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CONTEXTO
HISTÓRICO
Dr. MIGUELANGEL TRESIERRAAYALA
• " Históricamente la medicina no comenzó
como ciencia, sino cual profesión
práctica, cuyo fin era curar. En un
principio, al médico le interesaba
fundamentalmente el cómo, o sea, el
curar, y no el por qué, es decir, el indagar
las causas de la enfermedad".
Félix Marti-Ibáñez
CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA:
Plagas y pestes
• La aparición periódica de plagas y pestilencias
en la prehistoria es indiscutible.
• Las concepciones mágico - religiosas
caracterizaron a las primeras civilizaciones.
• Religión politeísta imperante.
• El papiro de Ebers, fiebres pestilentes
(¿malaria?), población de las márgenes del
Nilo año 2000 a.C.
CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA:
Plagas y pestes
• En Egipto, momias de hace dos mil y tres mil
años muestran afecciones dérmicas (¿viruela?
¿lepra?).
• Plaga de Egipto, obligó al Faraón Mineptah, a
permitir la salida de los judíos de Egipto, 1224
a.C.
• Plaga de Atenas durante la Guerra del
Peloponeso, descrita por Tucídides, 430 a. C.
CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA:
Espíritus malignos
• Explicación causal de la enfermedad individual:
espíritus malignos
• Abordaje curativo de la enfermedad: ritos y hechizos.
• Abordaje preventivo de la enfermedad: entierro de
cadáveres
• La enfermedad y la salud significaban el castigo y el
perdón divinos.
• No explicaciones sobre la causa de los padecimientos
colectivos.
• Las medidas empíricas de control de las infecciones se
desarrollaron, gracias a su impacto práctico.
CONCEPCION DEL CONTAGIO:
Sabiduría popular
• Muchos escritores griegos y latinos se refirieron a
menudo al surgimiento de lo que denominaron
pestilencias.
• Explicación causal de los padecimientos colectivos:
contagio.
• Concepción popular con escasa atención médica en
esa época.
• La aparición de plagas fue registrada en la Biblia, el
Talmud, el Corán y diversos libros chinos e hindúes
que recomiendan numerosas prácticas sanitarias
preventivas, como el lavado de manos y alimentos, la
circuncisión, el aislamiento de enfermos y la
inhumación o cremación de los cadáveres.
CONCEPCION DEL CONTAGIO:
Sabiduría popular
• Primera referencia propiamente médica de
epidemiología Hipócrates (460-385 a.C.),
griego “epi” (encima), “demos” (pueblo) y
“logos” (estudio), etimológicamente significa
el estudio de “lo que está sobre las
poblaciones”. quien usó las expresiones
epidémico y endémico para referirse a los
padecimientos según fueran o no propios de
determinado lugar.
CONCEPCION DEL NO CONTAGIO:
Miasmas: Ambiente y otros factores
• Hipócrates no secundó las creencias populares sobre el
contagio, y atribuyó la aparición de las enfermedades al
ambiente malsano (miasmas) y a la falta de moderación
en la dieta y las actividades físicas. No epidemias.
• Aires, aguas, y lugares: la dieta, el clima y la calidad de
la tierra, los vientos y el agua son los factores
involucrados en el desarrollo de las enfermedades en la
población, al influir sobre el equilibrio del hombre con
su ambiente.
• Influencia del modo de vida y el ambiente en la salud de
la población hacen de este médico el principal
representante de la epidemiología antigua.
CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA:
Castigo divino
• La noción de balance hombre y ambiente
como sinónimo de salud persistió por muchos
siglos, con el colapso de la civilización
clásica, el Occidente retornó a las
concepciones mágico-religiosas que
caracterizaron a las primeras civilizaciones.
• La creencia en el contagio como fuente de
enfermedad, fue subsumida por una imagen
en donde la enfermedad y la salud
significaban el castigo y el perdón divinos.
CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA:
Castigo divino
• Las explicaciones sobre la causa de los padecimientos
colectivos estuvieron prácticamente ausentes en los
escritos médicos elaborados entre los siglos III y XV
de nuestra era (periodo en el que la Iglesia Católica
gozó de una hegemonía casi absoluta en el terreno de
las ciencias).
• No obstante, las medidas empíricas de control de las
infecciones siguieron desarrollándose, gracias a su
impacto práctico.
• La larga historia de epidemias infecciosas que
azotaron al mundo antiguo y medieval fue
determinando una identificación casi natural entre los
conceptos de epidemia, infección y contagio
CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA:
Culpables humanos
• Durante el reinado del emperador Justiniano,
entre los siglos V y VI d.C., la terrible plaga
que azotó al mundo ya recibió el nombre
griego de “epidemia”.
• El término epidémico fue utilizado desde la
Edad Media para describir el comportamiento
de las infecciones que de cuando en cuando
devastaban a las poblaciones.
CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA:
Culpables humanos
• En la cumbre del poderío eclesiástico, se
esgrime como causa de enfermedad, las
acciones de personas con pacto demoníaco, lo
que sirvió para el desarrollo de acciones de
persecución por la Inquisición.
• La pandemia de peste bubónica o peste negra
que azotó a Europa durante el siglo XIV (de la
cual se dice que diariamente morían 10 mil
personas), finalmente condujo a la aceptación
universal –aunque todavía en el ámbito
popular– de la doctrina del contagio.
CONCEPCIÓN DE CONTAGIO:
Retorno al camino
• Empero, el Occidente medieval había llevado a cabo
actividades colectivas que podrían calificarse como
epidemiológicas.
• La Iglesia ejecutó durante muchos siglos acciones de
control sanitario destinadas a mantener lejos del cuerpo
social las enfermedades que viajaban con los ejércitos y el
comercio.
• Aparecieron prácticas sanitarias que basaban su fuerza en
los resultados del aislamiento y la cuarentena.
CONCEPCIÓN DE CONTAGIO:
Retorno al camino
• Del siglo XIV al XVII estas acciones se
generalizaron en toda Europa y paulatinamente se
incorporaron a la esfera médica.
• La concepción de contagio como fuente de la
enfermedad en el colectivo era también adoptado
en el quehacer médico.
CONCEPCIÓN DE CONTAGIO:
Retorno al camino
• En el período medieval con la emergencia de las
grandes epidemias, se desarrolla el concepto de
la caridad asistencial.
• La orden de San Lázaro: hospitales para leprosos
o lazaretos (más de 3.000), contribuyeron a
reducir la velocidad de diseminación de dicha
enfermedad.
CONCEPCIÓN DE CONTAGIO:
Modos de transmisión
Girolamo Fracastoro: De contagione et
contagiosis morbis et eorum curatione De
contagione et contagiosis morbis et eorum
curatione, Venecia 1546.
• Enfermedad contagiosa (peste, lepra, tisis,
sarna, rabia, erisipela, viruela, ántrax,
tracoma, tifus exantemático y sífilis).
• Forma de contagio secundaria a la
transmisión: seminaria contagiorum
(semillas vivas capaces de provocar la
enfermedad)
CONCEPCIÓN DE CONTAGIO:
Modos de transmisión
• Tres formas posibles de infección:
a) Por contacto directo (como la rabia y la lepra)
b) Por medio de fomites transportando los seminaria prima (como las
ropas de los enfermos), y
c) Por inspiración del aire o miasmas infectados con los seminaria
(como en la tisis).
• Separa conceptos: infección - causa y epidemia -
consecuencia.
• Enfermedades específicas resultan de contagios
específicos.
• Primera teoría general del contagio vivo de la
enfermedad. Padre de la epidemiología moderna.
CONCEPCIÓN DE CONTAGIO:
Descripción de epidemias
Guillaume de Baillou: Epidemiorum (“sobre las
epidemias”), París 1580
• Relación completa de las epidemias de
sarampión, difteria y peste bubónica aparecidas
en Europa entre 1570 y 1579, sus
características y modos de propagación.
• Gran influencia en la enseñanza de la medicina
(dirigió la escuela de medicina de la
Universidad de París por varias décadas),
importante impacto en la práctica médica de
todo el siglo XVII.
CONCEPCIÓN DE CONTAGIO:
Descripción de epidemias
• En castellano, la primera referencia al término
epidemiología, se encuentra en el libro que con
tal título publicó Quinto Tiberio Angelerio, en
Madrid, en 1598.
• Los términos epidémico y endémico fueron
incorporados a nuestro idioma apenas unos
años más tarde, hacia 1606.
CONCEPCIÓN DE CONTAGIO:
Descripción de epidemias
• Epidemias de la edad media: el Fuego de San
Antonio, el Sudor Inglés y la Peste Bubónica.
• La primera: gangrena de brazos y piernas que
obligaba a la amputación de los miembros
afectados (apareció en año 945 en Francia hasta
1495). Las reliquias de San Antonio servían y
ayudaban a "curar la enfermedad". S. XVII la
etiología, un hongo venenoso con efectos
vasoconstrictores periféricos responsable de la
enfermedad asociada al cornezuelo de centeno.
CONCEPCIÓN DE CONTAGIO:
Descripción de epidemias
• El Sudor Inglés, cuya etiología nunca se
conoció, apareció en el año 1845 en Gales y
Londres. Provocaba una brusca muerte en
medio de fiebre alta, calofríos, vértigos y
dolor de cuello. Tal enfermedad desapareció
con la misma velocidad con la que surgió en
esta zona.
CONCEPCIÓN DE CONTAGIO:
Descripción de epidemias
• La Peste Bubónica o Peste Negra, 1347, desde
Asia (millones de muertes en Mongolia y China,
luego la India, Constantinopla y Grecia), para
entrar de lleno a Europa (Italia, España, Suiza y
casi todo el continente). Muerte de la mitad de la
población mundial. Primeros indicios de
transmisión de enfermedades: aislamiento e
identificación de los lugares de riesgo
epidemiológico, señalándose con pintura en las
puertas de las casas, los lugares donde había
personas afectadas.
CONCEPCIÓN DE CONTAGIO:
Descripción de epidemias
• Varias posibles causas para la Peste bubónica.
Avicenas, médico Arabe del siglo X, advirtió que
cada brote epidémico de la enfermedad era
precedido por gran mortandad de ratas, las que
abandonaban los barcos. Pasaron siglos antes de
comprenderse la causa por cual en los brotes de la
enfermedad, los primeros afectados eran los
porteños y luego los ciudadanos del interior. Pese
a que se conoce el bacilo causante (Pasteurella
Pestis), esta enfermedad se ha dado el lujo de
reaparecer a fines del siglo XIX e incluso, hasta
nuestros días.
CONCEPCIÓN DE CONTAGIO:
Descripción de epidemias
• La cuarentena se comenzó a aplicar en 1348,
cuando la peste negra asoló Europa, y fue
producto de la observación de que dicha
enfermedad llegaba por vía marítima a las grandes
ciudades. Inicialmente este período fue de treinta
días (trentina), para transformarse posteriormente
en quarentina (40 días), cifra atribuible por
algunos a los ayunos que Moisés y Jesús hicieron
en el desierto o por la duración del llamado
período crítico por Hipócrates.
CONCEPCIÓN CIENTÍFICA
Prevención
• Desde el último tercio del siglo XVIII hasta
comienzos del siglo XX.
• Primera Escuela de Higiene Ambiental y
Experimental (Pettenköfer, Alemania).
• S XIX la profilaxis, con los descubrimientos de
Louis Pasteur, en ambiente arraigado en el control
de las enfermedades infecciosas.
• Con el descubrimiento de la vacunación (Jenner,
1796) comienza la Medicina Preventiva,
completándose el período científico con los
consiguientes descubrimientos bacteriológicos
(Roberto Köch entre otros).
CONCEPCIÓN CIENTÍFICA
Multicausalidad
• Agente causal, ➔ vacuna o suero, aislar al
enfermo, desinfectar la ropa y enseres ➔ control
de la enfermedad transmisible.
• Roberto Köch ➔ concepto del riesgo social en la
génesis de la enfermedad.
• Comienzan a experimentarse fracasos tanto en la
identificación de agentes causales como en la
producción de preparados con carácter
inmunogénicos.
CONCEPCION CIENTIFICA
Sanitaristas
• Incipientes aspectos etiológicos de la enfermedad,
Johan Frank, Chadwick, Quetelet, Villermé, Graun
y Farr, importantes aportes en la línea de lucha
sanitaria y desarrollo de sistemas y metodologías
de registro de información biomédica.
Especialmente Frank (1779), sugiere la
importancia de la organización de los estados y de
las medidas sanitarias propugnadas por ellos como
elemento esencial para el control de las
enfermedades, más allá de la contribución
individual de cada individuo.
CONCEPCION CIENTIFICA
El Padre de la Epidemiología
• John Snow, anestesista inglés "método
epidemiológico“, logra determinar las posibles
causas de la aparición del cólera en Londres,
precisando el posible mecanismo de transmisión e
intuyendo las características que a su juicio "la
sustancia mórbida" debía tener para explicar la
diseminación de la enfermedad. Snow va más allá,
y propone sensatas medidas de control de orden
ambiental que tienen vigencia aún en nuestros
días.
CONCEPCIÓN POLITICA:
Estadística descriptiva
• La estadística de salud moderna inició con el análisis
de los registros de nacimiento y de mortalidad,
realizados por la Iglesia Católica, para organizar sus
templos de acuerdo al volumen de sus feligreses.
• El nacimiento de las estadísticas sanitarias coincide con
un extraordinario avance de las ciencias naturales (que
buscaban un sistema lógico de clasificación botánica) y
que se reflejó en las cuidadosas descripciones clínicas
de la disentería, la malaria, la viruela, la gota, la sífilis
y la tuberculosis describiendo factores comunes que
constituían una entidad patológica de cada una de ellas.
• Thomas Sydenham, Observationes medicae, Londres
1650. Si la mayoría de las enfermedades podían ser
agrupadas siguiendo criterios de “unidad biológica”
también era posible reducirlas a unos cuantos tipos.
CONCEPCIÓN POLITICA:
Estadística inferencial básica
John Graunt, Londres 1662.
• Reportes semanales de nacimientos y muertes de
Londres y Hampshire durante los 59 años previos,
identifica un patrón constante en las causas de muerte y
diferencias entre las zonas rurales y urbanas.
• Con mínima información logró inferir, que
regularmente nacían más hombres que mujeres, que
había una clara variación estacional en la ocurrencia de
las muertes y que 36% de los nacidos vivos morirían
antes de cumplir los seis años. Con ello, Graunt dio los
primeros pasos para el desarrollo de las actuales tablas
de vida.
CONCEPCIÓN POLITICA:
Aritmética política
William Petty, Londres 1652.
• Estudió patrones de mortalidad, natalidad y
enfermedad entre la población inglesa, y propuso la
creación de una agencia gubernamental encargada de la
recolección e interpretación sistemática de la
información sobre nacimientos, casamientos y muertes,
y de su distribución según sexo, edad, ocupación, nivel
educativo y otras condiciones de vida.
• Sugirió la construcción de tablas de mortalidad por
edad de ocurrencia: “aritmética política”.
• Graunt y Petty no contribuyeron a la comprensión de la
naturaleza de la enfermedad, pero fueron
fundamentales para establecer los sistemas de
recolección y organización de la información.
RIESGOS Y ASEGURADORAS:
Tablas de vida
Compañías aseguradoras, Francia s. XVI,
Inglaterra, Gales s. XVII
• Acciones para fijar los precios de los seguros
de vida.
• Tablas elaboradas para estos fines fueron las de
los comités seleccionados, en Suecia; las de
Richard Price, en Inglaterra y las de Charles
Oliphant (s. XIX), en Escocia.
RIESGOS Y ASEGURADORAS:
Tablas de vida
• La elaborada por Richard Price, permite
determinar que el promedio de vida en la
ciudad de Northampton era, de 24 años de vida
(s. XVIII).
• Otros constructores de tablas de vida para las
compañías aseguradoras se encuentran Edmund
Halley (1656-1742), astrónomo británico y el
periodista Daniel Defoe (1660-1731), autor del
extraordinario relato sobre la epidemia
londinense de 1665, Diario del año de la peste.
ANÁLISIS DE PROBABILIDADES:
Leyes de la enfermedad
• Probabilidad de enfermar a determinada edad,
probabilidad de permanecer enfermo durante
un número específico de días y probabilidad de
fallecer por determinadas causas de
enfermedad.
• John Arbuthnot, Londres 1710. La razón de
nacimientos entre varones y mujeres era
siempre de 13 a 12, independientemente de la
sociedad y el país en el que se estudiaran. No
azar, “disposición divina” para balancear el
exceso de muertes masculinas por violencia y
guerra.
ANÁLISIS DE PROBABILIDADES:
Leyes de la enfermedad
• J.P. Sussmilch, Alemania 1741 - 1775, la
regularidad en nacimientos por sexo era toda
una “ley estadística” y debían existir leyes
similares capaces de explicar el desarrollo de
toda la sociedad.
• Muy pronto nació la idea de una “ley de
mortalidad” y, poco más tarde, la convicción
de que habría leyes para todas las
desviaciones sociales: el suicidio, el crimen, la
vagancia, la locura y, naturalmente, la
enfermedad.
CAUSAS DE ENFERMEDAD:
Observación numérica
• James Lind, 1747: etiología del escorbuto,
deficiente consumo de cítricos.
• Daniel Bernoulli, 1760: la variolación
protegía contra la viruela y confería
inmunidad de por vida. 30 años antes de la
vacunación de Jenner
• Duvillard de Durand, Francia 1807: potencial
preventivo de la inmunización en la
longevidad y la esperanza de vida.
CAUSAS DE ENFERMEDAD:
Observación numérica
• Pierre Charles Alexander Louis, París 1830.
Observación “numérica”: la TBC no se
transmitía hereditariamente y que la sangría
era inútil y aun perjudicial en la mayoría de
los casos.
• Sociedad Epidemiológica de Londres, 1850,
“la estadística también nos ha proporcionado
un medio nuevo y poderoso para poner a
prueba las verdades médicas”.
• Adolphe Quetelet, Bélgica s. XIX: conceptos
de término medio y normalidad biológica.
CAUSAS DE ENFERMEDAD:
Observación numérica
William Farr, Inglaterra 1837:
• Generalizó el uso de las tasas de mortalidad y los
conceptos de población bajo riesgo, gradiente
dosis -respuesta, inmunidad de grupo,
direccionalidad de los estudios y valor “año-
persona”.
• Descubrió las relaciones entre la prevalencia, la
incidencia y la duración de las enfermedades.
• Fundamentó la necesidad de contar con grandes
grupos de casos para lograr inferencias válidas.
EL MÉTODO EPIDEMIOLÓGICO
• La investigación en el campo de la epidemiología
experimentó durante el siglo XIX un extraordinario
avance:
– Robert Storrs (1840), Oliver Wendell Holmes
(1842) e Ignaz Semmelweis (1848) sobre la
transmisión de la fiebre puerperal
– P.L. Panum (1846) sobre la contagiosidad del
sarampión
– John Snow (1854) sobre el modo de transmisión del
cólera
– William Budd (1857) sobre la transmisión de la
fiebre tifoidea.
TEORIA DE LA CAUSALIDAD:
Modelo una causa – un efecto
• Teoría del germen 1880: modelo de causalidad:
una sola causa un solo efecto. Éxito con
enfermedades infecciosas.
• Joseph Goldberger 1923: carácter no
contagioso de la pelagra, teorías y adoptar
medidas preventivas contra enfermedades
carenciales, antes de conocer micronutrientes.
TEORIA DE LA CAUSALIDAD:
Modelo una causa – un efecto
• Enfermedades crónicas a mediados del siglo
XX: estudio de la dinámica del cáncer, la
hipertensión arterial, las afecciones
cardiovasculares, las lesiones y los
padecimientos mentales y degenerativos.
• La epidemiología desarrolló con precisión
conceptos de exposición, riesgo, asociación,
confusión y sesgo, e incorporó el uso de la
teoría de la probabilidad y otras técnicas de
estadística avanzada.
TEORIA DE LA CAUSALIDAD:
Modelo triángulo epidemiológico
• Por la historia natural por Leavell y Clark, se plantea el
modelo de tres grupos de causas que intervienen en la
presentación de la enfermedad:
– Las causas relacionadas con el agente: factores determinantes.
– Las causas relacionadas con el huésped: factores
predisponentes.
– Las causas relacionadas con el ambiente: factores
desencadenantes
AGENTE
HUÉSPED
AMBIENTE
TEORIA DE LA CAUSALIDAD:
Modelo triángulo epidemiológico
• Ventaja: útil para el abordaje poblacional de las
enfermedades infecciosas.
• Desventaja: los tres factores contribuían por
igual en la etiopatogenia de la enfermedad.
• Desventaja: no útil para enfermedades crónicas.
AGENTE
HUÉSPED
AMBIENTE
TEORIA DE LA CAUSALIDAD:
Modelo red de causalidad
• Premisa fundamental de la epidemiología: la enfermedad
no ocurre ni se distribuye al azar, e investiga las
condiciones, “causas” de las enfermedades.
• Muchas condiciones asociadas a los procesos
patológicos: red de “causas”, el peso de cada factor
causal depende de la cercanía con su efecto aparente.
• Brian MacMahon, 1970: modelo “red de causalidad”.
• El abordaje del proceso patológico en poblaciones
humanas debe estar dirigido a desatar los “nudos” que
estructuran la red, identificando los factores críticos
causales.
TEORIA DE LA CAUSALIDAD:
Modelo histórico social
• Instituciones médico sociales adecuadas a la
realidad epidemiológica
• Eficientes fármacos y drogas en el control de
enfermedades infecciosas.
• Estrategias preventivas aplicadas temprana y
masivamente en las comunidades. Aplicación de
prevención primaria, secundaria y terciaria,
participación de otros sectores ajenos a salud.
(Leavell y Clark 1957).
• Problemas emergentes, vinculados con el
desarrollo industrial, tales como enfermedades
crónicas y degenerativas
TEORIA DE LA CAUSALIDAD:
Determinación de riesgos en
Enfermedades Crónicas No Transmisibles
• Relación existente entre:
▪ Consumo de cigarrillos y el cáncer de pulmón
▪ Radiaciones ionizantes y determinadas formas de cáncer
▪ Exposición a diversas sustancias químicas y tumores
malignos
▪ Obesidad y diabetes mellitus
▪ Consumo de estrógenos y cáncer endometrial
▪ Uso de fármacos y malformaciones congénitas
▪ Sedentarismo e infarto de miocardio.
