La Gestión Clínica pretende mejorar la organización de los centros sanitarios a través de la participación de los profesionales y ciudadanos en la gestión de los recursos utilizados en la práctica clínica. Esto permite descentralizar decisiones sobre la gestión de recursos y dotar a las unidades de capacidad para planificar y gestionar sus actividades de forma autónoma y responsable. La Gestión Clínica se basa en principios como la calidad de la práctica clínica, la mejora continua, la corresponsabilidad en la gestión de
1. ¿Qué es la Gestión Clínica?
La Gestión Clínica pretende mejorar la organización de los centros sanitarios a través del
fortalecimiento de la participación de los profesionales y los ciudadanos
La Gestión Clínica constituye un proceso de rediseño organizativo que incorpora a los
profesionales sanitarios en la gestión de los recursos utilizados en su propia práctica clínica.
Supone otorgar a estos profesionales la responsabilidad sanitaria y social que le corresponde a su
capacidad de decisión junto al paciente.
La gestión clínica permite descentralizar progresivamente las decisiones sobre la gestión de los
recursos utilizados en la práctica clínica y dotar a las unidades asistenciales de la capacidad e
instrumentos para planificar y gestionar sus actividades en beneficio del paciente dentro de un
marco de recursos limitado y por lo tanto promocionar su autonomía y responsabilidad en línea con
lo establecido en el artículo 41 de la Ley 1/1992, de 2 de julio, del Servicio de Salud del Principado
de Asturias.
Las bases de la gestión clínica (J.Morlote), se sustentan en “la evolución de nuestro sistema
sanitario hacia la eficiencia, la consideración del paciente como elemento nuclear para la
organización y la mayor implicación de los profesionales”.
Los objetivos de la gestión clínica engloban tres aspectos de gran importancia; el primero es
ofrecer a las personas usuarias los mejores resultados posibles en la práctica diaria (efectividad),
acordes con la información científica disponible, que haya demostrado capacidad para cambiar, de
modo favorable, el curso clínico de la enfermedad y la calidad de vida (eficacia), considerando los
menores inconvenientes y costos tanto para la persona como para el conjunto social (eficiencia).
La gestión clínica, entendida como el conjunto de procesos implicados en la relación entre ese
profesional y paciente, puede articularse en tres niveles diferenciados:
Nivel individual, referido a la elección de un determinado tratamiento o intervención
quirúrgica de mayor eficacia. Para tal efecto, se utilizan herramientas como medicina
basada en la evidencia, guía de práctica clínica, epidemiología, auditorias, compromisos de
gestión.
Nivel asistencial, relativo a la efectividad clínica de los procesos y recursos empleados.
Nivel de gestión de la unidad clínica; vinculado a eficiencia. la organización interna del
servicio, el número de personas considerado necesario para cada tipo de actividad o
técnica y los aspectos más globales como la motivación y capacitación del personal, así
como la gestión de los recursos asignados.
Características que definen la GC
2. Práctica clínica de calidad: basada en el uso de Guías de práctica clínica, Guías de
Programas Clave de Atención Interdisciplinar (PCAI) y Planes de Cuidados
estandarizados, para reducir la variabilidad clínica no aceptable. Se utiliza el mejor
conocimiento disponible basado en la evidencia científica y se obtienen mejoras en la
efectividad, eficiencia, accesibilidad y grado de satisfacción de los usuarios y profesionales.
Modelo de calidad: basado en los estándares de calidad de los modelos más utilizados
internacionalmente (Joint Commission International, EFQM), la mejora continua de la
calidad, la utilización de mecanismos de evaluación y control, la detección de áreas de
mejora y el establecimiento de medidas correctoras.
Corresponsabilidad en la gestión de recursos diagnósticos y terapéuticos: la toma de
decisiones en la práctica clínica basada en la información disponible, supone la gestión de
los recursos utilizados en la actividad clínica para conseguir el mayor beneficio para el
paciente.
Continuidad asistencial: basada en la calidad asistencial ( hacer bien las cosas en el
momento y nivel adecuados) y en el establecimiento y seguimiento de criterios de
coordinación y cooperación efectivos con el resto de niveles asistenciales, para lograr una
mejor atención a los pacientes y satisfacción de los usuarios.
Modelo organizativo: para su desarrollo, la GC necesita establecer Unidades de Gestión
Clínica (UGC) o Áreas de Gestión Clínica (AGC) en las que se agrupan un conjunto de
profesionales de diversos estamentos y categorías, para trabajar con arreglo a los
principios de autonomía, responsabilidad y participación en la toma de decisiones, bajo la
dirección de un Director/ Coordinador y un Consejo de Dirección, para el cumplimiento de
unos objetivos establecidos en el Acuerdo de Gestión Clínica, estableciéndose incentivos
orientados al logro de la excelencia en calidad y eficiencia.
La Gestión Clínica puede abarcar a todo el hospital (Clínic de Barcelona, o Fundación
Hospital de Alcorcón, en Madrid), a una o varias partes del mismo (Complejo Hospitalario
Juan Canalejo en La Coruña), y también a los Equipos de Atención Primaria (caso de
Andalucía).