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Introducción
Tras la fragmentación del Imperio Romano, la unidad política de occidente
desapareció, dando paso al control de los distintos pueblos bárbaros: los
musulmanes en el sur de Europa, los suevos y los vikingos en el norte. La
máxima expresión de esta descomposición, fue el tratado de Verdún que en el
año843, divide los territorios hermanos, acabando con la unidad del mundo
occidental que había visto en Carlo magno su último gran emperador.
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Pensamiento Teológico
Durante los primeros siglos de la edad media la filosofía se nutre de la
teología, la exageración de los principios platónicos había conducido a negar el
conocimiento, sustituido por el éxtasis el cual arrastraba a la anulación de la
individualidad y la gran unidad.
El cristianismo, basado en la revelación, descendía de Dios al hombre; es decir,
tenía un carácter sintético, por lo cual aprovecha de la antigua ciencia cuanto
conviene a su desenvolvimiento. Los grandes hombres del cristianismo sienten
ante todo el apremio de defender la religión de los ataques asestados por los
paganos y de patentizar las excelencias de su doctrina. De tal necesidad nace
la filosofía apologística.
Vencido el paganismo, la iglesia experimentó la urgencia de edificar, de fijar el
dogma, y entonces acude a la ubérrima tradición platónica juzgándola como una
preparación de la doctrina revelada.
Los filósofos de la edad media aceptaron más o menos que el cristianismo era
lo verdadero. Pero la cuestión que en ésta época se plantea es que si había que
tener fe para así creer en los milagros cristianos o también se podía acceder a
las verdades cristianas mediante la razón. La filosofía medieval se basó
prácticamente en la cuestión de que si eran compatibles la fe y la razón.
5. 4
Relaciones entre la fe y la razón. Inicialmente se presentan en forma
paradójica. La fe es via universalis salutis en oposición a la via paucorum de los
filósofos; pero al mismo tiempo tiene que ser racional, en oposición a la “viciosa
credulidad”; es un camino necesario, pero externo, castigo del pecado original,
yugo del alma. Y como de ese concepto de fe dependen los de autoridad,
tradición, Biblia e Iglesia, la paradoja se extiende a toda la teología. La
tradición, la autoridad, la Iglesia y la Biblia sólo nos disponen exteriormente
para que interiormente nos ilumine el Verbo, Maestro interior; son mediaciones
populares, ya que los «sabios» se unen directamente con Dios. Pero al mismo
tiempo, es imposible entender sin empezar por creer, y todo acto de fe es
también acto de obediencia a la Iglesia.
Fuente http://html.rincondelvago.com/filosofia-en-la-edad-media.html
Fuente http://www.mercaba.org/Filosofia/Medieval/pensamiento_teologico_filosofico.htm
6. 5
Feudalismo
El feudalismo fue el sistema de organización política, social y económica
preponderante en la Edad Media. Con el feudalismo, se creó un nuevo sistema
que permitió el equilibrio y la ayuda mutua entre la realeza y la nobleza, dando
lugar a un nuevo reparto de poder y riquezas. El modo en el que lo desarrollaron
fue el vasallaje, subordinación de los segundos respecto a los primeros.
Antes del feudalismo, debemos retrotraernos en el tiempo para entender la
evolución posterior: tras la fragmentación del Imperio Romano, la unidad
política de occidente desapareció, dando paso al control de los distintos
pueblos bárbaros: los musulmanes en el sur de Europa, los suevos y los vikingos
en el norte. La máxima expresión de esta descomposición, fue el tratado de
Verdún que en el año 843, divide los territorios entre varios hermanos,
acabando con la unidad del mundo occidental que había visto en Carlomagno su
último gran emperador.
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Si algo sobrevivió a la disgregación política, fue la Iglesia. Tomando la antorcha
romana, se instauró como la única institución que unió a todos los pueblos
europeos. Así el latín, se convierte en lengua común de unos y otros y la Iglesia
en el poder más relevante de todo el contexto político contemporáneo,
friccionando con los poderes tradicionales, que veían peligrar su supremacía.
Durante siglos el Papado estuvo convencido del predominio divino sobre el
poder temporal, el político, hecho que no admitía el último. Por ello, en ese
tiempo, existió un enfrentamiento entre los dos poderes universales, surgiendo
la teoría de las dos espadas, es decir, el símbolo del poder espiritual y el
temporal. Ambos poderes estuvieron hasta el siglo XI, momento de una
profunda reforma en la Iglesia, unidos en manos del Papa, el máximo exponente
del poder divino en la Tierra. Así por ejemplo, un rey o emperador sólo podía
ser coronado tal si el Papado daba el permiso para ello, aprobación que se vería
escenificada en la ceremonia de coronación.
Fuente http://www.arteguias.com/politicamedieval.htm