1. -Corte de la Rosa Azul-<br />Capítulo XIV<br />Los ojos de Sereb se tornaron azules y al momento de juntar su magia de la llave, levanto ambas manos y con esto magia de viento tomo forma de pétalos para luego girar varios de estos alrededor del Bozlak, se formo un pequeño tornado de pétalos paralizando al guerrero dragón, de repente en un santiamén los pétalos se detuvieron en el aire en varias líneas horizontales al Bozlak y justo en el momento en el que el último pétalo se alineo partió en varios pedazos al dragón, con cortes tan finos a semejanza de la hoja más afinada. Al finalizar el corte, los pétalos empezaron a caer y antes de tocar el suelo fueron desvaneciéndose, al igual que el color azul de los ojos de Sereb. Una vez terminada esta batalla, el fuego gris empezó a desaparecer rápidamente, al momento de que esto ocurría el ser que ayudo a Sereb se dirigió a ella sin mostrar ningún signo de amabilidad, al percibir Sereb esta hostilidad tomo a Kusanagi con fuerza en caso de cualquier movimiento inesperado. –No levantes esa espada- menciono el ser, a lo que Sereb le contesto –Por qué no lo haría si después de todo es raro ver que alguien con esas habilidades haya estado presente al mismo tiempo que los Bozlak?-, -Así es, tienes toda la razón en pensar eso, pero la razón de mi estancia aquí, es que era el cuidador de este sendero, sin embargo tu presencia aquí ah atraído a esos lagartos, destruyendo lo único, maldiciendo este lugar- A lo que Sereb al escuchar esto noto en el tono de voz del guerrero sinceridad, y aunque sabía que en parte esto fue su culpa al iniciar el enojo de los Soles, Sereb levanto la cabeza para pedir disculpas, y justo en el momento en que iba a pronunciar una palabra, fue interrumpida por el guerrero.-Y bien, tu quien eres a todo esto?- Sereb confundida respondió en voz baja –Alas del Cielo-, -he escuchado ya ese nombre, así que tu eres de quien todos están poniendo sus esperanzas, no es así Alas del Cielo?- Sereb escuchando esto con atención y al finalizar la pregunta del guerrero exclamó –No sé lo que los habitantes del reino cuenten, o esperen de mi, solo estoy en este infernal viaje para rescatar a mis amigos, y a todo esto porque estoy dando explicaciones a alguien que ni conozco?-. El guerrero de estatura alta, cabello rojizo, ojos escarlata y vestimenta parecida a la piel de los dragones, portando a ambos lados de él dos espadas con mangos en forma de llamas de color plata, acopladas para entrelazarse a cada mano, justo como el mango de Kusanagi, este guerrero con apariencia de maldad, le respondió secamente a Sereb, -Agni-, -Mucho gusto Agni, pero si me permites tengo cosas que hacer-, diciendo esto Alas del cielo y continuando su camino. <br />Al notar esta actitud de decisión Agni quedo intrigado por la actitud, sujeto fuertemente sus espadas y siguió a Alas del Cielo, al notar esto ella dijo – Creí que un guerrero tan orgulloso como tu se quedaría- a lo que Agnir con risa de burla le contesto –Solo quiero ver de lo que es capaz la asesina de los Soles, Alas del cielo-al terminar de escuchar esto, Alas del cielo, dejo caer a Kusanagi para así después esta comenzara a desaparecer, para ser preparada a futuras invocaciones, terminando esto, La maestra de la tierra y el guerrero de la magia de fuego, continuaron el camino planeado. Solkur, lugar donde encontrarían parte del heraldo de Nix.<br />Solkur recibió el nombre de la ciudad de los divinos debido a que fue en ese lugar donde Nix reunió a los más fuertes y valientes magos para estallar la guerra en contra de los Dragones, la ciudad en la actualidad adquirió forma de reino, esta se localizaba sobre uno de los montes más altos y bellos de todo el reino en general, es este reino se podía encontrar desde el más pobre noble, hasta la caballería de soldados más preparados para las batallas, desde el niño más pequeño, hasta el anciano más sabio, la ciudad lo tenía todo, era considerada como el pilar principal de la tierra de los magos, la tierra del hombre.<br />-Majestad, los dragones han mandado su aviso, lo más conveniente es no responder con nuestros hombres, no tenemos por qué hacer partícipe de esta guerra- -Fibi estás seguro de eso, que hay de nuestros habitantes?- -Oh! Nuestros habitantes estarán bien su majestad, escúcheme con atención cuando le eh fallado?- - Tienes toda la razón Fibi, Solkur no participara en esta guerra-<br />Fibi era el consejero del rey, desde ya hace varios años el ah sido la sombra de su majestad, pero una sombra que entra al plano real cada vez más rápido, un ser ágil, feroz con ojos de serpiente y con el mismo encanto. Muchos en el reino hablaban sobre él, en los lugares más secretos se decía que envenenaba al rey con sus palabras, con sus consejos, que poseía una especia de magia hipnótica y que solo esperaba el momento adecuado para el mismo autonombrarse rey de Solkur.<br /> -Y si los Dragones llegan aquí Fibi?, que haremos entonces?- -Usted no se preocupe eso nunca pasara ya que verán que no actuamos y pensaran que estamos de su lado, permitiéndonos así vivir un día mas- -Solo tiene que dar la indicación mi señor-<br />-Rechazar la ayuda de los otros reinos-<br />-Y ordenar que nuestros caballeros guarden armas-<br />-Está bien Fibi, así se hará, por favor solo confío en ti y te quiero encargar esto-<br />-Que tú des las órdenes y los preparativos-<br />-Oh, mi señor eso no es necesario, pero en verdad estoy muy muy agradecido, yo mismo vigilare cada acción, cada orden que salga de mi boca-<br />En ese mismo tiempo, lejano al reino, Ein había recobrado ya sus fuerzas, al momento de que se enlistaba con su nueva armadura, forjada por Altaír, fue informado de la situación. –Entonces hacia ese lugar se dirige Alas del Cielo- -No te adelantes tanto Ein, esta vez te acompañare- -Entonces no se diga mas maestra, alcancemos a Alas del cielo-.<br />Regresando al castillo y terminadas las indicaciones del rey, solo le basto decir para concluir:<br />-Muy bien Fibi, pasa a retirarte-<br />Una vez esto, el consejero hizo su reverencia hacia el Rey y se dirigió a la salida de la puerta principal del cuarto real, y antes de cerrar la puerta, Fibi volteo la cabeza hacia el rey y pronunció:<br />-Solo déjelo todo en mis manos, mi Rey Vega-<br /> <br />