. 2. Ramon y Cajal, Santiago. (1999) Reglas y Consejos Sobre Investigacion Cientifica: Los Tónicos de la Voluntad. Madrid 1999 Conse- jo Superior de Investigaciones científicas. 3. Icaza-Chávez,M.E. Microbiota intesti- nal en la salud y la enfermedad. Revista de gastroenterología de México. 2013; Vol.78 Num.4. 240-248 4. Ghoshal UC, et al. The role of the microbio- me and the use of probiotics in gastrointes- tinal disorders in adults in the Asia-Pacific region - background and recommendations of a regional consensus. J Gastroenterol He- patol. Enero de 2018; 33 (1): 57-69 5. Eckburg PB, Bik EM, Bernstein CN y col. Diversidad de la flora microbiana intestinal humana. Ciencias. 2005; 308: 1635-1638. 6. Liang C, Tseng HC, Chen HM, Wang WC. Di- versity and enterotype in gut bacterial com- munity of adults in Taiwan. BMC Genomics 2017 Jan 25;18(Suppl 1):932. doi: 10.1186/ s12864-016-3261-6. 7. Pultz NJ, Stiefel U, Subramanyan S, Helfand MS, Donskey CJ. Mecanismos por los cuales La microbiota anaeróbia inhibe el estableci- miento en ratones de colonización intestinal por Enterococcus resistentente a vancomi- cina. Revista de enfermedades infecciosas. 2005; 191: 949–956. 8. Corr SC, Li Y, Riedel CU, O’Toole PW, Hill C, Gahan CG. La producción de bacteriocina como mecanismo para la actividad antiin- fecciosa de Lactobacillus salivarius UCC118. Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América. 2007; 104: 7617–7621. 9. Sassone-Corsi M, Nuccio SP, Liu H, et al. Las microcinas median la competencia entre En- terobacteriaceae en el intestino inflamado. Naturaleza. 2016; 540: 280-283. 10. Manrique P, Bolduc B, Walk ST, van der Oost J, de Vos WM, Young MJ. Intestino huma- no sano fageoma. Actas de la Academia Na- cional de Ciencias de los Estados Unidos de América. 2016; 113: 10400–10405. 11. Bohnhoff M, Miller CP, Martin WR. Resis- tencia del tracto intestinal del ratón a expe- rimentos Infección por Salmonella. Factores que interfieren con el inicio de la infección por vía oral. Inoculación. La revista de medi- cina experimental. 1964; 120: 805–816. 12. Cherrington CA, Hinton M, Pearson GR, Chopra I. Los ácidos orgánicos de cadena corta a pH 5,0 matan Escherichia coli y Sal- monella spp. sin causar perturbación de la membrana. El diario de bacteriología aplica- da. 1991; 70: 161-165. 13. Shin R, Suzuki M, Morishita Y. Influencia de anaerobios intestinales y ácidos orgánicos en el crecimiento de Escherichia coli enterohe- morrágica O157: H7. Revista de microbiolo- gía médica. 2002; 51: 201–206. 14. Rolfe RD. Papel de los ácidos grasos volá- tiles en la resistencia a la colonización por Clostridium difficile. Infección e inmunidad. 1984; 45: 185-191. 15. Rivera-Chavez F, Zhang LF, Faber F, et al. Agotamiento de clostridios productores de 7. BIBLIOGRAFÍA
  • 19. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 19 butirato de la La microbiota intestinal impul- sa una expansión luminal aeróbica de Salmo- nella. Anfitrión celular y microbio. 2016; 19: 443–454. 16. Ridlon JM, Kang DJ, Hylemon PB. Biotrans- formaciones de sales biliares por bacterias intestinales humanas. Revista de investiga- ción de lípidos. 2006; 47: 241-259 17. Buffie CG, Bucci V, Stein RR y col. La recons- titución precisa del microbioma restaura el ácido biliar resistencia mediada a Clostri- dium difficile. Naturaleza. 