1. 7 al 12 de agosto 2017
COMENTARIOS ............................................................................................................2
José María Castillo: "El uso pastoral que la Iglesia ha hecho de la muerte ha
sido el abuso del miedo".......................................................................................2
José Antonio Pagola: En medio de la crisis.......................................................3
REFORMAS ...................................................................................................................4
Rita Ferrone: What Historians Will Say about Francis.....................................4
Antonio Aradillas, Se compran "milagros" .........................................................6
MENSAJES ....................................................................................................................8
"Donde hay un hombre o una mujer que sufre, Jesús quiere su recuperación,
su puesta en libertad"............................................................................................8
AMÉRICA LATINA......................................................................................................10
Poli reprocha en San Cayetano que "se cierren las puertas del corazón de
los que debieran dar empleo digno" .................................................................10
"Nos parece preocupante que la visita del Papa a Chile sea un cierto nuevo
respaldo al obispo Barros"..................................................................................12
Rosa Chávez: "Tenemos una deuda con los mártires de la guerra"...........14
Martínez de Aguirre confirma que el Papa se reunirá con pueblos indígenas
en Puerto Maldonado ..........................................................................................15
OTROS ..........................................................................................................................16
Theologian on the ropes: The integrity of then Cardinal Joseph Ratzinger
comes under scrutiny. The troubling case of Jacques Dupuis .....................16
Irish teenagers just don't 'do religion': Will Pope's Dublin visit bring renewal
of faith to young catholics ...................................................................................20
2. COMENTARIOS
José María Castillo: "El uso pastoral que la Iglesia ha hecho de la muerte
ha sido el abuso del miedo"
"El 'pecado original' no es pecado alguno y el 'Infierno' no existe"
"La ha usado para obtener la sumisión de la gente a la normativa moral y
sacramental"
10 de agosto de 2017
(José Mª Castillo).- En la primera semana de agosto, se ha celebrado en Italia
una importante Semana de Estudios Bíblicossobre un tema que siempre tiene
la máxima actualidad y que, sin embargo, no se suele analizar a fondo. Me
refiero al tema de la muerte.
No la muerte de los demás, sobre todo si son víctimas de la violencia o la
injusticia. En tal caso, el problema de la muerte se analiza como problema social,
político o jurídico. Lo cual, sin duda alguna, es uno de los asuntos más
urgentes y más graves que tenemos que afrontar en este momento. Esto es un
hecho indiscutible.
Pero también es un hecho que la muerte personal -de la que nadie se escapa-
es un tema que cada cual suele afrontar en su intimidad secreta, pero en la que
poca gente piensa, compartiendo su pensamiento con otros, a no ser cuando
vamos al médico, para un problema serio, o cuando tenemos que ir al cementerio
para dar el pésame por la muerte de un pariente o un amigo.
La Semana a la que me refiero -y en la que he tenido la suerte de participar- ha
sido organizada en el Centro de Estudios Bíblicos "G. Vannucci", con sede en
Montefano (Maccerata), no lejos de Ancona. Asistencia más que plena, con
gentes venidas de toda Italia, desde Sicilia a Trieste o Génova. Señal indiscutible
de que el problema de la muerte nos preocupa a todos. ¿Qué ha dicho y qué
dice la religión sobre este asunto?
El fundador y director del Centro de Estudios Bíblicos de Montefano, Alberto
Maggi, ha estado (hace poco) a las puertas de la muerte durante meses. En él,
la vida ha sido (y es) más fuerte que la muerte. Fruto de su experiencia única, el
precioso libro L'ultima beatitutdine. La morte come pienezza di vita (Garzanti,
Milano).
Sobre el contenido de este libro, con la valiosa ayuda del profesor del
"Marianum", de Roma, el español (de Granada), Ricardo Pérez Márquez,
quienes hemos tenido la suerte de poder asistir a la Semana, de estudio y
reflexión sobre la muerte, hemos podido pensar a fondo en lo que ha sido y debe
ser el hecho de "tener que morir". Y esto, tanto en la vida de la Iglesia, como
sobre todo en la experiencia de cada uno de los creyentes en Jesús, el Señor.
Dado que yo me encontraba entre los asistentes, la amistad que me une a los
profesores de la Semana Bíblica, Alberto y Ricardo, me puso en la grata
obligación de exponer (brevemente) a los oyentes tres temas relacionados con
la muerte: el pecado original, el pecado personal, el infierno.
3. Por desgracia, el uso pastoral que la Iglesia ha hecho (tantas veces) de la
muerte, ha sido el abuso del miedo, que todos tenemos a morir, para obtener
la sumisión de la gente a la normativa moral y sacramental que la ley
eclesiástica impone a los fieles. No hace falta explicarlo. Todos lo hemos
soportado y sufrido.
Cuando en realidad, como bien dice Alberto Maggi, la muerte es "la plenitud
de la vida". No es el final. La "vida eterna", de la que tanto habla el Nuevo
Testamento, la tenemos ya, en esta vida, según la asombrosa e insistente
afirmación del cuarto evangelio. La muerte no puede ser el final. Es la última y
la más grande de todas las "bienaventuranzas" que nos dejó el recuerdo
genial de Jesús.
Y acabo resumiendo mi modesta aportación a la "Semana":
1) "Pecado original": no es pecado alguno, ni por semejante pecado entró la
muerte en el mundo (Rm 5, 12). La religión no puede convertir un mito (Adán y
Eva) en historia y menos aún en teología.
2) "Pecado personal": se ha explicado como "culpa", "mancha", "ofensa" (P.
Ricoeur). Pero, ¿puede el ser humano, inmanente, ofender al
Trascendente? "Sólo si actuamos contra nuestro propio bien" (Tomás de
Aquino).
3) "Infierno": no existe. Ni está definido como dogma de fe. Además, ¿puede
el absolutamente Bondadoso ser, a la vez, absolutamente castigador
eternamente, o sea sin otra posible finalidad que hacer sufrir? Si creemos en el
Infierno, no podemos creer en Dios.
La muerte da que pensar. Para el creyente, es una fuente inagotable de
esperanza y felicidad, ya poseída y lograda.
José Antonio Pagola: En medio de la crisis
Reflexión dominical
"La purificación que necesitamos"
10 de agosto de 2017
(José Antonio Pagola).- No es difícil ver en la barca de los discípulos de Jesús,
sacudida por las olas y desbordada por el fuerte viento en contra, la figura de la
Iglesia actual, amenazada desde fuera por toda clase de fuerzas adversas, y
tentada desde dentro por el miedo y la mediocridad. ¿Cómo leer nosotros este
relato evangélico desde una crisis en la que la Iglesia parece hoy naufragar?
Según el evangelista, "Jesús se acerca a la barca caminando sobre las aguas".
Los discípulos no son capaces de reconocerlo en medio de la tormenta y la
oscuridad de la noche. Les parece un "fantasma". El miedo los tiene
aterrorizados. Lo único real para ellos es aquella fuerte tempestad.
