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ARTE GÓTICO
LA CATEDRAL Y LA ARQUITECTURA CIVIL
LA IMAGEN ESCULTÓRICA EN EL GÓTICO (PORTADAS, RETABLOS Y SEPULCROS)
EVOLUCIÓN DE LA PINTURA GÓTICA: GIOTTO Y JAN VAN EYCK
Obras: Planta y alzado de la catedral de Chartres. Nave central de la catedral de León. Fachada
occidental de la catedral de Reims. Lonja de Palma de Mallorca. Retablo mayor de La Seo de
Zaragoza. Virgen Blanca de Toledo. Pintura de Giotto (El Prendimiento). El matrimonio
Arnolfini de Van Eyck.
http://artecreha.com/tag/gotico/
INTRODUCCIÓN
Por arte gótico se entiende un extensísimo conjunto de manifestaciones artísticas producidas
dentro del marco de la cultura occidental entre mediados del siglo XII y las primeras décadas
del siglo XVI, cuando el gusto renacentista se impuso en toda Europa. Dentro de esos amplios
márgenes, los reflejos del arte gótico se extienden desde la Península Ibérica hasta Escandinavia
y desde Irlanda hasta los confines del Imperio, señalando la máxima expansión del arte
medieval occidental.
Fueron los teóricos del Renacimiento italiano quienes vieron en el arte de épocas anteriores a la
suya un reflejo del arte "inventado por los godos", en contraposición a los modos romanos
encarnados por el ideal renacentista, a los que consideraban más perfectos, en la medida en
que entroncaban con los modelos de la antigüedad clásica. En palabras de Giorgio Vasari, los
godos "tras haber arruinado los edificios antiguos y matado los arquitectos en las guerras,
construyeron cubriendo las bóvedas con arcos apuntados e inundando toda Italia de esa
maldición de edificios, de los que no podían haber hecho más"(...) "Que de ahora en adelante
Dios libre a los países de aquella forma de pensar y de construir, la cual no concuerda en
absoluto con la belleza de nuestros edificios".
El Gótico nace en la segunda mitad del siglo XII, cuando los arquitectos medievales decidan
expresar la nueva sensibilidad de la época. Dos serán las obsesiones de los nuevos
constructores: la elevación y la luminosidad, para cuya obtención se alcanzarán logros
sorprendentes en lo que a avances técnicos se refiere. Su afán de altura y luz, tan íntimamente
unidos al ansia de espiritualidad, les lleva a soluciones impresionantes en los sistemas de
empujes y contrarrestos, hasta conseguir concentrar éstos en unos puntos concretos.
El contexto socio-económico del Románico fue rural y feudal; el del Gótico, urbano y burgués. A
partir de 1150, el mayor rendimiento del trabajo agrícola impulsó el crecimiento demográfico y
liberó una importante mano de obra, que se dirigió a las ciudades. Para atender a estas masas
nacieron las órdenes mendicantes, franciscanos y dominicos, que se refugiaban exclusivamente
en sus conventos a la hora de comer y dormir, tras pasar la jornada predicando en calles y
plazas; sus miembros nutrían también los claustros universitarios, aportando a la escolástica
profesores tan prestigiosos como San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino.
La urbanización prosperó en toda Europa y alumbró una nueva clase social, la burguesía, que se
enriquece con el comercio, la artesanía y la banca, suministrando a la monarquía una notable
fuente de ingresos para los servicios administrativos y militares.
Simultáneamente, los obispos recobran la supremacía eclesiástica sobre los abades, y el centro
de autoridad religiosa bascula desde el monasterio de monjes en el campo a la catedral
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gobernada por el cuerpo de canónigos de la ciudad. Este tránsito fue propiciado por varias casas
reinantes: los Capeto en Francia, los Plantagenet en Inglaterra, Federico II Hohenstaufen en
Alemania, Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio en Castilla y León. Los reyes consolidaban
así su autoridad en las aglomeraciones urbanas y reducían la fuerza de la nobleza, encastillada
en sus dominios agrarios.
Expresión artística de la nueva civilización urbana va a ser la catedral (donde se dan cita todas
las artes), tendencia que viene del Románico. y el círculo de edificios públicos y privados que la
rodean: la universidad, la lonja, el ayuntamiento y el palacio.
Encontramos una humanización de los tipos religiosos, que son mucho más naturales. Se pasa
de la Virgen reina a la Virgen madre, al Cristo doloroso en la cruz y a los adornos mundanos.
Ahora se ve en la naturaleza la obra de Dios, la creación, y la belleza nos acerca a Dios.
Se instala una nueva religiosidad, en la que destacará santo Tomás de Aquino, la Escolástica. La
filosofía de Aristóteles se interpreta a la luz de la fe cristiana. Pero también se reinterpreta a
Platón. El neoplatonismo será fundamental para la aparición de una estética basada en la luz, ya
que identificaba a Dios con la luz, la luz celestial. San Benito, san Roberto y san Bernardo
pretenderán la reforma de la orden de Cluny, recuperando su esencia austera.
La orden del Císter fue la que creó y difundió el nuevo estilo, tras la reconstrucción de la abadía
de San Denis por el abad Suger. Era una arquitectura sobria, austera y luminosa. No obstante,
las catedrales se irán llenando de estatuas y pinturas.
El artista comienza a ser reconocido y en algunos casos firmará sus obras. Sobre todo alcanzan
gran prestigio los maestros de obra.
Vídeos:
Románico: http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=nryGmhIowBE
Comparación Románico y gótico:
http://www.youtube.com/watch?v=H08zbeGbSq8&feature=player_detailpage
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=Di5HXPfYiMI
Interior y exterior:
http://www.youtube.com/watch?v=ognfM0jy_wo&feature=player_detailpage
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ARQUITECTURA
http://aprendersociales.blogspot.com.es/2007/01/power-point-de-arte-gtico.html
La arquitectura es esencialmente religiosa aunque adquiere importancia (por el renacimiento
urbano) la arquitectura civil.
La catedral
La palabra catedral deriva del latín cátedra o sede del obispo,
ya que ésta se encontraba en su interior. Eran precisamente
los obispos los principales impulsores de su edificación. Las
catedrales desempeñaron un importantísimo papel, no solo
religioso, en la sociedad medieval. Sus campanas regulaban la
vida cotidiana de la ciudad. Los gremios celebraban allí sus
asambleas. Los grandes mercados y ferias tenían lugar en
torno a la catedral. Eran también centros culturales, pues
junto a ellas surgen los nuevos centros docentes, germen de
las futuras Universidades, que sustituyen a las escuelas
monásticas. La catedral servía como telón de fondo para la
representación de dramas religiosos y para las festividades públicas. Y por último, las obras de la
catedral fomentaban el desarrollo técnico y científico por la complejidad técnica de su
construcción.