2015; 517: 205- 208. 18. Maldonado-Gomez MX, Martinez I, Bottaci- ni F, et al. Injerto estable de Bifidobacterium longum AH1206 en el intestino humano de- pende de las características individualizadas del residente Microbioma. Anfitrión celular y microbio. 2016; 20: 515-526. 19. Ng KM, Ferreyra JA, Higginbottom SK, et al. Los azúcares del huésped liberados por la microbiota facilitan la expansión antibiótica de patógenos entéricos. Naturaleza. 2013; 502: 96–99. 20. Ferreyra JA, Wu KJ, Hryckowian AJ, Bouley DM, Weimer BC, Sonnenburg JL. Microbio- ta intestinal El succinato producido promue- ve la infección por C. difficile después del tratamiento con antibióticos. Anfitrión celu- lar y microbio. 2014; 16: 770–777. 21. Deriu E, Liu JZ, Pezeshki M, et al. Las bacte- rias probióticas reducen la salmonella typhi- murium intestinal colonización compitiendo por el hierro. Anfitrión celular y microbio. 2013; 14: 26–37. 22. Johansson ME, Jakobsson HE, Holmen- Larsson J, et al. Normalización del moco in- testinal del hospedero. Las capas requieren colonización microbiana a largo plazo. Anfi- trión celular y microbio. 2015; 18: 582–592. 23. Johansson ME, Phillipson M, Petersson J, Velcich A, Holm L, Hansson GC. El interior de los dos Las capas mucosas muc2 depen- dientes de mucina en el colon carecen de bacterias. Proc Natl Acad Sci EE. UU. 30 de septiembre de 2008; 105 (39) 24. Bergstrom JH, Birchenough GM, Katona G, et al. Las bacterias grampositivas se man- tienen a distancia en el moco del colon por la proteína de tipo lectina ZG16. Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Es- tados Unidos de América. 2016; 113: 13833- 13838. 25. Vaishnava S, Yamamoto M, Severson KM, et al. La lectina antibacteriana RegIIIgamma promueve la segregación espacial de la mi- crobiota y el huésped en el intestino. Cien- cias. 2011; 334: 255-258 26. Bergstrom KS, Kissoon-Singh V, Gibson DL y col. Muc2 protege contra la colitis infeccio- sa letal disociando bacterias patógenas y co- mensales de la mucosa colónica. Patógenos PLoS. 2010; 6: e1000902. 27. Zarepour M, Bhullar K, Montero M, et al. La mucina Muc2 limita las cargas patógenas y epiteliales. disfunción de la barrera duran- te la colitis por Salmonella enterica serovar Typhimurium. Infección y inmunidad. 2013; 81: 3672–3683. 28. Pickard JM, Maurice CF, Kinnebrew MA, et al. La fucosilación rápida del epitelio intesti- nal sostiene simbiosis huésped-comensal en la enfermedad. Naturaleza. 2014; 514: 638– 641. 29. Pacheco AR, Curtis MM, Ritchie JM, et al. La detección de fucosa regula las bacterias intestinales colonización. Naturaleza. 2012; 492: 113-117. 30. Peterson DA, Frank DN, Pace NR, Gordon JI. Enfoques metagenómicos para definir el patogenia de las enfermedades inflamatorias del intestino. Anfitrión celular y microbio. 2008; 3: 417–427. 31. Greenblum S, Turnbaugh PJ, Borenstein E. Biología de los sistemas metagenómicos del intestino humano El microbioma revela cambios topológicos asociados con la obesi- dad y la enfermedad inflamatoria intestinal. Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América. 2012; 109: 594–599. 32. Lupp C, Robertson ML, Wickham ME y col. La inflamación mediada por el huésped al- tera el intestino microbiota y promueve el crecimiento excesivo de Enterobacteriaceae. Anfitrión celular y microbio. 2007; 2: 119-129.
