SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdf
Capítulo XII. el heraldo de nix
1. El Heraldo de Nix <br />Capítulo XII<br />-No puede ser posible, dos años han transcurrido desde la batalla-, al percatarse de la reacción de Sereb, Altair hizo lo posible por tranquilizarla, sin embargo esto no resulto de ninguna manera de forma exitosa.<br />Sereb se dirigió hacia la maestra Altair y le dijo –Perdóneme maestra pero tengo que continuar, aun tengo que encontrar a alguien, le ruego cuide bien a Ein- una vez terminado de decir esto Sereb se dirigía a la salida de la propiedad de Altair, cuando en ese momento escucho por parte de ella –Continuar? Pero Sereb me temo decir que ni siquiera sabes sonde buscar- Sereb solo permaneció parada sin voltear a ver a Altair, -y no solo eso Sereb me temo que ya eres parte de algo mucho mas grande que solo una búsqueda- -algo mas grande, a que se refiere?- volteando Sereb mientras recitaba esto. –Así es, la guerra por la cual fueron entrenados por Deneib, ya a comenzado y no me gusta ser participe en la entrega de malas noticias, pero me temo que tu, joven maga de la tierra, te has ganado la atención de los dragones restantes- al escuchar esto Sereb sabia que Altair tenia razón, el inicio de esta guerra se llevo frente a sus ojos, con el descenso del primer dragón, el cual tuvo como resultado una perdida fatal y que obstante a ese incidente, ella había intervenido en la eliminación del dragón de metal. Al reflexionar todo esto, ella solo mantuvo su cabeza abajo comprendiendo que se encontraba rodeada por la muerte y sin un destino para poder escapar de ella.<br />Confundida Sereb, se dirigió a la maestra maga y le pregunto –que es lo que debo de hacer, a donde debo de ir, como continuare con esto?-Altair se acerco lentamente a Sereb y la abrazo mientras le decía en un tono melancólico –Lo siento mi niña, pero para eso hemos sido entrenados, para pelear esta guerra de dragones, para obtener nuestra libertar, para pelear por la razón mas importante, el vivir- - pero maestra, aun no soy fuerte- - te equivocas Sereb, Deneib te enseño bien y ni siquiera yo tengo algo mas que enseñarte, solo piénsalo, fuiste capaz de emprender una batalla uno a uno con Kynior y a pesar de eso vives, ya no eres mas una estudiante-. Sereb al escuchar estas palabras, volvió a sentir fortaleza nuevamente en su corazón y ya con fascie decidida pregunto sobre el camino que le esperaba, a lo cual Altair le relato:<br />Desde tiempo atrás esta tierra era dominaba por los dragones, una tierra llena de fuego y muertes, con una eterna oscuridad en donde los humanos eran tratados como simples peones, esclavos e inclusive como ganado para su alimento, siempre esas personas querían ya no seguir viviendo con miedo, miedo al saber que al día siguiente serian comidos, miedo a que su vida era prácticamente como una moneda arrojada al aire, en la cual quien apostaba solo eran los dragones. Era una vida llena de odio, sangre, muerte y gritos, esto era la vida del humano.<br />Hasta un día como sabrás, un ser se levanto en contra de estos demonios de grandes alas, iniciando una guerra por los cielos, la tierra, los mares e inclusive en el mismo cosmos, una guerra que ha llevado hasta nuestro día, cientos de años. Este ser fue capaz de luchar con cada uno de ellos, desde lo más bajo, hasta el mas alto elite de dragones, siendo estos últimos los nueve maestros de la muerte, los nueve soles.<br />Nix, este era su nombre, el nombre de ese valiente ser que otorgo el sentido de libertad y de vida al reino entero. Nix fue capaz de vivir lo suficiente para alentar a los humanos a levantarse en batalla solo por el derecho a vivir, no importaba si morían por esta causa, lo hicieron sabiendo que nosotros contaríamos historias acerca de sus actos heroicos.<br />Sin embargo, Nix sabia que no podría continuar su batalla, cada vez que pasaba el tiempo se daba cuenta que era mas agotador, por lo que Nix perdió la batalla al final contra un enemigo que no quería enfrentar, el tiempo. <br />Nix otorgó a sus discípulos dos artefactos, el primero de ellos se trataba de un mapa, el cual indicaba la posición de cada uno de los nueve soles, mapa el cual realizó con magia y con la sangre de cada uno de ellos. Y el segundo artefacto, una espada de huesos, sin embargo sobre esta espada nunca se volvió a escuchar mas al respecto, unos decía que nunca la dejo, otros que cayó a manos de los dragones, y otros, que Nix se la llevo a la tumba. Pero estas solo son, especulaciones, después de entregar estos objetos Nix se retiro, fue todo lo que vieron sus discípulos, como caminaba hasta que sus ojos lo perdieran de vista, como un fantasma en el alba.<br />Al terminar de decir esto, Sereb exclamo –Entiendo lo que debo de buscar maestra, pero no entiendo una sola cosa de la historia- -de que se trata Sereb?- respondiendo Altair, -Si Nix termino con los nueve soles, por que aun viven?-, y Altair quedo pensando unos segundos y mientras veía al cielo le dijo –Por que los nueve soles se pueden reemplazar, siempre y cuando no se termine con su creador, el dragón principal, el demonio que estuvo buscando Nix por cien años, sin encontrar rastros de el, fue por esta razón que dejo su legado, por que el sabia que volvería a suceder-<br />Terminada esta platica, Sereb con decisión a su nuevo destino le pregunto a Altair sobre la ubicación de este mapa, a lo que la maestra le respondió –En el castillo de Vega, el guarda el mapa de los nueve soles-. Informándole de la ubicación del castillo, Altair se dirigió a Sereb, extendió su mano sobre ella, al hacer esto el cuerpo de Sereb comenzó a rodearse de una magia diferente a la suya, algo totalmente nuevo, después de esto solo le dijo –Lamento no poder acompañarte en tu viaje, joven maga, pero tu compañero me necesita, prométeme que llegaras con bien, en cuanto termine con su curación te alcanzare, lo prometo-, Sereb sonriéndole contesto –La esperare maestra, así será- siendo estas sus ultimas palabras, Sereb se dirigió a su nuevo destino, el castillo del maestro Vega.<br />Altair vio como desaparecía la figura de Sereb en el horizonte y con orgullo diciéndose –aprendiz? No, ya no, desde ahora……<br />La Maestra Alas del Cielo-. <br />