Este es nuestro primer problema. Estamos viviendo la crisis de la Iglesia
contagiándonos unos a otros desaliento, miedo y falta de fe. No somos
capaces de ver que Jesús se nos está acercando precisamente desde el interior
de esta fuerte crisis. Nos sentimos más solos e indefensos que nunca.
4. Jesús les dice las tres palabras que necesitan escuchar: "¡Ánimo! Soy yo. No
temáis". Solo Jesús les puede hablar así. Pero sus oídos solo oyen el estruendo
de las olas y la fuerza del viento. Este es también nuestro error. Si no
escuchamos la invitación de Jesús a poner en él nuestra confianza incondicional,
¿a quién acudiremos?
Pedro siente un impulso interior y sostenido por la llamada de Jesús, salta de la
barca y "se dirigehacia Jesús andando sobre las aguas". Así hemos de aprender
hoy a caminar hacia Jesús en medio de las crisis: apoyándonos no en el poder,
el prestigio y las seguridades del pasado, sino en el deseo de encontrarnos
con Jesús en medio de la oscuridad y las incertidumbres de estos tiempos.
No es fácil. También nosotros podemos vacilar y hundirnos, como Pedro. Pero,
lo mismo que él, podemos experimentar que Jesús extiende su mano y nos salva
mientras nos dice: "Hombres de poca fe, ¿por qué dudáis?".
¿Por qué dudamos tanto? ¿Por qué no estamos aprendiendo apenas nada
nuevo de la crisis? ¿Por qué seguimos buscando falsas seguridades para
"sobrevivir" dentro de nuestras comunidades, sin aprender a caminar con fe
renovada hacia Jesús en el interior mismo de la sociedad secularizada de
nuestros días?
Esta crisis no es el final de la fe cristiana. Es la purificación que
necesitamos para liberarnos de intereses mundanos, triunfalismos engañosos
y deformaciones que nos han ido alejando de Jesús a lo largo de los siglos. Él
está actuando en esta crisis. Él nos está conduciendo hacia una Iglesia más
evangélica. Reavivemos nuestra confianza en Jesús. No tengamos miedo.
19 Tiempo ordinario - A
(Mateo 14,22-33)
13 de agosto 2017
REFORMAS
Rita Ferrone: What Historians Will Say about Francis
It Won't Be about Francis vs. the Bishops
Commonweal, August 7, 2017
A recent column by Ross Douthat in the New York Times (“Pope Francis’
Next Act” July 15, 2017) tags the issue of communion for the divorced and
remarried as the “great controversy” of the past two years of the Francis
pontificate. He says it has reached “a stalemate,” with Francis on the one side,
and “bishops the world over” on the other. Now that Cardinal George Pell has
gone to Australia to face sex abuse charges, and Cardinal Gerhard Mueller’s term
as Prefect of the CDF has not been renewed, and Cardinal Meisner has died,
and Cardinal Angelo Scola has retired from the Archdiocese of Milan, Douthat
worries that “resistance to Francis in the highest reaches of the hierarchy” is
eroding. What will be the “next act” of the “drama” of this “liberal pope”?
5. I hope the readers of the New York Times take Douthat’s analysis with a
grain of salt. First of all, I think that history will look on Pope Francis’s post-
synodal exhortation Amoris Laetitia (2016) as a very modest gesture toward a
more humane pastoral approach to marriage, not a great standoff between Pope
Francis and his bishops. The kind of flexibility and accompaniment recommended
by the Pope is not outside the scope of church teaching. Anxiety about rules-
making and rules-keeping has magnified the controversy over communion
(something which has always been subject to discernment in the “internal forum”)
far beyond its actual weight. All that Pope Francis has done is to affirm that the
pastoral people who are exercising faithful judgment and extending mercy in
individual circumstances with the divorced and remarried are right to do so. The
fact that some prelates are having a hard time with this makes it their drama, not
the Pope’s.
Second, it is far from clear that “bishops the world over” are opposed to Amoris
Laetitia.They actually shaped this document to an extraordinary degree, through
the dialogical process that led up to it. Pope Francis quotes from their
interventions in the Synod on the Family generously throughout. The Synod was
preceded by widely-used questionnaires, and included extensive discussion
which has been commonly acknowledged as open. Bishops took advantage of
this atmosphere of openness to share their experiences and shape the results. A
wide range of issues appears in Amoris Laetitia. Most of the apostolic exhortation
isn’t even about divorce!
The few who were unhappy with Francis have lost no time in making their
feelings known, it’s true. A group of thirteen bishops wrote to Francis during the
Synod, voicing concern that teaching on marriage might be weakened. After the
Synod was over, four cardinals put their objections-challenges in the form of
“dubia”—yes or no questions—which they sent to Francis. Later, one of them
(Cardinal Raymond Burke) threatened to censure Pope Francis for heterodoxy.
Because antipathy to Francis among conservatives enjoys a particularly big
megaphone on the internet, it may seem as though there is a lot of opposition out
there, but look at the numbers. There were more than 230 participants in the
Synod. Many of the bishops at the Synod represented whole episcopal
conferences, and have since returned to their conferences with a mandate to
respond more pastorally to the needs of families. The alarm over Francis’s
supposed lapse in orthodoxy over one point concerning the divorced is
proceeding from… four cardinals? The dubia cardinals were not granted an
audience with the Pope to press their case, and they were even severely
reprimanded by other prelates when their initiative came to light. They certainly
do not represent “bishops the world over.”
How ought we to evaluate the last two years of Francis’s pontificate? I think
it much more likely that his encyclical on the environment, Laudato si’ (2015),
will be what historians remember from this time as a landmark achievement.
Previous popes have spoken about the earth and ecology, but not like this.
Francis has raised the subject to a new level of prominence, and at the same time
tied it to the tradition of social encyclicals that have a firm base within Catholic
teaching. The issues addressed in that encyclical are not going away any time
soon, either. Future generations will read this encyclical as prophetic.
Pope Francis’s public and persistent defense of migrants and refugees has also
placed the Church in the fray of a very present crisis in Europe. This is another
problem that is not going away any time soon, and is linked to war and
6. environmental devastation. How the Church responds to this ongoing crisis is
going to make a great difference to its witness in the world, and Pope Francis is
taking a strong lead. To talk about the “great act” of the past two years as though
Francis has done nothing especially noteworthy aside from arguing with a few
conservative cardinals about communion is to miss some of the most important
things he has done.
Pope Francis’s Year of Mercy underscored the most basic point that shines
through all these initiatives: we must show mercy to others. As for the “next act,”
it’s no mystery. If Synods are considered a “drama,” we already know what the
next act will be: the Synod on Young People, the Faith, and Vocational
Discernment is scheduled for October 2018.
Antonio Aradillas, Se compran "milagros"
¿Dios hace excepciones a la naturaleza?
"En el Vaticano no se da nada gratis, sino que se cobra y se recibe, sin más"
10 de agosto de 2017
(Antonio Aradillas).- Después de meditada, prolija y comprometida reflexión,
expertos en temas eclesiales llegaron, y llegan, a conclusiones ciertamente
inéditas y sorprendentes para el mismo pueblo de Dios.