1.- Elementos formales.
- Arco apuntado u ojival (tiene dos centros, formado por dos segmentos
de circunferencia que se cortan en ángulo agudo en la clave). Otros arcos:
conopial, carpanel.
- Bóveda de crucería, también llamada de ojiva
o de nervios, formada por arcos apuntados que
se cruzan diagonalmente. Los espacios entre
ellos se denominan paños o plementos. Los
empujes de la bóveda son recogidos por los
pilares y los arbotantes.
La bóveda evolucionará hacia formas más
complejas (sexpartita, estrellada, en abanico...).
- Arbotantes. Arcos abiertos (de descarga) que
recogen el empuje lateral de la bóveda y lo
trasladan a los contrafuertes.
- Contrafuertes o estribos rematados por pináculos (pequeño pilar terminado
en forma apiramidada)
- Pilar. Tiene un núcleo central al que se adosan columnas (baquetones) que recogen el peso de
la bóveda.
2.- Articulación del muro. El muro se reduce a un elemento de cierre. Se articula en una
estructura diáfana y traslúcida en tres niveles (desmaterialización del muro, prevalece el vano
sobre el muro):
a) Arquería.
b) Triforio. Desaparece la tribuna románica.
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c) Claristorio (ventanales de tracería cerrados por vidrieras).
3.- La planta. Es basilical y presenta
novedades con respecto a la románica.
- La cabecera tiene un mayor desarrollo, girola y
capillas radiales.
- crucero sobre el que no se levanta cúpula.
- El transepto es más amplio y sus brazos no tan
acusados en planta.
- Puede tener 3 ó 5 naves.
- Torres en fachada
La orientación de la iglesia, al igual que en el Románico, es hacia el Este (ábside).
4.- Exterior.
La fachada presenta:
- Tres puertas profundas y abocinadas (como las
románicas).
- Las portadas, abocinadas, centran el interés
decorativo. El tímpano, llevado por un creciente
afán narrativo, se suele dividir en zonas o bandas
paralelas y superpuestas, dando cabida a gran
número de escenas; las arquivoltas apuntadas que
lo envuelven y definen acogen una decoración de figuras alineadas unas sobre otras,
siguiendo la dirección del arco y no radialmente dispuestas como se colocaban en el
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románico; tanto éstas como las que ocupan las jambas de las puertas suelen apoyarse en
repisas y cuentan con remates individuales de doseles.
- Sobre los arcos de las portadas se colocan los gabletes, unas molduras
agudas que acentúan la verticalidad del conjunto.
- También es frecuente en ellas la presencia de los rosetones o grandes
vanos circulares de bellas
tracerías caladas, que
iluminan los pies del templo
con esa luz multicolor que
le confieren las vidrieras.
- Galería de arcos
apuntados y columnas.
- Torres más complejas y rasgadas que en el Románico.
5.- La decoración.
Por lo que a decoración se refiere, igualmente apreciamos importantes
novedades. Los temas seguirán siendo geométricos, vegetales y de
figuras humanas o de animales, pero tratados, sobre todo algunos de
ellos, de forma radicalmente opuesta. Así, los primitivos círculos y
triángulos se van transformando paulatinamente en triángulos curvos y
óvalos apuntados, con preferencia por las formas treboladas que se
yuxtaponen e incluso entrelazan, hasta dar lugar a esa forma flameante,
de llama, tan característica del gótico final, periodo que conocemos,
precisamente por este motivo, como Gótico flamígero. Estos motivos se
utilizarán sobre todo para cerrar parcialmente los grandes vanos, y es lo
que denominamos tracería gótica.
En los temas vegetales, por otra parte muy abundantes, es donde mejor se aprecia el fuerte
naturalismo propio del estilo, las hojas de hiedra, las de vid, roble o trébol, conforman un follaje
vivo y realista con el que se cubren capiteles, frisos o arquivoltas.
Las representaciones animalísticas disfrutan de estas mismas características, aunque sin
renunciar totalmente a las imágenes de seres fantásticos o monstruosos. En cuanto al empleo
de figuras humanas con afán decorativo, lo veremos más adelante al tratar de la escultura, se
moverá en idéntica línea, vital y realista, mencionada para el resto de los temas enunciados.
Toda esta rica ornamentación ha perdido el que fuera uno de sus asientos principales, el capitel,
al haber quedado éste reducido; pero otros elementos vendrán a sustituirlo, por ejemplo, en el
interior del templo, los retablos, que irán ganando poco a poco en importancia y tamaño, así
como las sillerías de los coros, formadas por cientos de asientos totalmente cuajados con
motivos ornamentales; pero, sobre todo, la decoración se concentrará en los grandes vanos y en
las portadas. Los ventanales aumentarán considerablemente de tamaño, ocupan su interior con
pequeñas columnillas verticales y paralelas, unidas en su parte alta con arcos sobre los que se
abre la mencionada tracería calada, cada vez más rica y complicada.
El significado espiritual de la catedral gótica. La catedral gótica es un edificio de rico y profundo
significado espiritual en el que se refleja toda una concepción filosófica (la filosofía
neoplatónica) y teológica del mundo. La catedral es la Casa de Dios y debe despertar en el fiel
emociones más religiosas que estéticas.
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El predominio de la masa, del muro sobre el vano, que veíamos en la arquitectura románica, ha
desaparecido, hasta el extremo de que el arquitecto gótico llega a prescindir prácticamente de
él; el muro va perdiendo su principal función de soporte, para pasar a ser un mero cerramiento,
por lo que acabará siendo sustituido por paneles de vidrio policromado: las famosas vidrieras de
los amplios ventanales góticos, que tamizan la luz al interior.
Todos los seres proceden de Dios, por lo que lo terrenal participa en diferentes grados de las
cualidades divinas. En este sistema de jerarquías la luz es la manifestación más directa de la
divinidad. Gracias a la luz que parece generarse en las propias vidrieras, el interior de la catedral
se transforma en un espacio luminoso que transmite al fiel la sensación visual de Dios. Los ricos
objetos de culto, los frontales de oro y piedras preciosas y la brillantez de las ceremonias
litúrgicas refuerzan esta sensación. No es que los fieles se sientan elevados al Cielo, es que están
en el mismo Cielo.
