Fernando Cabieses nació en México y estudió medicina en Perú. Se especializó en neurología y neurocirugía en Estados Unidos. Introdujo tratamientos quirúrgicos para aneurismas cerebrales y epilepsia en Perú. Fundó varios servicios de neurocirugía y promovió la integración entre la medicina tradicional y occidental. Tuvo una destacada carrera como médico, investigador e impulsor de la educación médica.
1. FERNANDO CABIESES
Nació en Mérida, Yucatán, México. Fue el segundo de los cuatro hijos del peruano Eduardo
Cabieses Valle-Riestra y la mexicana Alicia Molina Font.
Cursó estudios de ciencias biológicas y medicina en la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, de 1937 a 1945. Se perfeccionó en neurología y neurocirugía en la Universidad de
Pensilvania. A su regreso al Perú en 1950 introdujo el tratamiento quirúrgico de los aneurismas
cerebrales y la cirugía de la epilepsia. En 1956 recibió el grado de doctor en medicina por la
UNMSM. Dictó cursos de su especialidad en la Universidad de Miami y fue distinguido como
profesor honorario por las universidades nacionales de Trujillo (1962), Cajamarca (1963), Cuzco
(1982) y Lambayeque (1985). Además, es Doctor Honoris Causa por la Universidad Inca Garcilaso
de la Vega (2006) y fue Rector Fundador de la Universidad Científica del Sur.
Miembro de la American Medical Association, del American College of Surgeons y de numerosas
instituciones académicas. Fue director del Museo Peruano de Ciencias de Salud (1976-1990).
Impulsó la fundación y fue el primer director del Museo de la Nación, de 1988 a 1990.
Cabieses trabajó a lo largo de su vida en integrar y hacer crecer nuevas ideas que usualmente
interpretan con éxito la realidad de su entorno. Su personalidad creativa se muestra desde su tesis
para obtener el título de Médico Cirujano, en la que comprobó por primera vez que la forma
tradicional indígena de consumir coca no era una narcodependencia, no producía ningún daño y
favorecía el trabajo en grandes alturas sobre el nivel del mar, destruyendo la creencia común del
indígena narcotizado.
Recién graduado realizó una investigación experimental para comprender los sistemas de
adaptación que facilitan el funcionamiento cardio-respiratorio en el llamado "soroche". Este trabajo,
que resultó sumamente valioso para la aviación, le valió una invitación a los laboratorios Randolph
Field (Texas) donde se realizan estudios similares.
Luego fundó el Servicio de Neurocirugía del Instituto de Enfermedades Neoplásicas y con sus
discípulos fundó servicios similares en el Hospital del Niño, el Hospital Loayza, el Hospital Dos de
Mayo, el Hospital Militar, el Hospital Naval y el Hospital de Aeronáutica, desarrollando además
servicios de consultoría en numerosas provincias del país.
A partir de 1953 Cabieses se dedicó al estudio de la historia de la medicina en el Perú, publicando
libros que muestran que lo que era considerado historia se encontraba vigente en las zonas
rurales, lejos de los centros de la medicina desarrollada. Por esta razón, fundó el Instituto de
Medicina Tradicional, el cual ha facilitado la articulación de la medicina oficial con la medicina
tradicional, mejorando la atención de la salud en las zonas alejadas y promoviendo el estudio y la
identificación de plantas medicinales para ser industrializadas y exportadas (uña de gato, maca,
sangre de grado, etc.). Labor a la que se ha unido la Universidad de Salerno, a través de la
fundación de la Sociedad Italo-Latinoamericana integrada por científicos peruanos, italianos y de la
mayoría de los países centro y sudamericanos.
Con más de 80 años el doctor Cabieses presidió desde 1998 la comisión organizadora de la
Universidad Científica del Sur. En esta universidad logró romper esquemas en la formación
académica de los futuros médicos peruanos. Consciente de la deshumanización y de la excesiva
tecnificación en el entrenamiento médico, ideó un novedoso programa de prácticas supervisadas
en clínicas, hospitales y centros médicos a través de un convenio de cooperación para la
enseñanza universitaria de la nueva medicina. Así, sin tener un centro médico universitario u
hospital universitario propio, la universidad logró optimizar los recursos existentes en la sociedad
peruana.
