1. ACTIVIDAD INDIVIDUAL
MÓDULO GESTIÓN DEL RIESGO
VICKY GUERRERO BARRIOS
Grupo 7
Profesor OMAR VIVAS
UNIVERSIDAD DE MANIZALES
FACULTAD DE CIENCIAS CONTABLES, ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS
MAESTRÍA EN DESARROLLO SOSTENIBLE Y MEDIO AMBIENTE
BOGOTÁ D.C.
2017
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ACTIVIDAD INDIVIDUAL
1. GENERALIDADES
El Departamento de Cundinamarca, se encuentra en el centro del país. Con un área
de 22.623 km2, contiene 116 municipios, que concentran un poco más del 20% del
país. Así mismo, en la región central se desarrolla más del 41% de la industria y
31% de la participación en el PIB nacional. Los municipios cundinamarqueses
concentran el 51% del área destinada a la producción de alimentos que ingresa a
la capital. En el departamento, además se cuenta con ecosistemas (páramos,
bosques de niebla, humedales, bosques tropicales, secos y húmedos) que ofrecen
importantes servicios ecosistémicos claves para la provisión de agua, alimentos y
bienestar de los pobladores cundinamarqueses (PRICC, 2014).
La complejidad y diversidad del territorio departamental es resultado de una relación
dinámica, son paisajes con características ambientales, culturales, productivas,
políticas, económicas y sociales diferenciadas que han reconfigurado las
características geográficas y los ecosistemas naturales. Fruto de la acción humana
sobre los paisajes y las transformaciones derivadas, se pueden desencadenar
amenazas, tales como: contaminación del aire, agua y suelo; sobreexplotación y
alteración de ecosistemas y especies; y los impactos potenciales de la variabilidad
y cambio climático. Todo ello, puede desencadenar en desequilibrios y origen de
eventos como: inundaciones y encharcamientos; deslizamientos; sequías; heladas;
incendios forestales; vendavales y olas de calor y frío.
2. SOBRE EL PLAN DE DESARROLLO DEPARTAMENTAL
Mediante la Ordenanza No 006 de 2016 se establece el Plan de Desarrollo
Departamental 2016-2020 “Unidos podemos más”. El Plan tiene como fundamento
la articulación del crecimiento, la equidad y la felicidad de la población, los cuales
en su conjunto dan forma a un estado deseable que conduce hacia un desarrollo
inteligente, enfocado en el largo plazo, en la promoción de la paz y en una nueva
forma de gobernar que se ha denominado “Nuevo Liderazgo” (Cundinamarca,
2016).
En el Plan, se exponen las acciones en torno a tres dimensiones: i) sociales; ii)
económicas y, iii) ambientales. Para ésta última, el departamento se ha propuesto
incorporar los fundamentos de un desarrollo compatible con el clima, buscando la
coordinación de los determinantes ambientales en torno a un concepto integrador
como la estructura ecológica regional, integrando los instrumentos de planificación
de la región (POT, EOT, Pomca, entre otras), guiando la transformación productiva
de la región hacia condiciones de reconocimiento, estimación y reducción de la
huella ecológica y del riesgo, que genera el territorio (Cundinamarca, 2016).
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También la visión al año 2036 incluye la proyección de un departamento con menor
vulnerabilidad y más resiliente a los riesgos de desastre y a los impactos del cambio
climático sobre la población y su desarrollo económico (Cundinamarca, 2016). De
ésta forma, se orienta un nuevo modelo de ocupación del territorio, ordenado
alrededor del agua como eje y motor de la sostenibilidad ambiental. Para alcanzar
éste escenario, se recalca la importancia del fortalecimiento de los instrumentos de
planificación, la implementación de programas de educación ambiental y una
“gestión integral del riesgo orientado a la mitigación y adaptación al cambio climático
con base en el estudio de las vulnerabilidades” específicas para la región central
(Cundinamarca, 2016).
