Se documento hace hincapie en la necesidad de crear actividaes extra-muros para compensar el deficit de horas suficientes para permitir al profesor abordar todos los puntos. Por ello; existe una serie de actividades interesantes que pueden incentivar la motivacion de los alumnos
Actividades aprendizaje autónomo lengua extranjera
1. Actividades para el aprendizaje autónomo
Tales actividades hacen del alumno el verdadero responsable de su propio aprendizaje,
dado que se trata de momentos en los cuales el aprendiente dará rienda suelta a su
imaginación. En África, y particularmente en Senegal las condiciones de aprendizaje
son muy incómodas y el tiempo de trabajo muy reducido de tal manera que el docente
ha de recurrir a otras estrategias capaces de compensar lo que debía hacerse en clase,
pero que los rigores del horario y las perturbaciones escolares no permiten. Así, las
actividades para-escolares entran en esta línea:
Las tareas para la casa constituyen una estrategia alternativa para el aprendizaje de
una lengua extranjera y contribuyen a completar la educación del alumno
paralelamente o fuera de la clase. Son actividades concretas que ocupan un lugar
destacado en la enseñanza moderna gracias a su contribución en el trabajo educativo.
En efecto, pueden despertar el interés por una lengua extranjera, contribuyendo a la
consolidación de conocimientos adquiridos. Las actividades extraescolares pueden
organizarse de una manera agrupada sobre todo si se trata de alumnos muy dotados,
que manifiestan un interés particular por la lengua respectiva y que desean
profundizar en sus conocimientos
Para el enriquecimiento de las competencias lingüísticas de los alumnos, un lugar
importante lo ocupan los relatos, las poesías, las anécdotas, los juegos, las
improvisaciones, etc. Las actividades de refuerzo se proponen principalmente:
- ampliar el horizonte de los conocimientos sociales, culturales, económicos, etc. de
los alumnos;
- orientar y explotar sus aptitudes, desarrollar su gusto por los valores;
- contribuir al enriquecimiento de la vida moral del alumno, que se refiere sobre todo
a su carácter;
2. - contribuir a la utilización agradable e instructiva del tiempo libre de los alumnos.
Los deberes organizados de una manera metódica y sistemática podrían ser de
verdadera utilidad para el progreso de los alumnos. El carácter, el contenido y los
métodos de realización de éstos son específicos y se distinguen de la actividad en clase.
Los alumnos deben optar libremente por lo extraescolar, en función de sus deseos,
necesidades y aspiraciones.
No es necesario ignorar que las actividades para-escolares deban tener en
cuenta las particularidades de edad e individuales de los alumnos, el profesor no
debe nunca olvidar que un alumno tiene límites físicos y psíquicos (Nica e Ilie 1995:
248).
Si las actividades para el aprendizaje autónomo se organizan muy bien, serán un
medio eficaz en el desarrollo de la iniciativa y el espíritu de independencia de los
alumnos. Se distinguen dos tipos de actividades para-escolares: los deberes y las
actividades extraescolares
a. Las actividades individuales pueden ser la lectura y la correspondencia escrita que
dan la posibilidad a los alumnos de familiarizarse con las estructuras del diálogo en
intercambios, la interacción.
b. Las actividades colectivas pueden ser excursiones, visitas (museo, exposición,
parque, etc.) organizadas por los profesores y también actividades comunicativas
como debates, juegos, práctica de teatro, simulación global, etc. son ocasiones para
hablar la lengua haciendo actividades interesantes donde los alumnos pueden
manifestar libremente su imaginación, su creatividad, su placer de expresarse y de
comunicar.
3. El profesor puede también organizar la participación colectiva en películas artísticas
en versión original. Para llamar la atención de los alumnos sobre algunas secuencias,
algunas palabras y expresiones que deben retenerse, debería verlas previamente.
Una actividad bastante frecuente es el círculo de lengua. Para organizarlo, será
necesario cumplir varias condiciones:
- la adhesión al círculo será benévola;
- el número de miembros de un círculo será de un máximo de 20 alumnos;
- los miembros tendrán derecho a amplias iniciativas;
Se evitará todo carácter formal o demasiado solemne para que los alumnos se sientan
todos con comodidad. Estos círculos pueden ser de juegos, lectura, arte dramático, de
literatura, de conversación, de correspondencia escolar, de sopa de letras, etc. los
círculos de lectura son un medio eficaz para enriquecer las competencias lingüísticas de
los alumnos; el gusto por la lectura podrá así cultivarse por el profesor fuera de la clase.