Vaya por delante que, en la mayoría de los casos, y salvo insanas excepciones,
sus intenciones son sistemáticamente limpias y transparentes, sin que les pase
por el pensamiento dañar o deteriorar el entorno de santidad en el que se
enmarcan personas, acciones y ministerios de por sí sagrados. Aseguro que, de
la institución como tal, así como de sus representantes, aunque con las
limitaciones propias de las criaturas de Dios, fueron y son argumentos y razones
que motivaron las denuncias de hechos concretos.
Y una de las esferas-espacios en los que estos anidan y se concentran, es en el
Vaticano, en su nombre, alrededores y entornos, con reiterada mención a
cuanto suene a dinero. La conclusión es así de concluyente y escueta: en
recintos y relaciones teóricamente tan hagiográficas y "bienaventuradas", es
posible comprar y vender todo, o casi todo.
De entre el largo listado de objetos-sujetos fungibles, se pone el acento en las
bulas, indulgencias, misas, reliquias y relicarios, objetos de piedad y de culto,
favores de santos, oficios y "beneficios", audiencias privadas, "bendiciones"
en su variedad de materias y precios correlativas a matrimoniales, bautismos,
primeras comuniones, bodas de plata, de oro y de otros preciosos metales,
declaraciones de procesos de nulidades, beatificaciones y canonizaciones,
mitras y capelos...
Sin exageración alguna, testigos presenciales y documentados, llegaron ya a
hacer pública la expresión de que "en el Vaticano no se da nada gratis, sino
que se cobra y se recibe, sin más". Estos mismos testigos explican la dificultad
existente al intentar averiguar si tales operaciones dinerarias se efectúan con o
sin IVA, así como quién o quienes son sus receptores, normalmente eximiendo
de la responsabilidad directa al Romano Pontífice, a no ser en alguna fracción
de desconocimiento, pudiendo y debiendo estar enterado de ello.
7. La lectura del libro Roma veduta. Monseñor se desnuda de Celso
Alcaina alerta acerca de cómo y de qué modo tan sorprendente, también los
procesos de beatificación-canonización están inficionados "por el bajo y
vil metal del dinero".
Atentos a la historia eclesiástica, en esta se refiere que en todo su primer
milenio, solo el pueblo-pueblo creyente era quien elevaba "al honor de los
altares" a cuantas personas se hubieran distinguido como ejemplos de vida y
posibles mediadores ante Dios. Fue en el siglo XIII cuando la Curia Romana
intervino directamente en tal menester, asumiéndolo en exclusividad el Papa
Sixto IV en el año 1588, con la creación del correspondiente dicasterio u
organismo que se conocería como "Congregación para la Causa de los
Santos".
Dato curioso, digno de análisis y consideración, es el de que durante el
pontificado del Papa Juan Pablo II, fueron elevados "al honor de los altares",
más santos y santas que los beatificados y canonizados por los demás Papas
en la historia de la Iglesia. Al estar establecida en los procesos la necesidad de
la comprobación de habérseles atribuido a cada uno de ellos uno o dos milagros,
cientos y cientos de estos debieron haber sido analizados y sancionados como
tales, durante el pontificado de Wojtyla.
Con elementos de juicio como estos, el pueblo fiel, y no tan fiel, hoy un poco más
ilustrado en materias religiosas, que lo estuviera en tiempos medievales,, tiene
derecho a formular "a quien corresponda" un puñado de preguntas, que habrán
de ser respondidas en virtud del deber que justifica haber aceptado sus cargos
y sus ministerios.
De entre ellas destaco las siguientes: ¿Qué es de verdad un milagro o "acto
de poder divino, superior al orden natural y a las fuerzas
humanas"? ¿Cuantos milagros son, se registran y sancionan como
"milagrerías"? ¿Es posible que los mismos profesionales que los dan y
reconocen como tales, no crean que la mayoría de los llamados milagros resultan
demasiado chocantes y paranormales? ¿Estudiaron antes de afirmar y firmarlos,
la verdadera capacidad de las fuerzas naturales y de la conexión con la persona
aspirante a santo a quien se le habría de atribuir? ¿Es aceptable que Dios haga
excepciones y discrimine normalmente a los pobres y a las personas
anónimas, imposibilitados para encomendarse a los canonizables, dado que no
tuvieron referencia alguna, por falta de medios económicos?
¿En qué proporción la noticia de los posibles milagros dependería de la
publicidad invertida por Órdenes Religiosas, por colectivos o patrocinadores
de los nuevos santos o santas? ¿Acaso Dios estaría dispuesto a imponerles
excepciones a las leyes de la naturaleza, solo en determinados casos concretos,
dependiendo estos de la decisiónde los médicos, o de los benditos o interesados
miembros de la vaticana "Sagrada Congregación para la Causa de los
Santos? ¿Por qué Dios habría de favorecer a una persona entre tantas, y a
consecuencia de que ella, o los suyos, contaran con dinero? Los
términos injusticia, inmoralidad y blasfemia, rondarían posiblemente las
respuestas que muchos ofrecieran, aún con la más cándida y ritual de las
intenciones.
Así las cosas, exactamente lo referente a las beatificaciones y canonizaciones
es -debiera ser- preocupación preferente en la reforma de la Iglesia del papa
Francisco.
8. MENSAJES
"Donde hay un hombre o una mujer que sufre, Jesús quiere su
recuperación, su puesta en libertad"
"Dolor" del Papa por la violencia en Nigeria y República Centroafricana
"El Hijo de Dios es crucificado sobre todo porque quiere la liberación total del
corazón humano"
Cameron Doody, 09 de agosto de 2017
(C.D.).- Reflexión conmovedora del Papa Francisco la mañana de este miércoles
en la audiencia general, sobre la "simpatía de Jesús por los excluidos, los
'intocables'". "Jesús comparte el dolor humano", ha explicado el pontífice, "y
cuando lo encuentra, de su interior irrumpe la actitud que caracteriza al
cristianismo: la misericordia". Ha recordado también con "profundo dolor" los
católicos asesinados en un templo en Nigeria, víctimas de un crimen
"vergonzoso", y los afectados por las "violencias homicidas" en la República
Centroafricana.
Algunas frases de la catequesis del Papa
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hemos escuchado la reacción de los invitados de Simón el fariseo: "¿Quién es
éste, que también perdona pecados?"