Ciertamente, la región cuenta con un análisis de vulnerabilidad bajo escenarios de
cambio climático, desarrollado en el marco del Plan Regional Integral de Cambio
Climático, el cual identificó las proyecciones en los cambios de variables de
precipitación y temperatura, y sus potenciales impactos en el territorio. Se concluye
que, para el 2050, se presentará un aumento en la exposición a eventos
hidrometeorológicos, ocasionados por las fuertes reducciones en la disponibilidad
hídrica y, en otras zonas, incrementos por encima de los históricos, lo cual podría
exponer a la población a eventos como inundaciones, sequías, incendios forestales
y deslizamientos. También los impactos podrían presentarse en los sectores
económicos como la agricultura, mostrando disminuciones en los valores de aptitud
climática para cultivos como mango, naranja, papaya y maíz, llegando hacia el 2030
a condiciones marginales. Lo que más enciende la alarma, será la gestión del agua
y del riesgo de desastres por variabilidad del ciclo hidrológico, relacionado con el
clima y con los patrones de ocupación y uso del suelo (PRICC, 2014).
3. MUNICIPIO DE TENA
Para dar continuidad al análisis de articulación entre la gestión departamental y la
gestión municipal se ha seleccionado el municipio de Tena. Éste municipio se
encuentra en la Provincia del Tequendama, con un área de 55km2 a 1384msnm, a
sólo 42km de la capital, Tena posee tres pisos térmicos, frío, el templado y caliente.
Por el costado sur pasa el río Bogotá, y además cuenta con la quebrada La Honda,
que cruza por el cerro Santo Domingo. En general, su ubicación y geomorfología le
hacen un territorio rico en recursos hídricos, además de áreas naturales poco
intervenidas con mucha diversidad florística y de fauna.
Las principales actividades socioeconómicas son la agricultura, la ganadería y las
industrias avícolas y piscícolas. Para el año 2015, el municipio presentaba un
sobresaliente desempeño integral municipal, lo cual pone en evidencia el
cumplimiento de los objetivos de su plan de desarrollo y la ejecución de su
presupuesto en áreas tales como salud, educación y agua potable (Dpto
Cundinamarca, 2015)
4. 4
Fig. 1 Índice de desempeño integral municipal de Tena. Fuente: (Dpto Cundinamarca, 2015)
3.1 Sobre el Esquema de Ordenamiento Territorial
El instrumento municipal fue establecido mediante el Acuerdo No 024 del año 2000,
en el objetivo se establece la articulación entre los dos centros urbanos, el área rural
y el paisaje natural, teniendo en cuenta un adecuado manejo de las zonas de riesgo
y el recurso hídrico existente en el municipio (Tena, 2000).
Desde el Esquema de Ordenamiento Territorial – EOT se identifica la necesidad de
mejorar la seguridad de los asentamientos humanos frente a riesgos, la
concientización de la comunidad sobre sus condiciones de riesgo y su adecuado
manejo, apoyándose en el instrumento de planificación para resolver los problemas
urbanísticos, ambientales y de riesgo que se presentan en el municipio.
Con el fin de alcanzar los objetivos, se plantea como una acción en el corto plazo,
la delimitación de zonas de riesgo a nivel predial y la elaboración del plan de manejo
de las zonas priorizadas, tanto en lo urbano como en lo rural. Se restringen los usos
del suelo de áreas en alto riesgo, previendo la consolidación del centro poblado de
la Gran Vía con el fin de ejecutar proyectos de vivienda de interés social, reubicar
población localizada en zonas de riesgo, desarrollar proyectos institucionales y
creación de espacios para la reorganización del tránsito vehicular, la malla vial y la
construcción del Colegio (Tena, 2000). En tal sentido, se definen como zonas de
riesgo aquellas áreas bajo amenazas de eventos como: los aluviones,
contaminación, deslizamientos, epidemia, erosión, escape, falla, daño o colapso de
estructuras, explosión, falla geológica, inundación y vulcanismo. Las zonas de
riesgo registradas en el EOT en el área urbana tendrán prioridad para la reubicación
y para participar en proyectos de vivienda de interés social (Tena, 2000).
