1. MESA REDONDA: INICIATIVAS DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA EN EL MARCO DE LAS
COMUNIDADES AUTÓNOMAS
Carlos Magro
Coordinador de la Oficina de Información Científica ‘Madri+d’, de la Dirección General de
Investigación de la Comunidad de Madrid.
Una de las cosas que quería señalar, y que enlaza con lo que Bárbara estaba diciendo al final,
es que un congreso de este tipo nos reúne aquí, en un mismo espacio, a políticos, a gente que
viene de la administración del estado, de las autonomías, del ayuntamiento, hay mucha gente
que viene de la universidad, especialistas en historia de la ciencia, en sociología de la ciencia,
periodistas, científicos, he visto en el programa que también hay gente de fundaciones y
sociedades científicas, museos; es decir, prácticamente, todo el mundo que está implicado en
ciencia y tecnología y creo que eso es una cosa que es interesante y que tenemos que
aprovechar.
Cuando me preguntaron hace unos meses por la ponencia, me pidieron un título y no se me
ocurría nada porque de lo que se trataba era de contar lo que hacíamos en la Comunidad de
Madrid en el área de ciencia y sociedad y, más en concreto, en el área de cultura científica.
Como título puse, aunque luego afortunadamente no está en ningún sitio, “Participación
ciudadana: de las exposiciones universales a las ferias locales”. Luego estuve tiempo
pensando qué decir sobre eso porque el título me parecía demasiado académico. Sin embargo,
cuando se inaugura una de las primeras exposiciones universales, la de Londres de hace 150
años, por ejemplo, podemos ver que lo que les importaba a las personas allí reunidas eran
asuntos, no tanto de carácter global, como de carácter local, en aquella ocasión la ciudad de
Londres, la sanidad, la epidemia de cólera, etc.
El pabellón de cristal que se construyó con motivo de aquella exposición, luego se desplaza y
acaba convirtiéndose en un museo de ciencia. Coincide este hecho con la creación de los
primeros museos de ciencias que nacen con una clara vocación educativa, de divulgación, de
formar élites técnicas y de mostrar de una manera evidente, pero también en ocasiones
sorprendente –para que el público se maravillara– los beneficios de la ciencia y la tecnología
para la solución, en este caso, insisto, de problemas locales.
Esta misma preocupación podría observarse en el Matadero de Madrid o en un nuevo centro
que se ha abierto hace poco en Cataluña, en concreto en Cornellá, llamado CityLab. En ambos
casos se produce una recuperación de un espacio industrial para la cultura. En este caso no se
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2. busca tanto sorprender al visitante como hacerle partícipe de las actividades que allí se
realizan. Son espacios de creación, de diálogo, y como creo que de lo que se trata en este
Congreso es de eso, de buscar diálogo y participación, me parecía pertinente señalar esa
diferencia que existe entre lo que ocurría en 1850 y lo que ocurre ahora con espacios
parecidos.
Después de esta puntualización, voy a pasar ahora a contaros lo que hacemos en la
Comunidad de Madrid en relación a este sector. En primer lugar, quiero decir que tengo la
suerte de trabajar en una administración pública, eso da unas ventajas enormes porque nos
permite ponernos en contacto con multitud de actores muy diversos, como los que he citado al
principio. Otra cosa también muy importante es que nada de lo que hacemos sería posible si no
trabajáramos en colaboración con todas las personas y organismos con los que actualmente lo
hacemos. Requerimos de la ayuda de los investigadores y científicos constantemente, pero
también la ayuda de otras instituciones y creo que eso es un valor importante que todos
deberíamos tomar en cuanta. Eso lo quería recalcar, que todo lo que hacemos o hemos dejado
de hacer por desconocimiento es fruto del trabajo de mucha gente, en el espacio local es fruto
del trabajo de muy poca gente, es fruto de una historia y es fruto, sobre todo, del trabajo de
mucha gente.