Jesús acaba de hacer un gesto impactante. Una mujer de la ciudad, conocida
por todos como una pecadora, entra en casa de Simón.Se ha plegado a los pies
de Jesús y vierte sobre ellos un aceite perfumado
Todos sentados en la mesa susurran: Si Jesús es un profeta, no debe aceptar
este tipo de gestos y a una mujer así
De acuerdo con la mentalidad de la época, entre el santo y el pecador, entre lo
puro y lo impuro, la separación tenía que ser clara
La actitud de Jesús es diferente. Desde el comienzo de su ministerio en Galilea,
Él se acerca a los leprosos, los poseídos, a los enfermos y a los marginados
Tal conducta no era en absoluto habitual
Tanto es así que esta simpatía de Jesús por los excluidos, los "intocables", será
una de las cosas que desconciertan a sus contemporáneos
Donde hay una persona que está sufriendo, Jesús se encarga de ello, y el
sufrimiento se convierte en el suyo
Jesús no predica que la condición de pena deba ser soportada con heroísmo, a
la manera de los filósofos estoicos
Jesús comparte el dolor humano, y cuando lo encuentra, de su interior irrumpe
la actitud que caracteriza al cristianismo: la misericordia
Jesús tiene compasión. Literalmente, Jesús siente que sus entrañas se
estremecen
Cuántas veces en los Evangelios encontramos este tipo de reacciones. El
corazón de Cristo se encarna y revela el corazón de Dios
9. Donde hay un hombre o una mujer que sufre, Jesús quiere su recuperación, su
puesta en libertad, su vida completa
¿Cuántas personas aún hoy continúan en una vida equivocada porque no
pueden encontrar a nadie dispuesto a mirarlos de una manera diferente, con los
ojos, o más bien, con el corazón de Dios, que miran con esperanza?
Jesús, sin embargo, ve la posibilidad de resurrección incluso en aquellos que
han acumulado tantas malas decisiones
A veces se nos olvida que para Jesús no fue un amor fácil, barato
Algunos de los escribas de la época se sorprendieron por las palabras de Jesús,
que sonaban a blasfemia, porque sólo Dios puede perdonar pecados
Nosotros, los que estamos acostumbrados a experimentar el perdón de los
pecados -tal vez demasiado "barato"- nos debemos acordar de lo que costó el
amor de Dios
Jesús va a la cruz porque cura a los enfermos, porque predica caridad, porque
proclama las bienaventuranzas
El Hijo de Dios es crucificado sobre todo porque perdona, perdona los pecados,
porque quiere la liberación total, en última instancia, del corazón humano
Los pecadores son perdonados. No sólo se calman en un nivel psicológico,
porque se liberan de la culpa
Jesús hace mucho más: ofrece a las personas que han hecho mal la esperanza
de una nueva vida, una vida marcada por el amor
Es bueno pensar que Dios no escogió a gente que nunca se equivocaba para
formar su Iglesia
La Iglesia es un pueblo pecador que experimenta la misericordia y el perdón de
Dios
Hermanos y hermanas, somos todos pobres pecadores, necesitados de la
misericordia de Dios que tiene el poder de transformarnos y que nos da
esperanza, todos los días
A las personas que entienden esta verdad básica, Dios da la misión más bella
del mundo: el amor a nuestros hermanos y hermanas, y el anuncio de una
misericordia que Él no niega a nadie. Esta es nuestra esperanza
Vayamos hacia adelante confiados en el amor misericordioso de Jesús
10. Resumen de la catequesis y saludo del Papa a los peregrinos de lengua
española
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy reflexionamos sobre el perdón como motor de nuestra esperanza. Jesús en
el Evangelio, con corazón misericordioso, se conmueve ante el dolor de los que
sufren y sale al encuentro de los pecadores.
La cercanía del Señor hacia los descartados, especialmente hacia los
pecadores, recibió las críticas de sus coetáneos, que lo tacharon de blasfemo
por arrogarse el poder de perdonar pecados. Ante esta incomprensión, el Hijode
Dios murió en la cruz para perdonar nuestras faltas y para que podamos ser
auténticamente libres.
La Iglesia no se formó por hombres intachables, sino por personas que pudieron
experimentar el perdón de Dios. Pedro aprendió más de sí mismo cuando cayó
en la cuenta, al cantar el gallo, de que había renegado a su maestro, que cuando
se mostraba superior a los demás con sus ímpetus y formas espontáneas.
También Mateo, Zaqueo y la Samaritana, pese a sus fallos, recibieron del Señor
la esperanza de una nueva vida al servicio del prójimo.
Hermanos, todos estamos necesitados de la misericordia de Dios, una fuerza
que nos transforma y nos devuelve cada día la esperanza.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular los
grupos provenientes de España y Latinoamérica. Veo que hay españoles,
panameños, colombianos, mejicanos, cuanto latinoamericano hay hoy. Los
exhorto a ser testigos de ese amor en mediode los hermanos y anunciadores de
la misericordia que el Señor no niega a nadie. Que Dios los bendiga.
AMÉRICA LATINA
Poli reprocha en San Cayetano que "se cierren las puertas del corazón de
los que debieran dar empleo digno"
Si bien "la providencia de Dios siempre nos gana en generosidad"
Miles de fieles acuden al santuario de Liniers reclamando "paz, justicia e
igualdad"
C. Doody/Aica, 07 de agosto de 2017
(C.D./Aica).- "Aunque se cierran las puertas del corazón de los hombres que
debieran dar empleo digno, el santo del trabajo... nos muestra que la providencia
de Dios siempre nos gana en generosidad". Ese es el núcleo del mensaje que el
cardenal arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, compartió este lunes
con los miles de fieles que acudieron al santuario de San Cayetano el día de su
fiesta, reclamando "paz, justicia e igualdad" al santo "amigo de los trabajadores".
11. El primado de la Argentina presidió la misa central de la fiesta en el santuario del
barrio porteño de Liniers, donde destacó la generosidad "sin límite" de los
argentinos y valoró la riqueza espiritual del pueblo.
"La verdadera riqueza de nuestra pueblo es la espiritual, la que nos hace
solidarios con los demás, la que nos mantiene de pie ante las pruebas y
postergaciones, con una fe y una esperanza que no se quiebran ante las
injusticia y las humillaciones", subrayó ante miles de peregrinos.
"El espiritual es el verdadero tesoro de nuestro pueblo, que debemos cuidar
porque de eso depende nuestra esperanza, nuestro deseo de seguir adelante a
pesar de todo, a pesar de todo", agregó.
El cardenal Poli aseguró que "aunque se cierran las puertas del corazón de los
hombres que debieran dar empleo digno, el santo del pan y del trabajo nos abre
las puertas del santuario y nos muestra que la providencia de Dios siempre
nos gana en generosidad".
El purpurado porteño fundamentó su homilía en la importancia de agradecer los
dones recibidos, y en valorar el sacrificio de pobres y humildes a la hora de
dar y entregarse por el otro.
"Peregrinos que pasan delante del santito, después de horas de espera y de
cola, ya esa es una ofrenda grande a los ojos de Dios, porque hay una entrega
de tiempo, cansancio, fe y oración. Algunos hacen ofrendas de víveres y
dinero. La generosidad de nuestro pueblo no tiene límites, todos vienen a
renovar la esperanza y la confianza en el santo de la Providencia, como lo
llamaba la beata Mama Antula, a quien le debemos esta devoción los
argentinos", recordó.
El cardenal Poli afirmó que "los pobres y los humildes saben de estas cosas y
por eso están aquí haciendo el sacrificio de horas y de colas para encontrarse
con el que sabe escuchar de veras. Vaya si sabe escuchar San Cayetano".
Al finalizar la misa, el purpurado recorrió las dos filas que se hacen para entrar
al santuario de Cuzco 150 y bendijo a los peregrinos como lo hacía su antecesor
el hoy Papa Francisco.
