Diseñar actividades para prevenir el plagio - Enero 2021.pdf
1. Didáctica y TIC. Blog de la Comunidad virtual de práctica
"Docentes en línea"
Inicio » 2021 » enero » Lun » Diseñar actividades para prevenir el plagio
Diseñar actividades para prevenir el plagio
Entrada publicada en EntrevistasTema del Mes y etiquetada educacion en lineaplagiopropiedad intelectualverificadores
de plagio el 25 enero, 2021 por pilarbecerra.
La educación en línea en tiempos de Coronavirus – Parte 34
Por Silvia C. Enríquez
Cuando mis alumnas y alumnos de la universidad tienen dificultad para comprender algún
concepto, les pido que traten de analizar con precisión qué les cuesta entender y, en lo posible,
por qué creen que les sucede esto. Las respuestas suelen ser muy interesantes e iluminadoras,
tanto para toda la clase como para mí.
Con frecuencia encuentro que la noción de plagio, y la
necesidad de citar las fuentes siempre, les resulta a
bastantes estudiantes más difícil de asimilar de lo que se
podría suponer, dado que son ideas relativamente sencillas
que, además, aprendieron en años anteriores. La
respuesta que he oído repetidamente acerca de esta
dificultad es interesantísima: la práctica escolar,
lamentablemente tan frecuente, de evaluar el aprendizaje
mediante la repetición de lo que leyeron en algún libro les
crea la convicción de que reproducir ideas ajenas no solo
no está mal sino que es lo que cualquier docente espera.
Porque en la escuela no necesariamente les pidieron que
citen sus fuentes ni aprendieron cuál es la importancia de
tener en cuenta quién escribió lo que leen. Esto es lo que
causa que, en mis clases de tercer año de la universidad, haya siempre un porcentaje de
estudiantes que, a la hora de mencionar el texto del que partieron sus ideas, continúen diciendo,
como único dato, “es un libro de tapa azul”.
2. Peor aún, hay quienes manifiestan que, antes de ingresar a la universidad, nunca les pidieron
que elaboraran una idea propia o sacaran una conclusión, y sienten una lógica inquietud cuando
se les pide esto en el nivel superior. Para evitar que esto siga sucediendo, es imprescindible que
en todas las materias escolares se enseñen los hábitos intelectuales que aseguran que se
pueda dejar atrás la repetición de datos que no necesariamente se comprenden para pasar al
verdadero aprendizaje: el que permite emplear la información para transformarla en
conocimiento que, a su vez, puede ser aplicado a la práctica. Una enseñanza centrada en la
memorización de conceptos ajenos no enseña a razonar y, para retornar al tema que nos
ocupa, borra las fronteras del plagio y, en algunos casos, hasta lo fomenta.
La mejor estrategia para que la ocasión no haga al ladrón es, en consecuencia, enseñar a
razonar para que luego sea posible diseñar actividades en las que no haya que repetir sino
emplear conocimientos con los cuales generar nuevas ideas: nuestra vieja amiga la resolución
de problemas o de tareas. También podremos modificar la dinámica de nuestras clases y,
además, de las evaluaciones, haciendo uso de las estrategias del aula invertida, el trabajo
colaborativo o las tradicionales pruebas a libro abierto, para nombrar solo algunas modalidades
de trabajo que no son garantía absoluta de que no exista el plagio pero lo tornan más difícil
(además de que dan como resultado un aprendizaje mucho más significativo que la mera
repetición de conceptos). En los niveles educativos más altos, en especial el posgrado, el plagio
se evita en gran medida si, además, nos actualizamos permanentemente en la disciplina en la
que trabajamos.
Recordemos, también, que en un entorno virtual existen muchas herramientas que nos permiten
observar cómo trabaja cada estudiante de modo individual, con un detalle que no es posible en
un aula presencial y que hace mucho más difícil el plagio. Una tarea colaborativa llevada a cabo
en un foro, por ejemplo, lo vuelve visible no solo para el o la docente sino para toda la clase.
El plagio no es, entonces, un tema menor. Es una cuestión ética y un delito en muchos casos.
Enlaza, además, con la falta de buenos hábitos intelectuales y hasta nos interpela acerca de
cómo evaluamos los aprendizajes. La buena noticia es que prevenirlo y, por lo menos, paliarlo,
está en nuestras manos de docentes: si nuestras clases son interesantes y relevantes para la
vida de las y los estudiantes, mejorará la motivación y, en consecuencia, tendrán menos
necesidad o deseos de copiarse.
Para continuar leyendo:
Novelle, L. (2015) Buscando antídotos contra el plagio académico.
De nuestro blog:
Gargiulo, S. y Ponz, M. J. (2014) “El trabajo colaborativo”.
Gargiulo, S. y Ponz, M. J. (2014) “El trabajo colaborativo virtual”.
Scorians, E. y Vernet, M. (2014) “La participación como enriquecimiento mutuo”.
Enríquez, S. (2014) «Animarse a participar».
Gargiulo, S. y Ponz, M. J. (2014) “Algunas reflexiones acerca de la encuesta sobre trabajo
colaborativo”.
Gargiulo, S. y Ponz, M. J. (2014) “Dinámicas de colaboración (virtual)“.
3. Ponz, M. J. (2014) “Encuesta sobre dinámicas de colaboración”.
Scorians, E. E. y Vernet, M. (2018) “Flipped classroom: la clase invertida – Parte 1”.
Scorians, E. E. y Vernet, M. (2018) “Flipped classroom: la clase invertida – Parte 2”.
Orbe, M. (2019) “El aula extendida como recurso para trabajar la generación Z – Parte 1”.
Orbe, M. (2019) “El aula extendida como recurso para trabajar con la generación Z – Parte 2”.