El círculo de debates puede ser organizado a todos los niveles. Para los principiantes, el
profesor debe elegir temas de interés y nivel adecuado para los estudiantes, por
ejemplo: la familia, la casa, la descripción de un paisaje, de una excursión, etc. Los
alumnos avanzados pueden centrar sus conversaciones sobre problemas de civilización
moderna, una película, un libro, etc. La misión pedagógica es prolongada por una
política cultural ambiciosa que toma distintas formas según las comunidades,
conferencias, exposiciones o también creaciones artísticas y espectáculos vivos (boletín
de la APES de 1997)
La práctica del teatro constituye una formidable herramienta para integrar el
aprendizaje del español en una actividad original, lúdica y justificada. Con el fin de
abordar el teatro y las técnicas teatrales, se recomendaría que los profesores ya tuvieran
una primera experiencia, siguiendo por ejemplo de períodos de prácticas para adquirir
una experiencia mínima. El teatro implica un trabajo de grupo: asumir un proyecto
colectivo permite reforzar la cohesión gracias a la continuación de un objetivo común y
a la ayuda mutua establecida para llegar ahí. Para que se instalaran en el grupo
4. relaciones de confianza se podría realizar, al principio, ejercicios como la presentación
de uno mismo por sí mismo o por otros.
Se puede trabajar la voz y la dicción, antes de pasar al juego propiamente dicho. El
profesor debe adaptar los ejercicios y las técnicas propuestas a la cultura y creencias de
sus alumnos y no perder de vista el hecho de que el teatro debe seguir siendo un
espacio sobre todo, de libertad. La actividad teatral como medio de aprendizaje de una
lengua puede ser de una gran riqueza por su contribución cultural y artística. Son sobre
todo, las competencias orales las que se benefician del trabajo efectuado por los
alumnos: el trabajo sobre la pronunciación y la entonación, la consideración de lo
gestual. Con un taller de teatro, la lengua viva será el medio y no el objetivo, sin
embargo, los progresos lingüísticos seguirán naturalmente. Representar una parte, o
incluso un espectáculo, requiere la organización y, por lo tanto, se requieren varias
etapas y una gran inversión de trabajo y tiempo.
La improvisación es otro ejercicio que podría utilizarse en el marco de estas
actividades; entrena a los alumnos a responder de manera conveniente a una situación
inesperada. Esta calidad, desarrollada por el juego dramático, es capital en el marco de
la formación en lengua extranjera. Pedir a los alumnos que improvisen, es suscitar su
espontaneidad y también impulsarles a estar atentos a los otros y a su lengua, a sus
gestos. Deben apartarse de diálogos estudiados en clase para abrirse a las propuestas de
los otros y responder de manera adecuada.
La improvisación podría utilizarse en el marco de la actividad teatro; puede ser muy
motivadora a condición de que el profesor sepa corresponder la escena y proponer
adecuadamente situaciones simples, conocidas por todos y fáciles de explotar (en una
estación o en el aeropuerto, proyectos de vacaciones, una conversación en familia, una
reunión padres-profesores, una cita en el médico, pedir información en una ventanilla
administrativa, reservar o comprar su billete de tren/avión/autobús, etc.). El trabajo
podrá complicarse con temas que piden más imaginación y herramientas lingüísticas
más ricas a medida que el nivel de los alumnos vaya avanzando. Los juegos ponen a los
alumnos en contacto con una realidad viva y lúdica, que pertenece a su medio ambiente
familiar e incrementa las posibilidades de adquirir un control de lengua satisfactoria.
5. “Los juegos lingüísticos y comunicativos presentan ventajas innegables en la
adquisición de una lengua, ya se trate de la lengua materna o de una lengua extranjera’
(Novela 1994: 102).
El juego de rol es un ejercicio de simulación oral que consiste en reproducir una
situación concreta de la vida diaria. Supone un intercambio entre interlocutores pero no
es necesario confundirlo con el diálogo. Al principio de la práctica de esta actividad se
establecen los personajes (sexo, edad, características físicas e intelectuales, empleo).
Son pues los personajes quienes crean la acción. Los juegos de rol tienen la ventaja de
movilizar todos los medios expresivos de la lengua, de hacer trabajar a los alumnos de
manera transversal, en la medida en que movilizan las competencias de comprensión y
de expresión y requieren la aplicación de conocimientos en gramática y vocabulario. Se
activa de sobra la creatividad de los alumnos. El descubrimiento de nuevos juegos
ofrece medios privilegiados de aprehensión de fenómenos lingüísticos, o incluso de su
empleo en contexto comunicativo, preparando así la vía de acceso a la competencia
lingüística y a la competencia de comunicación. Los juegos implican al alumno de una
manera global: movimientos, gestos, atención, dirección, espíritu de observación,
comprensión auditiva, memoria, utilización de la palabra, etc. El papel del profesor es
decisivo para que un juego consiga su objetivo educativo. Debe formular las normas y
consignas que deben respetarse y elegir bien el juego para:
- favorecer el empleo correcto de la lengua;
- aumentar el capital de palabras del alumno;
- enriquecer y mejorar su vocabulario;
- facilitar la adquisición de las palabras y de las estructuras sintácticas.
6. Un juego didáctico debe ser imaginativo, debe poner a los alumnos frente a un
problema que solucionar; debe recurrir por iniciativa de los jugadores, a su
imaginación y a su espíritu de competición; debe poner al alumno en posición
de adaptarse mejor a un interlocutor o a una situación, por lo tanto de
comunicar mejor (Novela 1994: 103).
La multitud de actividades para-escolares es inagotable. Gracias a estas actividades, los
alumnos descubren que para aprender una lengua extranjera, para conocerla mejor,
existen otros medios que la clase de lengua y la lección propiamente dicha.