TEORIA DE LA CAUSALIDAD:
Determinación de riesgos en
Enfermedades Crónicas No Transmisibles
• En la década de los ochenta, fuerte asociación
entre:
▪ Prácticas sexuales y el riesgo de transmisión
del Síndrome de Inmunodeficiencia
Humana.
• En investigación:
▪ Exposición a ciertos procesos físicos (como
los campos electromagnéticos) y algunos
tipos de cáncer.
RESPUESTA SOCIALAL IMPACTO:
Medición, Intervención y Evaluación
• Identifica el impacto real y la calidad de los
servicios médicos.
• Las formas más eficaces para promover la
salud de los que están sanos.
• Las relaciones entre el costo, la efectividad y el
beneficio de acciones específicas de salud.
CONCLUSIONES
Propósitos de la Epidemiología:
a) La descripción de las condiciones de salud de la
población (mediante la caracterización de la ocurrencia
de enfermedades, de las frecuencias relativas al interior
de sus subgrupos y de sus tendencias generales)
b) La explicación de las causas de enfermedad poblacional
(determinando los factores que la provocan o influyen
en su desarrollo).
CONCLUSIONES
Propósitos de la Epidemiología:
c) La predicción del volumen de enfermedades que ocurrirá,
así como su distribución al interior de los subgrupos de la
población.
d) La prolongación de la vida sana mediante el control de las
enfermedades en la población afectada y la prevención de
nuevos casos entre la que está en riesgo.
e) La generación de métodos de abordaje con los cuales
puede realizar adecuada y rigurosamente estas tareas.
En las próximas décadas habremos de ver a la
disciplina convertida en una ciencia de vastos
alcances.
Rev Med IMSS 2003; 41 (5): 419-427 419
medigraphic.com
Primera versión: 8 de enero de 2002
Versión modificada: 14 de octubre de 2002
Aceptado: 15 de octubre de 2002 Francisco
Aguilar Rebolledo,1
Servando J.
Juárez Ocaña,2
Juan Manuel
Mejía Aranguré,2
Martha
Zanabria Salcedo3
1
Departamento
de Neurología,
Hospital de Pediatría
2
Unidad
de investigación
en Epidemiología Clínica
3
Maestría en
Rehabilitación
Neurológica,
Universidad
Autónoma Metropolitana
(UAM),
Unidad Xochimilco
Palabras clave
9 epidemiología
9 estadística
9 factores de riesgo
9 neuroepidemiología
Key words
9 epidemiology
9 statistics
9 risk factors
9 neuroepidemiology
Conceptos básicos
de epidemiología y estadística.
Apreciación de un neurólogo
SUMMARY
Annual incidence for disease and injury of the
nervous system is approximately 2.5 % (2500
per 100 000) and prevalence is approximately
9.5 % in the U.S., according to the National Insti-
tutes of Health. Nevertheless, the neurologist
must known the basic elements of epidemiol-
ogy, wich defined the course of illness and risk
factor identification requires specific studies and
appropriate statistical testing.
RESUMEN
Según el Instituto Nacional de Salud de los Esta-
dos Unidos de América del Norte, la incidencia
anual por enfermedad o lesión del sistema ner-
vioso está en alrededor de 2.5 % (2500 por 100
mil habitantes) y la prevalencia en 9.5 %. Por lo
tanto, el neurólogo debe conocer los elementos
básicos de la epidemiología, la cual define el curso
de la enfermedad y la identificación de los factores
de riesgo que requieren de estudios específicos y
exámenes estadísticos apropiados para aplicar-
los a la neurología.
Introducción
El concepto de neuroepidemiología surge de la
naturaleza misma de la neurología, que se entre-
laza con otras ramas de la medicina. En las demás
áreas los signos y los síntomas conducen direc-
tamente a un diagnóstico. En la neurología los
signos y síntomas sólo reflejan la localización de
la lesión o lesiones en el sistema nervioso.1-5
El
neurólogorequierehabilidadyconocimientoen
neuroanatomíayneuroepidemiologíaparaloca-
lizar la lesión y asignarle una causa específica y
además es responsable de la calidad en la aten-
ción médica y sus implicaciones en el curso de la
enfermedad. El aspecto neuroepidemiólogico y
elsentidobiológicodelaenfermedadsonelbino-
mio esencial para el desarrollo y la trascendencia
del estudio de las enfermedades neurológicas.5
Sir Richard Doll, en el prefacio al libro
Epidemiología en Medicina de Hennekens y
Buring, menciona:4
Así como el burgués gentil hombre de Moliere des-
cubrió eventualmente que había estado hablando
en prosa sin saberlo por más de 40 años, existen
muchas gentes de espíritu inquisitivo interesadas
en la prevención de la enfermedad que han practi-
cado la epidemiología de la misma manera.
De igual forma, numerosos neurólogossin
saberlohanactuadoycontinúanactuandocomo
neuroepidemiólogos.
El objetivo de este informe es proporcio-
nar las herramientas metodológicas elementa-
les que auxilien de una manera ordenada a la
aplicación de los conceptos epidemiológicos.
Autores 1 y 2
adscritos al
Centro Médico Nacional
Siglo XXI,
Instituto Mexicano
del Seguro Social,
Distrito Federal
Comunicación con:
Francisco
Aguilar Rebolledo.
Tel.: 5627 6900,
extensión 3312 y 3072.
Correo electrónico:
fran_aguilar_invest@yahoo.com.mx
Artemisa
medigraphic enlínea
Rev Med IMSS 2003; 41 (5): 419-427
420
Francisco Aguilar
Rebolledo et al.
Epidemiología
y estadística
medigraphic.com
Figura 1. Contenido y aplicaciones de la epidemiología
La epidemiología aplicada
a la neurología
Los estudios epidemiológicos están sustenta-
dos en la frecuencia, severidad y curso y de las
enfermedadesenrelaciónconlaraza,sexo,edad
y área geográfica, entre otros factores (figura 1).
De estas investigaciones deriva la planeación de
estrategias para dar solución a los problemas
de salud, tomando en cuenta para ello los re-
cursos materiales y humanos disponibles.6
La epidemiología es el estudio de la distribu-
ción y determinantes relacionados con la salud
en poblaciones específicas, y la aplicación de
los resultados obtenidos para el control de los
problemas de salud.2
Por lo tanto, la neuroepidemiología se refiere
a la aplicación de la epidemiología a las enfer-
medadesneurológicas.3
Losneuroepidemiólogos
estudiantodoslosaspectosdelostrastornosneu-
rológicos en poblaciones determinadas.
La epidemiología descriptiva proporciona in-
formación sobre la historia natural de las enfer-
medades, su curso clínico y patogénesis.7
Con la epidemiología analítica el neurólogo
puede probar hipótesis de la causalidad de la
enfermedadnerviosamedianteelusodelosdife-
rentes diseños de investigación.6
Con la epide-
miología clínica puede formular predicciones
sobre un paciente individual o hacer el recuento
deacontecimientosclínicosensujetossimilares,8
utilizando métodos científicos sólidos a fin de
garantizar la precisión de las predicciones me-
diante la estadística (cuadro I).
Los diseños de investigación en neurología
son los empleados en las demás áreas:
„ De intervención (experimentales)
„ Cuasiexperimentales
„ Observacionales (cuadro II)
Los ensayos epidemiológicos de interven-
ción son muy potentes para probar hipótesis,
pero no son frecuentes.En este documento no
abordaremos todos los diseños de investigación
conocidos, sólo nos referiremos a los más utili-
zadosyalosquebrindanmayoresfacilidadespara
su aplicación práctica.7,8
Rev Med IMSS 2003; 41 (5): 419-427 421
medigraphic.com
Cuadro I
Expresiones estadísticas de las medidas de tendencia central y dispersión
Expresión Definición Ventajas Desventajas
T e n d e n c i a c e n t r a l
Media Suma de los valores de todas Adecuada para el Afectada por valores extremos
las observaciones entre el número tratamiento matemático
total de éstas
Mediana El punto donde el número de No influida fácilmente No adecuada para la
observaciones por encima es igual por valores extremos manipulación matemática
al número por debajo
Moda El valor más frecuente en un grupo Simplicidad de significado En ocasiones no hay valores
más frecuentes o hay muchos
D i s p e r s i ó n
Amplitud La diferencia entre el valor más Simplicidad de cálculo Su utilidad es limitada, se
pequeño y el más grande en considera una medida pobre
una distribución de observaciones de dispersión
Límites El valor más pequeño y el más grande Incluye todos los valores Muy afectados por los valores
en una distribución de observaciones extremos
Varianza Suma de un conjunto de desviaciones Mide la dispersión en Por representar unidades al
elevadas al cuadrado y divididas forma adecuada en cuadrado, no es adecuada si se
entre el número total de ellas función del esparcimiento quiere expresar este concepto
alrededor de la media en términos de las unidades
originales
Desviación Es la raíz cuadrada de la Adecuada para la Para distribuciones no gaussianas
estándar varianza y constituye una medida manipulación matemática no describe una proporción real
de la constancia de los datos. de las observaciones
La media ± 3 desviaciones
estándar incluye a 99.7 %
de las observaciones de una
distribución de mediciones
Error estándar Es la desviación estándar divida Útil para el cálculo de Es afectado por el tamaño
entre la raíz cuadrada del número intervalos de confianza. de la muestra del estudio
de observaciones cuando éstas Permite conocer cuánta
son 30 o más. La desviación estándar variabilidad cabe esperar
se divide entre las observaciones entre las medias
menos uno cuando éstas son menos de muestras futuras
de 30. Constituye una medida
de confiabilidad de los datos
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Estudios observacionales
Los estudios epidemiológicos observacionales
o no experimentales tienen por objeto definir
la etiología de la enfermedad. Los tipos más
importantes son lostransversales, de casosycon-
troles y de cohorte.
Estudios transversales
A los estudios transversales también se les de-
nomina de prevalencia y dependiendo del nú-
mero de poblaciones estudiadas pueden ser
descriptivos (sólo una población) o analíticos
(comparación de dos o más poblaciones). Son
muy útiles para la identificación del perfil de
salud-enfermedad de una población y para la
frecuencia de exposición a uno o varios facto-
res de riesgo. En estos diseños se mide la causa
y el efecto en un momento determinado, por
lo que su principal desventaja es la ambigüedad
temporal,aunquenotodosadolecendeeste pro-
blema. Tienen su principal aplicación en las
enfermedadesdeiniciolentoydelargaduración
(crónico-degenerativas).Suestructuraoperativa
consiste en la obtención de una muestra repre-
sentativa y aleatoria de una población en la que
se miden las variables de estudio en los indivi-
duos, de acuerdo a sí tienen o no la enfermedad
y si están o no expuestos al factor de riesgo (fi-
gura 2).9
Los resultados se analizan en una tabla
de contingencia de 2 x 2 con la que se obtienen
medidas de frecuencia, asociación, de impacto
potencial, pruebas estadísticas e intervalos de
confianza (figura 3).
Estudios de casos y controles
Sonestudiosanalíticosypuedenserretrospectivos
o prospectivos. Se les utiliza especialmente en
enfermedades poco frecuentes que tienen una
latencia larga (cáncer en niños y adolescentes).
Cuadro II
Características de los diseños de estudios observacionales: transversales, de casos y controles y de cohorte
Transversal Casos y controles Cohorte
Población definida La población en riesgo a menudo Población en riesgo definida
no está definida
Casos no seleccionados por un simple Casos seleccionados por el Casos no seleccionados
examen poblacional investigador a partir de una reserva pero evaluados mediante
de pacientes disponibles un seguimiento continuo
Los no casos incluyen Controles seleccionados por Los individuos control
a individuos sin la enfermedad el investigador para que sean no seleccionados
en el momento de un único semejantes a los casos evolucionan de forma natural
examen poblacional
La exposición se mide y reconstruye La exposición se mide, reorganiza La exposición se mide antes
después del desarrollo de la enfermedad o recoge después del desarrollo del desarrollo de la enfermedad
de la enfermedad
El riesgo o la incidencia El riesgo o la incidencia de la El riesgo o la incidencia
de la enfermedad no pueden medirse enfermedad no puede medirse de la enfermedad y el riesgo
directamente directamente relativo se miden directamente
El riesgo relativo de la exposición El riesgo relativo de la exposición Se pueden estudiar múltiples
puede estimarse mediante razón puede estimarse mediante resultados finales (enfermedades)
de momios razón de momios para cada una de las exposiciones
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Son relativamente menos costosos, fáciles de
organizar y requieren pocos individuos como
población de estudio.
En los retrospectivos se parte del efecto (en-
fermedad) hacia la causa (exposición al factor
de riesgo), y a la inversa en los prospectivos. Su
diseño básico consiste en la selección de indivi-
duos con una enfermedad (casos) que se compa-
ran conindividuossinlaenfermedad(controles).
La selección de los casos requiere la definición
de los criterios de diagnóstico y de los criterios de
selección de las personas con el riesgo potencial
de exposición. El grupo control debe pertenecer
a la población en la cual se estudia la enfermedad.
La selección apropiada de los controles es uno
de los factores más importantes para el éxito de
estos estudios (figura 4). Los resultados también
se analizan con tablas de contingencia de 2 x 2.
En este tipo de diseño no se pueden obtener me-
didas de frecuencia en forma directa.10-12
Si los casos representan una muestra de una
población identificada claramente en tiempo y
espacioyloscontroles se obtienen de un mues-
treo directo de esta misma población, los con-
troles son definidos como base poblacional
(cuadro III).13
Figura 2. Tabla de contingencia de 2 x 2 para un diseño de estudio transversal
Estudios de cohorte
El diseño puede ser longitudinal, analítico y con-
currente(prospectivo),noconcurrente(retrospec-
tivo o histórico) o mixto (figura 5). Las mayores
dificultades con los estudios de cohorte son:
„ Sulargaduración(enocasionesmuchosaños)
„ Los grupos grandes
„ La pérdida de individuos
„ El elevado costo
En los estudios de cohorte concurrente se
procede a partir de la causa (exposición al fac-
tor de riesgo) hacia el efecto (enfermedad). De
acuerdo con el diseño básico, se inicia el estu-
dio asumiendo que todos los sujetos en la co-
horte están libres de la enfermedad. Uno de los
ejemplos más conocidos para los neurólogos es
el estudio de la población de Framingham, en
Massachusetts.5
Al final se comparan los atri-
butos o exposiciones relevantes en el desarro-
llo de la enfermedad. En forma semejante a los
estudios transversales se analizan con las tablas
de contingencia 2 x 2 para obtener frecuencia,
asociación e impacto potencial (figura 3).14
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y estadística
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Estudios experimentales
Entre los estudios experimentales, los ensayos
clínicos controlados o ensayos terapéuticos con
testigos (controles) representan la alternativa
científica más confiable en la evaluación de las
intervenciones terapéuticas.
Se considera que un estudio es experimental
cuando se manipula la variable independiente y
además se utiliza algún método aleatorio de asig-
nación de los sujetos, ya sea a un grupo experi-
mental o control.
Elestudiocuasiexperimentalesaquelenelcual
se manipula la variable de interés sin asignación
aleatoria de los individuos del estudio.15-19
Ensayo clínico controlado
El ensayo clínico controlado se define como
un estudio longitudinal, comparativo y pros-
pectivo que tiene la finalidad de comparar el
efecto y el valor de una intervención experi-
mental frente a un grupo control en el cual no
serealizalaintervenciónexperimental;éstepue-
de recibir el tratamiento convencional o el pla-
cebo. Las opciones deben provenir de sujetos
con características similares y cuadro clínico se-
mejante, además de que el tratamiento se admi-
nistre de forma aleatoria a dos o más grupos de
pacientes (figura 5).
Al igual que en los estudios de cohorte se
procede de la exposición al efecto (resultado
del tratamiento). La exposición la constituye la
intervención o el tratamiento. La aleatoriedad
implica que unos pacientes van a recibir el tra-
tamiento y otros no, asignados mediante tablas
de números al azar. Una de sus principales ca-
racterísticas es la ceguedad de la maniobra ya
sea para el paciente, el investigador o quien aplica
la intervención, o de ambos.16
De la correcta
aleato-riedadyceguedaddependerálavalidezin-
terna y externa de los datos que se obtengan.17
Los aspectos éticos en el ensayo clínico con-
trolado tiene un respaldo legal: la Declaración
de Helsinki, ratificada en reuniones como la
Quincuagésima Segunda Asamblea Médica Mun-
dial, realizada en Edimburgo en el año 2000.19
Probablemente les corresponde a los neu-
rólogos clínicos con interés en epidemiología y
estadística, ayudar a identificar la mejor mane-
ra de prevenir las enfermedades neurológicas,
siempre y cuando dispongan de conocimientos
precisos sobre las mismas en el ámbito pobla-
cional, sobre biología molecular, vulnerabili-
dad de los moduladores del sistema nervioso
central y polimorfismo genético, lo cual con-
duce al conocimiento de la preparación de
biomarcadores epidemiológicos.20
Cuadro III
Ejemplo de casos y controles con base poblacional
Objetivo
Identificar los factores de riesgo que en el ámbito familiar se
asocian con neurocisticercosis sintomática en niños.
Material y métodos
Diseño de casos y controles prospectivo. Selección de 23 casos
de neurocisticercosis sintomática del Hospital de Pediatría,
Centro Médico Nacional Siglo XXI, Instituto Mexicano del Seguro
Social, y 46 controles poblacionales.
En teoría
„ Todos los casos fueron diagnosticados mediante la clínica,
tomografía computarizada de cráneo y prueba de
inmunoelectrotransferencia para la detección de anticuerpos
específicos contra cisticercos.
„ La muestra se obtuvo a partir de la población de la que se
obtienen todos los casos incidentes.
„ Los controles se eligieron de la misma población sin la
enfermedad.
„ Los casos y los controles son representativos del área político-
geográfica de estudio.
Resultados
La inmunoelectrotransferencia fue positiva en 15 % de los
familiares del caso, y en 2 % de los familiares de los controles
(OR = 9.94; IC 95 % = 1.1-228).
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Figura 3. Análisis simple para estudios epidemiológicos
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Consideraciones metodológicas y análisis simple
Figura 4. Tabla de contingencia de 2 x 2 para un diseño
de estudio de casos y controles
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133
salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000
Desarrollo histórico de la epidemiología ACTUALIZACIONES
L a epidemiología es la rama de la salud pública que
tiene como propósito describir y explicar la diná-
mica de la salud poblacional, identificar los elementos
que la componen y comprender las fuerzas que la
gobiernan, a fin de intervenir en el curso de su desarro-
llo natural. Actualmente, se acepta que para cumplir
con su cometido la epidemiología investiga la dis-
tribución, frecuencia y determinantes de las condi-
ciones de salud en las poblaciones humanas así como
las modalidades y el impacto de las respuestas socia-
les instauradas para atenderlas.
Para la epidemiología, el término condiciones de
salud no se limita a la ocurrencia de enfermedades y,
por esta razón, su estudio incluye todos aquellos even-
tos relacionados directa o indirectamente con la salud,
comprendiendo este concepto en forma amplia. En
consecuencia, la epidemiología investiga, bajo una
perspectiva poblacional: a) la distribución, frecuencia
y determinantes de la enfermedad y sus consecuen-
cias biológicas, psicológicas y sociales; b) la distribución
y frecuencia de los marcadores de enfermedad; c) la
distribución, frecuencia y determinantes de los riesgos
para la salud; d) las formas de control de las enfer-
medades, de sus consecuencias y de sus riesgos, y e)
las modalidades e impacto de las respuestas adoptadas
para atender todos estos eventos. Para su operación,
la epidemiología combina principios y conocimien-
tos generados por las ciencias biológicas y sociales y
aplica metodologías de naturaleza cuantitativa y cua-
litativa.
Desarrollo histórico de la epidemiología:
su formación como disciplina científica
Sergio López-Moreno, M.C.,(1)
Francisco Garrido-Latorre, M. en C.,(1)
Mauricio Hernández-Avila, Ph. D.(2)
(1) Centro de Investigación en Sistemas de Salud, Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), México.
(2) Centro de Investigación en Salud Poblacional, INSP, México.
Solicitud de sobretiros: Sergio López Moreno. Centro de Investigación en Sistemas de Salud, Instituto Nacional de Salud Pública.
Avenida Universidad 655, colonia Santa María Ahuacatitlán, 62508 Cuernavaca, Morelos, México.
Correo electrónico: slopez@insp3.insp.mx
La transformación de la epidemiología en una
ciencia ha tomado varios siglos, y puede decirse que
es una ciencia joven. Todavía en 1928, el epidemió-
logo inglés Clifford Allchin Gill1
señalaba que la dis-
ciplina, a pesar de su antiguo linaje, se encontraba
en la infancia. Como muestra, afirmaba que los esca-
sos logros obtenidos por la disciplina en los últimos 50
años no le permitían reclamar un lugar entre las cien-
cias exactas; que apenas si tenía alguna literatura espe-
cializada, y que en vano podían buscarse sus libros de
texto; dudaba incluso que los problemas abordados por
ella estuviesen claramente comprendidos por los pro-
pios epidemiólogos. Siete décadas después, el pano-
rama descrito por Gill parece diferente, y actualmente
ningún avance médico sería completo sin la partici-
pación de la epidemiología.
1. Plagas, pestes, contagios y epidemias
El estudio de las enfermedades como fenómenos po-
blacionales es casi tan antiguo como la escritura, y las
primeras descripciones de padecimientos que afectan
a poblaciones enteras se refieren a enfermedades de
naturaleza infecciosa. El papiro de Ebers, que menciona
unas fiebres pestilentes –probablemente malaria– que
asolaron a la población de las márgenes del Nilo alre-
dedor del año 2000 a.C., es probablemente el texto en
el que se hace la más antigua referencia a un padeci-
miento colectivo.2 La aparición periódica de plagas y
pestilencias en la prehistoria es indiscutible. En Egip-
ACTUALIZACIONES
134 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000
López-Moreno S y col.
to, hace 3 000 años, se veneraba a una diosa de la peste
llamada Sekmeth, y existen momias de entre dos mil y
tres mil años de antigüedad que muestran afecciones
dérmicas sugerentes de viruela y lepra.3,4,5
Dado que
la momificación estaba reservada a los personajes más
importantes del antiguo Egipto –quienes se mantenían
relativamente apartados del pueblo–, no sería extraño
que este tipo de afecciones fuera mucho más frecuente
entre la población general.
