Las cualidades fundamentales de un buen estilo incluyen la abundancia, claridad, vigor y precisión. Un estilo efectivo también se caracteriza por la armonía, brevedad, propiedad, sencillez y la capacidad de transmitir información de manera estructurada sobre el tema mediante una combinación de variedad y riqueza, lo que requiere dominio técnico del contenido y los conceptos. Se obtiene claridad en la escritura a través de estas cualidades del estilo.