8. En la memoria radica la ciencia;
en la inteligencia, el ingenio, y la
acción en la voluntad.
"Estudiemos sus tres facultades:
memoria, inteligencia y voluntad.
En estas tres potencias se refleja y
conoce la naturaleza e índole de los
párvulos. Cuanto con mayor
tenacidad y facilidad recuerde el
niño, y mayor sea su agudeza en
entender, y estudie con mayor
ardor, tanto será su ingenio más
laudable. "
9. Memoria , inteligencia y
voluntad
En conclusión, cuanto todas y cada una mutuamente
se comprenden, existe igualdad entre el todo y la parte, y
las tres son unidad: una vida, una mente, una esencia.
Cuanto con mayor tenacidad (v) y facilidad
(i) recuerde (m) el niño, y mayor sea su
agudeza en entender (i), y estudie con
mayor ardor (v), tanto será su ingenio (m)
más laudable.
Cuando se trata de una disciplina
cualquiera, no se pregunta con cuánta
firmeza y facilidad recuerda (m) o cuál es la
penetración de su ingenio (i), sino qué es lo
que recuerda (m) y comprende (i).
10. Inteligencia, memoria y voluntad son unidad
esencial y trilogía relativa: ingenio, doctrina
y acción.
Y siendo el alma laudable no sólo por su ciencia, sino
también por su bondad, se ha de tener en cuenta no lo
que recuerda (m) y comprende (i), sino qué es lo que
quiere (v), y no con el ardor que lo quiere, sino que
primero consideramos el objeto de su querer y luego
cómo lo quiere.
Un alma vehemente y apasionada es sólo loable en la
hipótesis que haya de amarse con pasión (cómo lo
quiere) lo que ama (objeto de su querer).
11. La Voluntad, el goce y el
disfrute
Qué es lo que cada uno posee en su memoria y
en su inteligencia y hasta dónde llega su
voluntad estudiosa. Viene, en tercer lugar, la
acción de la voluntad, cuando repasa lo que
hay en su memoria y en su inteligencia, bien lo
refiera a un fin concreto, ya repose con gozoso
deleite en el fin. Usar es poner alguna cosa
a disposición de la voluntad; gozar es el uso
placentero, no de una esperanza, sino de una
realidad. (De Trin. X, 11, 17)
12. El problema del mal
en San Agustín
¿Cómo es que existe el mal en el mundo?
¿Quién lo hizo? ¿Dios?
13. El dilema de Epicuro
(341-271 a.C)
“O Dios quiere quitar el mal del
mundo, pero no puede. O puede
pero no quiere quitarlo. O no puede
ni quiere. O puede y quiere. Si quiere
y no puede, es impotente. Si puede y
no quiere, no nos ama. Si no quiere
ni puede, no es el Dios bueno, y
además es impotente. Si puede y
quiere –y esto es lo único que como
Dios le cuadra-, ¿de dónde viene
entonces el mal real y por qué no lo
elimina?
14. El denominador común del mal: el dolor que
nos produce.
• ¿Es el mal algo que Dios permite?
• ¿Tenemos nosotros responsabilidad moral frente al
mal?
• ¿Es el mal una realidad determinada por el destino, o
por fuerza sobrenatural que nosotros no podemos
controlar o cambiar?
• ¿Cómo puede ser posible creer después de la
experiencia del mal?
Tradicionalmente se ha definido el mal de una manera clásica;
como mal moral, mal físico, mal social. Pero aunque la
realidad del mal es multiforme, en su esencia segrega la
crueldad concreta de lo maligno; hiere, desgarra, provoca
dolor. Es misterio (mysterium iniquitatis). Una cosa es explicar
el mal y otra distinta es buscar conciliar la fe con el dolor. El
mal es la piedra dura del ateísmo, es como una roca en la que
se estrella y naufraga la teodicea.
15. El sentido cristiano
del sufrimiento
humano
• El problema del mal pone de
manifiesto cuando una respuesta
especulativa deja insatisfecha una
pregunta vivencial.
• Una de las tareas claves a la hora de
explicar el mal en clave cristiana, es
mostrar que la fe es compatible con el
sufrimiento provocado por el mal. Al
margen de que el mal pueda o no
explicarse filosófica o teológicamente,
la cuestión radica en que Jesús de
Nazaret -clave hermenéutica- es
paradigma de nuestra experiencia del
mal, por cuanto Él creyó desde
Su experiencia del mal.
16. Concepto
agustiniano del
mal
• Principio general:
El pecado no es otra cosa que la mala voluntad (Opus
imperfect. contra lulianum, II, 17).
La voluntad peca cuando se aparta del bien
inconmutable y común y se inclina al propio bien, a
uno exterior o a otro inferior (De lib. arbitrio, II, 19,
53)
La experiencia espiritual de búsqueda intensa de Dios
está influenciada por el contexto que vivía
Cartago, atravesada por el mal y la corrupción de las
costumbres y donde llegó Agustín para
estudiar retórica. Él mismo lo expresa: “Llegué a
Cartago, y por todas partes crepitaba en torno mío un
hervidero de amores impuros” (Conf. III, 1,1). El mal
constituía un obstáculo infranqueable para la
comprensión racional del mundo y fundamentalmente
del ser humano, así que el mal debe poder
ser entendido.
17. Problema inicial
• Dios hizo al hombre, y lo hizo perfecto;
¿de dónde, pues, le viene que siga la
senda del mal o del error?