Lo que ocurre en la Comunidad de Madrid respecto a los programas de difusión de la ciencia y
la tecnología es similar a los que han contado los otros ponentes que han hablado antes que
yo. Los programas de cultura científica se ponen en funcionamiento en España a final de los
años 90 y principios del 2000, lo novedoso es cuando por primera vez se incorporan en los
planes regionales, en el caso de Madrid en el año 2000. Esta incorporación supone el empleo
de un lenguaje determinado, que ya es común a todas las personas involucradas en este
asunto en el año 2007: es importante la cultura científica, no es solo importante generar
conocimientos en los ciudadanos, sino también actitudes, comportamientos; es importante
fomentar la participación ciudadana. Este lenguaje se inicia en España, no en otros países, a
finales de los 90, simultáneamente en distintos ámbitos, en el caso de los que estamos aquí,
representantes de las comunidades autónomas, creo que todos a la vez; y, por tanto, nos
ponemos todos a hacer cosas parecidas para transmitir conocimientos científicos a los
ciudadanos y, además, para implicarles en ese mundo de la ciencia y la tecnología.
En este sentido hay una herramienta importantísima, que también ha sido ya citada, que es
internet. Las nuevas tecnologías de la información son fundamentales. Me atrevería a decir que
hacemos política científica desde una página web. La página que nosotros gestionamos es
“Madri+d” y combina los dos elementos que mencionaba Bárbara, uno dirigido a amplios
sectores de la sociedad y una parte de innovación de transferencia de tecnología para círculos
más cerrados.
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3. El programa que nace en Madrid en el año 2000 tiene los mismos objetivos, las mismas
inquietudes que ha dicho Bárbara: queremos fomentar el acceso a la información científica,
queremos fomentar la difusión de los resultaos de la investigación, estamos buscando las vías
de intercambio entre científicos y ciudadanos y, sobre todo, creemos que es importante para el
futuro, para la democracia y para el bien de todos, que los ciudadanos estén informados sobre
conocimientos científicos y que además tomen parte en las decisiones que se llevan a cabo en
este ámbito. Con eso queremos decir algo muy grande en palabras pero difícil de concretar,
pero lo que queremos decir es que queremos que los ciudadanos decidan qué quieren comer,
qué energía quieren usar, en qué tipo de ciudad quieren vivir, qué quieren del mundo
subdesarrollado, etc. Queremos que intervengan en esos procesos que forman parte del
estudio científico, pero que a la vez forman parte de su vida diaria. Nos dirigimos tanto a
científicos como a ciudadanos e intentamos usar los medios de comunicación –pero sin
obsesionarse– como una herramienta más para llegar a la población, no la única.
Afortunadamente, internet nos permite a todos ser productores y distribuidores de
conocimientos sin necesidad de mediadores, pero de todos modos es importante llegar a la
gente a través de los medios.
Nuestra actividad se divide, por así decirlo, en dos áreas: una más clara de información y
comunicación, que se preocupa de cosas como la transparencia y la accesibilidad al
conocimiento; otra de diálogo y participación, que es más complicada en su puesta en marcha.
Respecto a la primera área, dentro de ella estarían incluidas actividades muy diversas. Por una
parte información por escrito con una temática muy amplia, que iría desde noticias de ciencias
cuya sede es Madrid hasta artículos de opinión o estudios más de profundidad, también
reseñas de libros, de exposiciones científicas, etc. Para esta sección realizamos también un
suplemento sobre distintos ámbitos que tienen que ver con la ciencia, mirar la ciencia desde
simplemente la noticia, es decir, lo que se genera en las universidades. Mirar la ciencia desde
un artículo de opinión que aborda la ciencia desde una perspectiva que no parece ciencia en
principio, pero que creemos que se puede mirar desde ese lado. Asimismo, tenemos
información sobre los museos de Madrid, sobre el patrimonio histórico de la Comunidad de
Madrid. Dentro de esta área se ha introducido hace poco una nueva propuesta, que es una
mediateca que recoge material de video de conferencias y cursos que cuenta ya con más de
400 ejemplares distintos puestos a la disposición de los usuarios.
También hay un proyecto puesto en marcha que implicaría un acceso gratuito a las
publicaciones científicas, en principio no tan dirigido a la sociedad, pero de alguna forma
también, ya que se pretende con ello hacer de la ciencia algo más accesible para todo el
mundo y así limitar las trabas que empresas privadas o editoriales pudieran presentar. Para la
realización de este proyecto contamos con la colaboración de las universidades, ya que de
hecho son ellas las que tienen un repositorio institucional y lo que hacemos simplemente es dar
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4. una cobertura de acceso a todas al mismo tiempo. Esta medida me parece interesante y por
eso la he traído aquí a colación, aunque no esté tan estrechamente vinculada con la
socialización de la cultura científica. Me parece interesante por la filosofía que subyace de este
proyecto, que no es otra que la de considerar que el conocimiento es de todos, que se tiene
que generar entre todos y tiene que estar accesible a todos, sin que haya diferencias por el
país en que vivimos o la institución en la que trabajemos.