La aparición de plagas a lo largo de la historia
también fue registrada en la mayor parte de los li-
bros sagrados, en especial en la Biblia, el Talmud y el
Corán, que adicionalmente contienen las primeras nor-
mas para prevenir las enfermedades contagiosas. De
estas descripciones, destaca la de la plaga que obligó a
Mineptah, el faraón egipcio que sucedió a Ramsés II,
a permitir la salida de los judíos de Egipto, alrededor
del año 1224 a.C.6
Muchos escritores griegos y latinos se refirieron a
menudo al surgimiento de lo que denominaron pes-
tilencias. La más famosa de estas descripciones es
quizás la de la plaga de Atenas, que asoló esta ciudad
durante la Guerra del Peloponeso en el año 430 a.C. y
que Tucídides relata vivamente. Antes y después de
este historiador, otros escritores occidentales como
Homero, Herodoto, Lucrecio, Ovidio y Virgilio7,8,9
se
refieren al desarrollo de procesos morbosos colectivos
que sin duda pueden considerarse fenómenos epi-
démicos. Una de las características más notables de
estas descripciones es que dejan muy claro que la ma-
yoría de la población creía firmemente que muchos
padecimientos eran contagiosos, a diferencia de los mé-
dicos de la época quienes pusieron escasa atención en
el concepto de contagio. Las acciones preventivas y de
control de las afecciones contagiosas también son refe-
ridas en muchos textos antiguos. Como ya hemos di-
cho,laBiblia,elCorán,elTalmudydiversoslibroschinos
e hindúes recomiendan numerosas prácticas sanita-
rias preventivas, como el lavado de manos y alimentos,
la circuncisión, el aislamiento de enfermos y la inhu-
mación o cremación de los cadáveres. Por los Evan-
gelios sabemos que algunos enfermos –como los
leprosos– eran invariablemente aislados y tenían pro-
hibido establecer comunicación con la población sana.
La palabra epidemiología, que proviene de los
términos griegos “epi” (encima), “demos” (pueblo) y
“logos” (estudio), etimológicamente significa el estu-
dio de “lo que está sobre las poblaciones”. La primera
referencia propiamente médica de un término análo-
go se encuentra en Hipócrates (460-385 a.C.), quien usó
las expresiones epidémico y endémico para referirse a los
padecimientos según fueran o no propios de determi-
nado lugar.10 Hipócrates no secundó las creencias po-
pulares sobre el contagio, y atribuyó la aparición de
las enfermedades al ambiente malsano (miasmas) y
a la falta de moderación en la dieta y las actividades
físicas. Notablemente, tampoco hace referencia a
ninguna epidemia. A pesar de ello, su postura pro-
fundamente racionalista sobre el desarrollo de las
enfermedades (ninguno de sus trabajos menciona cu-
ras sobrenaturales) y sus afirmaciones sobre la influen-
cia del modo de vida y el ambiente en la salud de la
población hacen de este médico el principal represen-
tante de la epidemiología antigua. El texto hipocrático
Aires, aguas, y lugares –que sigue la teoría de los ele-
mentos propuesta medio siglo antes por el filósofo y
médico Empédocles de Agrigento– señala que la die-
ta, el clima y la calidad de la tierra, los vientos y el
agua son los factores involucrados en el desarrollo de
las enfermedades en la población, al influir sobre el
equilibrio del hombre con su ambiente. Siguiendo es-
tos criterios, elabora el concepto de constitución epidé-
mica de las poblaciones.
Aunque la noción de balance entre el hombre y su
ambiente como sinónimo de salud persistió por mu-
chos siglos, con el colapso de la civilización clásica el
Occidente retornó a las concepciones mágico-religio-
sas que caracterizaron a las primeras civilizaciones.11
Con ello, la creencia en el contagio como fuente de
enfermedad, común a casi todos los pueblos antiguos,
paulatinamente fue subsumida por una imagen en
donde la enfermedad y la salud significaban el castigo
y el perdón divinos, y las explicaciones sobre la causa
de los padecimientos colectivos estuvieron práctica-
mente ausentes en los escritos médicos elaborados en-
tre los siglos III y XV de nuestra era (es decir, durante
el periodo en el que la Iglesia Católica gozó de una
hegemonía casi absoluta en el terreno de las ciencias).
No obstante, como veremos más tarde, las medidas
empíricas de control de las infecciones siguieron de-
sarrollándose, gracias a su impacto práctico.
Durante el reinado del emperador Justiniano, en-
tre los siglos V y VI d.C., la terrible plaga que azotó al
mundo ya recibió el nombre griego de “epidemia”. No
se sabe exactamente desde cuándo el término epidémi-
co se usa para referirse a la presentación de un número
inesperado de casos de enfermedad, pero no hay duda
de que el término fue utilizado desde la baja Edad
Media para describir el comportamiento de las infec-
ciones que de cuando en cuando devastaban a las po-
blaciones. La larga historia de epidemias infecciosas
que azotaron al mundo antiguo y medieval fue de-
terminando una identificación casi natural entre los
conceptos de epidemia, infección y contagio hasta que,
según Winslow, la aparición de la pandemia de peste
bubónica o peste negra que azotó a Europa durante el
135
salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000
Desarrollo histórico de la epidemiología ACTUALIZACIONES
siglo XIV (de la cual se dice que diariamente morían
10 mil personas), finalmente condujo a la aceptación
universal –aunque todavía en el ámbito popular– de
la doctrina del contagio.7
Los esfuerzos por comprender la naturaleza de
las enfermedades y su desarrollo entre la población
condujeron a la elaboración de diversas obras médicas
durante los siglos inmediatamente posteriores al Re-
nacimiento. En 1546, Girolamo Fracastoro publicó, en
Venecia, el libro De contagione et contagiosis morbis et
eorum curatione, en donde por primera vez describe
todas las enfermedades que en ese momento podían
calificarse como contagiosas (peste, lepra, tisis, sarna,
rabia, erisipela, viruela, ántrax y tracoma) y agrega,
como entidades nuevas, el tifus exantemático y la sífi-
lis. Fracastoro fue el primero en establecer claramente
el concepto de enfermedad contagiosa, en proponer
una forma de contagio secundaria a la transmisión de
lo que denomina seminaria contagiorum (es decir, se-
millas vivas capaces de provocar la enfermedad) y en
establecer por lo menos tres formas posibles de in-
fección: a) por contacto directo (como la rabia y la le-
pra), b) por medio de fomites transportando los
seminaria prima (como las ropas de los enfermos), y c)
por inspiración del aire o miasmas* infectados con los
seminaria (como en la tisis).Aeste médico italiano tam-
bién le cabe el honor de establecer en forma precisa la
separación, actualmente tan clara, entre los conceptos
de infección, como causa, y de epidemia, como conse-
cuencia. Como veremos más adelante, incluso para
médicos tan extraordinarios como Thomas Sydenham
–quien nació cien años más tarde que Fracastoro y po-
pularizó el concepto hipocrático de constituciones epi-
démicas, y los de higiene individual y poblacional de
Galeno– fue imposible comprender esta diferencia
fundamental. A Fracastoro le cabe el honor de ser el
primer médico que estableció que enfermedades espe-
cíficas resultan de contagios específicos, presentando
la primera teoría general del contagio vivo de la en-
fermedad. Desde este punto de vista, debe ser consi-
derado el padre de la epidemiología moderna.12
Treinta y cuatro años después de Fracastoro, en
1580, el médico francés Guillaume de Baillou (1538-
1616) publicó el libro Epidemiorum‡ (“sobre las epi-
demias”) conteniendo una relación completa de las
epidemias de sarampión, difteria y peste bubónica
aparecidas en Europa entre 1570 y 1579, sus caracte-
rísticas y modos de propagación. Debido a que de
Baillou tuvo una gran influencia en la enseñanza
de la medicina durante la última parte del siglo XVI
y la primera del XVII (dirigió la escuela de medicina
de la Universidad de París por varias décadas), sus
trabajos tuvieron un importante impacto en la prác-
tica médica de todo el siglo XVII.
En castellano, la primera referencia al término epi-
demiología, según Nájera,13
se encuentra en el libro que
con tal título publicó Quinto Tiberio Angelerio, en
Madrid, en 1598. Los términos epidémico y endémico
fueron incorporados a nuestro idioma apenas unos
años más tarde, hacia 1606. En aquella época, endé-
mico significaba simplemente (como en el texto hipo-
crático Aires, aguas y lugares) la residencia permanente
de alguien en un lugar. Epidémico, en cambio, se de-
nominaba a aquel que temporalmente residía en un
lugar en donde era extranjero.14
Desde mucho antes, empero, el Occidente medie-
val había llevado a cabo actividades colectivas que
podrían calificarse como epidemiológicas en el senti-
do actual del término. La Iglesia ejecutó durante mu-
chos siglos acciones de control sanitario destinadas a
mantener lejos del cuerpo social las enfermedades que
viajaban con los ejércitos y el comercio, y temprana-
mente aparecieron prácticas sanitarias que basaban su
fuerza en los resultados del aislamiento y la cuarente-
na. Del siglo XIV al XVII estas acciones se generaliza-
ron en toda Europa y paulatinamente se incorporaron
a la esfera médica.
2. Aprendiendo a contar: la estadística
sanitaria
Durante los siguientes siglos ocurrieron en Europa
otros sucesos de naturaleza diferente que, sin embar-
go, tuvieron un fuerte impacto sobre el desarrollo de
la epidemiología. Hasta el siglo XVI, la mayoría de las
enumeraciones y recuentos poblacionales habían te-
nido casi exclusivamente dos propósitos: determinar
la carga de impuestos y reclutar miembros para el ejér-
cito. No obstante, con el nacimiento de las naciones
modernas, los esfuerzos por conocer de manera pre-
cisa las fuerzas del Estado (actividad que inicialmente
se denominó a sí misma estadística) culminaron por
rebasar estos límites e inaugurar la cuantificación sis-
temática de un sinnúmero de características entre los
habitantes de las florecientes naciones europeas. La
estadística de salud moderna inició con el análisis de
los registros de nacimiento y de mortalidad, hasta en-
tonces realizados únicamente por la Iglesia Católica,
que organizaba sus templos de culto de acuerdo con el
volumen de sus feligreses.
* Como se señaló antes, la palabra miasma fue utilizada con propó-
sitos médicos por primera vez por Hipócrates (aunque con otro
significado), deriva del griego miáino, y significa mancha.
‡
De Baillou, Guillaume. Epidemiorum, 2 vols (1640), citado en Enci-
clopaedia Brittanica, 1999.
ACTUALIZACIONES
136 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000
López-Moreno S y col.
El nacimiento de las estadísticas sanitarias coin-
cide con un extraordinario avance de las ciencias na-
turales (que en ese momento hacían grandes esfuerzos
por encontrar un sistema lógico de clasificación botá-
nica) y que se reflejó en las cuidadosas descripciones
clínicas de la disentería, la malaria, la viruela, la gota,
la sífilis y la tuberculosis hechas por el inglés Thomas
Sydenham, entre 1650 y 1676. Los trabajos de este
autor resultaron esenciales para reconocer a estas pa-
tologías como entidades distintas y dieron origen al
sistema actual de clasificación de enfermedades. En su
libro Observationes medicae, Sydenham afirmaba, por
ejemplo, que si la mayoría de las enfermedades podían
ser agrupadas siguiendo criterios de “unidad bioló-
gica” también era posible reducirlas a unos cuantos
tipos, “exactamente como hacen los botánicos en sus
libros sobre las plantas”.15
Las propuestas clasificato-
rias abiertas por Sydenham se vieron fortalecidas casi
inmediatamente, cuando su coterráneo John Graunt
analizó, en 1662, los reportes semanales de nacimien-
tos y muertes observados en la ciudad de Londres y el
poblado de Hampshire durante los 59 años previos,
identificando un patrón constante en las causas de
muerte y diferencias entre las zonas rurales y urbanas.12
John Graunt fue un hombre extraordinariamente pers-
picaz. Disponiendo de información mínima logró in-
ferir, entre otras cosas, que regularmente nacían más
hombres que mujeres, que había una clara variación
estacional en la ocurrencia de las muertes y que 36%
de los nacidos vivos morirían antes de cumplir los seis
años. Con ello, Graunt dio los primeros pasos para el
desarrollo de las actuales tablas de vida.
Un economista, músico y médico amigo de
Graunt, William Petty, publicó por la misma época
trabajos relacionados con los patrones de mortali-
dad, natalidad y enfermedad entre la población ingle-
sa, y propuso por primera vez –30 años antes que
Leibniz (1646-1716), a quien tradicionalmente se le
atribuye esta idea– la creación de una agencia guber-
namental encargada de la recolección e interpretación
sistemática de la información sobre nacimientos, casa-
mientos y muertes, y de su distribución según sexo,
edad, ocupación, nivel educativo y otras condiciones
de vida. También sugirió la construcción de tablas de
mortalidad por edad de ocurrencia, anticipándose al
desarrollo de las actuales tablas usadas para comparar
poblaciones diferentes. Esta manera de tratar la infor-
mación poblacional fue denominada por Petty “arit-
mética política”.15 Los trabajos de Graunt y Petty no
contribuyeron inmediatamente a la comprensión de la
naturaleza de la enfermedad, pero fueron fundamen-
tales para establecer los sistemas de recolección y or-
ganización de la información que los epidemiólogos
actuales usan para desarrollar sus observaciones.
En los siguientes años, el estudio de la enferme-
dad poblacional bajo este método condujo a la elabo-
ración de un sinnúmero de “leyes de la enfermedad”,
que inicialmente se referían a la probabilidad de en-
fermar a determinada edad, a la probabilidad de per-
manecer enfermo durante un número específico de días
y a la probabilidad de fallecer por determinadas cau-
sas de enfermedad. Estas tablas, sin embargo, no
derivan directamente de los trabajos de Graunt y Pet-
ty, sino de las acciones desarrolladas por las compañías
aseguradoras para fijar adecuadamente los precios de
los seguros de vida, comunes en Inglaterra y Gales
desde mediados del siglo XVII y en Francia desde mu-
cho antes (quizás desde el siglo XVI) a través de las
asociaciones de socorros mutuos y las “tontinas” de
trabajadores.* Las más famosas tablas elaboradas para
estos fines fueron las de los comités seleccionados, en
Suecia; las de Richard Price, en Inglaterra y las de
Charles Oliphant (ya en el siglo XIX), en Escocia. Las
más exactas (las elaboradas por Richard Price, según
el epistemólogo inglés Ian Hacking),16
permiten de-
terminar que el promedio de vida en la ciudad de
Northampton era, según datos del siglo XVIII, de 24
años de vida. Entre los más famosos constructores de
tablas de vida para las compañías aseguradoras se
encuentran Edmund Halley (1656-1742), astrónomo
británico descubridor del cometa que lleva su nom-
bre y que en 1687 sufragara los gastos de publicación
de los Principia mathematica, de su amigo Isaac New-
ton; y el periodista Daniel Defoe (1660-1731), autor de
la novela Robinson Crusoe y del extraordinario relato
sobre la epidemia londinense de 1665, Diario del año de
la peste.
El proceso matemático que condujo a la elabo-
ración de “leyes de la enfermedad” inició, sin embar-
go, con el análisis de la distribución de los nacimientos.
En 1710, John Arbuthnot, continuador de los trabajos
de Graunt y Petty, había demostrado que la razón de
nacimientos entre varones y mujeres era siempre
de 13 a 12, independientemente de la sociedad y el país
en el que se estudiaran. Para Arbuthnot, esta regula-
ridad no podía deberse al azar, y tenía que ser una
“disposición divina” encaminada a balancear el ex-
ceso de muertes masculinas debidas a la violencia y la
* Una tontina es una asociación en la que varios trabajadores apor-
tan una cantidad similar a fin de formar un fondo. Los últimos
sobrevivientes se reparten el capital y los intereses generados.
137
salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000
Desarrollo histórico de la epidemiología ACTUALIZACIONES
guerra.16
Entre 1741 y 1775, el sacerdote alemán J.P.
Sussmilch escribió varios tratados que seguían los mé-
todos de enumeración propuestos por Graunt, Petty y
Arbuthnot. Para Sussmilch, la regularidad encontrada
en el volumen de nacimientos por sexo era toda una
“ley estadística” (como las leyes naturales de la física)
y debían existir leyes similares capaces de explicar el
desarrollo de toda la sociedad. Muy pronto nació la
idea de una “ley de mortalidad” y, poco más tarde,
la convicción de que habría leyes para todas las des-
viaciones sociales: el suicidio, el crimen, la vagancia,
la locura y, naturalmente, la enfermedad.16
Si bien las
estadísticas sobre la enfermedad tuvieron importan-
cia práctica hasta el siglo XIX, su desarrollo era un
avance formidable para la época. La misma frase “ley
de la enfermedad“ invitaba a formular los proble-
mas de salud en forma matemática, generalizando es-
tudios sobre la causa de los padecimientos y muertes
entre la población. En 1765, el astrónomo Johann H.
Lambert inició la búsqueda de relaciones entre la mor-
talidad, el volumen de nacimientos, el número de
casamientos y la duración de la vida, usando la in-
formación de las gacetas estadísticas alemanas. Como
resultado, Lambert obtuvo una curva de decesos que
incorporaba la duración de vida promedio de la po-
blación investigada y con la cual logró deducir una tasa
de mortalidad infantil mucho más alta de lo que en-
tonces se pensaba. La búsqueda de “leyes de la en-
fermedad” fue una actividad permanente hasta el final
del siglo XIX, y contribuyó al desarrollo de la estadís-
tica moderna.17 Durante este proceso, la incursión de
la probabilidad en el estudio de la enfermedad fue casi
natural.
3. Causas de enfermedad: la contribución
de la “observación numérica”
Para la misma época, por otra parte, se habían pu-
blicado trabajos que también hacían uso, aunque de
otra manera, de la enumeración estadística. El prime-
ro de ellos, publicado en 1747, fue un trabajo de James
Lind sobre la etiología del escorbuto, en el que demos-
tró experimentalmente que la causa de esta enferme-
dad era un deficiente consumo de cítricos. El segundo
fue un trabajo publicado en 1760 por Daniel Bernoulli,
que concluía que la variolación protegía contra la
viruela y confería inmunidad de por vida.12 Es notable
que este trabajo se publicara 38 años antes de la in-
troducción del método de vacunación por el británico
Edward Jenner (1749-1823). Un tercer trabajo, que se
refiere específicamente a la práctica de inmunización
introducido por Jenner, fue publicado por Duvillard
de Durand apenas nueve años después de la genera-
lización de este procedimiento en Europa (en 1807), y
se refiere a las potenciales consecuencias de este mé-
todo preventivo en la longevidad y la esperanza de
vida de los franceses.16
No obstante, como señala Hacking, el imperialis-
mo de las probabilidades sólo era concebible en un
mundo numérico. Aunque la cuantificación se hizo co-
mún a partir de Galileo, en materia médica, esto fue
posible sólo gracias a los trabajos de Pierre Charles
Alexander Louis. Este clínico francés, uno de los pri-
meros epidemiólogos modernos, condujo, a partir de
1830, una gran cantidad de estudios de observación
“numérica”, demostrando, entre muchas otras cosas,
que la tuberculosis no se transmitía hereditariamente
y que la sangría era inútil y aun perjudicial en la ma-
yoría de los casos.16
La enorme influencia de P.C.A.
Louis durante las siguientes décadas se muestra en
la primera declaración de la Sociedad Epidemioló-
gica de Londres, fundada en 1850, en donde se afirma
que “la estadística también nos ha proporcionado un
medio nuevo y poderoso para poner a prueba las ver-
dades médicas, y mediante los trabajos del preciso
Louis hemos aprendido cómo puede ser utilizada
apropiadamente para entender lo relativo a las en-
fermedades epidémicas”.*
El mayor representante de los estudios sobre la
regularidad estadística en el siglo XIX fue, sin embar-
go, el belga Adolphe Quetelet, que usó los estudios de
Poisson y Laplace para identificar los valores promedio
de múltiples fenómenos biológicos y sociales. Como
resultado, Quetelet transformó cantidades físicas cono-
cidas en propiedades ideales que seguían comporta-
mientos regulares, con lo que inauguró los conceptos
de término medio y normalidad biológica, catego-
rías ampliamente usadas durante la inferencia epide-
miológica. Sin embargo, los trabajos de Laplace, Louis,
Poisson, Quetelet, Galton y Pearson pronto se acerca-
ron a las posturas sostenidas por los científicos posi-
tivistas (especialmente los físicos), para quienes, según
el dicho del escocés William Kelvin, una ciencia que
no medía “era una pobre ciencia”. Con ello, se pasó de
considerar que medir es bueno, a creer que sólo medir es
bueno.
Un alumno distinguido de Louis, el inglés William
Farr, generalizó el uso de las tasas de mortalidad y
también los conceptos de población bajo riesgo, gra-
diente dosis-respuesta, inmunidad de grupo, direccio-
nalidad de los estudios y valor “año-persona”. También
descubrió las relaciones entre la prevalencia, la in-
cidencia y la duración de las enfermedades, y funda-
* Citado por Lilienfeld A y Lilienfeld D, 1987.
ACTUALIZACIONES
138 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000
López-Moreno S y col.
mentó la necesidad de contar con grandes grupos
de casos para lograr inferencias válidas.12
En 1837
publicó lo que denominó “un instrumento capaz de
medir la frecuencia y duración relativa de las enferme-
dades”, afirmando que con él era posible determinar
el peligro relativo de cada padecimiento. Finalmente,
creó el concepto de fuerza de la mortalidad de un pade-
cimiento específico, definiéndolo como el volumen de
“decesos entre un número determinado de enfermos
del mismo padecimiento, en un periodo definido de
tiempo”.16
Este concepto, uno de los primeros concep-
tos epidemiológicos altamente precisos, es idéntico al
que hoy conocemos como letalidad.
La investigación realizada en el campo de la epi-
demiología experimentó durante el siglo XIX un extra-
ordinario avance, especialmente con los trabajos de
Robert Storrs (1840), Oliver Wendell Holmes (1842) e
Ignaz Semmelweis (1848) sobre la transmisión de la
fiebre puerperal; los de P.L. Panum (1846) sobre la con-
tagiosidad del sarampión; los de Snow (1854) sobre el
modo de transmisión del cólera, y los de William Budd
(1857) sobre la transmisión de la fiebre tifoidea. La
importancia de estos trabajos radica en el enorme es-
fuerzo intelectual que estos investigadores debieron
hacer para documentar –mediante la pura observa-
ción–* propuestas sobre la capacidad transmisora, los
mecanismos de contagio y la infectividad de agen-
tes patógenos sobre los que aún no podía demostrarse
una existencia real. Una muestra del enorme valor de
este trabajo se encuentra en el hecho de que los agentes
infecciosos responsables de cada una de estas enferme-
dades se descubrieron entre veinte y treinta años más
tarde, en el mejor de los casos.