Miles de fieles pasaron por el santuario de Liniers, donde la fiesta en honor
del santo de la Providencia lleva por lema "San Cayetano, amigo de los
trabajadores, danos paz, justicia e igualdad".
12. Monseñor Juan Carlos Ares, obispo auxiliar de Buenos Aires, fue quien abrió las
puertas del templo a la medianoche en medio del tañido de campanas y fuegos
de artificio, y luego bendijo a los peregrinos.
Delia Noris fue la primera, como hace más de 30 años, en ingresar y recorrer de
rodillas el trayecto desde el pórtico del templo hasta el lugar donde está
emplazada la imagen del santo. Esta vez lo hizo con un cartel con la
frase: "Trabajo para todos los argentinos".
"Nos parece preocupante que la visita del Papa a Chile sea un cierto nuevo
respaldo al obispo Barros"
Danilo Andrade, laico osornino, ve "inaceptable" que no haya renunciado
"Es injusto que no se escuche el clamor ciudadano que pide algo esencial como
es su salida"
Danilo Andrade Barrientos, 07 de agosto de 2017
(Danilo Andrade Barrientos, laico ignaciano de Osorno, en RyL).- Causó cierto
impacto mediático el anuncio oficial de que el Papa Francisco visitará Chile y
Perú en enero próximo. Hay interrogantes y también preocupación ante este
importante acontecimiento; porque en la diócesis de Osorno permanece un
obispo impuesto que causa grave división y confusión en un amplio sector
ciudadano por haber sido cómplice de Fernando Karadima, uno de los
sacerdotes que más daño ha causado a la Iglesia Católica chilena por sus actos
reñidos con la moral y por los abusos sexuales cometidos durante años.
Ciertamente y con razón, todo el país se conmocionó al saber que Fernando
Karadima practicó diversos abusos sexuales y otros en forma impune por años.
Además, fue un personaje influyente por décadas en el sigiloso proceso de
nombramientos de nuevos obispos para Chile. Desde la parroquia El Bosque y
rodeado de una selecta élite eclesial, política y empresarial, ayudó al nuncio de
la época, Angelo Sodano, a redibujar el perfil y el accionar del
episcopado hacia posiciones del todo conservadoras y distantes del Concilio
Vaticano II.
En este contexto y bajo diversos matices y estrategias, se nombraron varios
obispos que salieron de la "cantera del P. Karadima", tuvieron "su formación
espiritual" y muchos de ellos -presbíteros y obispos- posteriormente, le
defendieron de las fundadas acusaciones, algunos incluso llegaron hasta
Roma para intentar detener el juicio canónico que se abrió en la Congregación
para la Doctrina de la Fe. Pero, eran de tal contundencia los escritos acusadores
que, finalmente, la Santa Sede condenó a Fernando Karadima por abuso
sexual y psicológico reiterado en contra de varios jóvenes seminaristas que
vivían su vocación religiosa y cumplían con su diaria rutina en la parroquia.
Desde la ciudad de Osorno, escandalizada por todos estos acontecimientos, han
sido innumerables los actos, vigilias, acciones no violentas y declaraciones en
que hemos pedido una y otra vez que salga del obispado don Juan Barros
Madrid. Tanto por ser un obispo impuesto, como por haber callado los ilícitos
criminales, pues él sabía de los abusos de Karadima y no los denunció. Más
13. aún; es uno de los que viajó a Roma para alegar en beneficio del hoy abusador
sexual recluido en un recinto eclesiástico de por vida.
Por estos hechos de por sí graves, ya que estamos hablando de una de las
perversidades humanas más detestables, como es la pederastia, a miles de
personas nos parece preocupanteque la próxima visita del Papa a Chile sea
un cierto nuevo respaldo al obispo Barros.
Nos parece injusto que no se escuche el clamor ciudadano que pide algo
esencial y conveniente para todos, en primer lugar, para la Iglesia Católica que
registra en Chile una enorme baja en la percepción ciudadana de
credibilidad. Como nunca la Iglesia está cuestionada y sumida en una larga
crisis de liderazgo, precisamente, porque está golpeada por los abusos sexuales,
siendo los casos más dolorosos e indignos los de Karadima y O'Reilly. Y, para
colmo, ambos abusadores permanecen en el presbiterio, es decir; siguen siendo
parte de la Iglesia. Esto es, francamente, inaceptable y contradictorio con lo
que el propio Santo Padre dice y pide desde Roma.
Con todo, nos asiste la esperanza de que se produzca un cambio en nuestra
diócesis de Osorno. En este contexto, cómo no recordar la reciente visita del P.
Felipe Berríos a nuestra ciudad. Pudimos compartir, reflexionar y soñar una
Iglesia más cercana, acogedora, dialogante y sin manchas que afecten su praxis
misionera, tal como lo señalan las enseñanzas de Jesús el Nazareno.
También, agradecemos muy sinceramente su palabra libre, solidaria y
comprometida con nuestra justa causa cuando señaló, acá en Osorno, clara y
públicamente que: "Juan Barros es el punto que genera el conflicto: lo ideal sería
que renuncie ahora, por amor a la Iglesia y a su misma vocación. No se
14. empequeñecerá si renuncia, al contrario, seguirá siendo obispo hasta su muerte,
pero que renuncie a su ejercicio le hará bien a todos...".
Rosa Chávez: "Tenemos una deuda con los mártires de la guerra"
Peregrinación por el centenario de Romero
"Debemos comenzar a pagarla cuanto antes y a rescatar su memoria"
Redacción, 08 de agosto de 2017
El cardenal de El Salvador, Gregorio Rosa Chávez, dijo este lunes que la Iglesia
debe recuperar la memoria de cientos de campesinos asesinados durante
la guerra civil (1980-1992) por divulgar la fe católica.
"Tenemos una deuda que debemos comenzar a pagar cuanto antes:
estamos obligados, por gratitud a Dios y por amor a la verdad, a rescatar la
memoria de cientos de mártires anónimos, la mayoría humildes campesinos",
señaló Rosa Chávez durante la homilía de una misa con la que se dio cierre a
las festividades patronales de San Salvador.
Ante cientos de fieles en el frontispicio de la Catedral Metropolitana, el cardenal
salvadoreño señaló que estas personas, asesinadas principalmente por los
fuerzas militares, "nunca se mancharon las manos de sangre durante los
años de la guerra".
Aseguró que "la tarea no es fácil" porque el término es utilizado para recordar
a quienes "empuñaron las armas y murieron en busca de un ideal", en referencia
a los caídos de la exguerrilla, ahora en el poder como partido político, lo que lo
hace "incomodó para buena parte de la población".
El jerarca también recordó que entre el 11 y 13 de agosto realizarán una
peregrinación de más de 140 kilómetros desde San Salvador hasta Ciudad
Barrios en conmemoración del centenario del nacimiento del beato
monseñor Óscar Arnulfo Romero.
La tarde del sábado, una multitudinaria procesión marcó el clímax de las fiestas
patronales de la capital salvadoreña, dedicada al legado de los "mártires"
católicos que dejó la guerra civil en su país.