Los arquitectos del gótico. El hecho de que no conozcamos los nombres de muchos arquitectos
que trabajaron en las catedrales góticas no apoya la teoría de que fueran anónimos en vida. Su
consideración social era mayor que en la época del románico (de hecho los maestros
constructores del gótico prefiguran ya al arquitecto del Renacimiento).
Procedían con frecuencia de familias seglares distinguidas y su nivel social era medio. Su
formación fue fruto de su propia experiencia. Las técnicas y los secretos de construcción se
transmitían de generación en generación. Sorprendentemente tenían escasos conocimientos
sobre estática y resistencia de materiales. Recibían una instrucción más bien artesanal como
albañiles o carpinteros. La base de su arte era la geometría, ya que se aceptaba unánimemente
que la arquitectura para ser científica debía basarse en la geometría. Utilizaban como módulo o
unidad de medida el polígono regular, normalmente el cuadrado (proporción “ad quadratum”) y
a partir del cuadrado se obtenían todas las medidas de la planta y el alzado.
La función del maestro constructor era concebir el plan de la obra que le había sido
encomendada por el cabildo o el obispo y decidir después cómo proceder a la construcción del
edificio. Él era responsable de la selección de materiales, calculaba costes y cantidades,
procuraba la mano de obra, resolvía disputas laborales y cuidaba del bienestar de sus
trabajadores.
Muchos eran los oficios que intervenían en la construcción de la catedral: picapedreros,
albañiles, transportistas de materiales, herreros, vidrieros... Dada la larga duración de la
edificación de una catedral eran varios los maestros que podían llegar a hacerse cargo de la
misma. Un capataz estaba encargado de la inspección y vigilancia de los trabajos.
La construcción de una catedral requería también grandes sumas de dinero y no siempre fue
posible acabarlas. Parte de los fondos necesarios los aportaban sus impulsores, los obispos,
también las donaciones de laicos que buscaban con ello la salvación eterna. El culto a las
reliquias, muy importante en la Edad Media, constituyó también una excelente fuente de
ingresos.
Uno de los más famosos constructores de la Edad Media fue Villard de Honnecourt (siglo XIII)
del que se conserva parte de su álbum de dibujos (33 hojas en pergamino con escaso texto) en
la Biblioteca Nacional de París. Gran viajero, realizó apuntes de algunas de las catedrales más
famosas de su época, en especial de Reims.
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Texto:
Hay dos aspectos de la arquitectura gótica, sin embargo, que carecen de precedente y de
paralelo: la utilización de la luz y una relación original entre la estructura y la apariencia.
Por utilización de la luz entiendo más específicamente su relación con la sustancia
material de los muros. En una iglesia románica, la luz es algo que se distingue de la
sustancia pesada, sombría y tangible de los muros y que contrasta con ella. En el gótico,
el muro da la impresión de que fuera poroso: la luz se filtra a través de él, penetrándolo,
fundiéndose con él, transfigurándolo. Y no es que los interiores góticos sean
especialmente luminosos (aunque generalmente sí lo son mucho más que sus
antecedentes románicos); de hecho, las vidrieras eran tan poco adecuadas como fuente
de luz que en una época posterior, y más ciega, muchas de ellas se vieron reemplazadas
por “grisalla” o por ventanas blancas, de las que se obtiene hoy una impresión muy
engañosa. Las vidrieras del gótico sustituyen a los muros vivamente coloreados de la
arquitectura románica; estructural y estéticamente no son vanos abiertos en el muro
para permitir que pase la luz, sino muros transparentes.
Es en este decisivo aspecto, por lo tanto, en el que puede considerarse el gótico una
arquitectura transparente, diáfana".
O. Von Simson: La Catedral gótica. Alianza. Madrid 1985, págs 25-26.
La arquitectura civil
A pesar de que la arquitectura seguirá siendo esencialmente religiosa, la arquitectura civil
adquiere una importancia extraordinaria durante el gótico, reflejando los cambios económicos y
sociales de la época.
La pujanza económica que vive Europa gracias a la revitalización de la economía y al resurgir
del comercio en el siglo XII, así como el renacer urbano, explican el auge de la arquitectura civil
que contará con el apoyo de la burguesía y la nobleza.
Dentro de la arquitectura civil encontraremos una gran diversidad tipológica destinada a
satisfacer las nuevas necesidades de la vida urbana.
En primer lugar, podemos señalar los palacios y las residencias señoriales. De los
palacios quedan pocos restos, ya que posteriormente serán sustituidos por edificios más
acordes con el esplendor de las monarquías absolutas. Sí tenemos magníficos ejemplos de
residencias señoriales en las que la nobleza y la burguesía, como grupo social cada vez más
fuerte, dejarán constancia de su riqueza y poder. Seguirán construyéndose castillos aunque
paulatinamente perderán su carácter defensivo y su uso militar, convirtiéndose en residencias
más suntuosas.
En los países donde las comunidades urbanas, con la burguesía al frente, consolidan su
poder, aparecieron edificios destinados a albergar la sede de las correspondientes instituciones
y gobiernos municipales. Los ayuntamientos adquieren así enorme relevancia al convertirse en
centro del poder burgués y en símbolo de su creciente importancia social y de las libertades
ciudadanas. Sedes de las instituciones o gobiernos municipales, los ayuntamientos se alzan en la
plaza mayor, centro neurálgico de la ciudad. Suelen tener una galería porticada en la parte baja
y en ellos destaca la sala del concejo y el balcón desde el que se anuncian los acuerdos. Son muy
frecuentes estos edificios en los Países Bajos, destacando los de Brujas, Lovaina, Bruselas… con
profusa decoración en sus fachadas.
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Dentro de las ciudades encontramos también las torres del reloj, símbolo de la ciudad;
las lonjas o casas de contratación comercial, de las que encontramos magníficos ejemplos en la
Corona de Aragón; los hospitales…
Las lonjas tienen su origen en las loggias italianas, pórticos donde se llevaban a cabo
las transacciones comerciales que luego serán sustituidos por edificios con grandes salones.
Los hospitales tendrán una gran sala rectangular con cubierta de madera y una capilla o altar al
fondo para que los enfermos puedan asistir a las ceremonias religiosas.
La ciudad medieval
El desarrollo de la arquitectura civil estuvo estrechamente unido al renacer urbano. Los
primeros siglos medievales estuvieron marcados por una economía basada en la agricultura y la
ganadería y una sociedad rural, que modificaron el rostro de Europa. Esta situación suponía un
fuerte contraste con las civilizaciones del mundo antiguo y la civilización islámica, esencialmente
urbanas.