El método utilizado por los epidemiólogos del si-
glo XIX para demostrar la transmisibilidad y contagio-
sidad de los padecimientos mencionados (que, en
resumen, consiste en comparar, de múltiples formas,
la proporción de enfermos expuestos a una circuns-
tancia con la proporción de enfermos no expuestos a
ella) se reprodujo de manera sorprendente y con él
se estudiaron, durante los siguientes años, práctica-
mente todos los brotes epidémicos. De hecho, versiones
más sofisticadas de esta estrategia constituyen ac-
tualmente los principales métodos de la epidemiología.
La escuela de epidemiólogos fundada en el siglo
pasado continúa activa. Las ideas de P.C.A. Louis, por
ejemplo, fueron adoptadas por muchos de sus alum-
nos y siguen dando frutos. Entre sus alumnos desta-
can Francis Galton (descubridor del coeficiente de
correlación), George C. Shattuck (fundador de la Aso-
ciación Estadística Norteamericana y reformador de la
salud pública en ese país) y Elisha Bartlett (el primero
en justificar matemáticamente el uso del grupo con-
trol en los estudios experimentales). Un alumno de Gal-
ton, Karl Pearson, descubrió la distribución de χ2
y
fundó la Escuela Británica de Biometría. Major Green-
wood, alumno de Pearson, fue el más destacado epi-
demiólogo inglés de la primera mitad del siglo XX y
maestro de Austin Bradford Hill, quien, junto con
Evans y Jerushalmy, ha sido uno de los más impor-
tante divulgadores de los criterios modernos de cau-
salidad. En nuestro continente destacaron inicialmente
Edward Jarvis, William Welch, Joseph Goldberger,
Wade Hampton Frost, Edgard Sydenstriker y Kenneth
Maxcy. Más recientemente, ambas escuelas epidemio-
lógicas han dado nombres de la talla de Richard Doll,
Jerome Cornfield,Alexander Langmuir, Brian MacMa-
hon, Nathan Mantel, William Haenzel, Abraham Li-
lienfeld, Thomas Mckeown, Milton Terris, Carol Buck,
Mervyn Susser, Sanders Greenland, Olli Miettinen,
David Kleimbaum y Kenneth Rothman, quienes han
sido reconocidos por sus importantes contribuciones
al desarrollo metodológico de la disciplina.
4. Distribución, frecuencia y
determinantes de las condiciones de salud
Con el establecimiento definitivo de la teoría del ger-
men, entre 1872 y 1880, la epidemiología, como todas
las ciencias de la salud, adoptó un modelo de causali-
dad que reproducía el de la física, y en el que un solo
efecto es resultado de una sola causa, siguiendo cone-
xiones lineales. Los seguidores de esta teoría fueron
tan exitosos en la identificación de la etiología espe-
cífica de enfermedades que dieron gran credibilidad
a este modelo. Como consecuencia, la epidemiología
volvió a utilizarse casi exclusivamente como un mero
apoyo en el estudio de las enfermedades infecciosas.
Las experiencias de investigación posteriores rom-
pieron estas restricciones. Las realizadas entre 1914 y
1923 por Joseph Goldberger –quien demostró el carác-
ter no contagioso de la pelagra– rebasaron los límites
de la infectología y sirvieron de base para elaborar teo-
rías y adoptar medidas preventivas eficaces contra las
enfermedades carenciales, inclusive antes de que se
conociera el modo de acción de los micronutrimentos
esenciales.13 En 1936, Frost* afirmaba que la epidemio-
logía “en mayor o menor grado, sobrepasa los límites
* Observación guiada por la teoría, por supuesto. * Citado por Lilienfeld, A. y Lilienfeld D. 1987.
139
salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000
Desarrollo histórico de la epidemiología ACTUALIZACIONES
de la observación directa”, asignándole la posibi-
lidad de un desarrollo teórico propio y, en 1941, Major
Greenwood la definió simplemente como “el estudio
de la enfermedad, considerada como fenómeno de
masas”.*
El incremento en la incidencia de enfermedades
crónicas ocurrido a mediados del siglo XX también con-
tribuyó a ampliar el campo de acción de la disciplina,
la que desde los años cuarenta se ocupó del estudio
de la dinámica del cáncer, la hipertensión arterial, las
afecciones cardiovasculares, las lesiones y los padeci-
mientos mentales y degenerativos. Como resultado, la
epidemiología desarrolló con mayor precisión los con-
ceptos de exposición, riesgo, asociación, confusión y
sesgo, e incorporó el uso franco de la teoría de la pro-
babilidad y de un sinnúmero de técnicas de estadísti-
ca avanzada.18
La red causal
Desde su nacimiento como disciplina moderna, una
premisa fundamental de la epidemiología ha sido la
afirmación de que la enfermedad no ocurre ni se distri-
buye al azar, y sus investigaciones tienen como propó-
sito identificar claramente las condiciones que pueden
ser calificadas como “causas” de las enfermedades,
distinguiéndolas de las que se asocian a ellas úni-
camente por azar.19,20 El incesante descubrimiento de
condiciones asociadas a los procesos patológicos ha
llevado a la identificación de una intrincada red de
“causas” para cada padecimiento, y desde los años
setenta se postula que el peso de cada factor presun-
tamente causal depende de la cercanía con su efecto
aparente. La epidemiología contemporánea ha ba-
sado sus principales acciones en este modelo, deno-
minado “red de causalidad” y formalizado por Brian
MacMahon, en 1970.
Una versión más acabada de este mismo modelo
propone que las relaciones establecidas entre las con-
diciones participantes en el proceso –denominadas
causas, o efectos, según su lugar en la red– son tan com-
plejas, que forman una unidad imposible de conocer
completamente. El modelo, conocido como de la “caja
negra ”, es la metáfora con la que se representa un fenó-
meno cuyos procesos internos están ocultos al obser-
vador, y sugiere que la epidemiología debe limitarse a
la búsqueda de aquellas partes de la red en las que es
posible intervenir efectivamente, rompiendo la cade-
na causal y haciendo innecesario conocer todos los fac-
tores intervinientes en el origen de la enfermedad.
Actualmente, este es el modelo predominante en la
investigación epidemiológica.21,22
Una de sus prin-
cipales ventajas radica en la posibilidad de aplicar
medidas correctivas eficaces, aun en ausencia de ex-
plicaciones etiológicas completas. Esto sucedió, por
ejemplo, cuando en la década de los cincuenta se
identificó la asociación entre el cáncer pulmonar y el
hábito de fumar.23
No era necesario conocer los meca-
nismos cancerígenos precisos de inducción y promo-
ción para abatir la mortalidad mediante el combate al
tabaquismo. Una desventaja del modelo, empero, es
que con frecuencia existe una deficiente comprensión
de los eventos que se investigan, al no ser necesario
comprender todo el proceso para adoptar medidas
eficaces de control. El resultado más grave del se-
guimiento mecánico de este esquema ha consistido en
la búsqueda desenfrenada de “factores de riesgo” sin
esquemas explicativos sólidos, lo que ha hecho pare-
cer a los estudios epidemiológicos como una colección
infinita de factores que, en última instancia, expli-
can muy poco los orígenes de las enfermedades.
El modelo de la caja negra también tiene como li-
mitación la dificultad para distinguir entre los determi-
nantes individuales y poblacionales de la enfermedad
(es decir, entre las causas de los casos y las causas de la
incidencia). Geoffrey Rose ha advertido sobre esta fal-
ta de discriminación al preguntarse si la aparición de
la enfermedad en las personas puede explicarse de la
misma manera que la aparición de la enfermedad en
las poblaciones.24 En otras palabras, Rose se pregunta
si la enfermedad individual y la incidencia tienen las
mismas causas y, por lo tanto, pueden ser combatidas
con las mismas estrategias. Rose responde negativa-
mente.
Corrientes más recientes han intentado desarro-
llar un paradigma opuesto al de la caja negra mul-
ticausal, denominado modelo histórico-social. Este
modelo señala que es engañoso aplicar mecánicamente
un modelo que concede el mismo peso a factores que,
por su naturaleza, deben ser diferentes. También re-
chaza que el componente biológico de los procesos de
salud colectiva tenga un carácter determinante, y pro-
pone reexaminar estos fenómenos a la luz de su deter-
minación histórica, económica y política. Según esta
interpretación, el propósito principal de la investi-
gación epidemiológica debe ser la explicación de la
distribución desigual de las enfermedades entre las di-
versas clases sociales, en donde se encuentra la deter-
minación de la salud-enfermedad.25 No obstante, el
interés que revisten estos planteamientos, el limitado
desarrollo de instrumentos conceptuales adecuados
para contrastar sus hipótesis, ha impedido que este
* Citado por Colimon KM: Fundamentos de Epidemiología. Ma-
drid: Ed. Díaz de Santos, 1990.
ACTUALIZACIONES
140 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000
López-Moreno S y col.
modelo progrese como una alternativa real a los mo-
delos de la red de causalidad y de la caja negra.
Las cajas chinas y la eco-epidemiología
Entre los trabajos que directamente abordan el pro-
blema de la “caja negra” destaca la obra de Mervyn
Susser,26
para quien los fenómenos colectivos de salud
funcionan de manera más parecida a una “caja china”,
en donde los sistemas de determinación epidemio-
lógica se encuentran separados y organizados jerár-
quicamente, de forma tal que un sistema abarca varios
subsistemas, compuestos a su vez por subsistemas de
menor jerarquía. Así, los cambios en un nivel afectan
al subsistema correspondiente, pero nunca al sistema
en su totalidad. De esta manera, las relaciones de cada
nivel son válidas para explicar estructuras en los ni-
chos de donde se han obtenido, pero no para realizar
generalizaciones en otros niveles. Esta propuesta,
denominada ecoepidemiología, explica, por ejemplo,
la razón por la cual la información obtenida en el sub-
sistema donde se enmarca y determina la desnutrición
biológica individual no puede explicar los sistemas en
los que se enmarcan y determinan la incidencia de des-
nutrición de una comunidad, una región o un país.
Determinación de riesgos
Como antes sucedió con las enfermedades infecciosas,
en el estudio de las afecciones crónicas y degenerativas
la epidemiología ha vuelto a jugar un papel fundamen-
tal, al mostrar la relación existente entre determinadas
condiciones del medio ambiente, el estilo de vida y la
carga genética, y la aparición de daños específicos en
las poblaciones en riesgo. Entre sus aportes más im-
portantes se encuentran, por ejemplo, la comprobación
de la relación existente entre el consumo de cigarrillos
y el cáncer de pulmón; entre radiaciones ionizantes y
determinadas formas de cáncer; entre exposición a di-
versas sustancias químicas y tumores malignos; entre
obesidad y diabetes mellitus; entre consumo de es-
trógenos y cáncer endometrial; entre uso de fármacos
y malformaciones congénitas, y entre sedentarismo
e infarto de miocardio. En la década de los ochenta,
diversos estudios epidemiológicos encontraron una
fuerte asociación entre las prácticas sexuales y el ries-
go de transmisión del Síndrome de Inmunodeficien-
cia Humana, aun antes del descubrimiento del virus
responsable de su aparición. Más recientemente, la
epidemiología ha aportado múltiples muestras del
daño asociado a la exposición de sustancias conta-
minantes presentes en el aire y el agua. Muchas otras
relaciones, como las que podrían existir entre la ex-
posición a ciertos procesos físicos (como los campos
electromagnéticos) y algunos tipos de cáncer, todavía
se investigan. Como antes lo hizo para los padeci-
mientos infecciosos y las enfermedades carenciales, la
investigación epidemiológica sigue jugando un extra-
ordinario papel en la identificación de nuevos riesgos,
abriendo caminos para la toma de medidas preventi-
vas selectivas entre las poblaciones en riesgo.
Identificación y evaluación de las modalidades de la respuesta
social
La epidemiología también se ha usado como instru-
mento en la planificación de los servicios sanitarios,
mediante la identificación de los problemas priorita-
rios de salud, las acciones y recursos que son necesarios
para atenderlos, y el diseño de programas para aplicar
estas acciones y recursos. La evaluación de estos pro-
gramas –que habitualmente se realiza comparando la
frecuencia de enfermedad en el grupo intervenido con
la de un grupo testigo y que, por ello, se podría deno-
minar epidemiología experimental–, es un instrumen-
to cada vez más utilizado en el diseño de los planes
sanitarios. Así, mediante el uso de métodos y técnicas
epidemiológicos se ha logrado identificar el impacto
real y la calidad con la que se prestan los servicios
médicos; las formas más eficaces para promover la
salud de los que están sanos y las relaciones entre el
costo, la efectividad y el beneficio de acciones especí-
ficas de salud.
Combinada con otras disciplinas, como la admi-
nistración, la economía, las ciencias políticas y las cien-
cias de la conducta, la epidemiología ha permitido
estudiar las relaciones entre las necesidades de asis-
tencia y la oferta y demanda de servicios. También con
ella se evalúan la certeza de los diversos medios diag-
nósticos y la efectividad de diferentes terapias sobre el
estado de salud de los enfermos. Los estudios socioló-
gicos y antropológicos que hacen uso de técnicas epi-
demiológicas también son cada vez más frecuentes, y
ello ha fortalecido el trabajo y mejorado los resultados
de las tres disciplinas.
Identificación de marcadores de enfermedad
El campo de acción de la epidemiología se amplía per-
manentemente. Con el surgimiento de la genética y
la biología molecular, los epidemiólogos han podido
responder nuevas preguntas. Ahora se investiga con
métodos epidemiológicos, por ejemplo, la distribución
poblacional de genes que podrían explicar las variacio-
nes en la presentación de diversos padecimientos neo-
plásicos, muchas enfermedades endocrinas y algunas
141
salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000
Desarrollo histórico de la epidemiología ACTUALIZACIONES
enfermedades mentales y neurológicas. En este cam-
po también se investigan la manera precisa en que los
factores genéticos influyen en la aparición de com-
plicaciones y la forma en que interactúan con las ca-
racterísticas del medio ambiente.
Dinámica general de la enfermedad
La identificación del comportamiento epidemiológico
de los padecimientos según la edad, el género y la
región que afectan ha contribuido a la elaboración de
teorías generales sobre la dinámica espacial y tempo-
ral de la enfermedad, considerada como un fenómeno
social. Actualmente, por ejemplo, ya nadie niega que a
cada tipo de sociedad corresponde un perfil específico
de enfermedad, y que este perfil está ligado al volu-
men y la estructura de su población, su organización
socioeconómica y su capacidad para atender la en-
fermedad entre sus miembros. En este caso, la epi-
demiología ha representado el papel protagónico al
identificar las fases del cambio sanitario y los meca-
nismos a partir de los cuales un grupo de patologías,
característico de una sociedad determinada, es susti-
tuido por otro, propio de una nueva fase. De acuerdo
con la teoría de la transición epidemiológica, todos
los países deben atravesar tres grandes eras, y la ma-
yoría se encuentra en transición entre la segunda y la
tercera fase del proceso. Siguiendo esta teoría, las en-
fermedades se han reclasificado según el sitio que teóri-
camente deberían ocupar en el perfil de daños de una
sociedad determinada. Así, además de las clasifica-
ciones tradicionales (enfermedades endémicas,
epidémicas y pandémicas), hoy se habla de enferme-
dades pretransicionales, transicionales y postransicio-
nales; emergentes y resurgentes, y se ha vuelto común
hablar de los perfiles de salud en términos de rezagos
o retos epidemiológicos.
Desde otro terreno, ya hace varias décadas, se
acepta que, en gran medida, el estatuto científico de la
salud pública depende de la cantidad de epidemiolo-
gía que contenga. Guerra de Macedo, por ejemplo, afir-
ma que las tareas de formar conocimiento nuevo y
emplearlo adecuadamente en materia de salud colec-
tiva son específicas de la epidemiología, en especial
cuando ésta se concibe no como un mero instrumento
de vigilancia y control de enfermedades, sino en esa
dimensión mayor de la inteligencia sanitaria que per-
mite comprender a la salud como un todo.27 La epi-
demiología, según este punto de vista, no sólo es una
parte fundamental de la salud pública, sino su prin-
cipal fuente de teorías, métodos y técnicas.28
Algunos problemas epistemológicos actuales
La polémica sobre el estatuto científico de la epide-
miología fue abierta con la publicación de un contro-
vertido texto elaborado por Carol Buck,29
en 1975. De
acuerdo con esta autora, el hecho de que la epidemio-
logía otorgue tanta importancia a su método se debe a
que, en esta disciplina, el experimento juega un papel
muy limitado, por lo que los investigadores deben
crear escenarios cuasiexperimentales, sirviéndose de
los fenómenos tal como ocurren naturalmente. El re-
conocimiento de esta característica provocó un gran
interés en el análisis de los fundamentos lógicos del
trabajo epidemiológico, y sus implicaciones episte-
mológicas se discutieron inmediatamente.30,31,32
En la actualidad, la epidemiología enfrenta va-
rios problemas epistemológicos. De ellos, quizás el
más importante es el problema de la causalidad, as-
pecto sobre el que todavía no existe consenso entre los
expertos. El abanico de posturas se extiende desde
los que proponen el uso generalizado de los postula-
dos de causalidad (Henle-Koch, Bradford Hill o Evans)
hasta los que consideran que la epidemiología debe
abandonar el concepto de “causa” y limitarse a dar
explicaciones no deterministas de los eventos que in-
vestiga. Las criticas al concepto de causa, formuladas
por primera vez por David Hume, en 1740, proba-
blemente implicarían replantear conceptos tan arrai-
gados en la investigación epidemiológica como los de
“causa necesaria” y “causa suficiente”, por ejemplo.
Dado que estas críticas son cada vez más aceptadas
en el terreno de las ciencias naturales, es indudable
que este tema seguirá siendo uno de los predilectos
por la literatura epidemiológica del siglo XXI.
Otro de los problemas filosóficos de la epide-
miología contemporánea se refiere a la índole de su
objeto de estudio. En este campo, los esfuerzos por
determinar la naturaleza de los eventos epidemiológi-
cos también han desembocado en la formación de di-
versas corrientes, que debaten intensamente si este
objeto se alcanza con la suma de lo individual, con el
análisis poblacional, o mediante la investigación de lo
social. Como resultado, han proliferado los intentos por
desentrañar, cada vez con mayor rigor, las interaccio-
nes que se establecen entre la clínica, la estadística y
las ciencias sociales.25
El último de los aspectos centrales en este pecu-
liar debate alude al estatuto científico del saber epide-
miológico. Aunque ya nadie acepta la posibilidad
–planteada por Louis en el siglo XIX– de que los even-
tos epidemiológicos puedan comportarse siguiendo
ACTUALIZACIONES
142 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000
López-Moreno S y col.
leyes similares a las que rigen los fenómenos natu-
rales, los aportes de la epidemiología en el terreno de
la generación de teorías, modelos y conceptos han sido
numerosos, y su desarrollo presente indica que este
proceso no va a detenerse.33
5. Conclusiones
Como puede notarse, a través del texto, tanto el objeto
como los métodos de estudio de la epidemiología se
han modificado radicalmente desde su origen hasta la
actualidad. De la simple descripción de las plagas ha
pasado a explicar la dinámica de la salud poblacional
considerada como un todo, identificando los elemen-
tos que la componen, explicando las fuerzas que la
gobiernan y proponiendo acciones para intervenir en
el curso de su desarrollo.
El desarrollo conceptual en la epidemiología, como
ha sucedido desde que nació como ciencia, lejos de
detenerse ha seguido ganando terreno. La teoría de la
transición epidemiológica (que desde su nacimiento
proporcionó valiosos elementos para interpretar la
dinámica de la enfermedad poblacional) ha sido ob-
jeto de profundas reformulaciones teóricas.34
Los con-
ceptos de causa, riesgo, asociación, sesgo, confusión,
etcétera, aunque cada vez son más sólidos, se en-
cuentran en proceso de revisión permanente, lo que
hace a la epidemiología una disciplina viva y en
constante movimiento.
De acuerdo con Kleinbaum,35 la nueva epide-
miología tiene como propósitos: a) la descripción de las
condiciones de salud de la población (mediante la ca-
racterización de la ocurrencia de enfermedades, de las
frecuencias relativas al interior de sus subgrupos y de
sus tendencias generales); b) la explicación de las cau-
sas de enfermedad poblacional (determinando los fac-
tores que la provocan o influyen en su desarrollo); c)
la predicción del volumen de enfermedades que ocu-
rrirá, así como su distribución al interior de los sub-
grupos de la población, y d) la prolongación de la vida
sana mediante el control de las enfermedades en la po-
blación afectada y la prevención de nuevos casos entre
la que está en riesgo. Sólo habría que agregar que
también es propósito de la epidemiología generar los
métodos de abordaje con los cuales puede realizar
adecuada y rigurosamente estas tareas.36 Estos obje-
tivos –que demuestran el avance alcanzado en los dos
últimos siglos– también indican que, de continuar con
la misma tendencia, en las próximas décadas habre-
mos de ver a la disciplina convertida en una ciencia de
vastos alcances.
Agradecimientos
Los autores desean agradecer los valiosos comenta-
rios y sugerencias hechas al texto original por los doc-
tores Héctor Gómez Dantés y Alexánder Corcho
Berdugo, del Instituto Nacional de Salud Pública.
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Glosario epidemiológico 2020
para entender la pandemia COVID-19
MSc. Delia Namihira-Guerrero*
Universidad Veracruzana
M. en F.C. Rosalba Namihira-Guerrero**
Dirección General de Divulgación de la Ciencia y Posgrado en Filosofía de la Ciencia, UNAM.
MSc. H. Gallardo-Namihira
Pediatra Deni Meneses-Namihira
Glosario epidemiológico 2020 para entender la pandemia COVID-19 by Namihira & Namihira is
licensed under a ​Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0
Internacional License​.
* https://orcid.org/0000-0002-2094-8996
** https://orcid.org/0000-0002-1944-6745
Historia de la epidemiología y las concepciones sobre las enfermedades colectivas
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  • 2. • " Históricamente la medicina no comenzó como ciencia, sino cual profesión práctica, cuyo fin era curar. En un principio, al médico le interesaba fundamentalmente el cómo, o sea, el curar, y no el por qué, es decir, el indagar las causas de la enfermedad". Félix Marti-Ibáñez
  • 3. CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA: Plagas y pestes • La aparición periódica de plagas y pestilencias en la prehistoria es indiscutible. • Las concepciones mágico - religiosas caracterizaron a las primeras civilizaciones. • Religión politeísta imperante. • El papiro de Ebers, fiebres pestilentes (¿malaria?), población de las márgenes del Nilo año 2000 a.C.