Durante el I Congreso Peruano de Plantas Medicinales y Fitoterapia, realizado en la ciudad de
Lima (2000), se brindó al Dr. Cabieses un reconocimiento a su trayectoria nacional e internacional
en el campo de la investigación, docencia y difusión del conocimiento de las plantas medicinales
del Perú. En mérito a su permanente contribución al intercambio cultural y la comprensión de los
pueblos de Israel y Perú, fue nombrado Presidente del Consejo Internacional del Instituto Cultural
Israel-Iberoamérica. De otro lado, ha sido nombrado Amauta por las universidades de Cuenca y
Pontificia Universidad Católica de Ecuador. Este premio, que alude a la sapiencia ancestral, fue
entregado, en palabras de los representantes de las universidades, "a uno de los pocos sabios
vivientes de Latinoamérica".
2. ESTEBAN ROCA COSTA
Hijo de don Stefano Rocca, de origen genovés, y doña Clorinda Costa, el reconocido médico
neurocirujano Esteban D. Rocca Costa nació en Lima el 22 de julio de 1913.
Cursó estudios de Medicina Humana -interrumpidos en 1931 y, mientras duró el receso
universitario proseguidos en Chile- en la Facultad de San Fernando de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, en donde, años más tarde, se desempeñó como ejemplar docente e
investigador clínico.
Siguió estudios de postgrado y de especialización en neurocirugía en universidades de Chile,
Argentina, Suecia, Italia, Inglaterra, Alemania, Francia y Estados Unidos. Ha sido docente,
asimismo, en la Universidad especializada en Ciencias Médicas que fundara con otros destacados
Sanfernandinos en 1961.
En estos países adquirió valiosos e importantes conocimientos sobre su especialidad, que luego
fueron puestos en práctica, principalmente, en el Hospital Obrero, así como en diversos hospitales
y centros asistenciales del país. Esto, sin duda, le permitió obtener un sitial preferencial entre los
hombres más distinguidos de la medicina peruana.
Fundó el Servicio de Neurocirugía del Hospital Guillermo Almenara, donde fue jefe del
departamento y del mismo Servicio de Neurocirugía entre 1947 y 1975. Posteriormente, entre 1975
y 1983, fue director del entonces Hospital Central Nº 1, conocido como Hospital Obrero luego y
ahora como Guillermo Almenara.
Médico prolífico
Casado con Marcela Valdez, el doctor Esteban D. Rocca ha elaborado más de 360 trabajos sobre
su especialidad. Entre los libros más importantes tenemos: El tratamiento de adenomas de la
Hipófisis, Epilepsia postoperatoria, Gliomas y Tumores malignos del encéfalo y Plásticas en
Neurocirugía.
También incursionó con mucho éxito en el terreno político. Fue elegido Senador de la República
durante los comicios generales del año 1985. Luego, como era predecible, presidió la Comisión de
Salud del Congreso en el período 1985-1987. Durante su permanencia al frente de esta comisión
se aprobaron importantes leyes en beneficio de la salud pública. Una de ellas fue la Ley del
Transplante de Órganos, una de sus propuestas positivas y de avanzada.
Premio al maestro
Su fecunda y prolífica labor en la Medicina, así como en la política, ha sido reconocida por
instituciones científicas y políticas del país. Por ejemplo, el Congreso de la República le otorgó una
Condecoración Especial, así como también la Universidad de San Marcos, la Universidad
Cayetano Heredia y la Sociedad de Beneficencia Francesa.
Ha sido distinguido, además, como miembro honorario de las más importantes sociedades médicas
del país y del extranjero. En diversas oportunidades, asimismo, representó a nuestro país en
distintos congresos internacionales de Medicina.
Recientemente, y en mérito a su importante labor profesional al servicio de la Medicina en el
Seguro Social, el doctor Esteban Rocca Costa fue nombrado Médico Honorario de la Seguridad
Social, distinción otorgada por el Consejo Directivo de Es Salud.
En la actualidad, este personaje sanmarquino, que obtuvo también las Palmas Magisteriales en el
Grado de Amauta, trabaja como consultor del Hospital Naval, en donde pone en práctica todos sus
amplios conocimientos sobre neurocirugía.