Los devotos no perdieron la oportunidad de recordar con vítores y pancartas a
dos de sus sacerdotes más queridos y víctimas de los escuadrones de la muerte
por sus prédicas contra la represión estatal y la violencia: Romero y el
cura Rutilio Grande.
Las festividades en honor al Divino Salvador del Mundo, patrono de San
Salvador, son las más importantes del país, donde la actividad gubernamental
se paraliza entre el 1 y el 6 de agosto, mientras que el sector privado lo hace los
días 3, 5 y 6 del mes.
Los jerarcas católicos de El Salvador esperan que unos 500 religiosos,
asesinados antes y durante la guerra civil, sean declarados mártires,
porque "dieron la vida por su fe", según dijo el arzobispo de San Salvador,
José Luis Escobar Alas, en marzo de 2015.
(RD/Agencias)
15. Martínez de Aguirre confirma que el Papa se reunirá con pueblos
indígenas en Puerto Maldonado
El encuentro será el 19 de enero, cuando Francisco visite la Amazonía
La trata de personas o la explotación de recursos naturales, los temas que
tratarán con él
CAAAP, 08 de agosto de 2017
(CAAAP).- El Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, en Perú, que será
anfitrión de la visita del Papa Francisco a la parte amazónica del país, en enero
de 2018, confirmó la realización de un encuentro del Papa con los pueblos
indígenas de la Amazonía peruana.
La noticia la dio a conocer, el domingo último, David Martínez de Aguirre
Guinea, obispo de Puerto Maldonado (región Madre de Dios), en un encuentro
con misioneros y misioneras del Vicariato Apostólico de San José del Amazonas,
que se desarrolla en el distrito de Punchana, provincia de Maynas, región Loreto.
"El Papa Francisco tendrá en Puerto Maldonado un encuentro expreso con
los pueblos indígenas y luego visitará una obra social", informó Martínez de
Aguirre. El encuentro tendrá lugar el 19 de enero, único día de su itinerario en
que el Papa tendrá la oportunidad de visitar la Amazonía.
Según explicó el obispo, en el marco de la visita, el Vicariato de Puerto
Maldonado realizará eventos los días 17, 18 y 19 de enero.
Los dos primeros días tendrán lugar varios foros y eventos de los propios pueblos
indígenas. También se tratarán las problemáticas de las comunidades
ribereñas, de la pastoral urbana y de la urbanización de la Amazonía. Asimismo,
el tema de las migraciones de indígenas a las ciudades de la selva y el tema de
los jóvenes. Estos eventos serán preparatorios a la visita del Papa.
El tercer día tendría lugar el evento central y se tendría todo listo para el diálogo
entre los pueblos indígenas y el Papa.
"Desde el momento que se ha anunciado la visita del Papa, los obispos
amazónicos nos hemos reunido para conversar y para tomar conciencia de que
esto nos involucra a todos", afirmó Martínez de Aguirre, quien hizo mención a
los graves problemas que afectan a la Amazonía y a sus pueblos.
"Se habla de trata de personas, de explotación de recursos naturales; si
hablamos de un sistema económico que deshumaniza y que genera exclusión,
si hablamos de todo lo que afecta el cambio climático y todo lo que afecta a la
destrucción de la naturaleza, todo acaba incidiendo en la vida de los más
pobres", explicó.
16. Añadió además que todo lo citado, a lo que se suma la desaparición de las
culturas, todo ese impacto concluye en la Amazonía.
En ese sentido, dirigiéndose a los misioneros del evento en Punchana, el obispo
de Puerto Maldonado pidió hacer sentir a las comunidades "esa ilusión de
que el Papa Francisco viene a visitarnos a la Amazonía y que se pregunten
por qué, para que tomemos conciencia de lo que pasa con ella".
Cabe recalcar que el encuentro en Punchana es organizado por el Vicariato
Apostólico de SanJosé del Amazonas, que tiene como obispo a monseñor Javier
Travieso. En la cita se vienen abordando temas relacionados a las problemáticas
de la Amazonía, en la parte noreste de Loreto y la respuesta de la Iglesia ante
ellas.
Los ocho vicariatos apostólicos de la Amazonía son el Vicariato de Puerto
Maldonado, el Vicariato de San José del Amazonas, el Vicariato de Pucallpa, el
Vicariato de Jaén, el Vicariato de Requena, el Vicariato de Yurimaguas, el
Vicariato de Iquitos y el Vicariato de San Ramón.
*El CAAAP es el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica.
OTROS
Theologian on the ropes: The integrity of then Cardinal Joseph Ratzinger
comes under scrutiny
The Tablet, 10 August 2017 | by Brendan Walsh , Jacques Dupuis
The troubling case of Jacques Dupuis
17. The integrity of Cardinal Joseph Ratzinger, later Pope Benedict XVI, comes
under scrutiny in the memoir of a distinguished theologian published this
week.
/ By Jacques Dupuis. / Introduced by Brendan Walsh
The story of the Belgian Jesuit Jacques Dupuis’ troubles with Cardinal Ratzinger
and the Congregation for the Doctrine of the Faith has been told many times. But
in conversations recorded before his death with Gerard O’Connell, the Rome
correspondent for the Jesuit journal America, Dupuis (upper picture) speaks for
the first time of the devastating personal impact made by the CDF’s attacks on
his work, and of his disgust at the way Cardinal Ratzinger defended an unjust
and dishonest inquiry.
Dupuis’ masterpiece, Toward a Christian Theology of Religious Pluralism, was
published to widespread acclaim in 1997. The following year, Dupuis was told by
the Jesuit Superior General, Fr Peter-Hans Kolvenbach, that the CDF had found
“serious errors” in his work. He was devastated, and his health broke down.
In January 1999, Cardinal Franz König, retired Archbishop of Vienna and a
prominent personality at the Second Vatican Council, defended Dupuis in an
article in The Tablet. A few weeks later, a defence of the actions of the CDF
appeared – also in The Tablet. It was written by Cardinal Ratzinger, and
expresses his “astonishment” and “sadness” at König’s article, and claims that
the CDF’s action “had consisted simply in sending some confidential questions
to Fr Dupuis and nothing more than that”.
Fr Dupuis’ hearing at the CDFwas eventually scheduled for 9.30 p.m. on Monday
4 September 2000. The previous weekend Dupuis had been sent a 15-page
Notification, along with the text of the hugely controversial CDF declaration
DominusIesus. Both documents had been officially approved by Pope John Paul
II. Dupuis was accompanied by Fr Kolvenbach and by his friend and advisor
Gerald O’Collins SJ; Cardinal Ratzinger sat in the middle; Archbishop Tarcisio
18. Bertone, secretary of the CDF, and Angelo Amato (as a CDF consultor) were
seated opposite. Dupuis takes up the story.
This meeting was the first time, after having lived in Rome 16 years by then, that
I met Cardinal Ratzinger and had the occasion to talk to him; it is, even today,
after more than 18 years in Rome, the only time that we have met. The meeting
was due to start at 9.30 a.m. In fact, Fr Kolvenbach, myself, and Fr O’Collins were
kept waiting in a small parlour for about half an hour before the other participants
showed up. The September Roman heat was oppressive in a room without
ventilation or air-conditioning. It lasted two full hours, without a coffee break – we
were told explicitly that coffee was not available – and was tense though polite.
