4. La América hispánica
Está fragmentada en diversas regiones claramente
definidas.
Ejemplo típico de una de estas regiones dialectales y
culturales es el área del Caribe, compuesta por las
Antillas y las zonas costeras de Venezuela, Colombia,
Centroamérica y México.
Las Antillas fueron las primaras tierras descubiertas
colonizadas, y que, en un principio, ocupan una posición
central en la penetración colonizadora al ser utilizadas
como punto de partida para la expansión.
6. Los Indígenas Vs. Los Yorubas
Los indígenas no soportaron el duro trabajo y por ello
fueron remplazados por los esclavos negros.
La gran corriente de esclavos dirigida hacia el caribe
partía de la Costa norte del Golfo de Guinea, del país de
los YORUBAS (NIGERIA).
Son un pueblo fuerte, de estatura elevada, rasgos
faciales regulares.
7. Los Yorubas
Los yorubas fueron los primeros negros que, tras ser
traicionado y entregados a los blancos por los suyos o
por tribus vecinas, fueron embarcados para América en
los transportes de esclavos. Los yorubas no eran
salvajes.
La tradición oral de esto pueblo, en forma de leyendas y
canciones. Todavía hoy se habla yoruba entre los
negros de Cuba.
La tradición africana, traslada a América, permanece
viva todavía.
8. Colombia
En Colombia el ideal lingüístico creado por la vigencia
de la norma española se hizo determinante por lo que
respecta al uso culto de la lengua.
El factor Indígena ha permanecido reducido a los
medios atrasados económicamente y culturalmente,
donde se siguen hablando las lenguas indias.
No ha llegado a crearse un ideal nacional en torno a la
herencia precolombina.
9. Perú
Se convirtió en capital del Imperio
español. Esta situación colonial
explica el hecho de que el español
peruano sea, todavía hoy, el habla
de Hispanoamérica más cercano a
la norma lingüística castellana.
Los grupos étnicos INDIOS
quechua hablantes no tenían la
posibilidad alguna de influir en la
lengua culta. Sin embargo, hoy en
día todavía se habla el quechua.
10. Chile
La tradición española encontró en Chile una cultura indígena
muy diferente y menos elevada que la de los altos países del
interior, con una voluntad de resistencia increíblemente firme.
El habla en Chile se basó fundamentalmente en la lengua
popular que el emigrante sencillo traía consigo.
El gramático purista Andrés Bello, enérgico defensor de los
principios lingüísticos del clasicismo español, constituyó la
fuerza motriz de esta línea de saneamiento de la lengua en
Chile. El voseo disminuyo en Chile, gracias a la influencia de
la escuela y de la lengua literaria.
11. Paraguay
Los indios paraguayos accedieron a una posición social
distinta y más digna que otros territorios.
Los habitantes del Paraguay se sienten descendientes de los
guaraníes y reconocen su ascendencia en famosos caciques
cuyo nombre permanece vivo en la tradición; la sangre
indígena es digno de nobleza, no de baja clase social.
El acento Indio, característico del español hablado por esta
población completamente bilingüe, constituya la norma
lingüística
12. México
Pertenece, en cierto modo, a las zonas de fuerte
influencia india en la lengua y la cultura.
El moderno México, progresivo en una serie de
aspectos, son, por supuesto, muy grandes. “La madre
patria a veces hace agua y que reivindica la herencia
india”
13. Venezuela
Fue colonizada, en proporción considerable, por
emigrantes de baja extracción social.
La pronunciación tiene aquí, por consiguiente, rasgos
vulgares inconfundibles y representa el tipo caribe
popular.
Los lingüistas han venido subrayando que el español
americano coincidía, en aspectos importantes, con la
lengua de la España meridional y, más particularmente,
con la de Andalucía.
14. Sinopsis
sobre la fragmentación lingüística
1. El estado político, social y cultural de la población
indígena en la época de la colonización.
2. La situación política y cultural de cada territorio durante
la época colonial.
3. las relaciones entre blancos e indios durante los
primeros siglos de colonización.
4. Los ideales lingüísticos y culturales durante el siglo XIX.
15. Bibliografía
Malmberg, B. (1974). La América hispanohablante.
Unidad y diferenciación del castellano. Editorial Istmo.
Madrid.