3. HISTORIA DE LA NEUROCIRUGÍA
Las primeras descripciones de la morfología craneal fueron reportadas por Heródoto de
Halicarnaso (484-425 AC), quien describió diferencias en el grosor del cráneo entre los Egipcios y
los Persas. Herodoto creía que situaciones ambientales eran la causa de la diferencia en el grosor
craneal. En el tratado Hipocrático, Sobre las Heridas de la Cabeza (Hipocrates o uno de sus
alumnos) describió detalladamente la variación significativa en el grosor de la bovéda y en la
morfología de las suturas craneales. Hipocrates, en su obra "Aires, aguas y lugares", señala que
cerca de Palus Mocotide, habitaba un pueblo que tenía la original costumbre de comprimir a los
niños la cabeza hasta darle una forma alargada. Más tarde, Galeno de Pergamo (130-200), y
después Andreas Vesalio (1514-1564) reconocieron las diferencias en la morofología del cráneo
humano y las suturas craneales. Y, asociaron ciertas características del cráneo con entidades
clínico-patológicas (en la actualidad reconocida como hidrocefalia o craneosinostosis. Sobre las
Heridas de la Cabeza, es el primer texto científico que intenta presentar el manejo de las lesiones
de la cabeza en una forma completa y sistemática. Los primeros dos capítulos del texto, enfatizan
la importancia del conocimiento de la anatomía humana (específicamente del cráneo) para
comprender las lesiones craneales.
El procedimiento data desde la era del mesolítico, antes del desarrollo del lenguaje escrito y el uso
de instrumentos de metal. Quizá. tan atrás como 10,000 años AC. Su práctica estaba ampliamente
distribuida en los continentes. Se ha identificado evidencia de trepanaciones en América central,
América del sur, Asia, África y Europa.
Patología pre-colombina Neuroquirúrgica
*Maya
El texto maya-quiché, Popol-Vuh, el texto fue encontrado en el convento de Santo Tómas
Chichicastenango por el fraile dominico Francisco Ximénez en el siglo XVll], se supone escrito en
idioma quiché por Diego Reynoso a principios del siglo XVl, este texto narra la historia de un grupo
humano centrado en el área de la península de Yucatán y abarca Guatemala, Honduras y México.
El máximo desarrollo de este grupo humano se logra en el periodo clásico del año 200 a 900 de
nuestra era.
*Azteca
La patología se encuentra desde el pre-clásico más antiguo que corresponde a 1,000 AC. En el
estado de Oaxaca, en la parte meridional de México, existieron dos grandes culturas pre-clásicas:
la mixteca y la zapoteca. La cultura mixteca representada en Monte Negro y la zapoteca en Monte
Alban l y ll. Los cráneos hallados en Monte Negro son dolicoides y los hallados en Monte Alban son
braquioides. En ambas culturas se hallaron cráneos trepanados.
Deformación Craneana
*Inca
Se han descrito cuatro tipos de trepanación:
-Suprainiana
-Técnicas de corte en hueso con aberturas cuadrangulares
-Técnicas de los orificios cilindro-cónicos
-Técnicas de aberturas circulares
Entre 1870 y 1880, la cirugía cerebral se limitó esencialmente al tratamiento del trauma. Estas
cirugías eran realizadas por el cirujano que estaba disponible, con frecuencia instigado por un
neurológo. En 1889, Henry H.A Beach realizó la primera craneotomía en el Hospital General de
Massachusetts, basada únicamente en localización cerebral. El paciente fue diagnosticado por
Putnam con un tumor cerebral. Sin embargo, durante la cirugía no se pudo localizar el tumor.
Finalmente el tumor se identificó durante la autopsia del paciente. Tres meses antes el Dr. E. H.
Bradfor en el Hospital de la Ciudad de Boston había realizado la primera craneotomía para el
tramiento de un tumor cerebral.
Los resultados de las primeras craneotomías electivas en el Hospital General de Massachusetts,
fueron desalentadores. Un reporte en 1905, de 36 trepanaciones para el tratamiento de un tumor
cerebral no habían logrado curar a un solo paciente.
Neurocirugía en Matanzas: en 1921-1922 se reporto el caso de un paciente con hemiplejía tratado
en Matanzas, Cuba.