  • 4. CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA: Plagas y pestes • En Egipto, momias de hace dos mil y tres mil años muestran afecciones dérmicas (¿viruela? ¿lepra?). • Plaga de Egipto, obligó al Faraón Mineptah, a permitir la salida de los judíos de Egipto, 1224 a.C. • Plaga de Atenas durante la Guerra del Peloponeso, descrita por Tucídides, 430 a. C.
  • 5. CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA: Espíritus malignos • Explicación causal de la enfermedad individual: espíritus malignos • Abordaje curativo de la enfermedad: ritos y hechizos. • Abordaje preventivo de la enfermedad: entierro de cadáveres • La enfermedad y la salud significaban el castigo y el perdón divinos. • No explicaciones sobre la causa de los padecimientos colectivos. • Las medidas empíricas de control de las infecciones se desarrollaron, gracias a su impacto práctico.
  • 6. CONCEPCION DEL CONTAGIO: Sabiduría popular • Muchos escritores griegos y latinos se refirieron a menudo al surgimiento de lo que denominaron pestilencias. • Explicación causal de los padecimientos colectivos: contagio. • Concepción popular con escasa atención médica en esa época. • La aparición de plagas fue registrada en la Biblia, el Talmud, el Corán y diversos libros chinos e hindúes que recomiendan numerosas prácticas sanitarias preventivas, como el lavado de manos y alimentos, la circuncisión, el aislamiento de enfermos y la inhumación o cremación de los cadáveres.
  • 7. CONCEPCION DEL CONTAGIO: Sabiduría popular • Primera referencia propiamente médica de epidemiología Hipócrates (460-385 a.C.), griego “epi” (encima), “demos” (pueblo) y “logos” (estudio), etimológicamente significa el estudio de “lo que está sobre las poblaciones”. quien usó las expresiones epidémico y endémico para referirse a los padecimientos según fueran o no propios de determinado lugar.
  • 8. CONCEPCION DEL NO CONTAGIO: Miasmas: Ambiente y otros factores • Hipócrates no secundó las creencias populares sobre el contagio, y atribuyó la aparición de las enfermedades al ambiente malsano (miasmas) y a la falta de moderación en la dieta y las actividades físicas. No epidemias. • Aires, aguas, y lugares: la dieta, el clima y la calidad de la tierra, los vientos y el agua son los factores involucrados en el desarrollo de las enfermedades en la población, al influir sobre el equilibrio del hombre con su ambiente. • Influencia del modo de vida y el ambiente en la salud de la población hacen de este médico el principal representante de la epidemiología antigua.
  • 9. CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA: Castigo divino • La noción de balance hombre y ambiente como sinónimo de salud persistió por muchos siglos, con el colapso de la civilización clásica, el Occidente retornó a las concepciones mágico-religiosas que caracterizaron a las primeras civilizaciones. • La creencia en el contagio como fuente de enfermedad, fue subsumida por una imagen en donde la enfermedad y la salud significaban el castigo y el perdón divinos.
  • 10. CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA: Castigo divino • Las explicaciones sobre la causa de los padecimientos colectivos estuvieron prácticamente ausentes en los escritos médicos elaborados entre los siglos III y XV de nuestra era (periodo en el que la Iglesia Católica gozó de una hegemonía casi absoluta en el terreno de las ciencias). • No obstante, las medidas empíricas de control de las infecciones siguieron desarrollándose, gracias a su impacto práctico. • La larga historia de epidemias infecciosas que azotaron al mundo antiguo y medieval fue determinando una identificación casi natural entre los conceptos de epidemia, infección y contagio
  • 11. CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA: Culpables humanos • Durante el reinado del emperador Justiniano, entre los siglos V y VI d.C., la terrible plaga que azotó al mundo ya recibió el nombre griego de “epidemia”. • El término epidémico fue utilizado desde la Edad Media para describir el comportamiento de las infecciones que de cuando en cuando devastaban a las poblaciones.
  • 12. CONCEPCION MÁGICO RELIGIOSA: Culpables humanos • En la cumbre del poderío eclesiástico, se esgrime como causa de enfermedad, las acciones de personas con pacto demoníaco, lo que sirvió para el desarrollo de acciones de persecución por la Inquisición. • La pandemia de peste bubónica o peste negra que azotó a Europa durante el siglo XIV (de la cual se dice que diariamente morían 10 mil personas), finalmente condujo a la aceptación universal –aunque todavía en el ámbito popular– de la doctrina del contagio.
  • 13. CONCEPCIÓN DE CONTAGIO: Retorno al camino • Empero, el Occidente medieval había llevado a cabo actividades colectivas que podrían calificarse como epidemiológicas. • La Iglesia ejecutó durante muchos siglos acciones de control sanitario destinadas a mantener lejos del cuerpo social las enfermedades que viajaban con los ejércitos y el comercio. • Aparecieron prácticas sanitarias que basaban su fuerza en los resultados del aislamiento y la cuarentena.
  • 14. CONCEPCIÓN DE CONTAGIO: Retorno al camino • Del siglo XIV al XVII estas acciones se generalizaron en toda Europa y paulatinamente se incorporaron a la esfera médica. • La concepción de contagio como fuente de la enfermedad en el colectivo era también adoptado en el quehacer médico.
  • 15. CONCEPCIÓN DE CONTAGIO: Retorno al camino • En el período medieval con la emergencia de las grandes epidemias, se desarrolla el concepto de la caridad asistencial. • La orden de San Lázaro: hospitales para leprosos o lazaretos (más de 3.000), contribuyeron a reducir la velocidad de diseminación de dicha enfermedad.
  • 16. CONCEPCIÓN DE CONTAGIO: Modos de transmisión Girolamo Fracastoro: De contagione et contagiosis morbis et eorum curatione De contagione et contagiosis morbis et eorum curatione, Venecia 1546. • Enfermedad contagiosa (peste, lepra, tisis, sarna, rabia, erisipela, viruela, ántrax, tracoma, tifus exantemático y sífilis). • Forma de contagio secundaria a la transmisión: seminaria contagiorum (semillas vivas capaces de provocar la enfermedad)
  • 17. CONCEPCIÓN DE CONTAGIO: Modos de transmisión • Tres formas posibles de infección: a) Por contacto directo (como la rabia y la lepra) b) Por medio de fomites transportando los seminaria prima (como las ropas de los enfermos), y c) Por inspiración del aire o miasmas infectados con los seminaria (como en la tisis). • Separa conceptos: infección - causa y epidemia - consecuencia. • Enfermedades específicas resultan de contagios específicos. • Primera teoría general del contagio vivo de la enfermedad. Padre de la epidemiología moderna.
  • 18. CONCEPCIÓN DE CONTAGIO: Descripción de epidemias Guillaume de Baillou: Epidemiorum (“sobre las epidemias”), París 1580 • Relación completa de las epidemias de sarampión, difteria y peste bubónica aparecidas en Europa entre 1570 y 1579, sus características y modos de propagación. • Gran influencia en la enseñanza de la medicina (dirigió la escuela de medicina de la Universidad de París por varias décadas), importante impacto en la práctica médica de todo el siglo XVII.
  • 19. CONCEPCIÓN DE CONTAGIO: Descripción de epidemias • En castellano, la primera referencia al término epidemiología, se encuentra en el libro que con tal título publicó Quinto Tiberio Angelerio, en Madrid, en 1598. • Los términos epidémico y endémico fueron incorporados a nuestro idioma apenas unos años más tarde, hacia 1606.
  • 20. CONCEPCIÓN DE CONTAGIO: Descripción de epidemias • Epidemias de la edad media: el Fuego de San Antonio, el Sudor Inglés y la Peste Bubónica. • La primera: gangrena de brazos y piernas que obligaba a la amputación de los miembros afectados (apareció en año 945 en Francia hasta 1495). Las reliquias de San Antonio servían y ayudaban a "curar la enfermedad". S. XVII la etiología, un hongo venenoso con efectos vasoconstrictores periféricos responsable de la enfermedad asociada al cornezuelo de centeno.
  • 21. CONCEPCIÓN DE CONTAGIO: Descripción de epidemias • El Sudor Inglés, cuya etiología nunca se conoció, apareció en el año 1845 en Gales y Londres. Provocaba una brusca muerte en medio de fiebre alta, calofríos, vértigos y dolor de cuello. Tal enfermedad desapareció con la misma velocidad con la que surgió en esta zona.
  • 22. CONCEPCIÓN DE CONTAGIO: Descripción de epidemias • La Peste Bubónica o Peste Negra, 1347, desde Asia (millones de muertes en Mongolia y China, luego la India, Constantinopla y Grecia), para entrar de lleno a Europa (Italia, España, Suiza y casi todo el continente). Muerte de la mitad de la población mundial. Primeros indicios de transmisión de enfermedades: aislamiento e identificación de los lugares de riesgo epidemiológico, señalándose con pintura en las puertas de las casas, los lugares donde había personas afectadas.
  • 23. CONCEPCIÓN DE CONTAGIO: Descripción de epidemias • Varias posibles causas para la Peste bubónica. Avicenas, médico Arabe del siglo X, advirtió que cada brote epidémico de la enfermedad era precedido por gran mortandad de ratas, las que abandonaban los barcos. Pasaron siglos antes de comprenderse la causa por cual en los brotes de la enfermedad, los primeros afectados eran los porteños y luego los ciudadanos del interior. Pese a que se conoce el bacilo causante (Pasteurella Pestis), esta enfermedad se ha dado el lujo de reaparecer a fines del siglo XIX e incluso, hasta nuestros días.
  • 24. CONCEPCIÓN DE CONTAGIO: Descripción de epidemias • La cuarentena se comenzó a aplicar en 1348, cuando la peste negra asoló Europa, y fue producto de la observación de que dicha enfermedad llegaba por vía marítima a las grandes ciudades. Inicialmente este período fue de treinta días (trentina), para transformarse posteriormente en quarentina (40 días), cifra atribuible por algunos a los ayunos que Moisés y Jesús hicieron en el desierto o por la duración del llamado período crítico por Hipócrates.
  • 25. CONCEPCIÓN CIENTÍFICA Prevención • Desde el último tercio del siglo XVIII hasta comienzos del siglo XX. • Primera Escuela de Higiene Ambiental y Experimental (Pettenköfer, Alemania). • S XIX la profilaxis, con los descubrimientos de Louis Pasteur, en ambiente arraigado en el control de las enfermedades infecciosas. • Con el descubrimiento de la vacunación (Jenner, 1796) comienza la Medicina Preventiva, completándose el período científico con los consiguientes descubrimientos bacteriológicos (Roberto Köch entre otros).
  • 26. CONCEPCIÓN CIENTÍFICA Multicausalidad • Agente causal, ➔ vacuna o suero, aislar al enfermo, desinfectar la ropa y enseres ➔ control de la enfermedad transmisible. • Roberto Köch ➔ concepto del riesgo social en la génesis de la enfermedad. • Comienzan a experimentarse fracasos tanto en la identificación de agentes causales como en la producción de preparados con carácter inmunogénicos.
  • 27. CONCEPCION CIENTIFICA Sanitaristas • Incipientes aspectos etiológicos de la enfermedad, Johan Frank, Chadwick, Quetelet, Villermé, Graun y Farr, importantes aportes en la línea de lucha sanitaria y desarrollo de sistemas y metodologías de registro de información biomédica. Especialmente Frank (1779), sugiere la importancia de la organización de los estados y de las medidas sanitarias propugnadas por ellos como elemento esencial para el control de las enfermedades, más allá de la contribución individual de cada individuo.
  • 28. CONCEPCION CIENTIFICA El Padre de la Epidemiología • John Snow, anestesista inglés "método epidemiológico“, logra determinar las posibles causas de la aparición del cólera en Londres, precisando el posible mecanismo de transmisión e intuyendo las características que a su juicio "la sustancia mórbida" debía tener para explicar la diseminación de la enfermedad. Snow va más allá, y propone sensatas medidas de control de orden ambiental que tienen vigencia aún en nuestros días.
  • 29. CONCEPCIÓN POLITICA: Estadística descriptiva • La estadística de salud moderna inició con el análisis de los registros de nacimiento y de mortalidad, realizados por la Iglesia Católica, para organizar sus templos de acuerdo al volumen de sus feligreses. • El nacimiento de las estadísticas sanitarias coincide con un extraordinario avance de las ciencias naturales (que buscaban un sistema lógico de clasificación botánica) y que se reflejó en las cuidadosas descripciones clínicas de la disentería, la malaria, la viruela, la gota, la sífilis y la tuberculosis describiendo factores comunes que constituían una entidad patológica de cada una de ellas. • Thomas Sydenham, Observationes medicae, Londres 1650. Si la mayoría de las enfermedades podían ser agrupadas siguiendo criterios de “unidad biológica” también era posible reducirlas a unos cuantos tipos.
  • 30. CONCEPCIÓN POLITICA: Estadística inferencial básica John Graunt, Londres 1662. • Reportes semanales de nacimientos y muertes de Londres y Hampshire durante los 59 años previos, identifica un patrón constante en las causas de muerte y diferencias entre las zonas rurales y urbanas. • Con mínima información logró inferir, que regularmente nacían más hombres que mujeres, que había una clara variación estacional en la ocurrencia de las muertes y que 36% de los nacidos vivos morirían antes de cumplir los seis años. Con ello, Graunt dio los primeros pasos para el desarrollo de las actuales tablas de vida.
  • 31. CONCEPCIÓN POLITICA: Aritmética política William Petty, Londres 1652. • Estudió patrones de mortalidad, natalidad y enfermedad entre la población inglesa, y propuso la creación de una agencia gubernamental encargada de la recolección e interpretación sistemática de la información sobre nacimientos, casamientos y muertes, y de su distribución según sexo, edad, ocupación, nivel educativo y otras condiciones de vida. • Sugirió la construcción de tablas de mortalidad por edad de ocurrencia: “aritmética política”. • Graunt y Petty no contribuyeron a la comprensión de la naturaleza de la enfermedad, pero fueron fundamentales para establecer los sistemas de recolección y organización de la información.
  • 32. RIESGOS Y ASEGURADORAS: Tablas de vida Compañías aseguradoras, Francia s. XVI, Inglaterra, Gales s. XVII • Acciones para fijar los precios de los seguros de vida. • Tablas elaboradas para estos fines fueron las de los comités seleccionados, en Suecia; las de Richard Price, en Inglaterra y las de Charles Oliphant (s. XIX), en Escocia.
  • 33. RIESGOS Y ASEGURADORAS: Tablas de vida • La elaborada por Richard Price, permite determinar que el promedio de vida en la ciudad de Northampton era, de 24 años de vida (s. XVIII). • Otros constructores de tablas de vida para las compañías aseguradoras se encuentran Edmund Halley (1656-1742), astrónomo británico y el periodista Daniel Defoe (1660-1731), autor del extraordinario relato sobre la epidemia londinense de 1665, Diario del año de la peste.
  • 34. ANÁLISIS DE PROBABILIDADES: Leyes de la enfermedad • Probabilidad de enfermar a determinada edad, probabilidad de permanecer enfermo durante un número específico de días y probabilidad de fallecer por determinadas causas de enfermedad. • John Arbuthnot, Londres 1710. La razón de nacimientos entre varones y mujeres era siempre de 13 a 12, independientemente de la sociedad y el país en el que se estudiaran. No azar, “disposición divina” para balancear el exceso de muertes masculinas por violencia y guerra.
  • 35. ANÁLISIS DE PROBABILIDADES: Leyes de la enfermedad • J.P. Sussmilch, Alemania 1741 - 1775, la regularidad en nacimientos por sexo era toda una “ley estadística” y debían existir leyes similares capaces de explicar el desarrollo de toda la sociedad. • Muy pronto nació la idea de una “ley de mortalidad” y, poco más tarde, la convicción de que habría leyes para todas las desviaciones sociales: el suicidio, el crimen, la vagancia, la locura y, naturalmente, la enfermedad.
  • 36. CAUSAS DE ENFERMEDAD: Observación numérica • James Lind, 1747: etiología del escorbuto, deficiente consumo de cítricos. • Daniel Bernoulli, 1760: la variolación protegía contra la viruela y confería inmunidad de por vida. 30 años antes de la vacunación de Jenner • Duvillard de Durand, Francia 1807: potencial preventivo de la inmunización en la longevidad y la esperanza de vida.
  • 37. CAUSAS DE ENFERMEDAD: Observación numérica • Pierre Charles Alexander Louis, París 1830. Observación “numérica”: la TBC no se transmitía hereditariamente y que la sangría era inútil y aun perjudicial en la mayoría de los casos. • Sociedad Epidemiológica de Londres, 1850, “la estadística también nos ha proporcionado un medio nuevo y poderoso para poner a prueba las verdades médicas”. • Adolphe Quetelet, Bélgica s. XIX: conceptos de término medio y normalidad biológica.
  • 38. CAUSAS DE ENFERMEDAD: Observación numérica William Farr, Inglaterra 1837: • Generalizó el uso de las tasas de mortalidad y los conceptos de población bajo riesgo, gradiente dosis -respuesta, inmunidad de grupo, direccionalidad de los estudios y valor “año- persona”. • Descubrió las relaciones entre la prevalencia, la incidencia y la duración de las enfermedades. • Fundamentó la necesidad de contar con grandes grupos de casos para lograr inferencias válidas.
  • 39. EL MÉTODO EPIDEMIOLÓGICO • La investigación en el campo de la epidemiología experimentó durante el siglo XIX un extraordinario avance: – Robert Storrs (1840), Oliver Wendell Holmes (1842) e Ignaz Semmelweis (1848) sobre la transmisión de la fiebre puerperal – P.L. Panum (1846) sobre la contagiosidad del sarampión – John Snow (1854) sobre el modo de transmisión del cólera – William Budd (1857) sobre la transmisión de la fiebre tifoidea.
  • 40. TEORIA DE LA CAUSALIDAD: Modelo una causa – un efecto • Teoría del germen 1880: modelo de causalidad: una sola causa un solo efecto. Éxito con enfermedades infecciosas. • Joseph Goldberger 1923: carácter no contagioso de la pelagra, teorías y adoptar medidas preventivas contra enfermedades carenciales, antes de conocer micronutrientes.
  • 41. TEORIA DE LA CAUSALIDAD: Modelo una causa – un efecto • Enfermedades crónicas a mediados del siglo XX: estudio de la dinámica del cáncer, la hipertensión arterial, las afecciones cardiovasculares, las lesiones y los padecimientos mentales y degenerativos. • La epidemiología desarrolló con precisión conceptos de exposición, riesgo, asociación, confusión y sesgo, e incorporó el uso de la teoría de la probabilidad y otras técnicas de estadística avanzada.
  • 42. TEORIA DE LA CAUSALIDAD: Modelo triángulo epidemiológico • Por la historia natural por Leavell y Clark, se plantea el modelo de tres grupos de causas que intervienen en la presentación de la enfermedad: – Las causas relacionadas con el agente: factores determinantes. – Las causas relacionadas con el huésped: factores predisponentes. – Las causas relacionadas con el ambiente: factores desencadenantes AGENTE HUÉSPED AMBIENTE
  • 43. TEORIA DE LA CAUSALIDAD: Modelo triángulo epidemiológico • Ventaja: útil para el abordaje poblacional de las enfermedades infecciosas. • Desventaja: los tres factores contribuían por igual en la etiopatogenia de la enfermedad. • Desventaja: no útil para enfermedades crónicas. AGENTE HUÉSPED AMBIENTE
  • 44. TEORIA DE LA CAUSALIDAD: Modelo red de causalidad • Premisa fundamental de la epidemiología: la enfermedad no ocurre ni se distribuye al azar, e investiga las condiciones, “causas” de las enfermedades. • Muchas condiciones asociadas a los procesos patológicos: red de “causas”, el peso de cada factor causal depende de la cercanía con su efecto aparente. • Brian MacMahon, 1970: modelo “red de causalidad”. • El abordaje del proceso patológico en poblaciones humanas debe estar dirigido a desatar los “nudos” que estructuran la red, identificando los factores críticos causales.
  • 45. TEORIA DE LA CAUSALIDAD: Modelo histórico social • Instituciones médico sociales adecuadas a la realidad epidemiológica • Eficientes fármacos y drogas en el control de enfermedades infecciosas. • Estrategias preventivas aplicadas temprana y masivamente en las comunidades. Aplicación de prevención primaria, secundaria y terciaria, participación de otros sectores ajenos a salud. (Leavell y Clark 1957). • Problemas emergentes, vinculados con el desarrollo industrial, tales como enfermedades crónicas y degenerativas
  • 46. TEORIA DE LA CAUSALIDAD: Determinación de riesgos en Enfermedades Crónicas No Transmisibles • Relación existente entre: ▪ Consumo de cigarrillos y el cáncer de pulmón ▪ Radiaciones ionizantes y determinadas formas de cáncer ▪ Exposición a diversas sustancias químicas y tumores malignos ▪ Obesidad y diabetes mellitus ▪ Consumo de estrógenos y cáncer endometrial ▪ Uso de fármacos y malformaciones congénitas ▪ Sedentarismo e infarto de miocardio.
  • 47. TEORIA DE LA CAUSALIDAD: Determinación de riesgos en Enfermedades Crónicas No Transmisibles • En la década de los ochenta, fuerte asociación entre: ▪ Prácticas sexuales y el riesgo de transmisión del Síndrome de Inmunodeficiencia Humana. • En investigación: ▪ Exposición a ciertos procesos físicos (como los campos electromagnéticos) y algunos tipos de cáncer.
  • 48. RESPUESTA SOCIALAL IMPACTO: Medición, Intervención y Evaluación • Identifica el impacto real y la calidad de los servicios médicos. • Las formas más eficaces para promover la salud de los que están sanos. • Las relaciones entre el costo, la efectividad y el beneficio de acciones específicas de salud.
  • 49. CONCLUSIONES Propósitos de la Epidemiología: a) La descripción de las condiciones de salud de la población (mediante la caracterización de la ocurrencia de enfermedades, de las frecuencias relativas al interior de sus subgrupos y de sus tendencias generales) b) La explicación de las causas de enfermedad poblacional (determinando los factores que la provocan o influyen en su desarrollo).