Cardinal Ratzinger and his secretary opened the proceedings with some general
observations. The cardinal observed that the Notification did not prejudge my
“subjective thought” – whatever this expression might mean; it judged the book
at its face value and in its objective content.
The cardinal further remarked that at no time during the proceedings so far had I
expressed a wish to meet personally with someone on the staff of the
Congregation, which he interpreted as a sign of my agreement with its findings.
He congratulated himself on what he called the process of “dialogue” which had
been going on between the CDF and myself – whatever concept of dialogue
might be implied in the affirmation. He hoped that the session might end with an
agreement on both sides and my signature on the text of the Notification, thus
attesting my agreement with it.
Not much time was in fact spent on discussing which errors against the faith were
or were not actually contained in the book. The intervention made by Fr O’Collins
was not challenged with any explicit reference to the text, even while all
participants had in front of them a copy of its Italian edition. The consultor, Fr
Amato, was conspicuously silent, though his own negative evaluation and open
criticism of the book were well known, expressed as they had been publicly on
previous occasions.
Cardinal Ratzinger looked embarrassed by this silence on the part of the
accusation. Eventually he himself raised a question with regard to the alleged
incomplete nature of God’s revelation in Jesus Christ. I held that the “fullness” of
revelation in Christ does not and cannot “exhaust” the mystery of God. To which
the cardinal objected that, since the person who speaks in Jesus is a divine
person, it must be held that he reveals God completely and definitively.
My response was swift. I observed that divine revelation in Jesus has its source
in Jesus’ human consciousness of being the Son of God in a unique manner, not
in the divine self-knowledge, which is not communicated to Jesus’ human
intellect. To postulate a communication to Jesus’ human intellect of the divine
self-knowledge would smack – though this was not explicitly said – of
monophysitism. The cardinal left the matter at that and passed on to practical
questions.
The cardinal asked me whether I was disposed to sign the text of the Notification
as it stood. My answer was that I could not sign a Notification about my book in
which I was being accused of grievous errors against the faith, which were not
substantiated with references or quotations.
In a last resort the cardinal asked me whether I would be prepared to sign a
declaration stating that my book must be interpreted in the light of Dominus Iesus,
to be made public the next day. My answer this time was very circumspect; I
stated that such a request “was asking too much from me”.
19. The meeting thus came to an end after two hours and more tense discussion.
The Osservatore Romano carried no Notification on my book in September 2000.
A document already approved and ordered by the Pope for publication was thus
silently dropped – a rare happening, I suppose.
In December, Dupuis received a new, much shorter version of the Notification. It
spoke of “ambiguities” but no longer of doctrinal errors or heresy. Despite his
misgivings, he signed it. When it was finally published in February 2001, it
included a passage added without his knowledge. In his memoir, Dupuis reflects
on the way the affair had affected not only his health, but his relationship with the
Church:
I felt, and continue even today to feel, like a broken man who can never fully
recover from the suspicion, which the authority of my Church – a Church which I
love and have served during my whole life – has thrust upon me. The joy of living
has gone, perhaps never to return.
I had learnt that the Church is not the Roman Curia and its bureaucracy, the
Church is the people of God gathered in Jesus Christ and deriving its worth and
meaning from its Master and Lord. It is at once divine and human. We are the
Church, the depository of God’s blessings to the world in Jesus Christ, but we
carry this treasure in earthen vessels.
Nor did I hold the simple – too simple – distinction made by some official teaching:
the Church is all holy even though her members may be sinful. This distinction is
an implausible way of escaping from reality. I had experienced that the Church
itself is sinful, that some of its structures, including some of its central authority,
are sinful. That is why not only the members but also the Church itself is semper
reformanda. That faith made possible for me to remain deeply committed to the
Church which I loved in spite of what I was suffering at its hands.
We need to be convinced that we share at once in the Church’s holiness and
sinfulness, and that we are all responsible for improving through reform and
renewal the witness which it bears to the world in its structures as well as through
its members. Yet the sinfulness of some Church structures needs to be
denounced and corrected for its message to be credible.
One is surprised at the assurance with which Cardinal Ratzinger defends the total
fairness of these norms against every criticism from authorities in the philosophy
of law. The norms are established by the CDF for its own convenience and
protection, and are not likely to be repudiated without the Pope’s approval. Even
more than the injustice of these norms I would mention their impersonal and
inhuman, and therefore un-Christian, character.
I had lived in Rome for 15 years without any suspicion in a matter of doctrine,
when out of the blue it hit me that I had been under investigation for who knows
how long and that a Contestation of my work had been launched by the CDFafter
a consultation with consultors chosen for the purpose, and all of this under top
secrecy. I began to wonder for how long I had had a file at the CDF.
When I was informed about the case, I was not allowed to know who were my
detractors, much less anything about what appeared like a parody of a defence,
the consultor who would speak pro auctore – Karl Becker, it would seem – being
chosen by the cardinal prefect of the CDF without any reference to the accused.
The roles of prosecution, defence and the court that would pronounce judgment
were all combined in the same hands.
20. The members of the CDF who decided on the Contestation of the book had
already formally judged it to contain grievous errors, even before the case had
been heard. And so on. All personal contact was excluded till such time as I was
called for the tragic meeting of 4 September 2000, where my signature on a
Notification against my book was to be extorted from me under duress.
It was dishonest to add restrictions and threats to the second version of the
Notification, which I had signed under pressure, thus creating the myth that I had
agreed to a drastic curtailing of my freedom in speech and writing. To call all the
procedures a prolonged and friendly dialogue between the authorities of the CDF
and the author under trial was as trivial as it was dishonest, and it was hard to
believe that high officials at the Roman Curia – in particular Cardinal Ratzinger
himself – could indulge in public lies to hide the meanness of the procedure they
followed.
The CDF returned to the attack against Dupuis’ work in 2004. Too ill to face
another inquisition, Dupuis died on 28 December 2004, a few days after
celebrating 50 years of priesthood.
“Do Not Stifle the Spirit: Conversations with Jacques Dupuis SJ” by Gerard
O’Connell is published by Orbis Books.
Irish teenagers just don't 'do religion': Will Pope's Dublin visit bring
renewal of faith to young catholics
The Tablet, 10 August 2017 | by Sarah Mac Donald
Ireland’s young Catholics
There are hopes that Pope Francis’ arrival in Dublin next year will bring
renewal of faith to lapsed young Catholics. Yet many worry that they may
now be lost to the Church for good.
The buzzword in Irish pastoral circles these days is “renewal”. If you were to take
Mass attendance as the criterion by which to measure the health of the Church
21. in Ireland, anyone seeking to renew Irish Catholicism faces an uphill struggle. In
1990, 81 per cent of those identifying themselves as Catholics attended Mass at
least weekly. This had fallen to 48 per cent in 2006 and, by 2011, weekly Mass
attendances in the Dublin area had plummeted to 14 per cent.