También la vida religiosa de la Alta Edad Media se desarrolló en el marco rural: el monasterio
era un centro religioso aislado, independiente de la ciudad y profundamente vinculado
al campo. Sin embargo, el desarrollo y la expansión económica de Europa a partir del siglo XI
explican el resurgir urbano y el auge de un grupo social muy unido a la ciudad: la burguesía.
El desarrollo de las ciudades se verá favorecido por una serie de privilegios jurídicos:
franquicias, fueros, cartas puebla… y la ciudad acabará adquiriendo su propia personalidad
legal. En su aspecto físico la ciudad medieval presenta unas características muy acusadas. Se
sitúan en lugares elevados y junto a los ríos, por razones defensivas. Son ciudades amuralladas
en las que será frecuente el plano irregular formado por calles tortuosas y laberínticas. También
encontraremos otros planos como el radiocéntrico con calles principales que parten del centro
hasta las puertas del recinto fortificado y calles secundarias que se unen a éstas formando un
círculo, o el plano lineal en el que las edificaciones se levantan a lo largo de un camino como en
las ciudades surgidas junto al Camino de Santiago. En el centro urbano estarán los edificios más
importantes de la ciudad: la catedral, el ayuntamiento, las casas de los gremios… Las viviendas
urbanas eran edificios de planta rectangular alrededor de un patio central desde el que se
accedía al primer piso (piano nobile), estructura que pasó al Renacimiento y Barroco.
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LA ARQUITECTURA GÓTICA FRANCESA
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=H08zbeGbSq8
Gótico de Transición (Primer Gótico)
Abadía de Saint Denis (1132). Para muchos, en la Abadía de
Saint Denis nace el nuevo espíritu gótico a principios del
siglo XII. Doble girola, capillas radiales pero utiliza todavía
columnas robustas.
Segunda mitad siglo XII: Sens, Noyon, Laon (cuatro pisos, gótico
arcaizante, alterna columnas y pilares)
Catedral de Laon. Erigida a finales del siglo XII. Destaca por
su portada triple abocinada en profundidad con gabletes,
rosetón. También son interesantes sus dos torres, la tribuna
y algunas vidrieras.
Catedral de Nôtre Dame de París. Es un gran edificio de
planta basilical. Se divide en cinco naves y tiene doble
girola, crucero que no sobresale. Bóveda sexpartita.
Carece de triforio
Gótico Puro o Clásico en Francia durante el siglo XIII
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=SQ_fqKZvM_Q
En este periodo, los tres edificios más importantes son
las catedrales de Chartres, Amiens y Reims, además
de Santa Capilla (Sainte Chapelle) de París. Las tres
primeras catedrales citadas fueron construidas antes
de 1220. Presentan gran altura, cabecera desarrollada,
tres pisos, pierde importancia el muro
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El
siglo XIV
Aunque siguen proliferando los edificios religiosos, el gótico
en Francia del siglo XIV tiene como característica la
proliferación de los edificios civiles. Seguramente el más
destacable es el Palacio de los Papas de Avignon.
Gótico Flamígero
El mejor ejemplo del gótico flamígero en Francia es la
Catedral de Ruán.
GÓTICO EN ITALIA
En Italia encontramos escasos
ejemplos puramente góticos,
sobre todo en construcciones
de carácter religioso, salvo el
caso de la Catedral de Milán,
del siglo XIV, por influencias
extranjeras.
El gótico es aceptado más en lo decorativo que en las
innovaciones constructivas, pudiéndose
hablar de un goticismo “a la clásica”, ya
que se mantienen generalmente los
arcos de medio punto, los vanos
pequeños y escasos, con predominio del
muro, lo que permite la pervivencia de
la pintura al fresco como decoración
interior, los gabletes como frontones
clásicos y el uso de mármoles
polícromos en franjas paralelas y
horizontales como decoración exterior,
remarcando el predominio de la
horizontalidad, aunque como contraste
se mantienen las esbeltas torres adosadas.
Además, en fechas tempranas, desde el inicio del siglo XV, será sustituido por la estética
renacentista.
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El grueso del gótico italiano lo encontramos en la arquitectura civil, ejemplos: el Ayuntamiento
de Siena y la Signoría de Florencia del foco
toscano, caracterizado por palacios de sólidos
bloques con escasas y
pequeñas ventanas y
rematados con almenas, dando
la sensación de fortaleza; y el
Palacio de los Dux del foco
veneciano, más calado y
transparente, con amplias
galerías abiertas y rica tracería
en los vanos.
EL ARTE GÓTICO EN ESPAÑA
http://www.youtube.com/watch?v=QtthYLDTHA0&feature=player_detailpage
Desde el siglo XII la Orden del Císter funda monasterios en la Península Ibérica, así llegan los nuevos
conceptos arquitectónicos y los avances técnicos del Gótico.
Durante el siglo XIII se levantan las principales obras del Gótico castellano, de clara influencia francesa.
En el XIV el protagonismo pasa a Cataluña y la Corona de Aragón, con un Gótico “mediterráneo” con
influencias del sur de Francia.
Y por último, durante el siglo XV vuelve a ser Castilla la que lleve la primacía con el Gótico Isabelino.
En general el Gótico español se caracteriza por su menor altura, su mayor anchura y por unas torres y
agujas menos determinantes, en definitiva, por una mayor horizontalidad dentro de la verticalidad y
ascensión góticas.
El período de transición
Durante el último tercio del siglo XII y principios del XIII aparecen en España los primeros templos con
estructuras ojivales.
La Catedral de Tarragona es un claro ejemplo de convivencia de
estilos, pese a ser iniciada en estilo románico a finales del XII
destaca por su fachada occidental con portada abocinada de arco
muy apuntado y espléndido rosetón, ya plenamente góticos del
siglo XIII.
La Catedral de Lérida, comenzada a principios del siglo XIII en estilo románico
pero con muchas notas del estilo de transición, como los arcos apuntados en toda
la obra y los pilares cruciformes con columnas románicas adosadas, pero
dispuestos ya para recibir los nervios de las bóvedas simples de
crucería.
San Vicente de Ávila, también de planta románica pero con portada y bóvedas de la nave
central y el crucero ya puramente góticas, además de pilares ya concebidos a tal efecto.