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  • 21. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 21 La revista de medicina experimental. 1994; 180: 2359-2364. 52. Frank DN, St. Amand AL, Feldman RA, Boe- deker EC, Harpaz N, Pace NR. Molecular- Caracterización filogenética de los desequi- librios de la comunidad microbiana en el intestino inflamatorio humano. Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Es- tados Unidos de América.2007; 104: 13780- 13785. 53. Swidsinski A, Ladhoff A, Pernthaler A, et al. Flora de la mucosa en la enfermedad infla- matoria intestinal. Gastroenterología. 2002; 122: 44–54. 54. Escherichia coli adherente invasiva aislada de pacientes con enfermedad de Crohn indu- ce granulomas in vitro.Meconi S, Vercellone A, Levillain F, Payré B, Al Saati T, Capilla F, Desreumaux P, Darfeuille-Michaud A, Alta- re F. Cell Microbiol. 2007 mayo 55. Mazmanian SK, Round JL, Kasper DL. Un factor de simbiosis microbiana previene la enfermedad inflamatoria. Naturaleza. 2008; 453: 620–625. 56. Sokol H, Pigneur B, Watterlot L, et al. Faeca- libacterium prausnitzii es un antiinflamato- rio bacteria comensal identificada mediante análisis de microbiota intestinal de pacientes con enfermedad de Crohn. Actas de la Aca- demia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América. 2008; 105: 16731-16736. 57. Skaar EP. La batalla por el hierro entre pató- genos bacterianos y sus huéspedes vertebra- dos. PLoS patógenos. 2010; 6: e1000949. 58. Singh V, Yeoh BS, Xiao X y col. Interacción entre enterobactina, mieloperoxidasa y lipo- calina 2 regula la supervivencia de E. coli en el intestino inflamado. Comunicaciones de la naturaleza. 2015; 6: 7113. 59. Atarashi K, Tanoue T, Oshima K, et al. Induc- ción de Treg mediante una mezcla seleccio- nada racionalmente de Cepas de clostridios de la microbiota humana. Naturaleza. 2013; 500: 232-236. 60. Darfeuille-Michaud A, Boudeau J, Bulois P, et al. Alta prevalencia de adherente-invasiva Escherichia coli asociada con la mucosa ileal en la enfermedad de Crohn. Gastroenterolo- gía. 2004; 127: 412–421. 61. Martin HM, Campbell BJ, Hart CA, et al. Mayor adherencia e invasión de Escherichia coli en Enfermedad de Crohn y cáncer de co- lon. Gastroenterología. 2004; 127: 80–93. 62. Zielinska D, et al. Food-Origin Lactic Acid Bacteria May Exhibit Probiotic Properties: Review. Biomed Res Int 2018;2018:5063185. 63. Valdovinos MA, et al. The Mexican consen- sus on probiotics in gastroenterology. Rev Gastroenterol Mex 2017;82(2):156-178. 64. Jernberg Cecilia, Löfmark Sonja. Impactos a largo plazo de la exposición a antibióticos en la microbiota intestinal humana Microbiolo- gía (lectura) Noviembre de 2010; 156 (Pt 11): 3216-3223. 65. Sebastián Domingo JJ. Revisión del papel de los probióticos en la patología gastroin- testinal del adulto. Gastroenterol Hepatol 2017;40(6):417-429. 66. Guarner F, et al. World Gastroenterology Or- ganisation Global Guidelines: probiotics and prebiotics. 2012 67. Francavilla, Ruggiero MD, PhD, Lactoba- cillus Strain Combination In Helicobacter pylori Infection: A Randomized, Double- Blind, Placebo-Controlled Study. Journal of Clinical Gastroenterology, 27 November 2013 68. Surawicz C.M, McFarland L.V, Greenberg R, et al. The search for a better treatment for re- current Clostridium difficile disease: use of high-dose Vancomycin combined with Sac- charomyces boulardii. Clin Infect Dis 2000; 31: 1012-7. 69. Duranti Sabrina. Obesidad y microbiota: un ejemplo de una intrincada relación. Genes Nutrition 2017; 12:18. doi: 10.1186 70. Joseph M. Pickard Microbiota intestinal: papel en la colonización de patógenos, inmu- nológico. Respuestas y enfermedad inflama- toria. Rev Inmunol Setiembre 2017. 279 (1): 70–89. Gastroenterol Res Pract. 2012; 2012: 740381.