The falling away from church attendance among Irish teenagers and young adults
is particularly striking. The 2016 Census revealed a rising number of young
people in and around Dublin who identified themselves as having “no religion”.
Gerard Gallagher, pastoral co-ordinator in the Archdiocese of Dublin, who has
worked with young people for more than two decades, told me that this group just
does not “do any religion” and most are very unlikely to return to the Church. They
regard religious faith as something for older people. “It can be difficult to nurture
a young Church when we only experience an ageing one. Ireland is becoming a
country with older and less religious people.”
In a recent article in the independent Irish Catholic journal The Furrow, Sean
O’Conaill points out that teenagers lose interest in the Church when they no
longer see its relevance. The Church’s leadership in Ireland is “failing to confront
… the challenges of faith formation in what is now a post-Christendom society”.
Compounding this, according to O’Conaill, is a lack of an authoritative body of
data on faith formation in Catholic schools – and the reason for that is the fear
that research would reveal how “the Irish Catholic school system is not in most
cases forming a faith that can withstand even the challenge of adolescence”.
Against this disturbing backdrop, Anna Keegan has just been appointed by the
bishops to a new role as project officer for the Council for Pastoral Renewal, Adult
Faith Development and Youth Ministry. Bishop Donal McKeown of Derry, who is
chairman of the Episcopal Commission for Worship, Pastoral Renewal and Faith
Development, told me that the bishops recognise that some national co-
ordination is necessary in youth and vocations ministry, and in response they
have funded a national office for vocations and this full-time role in pastoral
renewal and youth ministry.
It is a bold move. The hope is that the appointment will have an impact on youth
ministry in Ireland in the run up to the Synod of Bishops in Rome in October next
year, which will focus on young people. But is it too late? According to Gallagher,
“Youth ministry in Ireland has been in decline for many years.”
A generation of young people has grown up in Ireland hearing little else about the
Catholic Church than the stories of clerical and institutional abuse that have
dominated coverage of religious affairs in the media since the early 1990s
onwards. To make matters worse, Gallagher says the Church is stuck in a sort of
“maintenance denial”, focusing its diminishing energies on “keeping things going
rather than creating a model of Church fit for twenty-first-century Ireland”.
For Gallagher, whose book Are We Losing the Young Church? was first published
more than 10 years ago, youth ministry was once one of the most exciting
ministries to be involved with in Ireland. But today many involved in pastoral
ministry steer clear of work with young people. Unease over revelations of the
extent of Church-related abuse of young people is certainly partly responsible.
“In theory, everyone encourages youth ministry. In reality, most want nothing at
all to do with it,” says Gallagher. “This would sum up the difficulties some youth
ministers experience today. There’s a ‘leave it to others’ attitude. Parishes lament
the absence of young people, but most are comfortable and don’t want to be
disturbed.”
22. So the lack of enthusiasm among young people for Catholicism is mirrored by a
wariness within the Church for engagement in a ministry to youth. A source told
me that this is clearly demonstrated by the poor response to the online
consultation that took place earlier this year in preparation for the 2018 Synod on
Youth. Of the 26 dioceses across the island of Ireland, 10 did not get a sufficient
number of responses to “The Big April Ask” to file a diocesan response. The
uptake was significantly lower than the surveys conducted in preparation for the
two synods on the family in 2015 and 2016, begging the question as to why the
bishops were so much more active in promoting the survey on the family.
The Catholic Communications Office failed to respond to The Tablet’s request for
information on the level of response across the country to “The Big April Ask”.
However, a spokesman told me that a number of youth directors across Ireland
had already undertaken a web-based consultation with young people to
complement other local diocesan youth initiatives. He added: “The bishops
recognise that the upcoming synod offers a valuable opportunity to review youth
ministry throughout Ireland”, and to develop “a focused conversation with young
people about their contribution to the life of the Church”.
Asked about the survey, Bishop McKeown says: “It is fair to say that dioceses’
commitment to youth ministry is mixed across the country.” The main point of the
process, he says, was not the gathering of data – as the answers could be easy
to predict – but to “try and develop a greater level of conversation and to promote
different ways of engaging young people, not only church-going”.
In an address given in Limerick as part of the preparations for the World Meeting
of Families to be held in Dublin next year, which Pope Francis is confidently
expected to attend, Gallagher highlighted “an urban myth” that circulates in
Church circles that claims that young people are not interested in being part of
their local parish, saying, “Maybe this is because some parishes struggle to reach
out to young people or have inconsistent youth ministry programmes.” Gallagher
does not believe young people have abandoned their faith or the Church: “Many
parishes became preoccupied with maintaining pastoral programmes that did not
include young people. As a result, young people find other ways of using their
time.”
Gallagher insists that young people are willing to be part of a Church where they
feel welcomed. He quotes Pope Francis’ observation: “Young people are the
windows through which the future enters the world.” To Gallagher, this means
“we have to create the material and spiritual conditions for their full development”.
Even though, one year ahead of a papal visit, the Irish Church appears to have
no coherent plan for youth ministry, a committed team of youth leaders around
the country continue to reimagine youth ministry in local settings. According to
Bishop McKeown, “There is much good work going on locally and I am excited
that we are on the cusp of something. Am I depressed about youth ministry? Not
in the slightest. It is from subversive little groups that new life is coming into the
Irish Church. I hope that the post of national co-ordinator and the conversations
around the preparations for the World Meeting of Families and the Synod of
Bishops in 2018 will enable us to offer a sharing of good practice and an
encouragement for many local initiatives.” With an optimistic flourish, McKeown
adds: “And then we have World Youth Day in Panama in January 2019!”
Br Martin Bennett is vocation promoter for the Irish Capuchins as well as chaplain
to St Francis College in Rochestown in Cork, a secondary school with 700 boys.
During the last five years he has collaborated with the Office for Evangelisation
23. in the Archdiocese of Dublin to help them design, develop and deliver a number
of Gospel-centred programmes for young adults. He has also been involved in
World Youth Day (WYD) preparation programmes. Last year, he travelled with
300 young people to WYD in Krakow, where they were joined by another 2,000
pilgrims from Ireland. “It can be easy to let this great work go unnoticed and to
feel that we are not engaging with young people, when in fact we are,” he says.
As a school chaplain, Bennett engages with students every day. It is “a frontline
ministry and often the only point of contact a young person has with somebody
who represents faith in a tangible way. If we wish to make a deep and meaningful
connection with young people, a connection that will lead them into a deeper
relationship with Jesus Christ, then we must invite them to reflect upon their own
experiences in light of the Gospel message.”
St Paul’s Church on Arran Quay, Dublin, has been reimagined as a centre for
pioneering youth outreaches. It offers young people spaces in which they can
encounter other young people in a faith context. Recently, St Paul’s hosted
Fortify, a conference reflecting on youth ministry. It drew more than 400 young
adults, many in positions of voluntary leadership, to spend time reflecting on the
role of young people within the Church.
As Gallagher told me, “It really was a tonic to hear about all the various initiatives
that are taking place in ‘the young Church’ throughout the country.”
Sarah Mac Donald is The Tablet’s Ireland correspondent.