1. LA ISLA
DEL ALFABETO
CÓMO HEMOS
APRENDIDO A LEER
La entrada
en la isla
del alfabeto

2. LA ISLA
DEL ALFABETO
CÓMO HEMOS
APRENDIDO A LEER
La entrada en la ISLA DEL ALFABETO da acceso a la lectura de la palabra
y del mundo que codifican las letras, un universo que compartimos todas
las personas que hemos aprendido a leer y que somos sujetos lectores.
Los alfabetos son los códigos de la ciudadanía ilustrada y de la amistad
en el interior de cada una de las culturas, y también en la comunicación
entre unas culturas y otras.
No todos los habitantes del mundo han ingresado en este territorio.
Según los últimos informes de la UNESCO aún quedan excluidos
de esta isla unos 800 millones de habitantes, en gran parte mujeres.
En el pasado, y también hoy, han existido y existen lenguajes no
alfabéticos que se expresan en pictogramas, iconos y otros signos,
que es preciso aprender.
Aprender a leer es un acontecimiento biográfico que todos recordamos
como hecho esencial en nuestra propia identidad narrativa.

3. Un mundo
de letras
Mi mundo es un mundo con letras. Solamente me encuentro
a gusto en la isla del alfabeto.
Comparto esta isla con otras personas que aún no pueden
leer y escribir pero cuya mentalidad, al igual que la mía,
es en lo esencial letrada.
Ivan Illich
Las letras se superponen a las cosas del mundo. Aprender las letras y sus combinaciones es jugar a la rayuela
en la isla del alfabeto.

4. ¡Precaución:
Letras!
En el horno metalúrgico bullen letras de acero.
Grandes garfios imantados pueden atraer los signos metálicos.
Muchas veces, la reunión al azar de varias letras no produce
significado alguno.
Pero en ocasiones la unión de unas letras con otras sí puede
dar origen a palabras con sentido.
El operario guarda en su bolsillo una letra que puede ser el signo
que falta para lograr una palabra.
Las palabras también
se fabrican en cadenas
de montajes.
Miguel Brieva

5. Letras y palabras han
ido tomando posesión del mundo,
dando nombre a las cosas,
superponiéndose a las imágenes
y expresando nuestras ideas
y emociones.
Leer el mundo,
leer la palabra
La lectura del mundo es anterior a la lectura de la palabra.
Tal como recuerdo, la primera lectura del mundo que hice fue
la de mi pequeño mundo: la de las cosas que rodearon mi infancia.
Después vino la lectura de la palabra, que nunca interrumpió
la lectura del mundo.
Paulo Freire

6. La palmera
ilustrada
Según el mito de Hefesto, Cadmo regaló a Harmonía el alfabeto como
símbolo de su unión.
El alfabeto era el ADN de la ciudadanía ilustrada, el código de la amistad
entre hombres y mujeres.
En la isla del alfabeto, las letras de distintas lenguas se filtran en la palmera
por sus raíces.
Luego ascienden por el tronco, como la savia, hasta llegar a la copa
del majestuoso árbol, y en este tránsito se cargan de significado.
Finalmente, de los brazos de la palmera brotan palabras en diversos alfabetos.
La palmera de San Baudelio de Berlanga, firme y bello surtidor de sueños de
fusión desde el siglo XI, simboliza el encuentro entre las lenguas y culturas.

7. Palabras en distintos alfabetos y lenguas brotan de las ocho ramas
de la palmera.
¿Puede identificar los alfabetos que ofrece la el cartel:
latino, cirílico, griego, armenio, hebreo, bengalí?
¿Qué otros sistemas alfabéticos conoce?

8. Manuales
de primeras letras
Cartilla s. XVI Silabario Catón
Con las letras hemos hecho los pequeños libros o manuales en los que
aprendimos a dar los primeros pasos en la lectura.
Cartillas
Silabarios
Catones
Las antiguas escuelas se llamaron también escuelas de primeras letras.

9. Lenguajes
no alfabéticos
Los indios peruanos aprendían a leer el lenguaje de los nudos llamado
“quipa”, que usaban para contar y nombrar cosas.
Los indios burones escribían con conchas de colores que ensartaban
en cuerdas formando sartas que llamaron “wampun”.
Los jóvenes se reunían en el bosque dos veces al año con los viejos
de la tribu para aprender el significado de cada color.
Antes de manejar el alfabeto, los egipcios y los mexicas leían textos hechos
con pictogramas e imágenes de las cosas.
Los dibujos y los iconos, sin letras, hablaban por sí mismos y podían ser leídos.