  • 22. Gastroenterología en adultos 22 71. Ojetti Veronica, Bruno Giovanni, Ainora Maria Elena, Gigante Giovanni , Rizzo Gian- luca , Roccarina Davide, Gasbarrini Antonio. Impacto de la suplementación con Lactoba- cillus reuteri en la terapia de segunda línea anti- Helicobacter pylori basada en levo- floxacina. 29 de mayo de 2012. doi: 10.1155 / 2012/740381 72. Emara Mohamed H., Mohamedy Salem Y., Abdel-Aziz Hesham R. Lactobacillus reuteri en el tratamiento de la infección por Helico- bacter pylori en pacientes dispépticos: ensa- yo clínico aleatorizado, doble ciego, contro- lado con placebo. Therap Adv Gastroenterol. 2014 Jan; 7 (1): 4–13. 73. Otero, Olalla. Helicobacter pylori un inqui- lino a veces molesto. Microbiota y disbiosis. Febrero 2021 74. Muhan Lü, Shan Yu, Jiaqi Deng, Qiong Yan, Chun Yang, Guodong Xia, Xian Zhou Efica- cia de la terapia de suplementación con pro- bióticos para la erradicación de Helicobacter pylori: un metaanálisis de ensayos controla- dos aleatorios.Journal plusone. Octubre de 2016; 11 (10): e0163743. 75. Ford Alexander, Harris Lucinda, Lacy Bryan, Quigley Eamonn, Moayyedi Paul.Revision sistematica con matanalisis:eficacia de pre- bióticos, probioticos y simbióticos, en el sín- drome de intestino irritable. Farm Alimtaria y terapéutica. Nov 2018 48 (10) 76. Namhee Kim. Mind-altering with the gut: Modulation of the gut-brain axis with pro- biotics. Journal of Microbiology. March 2018, Volume 56, Issue 3 pp 172–182 77. Zvi Weizman: L reuteri DSM 17938, en com- paración con el placebo, redujo significativa- mente la frecuencia e intensidad de DAF en niños. Journal pediatrics. Jul. 2016; 174: 160- 164. 78. Ojetti,V., Petruzziello, C., Migneco, A., Gna- rra, M., Gasbarrini A., Franceschi F. Efecto de Lactobacillus reiteri DSM 17938 sobre la producción de metano en pacientes afecta- dos con estrenmiento funcional; un estudio retrospectivo. Revista europea para las cien- cia medicas y farmacológicas. 2017;21:1702- 1708 79. Rosenfeldt Vibeke, Benfeldt Eva , Dam Niel- sen Susanne, Fleischer Michaelsen Kim, Lisbeth Jeppesen Dorthe , Henrik Valerius Niels, Paerregaard Anders. Efecto de las ce- pas probióticas de Lactobacillus en niños con dermatitis atópica. J Allergy Clin Immu- nol. Febrero de 2003; 111 (2): 389-95. 80. Malaguarnera M, Vacante M, Antic T, et al. Bifidobacterium longum with fructo-oligo- saccharides in patients with non alcoholic steatohepatitis Dig Dis Sci. (2012). 81. Shavakhi A, Minakari M, Firouzian H, Assali R, Hekmatdoost A, Ferns G. Effect of a pro- biotic and metformin on liver aminotrans- ferases in non-alcoholic steatohepatitis: A double blind randomized clinical trial. Int J Prev Med 2013;4:531-7.
  • 23. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 23 Figura 1. Abundancia relativa de microbiota humana Bacteroides vulgatus Faecalibacterium prausnitzii Echerichia coli Bacterorides uniformis Blautia obeum Parabacteroides distasonis Fusicatenibacter saccharivorans Bacteroides cellutosilyticus Bacteroides ovatus Anaerostipes hadrus Bacteriodes xylanisolvens Roseburía faecis Collinsella aerofaciens Bacteroides thetaiotaomicron Bacteroides caccae Bifidobacterium longum Parabacteroides merdae Bifidobacterium adolescentis Bacteroides dorci Dorea longicatena Relative abundance (%) 8. APÉNDICE FIGURAS
  • 24. Gastroenterología en adultos 24 Figura 2. Definiciones ómicas NIVELES DE ANÁLISIS DEFINICIÓN MÉTODO DE ANÁLISIS Genoma Conjunto completo de genes de un organismo o sus organelas. Secuenciación sistemática del ADN Transcriptoma Conjunto completo de moléculas de ARN men- sajero presente en una célula, tejido u órgano. -Hibridización -SAGE (análisis seriado de la expresión de genes) -Microplataformas de ADN Proteoma Total de moléculas proteicas presen- tes en una célula, tejido u órgano. -Electroforesis bidimensional -Microplataforma de péptidos Metaboloma Conjunto completo de metabolitos (intermediarios de bajo peso molecu- lar) en una célula, tejido u órgano. -Espectroscopia con luz infrarroja -Espectroscopia de masa -Espectroscopia con resonancia magnética Figura 3. Enterotipos de la microbiota humana
  • 25. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 25 Figura 4. A. Factores que alteran la microbiota B. disbacteriosis en enfermeda- des como IBD, enterocolitis necrotizante y diabetes mellitus vs. sujetos sanos Figura 5. Enfermedades asociadas a intestino permeable
  • 26. Gastroenterología en adultos 26 Figura 6. Participación de la microbiota en el metabolismo de carbohidratos Figura 7. Faecalibacterium prausnitzii produce moléculas antinflamatorias, Bacteroides fra- gilis, produce polisacárido A, que inhibe interleukina 17, y Lactobacillus paracasei produ- ce la proteasa lactocephina, que inhibe la proteína 10, que es reclutadora de linfocitos.
  • 27. Microbiota intestinal y el papel de los probióticos 27 Figura 8. Trasplante fecal de ratones obesos a ratones li- bres de gérmenes. Eficaz trasplante de fenotipo.
  • 28. Gastroenterología en adultos 28 Figura 9. Metaanálisis de Muhan de L. reuteru gastrus en erradicación de H. pylori