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La Catedral de Cuenca, iniciada entre finales del siglo XII y principios del XIII, es de aspecto exterior
puramente gótico pese a su sencillez, pero destaca sobre todo por su bello interior, de planta de tres
naves con bóvedas sexpartitas, crucero que sobresale en los laterales, espléndida girola y hermoso
triforio de arcos apuntados y lobulados con tracería.
El Pleno Gótico del siglo XIII
Sobresalen las tres catedrales españolas de
más clara influencia del Gótico clásico francés,
pese a las peculiaridades del Gótico hispánico:
La Catedral de Toledo, iniciada en el siglo XIII
aunque las obras duraron hasta el XV, es una
de las más grandes de España, de cinco naves
escalonadas gradualmente, más dos de capillas
laterales, doble girola con capillas radiales y
peculiaridades como el hecho de tener sólo
una torre, aunque se proyectaron dos.
La Catedral de Burgos, más homogénea por su
rápida construcción, de tres naves con estrecho
transepto muy saliente, profundo presbiterio,
girola única, grandes capillas absidiales, pilares
baquetonados para recoger los nervios de las
bóvedas ojivales y triforio ciego al exterior,
destaca por sus agujas y cimborrio, ya del siglo XV.
http://www.youtube.com/watch?v=v4sV1y-Z2QI&feature=player_embedded
La Catedral de León, la más francesa de todas, de
tres naves, profundo crucero, largo presbiterio,
girola y capillas absidiales de planta poligonal; es la
más calada con grandes ventanales con vidrieras,
triforio abierto al exterior y amplísimo claristorio,
sustentado todo gracias a robustos contrafuertes
exentos y dobles arbotantes.
http://www.youtube.com/watch?
feature=player_detailpage&v=o6JY7GyI3II
La arquitectura del siglo XIV
Se caracterizan por su menor decoración, su mayor
horizontalidad, la mínima diferencia de altura entre las naves y la
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gran anchura de la central, los contrafuertes generalmente sin arbotantes y con capillas entre
ellos, las torres de sección poligonal, el menor número y tamaño de sus vanos, etc.
La Catedral de Barcelona, de tres naves (de la misma altura)
más dos de capillas entre los contrafuertes, la nave del crucero
no sobresale de las laterales, girola con nueve capillas radiales
poligonales, nave central muy ancha.
Santa María del Mar es la iglesia
más lógica y armoniosa del Gótico de
su época, de tres naves con girola destaca por sus pilares muy finos y
esbeltos.
La Catedral de Gerona, muy original, la cabecera hasta el
crucero es normal de tres naves con girola, pero se
continúa en una única de una gran anchura hasta los pies,
ya en el siglo XV.
La Catedral de Palma de Mallorca, de
enormes proporciones en el que
predominan las líneas verticales por la
abundancia de contrafuertes y su
escasa separación, es la segunda más
alta de Europa y una de las más anchas
también, de tres naves con capillas
entre los estribos.
La arquitectura civil de los siglos XIV y XV
Destacan el Barrio Gótico de Barcelona, de
características calles estrechas medievales, el
Palacio de la Generalitat de Barcelona, del
que sobresale la escalera del patio, con
delgadas columnas y arcos apuntados, el
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Castillo de Bellver y la Lonja de Mallorca y la Lonja de Valencia, construcción amplia y de
elegante sencillez destinada a las transacciones comerciales, de tres naves de igual altura con
bóvedas de crucería sobre pilares helicoidales.
El Gótico Tardío (siglo XV)
Como características generales de esta etapa podemos citar: la
preferencia por plantas rectangulares, sin girola; los soportes muy
delgados; las bóvedas cada vez más complejas; la profusa
decoración.
La Catedral de Sevilla. Uno de los templos más grandes de España,
de planta rectangular, por tanto con cabecera plana, con crucero que
no sobresale, de cinco naves, las
cuatro extremas de igual altura,
capillas laterales y bóvedas
estrelladas como características más
destacables. No tiene torres, sino
que se aprovecha el alminar de la
mezquita almohade que existía con anterioridad en el lugar, la Giralda.
El Gótico Flamígero o Isabelino en Castilla
En este caso las influencias van a ser sobre todo flamencas, destacando su riqueza decorativa,
basada en la tracería flamígera y en la decoración heráldica, y bóvedas estrelladas cada vez más
complejas.
Juan de Colonia
Las Flechas de la Catedral de Burgos, de mediados del siglo XV. Estas
exageradas agujas o chapiteles calados son la mejor obra conservada
del Gótico flamígero. El cimborrio de la misma catedral también debió
ser excepcional, pero lamentablemente se derrumbó menos de un
siglo después de ser levantado.
Simón de Colonia
La Iglesia de la Cartuja de Miraflores, iniciada por Juan fue terminada por su hijo Simón, de
nave única y bóvedas estrelladas, la decoración exterior se centra en la portada, enmarcada por
un arco conopial profusamente ornamentado y por escudos y animales heráldicos en las
enjutas, lo que va a ser característico del estilo isabelino.
La Capilla del Condestable de la Catedral de Burgos, su obra maestra, comenzada a finales de
siglo, se caracteriza por ser de planta octogonal y por su suntuosidad decorativa, con tracería
flamígera, escudos y bóveda estrellada.
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La Portada de la iglesia de San Pablo de Valladolid, ejemplo de las denominadas portadas
retablo, caracterizadas por su barroquismo, los arcos ya no respetan normas ni trazado alguno,
rellenándose con decoración todos los espacios vacíos, de forma que las esculturas y escenas se
funden con los elementos no figurativos.
El Colegio de San Gregorio de Valladolid, realizado en colaboración con el también escultor,
como Simón de Colonia, Gil de Siloé, la fachada se caracteriza igualmente por su recargamiento
de ornamentos, poblada de monstruos y vegetación exuberante. No menos importante que la
fachada es el patio, con dos pisos de galerías con arcos decorados con tracería sobre columnas
de fuste helicoidal.
Juan Guas
La Iglesia de San Juan de los Reyes de Toledo,
de Juan Guas, el más perfecto representante
del Gótico isabelino, de nave única y muy
ancha, cubierta con bóvedas complicadas de
crucería estrellada, con abundante decoración
heráldica, a base de monumentales escudos, imágenes exentas
y temas epigráficos y vegetales. Importante también es su
claustro, con amplios arcos divididos por un finísimo mainel y
decorados con tracería flamígera.
Palacio del Duque del Infantado de Guadalajara
Enrique Egas
La Capilla Real de Granada, representa el final del
estilo isabelino y la transición al plateresco, encargada
por Isabel de Castilla para acoger su sepulcro, se
caracteriza por su austeridad y simplicidad.
