Cuento adaptado para Pruebas Puertorrique~as de Evaluacion Alternas/ Grado 7 / Material Autentico Encuentros Maravillosos de Person/ Derechos de Autor mencionados en el documento. Exito con sus estudiantes.
Te quiero hasta el cielo.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
La fábula de la cebra felipa
1. La Fábula de la Cebra
Felipa
Edición Especial para el DE/ Estado Libre Asociado de Puerto Rico (2003)
Serie Español para Escuela Intermedia7mo grado Grupo Editorial Norma
Teresita Vázquez Guilbot / Dra. Migdalia Carrasquillo/ JoaquínMaldonado Class
Adaptaciónpara PPEA 2010 ejtapizte quierohastaelcielo @g mail.com
3. La Fábula de la Cebra Felipa
Al sur de Massai Mara, en la sabana de África Central,
vivía una manada de cebras liderada por un
impresionante macho de largas trines llamado Gedeón.
Las cebras parecían vivir en el Edén, excepto por un
problema: un familia de leones había encontrado guarida
en un rocoso montículo cercano.
4. Continuación
Raro era el día en que la manada no sufría el
ataque de leonas hambrientas encargadas de servir
la mesa. A veces, alertada con tiempo por el siempre
oteante Gedeón, la manada lograba escapar del
ataque huyendo a gran velocidad. Pero otras, eran
alcanzada y devorada mientras las demás galopaban
aterrorizadas con todas sus fuerzas. Era la dura ley
de la supervivencia.
5. Continuación
Entre todas las cebras destacaba una joven,
llamada Felipa, porque tenia una sola franja
negra a cada lado, tan ancha que ocupaba casi
todo el flanco.
Un día, Felipa reunió a la manada a su
alrededor y le hablo.
6. Continuación
Es ley de vida, de algo hay que morir y
este es nuestro destino. Los leones se alimentan
de nosotros como nosotros nos alimentamos de
la hierba. Prefiero morir en un instante cuando
empiece mi declive que morir de enfermedad o
decrepitud. Olvidemos eso y vivamos felices
porque nada se puede hacer.
7. Continuación
Espantada por las palabras de Felipa, la
manada se agito presa de panico.
—Alto, amigos; no se pongan nerviosos
—grito Gedeón, intentando volverlos a reunir.
—No hay peligro en este momento, tranquilos.
Vuelvan a reunirse. Nuestros antepasados han
vivido asi desde los tiempos mas remotos y
aquí estamos nosotros, la manada no se ha
extinguido.
8. Continuación
Es ley de vida, de algo hay que morir y este
es nuestro destino. Los leones se alimentan de
nosotros como nosotros nos alimentamos de la
hierba. Prefiero morir en un instante cuando
empiece mi declive que morir de enfermedad o
decrepitud. Olvidemos eso y vivamos felices
porque nada se puede hacer.
9. —Como jefe de la manada he tornado las decisiones
hasta ahora, siempre pensando en el bien de todos. En
esta ocasión, no estoy seguro de que decisión he de
tomar. Por una parte, veo una temeridad lo que propone
Felipa; por otra, veo justo que ayudemos a los mas
débiles. Propongo que hagamos una votación.
10. Dos leonas se acercaban sin disimulo sabiéndose
ya descubiertas. Los relinchos y bufidos de las cebras
eran signo de la gran excitación de la manada. Una
tercera leona, oculta por unos matorrales, apareció
súbitamente muy cerca. Pocos segundos después, la
batalla había empezado. Las leonas estaban
sorprendidas por la actitud de las cebras.
11. iNo huían! Esto no era lo mismo que correr
para alcanzar a la mas lenta, derribarla y
devorarla. Guiadas por su instinto, las leonas
saltaron sobre las cebras del círculo exterior.
Estas, no habituadas a la lucha, eran presas de
pánico .
12. Continuación
Felipa se habla mantenido oculta a la
manada todo este tiempo, temerosa de sufrir
represalias por las consecuencias de su idea.
—No se preocupen amigos, los machos nunca
cazan, no se meterán con nosotros.
—Creo que tiene razón —añadió Gedeón no muy
convencido, viendo que los leones iniciaban un
rápido trote.
13. Continuación
El instinto de los leones machos no vio a
las cebras como presas de caza. La nueva
actitud de las cebras correspondía a enemigos
tribales, como las hienas, y esos si eran
objetivos de los machos.
Cuando los leones se lanzaron sobre la
manada, las leonas que antes se habían
retirado los siguieron. El pánico se apodero de
las cebras. Gedeón escapo en el último
momento viendo que nada podía hacerse.
14. Continuación
La manada sobre vivir a esta catástrofe,
pero en lo sucesivo no volveremos a luchar
con los leones. Gedeón se retiro tras decir esto
y la asamblea se fue dispersando. A lo lejos,
Felipa observaba al grupo sin atreverse a
intervenir.
Nunca reuniría suficiente valor para
volver con la manada. Vio a Gedeón trotar en
su dirección y sintió miedo. Por que siempre
sentía miedo?, se pregunto. Giro en redondo y
se alejo velozmente hacia el norte.