  • 50. CONCLUSIONES Propósitos de la Epidemiología: c) La predicción del volumen de enfermedades que ocurrirá, así como su distribución al interior de los subgrupos de la población. d) La prolongación de la vida sana mediante el control de las enfermedades en la población afectada y la prevención de nuevos casos entre la que está en riesgo. e) La generación de métodos de abordaje con los cuales puede realizar adecuada y rigurosamente estas tareas. En las próximas décadas habremos de ver a la disciplina convertida en una ciencia de vastos alcances.
  • 51. Rev Med IMSS 2003; 41 (5): 419-427 419 medigraphic.com Primera versión: 8 de enero de 2002 Versión modificada: 14 de octubre de 2002 Aceptado: 15 de octubre de 2002 Francisco Aguilar Rebolledo,1 Servando J. Juárez Ocaña,2 Juan Manuel Mejía Aranguré,2 Martha Zanabria Salcedo3 1 Departamento de Neurología, Hospital de Pediatría 2 Unidad de investigación en Epidemiología Clínica 3 Maestría en Rehabilitación Neurológica, Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco Palabras clave 9 epidemiología 9 estadística 9 factores de riesgo 9 neuroepidemiología Key words 9 epidemiology 9 statistics 9 risk factors 9 neuroepidemiology Conceptos básicos de epidemiología y estadística. Apreciación de un neurólogo SUMMARY Annual incidence for disease and injury of the nervous system is approximately 2.5 % (2500 per 100 000) and prevalence is approximately 9.5 % in the U.S., according to the National Insti- tutes of Health. Nevertheless, the neurologist must known the basic elements of epidemiol- ogy, wich defined the course of illness and risk factor identification requires specific studies and appropriate statistical testing. RESUMEN Según el Instituto Nacional de Salud de los Esta- dos Unidos de América del Norte, la incidencia anual por enfermedad o lesión del sistema ner- vioso está en alrededor de 2.5 % (2500 por 100 mil habitantes) y la prevalencia en 9.5 %. Por lo tanto, el neurólogo debe conocer los elementos básicos de la epidemiología, la cual define el curso de la enfermedad y la identificación de los factores de riesgo que requieren de estudios específicos y exámenes estadísticos apropiados para aplicar- los a la neurología. Introducción El concepto de neuroepidemiología surge de la naturaleza misma de la neurología, que se entre- laza con otras ramas de la medicina. En las demás áreas los signos y los síntomas conducen direc- tamente a un diagnóstico. En la neurología los signos y síntomas sólo reflejan la localización de la lesión o lesiones en el sistema nervioso.1-5 El neurólogorequierehabilidadyconocimientoen neuroanatomíayneuroepidemiologíaparaloca- lizar la lesión y asignarle una causa específica y además es responsable de la calidad en la aten- ción médica y sus implicaciones en el curso de la enfermedad. El aspecto neuroepidemiólogico y elsentidobiológicodelaenfermedadsonelbino- mio esencial para el desarrollo y la trascendencia del estudio de las enfermedades neurológicas.5 Sir Richard Doll, en el prefacio al libro Epidemiología en Medicina de Hennekens y Buring, menciona:4 Así como el burgués gentil hombre de Moliere des- cubrió eventualmente que había estado hablando en prosa sin saberlo por más de 40 años, existen muchas gentes de espíritu inquisitivo interesadas en la prevención de la enfermedad que han practi- cado la epidemiología de la misma manera. De igual forma, numerosos neurólogossin saberlohanactuadoycontinúanactuandocomo neuroepidemiólogos. El objetivo de este informe es proporcio- nar las herramientas metodológicas elementa- les que auxilien de una manera ordenada a la aplicación de los conceptos epidemiológicos. Autores 1 y 2 adscritos al Centro Médico Nacional Siglo XXI, Instituto Mexicano del Seguro Social, Distrito Federal Comunicación con: Francisco Aguilar Rebolledo. Tel.: 5627 6900, extensión 3312 y 3072. Correo electrónico: fran_aguilar_invest@yahoo.com.mx Artemisa medigraphic enlínea
  • 52. Rev Med IMSS 2003; 41 (5): 419-427 420 Francisco Aguilar Rebolledo et al. Epidemiología y estadística medigraphic.com Figura 1. Contenido y aplicaciones de la epidemiología La epidemiología aplicada a la neurología Los estudios epidemiológicos están sustenta- dos en la frecuencia, severidad y curso y de las enfermedadesenrelaciónconlaraza,sexo,edad y área geográfica, entre otros factores (figura 1). De estas investigaciones deriva la planeación de estrategias para dar solución a los problemas de salud, tomando en cuenta para ello los re- cursos materiales y humanos disponibles.6 La epidemiología es el estudio de la distribu- ción y determinantes relacionados con la salud en poblaciones específicas, y la aplicación de los resultados obtenidos para el control de los problemas de salud.2 Por lo tanto, la neuroepidemiología se refiere a la aplicación de la epidemiología a las enfer- medadesneurológicas.3 Losneuroepidemiólogos estudiantodoslosaspectosdelostrastornosneu- rológicos en poblaciones determinadas. La epidemiología descriptiva proporciona in- formación sobre la historia natural de las enfer- medades, su curso clínico y patogénesis.7 Con la epidemiología analítica el neurólogo puede probar hipótesis de la causalidad de la enfermedadnerviosamedianteelusodelosdife- rentes diseños de investigación.6 Con la epide- miología clínica puede formular predicciones sobre un paciente individual o hacer el recuento deacontecimientosclínicosensujetossimilares,8 utilizando métodos científicos sólidos a fin de garantizar la precisión de las predicciones me- diante la estadística (cuadro I). Los diseños de investigación en neurología son los empleados en las demás áreas: „ De intervención (experimentales) „ Cuasiexperimentales „ Observacionales (cuadro II) Los ensayos epidemiológicos de interven- ción son muy potentes para probar hipótesis, pero no son frecuentes.En este documento no abordaremos todos los diseños de investigación conocidos, sólo nos referiremos a los más utili- zadosyalosquebrindanmayoresfacilidadespara su aplicación práctica.7,8
  • 53. Rev Med IMSS 2003; 41 (5): 419-427 421 medigraphic.com Cuadro I Expresiones estadísticas de las medidas de tendencia central y dispersión Expresión Definición Ventajas Desventajas T e n d e n c i a c e n t r a l Media Suma de los valores de todas Adecuada para el Afectada por valores extremos las observaciones entre el número tratamiento matemático total de éstas Mediana El punto donde el número de No influida fácilmente No adecuada para la observaciones por encima es igual por valores extremos manipulación matemática al número por debajo Moda El valor más frecuente en un grupo Simplicidad de significado En ocasiones no hay valores más frecuentes o hay muchos D i s p e r s i ó n Amplitud La diferencia entre el valor más Simplicidad de cálculo Su utilidad es limitada, se pequeño y el más grande en considera una medida pobre una distribución de observaciones de dispersión Límites El valor más pequeño y el más grande Incluye todos los valores Muy afectados por los valores en una distribución de observaciones extremos Varianza Suma de un conjunto de desviaciones Mide la dispersión en Por representar unidades al elevadas al cuadrado y divididas forma adecuada en cuadrado, no es adecuada si se entre el número total de ellas función del esparcimiento quiere expresar este concepto alrededor de la media en términos de las unidades originales Desviación Es la raíz cuadrada de la Adecuada para la Para distribuciones no gaussianas estándar varianza y constituye una medida manipulación matemática no describe una proporción real de la constancia de los datos. de las observaciones La media ± 3 desviaciones estándar incluye a 99.7 % de las observaciones de una distribución de mediciones Error estándar Es la desviación estándar divida Útil para el cálculo de Es afectado por el tamaño entre la raíz cuadrada del número intervalos de confianza. de la muestra del estudio de observaciones cuando éstas Permite conocer cuánta son 30 o más. La desviación estándar variabilidad cabe esperar se divide entre las observaciones entre las medias menos uno cuando éstas son menos de muestras futuras de 30. Constituye una medida de confiabilidad de los datos
  • 54. Rev Med IMSS 2003; 41 (5): 419-427 422 Francisco Aguilar Rebolledo et al. Epidemiología y estadística medigraphic.com Estudios observacionales Los estudios epidemiológicos observacionales o no experimentales tienen por objeto definir la etiología de la enfermedad. Los tipos más importantes son lostransversales, de casosycon- troles y de cohorte. Estudios transversales A los estudios transversales también se les de- nomina de prevalencia y dependiendo del nú- mero de poblaciones estudiadas pueden ser descriptivos (sólo una población) o analíticos (comparación de dos o más poblaciones). Son muy útiles para la identificación del perfil de salud-enfermedad de una población y para la frecuencia de exposición a uno o varios facto- res de riesgo. En estos diseños se mide la causa y el efecto en un momento determinado, por lo que su principal desventaja es la ambigüedad temporal,aunquenotodosadolecendeeste pro- blema. Tienen su principal aplicación en las enfermedadesdeiniciolentoydelargaduración (crónico-degenerativas).Suestructuraoperativa consiste en la obtención de una muestra repre- sentativa y aleatoria de una población en la que se miden las variables de estudio en los indivi- duos, de acuerdo a sí tienen o no la enfermedad y si están o no expuestos al factor de riesgo (fi- gura 2).9 Los resultados se analizan en una tabla de contingencia de 2 x 2 con la que se obtienen medidas de frecuencia, asociación, de impacto potencial, pruebas estadísticas e intervalos de confianza (figura 3). Estudios de casos y controles Sonestudiosanalíticosypuedenserretrospectivos o prospectivos. Se les utiliza especialmente en enfermedades poco frecuentes que tienen una latencia larga (cáncer en niños y adolescentes). Cuadro II Características de los diseños de estudios observacionales: transversales, de casos y controles y de cohorte Transversal Casos y controles Cohorte Población definida La población en riesgo a menudo Población en riesgo definida no está definida Casos no seleccionados por un simple Casos seleccionados por el Casos no seleccionados examen poblacional investigador a partir de una reserva pero evaluados mediante de pacientes disponibles un seguimiento continuo Los no casos incluyen Controles seleccionados por Los individuos control a individuos sin la enfermedad el investigador para que sean no seleccionados en el momento de un único semejantes a los casos evolucionan de forma natural examen poblacional La exposición se mide y reconstruye La exposición se mide, reorganiza La exposición se mide antes después del desarrollo de la enfermedad o recoge después del desarrollo del desarrollo de la enfermedad de la enfermedad El riesgo o la incidencia El riesgo o la incidencia de la El riesgo o la incidencia de la enfermedad no pueden medirse enfermedad no puede medirse de la enfermedad y el riesgo directamente directamente relativo se miden directamente El riesgo relativo de la exposición El riesgo relativo de la exposición Se pueden estudiar múltiples puede estimarse mediante razón puede estimarse mediante resultados finales (enfermedades) de momios razón de momios para cada una de las exposiciones
  • 55. Rev Med IMSS 2003; 41 (5): 419-427 423 Francisco Aguilar Rebolledo et al. Epidemiología y estadística medigraphic.com ESTE DOCUMENTO ES ELABORADO PORMEDIGRAPHIC Son relativamente menos costosos, fáciles de organizar y requieren pocos individuos como población de estudio. En los retrospectivos se parte del efecto (en- fermedad) hacia la causa (exposición al factor de riesgo), y a la inversa en los prospectivos. Su diseño básico consiste en la selección de indivi- duos con una enfermedad (casos) que se compa- ran conindividuossinlaenfermedad(controles). La selección de los casos requiere la definición de los criterios de diagnóstico y de los criterios de selección de las personas con el riesgo potencial de exposición. El grupo control debe pertenecer a la población en la cual se estudia la enfermedad. La selección apropiada de los controles es uno de los factores más importantes para el éxito de estos estudios (figura 4). Los resultados también se analizan con tablas de contingencia de 2 x 2. En este tipo de diseño no se pueden obtener me- didas de frecuencia en forma directa.10-12 Si los casos representan una muestra de una población identificada claramente en tiempo y espacioyloscontroles se obtienen de un mues- treo directo de esta misma población, los con- troles son definidos como base poblacional (cuadro III).13 Figura 2. Tabla de contingencia de 2 x 2 para un diseño de estudio transversal Estudios de cohorte El diseño puede ser longitudinal, analítico y con- currente(prospectivo),noconcurrente(retrospec- tivo o histórico) o mixto (figura 5). Las mayores dificultades con los estudios de cohorte son: „ Sulargaduración(enocasionesmuchosaños) „ Los grupos grandes „ La pérdida de individuos „ El elevado costo En los estudios de cohorte concurrente se procede a partir de la causa (exposición al fac- tor de riesgo) hacia el efecto (enfermedad). De acuerdo con el diseño básico, se inicia el estu- dio asumiendo que todos los sujetos en la co- horte están libres de la enfermedad. Uno de los ejemplos más conocidos para los neurólogos es el estudio de la población de Framingham, en Massachusetts.5 Al final se comparan los atri- butos o exposiciones relevantes en el desarro- llo de la enfermedad. En forma semejante a los estudios transversales se analizan con las tablas de contingencia 2 x 2 para obtener frecuencia, asociación e impacto potencial (figura 3).14
  • 56. Rev Med IMSS 2003; 41 (5): 419-427 424 Francisco Aguilar Rebolledo et al. Epidemiología y estadística medigraphic.com Estudios experimentales Entre los estudios experimentales, los ensayos clínicos controlados o ensayos terapéuticos con testigos (controles) representan la alternativa científica más confiable en la evaluación de las intervenciones terapéuticas. Se considera que un estudio es experimental cuando se manipula la variable independiente y además se utiliza algún método aleatorio de asig- nación de los sujetos, ya sea a un grupo experi- mental o control. Elestudiocuasiexperimentalesaquelenelcual se manipula la variable de interés sin asignación aleatoria de los individuos del estudio.15-19 Ensayo clínico controlado El ensayo clínico controlado se define como un estudio longitudinal, comparativo y pros- pectivo que tiene la finalidad de comparar el efecto y el valor de una intervención experi- mental frente a un grupo control en el cual no serealizalaintervenciónexperimental;éstepue- de recibir el tratamiento convencional o el pla- cebo. Las opciones deben provenir de sujetos con características similares y cuadro clínico se- mejante, además de que el tratamiento se admi- nistre de forma aleatoria a dos o más grupos de pacientes (figura 5). Al igual que en los estudios de cohorte se procede de la exposición al efecto (resultado del tratamiento). La exposición la constituye la intervención o el tratamiento. La aleatoriedad implica que unos pacientes van a recibir el tra- tamiento y otros no, asignados mediante tablas de números al azar. Una de sus principales ca- racterísticas es la ceguedad de la maniobra ya sea para el paciente, el investigador o quien aplica la intervención, o de ambos.16 De la correcta aleato-riedadyceguedaddependerálavalidezin- terna y externa de los datos que se obtengan.17 Los aspectos éticos en el ensayo clínico con- trolado tiene un respaldo legal: la Declaración de Helsinki, ratificada en reuniones como la Quincuagésima Segunda Asamblea Médica Mun- dial, realizada en Edimburgo en el año 2000.19 Probablemente les corresponde a los neu- rólogos clínicos con interés en epidemiología y estadística, ayudar a identificar la mejor mane- ra de prevenir las enfermedades neurológicas, siempre y cuando dispongan de conocimientos precisos sobre las mismas en el ámbito pobla- cional, sobre biología molecular, vulnerabili- dad de los moduladores del sistema nervioso central y polimorfismo genético, lo cual con- duce al conocimiento de la preparación de biomarcadores epidemiológicos.20 Cuadro III Ejemplo de casos y controles con base poblacional Objetivo Identificar los factores de riesgo que en el ámbito familiar se asocian con neurocisticercosis sintomática en niños. Material y métodos Diseño de casos y controles prospectivo. Selección de 23 casos de neurocisticercosis sintomática del Hospital de Pediatría, Centro Médico Nacional Siglo XXI, Instituto Mexicano del Seguro Social, y 46 controles poblacionales. En teoría „ Todos los casos fueron diagnosticados mediante la clínica, tomografía computarizada de cráneo y prueba de inmunoelectrotransferencia para la detección de anticuerpos específicos contra cisticercos. „ La muestra se obtuvo a partir de la población de la que se obtienen todos los casos incidentes. „ Los controles se eligieron de la misma población sin la enfermedad. „ Los casos y los controles son representativos del área político- geográfica de estudio. Resultados La inmunoelectrotransferencia fue positiva en 15 % de los familiares del caso, y en 2 % de los familiares de los controles (OR = 9.94; IC 95 % = 1.1-228).
  • 57. Rev Med IMSS 2003; 41 (5): 419-427 425 medigraphic.com Figura 3. Análisis simple para estudios epidemiológicos
  • 58. Rev Med IMSS 2003; 41 (5): 419-427 426 Francisco Aguilar Rebolledo et al. Epidemiología y estadística medigraphic.com Referencias 1. Sales-Carmona VF. Evaluación de las medidas terapéuticas.Ensayoclínicocontrolado.En: Moreno- Altamirano L, Cano-Valle F, García-Romero H. Epidemiología clínica. México: McGraw-Hill- Interamericana; 1994. p. 33-51. 2. Last JM. Dictionary of epidemiology. Third edition.NewYork,USA:OxfordUniversityPress; 1995. p. 17-18. 3. Schoenberg BS. Neurological epidemiology. New York, USA: Raven Press; 1991. p. 1-4. 4. Kurtzke JF. Neuroepidemiology. Ann Neurol 1984;16:265-277. 5. Wolf PA, Kannel WB, Dawber TR. Prospective investigations: The Framingham study and the epidemiology of stroke. Adv Neurol 1978;19:107- 120. 6. RothmanKJ,GreenlandS.Modernepidemiology. Second edition. Philadelphia: Lippincott-Raven Publishers; 1998. p. 21-114. 7. Ahlbom A, Staffan N. Fundamentos de epidemio- logía.Cuartaedición.México:SigloXXI;1993.p.3-11. 8. Dos-Santos-Silva I. Epidemiología del cáncer: prin- cipios y métodos. Lyon, Francia: Agencia Inter- nacional de Investigación sobre el Cáncer; 1999. 9. Silva-García-de-la-Torre G, Huerta-Alvarado SG. Consideraciones metodológicas y análisis simple Figura 4. Tabla de contingencia de 2 x 2 para un diseño de estudio de casos y controles
  • 59. Rev Med IMSS 2003; 41 (5): 419-427 427 Francisco Aguilar Rebolledo et al. Epidemiología y estadística medigraphic.com Figura 5. Tabla de contingencia de 2 x 2 para un ensayo clínico controlado de los estudios transversales. Bol Med Hosp Infant Mex 1998;55:348-356. 10. Howe GR, Choi BCK. Methodological issues in case-control studies: validity and power of various design/strategies. Int J Epidemiol 1983;12:238-245. 11. Lascano-Ponce E, Salazar-Martínez E, Hernández- Ávila M. Estudios epidemiológicos de casos y con- troles. Fundamento teórico, variantes y aplica- ciones. Salud Publica Mex 2001;43:135-150. 12. Rodríguez L, Kirwood BR. Case controls designs in thestudyofcommondiseases:updatesonthedemise ofrarediseaseassumptionandthechoiceofsampling schemeforcontrols.IntJEpidemiol1990;19:205-213. 13. Aguilar-RebolledoF,CedilloR,VelásquezFR,Enciso A, Llaguno P, Rayo D, Torres J, Garza S, Vélez Z, Muñoz O. Factores de riesgo intrafamiliar para la adquisición de la neurocisticercosis sintomática en niños. Décimo Foro Nacional de Investigación en Salud,InstitutoMexicanodelSeguroSocial,Cocoyoc, Morelos, 25-28 de septiembre de 2001: 281. 14. Riedmann P. Conceptos prácticos en investigación clínica. El clínico y los estudios de cohortes. Rev Mex Reumatol 1992;7:105-107. 15. GuyattGH,SellerJL,JaeshkeR.Then-of-1rando- mizedcontrolledtrial:clinicalusefulness.AnnInter Med 1990;112:293-299. 16. Maclure M. The case-crossover designs: A method for studying transient effects on the risk of acute events. Am J Epidemiol 1991;133:144-153. 17. Johannessen T. Controlled trial in single subjects. Br Med J 1991;303:173-174. 18. Aguilar-Rebolledo F, Rayo-Mares D, Hernández- SánchezJ,Ruiz-PonceJ,GarridoE.Botulinumtoxin asatreatmentforspasticityanddystoniainpediatric cerebral palsy. Gac Med Mex 2001;137(5):403-411. 19. Sugarman J. Ethics in the design and conduct of cli- nical trials. Epidemiol Rev 2002;24:54-58. 20. CowanLD,LevitonA,DammannO.Newresearch directionsinneuroepidemiology (diseasesandhealth problems). Epidemiol Rev 2000;22:18-23.
