DISCURSO DÍA DEL ABOGADO
Ceremonia realizada el día 10 de abril 2015, en el Salón de Actos del Hotel Plaza – Ciudad de Ayacucho – Perú.
Abogado Stalin Richard Rivera Herrera*
LA ACTIVIDAD DE FOMENTO DE LA ADMINISTRACION PUBLICA
Discurso día del Abogado
1. DISCURSO
POR DÍA DEL ABOGADO
Ceremonia realizada el día 10 de abril 2015, en el Salón de Actos
del Hotel Plaza – Ciudad de Ayacucho – Perú.
Abogado Stalin Richard Rivera Herrera*1
*1 Abogado por la Universidad Inca Garcilaso de la Vega - Perú.
Bachiller en Derecho y Ciencia Política por la Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote – Perú-
Cursa estudios de Maestría en Ciencia Criminalística en la Universidad Norbert Wiener - Perú
Sub Oficial Superior de la Policía Nacional del Perú, laboró en Unidades de Investigación Criminal,
actualmente presta servicios en la Dirección Contra la Corrupción – Departamento Desconcentrando
Contra la Corrupción – Ayacucho.
Ha cursado estudios en Investigación Criminal en la Policía Nacional del Perú.
Docente en la Escuela de Educación Técnico Superior de la Policía Nacional del Perú – Sede Ayacucho.
2. Dr. Cayo Antonio Medina Janampa,
Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Ayacucho.
Miembros del Consejo Directivo del Ilustre Colegio de
Abogados de Ayacucho.
Señores Abogados, señoras y señoritas Abogadas.
Distinguida concurrencia.
Sinceramente agradezco, por haberme designado para
realizar el discurso de la orden en esta fecha especial,
honestamente al dirigirme a tan selecta y distinguida
audiencia me siento honrado.
Conmemorar el día del Abogado, significa evocar el
derecho y la justicia, asimismo, hacer homenaje a la
búsqueda de la verdad. Hacerlo reconociendo la
trayectoria de hombres justos, de abogados de mente
clara y de obra prodiga, enaltece esta celebración y nos
sirve de ejemplo y estímulo al recto ejercicio de la
profesión.
Por ello me permito indicar, que en esta celebración,
recordemos el natalicio y trayectoria de Francisco
3. GARCIA CALDERON LANDA, (Arequipa, 02 de abril 1834
– Lima 21 setiembre 1905), ilustre jurista, militar, político
y diplomático, quien llegó a ser Presidente del Perú
durante un breve periodo, de marzo a noviembre de
1881, conocido como el Gobierno de la Magdalena, en
plena Guerra del Pacífico.
Figura notable de la jurisprudencia peruana, autor del
célebre Diccionario de la Legislación Peruana, brilló
tanto en el foro y la cátedra universitaria. Fue presidente
del Congreso Constituyente de 1867, Ministro de
Hacienda en 1868, decano del Colegio de Abogados de
Lima de 1874 a 1876 y senador por Arequipa, entre otros
cargos.
Por ello en reconocimiento a su trayectoria y
contribución, en mérito a la Resolución Suprema del 14
de marzo de 1952, posteriormente elevado a Ley Nº
23248 del 24 de abril de 1981, el 02 abril de cada año,
fecha de su natalicio, en el Perú se celebra el “Día del
Abogado”.
No olvidemos, que los abogados somos hombres de
leyes que tienen la responsabilidad de construir una
sociedad de paz y bienestar; contribuyendo con su
4. ejercicio profesional a la consolidación de un Estado
democrático y constitucional de Derecho. Asimismo,
que “La democracia y sus valores de libertad, igualdad y
fraternidad fue una extraordinaria conquista de la
humanidad, y que los Abogados tenemos la
responsabilidad de velar por ella, pues todavía en
nuestro siglo se halla en construcción y en pugna
constante contra el autoritarismo de toda clase y sus
valores de presión, dominación, discriminación,
desigualdad, egoísmo social, e infraternidad”.
En tal sentido, la conmemoración del Día del Abogado
nos debe inducir a reflexionar sobre la importancia de
nuestra labor social en nuestra querida región de
Ayacucho, que debe basarse en principios y valores,
procurando amparar las causas justas de los
desposeídos y afectados de injusticia, así se entiende la
máxima “ORABUNT CAUSAS MELIUS”, también en la
práctica de los Mandamientos del Abogado, referido al
estudio constante, trabajo, lucha, lealtad, tolerancia,
paciencia, fe y amor a la profesión; a la que todos los
abogados estamos enmarcados.
Pues la tarea del abogado es noble, por ello implica
ponerse en el lugar del otro, de un vecino, de un amigo
5. o simplemente de una persona que se encuentra
desamparada y necesita del esfuerzo solidario de
alguien que está en mejores condiciones intelectuales,
materiales o espirituales de brindar esa ayuda.
De otro lado, seamos realistas que la sociedad de hoy
requiere Abogados que quieran el cambio, que luchen
por la modificación de las viejas estructuras y del estado
de cosas que mancilla y perturba a una sociedad.
Abogados que hagan la crítica objetiva y pulcra sin que
medie un interés egoísta o de ciertos intereses
sectoriales; Abogados con conciencia definida de sus
obligaciones y derechos, y de una perfecta formación
ética, humanística y alta preparación; por lo cual
debemos sin duda enlistarnos en el agotador trabajo del
estudio permanente de la ley, y lectura de literatura y
filosofía, que permitirá enriquecer nuestro verbo,
conforme aconseja el ilustre constitucionalista mexicano
Miguel Carbonell.
Pues Dios ha otorgado al hombre el don de la palabra,
y considero que no hay otra que la supere, por medio
de ella ejercitamos la facultad de abogar por los
derechos de los ciudadanos, la palabra es un medio
poderoso, porque al decir de Cicerón «no hay cosa más
6. magnífica, que ver allanados con un discurso los
movimientos populares y la rigidez de los jueces.
Necesitamos abogados que demuestren destreza en el
uso de la palabra, que sepan discernir las ideas,
coordinar y construir el argumento, y que, ante los
tribunales o los despachos públicos, sepan blandir la
espada de la razón como arma que ostentando doble
filo, capaz de partir en pedazos toda perversión y
cualquier mentira; pues los hombres y mujeres de leyes,
que ejercen la abogacía procuran que la brecha entre lo
justo e injusto sea cada vez menor.
Por lo dicho, los Abogados en su conjunto, debemos
sentirnos orgullosos, porque se ha dicho que de todas
las carreras, es, sin duda, la Abogacía la que mayor
número de conocimientos necesita, la de cultura más
amplia y recta, la que mayor y constante estudio
requiere, pues para ser un idóneo abogado no basta ser
un buen legista.
Podríamos seguir reflexionando, pero el tiempo
apremia, tenemos que proseguir con el programa
protocolar, pero antes de culminar este discurso, quiero
que sepan que esta ceremonia es por ustedes, por su
7. trayectoria y dedicación en el ejercicio de la profesión, y
quienes recién nos iniciamos en la carrera nos sentimos
motivados a seguir sus pasos; así como, para recordar a
los colegas que ya no se encuentran entre nosotros, por
quienes rogamos que el altísimo los tenga a su diestra y
en su gloria.
En nuestro día, felicitaciones colegas agremiados al
Ilustre Colegio de Abogados de Ayacucho.
GRACIAS.