• ¿Qué afán incomprensible mueve al ser
humano a quebrantar el perfecto
engranaje del plan de Dios establecido
para su felicidad? ¿Qué impulso maligno
puede llevarle a destrozar su propio
destino, metafísicamente ordenado según
el plan de Dios?
18. "Nos hiciste,
Señor, para
ti..."
• El hombre, después del pecado original, adviene al
mundo con una naturaleza viciada, y pertenece a la
gran massa damnata.
• Está impedido para elevarse por sus propias fuerzas
hacia la región de la bondad. La causa de este
desquiciamiento humano se debe a que el mal es
privación de bien y de verdad.
• Una cuestión antropológica y teológica
fundamental es que el ser humano no tiene otro
destino que Dios. Sin embargo
• Dos obstáculos para llegar al Bien y la Verdad. El
orgullo: ciega la inteligencia, y la
sensualidad, embota los sentimientos del alma; y
ambas le hacen inclinarse hacia un goce ilícito de
las mismas. Desorden
19. La libertad y el mal
En cada ser humano se repite la tentación original. Si
elige el orden divino, se salva; si por lo contrario,
elige la rebelión constituyéndose en su propio centro,
debe asumir su perdición total: caóticamente
desorganizado en su ser y esclavo de las cosas.
Dios es la libertad del hombre, ya que el ser humano
es únicamente libre sometiéndose al orden de Dios.
20. Libertad y consentimiento
*La razón puede conocer el bien pero la voluntad puede
rechazarla, porque aunque no sea ajena al espíritu humano y
esté vinculada a la razón, es una facultad distinta de la razón y
posee autonomía con respecto a ésta. La razón conoce, la
voluntad elige aquello que no se muestra conforme a la recta
razón. De este modo se explica la posibilidad de la aversio Deo y
de la conversio ad creaturam y el dilema paulino: "no hago el
bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago" (Rm 7,
19).
*Los maniqueos integraban una de las llamadas corrientes
encratitas, que propugnaban el total dominio de sí e incluso la
tesis según la cual el deseo sexual no habría existido en el paraíso
terrenal, sino que habría constituido una consecuencia del
pecado. A partir del pecado de Adán y Eva, la maldición se
propagaría por medio del sexo que sería obra del diablo y del que
los hombres virtuosos harían bien en liberarse Contra los
maniqueos, Agustín escribió páginas magníficas sobre la bondad
del matrimonio.
21. El mal para el platonismo
*El mundo inteligible es lo completo. Sólo
porque lo sensible es realidad defectuosa, es
por lo que el mal puede tener asiento en el
mundo de lo sensible.
*El problema está en que por una parte, ellos
señalaban la existencia del mal —un ser que en
su realidad es el no-ser del ser—, y por otra, la
misma aprehensión lógica del mal les llevaba a
la afirmación de la inexistencia del mal —el mal
es el no-ser del ser o idea—. Luego si
*lo sensible participa del ser de la idea, que es
quien le da consistencia y afloración en la
existencia, entonces el mal andaría también
mezclado y como escondido en las ideas. Sería
algo cuando no es nada.
22. Acercamiento a la
noción agustiniana
del mal
• Para san Agustín el mal es una fuga de algo
real, del bien, una huida o una no-existencia
de la realidad del bien de allí en donde el
bien debía asentarse ¿En qué consiste el
pecado?
• Todo lo que es, es bueno; y el mal no es
sustancia, porque si lo fuera, sería un ser, un
valor; y por no ser ni un ser ni un valor, el
mal es vacío de existencia obligada del ser-
valor.
• Pero también, el mal es el producto de una
oposición o resistencia y de una voluntad. El
mal surge en el mundo, porque hay quien se
rebela, que se opone o distancia por un acto
explícito y libre contra una ley, que se opone
o se separa de la fuente originaria de todo lo
que existe.
23. ¿Quién yo y cual yo?
(Conf. IX, 1, 1)
Dios mora en nosotros, en nuestro interior,
más íntimo que lo más escondido nuestro,
y más superior que lo más alto de nuestro
ser. Dios se nos revela por nuestro ser y por
su Ser.
Cuando Dios no se nos hace presente, es
porque hay ausencia de Él en nuestra
intimidad, es que hemos sufrido entonces
quiebra en nuestro haber interior, y Dios ya
no se nos revela.
Lo hemos perdido para nuestra
fundamentación esencial-existencial. Hay
un vacío en nuestro ser, y la presencia de
ese vacío es el pecado, el mal, que es
ausencia de Dios.
24. Cómo podemos comprender el
mal
• Podemos dar una respuesta esquemática: en el proceso caída-
reparación, el pecado original (término acuñado por el mismo
Agustín),puso al hombre en rebelión con el plan de Dios, no se quiso
someter a él, prefiriendo constituirse en su propio centro. Al salirse
de su orden , el hombre ha perdido a Dios, y por ello también a sí
mismo, perdiendo la conciencia de sí y de Dios.
• Sin embargo, una decisión humana no destruye un orden
sobrehumano: no se rompió su estructura onto-teológica. Pero su
ser quedó deteriorado por los efectos metafísicos (degeneración en
su grado de ser) y sicológicos (desorientación de tendencias). Su
amor Dei fundamental se convierte en amor sui desenfrenado y
ciego. El egoísmo absoluto toma el mando de la vida. Ignorancia y
concupiscencia rompen el equilibrio y la sicología del hombre se
agita en múltiple desorden y contradicción.