  • 60. 133 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000 Desarrollo histórico de la epidemiología ACTUALIZACIONES L a epidemiología es la rama de la salud pública que tiene como propósito describir y explicar la diná- mica de la salud poblacional, identificar los elementos que la componen y comprender las fuerzas que la gobiernan, a fin de intervenir en el curso de su desarro- llo natural. Actualmente, se acepta que para cumplir con su cometido la epidemiología investiga la dis- tribución, frecuencia y determinantes de las condi- ciones de salud en las poblaciones humanas así como las modalidades y el impacto de las respuestas socia- les instauradas para atenderlas. Para la epidemiología, el término condiciones de salud no se limita a la ocurrencia de enfermedades y, por esta razón, su estudio incluye todos aquellos even- tos relacionados directa o indirectamente con la salud, comprendiendo este concepto en forma amplia. En consecuencia, la epidemiología investiga, bajo una perspectiva poblacional: a) la distribución, frecuencia y determinantes de la enfermedad y sus consecuen- cias biológicas, psicológicas y sociales; b) la distribución y frecuencia de los marcadores de enfermedad; c) la distribución, frecuencia y determinantes de los riesgos para la salud; d) las formas de control de las enfer- medades, de sus consecuencias y de sus riesgos, y e) las modalidades e impacto de las respuestas adoptadas para atender todos estos eventos. Para su operación, la epidemiología combina principios y conocimien- tos generados por las ciencias biológicas y sociales y aplica metodologías de naturaleza cuantitativa y cua- litativa. Desarrollo histórico de la epidemiología: su formación como disciplina científica Sergio López-Moreno, M.C.,(1) Francisco Garrido-Latorre, M. en C.,(1) Mauricio Hernández-Avila, Ph. D.(2) (1) Centro de Investigación en Sistemas de Salud, Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), México. (2) Centro de Investigación en Salud Poblacional, INSP, México. Solicitud de sobretiros: Sergio López Moreno. Centro de Investigación en Sistemas de Salud, Instituto Nacional de Salud Pública. Avenida Universidad 655, colonia Santa María Ahuacatitlán, 62508 Cuernavaca, Morelos, México. Correo electrónico: slopez@insp3.insp.mx La transformación de la epidemiología en una ciencia ha tomado varios siglos, y puede decirse que es una ciencia joven. Todavía en 1928, el epidemió- logo inglés Clifford Allchin Gill1 señalaba que la dis- ciplina, a pesar de su antiguo linaje, se encontraba en la infancia. Como muestra, afirmaba que los esca- sos logros obtenidos por la disciplina en los últimos 50 años no le permitían reclamar un lugar entre las cien- cias exactas; que apenas si tenía alguna literatura espe- cializada, y que en vano podían buscarse sus libros de texto; dudaba incluso que los problemas abordados por ella estuviesen claramente comprendidos por los pro- pios epidemiólogos. Siete décadas después, el pano- rama descrito por Gill parece diferente, y actualmente ningún avance médico sería completo sin la partici- pación de la epidemiología. 1. Plagas, pestes, contagios y epidemias El estudio de las enfermedades como fenómenos po- blacionales es casi tan antiguo como la escritura, y las primeras descripciones de padecimientos que afectan a poblaciones enteras se refieren a enfermedades de naturaleza infecciosa. El papiro de Ebers, que menciona unas fiebres pestilentes –probablemente malaria– que asolaron a la población de las márgenes del Nilo alre- dedor del año 2000 a.C., es probablemente el texto en el que se hace la más antigua referencia a un padeci- miento colectivo.2 La aparición periódica de plagas y pestilencias en la prehistoria es indiscutible. En Egip-
  • 61. ACTUALIZACIONES 134 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000 López-Moreno S y col. to, hace 3 000 años, se veneraba a una diosa de la peste llamada Sekmeth, y existen momias de entre dos mil y tres mil años de antigüedad que muestran afecciones dérmicas sugerentes de viruela y lepra.3,4,5 Dado que la momificación estaba reservada a los personajes más importantes del antiguo Egipto –quienes se mantenían relativamente apartados del pueblo–, no sería extraño que este tipo de afecciones fuera mucho más frecuente entre la población general. La aparición de plagas a lo largo de la historia también fue registrada en la mayor parte de los li- bros sagrados, en especial en la Biblia, el Talmud y el Corán, que adicionalmente contienen las primeras nor- mas para prevenir las enfermedades contagiosas. De estas descripciones, destaca la de la plaga que obligó a Mineptah, el faraón egipcio que sucedió a Ramsés II, a permitir la salida de los judíos de Egipto, alrededor del año 1224 a.C.6 Muchos escritores griegos y latinos se refirieron a menudo al surgimiento de lo que denominaron pes- tilencias. La más famosa de estas descripciones es quizás la de la plaga de Atenas, que asoló esta ciudad durante la Guerra del Peloponeso en el año 430 a.C. y que Tucídides relata vivamente. Antes y después de este historiador, otros escritores occidentales como Homero, Herodoto, Lucrecio, Ovidio y Virgilio7,8,9 se refieren al desarrollo de procesos morbosos colectivos que sin duda pueden considerarse fenómenos epi- démicos. Una de las características más notables de estas descripciones es que dejan muy claro que la ma- yoría de la población creía firmemente que muchos padecimientos eran contagiosos, a diferencia de los mé- dicos de la época quienes pusieron escasa atención en el concepto de contagio. Las acciones preventivas y de control de las afecciones contagiosas también son refe- ridas en muchos textos antiguos. Como ya hemos di- cho,laBiblia,elCorán,elTalmudydiversoslibroschinos e hindúes recomiendan numerosas prácticas sanita- rias preventivas, como el lavado de manos y alimentos, la circuncisión, el aislamiento de enfermos y la inhu- mación o cremación de los cadáveres. Por los Evan- gelios sabemos que algunos enfermos –como los leprosos– eran invariablemente aislados y tenían pro- hibido establecer comunicación con la población sana. La palabra epidemiología, que proviene de los términos griegos “epi” (encima), “demos” (pueblo) y “logos” (estudio), etimológicamente significa el estu- dio de “lo que está sobre las poblaciones”. La primera referencia propiamente médica de un término análo- go se encuentra en Hipócrates (460-385 a.C.), quien usó las expresiones epidémico y endémico para referirse a los padecimientos según fueran o no propios de determi- nado lugar.10 Hipócrates no secundó las creencias po- pulares sobre el contagio, y atribuyó la aparición de las enfermedades al ambiente malsano (miasmas) y a la falta de moderación en la dieta y las actividades físicas. Notablemente, tampoco hace referencia a ninguna epidemia. A pesar de ello, su postura pro- fundamente racionalista sobre el desarrollo de las enfermedades (ninguno de sus trabajos menciona cu- ras sobrenaturales) y sus afirmaciones sobre la influen- cia del modo de vida y el ambiente en la salud de la población hacen de este médico el principal represen- tante de la epidemiología antigua. El texto hipocrático Aires, aguas, y lugares –que sigue la teoría de los ele- mentos propuesta medio siglo antes por el filósofo y médico Empédocles de Agrigento– señala que la die- ta, el clima y la calidad de la tierra, los vientos y el agua son los factores involucrados en el desarrollo de las enfermedades en la población, al influir sobre el equilibrio del hombre con su ambiente. Siguiendo es- tos criterios, elabora el concepto de constitución epidé- mica de las poblaciones. Aunque la noción de balance entre el hombre y su ambiente como sinónimo de salud persistió por mu- chos siglos, con el colapso de la civilización clásica el Occidente retornó a las concepciones mágico-religio- sas que caracterizaron a las primeras civilizaciones.11 Con ello, la creencia en el contagio como fuente de enfermedad, común a casi todos los pueblos antiguos, paulatinamente fue subsumida por una imagen en donde la enfermedad y la salud significaban el castigo y el perdón divinos, y las explicaciones sobre la causa de los padecimientos colectivos estuvieron práctica- mente ausentes en los escritos médicos elaborados en- tre los siglos III y XV de nuestra era (es decir, durante el periodo en el que la Iglesia Católica gozó de una hegemonía casi absoluta en el terreno de las ciencias). No obstante, como veremos más tarde, las medidas empíricas de control de las infecciones siguieron de- sarrollándose, gracias a su impacto práctico. Durante el reinado del emperador Justiniano, en- tre los siglos V y VI d.C., la terrible plaga que azotó al mundo ya recibió el nombre griego de “epidemia”. No se sabe exactamente desde cuándo el término epidémi- co se usa para referirse a la presentación de un número inesperado de casos de enfermedad, pero no hay duda de que el término fue utilizado desde la baja Edad Media para describir el comportamiento de las infec- ciones que de cuando en cuando devastaban a las po- blaciones. La larga historia de epidemias infecciosas que azotaron al mundo antiguo y medieval fue de- terminando una identificación casi natural entre los conceptos de epidemia, infección y contagio hasta que, según Winslow, la aparición de la pandemia de peste bubónica o peste negra que azotó a Europa durante el
  • 62. 135 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000 Desarrollo histórico de la epidemiología ACTUALIZACIONES siglo XIV (de la cual se dice que diariamente morían 10 mil personas), finalmente condujo a la aceptación universal –aunque todavía en el ámbito popular– de la doctrina del contagio.7 Los esfuerzos por comprender la naturaleza de las enfermedades y su desarrollo entre la población condujeron a la elaboración de diversas obras médicas durante los siglos inmediatamente posteriores al Re- nacimiento. En 1546, Girolamo Fracastoro publicó, en Venecia, el libro De contagione et contagiosis morbis et eorum curatione, en donde por primera vez describe todas las enfermedades que en ese momento podían calificarse como contagiosas (peste, lepra, tisis, sarna, rabia, erisipela, viruela, ántrax y tracoma) y agrega, como entidades nuevas, el tifus exantemático y la sífi- lis. Fracastoro fue el primero en establecer claramente el concepto de enfermedad contagiosa, en proponer una forma de contagio secundaria a la transmisión de lo que denomina seminaria contagiorum (es decir, se- millas vivas capaces de provocar la enfermedad) y en establecer por lo menos tres formas posibles de in- fección: a) por contacto directo (como la rabia y la le- pra), b) por medio de fomites transportando los seminaria prima (como las ropas de los enfermos), y c) por inspiración del aire o miasmas* infectados con los seminaria (como en la tisis).Aeste médico italiano tam- bién le cabe el honor de establecer en forma precisa la separación, actualmente tan clara, entre los conceptos de infección, como causa, y de epidemia, como conse- cuencia. Como veremos más adelante, incluso para médicos tan extraordinarios como Thomas Sydenham –quien nació cien años más tarde que Fracastoro y po- pularizó el concepto hipocrático de constituciones epi- démicas, y los de higiene individual y poblacional de Galeno– fue imposible comprender esta diferencia fundamental. A Fracastoro le cabe el honor de ser el primer médico que estableció que enfermedades espe- cíficas resultan de contagios específicos, presentando la primera teoría general del contagio vivo de la en- fermedad. Desde este punto de vista, debe ser consi- derado el padre de la epidemiología moderna.12 Treinta y cuatro años después de Fracastoro, en 1580, el médico francés Guillaume de Baillou (1538- 1616) publicó el libro Epidemiorum‡ (“sobre las epi- demias”) conteniendo una relación completa de las epidemias de sarampión, difteria y peste bubónica aparecidas en Europa entre 1570 y 1579, sus caracte- rísticas y modos de propagación. Debido a que de Baillou tuvo una gran influencia en la enseñanza de la medicina durante la última parte del siglo XVI y la primera del XVII (dirigió la escuela de medicina de la Universidad de París por varias décadas), sus trabajos tuvieron un importante impacto en la prác- tica médica de todo el siglo XVII. En castellano, la primera referencia al término epi- demiología, según Nájera,13 se encuentra en el libro que con tal título publicó Quinto Tiberio Angelerio, en Madrid, en 1598. Los términos epidémico y endémico fueron incorporados a nuestro idioma apenas unos años más tarde, hacia 1606. En aquella época, endé- mico significaba simplemente (como en el texto hipo- crático Aires, aguas y lugares) la residencia permanente de alguien en un lugar. Epidémico, en cambio, se de- nominaba a aquel que temporalmente residía en un lugar en donde era extranjero.14 Desde mucho antes, empero, el Occidente medie- val había llevado a cabo actividades colectivas que podrían calificarse como epidemiológicas en el senti- do actual del término. La Iglesia ejecutó durante mu- chos siglos acciones de control sanitario destinadas a mantener lejos del cuerpo social las enfermedades que viajaban con los ejércitos y el comercio, y temprana- mente aparecieron prácticas sanitarias que basaban su fuerza en los resultados del aislamiento y la cuarente- na. Del siglo XIV al XVII estas acciones se generaliza- ron en toda Europa y paulatinamente se incorporaron a la esfera médica. 2. Aprendiendo a contar: la estadística sanitaria Durante los siguientes siglos ocurrieron en Europa otros sucesos de naturaleza diferente que, sin embar- go, tuvieron un fuerte impacto sobre el desarrollo de la epidemiología. Hasta el siglo XVI, la mayoría de las enumeraciones y recuentos poblacionales habían te- nido casi exclusivamente dos propósitos: determinar la carga de impuestos y reclutar miembros para el ejér- cito. No obstante, con el nacimiento de las naciones modernas, los esfuerzos por conocer de manera pre- cisa las fuerzas del Estado (actividad que inicialmente se denominó a sí misma estadística) culminaron por rebasar estos límites e inaugurar la cuantificación sis- temática de un sinnúmero de características entre los habitantes de las florecientes naciones europeas. La estadística de salud moderna inició con el análisis de los registros de nacimiento y de mortalidad, hasta en- tonces realizados únicamente por la Iglesia Católica, que organizaba sus templos de culto de acuerdo con el volumen de sus feligreses. * Como se señaló antes, la palabra miasma fue utilizada con propó- sitos médicos por primera vez por Hipócrates (aunque con otro significado), deriva del griego miáino, y significa mancha. ‡ De Baillou, Guillaume. Epidemiorum, 2 vols (1640), citado en Enci- clopaedia Brittanica, 1999.
  • 63. ACTUALIZACIONES 136 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000 López-Moreno S y col. El nacimiento de las estadísticas sanitarias coin- cide con un extraordinario avance de las ciencias na- turales (que en ese momento hacían grandes esfuerzos por encontrar un sistema lógico de clasificación botá- nica) y que se reflejó en las cuidadosas descripciones clínicas de la disentería, la malaria, la viruela, la gota, la sífilis y la tuberculosis hechas por el inglés Thomas Sydenham, entre 1650 y 1676. Los trabajos de este autor resultaron esenciales para reconocer a estas pa- tologías como entidades distintas y dieron origen al sistema actual de clasificación de enfermedades. En su libro Observationes medicae, Sydenham afirmaba, por ejemplo, que si la mayoría de las enfermedades podían ser agrupadas siguiendo criterios de “unidad bioló- gica” también era posible reducirlas a unos cuantos tipos, “exactamente como hacen los botánicos en sus libros sobre las plantas”.15 Las propuestas clasificato- rias abiertas por Sydenham se vieron fortalecidas casi inmediatamente, cuando su coterráneo John Graunt analizó, en 1662, los reportes semanales de nacimien- tos y muertes observados en la ciudad de Londres y el poblado de Hampshire durante los 59 años previos, identificando un patrón constante en las causas de muerte y diferencias entre las zonas rurales y urbanas.12 John Graunt fue un hombre extraordinariamente pers- picaz. Disponiendo de información mínima logró in- ferir, entre otras cosas, que regularmente nacían más hombres que mujeres, que había una clara variación estacional en la ocurrencia de las muertes y que 36% de los nacidos vivos morirían antes de cumplir los seis años. Con ello, Graunt dio los primeros pasos para el desarrollo de las actuales tablas de vida. Un economista, músico y médico amigo de Graunt, William Petty, publicó por la misma época trabajos relacionados con los patrones de mortali- dad, natalidad y enfermedad entre la población ingle- sa, y propuso por primera vez –30 años antes que Leibniz (1646-1716), a quien tradicionalmente se le atribuye esta idea– la creación de una agencia guber- namental encargada de la recolección e interpretación sistemática de la información sobre nacimientos, casa- mientos y muertes, y de su distribución según sexo, edad, ocupación, nivel educativo y otras condiciones de vida. También sugirió la construcción de tablas de mortalidad por edad de ocurrencia, anticipándose al desarrollo de las actuales tablas usadas para comparar poblaciones diferentes. Esta manera de tratar la infor- mación poblacional fue denominada por Petty “arit- mética política”.15 Los trabajos de Graunt y Petty no contribuyeron inmediatamente a la comprensión de la naturaleza de la enfermedad, pero fueron fundamen- tales para establecer los sistemas de recolección y or- ganización de la información que los epidemiólogos actuales usan para desarrollar sus observaciones. En los siguientes años, el estudio de la enferme- dad poblacional bajo este método condujo a la elabo- ración de un sinnúmero de “leyes de la enfermedad”, que inicialmente se referían a la probabilidad de en- fermar a determinada edad, a la probabilidad de per- manecer enfermo durante un número específico de días y a la probabilidad de fallecer por determinadas cau- sas de enfermedad. Estas tablas, sin embargo, no derivan directamente de los trabajos de Graunt y Pet- ty, sino de las acciones desarrolladas por las compañías aseguradoras para fijar adecuadamente los precios de los seguros de vida, comunes en Inglaterra y Gales desde mediados del siglo XVII y en Francia desde mu- cho antes (quizás desde el siglo XVI) a través de las asociaciones de socorros mutuos y las “tontinas” de trabajadores.* Las más famosas tablas elaboradas para estos fines fueron las de los comités seleccionados, en Suecia; las de Richard Price, en Inglaterra y las de Charles Oliphant (ya en el siglo XIX), en Escocia. Las más exactas (las elaboradas por Richard Price, según el epistemólogo inglés Ian Hacking),16 permiten de- terminar que el promedio de vida en la ciudad de Northampton era, según datos del siglo XVIII, de 24 años de vida. Entre los más famosos constructores de tablas de vida para las compañías aseguradoras se encuentran Edmund Halley (1656-1742), astrónomo británico descubridor del cometa que lleva su nom- bre y que en 1687 sufragara los gastos de publicación de los Principia mathematica, de su amigo Isaac New- ton; y el periodista Daniel Defoe (1660-1731), autor de la novela Robinson Crusoe y del extraordinario relato sobre la epidemia londinense de 1665, Diario del año de la peste. El proceso matemático que condujo a la elabo- ración de “leyes de la enfermedad” inició, sin embar- go, con el análisis de la distribución de los nacimientos. En 1710, John Arbuthnot, continuador de los trabajos de Graunt y Petty, había demostrado que la razón de nacimientos entre varones y mujeres era siempre de 13 a 12, independientemente de la sociedad y el país en el que se estudiaran. Para Arbuthnot, esta regula- ridad no podía deberse al azar, y tenía que ser una “disposición divina” encaminada a balancear el ex- ceso de muertes masculinas debidas a la violencia y la * Una tontina es una asociación en la que varios trabajadores apor- tan una cantidad similar a fin de formar un fondo. Los últimos sobrevivientes se reparten el capital y los intereses generados.
  • 64. 137 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000 Desarrollo histórico de la epidemiología ACTUALIZACIONES guerra.16 Entre 1741 y 1775, el sacerdote alemán J.P. Sussmilch escribió varios tratados que seguían los mé- todos de enumeración propuestos por Graunt, Petty y Arbuthnot. Para Sussmilch, la regularidad encontrada en el volumen de nacimientos por sexo era toda una “ley estadística” (como las leyes naturales de la física) y debían existir leyes similares capaces de explicar el desarrollo de toda la sociedad. Muy pronto nació la idea de una “ley de mortalidad” y, poco más tarde, la convicción de que habría leyes para todas las des- viaciones sociales: el suicidio, el crimen, la vagancia, la locura y, naturalmente, la enfermedad.16 Si bien las estadísticas sobre la enfermedad tuvieron importan- cia práctica hasta el siglo XIX, su desarrollo era un avance formidable para la época. La misma frase “ley de la enfermedad“ invitaba a formular los proble- mas de salud en forma matemática, generalizando es- tudios sobre la causa de los padecimientos y muertes entre la población. En 1765, el astrónomo Johann H. Lambert inició la búsqueda de relaciones entre la mor- talidad, el volumen de nacimientos, el número de casamientos y la duración de la vida, usando la in- formación de las gacetas estadísticas alemanas. Como resultado, Lambert obtuvo una curva de decesos que incorporaba la duración de vida promedio de la po- blación investigada y con la cual logró deducir una tasa de mortalidad infantil mucho más alta de lo que en- tonces se pensaba. La búsqueda de “leyes de la en- fermedad” fue una actividad permanente hasta el final del siglo XIX, y contribuyó al desarrollo de la estadís- tica moderna.17 Durante este proceso, la incursión de la probabilidad en el estudio de la enfermedad fue casi natural. 3. Causas de enfermedad: la contribución de la “observación numérica” Para la misma época, por otra parte, se habían pu- blicado trabajos que también hacían uso, aunque de otra manera, de la enumeración estadística. El prime- ro de ellos, publicado en 1747, fue un trabajo de James Lind sobre la etiología del escorbuto, en el que demos- tró experimentalmente que la causa de esta enferme- dad era un deficiente consumo de cítricos. El segundo fue un trabajo publicado en 1760 por Daniel Bernoulli, que concluía que la variolación protegía contra la viruela y confería inmunidad de por vida.12 Es notable que este trabajo se publicara 38 años antes de la in- troducción del método de vacunación por el británico Edward Jenner (1749-1823). Un tercer trabajo, que se refiere específicamente a la práctica de inmunización introducido por Jenner, fue publicado por Duvillard de Durand apenas nueve años después de la genera- lización de este procedimiento en Europa (en 1807), y se refiere a las potenciales consecuencias de este mé- todo preventivo en la longevidad y la esperanza de vida de los franceses.16 No obstante, como señala Hacking, el imperialis- mo de las probabilidades sólo era concebible en un mundo numérico. Aunque la cuantificación se hizo co- mún a partir de Galileo, en materia médica, esto fue posible sólo gracias a los trabajos de Pierre Charles Alexander Louis. Este clínico francés, uno de los pri- meros epidemiólogos modernos, condujo, a partir de 1830, una gran cantidad de estudios de observación “numérica”, demostrando, entre muchas otras cosas, que la tuberculosis no se transmitía hereditariamente y que la sangría era inútil y aun perjudicial en la ma- yoría de los casos.16 La enorme influencia de P.C.A. Louis durante las siguientes décadas se muestra en la primera declaración de la Sociedad Epidemioló- gica de Londres, fundada en 1850, en donde se afirma que “la estadística también nos ha proporcionado un medio nuevo y poderoso para poner a prueba las ver- dades médicas, y mediante los trabajos del preciso Louis hemos aprendido cómo puede ser utilizada apropiadamente para entender lo relativo a las en- fermedades epidémicas”.* El mayor representante de los estudios sobre la regularidad estadística en el siglo XIX fue, sin embar- go, el belga Adolphe Quetelet, que usó los estudios de Poisson y Laplace para identificar los valores promedio de múltiples fenómenos biológicos y sociales. Como resultado, Quetelet transformó cantidades físicas cono- cidas en propiedades ideales que seguían comporta- mientos regulares, con lo que inauguró los conceptos de término medio y normalidad biológica, catego- rías ampliamente usadas durante la inferencia epide- miológica. Sin embargo, los trabajos de Laplace, Louis, Poisson, Quetelet, Galton y Pearson pronto se acerca- ron a las posturas sostenidas por los científicos posi- tivistas (especialmente los físicos), para quienes, según el dicho del escocés William Kelvin, una ciencia que no medía “era una pobre ciencia”. Con ello, se pasó de considerar que medir es bueno, a creer que sólo medir es bueno. Un alumno distinguido de Louis, el inglés William Farr, generalizó el uso de las tasas de mortalidad y también los conceptos de población bajo riesgo, gra- diente dosis-respuesta, inmunidad de grupo, direccio- nalidad de los estudios y valor “año-persona”. También descubrió las relaciones entre la prevalencia, la in- cidencia y la duración de las enfermedades, y funda- * Citado por Lilienfeld A y Lilienfeld D, 1987.