Las catedrales góticas del siglo XVI
16. 24
Realizadas aún en estilo gótico pero durante el Renacimiento, por eso aparecen elementos de
este estilo, sobre todo decorativos, etc.
La Catedral de Salamanca, obra muy tardía, de principios del XVI, comenzada por Juan Gil de
Hontañón y continuada por otros maestros, como su hijo Rodrigo, es de planta rectangular, de
tres naves y capillas laterales, con bóvedas estrelladas muy complejas y recargadas con multitud
de nervios, que continúan en forma de finos baquetones a lo largo de los pilares, con portadas
muy recargadas según el gusto del Gótico flamígero, igual que la decoración interna, con
galerías de tracería gótica, escudos, medallones, etc.
La Catedral de Segovia, comenzada
a principios de siglo también según
planos de Juan Gil de Hontañón, de
tres naves más dos de capillas,
crucero que no sobresale y bóvedas de un recargamiento excesivo con multitud de nervios
ornamentales; la cabecera, con girola con capillas radiales poligonales según modelos góticos
fue realizada en la segunda mitad del XVI por Rodrigo Gil de Hontañón, cuando ya se había
extendido por España el Plateresco.
17. 24
Información para el comentario: PLANTA Y ALZADO DE LA CATEDRAL DE CHARTRES. SIGLO XIII
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=SQ_fqKZvM_Q
La catedral es el monumento característico de la arquitectura gótica, en la
que se reúnen todos los rasgos esenciales del estilo.
Su construcción está vinculada al renacimiento de las ciudades a partir del
siglo XII. Se erige en el centro de la urbe sobre antiguas construcciones,
normalmente religiosas.
El edificio fue consagrado en octubre de 1260. A lo largo de su historia ha
sufrido algunas modificaciones hasta el siglo XVIII.
El arquitecto de Chartres levantó la nueva catedral sobre los cimientos de
la anterior, lo que permitió una cierta rapidez en el avance de las obras.
La consagración, como se ha indicado antes, se retrasó hasta 1260
debido, quizá, a la terminación de la labor escultórica de los pórticos del
transepto. A parte remodelaciones posteriores, como las realizadas
en el coro en 1753 o la sustitución de la cubierta original por una
armadura metálica tras el incendio de 1836, destaca la fecha de la
terminación de la torre norte de la fachada en 1507 y que
corresponde a una estética del gótico tardío.
La planta de Chartres tiene 130,20 m. de longitud por 64 m. de
anchura.
Elementos a comentar:
- forma de la planta,
- número de naves,
- transepto,
- crucero,
- cabecera o ábside, absidiolos,
- girola,
- - bóvedas,
- pilares,
- arcos fajones,
- muros, contrafuertes,
- torres…
Respecto al alzado (interior), el muro se articula en tres niveles: un
primer nivel con las arquerías que separan la nave central de las
laterales (hay una gran diferencia de altura entre la nave central y
las laterales); un segundo nivel formado por el triforio y un tercer
nivel con magníficos ventanales (claristorio), cuyas
espléndidas vidrieras presentan un excepcional programa
iconográfico basado en las Sagradas Escrituras.
El soporte utilizado es el pilar fasciculado, característico del gótico,
que está rodeado por cuatro columnillas.
El edificio se cubre con una magnífica bóveda de crucería cuyos
nervios se prolongan dando lugar al pilar fasciculado que
acabamos de describir. La bóveda de crucería está formada por
dos arcos diagonales que se cruzan en la clave y soportan la
plementería (los elementos de cierre). Su uso supone grandes
ventajas respecto a la bóveda de cañón, que carga todo su peso
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sobre el muro. Gracias a la bóveda de crucería las cargas quedan, en cambio, concentradas en
cuatro puntos: los cuatro ángulos del tramo que se cubre, y desde esos cuatro puntos son
trasladadas a través de los arbotantes hacia el exterior hasta los estribos o contrafuertes. El
muro se reduce a ser un elemento de cierre y no tiene que desempeñar la función de soporte
que tenía en el románico.
El interior sorprende por su verticalidad y el extraordinario uso
de la luz. La catedral es la Casa de Dios, un espacio sagrado de
profundo significado espiritual en el que se refleja la
interpretación que del Universo hace la filosofía neoplatónica.
Todos los seres proceden de Dios, por lo que lo terrenal
participa en diferentes grados de las cualidades divinas. La luz
es el fenómeno natural que más se acerca a la forma pura, la
manifestación más directa de Dios. La luz se convierte así en uno de los
elementos fundamentales de la arquitectura gótica.
Las vidrieras, que constituyen en Chartres un conjunto
excepcional, sustituyen al muro como elemento de cierre y protección
frente a las inclemencias del tiempo, pero ante todo permiten una
utilización especial de la luz, transformándola y convirtiéndola en
símbolo de la presencia divina que ilumina a los fieles. Gracias a la luz,
que parece generarse en las propias vidrieras, el espacio se transforma
en un espacio luminoso que transmite al fiel la sensación visual de Dios.
Uno de los elementos más famosos de la catedral de Chartres es el
laberinto de 13 m de diámetro trazado sobre el pavimento en el eje de la nave central. Tiene
once círculos concéntricos y su recorrido es una representación simbólica de la peregrinación
del alma hacia Dios.
Desde el siglo IX, la iglesia de Chartres poseía una preciada reliquia: una túnica que se suponía
usada por la Virgen María en el momento del nacimiento de Jesús. Este hecho había dado
origen a una creciente corriente de peregrinos que llegaban a la ciudad y, al calor de tal
situación, los grupos burgueses de Chartres fueron aumentando, mientras sus gremios poseían
cada vez más importancia.
Durante el siglo XII la ciudad sufrió dos pavorosos incendios, el segundo de los cuales afectó
también a la catedral, que quedó prácticamente destruida, aunque de forma milagrosa la
valorada reliquia se salvó de las llamas. Así pues, se hizo necesaria la edificación de un nuevo
templo, interés en el que coincidían el obispo de la ciudad, los poderosos grupos burgueses
(interesados en mantener sus negocios comerciales gracias a los peregrinos) y la propia
monarquía francesa. El edificio es uno de los primeros de Francia (y, en consecuencia, de toda
Europa) realizado por completo en estilo gótico y ha servido como modelo a otras catedrales
posteriores como la de Reims. Sin embargo, no conocemos quién o quiénes fueron los
arquitectos responsables del proyecto.