Otra área sería la del diálogo y la participación, que es mucho más complicada de poner en
marcha, pero que lo que busca es generar formas de participación ciudadana. Cuando hablaba
antes de lo universal y lo local, yo creo que en este contexto la relación de ambos elementos es
muy importante. Los problemas ahora son universales, vivimos en un gran experimento global,
todos somos parte de un laboratorio global, en el que nosotros somos técnicos de laboratorio,
pero al mismo tiempo cobayas, somos todo. Por eso, las soluciones deben partir ahora desde
lo local para resolver los problemas globales.
Dentro de esta área hay incluida una sección importante que es la relacionada con los blogs
que son dirigidos por investigadores y gente de la universidad, pero abiertos a quien quiera.
Hay más de 50 blogs dentro de la página de ‘Madri+d’ sobre temas diversos. Para nosotros es
un proyecto en el que hemos depositado mucha ilusión porque nos revela claramente la
potencia de las nuevas tecnologías, que ayudan a minimizar algunos problemas como es el de
la distancia geográfica. Más de un 30 por ciento de los accesos no vienen de España, los
lugares de los que proceden las consultas son sorprendentes; lo que se consulta también lo es
porque no se limita a los conocimientos más sencillos, sino al contrario. Creo que es una
herramienta interesante de creación de conocimientos y de creación de opinión. Hemos abierto
un espacio de wikis, que todavía están bastante vacías de contenido. La wiki es un espacio
donde se puede producir, verdaderamente, contenidos y lo que queremos es que los centros
educativos que estén en la feria del año que viene en Madrid trabajen en la producción de
contenidos en este espacio.
Dentro de esta área también estarían las ferias de la ciencia, que en el caso de Madrid ya va
por su novena edición. Esta feria se celebra en primavera y cada vez cuenta con una mayor
cantidad de público y con un grado más alto de satisfacción dentro del público que la visita (en
el último año llegaron casi a los 150.000). Realizamos igualmente una Semana de la Ciencia
que, como apuntaba Bárbara en su caso, nos permite llegar a otras zonas de la Comunidad de
Madrid al mismo tiempo que nos permite invitar a participar a otro tipo de gente. Esta Semana
de la Ciencia es un claro ejemplo de lo que comentaba al principio en relación a la colaboración
de diferentes organismos, ya que sin la colaboración de todas las instituciones que participan,
de todos los profesionales e investigadores que por unos días dejan su trabajo diario para
atender a los ciudadanos, no podría llevarse a cabo.
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5. Quiero terminar volviendo un poco a lo que había enunciado al principio. Tenemos que
reflexionar. Se hacen muchas cosas interesantes, hay muchas iniciativas, las encuestas que
hace el FECYT, que hace la Unión Europea, parece que van por un lado. Es verdad que como
ciudadanos reclamamos información y saber más y eso es un poco el tema que tenemos que
resolver. Esta circulación entre participación, accesibilidad, sensibilización en la que tienen que
estar los ciudadanos, los políticos, los científicos y los gestores. Tenemos que buscar ideas que
apoyen valores como que el conocimiento debe de ser un bien común, que lo que hagamos en
estos programas de cultura científica nos proporcione herramientas y valores.
A propósito de esto he traído una anécdota que venía recogida en un informe inglés, en el que
se comentaba que en esta última época hemos estado muy preocupados en los programas de
cultura científica por el hardware de la ciencia y sociedad, es decir, por el ¿cómo lo hacemos?
Eso es una preocupación importante y por eso nos hemos puesto a hacer ferias y a hacer
semanas de la cultura y cafés científicos, etc. Pero ahora también tenemos que preocuparnos
por el software, es decir, nos tenemos que preocupar de que todo eso genere códigos, valores,
normas de convivencia.
Esto es todo. Muchas gracias.
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