Sin embargo, vale la pena resaltar que existen algunos conceptos y lineamientos
que deberían ser revisados a la luz de la nueva normatividad vigente, puesto que el
enfoque aplicado en el EOT sigue orientándose a la atención y manejo de los
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desastres, lo cual desde la Ley 1523 se reorienta hacia la gestión integral del riesgo,
haciendo un mayor énfasis en el conocimiento y acciones preventivas que se
anticipen a la ocurrencia de fenómenos amenazantes (UNGRD, Ley 1523, 2012).
3.2 Sobre el Plan Municipal de Gestión del Riesgo
El 23 de agosto del 2012, el Consejo Municipal de Gestión del Riesgo de Desastres
– CMGRD del municipio de Tena, adopta el Plan municipal de gestión del riesgo. A
partir de la caracterización de las condiciones particulares del municipio, se definen
los programas y acciones que se requieren para reducir las afectaciones por
eventos como inundaciones, incendios, deslizamientos, derrames de hidrocarburos
y atentados terroristas.
Se resalta como la amenaza más relevante los movimientos en masa,
caracterizándose porque se presentan en zonas específicas y con una pequeña
área de influencia, pero puede llegar a ocasionar grandes pérdidas tanto humanas
como materiales (Tena, 2000). Los estudios de caracterización y delimitación de las
áreas de riesgo en el municipio han concluido que entre los principales factores
causales se encuentran la deforestación, las altas pendientes, la composición
geológica de los terrenos (falla geológica de VILLETA) y los malos manejos de
aguas superficiales (servidas y lluvias) que ocasionan inestabilidad de los suelos.
Sin embargo, el componente programático contempla acciones ante eventos de
remoción en masa e inundaciones, principalmente, pero además considera los
incendios, atentados terroristas y concentraciones de multitudes.
A nivel general, el plan da cumplimiento a la normatividad vigente a la fecha (2012),
lo cual requiere una actualización de las variables, alcances y enfoque, de
conformidad con la evolución del concepto de gestión integral del riesgo.
4. DISCUSIÓN FINAL
Qué relación tienen estos programas con las condiciones de sostenibilidad en el
desarrollo del ente territorial?
Los tres instrumentos de planificación territorial son diseñados para proveer de
lineamientos y orientaciones para la gestión territorial. Sin embargo, es notable la
desarticulación, falta de sincronía (diferentes vigencias y ciclos de actualización) y
sobre todo, parcialidad de cada uno de ellos. En el caso de estudio, es notable la
necesidad de una revisión y alineación de los instrumentos que asuman una visión
preventiva que se anticipe a la materialización de riesgos a escala local y municipal.
Las nuevas circunstancias y retos globales requieren de acciones integrales que
asuman la gestión territorial, incluyendo la definición de rutas de adaptación y
mitigación del cambio climático, de modo que se avance hacia la construcción de
territorios resilientes e inteligentes.
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Qué elementos se coordinan o complementan desde el plan municipal de
gestión del riesgo con el plan de desarrollo municipal y el plan de
ordenamiento territorial?
Los elementos coincidentes entre estos instrumentos concentran las expresiones
espaciales de las políticas sociales, económicas y ecológicas de la sociedad. Es
decir, los planes y programas contemplados en los instrumentos de planificación
tienen una expresión territorial, bien sea en la delimitación de los usos del suelo, la
ubicación de infraestructura, las acciones de conservación de ecosistemas, la
extensión y densificación de áreas urbanas, entre otros (PRICC, 2014).
Es notable el avance del Plan de Desarrollo Departamental de Cundinamarca, el
cual ha asumido el reto de incorporar el cambio climático en la prospectiva territorial.
Esta inclusión implica el reconocimiento de la dinámica territorial, caracterizado por
la incertidumbre y el riesgo, que requieren instrumentos de gestión que consideren
los escenarios de cambio climático en las estrategias de planificación presente con
una visión de largo aliento. La incorporación de acciones para la adaptación
territorial al cambio climático, permitirá priorizar áreas de intervención para mitigar
el riesgo y condicionar o restringir usos del suelo, de acuerdo con criterios como la
probabilidad de ocurrencia de un determinado fenómeno, (PRICC, 2014) siempre
bajo una mirada analítica e integral del territorio.
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