Las catedrales desempeñaron un importante papel en la sociedad medieval. Sus
campanas regulaban la vida cotidiana de la ciudad. Los gremios celebraban allí sus asambleas.
Los grandes mercados y ferias tenían lugar en torno a la catedral que no estaba aislada del resto
de las edificaciones. Eran también centros culturales. Además, la catedral servía como telón de
fondo para la representación de dramas religiosos y también para las festividades públicas. Y
por último, las obras de la catedral fomentaban el desarrollo técnico y científico por los
requerimientos técnicos y conocimientos matemáticos que exigía su construcción.
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Información sobre NAVE CENTRAL DE LA CATEDRAL DE LEÓN. Siglo XIII. Maese Enrique y Juan
Pérez
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=1o8zPRBwKHQ
Hacia 1230 la vieja ciudad romana de Legio ha perdido
parte de su pasado esplendor. Si antes fue el centro
político del reino astur-leonés ahora, tras la definitiva
unión de la corona de León con la de Castilla, durante el
reinado de Fernando III, pasará a ocupar un lugar
secundario ante la preeminencia de las ciudades de
Burgos y Toledo. Existía por entonces en León una
catedral románica, sustituta de otra anterior, levantada
a su vez sobre unas termas de origen romano. Así que
fueron el cabildo catedralicio y el obispo local quienes
protagonizaron los esfuerzos por levantar una nueva
catedral, más grande que la anterior, que proclamase a
la cristiandad la importancia tanto de la propia sede
episcopal como de la misma ciudad, enclavada además
en una de las rutas de peregrinación más importantes de la época, el camino francés a Santiago
de Compostela.
La catedral de León es la catedral española con más influencia francesa ya que está inspirada en
las de Reims y Amiens.
Se comenzó a construir hacia 1258 y se concluyó a principios del siglo XIV. La rapidez de su
ejecución le otorga una gran unidad estilística. Fue encargada por el obispo Manrique de Lara
y contó con el apoyo del rey Alfonso X. Las obras fueron iniciadas por el francés Maese Enrique,
buen conocedor de las catedrales de Amiens, Reims y Chartres, que había
trabajado anteriormente en la catedral de Burgos. A su muerte fue sustituido por el español
Juan Pérez.
También se conocen los nombres de los maestros
vidrieros que trabajaron durante el siglo XIII. La
fragilidad de los materiales empleados, un tipo
de piedra procedente en su mayor parte de las
canteras de la zona de Boñar (León), fue la causa de
algunos derrumbamientos. La catedral ha sido
sometida a varias restauraciones. Las llevadas a cabo
en el siglo XIX, tanto del edificio como de las vidrieras,
la salvaron de la ruina y devolvieron al templo su
pureza gótica original.
La planta basilical se inspira claramente en la de
Reims. El cuerpo principal se divide en tres naves, la
central más alta que las laterales. La cabecera tiene
cinco naves y un deambulatorio con cinco capillas
radiales de forma trapezoidal. La altura de la catedral
de León aunque no llega a la de las francesas, sí
produce una gran sensación de verticalidad, debido a
su esbeltez.
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El alzado presenta los tres
niveles del gótico clásico: el
primer nivel está formado por
arcos ojivales apoyados en
pilares fasciculados que separan
la nave central de las laterales;
el segundo nivel corresponde a
un triforio abierto, que permite
la entrada directa de luz y el
tercer nivel lo forman 230
ventanas ojivales con bellísimas
vidrieras que dotan al interior de
una extraordinaria luminosidad.
El edificio se cubre con bóveda
de crucería, un tipo de bóveda
formada por dos arcos diagonales que se cruzan en la clave y soportan la plementería
(elementos de cierre). Su uso, supone grandes ventajas respecto a la bóveda de cañón, que
carga todo su peso sobre el muro. Con la bóveda de crucería las cargas se concentran en
los cuatro ángulos del tramo que se cubre. El peso es trasladado a través de los arbotantes hacia
el exterior hasta los estribos o contrafuertes. De esta forma, el muro no tiene que desempeñar
la función de soporte que tenía en el románico y puede ser sustituido por las vidrieras que en el
caso de la catedral de León, constituyen un conjunto excepcional.
Las vidrieras en la arquitectura gótica ocupan todo el espacio del muro, y
esto lo hace traslúcido, favoreciendo la desmaterialización visual de los
elementos constructivos. La luz se convierte en uno de los elementos
fundamentales de la arquitectura gótica y simboliza la presencia divina.
Gracias a la luz que parece generarse en las propias vidrieras el espacio se
transforma en un espacio luminoso que transmite al fiel la sensación
visual de Dios. El colorido utilizado en las vidrieras de León es rico y variado, pues además del
azul y el rojo (como en Francia) se utilizan el verde, el ocre y el amarillo.
Su realización se llevaba a cabo en varias fases. En primer lugar, se realizaba el dibujo y luego se
procedía a cortar las piezas de vidrio con puntas incandescentes de hierro y de diamante.
Para obtener la policromía se podían disolver sustancias colorantes en la pasta vítrea fundida, o
aplicar pintura sobre el vidrio, como en el caso de la grisalla (pintura realizada exclusivamente
con la gama del gris, imitando el efecto del bajorrelieve esculpido). Las piezas sueltas se
montaban siguiendo el diseño de la composición. Generalmente se metían en listeles de plomo
de doble acanaladura (sección en H) soldados entre sí con estaño.
Formaban así una especie de red irregular que se insertaba en un
gran bastidor de hierro para colocar definitivamente en la ventana.
En el exterior hay que destacar la fachada occidental, flanqueada
por dos torres cuadradas (la del reloj y la de la campana) rematadas
por pináculos y separadas del cuerpo principal. En la parte inferior
destaca una triple portada de gran profundidad, y en la superior,
rematada por un gablete, un enorme rosetón.
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Información sobre la FACHADA OCCIDENTAL DE LA CATEDRAL DE REIMS. SIGLO XIII
https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=OSgZDj21d9U
La catedral de Reims se comenzó el año 1211, sucediendo a una anterior
que había sido destruida por un incendio, y se terminó a finales del siglo
XIII. Un bombardeo alemán en 1914 obligó a una restauración de la
misma, ya que la destrucción afectó especialmente a las esculturas de
las fachadas. En la catedral de Reims eran coronados los monarcas
franceses por lo que el edificio estuvo estrechamente vinculado a la
monarquía francesa. El iniciador de las obras fue el obispo Aubry de
Humbert.
