1. El Aporte de las TIC a los Programas Sociales
Sabemos que los programas sociales derivados
de las políticas públicas están destinados a
ayudar a una población para satisfacer
necesidades básicas de los más vulnerables de
nuestro país.
Las autoridades del Estado deben considerar a
las TIC como un elemento estratégico a la hora
de definir las políticas sociales, no solo pensando
en automatizar los procesos, sino también como
un elemento diferenciador y un aporte para
redefinir los procesos mismos del negocio.
Metodológicamente, estos programas obedecen a un proceso de negocio común para todos y que consta
de subprocesos que incluyen un contacto inicial, un diagnóstico, un plan de intervención, ofertas y
transferencia monetarias si las hubiera. A esto se agrega un control para medir desempeño del proceso y
los resultados del mismo (PKI y PGI respectivamente). En general, en Chile lo programas sociales
pueden ser diseñados, desarrollados y ejecutados por el Estado, como también por entidades no
gubernamentales (ONGs).
En los programas sociales de Estado en que me ha tocado participar, he notado que existen posibilidad
de mejoras en que las Tecnologías de Información y las Comunicaciones (TIC) juegan un papel
fundamental. Primero, se aprecia la necesidad de perfeccionar los procesos de negocio. En estos
tiempos, aún hay sistemas que no están automatizados en su totalidad, y ésa es la base fundamental del
uso de las TIC. Hemos desarrollando programas sociales en forma independiente unos de otros,
duplicando esfuerzos en desarrollos informáticos, bases de datos y sistemas tan básicos como la gestión
de usuarios, Hekp Desk. Si se producen cambios significativos como la Ficha Social, es necesario hacer
ajustes importantes en cada uno de los desarrollos actuales.
Claramente, se requiere crear un modelo con una arquitectura de información y de datos, centrada en el
ciudadano, lo cual hasta ahora no ha ocurrido: nos hemos centrado en los programas en forma
independiente. Este modelo debe sustentarse en la infraestructura de las TIC, permitiendo desarrollar
los procesos de negocio en un modelo de procesos (BPM), con una arquitectura orientada al servicio
(SOA).
Los programas sociales deben contar con una estructura de datos que cuente con bases de datos
comunes, definición clara de objetivos de desempeño y metas, y uso de herramientas como cuadros de
mando para la gestión de los programas sociales, de las TIC que las soportan y de los beneficios a los
ciudadanos.
Esta arquitectura tiene que permitir que programas sociales del gobierno y de ONG puedan
desarrollarse en forma integral, optimizando los procesos y los recursos utilizados para soportarlos.
2. Asimismo, debe generar las bases para incluir nuevos programas sociales e integrarlos de forma
natural.
Lo importante de cada uno de estos programas sociales radica en el impacto que tienen sobre la
sociedad; por ejemplo: saber si la señora Juanita, después de haber sido beneficiada a lo largo de su
vida con diferentes programas sociales, ha logrado mejorar su condición de vida y la de sus familiares
cercanos. Teniendo una arquitectura de servicio acorde a estos requerimientos u objetivos del negocio,
podemos contar con un sistema de información social que permita a doña Juanita disponer de un
servicio ciudadano en el que podrá conocer los beneficios actuales, a los que podría optar. Este sistema,
además, permitiría inscribirse automáticamente para optar a nuevos beneficios, o hacerlo por medio de
las interfaces de servicio del ciudadano.
Los dueños del negocio deben considerar a las TIC como un elemento estratégico a la hora de definir
las políticas sociales, no solo pensando en automatizar los procesos, sino también como un elemento
diferenciador y un aporte para redefinir los procesos mismos del negocio.
Cristian López Figueroa
Asesor en Gestion de TI.