10. Iconos de nuestro
tiempo
La información en nuestro tiempo se ofrece a menudo en pictogramas
e iconos, sin apoyo de las letras.
Las señales de los aeropuertos, las autopistas, los grandes comercios
y muchos lugares públicos se basan en lenguajes icónicos, no alfabéticos.
Aprender a leer en las antiguas civilizaciones era aprender a d escifrar
el significado de nudos, conchas e imágenes, así como el orden e n que
se escribían.
Hoy también aprendemos a leer los modernos códigos o lenguajes
de signos.

11. Huellas, señales,
indicios…
Leer letras es solo una modalidad de lectura.
• El cazador lee las huellas que deja el animal.
• El conductor lee las señales de tráfico.
• El detective Sherlock lee indicios que sospecha
se relacionan con el crimen.
• El paseante lee los grafiti murales de las ciudades.
.

12. Leer para entender
el mundo
Aprendemos a leer para entender el mundo que nos rodea.
Desde que nacemos, no tenemos más remedio que leer.
Leer es casi como respirar.
Cuando estamos despiertos estamos siempre leyendo, no sólo palabras
hechas con letras sino otras muchas señales.
Aprender a leer es aprender a descifrar signos

13. Ya puedo leer
Habían visto muchas veces letras que se correspondían
con imágenes bajo las que estaban colocadas.
Las letras no sólo representaban cosas y personas.
También narraban acciones.
Algún adulto –mi madre, mi padre, mi hermano, mi profesora-me
había leído lo que significaban aquellas letras.
La experiencia de poder leerfue muy placentera.
Y esto lo había aprendido yo solo, con una pequeña ayuda.
Ya sabía leer.
Alberto Manguel (texto adaptado)

14. Aprender a leer
por método
Por lo común, aprendemos a leer siguiendo un protocolo, un método.
Los métodos tradicionales enseñaban primero las letras. La unión de las
vocales y las consonantes formaba las sílabas. Finalmente, mediante
la unión de las sílabas se leían las palabras.
Los métodos modernos parten de un primer elemento escrito con sentido:
la palabra o la frase. Y por eso se llaman métodos globales.
También se basan en la asociación palabra-imagen, y por ello se denominan
métodos ideovisuales.

15. Leer con
los sentidos
Aprendemos a leer con los sentidos.
Con la vista.
Con los sonidos que llegan al oído.
Mediante el tacto.
Interpretando gestos.
.

16. Lectura y oralidad
Aprendemos a leer en voz alta, atribuyendo oralidad a la escritura.
En esta iniciación a la lectura resuena el universo oral del que partimos.
Las primeras prácticas lectoras suelen ser corales, como cantadas en grupo.
Cuando el neolector pasa a la lectura silenciosa se observan gestos
de la primera oralidad en el sutil movimiento de sus labios.
La llamada lectura vacilante conserva aún ritmos que proceden
de la lectura oral.

17. La lectura silenciosa
El paso de la lectura oral a la silenciosa supone un cambio del aprendiz
de lector al lector autónomo.
El lector maduro practica la lectura personal para estudiar, informarse
o recrearse.
Los lectores, aunque lean en silencio, nunca están solos. Les acompañan
al menos los autores y los personajes de los textos.

18. Alfabetizadores
Todos recordamos con quién aprendimos a leer y cómo dimos los primeros
pasos en la lectura.
• Unos nos iniciamos en el seno de la familia, con los padres o hermanos.
• La mayor parte aprendieron a leer en la escuela, con sus maestr os
o maestras.
• Algunos fueron alfabetizados por preceptores o institutrices.
• Quienes se iniciaron tarde en la lectura lo hicieron con la ayuda
de instructores adultos.
• Los hay incluso que aprendieron a leer por sí mismos o jugando
con sus pares de edad.

19. Rituales del
aprendizaje lector
Aprender a leer es iniciarse en la cultura y en la vida en comú n, como
sugirió Hefesto.
Pasar de una cartilla a otra, de la lectura oral a la silenciosa, o de la lectura
asistida a la personal, forma parte de la hoja de ruta del aprendizaje lector.
Estos pasos instituyen un ritual iniciático.
Por eso han quedado fijados como representaciones del acto lector.

20. Las representaciones
de la lectura
El libro de lectura puede ser un objeto de premio a los niños.
El libro simboliza siempre ilustración y progreso.
También puede mostrarse el libro en escenas de castigo.
Se representa a veces como diferenciador en las relaciones de género.
Aprender a leer supone finalmente abandonar la academia asnal y entrar
en la isla del alfabeto.