  • 65. ACTUALIZACIONES 138 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000 López-Moreno S y col. mentó la necesidad de contar con grandes grupos de casos para lograr inferencias válidas.12 En 1837 publicó lo que denominó “un instrumento capaz de medir la frecuencia y duración relativa de las enferme- dades”, afirmando que con él era posible determinar el peligro relativo de cada padecimiento. Finalmente, creó el concepto de fuerza de la mortalidad de un pade- cimiento específico, definiéndolo como el volumen de “decesos entre un número determinado de enfermos del mismo padecimiento, en un periodo definido de tiempo”.16 Este concepto, uno de los primeros concep- tos epidemiológicos altamente precisos, es idéntico al que hoy conocemos como letalidad. La investigación realizada en el campo de la epi- demiología experimentó durante el siglo XIX un extra- ordinario avance, especialmente con los trabajos de Robert Storrs (1840), Oliver Wendell Holmes (1842) e Ignaz Semmelweis (1848) sobre la transmisión de la fiebre puerperal; los de P.L. Panum (1846) sobre la con- tagiosidad del sarampión; los de Snow (1854) sobre el modo de transmisión del cólera, y los de William Budd (1857) sobre la transmisión de la fiebre tifoidea. La importancia de estos trabajos radica en el enorme es- fuerzo intelectual que estos investigadores debieron hacer para documentar –mediante la pura observa- ción–* propuestas sobre la capacidad transmisora, los mecanismos de contagio y la infectividad de agen- tes patógenos sobre los que aún no podía demostrarse una existencia real. Una muestra del enorme valor de este trabajo se encuentra en el hecho de que los agentes infecciosos responsables de cada una de estas enferme- dades se descubrieron entre veinte y treinta años más tarde, en el mejor de los casos. El método utilizado por los epidemiólogos del si- glo XIX para demostrar la transmisibilidad y contagio- sidad de los padecimientos mencionados (que, en resumen, consiste en comparar, de múltiples formas, la proporción de enfermos expuestos a una circuns- tancia con la proporción de enfermos no expuestos a ella) se reprodujo de manera sorprendente y con él se estudiaron, durante los siguientes años, práctica- mente todos los brotes epidémicos. De hecho, versiones más sofisticadas de esta estrategia constituyen ac- tualmente los principales métodos de la epidemiología. La escuela de epidemiólogos fundada en el siglo pasado continúa activa. Las ideas de P.C.A. Louis, por ejemplo, fueron adoptadas por muchos de sus alum- nos y siguen dando frutos. Entre sus alumnos desta- can Francis Galton (descubridor del coeficiente de correlación), George C. Shattuck (fundador de la Aso- ciación Estadística Norteamericana y reformador de la salud pública en ese país) y Elisha Bartlett (el primero en justificar matemáticamente el uso del grupo con- trol en los estudios experimentales). Un alumno de Gal- ton, Karl Pearson, descubrió la distribución de χ2 y fundó la Escuela Británica de Biometría. Major Green- wood, alumno de Pearson, fue el más destacado epi- demiólogo inglés de la primera mitad del siglo XX y maestro de Austin Bradford Hill, quien, junto con Evans y Jerushalmy, ha sido uno de los más impor- tante divulgadores de los criterios modernos de cau- salidad. En nuestro continente destacaron inicialmente Edward Jarvis, William Welch, Joseph Goldberger, Wade Hampton Frost, Edgard Sydenstriker y Kenneth Maxcy. Más recientemente, ambas escuelas epidemio- lógicas han dado nombres de la talla de Richard Doll, Jerome Cornfield,Alexander Langmuir, Brian MacMa- hon, Nathan Mantel, William Haenzel, Abraham Li- lienfeld, Thomas Mckeown, Milton Terris, Carol Buck, Mervyn Susser, Sanders Greenland, Olli Miettinen, David Kleimbaum y Kenneth Rothman, quienes han sido reconocidos por sus importantes contribuciones al desarrollo metodológico de la disciplina. 4. Distribución, frecuencia y determinantes de las condiciones de salud Con el establecimiento definitivo de la teoría del ger- men, entre 1872 y 1880, la epidemiología, como todas las ciencias de la salud, adoptó un modelo de causali- dad que reproducía el de la física, y en el que un solo efecto es resultado de una sola causa, siguiendo cone- xiones lineales. Los seguidores de esta teoría fueron tan exitosos en la identificación de la etiología espe- cífica de enfermedades que dieron gran credibilidad a este modelo. Como consecuencia, la epidemiología volvió a utilizarse casi exclusivamente como un mero apoyo en el estudio de las enfermedades infecciosas. Las experiencias de investigación posteriores rom- pieron estas restricciones. Las realizadas entre 1914 y 1923 por Joseph Goldberger –quien demostró el carác- ter no contagioso de la pelagra– rebasaron los límites de la infectología y sirvieron de base para elaborar teo- rías y adoptar medidas preventivas eficaces contra las enfermedades carenciales, inclusive antes de que se conociera el modo de acción de los micronutrimentos esenciales.13 En 1936, Frost* afirmaba que la epidemio- logía “en mayor o menor grado, sobrepasa los límites * Observación guiada por la teoría, por supuesto. * Citado por Lilienfeld, A. y Lilienfeld D. 1987.
  • 66. 139 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000 Desarrollo histórico de la epidemiología ACTUALIZACIONES de la observación directa”, asignándole la posibi- lidad de un desarrollo teórico propio y, en 1941, Major Greenwood la definió simplemente como “el estudio de la enfermedad, considerada como fenómeno de masas”.* El incremento en la incidencia de enfermedades crónicas ocurrido a mediados del siglo XX también con- tribuyó a ampliar el campo de acción de la disciplina, la que desde los años cuarenta se ocupó del estudio de la dinámica del cáncer, la hipertensión arterial, las afecciones cardiovasculares, las lesiones y los padeci- mientos mentales y degenerativos. Como resultado, la epidemiología desarrolló con mayor precisión los con- ceptos de exposición, riesgo, asociación, confusión y sesgo, e incorporó el uso franco de la teoría de la pro- babilidad y de un sinnúmero de técnicas de estadísti- ca avanzada.18 La red causal Desde su nacimiento como disciplina moderna, una premisa fundamental de la epidemiología ha sido la afirmación de que la enfermedad no ocurre ni se distri- buye al azar, y sus investigaciones tienen como propó- sito identificar claramente las condiciones que pueden ser calificadas como “causas” de las enfermedades, distinguiéndolas de las que se asocian a ellas úni- camente por azar.19,20 El incesante descubrimiento de condiciones asociadas a los procesos patológicos ha llevado a la identificación de una intrincada red de “causas” para cada padecimiento, y desde los años setenta se postula que el peso de cada factor presun- tamente causal depende de la cercanía con su efecto aparente. La epidemiología contemporánea ha ba- sado sus principales acciones en este modelo, deno- minado “red de causalidad” y formalizado por Brian MacMahon, en 1970. Una versión más acabada de este mismo modelo propone que las relaciones establecidas entre las con- diciones participantes en el proceso –denominadas causas, o efectos, según su lugar en la red– son tan com- plejas, que forman una unidad imposible de conocer completamente. El modelo, conocido como de la “caja negra ”, es la metáfora con la que se representa un fenó- meno cuyos procesos internos están ocultos al obser- vador, y sugiere que la epidemiología debe limitarse a la búsqueda de aquellas partes de la red en las que es posible intervenir efectivamente, rompiendo la cade- na causal y haciendo innecesario conocer todos los fac- tores intervinientes en el origen de la enfermedad. Actualmente, este es el modelo predominante en la investigación epidemiológica.21,22 Una de sus prin- cipales ventajas radica en la posibilidad de aplicar medidas correctivas eficaces, aun en ausencia de ex- plicaciones etiológicas completas. Esto sucedió, por ejemplo, cuando en la década de los cincuenta se identificó la asociación entre el cáncer pulmonar y el hábito de fumar.23 No era necesario conocer los meca- nismos cancerígenos precisos de inducción y promo- ción para abatir la mortalidad mediante el combate al tabaquismo. Una desventaja del modelo, empero, es que con frecuencia existe una deficiente comprensión de los eventos que se investigan, al no ser necesario comprender todo el proceso para adoptar medidas eficaces de control. El resultado más grave del se- guimiento mecánico de este esquema ha consistido en la búsqueda desenfrenada de “factores de riesgo” sin esquemas explicativos sólidos, lo que ha hecho pare- cer a los estudios epidemiológicos como una colección infinita de factores que, en última instancia, expli- can muy poco los orígenes de las enfermedades. El modelo de la caja negra también tiene como li- mitación la dificultad para distinguir entre los determi- nantes individuales y poblacionales de la enfermedad (es decir, entre las causas de los casos y las causas de la incidencia). Geoffrey Rose ha advertido sobre esta fal- ta de discriminación al preguntarse si la aparición de la enfermedad en las personas puede explicarse de la misma manera que la aparición de la enfermedad en las poblaciones.24 En otras palabras, Rose se pregunta si la enfermedad individual y la incidencia tienen las mismas causas y, por lo tanto, pueden ser combatidas con las mismas estrategias. Rose responde negativa- mente. Corrientes más recientes han intentado desarro- llar un paradigma opuesto al de la caja negra mul- ticausal, denominado modelo histórico-social. Este modelo señala que es engañoso aplicar mecánicamente un modelo que concede el mismo peso a factores que, por su naturaleza, deben ser diferentes. También re- chaza que el componente biológico de los procesos de salud colectiva tenga un carácter determinante, y pro- pone reexaminar estos fenómenos a la luz de su deter- minación histórica, económica y política. Según esta interpretación, el propósito principal de la investi- gación epidemiológica debe ser la explicación de la distribución desigual de las enfermedades entre las di- versas clases sociales, en donde se encuentra la deter- minación de la salud-enfermedad.25 No obstante, el interés que revisten estos planteamientos, el limitado desarrollo de instrumentos conceptuales adecuados para contrastar sus hipótesis, ha impedido que este * Citado por Colimon KM: Fundamentos de Epidemiología. Ma- drid: Ed. Díaz de Santos, 1990.
  • 67. ACTUALIZACIONES 140 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000 López-Moreno S y col. modelo progrese como una alternativa real a los mo- delos de la red de causalidad y de la caja negra. Las cajas chinas y la eco-epidemiología Entre los trabajos que directamente abordan el pro- blema de la “caja negra” destaca la obra de Mervyn Susser,26 para quien los fenómenos colectivos de salud funcionan de manera más parecida a una “caja china”, en donde los sistemas de determinación epidemio- lógica se encuentran separados y organizados jerár- quicamente, de forma tal que un sistema abarca varios subsistemas, compuestos a su vez por subsistemas de menor jerarquía. Así, los cambios en un nivel afectan al subsistema correspondiente, pero nunca al sistema en su totalidad. De esta manera, las relaciones de cada nivel son válidas para explicar estructuras en los ni- chos de donde se han obtenido, pero no para realizar generalizaciones en otros niveles. Esta propuesta, denominada ecoepidemiología, explica, por ejemplo, la razón por la cual la información obtenida en el sub- sistema donde se enmarca y determina la desnutrición biológica individual no puede explicar los sistemas en los que se enmarcan y determinan la incidencia de des- nutrición de una comunidad, una región o un país. Determinación de riesgos Como antes sucedió con las enfermedades infecciosas, en el estudio de las afecciones crónicas y degenerativas la epidemiología ha vuelto a jugar un papel fundamen- tal, al mostrar la relación existente entre determinadas condiciones del medio ambiente, el estilo de vida y la carga genética, y la aparición de daños específicos en las poblaciones en riesgo. Entre sus aportes más im- portantes se encuentran, por ejemplo, la comprobación de la relación existente entre el consumo de cigarrillos y el cáncer de pulmón; entre radiaciones ionizantes y determinadas formas de cáncer; entre exposición a di- versas sustancias químicas y tumores malignos; entre obesidad y diabetes mellitus; entre consumo de es- trógenos y cáncer endometrial; entre uso de fármacos y malformaciones congénitas, y entre sedentarismo e infarto de miocardio. En la década de los ochenta, diversos estudios epidemiológicos encontraron una fuerte asociación entre las prácticas sexuales y el ries- go de transmisión del Síndrome de Inmunodeficien- cia Humana, aun antes del descubrimiento del virus responsable de su aparición. Más recientemente, la epidemiología ha aportado múltiples muestras del daño asociado a la exposición de sustancias conta- minantes presentes en el aire y el agua. Muchas otras relaciones, como las que podrían existir entre la ex- posición a ciertos procesos físicos (como los campos electromagnéticos) y algunos tipos de cáncer, todavía se investigan. Como antes lo hizo para los padeci- mientos infecciosos y las enfermedades carenciales, la investigación epidemiológica sigue jugando un extra- ordinario papel en la identificación de nuevos riesgos, abriendo caminos para la toma de medidas preventi- vas selectivas entre las poblaciones en riesgo. Identificación y evaluación de las modalidades de la respuesta social La epidemiología también se ha usado como instru- mento en la planificación de los servicios sanitarios, mediante la identificación de los problemas priorita- rios de salud, las acciones y recursos que son necesarios para atenderlos, y el diseño de programas para aplicar estas acciones y recursos. La evaluación de estos pro- gramas –que habitualmente se realiza comparando la frecuencia de enfermedad en el grupo intervenido con la de un grupo testigo y que, por ello, se podría deno- minar epidemiología experimental–, es un instrumen- to cada vez más utilizado en el diseño de los planes sanitarios. Así, mediante el uso de métodos y técnicas epidemiológicos se ha logrado identificar el impacto real y la calidad con la que se prestan los servicios médicos; las formas más eficaces para promover la salud de los que están sanos y las relaciones entre el costo, la efectividad y el beneficio de acciones especí- ficas de salud. Combinada con otras disciplinas, como la admi- nistración, la economía, las ciencias políticas y las cien- cias de la conducta, la epidemiología ha permitido estudiar las relaciones entre las necesidades de asis- tencia y la oferta y demanda de servicios. También con ella se evalúan la certeza de los diversos medios diag- nósticos y la efectividad de diferentes terapias sobre el estado de salud de los enfermos. Los estudios socioló- gicos y antropológicos que hacen uso de técnicas epi- demiológicas también son cada vez más frecuentes, y ello ha fortalecido el trabajo y mejorado los resultados de las tres disciplinas. Identificación de marcadores de enfermedad El campo de acción de la epidemiología se amplía per- manentemente. Con el surgimiento de la genética y la biología molecular, los epidemiólogos han podido responder nuevas preguntas. Ahora se investiga con métodos epidemiológicos, por ejemplo, la distribución poblacional de genes que podrían explicar las variacio- nes en la presentación de diversos padecimientos neo- plásicos, muchas enfermedades endocrinas y algunas
  • 68. 141 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000 Desarrollo histórico de la epidemiología ACTUALIZACIONES enfermedades mentales y neurológicas. En este cam- po también se investigan la manera precisa en que los factores genéticos influyen en la aparición de com- plicaciones y la forma en que interactúan con las ca- racterísticas del medio ambiente. Dinámica general de la enfermedad La identificación del comportamiento epidemiológico de los padecimientos según la edad, el género y la región que afectan ha contribuido a la elaboración de teorías generales sobre la dinámica espacial y tempo- ral de la enfermedad, considerada como un fenómeno social. Actualmente, por ejemplo, ya nadie niega que a cada tipo de sociedad corresponde un perfil específico de enfermedad, y que este perfil está ligado al volu- men y la estructura de su población, su organización socioeconómica y su capacidad para atender la en- fermedad entre sus miembros. En este caso, la epi- demiología ha representado el papel protagónico al identificar las fases del cambio sanitario y los meca- nismos a partir de los cuales un grupo de patologías, característico de una sociedad determinada, es susti- tuido por otro, propio de una nueva fase. De acuerdo con la teoría de la transición epidemiológica, todos los países deben atravesar tres grandes eras, y la ma- yoría se encuentra en transición entre la segunda y la tercera fase del proceso. Siguiendo esta teoría, las en- fermedades se han reclasificado según el sitio que teóri- camente deberían ocupar en el perfil de daños de una sociedad determinada. Así, además de las clasifica- ciones tradicionales (enfermedades endémicas, epidémicas y pandémicas), hoy se habla de enferme- dades pretransicionales, transicionales y postransicio- nales; emergentes y resurgentes, y se ha vuelto común hablar de los perfiles de salud en términos de rezagos o retos epidemiológicos. Desde otro terreno, ya hace varias décadas, se acepta que, en gran medida, el estatuto científico de la salud pública depende de la cantidad de epidemiolo- gía que contenga. Guerra de Macedo, por ejemplo, afir- ma que las tareas de formar conocimiento nuevo y emplearlo adecuadamente en materia de salud colec- tiva son específicas de la epidemiología, en especial cuando ésta se concibe no como un mero instrumento de vigilancia y control de enfermedades, sino en esa dimensión mayor de la inteligencia sanitaria que per- mite comprender a la salud como un todo.27 La epi- demiología, según este punto de vista, no sólo es una parte fundamental de la salud pública, sino su prin- cipal fuente de teorías, métodos y técnicas.28 Algunos problemas epistemológicos actuales La polémica sobre el estatuto científico de la epide- miología fue abierta con la publicación de un contro- vertido texto elaborado por Carol Buck,29 en 1975. De acuerdo con esta autora, el hecho de que la epidemio- logía otorgue tanta importancia a su método se debe a que, en esta disciplina, el experimento juega un papel muy limitado, por lo que los investigadores deben crear escenarios cuasiexperimentales, sirviéndose de los fenómenos tal como ocurren naturalmente. El re- conocimiento de esta característica provocó un gran interés en el análisis de los fundamentos lógicos del trabajo epidemiológico, y sus implicaciones episte- mológicas se discutieron inmediatamente.30,31,32 En la actualidad, la epidemiología enfrenta va- rios problemas epistemológicos. De ellos, quizás el más importante es el problema de la causalidad, as- pecto sobre el que todavía no existe consenso entre los expertos. El abanico de posturas se extiende desde los que proponen el uso generalizado de los postula- dos de causalidad (Henle-Koch, Bradford Hill o Evans) hasta los que consideran que la epidemiología debe abandonar el concepto de “causa” y limitarse a dar explicaciones no deterministas de los eventos que in- vestiga. Las criticas al concepto de causa, formuladas por primera vez por David Hume, en 1740, proba- blemente implicarían replantear conceptos tan arrai- gados en la investigación epidemiológica como los de “causa necesaria” y “causa suficiente”, por ejemplo. Dado que estas críticas son cada vez más aceptadas en el terreno de las ciencias naturales, es indudable que este tema seguirá siendo uno de los predilectos por la literatura epidemiológica del siglo XXI. Otro de los problemas filosóficos de la epide- miología contemporánea se refiere a la índole de su objeto de estudio. En este campo, los esfuerzos por determinar la naturaleza de los eventos epidemiológi- cos también han desembocado en la formación de di- versas corrientes, que debaten intensamente si este objeto se alcanza con la suma de lo individual, con el análisis poblacional, o mediante la investigación de lo social. Como resultado, han proliferado los intentos por desentrañar, cada vez con mayor rigor, las interaccio- nes que se establecen entre la clínica, la estadística y las ciencias sociales.25 El último de los aspectos centrales en este pecu- liar debate alude al estatuto científico del saber epide- miológico. Aunque ya nadie acepta la posibilidad –planteada por Louis en el siglo XIX– de que los even- tos epidemiológicos puedan comportarse siguiendo
  • 69. ACTUALIZACIONES 142 salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000 López-Moreno S y col. leyes similares a las que rigen los fenómenos natu- rales, los aportes de la epidemiología en el terreno de la generación de teorías, modelos y conceptos han sido numerosos, y su desarrollo presente indica que este proceso no va a detenerse.33 5. Conclusiones Como puede notarse, a través del texto, tanto el objeto como los métodos de estudio de la epidemiología se han modificado radicalmente desde su origen hasta la actualidad. De la simple descripción de las plagas ha pasado a explicar la dinámica de la salud poblacional considerada como un todo, identificando los elemen- tos que la componen, explicando las fuerzas que la gobiernan y proponiendo acciones para intervenir en el curso de su desarrollo. El desarrollo conceptual en la epidemiología, como ha sucedido desde que nació como ciencia, lejos de detenerse ha seguido ganando terreno. La teoría de la transición epidemiológica (que desde su nacimiento proporcionó valiosos elementos para interpretar la dinámica de la enfermedad poblacional) ha sido ob- jeto de profundas reformulaciones teóricas.34 Los con- ceptos de causa, riesgo, asociación, sesgo, confusión, etcétera, aunque cada vez son más sólidos, se en- cuentran en proceso de revisión permanente, lo que hace a la epidemiología una disciplina viva y en constante movimiento. De acuerdo con Kleinbaum,35 la nueva epide- miología tiene como propósitos: a) la descripción de las condiciones de salud de la población (mediante la ca- racterización de la ocurrencia de enfermedades, de las frecuencias relativas al interior de sus subgrupos y de sus tendencias generales); b) la explicación de las cau- sas de enfermedad poblacional (determinando los fac- tores que la provocan o influyen en su desarrollo); c) la predicción del volumen de enfermedades que ocu- rrirá, así como su distribución al interior de los sub- grupos de la población, y d) la prolongación de la vida sana mediante el control de las enfermedades en la po- blación afectada y la prevención de nuevos casos entre la que está en riesgo. Sólo habría que agregar que también es propósito de la epidemiología generar los métodos de abordaje con los cuales puede realizar adecuada y rigurosamente estas tareas.36 Estos obje- tivos –que demuestran el avance alcanzado en los dos últimos siglos– también indican que, de continuar con la misma tendencia, en las próximas décadas habre- mos de ver a la disciplina convertida en una ciencia de vastos alcances. Agradecimientos Los autores desean agradecer los valiosos comenta- rios y sugerencias hechas al texto original por los doc- tores Héctor Gómez Dantés y Alexánder Corcho Berdugo, del Instituto Nacional de Salud Pública. Referencias 1. Gill CA.The genesis of epidemics and the natural history of disease. NuevaYork (NY):William Wood and Company, 1928:1-39. 2.Cartwright FF,Biddiss M.Disease and history.NuevaYork (NY):Thomas Crowell Company, 1972: 5-28. 3. Rosen G.A history of public health. 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