2. En las remotas regiones himalayas, un peregrino encontró tres cráneos e hizo conocer la noticia al monarca del reino. Razón y sentimiento
3. El monarca pidió los tres cráneos y se los entregó a su médico de cabecera, un hombre sapientísimo y de avanzada edad. Le dijo:
4. - Quiero que investigues a fondo en estos cráneos y me digas cuál de sus propietarios era la mejor persona.
5. El médico sometió los tres cráneos a una rigurosa investigación. Después de unos días acudió a visitar al rey y colocó los tres cráneos sobre una mesa.
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7. El médico explicó: - Cogí un cráneo y pasé un alambre por un oído, y el alambre salió directamente por el otro oído. Se trataba de un hombre al que las cosas que oía le entraban por un oído y le salían por el otro.
8. Tras una pausa, el médico agregó: - Estudié el segundo cráneo y pasé un cable por su oído, y el cable salió directamente por la boca. Se trataba, sin duda, de una persona indiscreta que automáticamente contaba lo que había oído.
10. - Cogí el tercer cráneo y pasé el cable por un oído , y el cable emergió por debajo del cráneo en dirección al corazón. Esta persona elaboraba en su corazón aquello que escuchaba de los otros. Era, no cabe duda, la más bondadosa... Y la más sabia.
11. Dos garzas y una tortuga se habían hecho muy amigas, porque las tres vivían a orillas de un lago donde diariamente podían saciar su sed. Vanidad de Vanidades
12. Pero ese año las lluvias no llegaron y se produjo una implacable sequía. Paulatinamente, las aguas del lago iban decreciendo. Las garzas pensaron que era necesario tomar la determinación de emigrar a regiones más húmedas para poder sobrevivir.
13. La tortuga se lamentó alarmada: -Vosotras tenéis alas y podéis volar. Pero ¡pobre de mí! ¿Qué haré yo, torpe y pesada? Moriré sin remedio.
14. La tortuga comenzó a llorar y las garzas sintieron mucha compasión de su compañera. Se pasaron toda la noche pensando qué hacer. Al final, y por fortuna, hallaron una solución.
15. Consistía en que las dos garzas sostendrían un palo con sus picos y la tortuga se agarraría firmemente al mismo, para ser transportada hasta regiones húmedas en las que poder sobrevivir.
16. Al amanecer, las dos garzas y la tortuga se fundían en el horizonte. Recorrieron una larga distancia, y al pasar por algunos pueblos, los habitantes exclamaban sorprendidos:
17. -¡Qué tortuga tan inteligente! ¡Mirad con que destreza se agarra con la boca a la vara!
18. La tortuga estaba encantada con aquellos comentarios, en tanto que las garzas sólo se ocupaban de proseguir su perfecto vuelo, sin prestar atención a los comentarios. Pero por cada pueblo que surcaban, las gentes seguían exclamando la pericia de la tortuga.
19. Pero he aquí que al cruzar un valle, los habitantes del mismo comenzaron a exclamar alborozados:
20. - ¡Mirad, mirad, qué garzas tan sabias! ¡Qué inteligentes y hábiles son llevando a la tortuga con una vara que sostienen con sus picos! ¡Qué animales tan sabios! Y qué bien vuelan. ¡Cuán hermosos son!
21. La tortuga, que se había sentido tan lisonjeada anteriormente y se había henchido de vanidad, al observar que ahora sólo alababan a sus compañeras, no pudo por menos que decir:
22.
23. Moraleja: La humildad es el néctar de la vida; el ego es el veneno que nos lleva a la muerte.
24. Seas lo que seas, sirve, ama, da; pero nunca digas que eres más que los demás. Si eres sabio, calla; que el mundo descubra en ti la sabiduría.
25. En esa sonrisa que das a la anciana, en ese saludo que das al amigo, en esa caricia que haces al niño: ¡Entrégate!
26. El mundo está cansado de oír: “Yo soy”, “Yo hago”, “Yo sirvo”. Pregúntate desde ahora: “Quién soy”, “Qué hago”, “Adónde voy”.
27. Sé tan sabio para enseñar a los demás en tu acción más pequeña que, dando todo, parezca que no es nada. Y sólo así alcanzarás la felicidad.
28. No hay nada demasiado bueno para que no lo poseas, ninguna altura que no conviertas en realidad. Tu poder es mayor que tu pensamiento, es algo que debes de sentir dentro de ti.