La Ley de Coulomb establece que la fuerza entre dos cargas puntuales depende de tres factores: 1) es directamente proporcional al producto de las cargas, 2) es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre ellas, y 3) su dirección está a lo largo de la línea que une a las cargas. La fuerza es de atracción si las cargas tienen signos opuestos y de repulsión si tienen el mismo signo.