Este documento ofrece instrucciones sobre cómo vivir por fe de acuerdo a la Biblia. Explica que la primera parte de vivir por fe es aceptar y seguir la ley de Dios, la cual nos ayuda a distinguir el bien del mal y nos guía en nuestras vidas prácticas. También discute casos específicos sobre cómo vivir por fe si eres rico o pobre, y la importancia de corregir a los niños con amor. En general, enfatiza que para vivir por fe debemos elegir hacer lo que Dios dice y dejar las consecu
2. 1. VIVIR POR FE:
1. Guardar la Ley. Proverbios 28:4, 7, 9.
2. Entender todas las cosas. Proverbios 28:5.
2. CASOS PRÁCTICOS:
1. Si eres rico: Proverbios 28:8, 19, 20, 22, 24, 27.
2. Si eres pobre: Proverbios 28:3, 6; 29:13.
3. Si tienes que instruir: Proverbios 29:15.
El cristiano debe vivir por fe,
eligiendo hacer las cosas que
Dios nos ha dicho que hagamos;
y dejando en sus manos las
consecuencias de actuar de
acuerdo a su voluntad.
3. «Los que dejan la ley alaban a los impíos;
Mas los que la guardan contenderán con
ellos» (Proverbios 28:4)
«El que guarda la ley es hijo prudente; Mas
el que es compañero de glotones avergüenza
a su padre» (Proverbios 28:7)
«El que aparta su oído para no oír la ley, Su
oración también es abominable» (Proverbios 28:9)
En primer lugar, nos ayuda a distinguir el bien del mal. De esta forma,
podemos realizar las elecciones correctas.
Además, nos indica normas prácticas para nuestra vida, que afectan a
todo nuestro ser (comida, descanso, relaciones personales, familia…)
El primer principio para vivir una vida de
fe es aceptar la norma que Dios nos ha
dado para nuestra vida: la Ley.
¿Cómo nos ayuda la Ley en nuestro
caminar por esta vida?
4. «Los hombres malos no entienden el juicio; mas los que buscan
a Jehová entienden todas las cosas» (Proverbios 28:5)
Proverbios 28:4
Los que dejan la ley
Alaban a los impíos
Mas los que la guardan
Contenderán con ellos
Proverbios 28:5
Los hombres malos
No entienden el juicio
Mas los que buscan a Jehová
Entienden todas las cosas
1
2
3
4
Los puntos 1 y 2 de este paralelismo, nos muestran
que la persona que no sigue la ley es incapaz de
distinguir el bien del mal. Por ello, alaba a quien no
debe alabar y es incapaz de entender la justicia.
En el punto 3 podemos ver a la ley como nuestro
«ayo» que nos lleva a buscar a Dios (Gálatas 3:24).
Como resultado (punto 4), Dios nos dará
discernimiento para poder hacer frente al impío, y
entender «todas las cosas».
5. «El que aumenta sus riquezas con usura y crecido
interés, para aquel que se compadece de los pobres
las aumenta» (Proverbios 28:8)
Siendo que nuestro Padre es el dueño de todas
las riquezas de este mundo, vivir por fe implica
seguir los consejos que Él nos ha dado para
adquirir riquezas, y utilizarlas sabiamente.
6. «Mejor es el pobre que camina en su integridad,
que el de perversos caminos y rico» (Proverbios 28:6)
Cuando eres pobre, ¿es más fácil o
más difícil vivir por fe?
• La pobreza nunca
justifica de ninguna
forma el pecado.
El pobre tiene los
mismos deberes
que el rico
(Proverbios 28:3)
• La calidad moral de la
persona no se mide por
sus posesiones.
Los pobres que
son justos son
mejores que los
ricos impíos
(Proverbios 28:6)
• Dios da la vida y cuida
tanto al rico como al
pobre. Ambos deben
respetarse y amarse.
Los pobres y los
ricos son iguales
(Proverbios
29:13)
7. «Algunos que profesan creer la verdad
carecen de discernimiento y no logran
apreciar el valor moral… Pueden poseer
dinero y propiedades, y esto es suficiente
para darles influencia sobre otros; pero esto
no les dará ni un ápice de ventaja delante de
Dios. El dinero tiene dominio y ejerce una
poderosa influencia. La excelencia de
carácter y el valor moral son a menudo
pasados por alto si los poseen personas de
escasos recursos. Pero, ¿está Dios preocupado
por dinero o posesiones? De él son los
ganados que pacen sobre millares de colinas.
El mundo y todo lo que está en él, le
pertenece. Los habitantes de la tierra son
como insectos delante de él. El hombre y las
propiedades no son sino como una partícula
de polvo en el plato de la báscula. No hace
acepción de personas»
E.G.W. (Testimonios para la iglesia, tomo 1, pg. 468)
8. «La vara y la corrección dan sabiduría; mas el
muchacho consentido avergonzará a su madre»
(Proverbios 29:15)
Cuando un árbol comienza a
torcerse, debe ser enderezado.
Dicho árbol es «castigado» atándolo
a un palo. Esta acción correctora no
se hace con intención de dañar al
árbol, sino de beneficiarlo.
Permitir que un niño crezca sin decirle nunca
«No» es arruinar su vida y convertirlo en una
vergüenza para él y para los que lo rodean.
Lo mismo ocurre con las personas. Los
fallos de carácter deben ser reprendidos
o castigados, para que la persona sea
capaz de rectificar su conducta.
10. «Ojalá los que hoy se asemejan a Elí, que por
doquiera aducen excusas para el descarrío de
sus hijos, afirmaran prontamente su autoridad
recibida de Dios para restringir y corregir a sus
hijos. Los padres y tutores que pasan por alto y
excusan el pecado en aquellos que están bajo su
cuidado, recuerden que así se hacen
participantes de esos errores. Si en vez de una
indulgencia ilimitada se usara con más
frecuencia la vara del castigo, no con ira sino
con amor y oración, veríamos familias más
felices y una mejor condición en la sociedad»
E.G.W. (Conducción del niño, pg. 258)