Su planta, de cruz latina, es de grandes dimensiones (150 m de longitud)
y su rasgo más sobresaliente es el gran desarrollo de la cabecera.
En el interior destacan sus notables proporciones ya que la nave
central alcanza unos treinta y cinco metros de altura. En alzado
encontramos los tres niveles característicos de las catedrales
góticas: las arquerías que separan la nave central de las laterales, el
triforio y los amplios ventanales.
Tanto la nave central como las laterales están cubiertas con
bóvedas de crucería sostenidas por pilares fasciculados. (Volver a
comentar las características de la bóveda de crucería, la
desmaterialización del muro, el uso de la luz y el significado
espiritual de la catedral gótica).
En el exterior sorprende la impresionante verticalidad del edificio
que está acentuada por algunos elementos específicos,
como los pináculos y las agujas de las torres o por la
flecha del crucero.
FACHADA OCCIDENTAL. Se organiza en tres cuerpos. En el
cuerpo inferior, hay tres puertas que se corresponden
con las tres naves del templo. La puerta central,
siguiendo la estructura del templo, al encontrarse en la
nave central, es más alta que las dos laterales. Siguiendo
la disposición habitual del arte gótico, se encuentra
abocinadas y con arquivoltas decoradas con esculturas.
El tímpano de la puerta central está decorado con un
rosetón realizado con tracería y vidriera. Los tímpanos de
las naves laterales también abren un vano, decorado con
tracería y vidriera, sin llegar a formar el rosetón de la
central.
En el segundo cuerpo, en la calle central encontramos un
gran rosetón, enmarcado en un arco apuntado; en las
calles laterales, observamos arcos apuntados geminados
decorados con tracería, y rematados por gabletes que
incrementan las sensación de verticalidad de la fachada.
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En el tercer cuerpo se encuentra, una galería de estatuas reales, que correspondería a los reyes
de Francia desde tiempos merovingios y que se corresponden con los reyes de Judá,
pretendiendo vincular la monarquía con el derecho divino. Estas figuras se enmarcan bajo
doseletes de arcos apuntados, rematados por gabletes. Finalmente, en las naves laterales se
encuentra dos torres campanario.
Su magnífica decoración escultórica tiene una calidad excepcional, tal y como se puede apreciar
en los grupos escultóricos de la jamba derecha donde aparecen las célebres escenas de
la Anunciación y la Visitación, del siglo XIII. Obra realizada en piedra.
Podemos apreciar dos escenas:
-La Anunciación, que relata el hecho bíblico de
la anunciación del Arcángel Gabriel a la Virgen
María. Se compone de la figura de la Virgen y el
Arcángel Gabriel sonriente. Recuerda la sonrisa
de la escultura griega arcaica.
El movimiento viene reflejado por la
gesticulación de los brazos. María no tiene
apenas expresión. Vestiduras y modelado
primitivo. Pliegues rectos, acentúan la
verticalidad. El ángel observa a la Virgen y ésta
mira hacia el exterior.
-La Visitación, que relata la visita de la Virgen
María a su prima Santa Isabel (madre de San
Juan) ambas embarazadas nos recuerdan la
antigüedad clásica: composición en contrapposto, cabezas inclinadas, gesticulan. Rostros
expresivos y diferenciados ambos. Modelado de ropajes: intenso, muchos pliegues y profundos
envuelven el cuerpo aunque se adivina por debajo de los mismos. Recuerdan la técnica de los
paños mojados. Figuras insertadas en un espacio: se comunican entre ambas.
-Ambos grupos escultóricos se proyectan hacia el exterior. Naturalismo en el tratamiento de los
ropajes y rostros. Realismo en rostros, manos y gestos. Rostros individualizados.
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Información para el comentario: LONJA DE PALMA DE MALLORCA. Siglo XV.
Obra de Guillén Sagrera
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=k37cUqpUgZ4
La Lonja de Palma de Mallorca,
uno de los edificios más bellos
del gótico civil en España, fue
edificada bajo la dirección de
Guillén Sagrera entre 1426 y
1444.
El autor, de origen catalán, era
escultor y arquitecto y había
trabajado en las catedrales de
Gerona y Palma de Mallorca.
Las lonjas son edificios de
carácter mercantil que tuvieron
notable éxito en la Corona
de Aragón durante los siglos XIV y XV. Durante la Baja Edad Media, se consolidó en los
territorios de la Corona de Aragón una próspera burguesía que potenció una serie de
construcciones destinadas a cubrir sus necesidades: palacios residenciales urbanos, casas
municipales, casas gremiales, atarazanas y lonjas. Los reyes
aragoneses colaboraron con la burguesía en la defensa de
sus intereses comerciales y promovieron la construcción de
edificios civiles, a diferencia de la monarquía castellana que
promovía o protegía, fundamentalmente, la construcción
de edificios de carácter religioso.
Así sucedió en la construcción de la Lonja de Palma de
Mallorca que contó con el apoyo de Jaime I, el
Conquistador.
El edificio es de planta rectangular y sus medidas son de 40
x 28 m.
Las cuatro fachadas son muy sobrias y sólo presentan como
elementos decorativos molduras horizontales y verticales.
Terminan en una galería abierta rematada con almenas
escalonadas. Pequeñas torres octogonales dividen
esta galería en tres tramos en los lados cortos y cuatro en
los lados largos de los muros. También hay cuatro torres
octogonales más altas en cada una de las esquinas. Dichas torres están decoradas con
molduras horizontales y terminan en las mismas almenas escalonadas que las galerías y las
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pequeñas torres. Todo ello da al conjunto un ligero aire de fortaleza y recuerda a los palacios
italianos del siglo XV.
Las puertas y ventanas
tienen formas ojivales y
decoración flamígera. En
los tímpanos de las
puertas, el
mismo Sagrera labró dos
figuras: un San Juan en
la fachada norte y un
ángel en la sur.
El interior tiene planta
de salón con tres naves
de igual altura separadas
por dos filas de
tres esbeltas columnas sin capitel, con decoración de estrías helicoidales que ascienden por el
fuste y se despliegan en las cubiertas formando los nervios de las bóvedas de crucería simple
que cubren el edificio. Se crea de esta forma un espacio amplio y diáfano en el interior.
En la lonja de Palma de Mallorca encontramos el dominio de la horizontalidad, la ausencia
de ornamentación, la utilización de la planta de salón, la escasez de vanos, la existencia de
torres octogonales y la preferencia por los espacios diáfanos.